GA094 Paris 6 de junio de 1906 -cosmología esotérica -el mundo astral (continuación)

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RUDOLF STEINER

El mundo astral
Paris  6 de junio de 1906
décima conferencia

El ocultista es un hombre que jamás sueña en imponer dogmas. Es un hombre que cuenta lo que ha visto, lo que ha experimentado en el plano Astral y en el Espiritual, o lo que Maestros dignos de confianza le han revelado. No pretende convertir, sino despertar en los otros el sentido despierto en él y hacerlos capaces de ver también. Se tratará aquí del hombre astral tal como aparece a la clarividencia. El hombre astral encierra todo el mundo de sensaciones, pasiones, emociones e impulsos del alma. Ellos traducen para el sentido interno en formas y en colores. El cuerpo astral en sí mismo es una nube de forma ovoide que baña y rodea el cuerpo. Podemos percibirlo desde dentro.

En el hombre físico es necesario considerar la sustancia y la forma. Esta sustancia se renueva en siete años; la forma permanece. Porque detrás de la sustancia está el espíritu constructor. Este constructor es el cuerpo etérico. Nosotros no lo vemos, no vemos más que su obra, el cuerpo. El ojo físico no ve en el organismo más que aquello que está terminado y no lo que está en estado de llegar a ser o devenir. Lo contrario tiene lugar cuando se posee la visión del cuerpo astral, es decir, de su propio cuerpo astral. Lo sentimos desde dentro por nuestras pasiones y los diversos movimientos de nuestra alma.

La capacidad del vidente consiste en aprender a ver desde fuera lo que en la vida habitual sentimos desde dentro. Entonces, sentimientos, pasiones y pensamientos se traducen en formas vivientes y visibles, lo que constituye el aura alrededor de la envoltura física, la aureola. Lo mismo que el cuerpo etérico construye el cuerpo físico, así las pasiones construyen el cuerpo astral.

Todo lo que vive en el aura allí se expresa. Cada aura humana posee sus tonalidades especiales, sus colores dominantes. Sobre este color fundamental se forman y combinan todos los otros. Por ejemplo, el temperamento melancólico tiene un tinte azul, pero en el aura se vierten desde fuera tantas impresiones diferentes que el observador puede equivocarse fácilmente, sobre todo si observa su propia aura. El clarividente ve su propia aura invertida, es decir, lo interior como exterior y lo exterior como interior, porque él ve desde afuera. ¿Qué ve, entonces?

Todos los fundadores de religiones han sido clarividentes cumplidos y guías espirituales de la humanidad, y sus sentencias morales fueron reglas de vida motivadas por verdades astrales y espirituales. Esto es lo que explica la similitud entre todas las religiones. Por ejemplo, la que existe entre los ocho senderos en el camino del Budha y las ocho beatitudes del Cristo. La misma verdad que está en el fondo es que cada vez que el hombre desarrolla una virtud, desarrolla también una nueva facultad de percepción.

Pero, ¿por qué hay ocho etapas? Porque el clarividente sabe que sus facultades capaces de llegar a ser órganos de percepción son ocho. Los órganos de percepción del cuerpo astral se llaman en ocultismo las flores del loto (ruedas sagradas, chacras); la rueda de diez y seis rayos, o la flor de loto de diez y seis pétalos, se encuentran en la región de la laringe. En tiempos muy antiguos, esta flor de loto giraba en un cierto sentido, según un movimiento inverso al de las agujas de un reloj, de derecha a izquierda.

En el hombre de hoy, la rueda se ha detenido; no gira más. Pero en el clarividente recomienza actualmente a moverse en sentido inverso, es decir, de izquierda a derecha. Ahora bien: ocho pétalos de los diez y seis eran otro tiempo visibles. Los pétalos intermediarios estaban ocultos. En el porvenir aparecerán todos. Porque los ocho primeros son debidos a la acción de la iniciación inconsciente y los ocho nuevos a la iniciación consciente que resulta del esfuerzo personal. Y son, precisamente, esos ocho nuevos pétalos que desarrollan las beatitudes del Cristo.

El hombre posee otra flor de loto, la cual posee doce pétalos. Está situada en la región del corazón. En otro tiempo eran visibles solamente seis pétalos. La adquisición de seis virtudes desarrollará los otros seis pétalos en el porvenir. Estas seis virtudes son: el control sobre el pensamiento, la fuerza de iniciativa, el equilibrio de las facultades, el optimismo que permite ver el lado positivo de todas las cosas, el espíritu libre de prejuicios, en fin, la armonía de la vida del alma.

Entonces los doce pétalos entrarán en movimiento. En ellos se expresa el carácter sagrado del número doce, que volvemos a encontrar en los doce Apóstoles, los doce compañeros de Arturo, y cada vez que se trata de creación, de acción. Y es así porque todas las cosas, en el mundo, se desarrollan a través de doce tonalidades distintas. En el poema de Goethe, titulado: “Los Misterios” (Die Geheimnisse) donde se expresa el ideal de los Rosacruces, encontramos un nuevo ejemplo de ello. Según una explicación de este poema, la Rosa-Cruz representa una confesión religiosa.

Se vuelven a encontrar estas verdades igualmente en los signos y los símbolos; porque los símbolos no son invenciones arbitrarias, sino realidades. Por ejemplo, el símbolo de la Cruz, como el de la Svástica, es la representación del chacra de cuatro pétalos del hombre.

Y la flor de doce pétalos en que entra su expresión es el símbolo de la Rosa-Cruz y de los doce compañeros. El décimo-tercero, entre ellos, el compañero invisible que los une a todos, es la verdad que une a todas las religiones entre sí. Todo comienzo, toda nueva revelación religiosa es un décimo-tercero que da una síntesis nueva de los doce matices de la verdad espiritual. De esta verdad brotan los ritos y las ceremonias de los cultos o religiones. En el fondo de todos los ritos y de todos los cultos establecidos por los clarividentes, está la sabiduría Divina que habla.

El mundo astral se expresa mediante ellos en el mundo físico. El rito representa como un reflejo de lo que pasa en los mundos superiores. Este hecho se vuelve a encontrar en el ritual de los francmasones y en las religiones asiáticas. En el nacimiento de una nueva religión, un iniciado da las bases sobre las cuales se edifica el ritual del culto exterior. Con la evolución del rito, cuadro viviente del mundo espiritual, evoluciona hacia las esferas del mundo astral, y el rito se hace belleza. Es especialmente lo que pasó entiempo de la civilización griega. El arte es un acontecimiento astral cuya causa ha sido olvidada.

