GA028 El curso de mi vida cap. XXXIV Espíritu, conocimiento y arte

  Índice

 EL CURSO DE MI VIDA

RUDOLF STEINER

1897-1907 / Berlín - Múnich

Cap. XXXIV Espíritu, conocimiento y Arte

En la Sociedad Teosófica apenas se cultivaban los intereses artísticos. Desde cierto punto de vista, esto era bastante comprensible en aquella época, pero no podía seguir siendo así si se quería que floreciera la actitud espiritual correcta. Los miembros de tal sociedad están ante todo interesados en la realidad de la vida espiritual. En el mundo sensorial, el hombre sólo se les aparece en su existencia pasajera, desligada del espíritu. El arte les parece tener su actividad dentro de esta existencia separada. Por lo tanto, parece estar fuera de la realidad espiritual que buscan.

Como este era el caso en la Sociedad Teosófica, los artistas no se sentían a gusto en ella.

Para Marie von Sivers y para mí era importante dar vida a lo artístico en la sociedad. El conocimiento espiritual como experiencia adquiere existencia en toda la persona. Se estimulan todas las fuerzas del alma. La luz de la experiencia espiritual brilla en la imaginación creativa cuando esta experiencia está presente.

Pero aquí ocurre algo que crea inhibiciones. El artista tiene un cierto ánimo ansioso hacia este resplandor del mundo espiritual en lo imaginario. Él desea la inconsciencia con respecto a los trabajos del mundo espiritual en el alma. Tiene toda la razón cuando se trata de la "estimulación" de la imaginación por ese elemento consciente y sensato que se ha convertido en el elemento dominante de la vida cultural desde el comienzo de la era de la conciencia. Esta "estimulación" por lo intelectual en el hombre tiene un efecto amortiguador en el arte.

Pero cuando el contenido espiritual, que es lo que realmente se ve, ilumina la imaginación, sucede exactamente lo contrario. Ahí surge de nuevo todo el poder pictórico que ha dado lugar al arte en la humanidad. Marie von Sivers era una maestra en el arte de crear palabras; tenía la más bella relación con la representación dramática. Así pues, existía un campo artístico para el trabajo antroposófico en el que se podía poner a prueba la fecundidad de la visión espiritual para el arte.

La "palabra" está expuesta a peligros en dos direcciones, que pueden provenir del desarrollo del alma consciente. Sirve a la comunicación en la vida social, y sirve a la comunicación de lo que se reconoce lógica e intelectualmente. En ambas direcciones la "palabra" pierde su propia validez. Debe adaptarse al "significado" que debe expresar. <Debe hacernos olvidar cómo en el tono, en la sonoridad y en el propio sonido reside una realidad. La belleza, el brillo de la vocal, la característica de la consonante se pierden del lenguaje. La vocal se queda sin alma, la consonante sin espíritu. Y así el lenguaje sale completamente de la esfera de la que procede, de la esfera de lo espiritual. Se convierte en el servidor de la vida social intelectual, cognitiva y espiritual. Se aleja por completo del ámbito del arte.

La verdadera percepción espiritual cae instintivamente en la "experiencia de la palabra". Aprende a sentir el sonido anímico de la vocal y la pintura espiritualmente enérgica de la consonante. Llega a comprender el secreto del desarrollo del lenguaje.

Este secreto consiste en que antaño los seres divino-espirituales podían hablar al alma humana a través de la palabra, mientras que ahora esta palabra sólo sirve para la comunicación en el mundo físico.

Para devolver la palabra a su esfera se necesita un entusiasmo alimentado por esta visión espiritual. Marie von Sivers desarrolló este entusiasmo. Y de este modo su personalidad dio al movimiento antroposófico la oportunidad de cultivar la palabra y el diseño de la palabra artísticamente. El cultivo del arte de la recitación y la declamación creció junto con la actividad de comunicar desde el mundo espiritual, y esto formaba ahora cada vez más una parte importante de los acontecimientos que tenían lugar dentro del movimiento antroposófico.

El recitado de Marie von Sivers en estos actos fue el punto de partida del impacto artístico en el movimiento antroposófico. De estas "adiciones a la recitación" a las representaciones dramáticas, que luego ocuparon su lugar junto a los cursos antroposóficos en Múnich, conduce una línea recta de desarrollo.

Crecimos más y más en la verdad de la experiencia espiritual moderna por el hecho de que se nos permitió desarrollar el arte con los conocimientos del espíritu. Pues el arte ha surgido de la vida espiritual original en forma de imagen onírica. Tuvo que buscar su propio camino durante el tiempo en que la experiencia espiritual retrocedió en el desarrollo de la humanidad; debe reunirse con esta experiencia cuando entre en el despliegue de la cultura en una nueva forma.

No hay comentarios: