el Apocalipsis y la presencia de Cristo




el Apocalipsis y la presencia de Cristo

por J. Ben-Aharon





Hoy somos testigos, en el intercambio generacional del siglo XX, de una sorprendente perspectiva temporal, un gran panorama temporal. En referencia a las declaraciones de los representantes de los diversos grupos, solo tengo que hacer algunas observaciones y aclarar, tal vez, algunos aspectos.
Permítanme también abordar brevemente el problema lingüístico. Personalmente he tenido que decidir entre alma y espíritu, entre el yo alemán y el alma consciente inglesa y decidí hablar con el alma en el lenguaje del alma consciente. No me refiero simplemente al problema externo del lenguaje que me permite expresarme mejor, mi decisión tiene una relación más profunda con nuestro tema. Todo el congreso debe enfrentar continuamente la cuestión del lenguaje, que también es uno de los temas específicos de nuestro siglo XX. Todavía estamos luchando por encontrar un lenguaje en el cual el alma pueda dirigirse al espíritu y un lenguaje del espíritu que habla al alma. El alma aún no puede hablarle al espíritu y el espíritu aún no ha aprendido a dirigirse al alma correctamente. Por lo tanto, incluso aquí, estamos divididos en dos grupos, como también ocurre a nivel geográfico y político, con consecuencias que se reflejan en la organización del mundo entero, en todo el planisferio. También es de gran importancia la cuestión de la Europa occidental de habla inglesa, la central de habla alemana, que termina con la oriental; es una cuestión decisiva para el futuro.
En primer lugar, me gustaría trazar un cuadro general del siglo y destacar lo que significa para la evolución del alma consciente del hombre, vivir en la tierra en nuestros días. Más tarde me gustaría abordar brevemente la transformación de la constitución humana en este siglo y de las bases del trabajo psicoterapéutico. Si hay tiempo, también tomaré en consideración los aspectos prácticos de este cuadro general.
La línea que ahora trazo sobre la pizarra representa el espíritu del siglo XX, un aspecto de su evolución en este siglo (ver dibujo a continuación). Resulta evidente una paradoja, después del final de Kali Yuga y el comienzo de la nueva "era de luz", la línea que representa la evolución cultural y social de ciertos aspectos de la vida, desciende mucho más que durante el Kali Yuga. De hecho, el Kali Yuga trajo "más luz" a la vida social de lo que lo hizo durante el primer siglo de la nueva era de luz. Esto se refiere a la civilización en general y no a los seres humanos individuales. Luego la línea asciende del abismo y yo la he representado con un esbozo para indicar que el ascenso no es tan ovbio como lo fue el descenso. El descenso hacia el abismo es una realidad mundial, algo que ha sucedido y sucede. Estamos aquí. El ascenso es una posibilidad, representa algo que aún no ha sucedido y que quizás, de esta forma, ni siquiera se pueda realizar.
Permítanme interpretar la línea de esta manera: lo que sucedió cuando la humanidad cayó al abismo se puede representar de diferentes maneras. Aquí, por limitaciones de tiempo, solo se puede describir una de las diversas posibilidades. Espero, sin embargo, ser capaz de aclararlo por completo. Creo que vivimos en una era en la que debemos hablar claramente de las realidades del siglo, quizás más claramente de lo que estamos acostumbrados a hacer, de lo contrario no estaremos listos para lo que pronto sucederá. Es necesario llamar a las cosas por su nombre y esto significa que me encontraré ante la grata situación de describir las experiencias espirituales, humanas y sociales de esta era con conceptos de matriz antroposófica. No lo hago arbitrariamente, sino después de haber sostenido una lucha, y esto también es parte de la experiencia humana y antroposófica de nuestro tiempo. Los conceptos antroposóficos no pueden aplicarse fácilmente a los eventos del siglo XX, porque lo que sucedió en el mundo hasta 1933 ya había sido preparado, mientras que no hay términos que se ajusten desde 1933 hasta 1966. Las palabras, los conceptos de la antroposofía y los resultados de las investigaciones de Rudolf Steiner se dieron antes de 1925, y son válidos hasta ese año, se deduce pues, que solo se pueden considerar las características de esa época.
Por lo tanto, en lo que respecta al futuro, solo es posible dar indicaciones y las indicaciones son muy diferentes de los hechos que ya han sucedido. Si prestan atención a la forma en que hablaba Rudolf Steiner sobre el futuro, encontrarán que siempre hablaba de eventualidad. Decía que la evolución del yo en la era del alma consciente dependería de la libertad humana, por lo que solo se podría decir que el futuro podría haber sido de una u otra forma y que la evolución sería una consecuencia de la decisiones que habría tomado libremente la humanidad. Rudolf Steiner hablaba de manera muy diferente sobre las posibilidades de hechos que ya han sucedido. Del pasado, que ya se había convertido en realidad, hablaba directamente, describiendo hechos y eventos desde diferentes puntos de vista. Si hoy volvemos la mirada al siglo pasado, tenemos las indicaciones de Rudolf Steiner, pero también la libertad de comprender los eventos que han sucedido. Y es desde ese entendimiento del que debemos partir para llamar a las cosas por su nombre. Debemos basar nuestro juicio sobre nuestra autoridad y experiencia internas. Ya no podemos escondernos detrás de los juicios de Rudolf Steiner. Si tenemos dudas sobre nuestras experiencias o nos sentimos incapaces de comprenderlas a fondo, también dudaremos de nuestra capacidad para juzgar los eventos del siglo pasado. Aquí se alude a una capacidad de juicio capaz de dar vida a conceptos auténticos, correspondientes a las ideas de eventos temporales basados sobre principios antroposóficos. Obviamente, esta incertidumbre no es intelectual. Se trata del corazón humano. Es una cuestión anímica moral, una cuestión psicoterapéutica de suma importancia para este siglo.
En aquél momento tuvo lugar una reversión de la evolución del yo humano. Podemos representar el yo humano, la constitución humana, podemos representarlos aquí (ver figura 1). Aquí está el abismo y en ese abismo el cuerpo físico, etérico, astral y el yo del ser humano. Observando la experiencia del abismo, nos vemos obligados a decir que ha sido una transformación total, una metamorfosis de la evolución del yo. Lo cual ha hecho posible lo que describiré a continuación. En primer lugar, el ser humano puede perder completamente el yo. Sus cuerpos constituyentes ya no retienen el yo sólidamente encarnado. Esto se debe al hecho de que la humanidad ha entrado en el proceso de la muerte. Físicamente, la humanidad está muriendo. En el fondo, este proceso comenzó ya con el Misterio del Gólgota. La humanidad está muriendo, incluso podemos decir que está cruzando el umbral. Cuando morimos, las partes constituyentes del ser humano comienzan a separarse. A medida que envejecemos, el cuerpo etérico se separa cada vez más del cuerpo físico. En nuestra época esto sucede muy marcadamente en toda la humanidad. Han transcurrido ya dos tercios del arco de tiempo que Rudolf Steiner consideró necesario para que el cuerpo etérico de la humanidad se separase por completo del cuerpo físico. Él hablaba de 300 años. Decía que en aquél tiempo (1er. cuarto del siglo XIX) la cabeza ya se había desprendido. 300 años es un corto período de tiempo. Los dos primeros siglos anteriores al comienzo del siglo XXI forman parte de la era de Michael. En cien años, el cuerpo etérico se habrá separado por completo del corazón humano. Por lo tanto, podemos decir que el yo humano ya no estará conectado al cuerpo físico, ni a través del cuerpo etérico, ni a través del cuerpo astral. El yo humano entonces estará libre de las fuerzas que, según la naturaleza, lo mantienen encarnado. Uso el término "segun la naturaleza" en un sentido evolutivo.
Desde el comienzo de la evolución terrestre las fuerzas benefactoras se dedicaron a la estructuración de la naturaleza humana y a la creación de los cuerpo físico, etérico y astral; a los que luego se les agregó el Yo, la chispa divina presente en el ser humano. A mediados del siglo XX, al final de un largo proceso, su actividad terminó. Rudolf Steiner, que había declarado a menudo que los fenómenos del pasado ya no serían importantes y se desvanecerían poco a poco, señaló que en 1950 concluiría definitivamente el pasado que cae en el abismo hundiendose. La guía divina por medio de la sangre, la herencia, las normas, los fundamentos religiosos de la fe caen todos al abismo. Todo lo que hace que el yo humano sea lo que es, humano incluso en el sentido del Kali Yuga, que ahora se ve muy humano, pero se está precipitando en el abismo. Hoy, los 5000 años de Kali Yuga nos parecen muy humanos, porque en todo lo que pasó en esos años, también llamados años de oscuridad, la evolución humana tal vez no ha sido sostenida por la inspiración directa, sino más bien siempre por la tradición divino- espiritual. Así pues, en nuestra época se ha producido un vuelco y el pasado ha concluido. El ego humano ahora es libre de encarnar o no, pero también es presa fácil de los poderes presentes en nuestra civilización.
Para comprender el evento espiritual del siglo 20, debemos darle acogida en las profundidades de nuestros corazones vacíos, en el espacio libre de nuestra libertad moral religioso-espiritual. Es necesario dejar abierto este espacio porque, como les dije a nuestros amigos holandeses aquí el año pasado, la apertura del corazón es una realidad evolutiva. Mantenerlo abierto significa tener la libertad, ya sea tanto en el ámbito espiritual como en la vida social, de llevar gradualmente a la encarnación, la auténtica naturaleza superior del yo humano. El antiguo ego tradicional que dependía de la sangre ha sido sustituido. Ya no existe. La sangre de ese ego ha sido suprimida. No existe ya, ni para la humanidad en su conjunto, ni para el ser humano individual. Para la humanidad en su conjunto, ya no está ese poder latente del ego divino-espiritual, de la imagen divina hecha humana y traída a la sangre. Ahora el yo debe ser llevado a encarnar, a "personificarse" o individualizarse en absoluta libertad, gracias a la libre colaboración cultural, social y económica de los seres humanos.
En nuestra búsqueda de un concepto que nos permita comprender los acontecimientos del siglo XX, debemos entonces decir que el conjunto de los cuerpos constitutivos del ser humano ha sufrido una transformación total que ha llevado a cada uno de ellos a separarse. Aquí no puedo entrar en detalles, pero el cuerpo físico ha experimentado una transformación total, obviamente también el cuerpo etérico y lo mismo el cuerpo astral y, particularmente importante es el hecho, de que el yo ha perdido su centro en el corazón humano. Este ahora es libre y cuando el sistema del corazón es libre significa, obviamente, que todas las partes constituyentes están en desarmonía. Debido a que es el sistema del corazón el que determina el equilibrio entre la naturaleza inferior y la superior del ser humano, la física, etérica, astral y el plano del yo. Hasta ahora este equilibrio se ha mantenido inconscientemente. Ahora ya no es así. El equilibrio ya no existe. Las partes constituyentes del ser humano están separadas unas de otras. Esto tiene importantes repercusiones en el cuerpo físico y en los componentes animicos. Este no es el lugar para esplayarse en todo esto, así que me limitaré a hablar sobre el ego, el yo, el problema del yo.
Cuando el yo que en esta época se está desencarnando, ha abandonado las otras partes constituyentes del ser humano, el proceso ha sido captado por los poderes del mal. De esta forma, el Mal ha podido dar un nuevo paso evolutivo. Ha podido penetrar en el espacio vacío del corazón humano donde el yo ya no reina. Si represento la fuerza del Mal en el dibujo, tengo que hacer que emerja desde abajo. Es habitual hablar de la encarnación del Mal, pero en realidad este no es el término correcto: la encarnación, de hecho, hace referencia a algo que desciende de lo alto. Por lo tanto, es mejor definirlo como la individualización del Mal. Se eleva desde abajo y, solo para comprenderlo concretamente, puede convertirse en una especie de yo invertido en el centro vacío del hombre; un yo invertido.
Somos la primera generación humana que ha experimentado el yo invertido. En la ciencia del espíritu esto se describe de muchas maneras. Cuando se ve afectado el propio yo con una tentación del Mal, se lo llama Asuras. Si el mismo principio afecta el yo de la humanidad, se lo llama Sorat, el demonio solar, el principio del anti-yo del universo, el Anticristo, Sorat, la Bestia. La doble bestia, el espíritu de la duplicidad. Es difícil encontrar conceptos para esto. El problema que ya he mencionado es que debemos resumir en palabras algo para lo que aún no tenemos conceptos. Sería correcto decir que este espíritu maligno, el anti-yo, se ha hecho hombre. Podría expresarlo así. Pero sería una enorme paradoja. En realidad, se ha producido una reversión. En lugar del ser humano, están solo los cimientos de una existencia humana. Una humanisima humanidad, no humana sino subhumana y antihumana que abarcará a todos los niveles de la existencia y siempre más allá en el futuro. Aquí se presenta ante nuestros ojos toda la ciencia de lo no humano. Durante un cierto periodo, los seres humanos todavía vivirán en cuerpos humanos y físicos. Pero en el futuro, este cuerpo físico ya no tendrá la forma humana que conocemos hoy. La individualización del mal ha comenzado.
No se debe pensar que esto sucederá globalmente a la humanidad o a ciertos individuos. Debemos tomar consciencia que hoy en día esto le sucede a cada ser humano. Simplemente no es posible nacer en este siglo sin tener en la propia esencia una copia de este anti-yo. Una de las principales tareas de la humanidad actual es, por lo tanto, la búsqueda espiritual de un espíritu del ser humano que no sea su propio doble luciférico o arimanico, sino el asurico. Esta definición puede inducir a error porque esto no es el doble; es algo de lo que, hoy, podemos hablar solo en relación con las otras partes constituyentes del ser humano. Es posible tener un doble del cuerpo físico-etérico, que se define como doble arimanico, mientras que el doble del cuerpo astral se llama luciferico. Aunque es posible y plausible hablar de un doble del yo, Hay que tener presente que en tal caso es el yo, no una de las otras tres partes constituyentes. El doble del yo es una fuerza que busca antes que nada destruir el yo. Él quiere devastarlo, destruirlo y tener el poder de impregnar a toda la humanidad.
Todo lo que sucede en este campo se puede definir con los términos legados por Rudolf Steiner, a pesar de que a principios del siglo XX, creía que eran solo eventualidades. En aquél tiempo, justo en el punto culminante del proceso de separación del cuerpo etérico, habló del regreso de Cristo. Predijo lo que sucedería a mediados de siglo XX. En aquél tiempo, en mitad de los 300 años considerados necesarios para liberar el cuerpo etérico, dijo que o la humanidad debía dirigirse hacia la antroposofía y el mundo espiritual, o descendería hacia el abismo al que llamó el Kamaloka mundial. Este Kamaloka mundial, que es lo opuesto del Kamaloka, es la esfera que he mencionado antes, donde están activas las fuerzas anti-yo y transforman todas las fuerzas del yo en su contrario. Así que hoy tenemos una vida social, una pedagogía, una medicina, una publicidad y muchas otras cosas, que se han desarrollado de la concentración del Kamaloka mundial bajo la forma de cultura y civilización del mundo. Por otra parte, las fuerzas del anti-yo, el proceso invertido de Kamaloka nos rodean, arraigadas hasta en la estructura física de la tierra física, etérica y astral, hasta las profundidades de la existencia terrestre.
Para entender el concepto de Kamaloka mundial, sería necesario profundizar en el tema, lo cual es imposible aquí y ahora, por lo que nos limitaremos solo a mencionarlo. Si consideramos el Kamaloka post-mortem que cada alma cruza después de la muerte, es posible captar la esencia del Kamaloka invertido, aquí en la tierra, donde las fuerzas subhumanas actúan como fuerzas del anti-yo. Es una imagen muy desagradable. No sé cuántos de ustedes ya lo han experimentado
Debido a lo desagradable de esas sensaciones, no se tienen muchos deseos de profundizar en la experiencia de mirar a los ojos del Mal en nosotros ni en nuestra cultura. Sin embargo, este sentimiento debe superarse, mientras eso no se haga, no será posible de hecho, comenzar a sanar las heridas de nuestro tiempo. Para las fuerzas de la Bestia es importante que la apertura hacia el espíritu del tiempo, la libertad del yo, del corazón, se llene de inmediato con las fuerzas del anti-yo, cerradas y selladas. El objetivo principal, el gran ideal de la Bestia, es rellenar desde cero con las fuerzas del mal, ese corazón que ya no está ocupado por las fuerzas tradicionales del yo-de la sangre.