Precisamente encontramos un ejemplo de ello en los misterios y los dioses griegos. En los misterios el hierofante trabaja de nuevo el desarrollo humano en sus tres fases: el hombre-animal; el hombre-humano y el hombre-Dios (el verdadero superhombre y no el falso superhombre de Nietzsche). En esos tres él suministraba a los iniciados una imagen viviente proyectada en la luz astral. Simultáneamente esos tres tipos suprasensibles se expresaron en la poesía y la escultura por estos tres símbolos:

1º El tipo bestial – el Sátiro;

2º el tipo humano – Hermes o Mercurio;

3º el tipo divino -Zeus, Júpiter.

Cada uno de ellos con todo lo que los rodea representa un ciclo de humanidad. Así es como los discípulos de los misterios transportaron al arte lo que habían visto en la luz astral. El apogeo de la vida terrestre para el hombre se encuentra actualmente alrededor de los treinta y cinco años; por qué?; ¿por qué Dante comienza su viaje a los treinta y cinco años de edad, punto medio de la vida humana? Porque en ese momento el hombre, cuya actividad había estado concentrada en la elaboración del cuerpo físico, se remonta hacia las regiones espirituales y puede aplicar su actividad a conseguir la clarividencia. Así, Dante, llegó a ser vidente a los treinta y cinco años de edad. Cuando las fuerzas físicas cesan de acaparar el influjo espiritual, estas fuerzas liberadas del cuerpo pueden transformarse en clarividencia.

Tocamos aquí un misterio profundo: la ley de la transformación de los órganos. Todo en el hombre evoluciona por una transformación de los órganos. Lo que hay de más elevado en él, es el resultado de lo que era lo más bajo y que se ha transfigurado. Así es que los órganos sexuales deben transformarse. Con la separación de los sexos, el cuerpo astral se ha dividido produciendo una parte inferior, el organismo sexual físico, y una parte superior que engendra el pensamiento, la imaginación, la palabra. El órgano sexual, “la fuerza productiva”, y órgano de la voz, la palabra “creadora”, en otro tiempo formaban un todo.

Se comprende así el vínculo que une esos dos polos aparecidos allí donde no había más que un órgano. El polo negativo, animal, y el polo positivo, divino, estaban antaño reunidos y se han separado. El tercer Logos es el poder creador de la palabra, “así lo expresa el comienzo del Evangelio de San Juan, del cual es el reflejo la palabra humana. En los viejos mitos y leyendas, este hecho ha encontrado una expresión profunda bajo los rasgos de Vulcano, el cojo. Su misión consistía en conservar el fuego sagrado. El cojea, porque en la iniciación el hombre debe perder algo de su fuerza física inferior; lo bajo del cuerpo viene de un pasado que desapareció. La naturaleza humana inferior debe caer para elevarse en seguida a un grado más alto. En el curso de su evolución, el hombre también se ha dividido en inferior y superior. Sobre ciertos cuadros de la Edad Media se ve al hombre partido en dos por una línea, la parte superior izquierda y la cabeza están encima del trazo, la parte superior derecha y lo bajo del cuerpo, debajo del trazo. Esta línea es indicación dada sobre el pasado y el futuro del cuerpo humano.

La flor de loto de dos pétalos se encuentra bajo la frente, en la raíz misma de la nariz; es un órgano astral todavía no desarrollado, que se desarrollará un día en dos antenas o alas, se lo ve ya como un símbolo en los cuernos que figura en la cabeza de Moisés. Visto de alto a bajo, cabeza y órganos sexuales, el hombre es sintético o idéntico. Es el producto del pasado. De izquierda a derecha es simétrico, es el presente y el futuro; pero esas dos partes simétricas no tienen el mismo valor.

¿Por qué somos habitualmente diestros usamos la mano derecha?

La mano derecha, que de las dos trabaja más activamente, está destinada a atrofiarse más tarde. La mano izquierda es el órgano que sobrevivirá cuando las dos alas de la frente se desarrollen. El cerebro del pecho será el corazón, que será el órgano del conocimiento. Habrá tres órganos de locomoción.

Antes que el hombre se enderezara hubo un tiempo en que marchaba a cuatro patas. Tales el origen del enigma que ponía la Esfinge. Preguntaba: ¿Cuál es el ser que en su infancia marchaba en cuatro patas, en el medio de su vida marcha en dos y en su vejez marcha en tres? Edipo le respondió que es el hombre, que, en efecto, niño marcha en cuatro patas y viejo se apoya en un bastón. En realidad, enigma y respuesta se relacionan con la evolución entera de la humanidad, pasado, presente y futuro, tal como la conocían los antiguos misterios. Cuadrúpedo en una época anterior a la evolución, el hombre se tiene hoy sobre dos pies, en el porvenir él volará y se servirá en efecto de tres auxiliares: las dos alas que serán el desarrollo de “la flor de loto”, de dos rayos, llegarán a ser el órgano de su voluntad motriz y, además, el aparato metamorfoseado del lado izquierdo del pecho y de la mano izquierda. Tales serán los órganos de locomoción futura. El lado derecho y la mano derecha, así como el órgano de la reproducción actuales se atrofiarán; y el hombre, como hemos visto más arriba, se reproducirá por la fuerza del VERBO; su palabra moldeará en el éter cuerpos semejantes a él mismo.


GA094 París, 1 de Junio de 1906 -cosmología esotérica -el misterio de cristo

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RUDOLF STEINER
El MISTERIO DE CRISTO

París, 1 de Junio de 1906 
octava conferencia.
Desde la fundación del cristianismo, la iniciación cristiana a través de la Edad Media hasta nuestro tiempo, ha seguido existiendo, y siempre ha permanecido igual entre una serie de Órdenes religiosas, así como entre los Rosacruces. Consiste en un entrenamiento espiritual que culmina en ciertos síntomas idénticos e invariables. Las Fraternidades donde, en profundo secreto, se solía dar este entrenamiento, son el hogar de toda la vida espiritual y del progreso religioso.
En ciertos aspectos, la iniciación cristiana es más difícil de alcanzar hoy, que la iniciación de los tiempos antiguos. Esto va relacionado con la esencia y misión del cristianismo, que justo vino al mundo, en un tiempo en que el hombre había descendido más profundamente en lo material. Este descenso sirvió para imbuirle una nueva conciencia, pero el esfuerzo que implica elevarse desde las profundidades del materialismo exige una mayor lucha y hace que la iniciación sea más difícil. Es por eso que los maestros cristianos exigen una intensa humildad y devoción de sus alumnos.
La iniciación cristiana siempre ha consistido en siete etapas, cuatro de las cuales corresponden a cuatro de las Estaciones del Calvario. Las etapas son:

  1. El lavado de pies.
  2. La flagelación.
  3. La coronación de espinas.
  4. El cargar con la cruz.
  5. La muerte mística.
  6. El entierro.
  7. La resurrección.