Ahora, al final del siglo XX, deberíamos comenzar a reconocer la herida de la humanidad que se encuentra allí donde el yo ya no está instintivamente activo en la sangre. A nivel imaginativo podemos considerarlo una herida del corazón, de la región central del ser humano. Debemos aprender a mirar este hecho sin miedo y aceptar la individualización del mal como un hecho evolutivo y mirarlo conscientemente a la cara. A ello, debe contraponerse la individualización del verdadero yo, del yo del Cristo que ha aparecido al mismo tiempo, pero que ha sido completamente ignorado por la humanidad. Se ignora porque aquí, en la tierra, todos están totalmente ocupados con la individualización del Mal. Nadie tiene tiempo para comenzar a tratar el proceso de individualizar el principio Crístico. El principio Crístico es el yo superior de los seres humanos y de toda la humanidad. Si decidimos movernos de tal manera que "mantengamos abierta de algún modo la herida", comenzamos a operar correctamente en nuestro tiempo contra las fuerzas de la Bestia.
Hay una imagen de fantasía que habla directamente al corazón. Esa imagen es capaz de resumir muchos conceptos. Lo que se asume conceptualmente refuerza solo las fuerzas de la muerte. En cambio, la imagen se las arregla para hablar directamente al corazón, al corazón vacío, para llenarlo de entusiasmo, de libertad del espíritu y de amor por el espíritu. Si realmente vivimos en el espíritu de nuestro tiempo, siempre podemos encontrarnos en él. Esa antiquisima imagen habla de una bestia con muchas cabezas, una de las cuales, en particular, ha sido mortalmente herida. Habla del gran poder de la Bestia que hoy se manifiesta en todas partes, del gran poder de la primera bestia. El gran poder de la segunda Bestia consiste en obtener enseñanza del milagro de la primera Bestia, una enseñanza científica para toda la humanidad. El milagro de la tercer Bestia consiste en su capacidad de demostrar, no teóricamente, sino en todas las situaciones de la existencia, que la herida mortal, la herida del karma humano, de la encarnación, de la desencarnacion, del tener que nacer, de la vida humana, en resumen, que esta "herida existencial" si puede definirse como tal, ha sido sanada. Hoy podemos ser hombres sin haber pasado por estas experiencias, sin haber sido seres humanos; no hay necesidad de encarnarse, no hay necesidad de karma, no hay necesidad de nacer, de ser educado, se vencerá el nacimiento, se vencerá la muerte, la enfermedad, el envejecimiento, la maternidad y la paternidad, e incluso la infancia. Todo esto se vencerá gracias a la cicatrización milagrosa de la herida del estar abiertos, de la encarnación y de la evolución espiritual. Allá donde descubrimos el abismo ardiente, terriblemente ardiente y profundo del Mal, también encontramos la enseñanza: "El mal ha sido superado hace mucho tiempo. Hubo un tiempo en que los seres humanos aún eran primitivos. Eran alumbrados, luego envejecian; nuevamente morian y nacian Nuestra tarea principal es superar todo esto ". Y así tenemos la gran imagen de una cabeza herida de muerte, que representa la mortalidad humana, ya que para el ser humano es mortal abrirse al espíritu. Si los seres humanos no mueren, ni siquiera regresan al mundo espiritual para preparar su propio karma. No tienen nada por lo que regresar, nada que los lleve más allá.
"Los seres humanos se volverán inmortales, física, materialmente, biológicamente inmortales, de una manera no espiritual, vivirán para siempre y ya no podrán nacer ni morir. Estos hechos serán superados".
Esta es la enseñanza, la esencia de la primera Bestia y la enseñanza de la segunda. Y eso es contra lo que tenemos que luchar. Si no de inmediato, ya que en muchos aspectos hemos dormido en este siglo, pero nos estamos preparando para el próximo. Podemos considerarlo la tarea del próximo siglo; entonces, de hecho, nuevamente será posible hacerlo. Y entonces podemos decir que la herida se curará; la herida se cicatrizará, físicamente la herida habrá sido vencida por la humanidad. La enseñanza de la segunda Bestia ha sido completamente aceptada por la humanidad. Como investigadores del espíritu y también como antropósofos, debemos tratar de comprender esta imagen cada vez más, para que las fuerzas correctas puedan fluir en nuestro trabajo.