El Lavado de Pies;
Este es un ejercicio preparatorio de carácter moral, relacionado con la escena en la que Cristo lava los pies de los discípulos antes de la celebración de la Pascua (San Juan 13): "En verdad os digo, el siervo no es más grande que su Señor; ni el apostol es mayor que quién lo envió ”. La teología le da una interpretación puramente moral a este acto y lo considera simplemente como un ejemplo de la profunda humildad y devoción del Maestro a sus discípulos y su colaboración. Los rosacruces también sostenían este punto de vista, pero en un sentido más profundo, relacionaban la historia con la evolución de todos los seres en la naturaleza. La escena es realmente una alusión a la ley de que lo más alto es un resultado de lo más bajo. La planta podría decirle al mineral: estoy por encima de ti ya que tengo una vida que no tienes; sin embargo, sin ti no podría existir, porque las sustancias que me nutren se extraen de ti. El animal a su vez, podría decirle a la planta: Estoy por encima de ti, porque tengo sentimientos, deseos, la capacidad de movimiento voluntario que no tienes; Pero sin el alimento que me proporcionas, sin tus hojas y frutos no podría vivir. Y el hombre debería decir a las plantas: estoy por encima de ti, pero a ti te debo el oxígeno que respiro. A los animales debería decirles: Yo tengo un alma consciente que tú no tienes; Sin embargo, somos hermanos y compañeros, involucrados en el gran proceso de la evolución. El significado esotérico del Lavado de los Pies es que Jesús el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, no podría existir sin los Apóstoles.
El neófito que medita sobre este tema durante meses y años tiene durante el sueño una visión del Lavado de los Pies en el mundo astral. Entonces él está listo para pasar a la segunda etapa de la iniciación cristiana.
La Flagelación;
En esta etapa, el hombre aprende a resistir los azotes de la vida. La vida trae sufrimientos de todo tipo: físicos, morales, intelectuales, espirituales. La vida se siente como una tortura terrible e incesante. El discípulo debe soportarlo con perfecta ecuanimidad de alma y coraje heroico. Debe dejar de conocer el miedo físico o moral. Cuando deja de tener miedo, ve en sueños la escena de la flagelación. En otra visión se ve a sí mismo en el Cristo que es flagelado. Ciertos síntomas en la vida física acompañan este evento. Hay una intensificación de la vida del sentimiento, un sentido más amplio de la vida y del amor. Tenemos un ejemplo de sensibilidad aumentada transferida al mundo de la inteligencia, en la vida de Goethe. Después de largos estudios osteológicos del esqueleto del hombre y de los animales, así como la investigación de la embriología comparativa, Goethe llegó a la conclusión de que el hueso intermaxilar debe existir en el hombre. Antes de su tiempo, la ciencia negaba la existencia de este hueso en la mandíbula superior del hombre. Goethe mismo dice que se sintió abrumado por la alegría y una especie de éxtasis cuando descubrió el hueso intermaxilar en la mandíbula humana, y agregó que fue una de las experiencias más maravillosas de su vida. Durante su viaje a Italia volvió a tener la misma experiencia. Estaba mirando un fragmento del cráneo de una oveja, y se le ocurrió otra idea, una idea aún más significativa con respecto a la evolución humana, de que el cerebro humano, la sede de la inteligencia, el centro de los movimientos voluntarios, es un desarrollo y una Metamorfosis de la médula espinal, al igual que la flor es la culminación y síntesis de la raíz y el tallo. ¿Qué facultad fue la que le permitió a Goethe hacer estos maravillosos descubrimientos que por sí mismos merecen que su nombre sea inmortal? Por un lado, fue su inteligencia sublime, pero también su intensa simpatía con todos los seres vivos y con toda la Naturaleza. Tal sensibilidad es un refinamiento y una extensión de las fuerzas de la vida y el amor. Corresponde a la segunda etapa de la iniciación cristiana y es la recompensa por el juicio de la flagelación. El hombre adquiere un sentimiento de amor por todos los seres y esto le da la sensación de vivir en el corazón de la Naturaleza.
La Coronación de espinas;
En esta etapa, el hombre debe aprender a desafiar al mundo moral e intelectualmente, a desistir de la ira cuando todo lo que es más querido para él está siendo atacado. La capacidad de permanecer erguido cuando todo lo empuja al suelo, a decir "Sí" cuando el resto del mundo dice "No", eso es lo que se debe adquirir antes de poder dar el siguiente paso. Esto da lugar a un nuevo síntoma, a saber, una disociación, o más bien el poder de disociar momentáneamente tres facultades que, en el hombre, están unidas: las facultades de la voluntad, el sentir y el pensar. Debemos aprender a separarlos y unirlos a voluntad. Por ejemplo, cuando permitimos que un evento externo nos llene de un entusiasmo incontrolado, es que no estamos maduros, porque ese entusiasmo proviene del evento, no de nosotros mismos, y podemos incluso ejercer una influencia devastadora de la que no somos expertos.
El entusiasmo del discípulo debe tener su fuente en las profundidades de su vida interior. Por lo tanto, debe poder permanecer impasible ante cualquier evento, sin importar cuán catastrófico sea. Esa es la única manera de alcanzar la libertad. La disociación del sentir, del pensar y de la voluntad produce en el cerebro un cambio que está simbolizado por la Corona de Espinas. Si esta prueba se pasa sin peligro, los poderes inherentes a la personalidad deben ser suficientemente intensos y en perfecto equilibrio. Si el discípulo no ha alcanzado esta etapa, o si recibe una guía incorrecta, el cambio en el cerebro puede conducir a la locura. La locura no es más que una separación involuntaria de estas facultades sin la posibilidad de volver a unirlas por la fuerza de voluntad interna. El discípulo provoca la separación mediante un acto de volición consciente. Un destello de su voluntad restablece el vínculo entre los órganos y las actividades del alma. Por el contrario, en el lunático, esa fisura puede ser incurable y producir una lesión física en los centros nerviosos.
En el transcurso de la etapa de la iniciación cristiana conocida como la Coronación de Espinas, surge el fenómeno conocido como el Guardián del Umbral: la aparición del doble inferior del hombre. El ser espiritual del hombre, compuesto por sus impulsos de voluntad, sus deseos y sus pensamientos, se aparece al Iniciado en forma visible. Es una forma que a veces es repugnante y terrible, porque es el resultado de sus buenos y malos deseos y de su karma: es su personificación en el plano astral, es el barquero Malvado del Libro Egipcio de los Muertos. Esta forma debe ser conquistada por el hombre antes de que pueda encontrar el Yo superior. El Guardián del Umbral, que ha sido un fenómeno de la visión astral desde tiempos inmemoriales, es el origen de todos los mitos sobre las luchas de Héroes contra monstruos, de Perseo y Hércules contra la Hidra, de San Jorge y Siegfried contra el dragón.
La aparición prematura del mundo astral y la aparición repentina del Doble o Guardián del Umbral pueden llevar a un hombre que no está completamente preparado o que no ha tomado todas las precauciones necesarias para todo discípulo, a la locura y la demencia.
Cargar con la Cruz;
Aquí se hace referencia simbólicamente, a una virtud del alma. Esta virtud, consiste en tener la sensación de cargar "el mundo en la propia conciencia", tal como el gigante Atlas cargaba el mundo sobre sus hombros, puede denominarse como un sentimiento de identificación con toda la Tierra, o en las palabras del ocultismo oriental, el cese del sentimiento de separación.
En general, y sobre todo en los tiempos modernos, los hombres se identifican con el cuerpo. (En su libro "Ética", Spinoza decía que la idea básica y fundamental del hombre es la idea del cuerpo en acción). El discípulo debe cultivar la idea de que en la suma total de las cosas, su cuerpo en sí mismo no tiene más importancia que cualquier otro cuerpo, tanto sea el cuerpo de un animal, como una mesa o un pedazo de mármol. El yo no está limitado por la piel; está unido con el gran organismo del universo, de la misma manera que la mano está unida con el resto del cuerpo. La mano sola sería como el polvo y las cenizas. ¿Qué sería el cuerpo del hombre sin la tierra sobre la que descansa, sin el aire que respira? Moriría, porque no es más que un diminuto órgano de la Tierra y el aire. Es por eso que el discípulo debe hundirse en todos los demás seres e identificarse con el Espíritu de la Tierra.
Goethe ha dado una maravillosa descripción de esta etapa al comienzo de Fausto. El Espíritu de la Tierra a quien Fausto aspira, aparece ante él y le habla con estas palabras:"En el ondular de la vida, en la acción tormentosa,
Una onda fluctuante,
La lanzadera va y viene,
Nacimiento y tumba,
Un mar eterno,
Un tejido, cambiante.
Una vida resplandeciente;
Así, en el correr del tiempo, mi mano prepara.
Las vestiduras de la vida que la divinidad teje.
Identificarse con todos los seres no significa que el cuerpo deba ser despreciado. Debe llevarse como un objeto exterior, como cuando Cristo llevó Su Cruz. El Espíritu debe manejar el cuerpo como la mano empuña un martillo. En esta etapa, el discípulo es consciente de los poderes ocultos que subyacen latentes en su cuerpo. En el curso de sus meditaciones, los estigmas pueden incluso aparecer en su piel. Esta es la señal de que está maduro para la quinta etapa, donde, en súbita iluminación, se le revela la Mística Muerte.
La muerte mística;
Cuando el discípulo se ve expuesto al más grande de todos los sufrimientos, reconoce que el mundo de los sentidos es una ilusión. Tiene realmente la sensación de morir y de descender al mundo de las sombras, pero luego la oscuridad se rompe y una nueva luz, la luz astral, brilla. El velo del templo se "rasga en dos". Esta luz no tiene nada en común con la luz física del sol. Se irradia desde el ser interior del hombre. La sensación que causa es totalmente diferente a la que produce la luz exterior. Para tener una idea de lo que significa, hagamos la siguiente comparación. Imaginamos que estamos dejando atrás una ciudad turbulenta y entrando en un bosque denso. Los ruidos cesan gradualmente y un completo silencio se adueña de nosotros. Finalmente, uno comienza a darse cuenta de lo que hay más allá del silencio, de cruzar el punto cero en el que todo el sonido externo ha cesado. Ahora el sonido surge de nuevo para el oído interno desde el otro lado de la existencia. Tal es la experiencia del alma de quien entra al mundo astral. Entonces está en contacto con la calidad inversa de las cosas con las que estaba familiarizado, al igual que en aritmética, por debajo del cero, se entra en la creciente serie de números negativos.
Necesitamos por tanto, perderlo todo para recuperarlo todo, incluida nuestra propia existencia. En el momento de perder todo, parecemos morir para nosotros mismos y comenzamos a vivir en el mundo que nos rodea.
Tal es la muerte mística. Cuando un hombre ha pasado esta etapa, ha llegado el momento de la siguiente:
El Entierro;
El hombre siente que es liberado de su propio cuerpo y es uno con el planeta. Él es uno con la Tierra y se encuentra nuevamente dentro de la vida planetaria.
La resurrección;
Esta es una experiencia sublime, imposible de describir a menos que sea dentro de los muros del santuario. La última etapa de la iniciación cristiana trasciende todas las palabras y toda analogía falla. En esta etapa el hombre adquiere el poder de curación. Sin embargo, se debe tener en cuenta que quien la posee posee, al mismo tiempo, el poder inverso, el poder de provocar la enfermedad. Lo negativo invariablemente va de la mano de lo positivo. De ahí la tremenda responsabilidad que se atribuye a este poder que puede caracterizarse por el dicho: La palabra creativa surge del alma en llamas.

GA094 París, 30 de mayo de 1906 -cosmología esotérica - los siete grados de iniciación.

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 RUDOLF STEINER
Los siete grados de la iniciación
París, 30 de mayo de 1906
sexta conferencia
En primer lugar, hay que decir que el yoga o la iniciación no es un acontecimiento tormentoso, sino un entrenamiento lento, un cambio muy íntimo. A menudo se imagina que consiste en una serie de prácticas externas y ejercicios ascéticos. Nada de esto es cierto. Todo debe tener lugar en las profundidades del alma.
Hablemos primero de las reglas prácticas de esta formación.
A menudo se ha dicho que el comienzo de la iniciación es peligroso y que quien la emprende se expone a graves peligros. Hay algo de verdad en esto, y trataremos de explicarlo científicamente.
La iniciación es una especie de nacimiento del alma humana superior que está oculta en cada ser humano. Para el alma inferior o, para ser más precisos, para el cuerpo astral, implica peligros similares a los del nacimiento físico; la similitud es que el alma divina se separa del alma pasional con dolor, lo mismo que el niño del vientre de su madre, pero con la diferencia de que el nacimiento espiritual dura mucho más tiempo.
Hagamos otra comparación. El alma superior está íntimamente ligada al alma animal. Es su conexión con los demás lo que modera las pasiones, las espiritualiza y las controla según el grado de la razón y la voluntad. Esta conexión tiene una ventaja para el hombre. Pero paga esta ventaja con la pérdida de su clarividencia. Imaginemos un líquido de color verde, compuesto químicamente por azul y amarillo. Si se consigue separarlos químicamente, se verá, por ejemplo, que el líquido amarillo se deposita en el fondo mientras que el azul sube a la superficie. Lo mismo ocurre con el hombre cuando el camino iniciático separa el alma animal del alma espiritual. Para el alma superior esto se traduce en clarividencia, pero el alma animal, dejada sola, se entrega ahora sin control al exceso de las pasiones, siempre que no haya sido aún purificada por el ego. Este hecho puede observarse a menudo en los médiums. Estar alerta a este peligro se indica a veces en la iniciación con la palabra: el guardián del umbral.
Por eso, la primera exigencia que se hace al discípulo es que tenga un carácter firme y sea dueño de sus pasiones. Por ello, los ejercicios de iniciación van precedidos de una estricta disciplina y de ciertas condiciones, la primera de las cuales es la tranquilidad y el recogimiento. La moral ordinaria no es suficiente, pues sólo se refiere a la conducta del hombre en el mundo exterior. La iniciación, sin embargo, hace referencia a la hombre interior.
Si alguien objetara: la piedad es suficiente - responderíamos: la piedad es algo hermoso y necesaria, pero no tiene nada que ver con la práctica oculta. La piedad sin sabiduría es poco creativa.
Para el ocultista, el verdadero iniciado, se trata de cambiar el rumbo de su vida. El hombre de hoy en día está determinado e impulsado en sus acciones por las impresiones de los sentidos, es decir, por el mundo exterior. Pero todo lo que está ligado al espacio y al tiempo no tiene importancia. Se puede pasar por alto.
Ahora bien, ¿Cuáles son los medios para lograr este fin?
  • En primer lugar, dirigir el poder del pensar a un solo objeto y dejarlo reposar en él. Esto se llama adquirir el control mental.
  • En segundo lugar, actuar de la misma manera con respecto a todas las actividades, sean grandes o pequeñas, dominarlas, regularlas, ponerlas bajo el control de la voluntad. En adelante, todo debe proceder de una iniciativa interior. Esto es el control de las acciones.
  • Tercero: El equilibrio del alma. Hay que tener moderación en el dolor y en la alegría. Goethe decía que el alma que ama está a veces "exultante" y a veces "entristecida hasta la muerte". El ocultista debe soportar la mayor alegría y el mayor dolor con la misma ecuanimidad mental.
  • En cuarto lugar: la positividad. El estado de ánimo que consiste en buscar el bien en todo. Una leyenda persa cuenta: Cuando Cristo pasó una vez con sus discípulos por delante de un cadáver de perro que olía mal, sus discípulos se apartaron con asco. Pero él, tras contemplar el repugnante espectáculo, se limitó a decir: "¡Qué bonitos dientes tiene el animal!
  • Quinto: Imparcialidad. La apertura mental a todo fenómeno nuevo; la capacidad de no dejar nunca que el pasado determine el propio juicio.
  • Sexto: El equilibrio interior que surge de todos estos ejercicios preparatorios. Ahora uno se encuentra maduro para el entrenamiento interior del alma. Uno está preparado para emprender el camino.
  • Séptimo: Meditación. Hay que hacerse ciego y sordo al mundo exterior y a sus recuerdos, hasta el punto de que un disparo de cañón no nos perturbe. Esta es la preparación para la meditación. Cuando uno se ha vaciado interiormente, es capaz de recibir en su interior lo que viene de fuera. Se trata entonces de despertar las capas más profundas del alma a través de ciertas ideas que son adecuadas para permitir que el alma se eleve a la fuente.
En "Luz en el sendero" hay cuatro enseñanzas que son adecuadas para ser utilizadas como objetos de meditación, de concentración interior.  Son principios muy antiguos que han sido utilizados por los iniciados durante siglos y cuyo significado es profundo y múltiple. 

Primera lección: Antes de que el ojo pueda ver,
debe prescindir de las lágrimas.
Segunda lección: Antes de que el oído pueda oír, 
tiene que deshacerse de la sensibilidad.
Tercera lección: Antes de que la voz pueda hablar ante los maestros,
debe aprender a no ser hiriente. 
Cuarta lección: Antes de que el alma pueda estar ante ellos,
con la sangre de su corazón debe mojar sus pies.

Estas cuatro enseñanzas tienen un poder mágico. Pero para sentirlos vivamente, es necesario dejarlos vivir en ti y amarlos incansablemente, como una madre ama a su hijo.

El primer ejercicio tiene el poder de desarrollar el cuerpo etérico, especialmente su parte superior, que corresponde a la cabeza.