En cuanto a esto, veo grandes oportunidades para el movimiento psicoterapéutico psicológico. Lo defino como un movimiento. Es un movimiento, y particularmente significativo, porque es un fruto tardío. De hecho, ha madurado y se ha desarrollado solo debido a las dificultades que debieron combatirse en el siglo XX, de las cuales es realmente una parte. Por supuesto, ya antes había pródromos, pero realmente se establecieron en los años cincuenta y sesenta. Despues realmente prosperaron; aquella fue la época de su verdadero comienzo. Así que aquí tenemos un fruto tardío que sin embargo existe y está plenamente comprometido a enfrentar las fuerzas que rigen el siglo. También hay grandes oportunidades para las fuerzas que fluyen de este trabajo hacia otras áreas existenciales. Para ellos no es fácil encontrar el camino, ni siquiera dentro del movimiento psicológico; Está claro que solo estamos en el comienzo.
Aunque solo es un comienzo, ¡solo pensamos en la medicina, la pedagogía, la agricultura, la vida política y social! En esos campos, las cosas son mucho más difíciles, ya que en esas áreas los elementos tradicionales ya han sido completamente transformados por el concepto de anti-yo en formas que podrían recitar: "No puedes formar parte de esta civilización, no puedes comprar y vender, a menos que tengas al menos una de estas tres cosas en el cuerpo, en el alma y en el espíritu, osea al menos el nombre o el número o el signo de la Bestia ". Estos tres aspectos, ya han evolucionado mucho. Hoy en día no podemos participar en la vida social, ni comprar ni vender nada sin estar marcados por esta triple firma, el cuerpo, el alma y el espíritu de la Bestia, la firma de la individualización del Mal en el espíritu, en el alma. y en el cuerpo del ser humano. Hoy vivimos en el Kamaloka mundial. Es nuestra civilización Para empezar a trabajar en estas condiciones, necesitamos personas especialmente dotadas, ya que se puede ayudar a otros solo si se reconoce esta imagen en nuestra esencia, en nuestra propia biografía, en nuestro combate personal para convertirnos en auténticos seres humanos escapando de las predisposiciones básicas de lo no-humano. Auténticos seres humanos, que ya no se basen en los valores tradicionales de una sociedad que todavía poseía una cierta humanidad y cuya tradición simplemente asumía que éramos seres humanos, creados a imagen de Dios. Esta idea sobrevivió hasta la segunda mitad del siglo XIX. Todos eran conscientes a un nivel u otro; eso todavía estaba bien vivo, aunque inconsciente, quizás completamente inconsciente, el concepto de que el ser humano fue hecho a imagen viva de Dios.
Hoy, sin embargo, necesitamos observar la otra imagen, la invertida, con una mirada clara. Tenemos una civilización, tenemos seres humanos que ya están hechos a imagen viva del anticristo, es una realidad en la carne, en la sangre y en el espíritu, y debemos mirarlo a la cara. Dentro de las almas debe comenzar y continuar la lucha, una lucha entre los seres humanos.
Finalmente, me gustaría llamar su atención sobre esta reciprocidad del mundo humano, hacia el aspecto social del corazón vacío y decir que el trabajo psicoterapéutico solo puede hacerse entre y con los seres humanos. Es significativo que el trabajo coincida con el proceso de curación. Que sea llevado a cabo y se mueva desde una percepción auténtica hecha de comprensión y fuerzas de curación, de fuerzas curativas humanas conscientes. Se necesita colaboración para darse cuenta de que trabajar con un paciente significa curarse a sí mismo, no menos que al otro. Hoy, la pedagogía debería permitirles a nuestros hijos comenzar a ser lo que deberían haber sido durante mucho tiempo. La educación del educador, la curación del sanador, la socialización de lo social son todas las reversiones de los vuelcos. De hecho, es necesario invertir la inversión del ego, hoy no se puede dar nada, pero nada por descontado.