 Habiendo tratado así la parte superior del cuerpo etérico, es necesario desarrollar una parte más profunda del ser: el sistema sanguíneo y respiratorio, el corazón y los pulmones. Hace tiempo, en las épocas de desarrollo de la tierra, el hombre vivía en el agua y respiraba por las branquias como lo hacen hoy los peces. Los escritos sagrados de las naciones han registrado el momento en que el hombre comenzó a respirar el aire del cielo. El Génesis dice: "Dios insufló al hombre su aliento". El discípulo tiene que cambiar y purificar su sistema respiratorio. Todo la evolución consiste en pasar del caos a la armonía, de lo arrítmico a lo rítmico. El hombre debe armonizar sus instintos.

En la antigüedad, los diferentes grados de iniciación se designaban con nombres especiales: 

  1. Primer grado: el cuervo. Denota al que está en el umbral. El cuervo aparece en todas las mitologías. En las Edda 1, susurra al oído de Wotan lo que ve en la distancia.
  2. Segundo grado: el estudiante secreto u ocultista.
  3. Tercer grado: el guerrero (batalla, lucha).
  4. Cuarto grado: el león (fuerza).
  5. Quinto grado: el iniciado lleva el nombre del pueblo al que pertenece: persa o griego, porque su alma se ha extendido a todo su pueblo.
  6. Sexto grado: Héroe del sol o corredor del sol, porque su curso se ha vuelto tan armonioso, tan rítmico como el curso del sol. El sol representaba el movimiento rítmico y vivo del sistema planetario. La leyenda de Ícaro se refiere a la iniciación. Ícaro intentó alcanzar el sol demasiado pronto, sin la suficiente preparación, y se estrelló.
  7. Séptimo grado: el Padre, porque ahora ha llegado a ser capaz de levantar discípulos y ser el protector de todos los hombres; y porque es el Padre del hombre nuevo, nacido por segunda vez en el alma despierta.

En el curso de la meditación, el pensar purifica el aire. Incluso se pudo probar y demostrar químicamente que el ácido carbónico se exhala en cantidades menores.

El nuevo ritmo respiratorio provoca un cambio en la sangre. El hombre se purifica hasta el punto de poder construir la sangre por sí mismo sin la ayuda de las plantas. A largo plazo, la meditación cambia la naturaleza de la sangre.  El hombre exhala menos ácido carbónico porque retiene el ácido carbónico en su interior y lo utiliza para construir el cuerpo. Sólo exhala aire puro.

Así, el hombre llega a ser capaz de vivir con su propio aliento. De este modo, lleva a cabo una transformación alquímica.

¿Cuáles son las etapas superiores de la iniciación? 

    • Primera etapa: El iniciado encuentra el silencio total en el alma. Entonces surge en él la visión astral, donde todo es una imagen simbólica de la realidad. Esta visión astral, percibida durante el sueño, sigue siendo imperfecta.
    • Segunda etapa: Los sueños dejan de ser caóticos y se vuelven regulares. Se siente la verdadera relación entre el simbolismo de los sueños y la realidad, se llega a dominar el plano astral. Ahora la luz astral, que viene de dentro, se enciende en el alma, que aprende de ese modo a ver las otras almas como realidades, por así decirlo.
    • Tercera etapa: Se establece la continuidad de la conciencia entre el estado de vigilia y el estado de sueño. Si antes la vida astral se reflejaba en los sueños del sueño ligero, ahora aparece en el sueño profundo en otras percepciones que son puros procesos auditivos y se manifiestan en forma solemne. El alma escucha entonces la palabra interior de todos los seres en forma de una maravillosa armonía, y esta armonía manifiesta la vida real.
Platón y Pitágoras llamaron a esta armonía la armonía de las esferas.  No se trata de una metáfora poética, sino de una vibración profunda del alma más íntima entre las ondas sonoras que emanan del alma del mundo. Goethe, que se inició en su juventud en el periodo entre Leipzig y Estrasburgo, conocía esta armonía de las esferas. Lo cantó al principio de Fausto, donde el arcángel Rafael dice estas palabras.

"El Sol hace música como antaño

    En medio de las esferas hermanas del cielo.

En su círculo predestinado rueda

    Con el rugido del trueno".

 En el sueño profundo, el iniciado oye estos sonidos como el estruendo de las trompetas y el retumbar de los truenos.

1 Las Edda son compilaciones de historias relacionadas con la mitología nórdica.

Traducido por J.Luelmo

GA094 París, 31 de mayo de 1906 -cosmología esotérica -el evangelio de san Juan



 