No hay un elemento humano positivo en nosotros. Creemos que tenemos buenas ideas, quizás incluso ideas antroposóficas tomadas y procesadas con gran dificultad por Rudolf Steiner, y poder utilizarlas para sanar; si hoy creemos que esto aún es posible, es que no nos hemos dado cuenta de una realidad que existe desde hace mucho tiempo, ya desde hace décadas. En cuanto a la realidad de nuestro trabajo, estamos durmiendo. Ya no funciona. Ya no hay ningún ámbito en el que funcione. La razón por la que ya no funciona es que hoy las actividades terapéuticas deben desarrollarse tomándolas del elemento humano puro. No hay nada más y Cristo puede actuar solo entre los seres humanos que están trabajando de nuevo en lo social con este culto invertido. En este punto, sin embargo, hemos vuelto a un concepto que destruirá todo. Por lo tanto, no hablamos de culto invertido, sino simplemente de un elemento social humano que surge de la colaboración humana. Este es un aspecto que debe resaltarse.
Sabemos que debemos cambiar la tradición. Con el tiempo, también el cristianismo tendrá que transformarse. En este siglo, Cristo transforma su relación con la humanidad de una manera increíble en comparación con hace 2000 años. Quizás recuerden lo que sucedió después de la Resurrección, cuando Cristo se mostró a los discípulos y uno de ellos no pudo verlo en espíritu. Entonces le preguntó: "Muéstrame tus heridas, porque para verte, para creer en ti, debo tocarlas". Y Cristo, que siempre ha sido muy sensible a las necesidades y debilidades humanas, se le acercó y le dijo: ".. Bien ¿No crees y te gustaría ver y tocar. Bien, yo estoy a tu lado, no temas." Le tomó sus manos para que pudiese tocarlas y creer. Pero luego Cristo dijo: "Para ver y para creer has tenido que tocar, pero en el futuro los hombres tendrán que creer sin ver". El bien sabía que los seres humanos estaban a punto de entrar en los dos grandes milenios de Kali Yuga en los que no serían capaces de ver, y que deberían desarrollar el poder de la fe en lugar de la clarividencia. Luego los preparó para la fe, en el tiempo de la fe. Él amonestó a Thomas diciéndole: "Ya no podías ver y quisiste ver, pero ahora la era de las visiones ha terminado".
Aquí también la inversión es extremadamente importante. Hoy la inversión es completa. Hoy Cristo viene a los hombres para decirles: "Deseo, quiero mostraros vuestras heridas, para poder ser el sanador". Hoy Cristo se acerca a nosotros de esta manera. Es la inversión de la historia de Thomas. Él dice: "Voy a transformar vuestras heridas para que podais ver". La fuente de la visión, de la vision espiritual, hoy se encuentra en la curación de las heridas del alma, el espíritu y el cuerpo. Las nuevas fuerzas de la imaginación son fuerzas que deben surgir de la transformación de las fuerzas curativas, en un nuevo tipo de curación, en una nueva labor sobre las heridas. Este es un concepto que es más fácil de expresar en alemán. Acabo de estar en Munich, donde puedes admirar una de las mejores obras de un artista alemán. El cuadro "Muéstrame tus llagas" de Joseph Beuys. Por supuesto, este importante título, este drama, es algo que debe completarse en primera persona, al igual que Beuys. El título indica la dirección correcta proponiendo una frase de Cristo: "Si quieres ver, muéstrame tu herida, porque la herida abre los ojos, abre el corazón a una nueva comprensión". Hoy, de hecho, desde la "compasión" hasta el "conocimiento", desde la curación de la herida hasta la comprensión, todo debe provenir del corazón. De por sí, las fuerzas de la cabeza ya son parte del mal en el mundo. Hoy, cada concepto, incluso el más pequeño, que proviene de la cabeza ya es parte del Kamaloka mundial y, por lo tanto, no solo inutilizable, sino incluso dañino. Esta es indudablemente una fuerza que oculta la herida.
Quiero concluir con la imagen de las llagas de Cristo, de la herida del ser humano que Cristo muestra, abre y sana para que los ojos del corazón puedan abrirse. El corazón clarividente Y la herida de la Bestia. Por un lado, la Bestia y la herida sanaron mágicamente, como un principio de la magia negra de nuestros tiempos y del futuro. Por otro, Cristo y sus heridas, aquellas que ahora están escondidas, selladas y escondidas en el corazón humano. Esta es la imagen, la imaginación con la que deseo contribuir a este congreso y al trabajo psicoterapéutico.
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919