RUDOLF STEINER
El evangelio de s. juan
París, 31 de mayo de 1906
 séptima conferencia.
El papel del cristianismo en la historia humana es único. La llegada del cristianismo representa, en cierto sentido, el momento central, el punto de inflexión entre la involución y la evolución. Es por eso que irradia una luz tan brillante, una luz que en ninguna parte está tan llena de vida como en el Evangelio de San Juan. En verdad, solo en este Evangelio es donde se manifiesta el pleno poder de la luz.
No se puede decir que la teología moderna tenga este concepto del Evangelio. Desde el punto de vista histórico, se le considera mas bien, inferior a los tres evangelios sinópticos, por ser, en cierto sentido, apócrifo. El hecho de que algunos atribuyen que su autoría tuvo lugar en el segundo siglo después de Cristo, hizo que algunos teólogos de la escuela crítica de la biblia, lo consideraran una obra de poesía mística y filosofía alejandrina.
El ocultismo tiene otro concepto del Evangelio de San Juan.
Durante la Edad Media, varias Fraternidades vieron en este Evangelio la fuente esencial de la verdad cristiana. Tales Fraternidades eran los Hermanos de San Juan, los Albigenses, los Cátaros, los Templarios y los Rosacruces. Todos se dedicaban al ocultismo práctico invocando este Evangelio como su Biblia, su breviario. Se puede decir en un sentido que la leyenda del Grial, Parsifal y Lohengrin emanó de estas Fraternidades y que fue la expresión popular de las doctrinas secretas.
Se consideraba que todos los miembros de estas diferentes órdenes, emparentadas entre sí, poseían el secreto. Eran los precursores de un cristianismo que habría de extenderse por el mundo en tiempos posteriores. En el Evangelio de San Juan encontraron el secreto, porque sus palabras contenían verdad eterna, verdad aplicable en todo momento. Una verdad como esta regenera las almas de todos los que se dan cuenta de ello en lo más profundo de su ser. El Evangelio nunca fue considerado o leído simplemente como una joya de la literatura. Fue utilizado como un instrumento para desarrollar la vida mística del alma. Para empezar, dejemos su valor puramente histórico fuera de consideración.
Los primeros catorce versos de este Evangelio eran tema de meditación diaria entre los Rosacruces. Sostenían que estos versos poseían un poder mágico, un hecho bien conocido por los ocultistas. Al repetir estos versos a la misma hora, día a día, sin interrupción, los Rosacruces comenzaban a ver en las visiones de los sueños todos los eventos registrados en el Evangelio y los experimentaban internamente.
Así, mediante la visión espiritual, los Rosacruces vieron la vida de Cristo; es más, el mismo Cristo nacía en las profundidades de sus almas. Creían, por supuesto, en la existencia real e histórica de Cristo, porque conocer al Cristo interior es también reconocer al Cristo exterior.
Un materialista de hoy podría preguntarse si el hecho de que los Rosacruces tuvieran estas visiones, es una prueba de la existencia real de Cristo. A esto el ocultista responderá: "Si no hubiera ojos para percibir el sol, no habría sol; pero si no hubiera sol en los cielos, no habría ojos para percibirlo. Porque es el sol el que a lo largo de los tiempos, ha formado y construido el ojo para que pueda contemplar la luz. "En este sentido, los Rosacruces decían:" El Evangelio de San Juan despierta los sentidos internos, pero si no hubiera ningún Cristo viviente, Él no podría vivir dentro de ti '.
La misión llevada a cabo por Cristo Jesús, no puede entenderse en todas su profundidad, a menos que nos demos cuenta de la diferencia entre los Antiguos Misterios y el Misterio Cristiano.
Los Antiguos Misterios se llevaban a cabo en los santuarios del templo. Los Iniciados eran despertados. Habían aprendido a trabajar sobre el cuerpo etérico y eran los "nacidos dos veces" porque podían percibir la verdad en un doble sentido: directamente, a través del sueño y la visión astral, e indirectamente, a través de la percepción sensorial y de la lógica. La iniciación a través de la cual pasaban se realizaba en tres etapas: vida, muerte y resurrección. El discípulo pasaba tres días en un sarcófago en una tumba del templo. Su Espíritu era liberado de su cuerpo; pero al tercer día, a la llamada del hierofante, el Espíritu descendía nuevamente al cuerpo desde los espacios cósmicos de la vida universal. El hombre pasaba a ser un recién nacido transformado. Los más grandes escritores griegos han hablado de estos misterios con gran asombro e inspiración. Platón va aún mas lejos, tanto como para decir que solo el Iniciado es digno de llamarse hombre. Esta antigua iniciación tiene su punto culminante "en Cristo". Cristo representa la iniciación cristalizada de la vida sensorial. Todo lo que se veía supra sensiblemente en los Antiguos Misterios, en Cristo se convierten en un hecho histórico en el plano físico. La muerte que experimentaban los antiguos Iniciados, era solo una muerte parcial en el plano etérico. La muerte de Cristo, fue una muerte completa en el plano físico.
La resurrección de Lázaro puede considerarse como un momento de transición de la antigua iniciación, a la iniciación cristiana. En el cuarto Evangelio no se menciona a Juan hasta después de la historia de la muerte de Lázaro. "El discípulo a quien Jesús amó" es aquel que pasó por las etapas de muerte y resurrección en la iniciación y que fue llamado a una nueva vida por la voz de Cristo mismo. Juan es Lázaro que salió de la tumba después de su iniciación; Vivió la muerte de Cristo. Tal es el camino místico oculto en las profundidades del cristianismo.
Las bodas de Caná, expresan uno de los misterios más profundos de la historia espiritual de la humanidad. Está relacionado con el dicho de Hermes: "Como es arriba, es abajo". En las bodas de Caná, el agua se transforma en vino. El significado simbólico de este milagro es que en el culto religioso, la ofrenda del agua, debía ser reemplazada por un tiempo por la ofrenda del vino.
Hubo épocas en la historia del hombre, en las que el vino no era conocido. En los tiempos de los Vedas era prácticamente desconocido. En las épocas en las que no se consumía alcohol, la noción de vidas anteriores y de haber vivido muchas vidas se mantuvo universalmente; Nadie dudaba de su verdad. Sin embargo, tan pronto como el hombre comenzó a beber vino, el conocimiento de la reencarnación se desvaneció rápidamente, y finalmente desapareció por completo de la conciencia del hombre. Sólo se conservó entre los Iniciados que no tomaban alcohol. El alcohol tiene un efecto peculiarmente potente en el organismo humano, especialmente en el cuerpo etérico que es la sede de la memoria. El alcohol oscurece las profundidades íntimas de la memoria. "El vino induce al olvido", como dice el dicho. El olvido no es solo superficial o momentáneo, sino que también es profundo y permanente, y hay una disminución del poder de la memoria en el cuerpo etérico. Por eso, poco a poco, los hombres perdieron su conocimiento instintivo de la reencarnación cuando empezaron a beber vino.
La creencia en la reencarnación y la ley del Karma tenía una gran influencia no solo en el individuo sino en su sentido social. Le ayudaba a soportar las desigualdades de la vida humana. Cuando el infeliz obrero egipcio trabajaba en las pirámides, o la casta más baja de los hindúes que construían los gigantescos templos indios en el corazón de las montañas, se decía a sí mismo que otra existencia lo compensaría por los trabajos realizados con paciencia, que su maestro si era bueno, es porque ya se habría visto sometido a pruebas similares o que tendría que someterse a ellas en el futuro si fuera injusto y cruel.
A medida que se acercaba la era del cristianismo, el hombre estaba destinado a entrar en una época en que debía concentrarse en esfuerzos terrenales; debía trabajar para mejorar la existencia terrenal, el desarrollo del intelecto, de la comprensión lógica y científica de la Naturaleza. El conocimiento de la reencarnación, por lo tanto, debía perderse por dos mil años y el vino era el medio para este fin.
Tal es el fondo profundo del culto de Baco, el Dios del vino y la embriaguez. (Baco es la expresión popular del Dios Dionisio de los Antiguos Misterios, a quien se le debe asignar un significado bastante diferente). Este es también el significado simbólico de las bodas de Caná. El agua servía a los propósitos de los antiguos sacrificios; El vino serviría al propósito de los nuevos. Las palabras de Cristo: “Bienaventurados aquellos que sin haber visto, han creído”, hace referencia a la nueva época en la que el hombre, totalmente entregado a sus tareas terrenales, debía vivir sin el recuerdo de sus encarnaciones y sin una visión inmediata del mundo divino.
En el pasaje sobre el Monte Tabor, Cristo nos ha dejado un testamento en la Transfiguración en presencia de Pedro, Santiago y Juan. Los discípulos lo ven entre Elías y Moisés. Elías representa el Camino de la Verdad; Moisés, la Verdad misma; Cristo, la vida que los personifica. Es por eso que Cristo puede decir de sí mismo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".
Por consiguiente, toda la vida está concentrada, iluminada, profundizada y transfigurada en Cristo. Él personifica el pasado del alma humana de regreso a su fuente primordial y prefigura su futuro al punto de unión con Dios. El cristianismo no es solo un poder del pasado sino del futuro. En común con los Rosacruces, el ocultista de nuestros días enseña acerca de Cristo en el ser interior de cada individuo y en el futuro, de Cristo en toda la humanidad.

GA094 París, 28 de mayo de 1906 -cosmología esotérica- la glándula pineal


 
RUDOLF STEINER
la glándula pineal
París, 28 de mayo de 1906
cuarta conferencia
Hay un fenómeno de la vida física que nunca ha sido explicado por el pensamiento exotérico: la vida caótica vinculada con el sueño y que es llamada vivencia onírica.
¿Qué es el sueño, desde el punto de vista del ocultismo? Es una actividad que ha sobrevivido desde tiempos prehistóricos. Para entenderlo por analogía, consideremos ciertos fenómenos que ya no pertenecen, propiamente hablando, a la vida física: órganos que ahora ya se han vuelto inútiles, órganos rudimentarios respecto a los cuales la ciencia no sabe para qué sirven. Tales como los órganos motores del oído y del ojo que ya no funcionan, el apéndice y, en particular, la glándula pineal en el cerebro, que tiene la forma de un pequeño cono de pino. Los científicos los justifican como productos de la degeneración, como un crecimiento parasitario en el cerebro. Esto no es correcto. En las creaciones que aún perduran de la Naturaleza, nada ha carecido de uso. La glándula pineal es el remanente sobreviviente de un órgano de gran importancia en el hombre primitivo, un órgano de percepción que sirvió simultáneamente como antena, ojo y oído. Este órgano existió en el hombre durante su período rudimentario de desarrollo, en los días en que la Tierra semifluida y semi-vaporosa aún estaba unida a la Luna. El hombre se movía a través del elemento semi líquido, semi gaseoso como un pez, guiándose por este órgano. Sus percepciones eran de naturaleza visionaria, alegórica. Las corrientes de calor evocaban en él la impresión de un rojo deslumbrante y de un sonido potente. Las corrientes de frío evocaban la impresión de tonos de verde y azul, plateados y sonidos ondulados.
El papel desempeñado por la glándula pineal fue, por lo tanto, de gran importancia. Pero con la mineralización de la Tierra, hicieron su aparición otros órganos de los sentidos, y para nosotros la glándula pineal no tiene un propósito aparente.
Volvamos ahora al fenómeno del sueño.
El sueño es una función rudimentaria de nuestra vida, aparentemente sin uso ni propósito. En realidad, representa una función atrofiada, una función que antaño daba lugar a un modo de percepción muy diferente.
Antes de que la Tierra se mineralizara, solo era perceptible en el sentido astral. Todas las percepciones son relativas; son meramente simbólicas. El núcleo central de la verdad es inefable y divino. Esto se expresa maravillosamente en las palabras de Goethe: "Todas las cosas transitorias no son más que símbolos".
La visión astral (que todavía está presente en el sueño) es alegórica y simbólica.
Ejemplos de sueños provocados por causas físicas y corporales:
Un estudiante sueña que un compañero le da un golpe, con lo cual se inicia una pelea y él mismo resulta herido. De pronto se despierta y descubre que la causa del sueño es una silla que se ha caído. O por ejemplo: alguien puede soñar con un caballo trotando, pero en realidad el sonido es causado por el tictac de un reloj.
La raíz de ciertos sueños se encuentra en la naturaleza corporal del hombre, pero otros están directamente relacionados con los mundos astral y espiritual. Esta última clase de sueños dieron origen a los mitos.
En opinión de los estudiosos modernos, los mitos son interpretaciones poéticas de fenómenos de la naturaleza. Sin embargo, si estudiamos ciertas leyendas populares, encontraremos que son algo más que eso. Los mitos y las leyendas se basan en visiones astrales que han sido desfiguradas, modificadas y desarrolladas por la tradición.
Piensen por ejemplo, en la leyenda eslava de: "la Mujer del mediodía". Si los campesinos que trabajan en la cosecha con el fuerte calor del verano, se estiran en el suelo al mediodía en lugar de ir a sus hogares, aparece la figura de una mujer y les plantea una serie de enigmas. Si quién duerme puede resolver estos enigmas, se salva; Si no, la mujer lo mata y lo corta en dos con su guadaña. La leyenda prosigue diciendo que este fantasma se puede exorcizar recitando los versos de la Oración del Señor en orden inverso. El ocultismo nos enseña que la Mujer del mediodía es una figura astral, un personaje que aparece y oprime al hombre mientras duerme. La oración del Señor invertida indica que en el mundo astral todo se refleja como en un espejo (inversión). En El enigma de la esfinge, Ludwig Laistner dice que el origen de la leyenda de la esfinge se encuentra en todas las razas. También demuestra que todas las leyendas han sido concebidas en una condición de sueño superior donde se perciben las realidades, y que la esfinge es en verdad una figura demoníaca.
El origen de todos los mitos, se debe a un estado de conciencia onírica, o percepción de un mundo real en los símbolos astrales. Los mitos describen el mundo astral visto en visiones simbólicas.
En el curso de la historia, encontramos que la creación de mitos cesa cuando la vida de la lógica y la intelectualidad comienza a desarrollarse.
Una conocida ley del ocultismo, establece que con cada nueva etapa de evolución, hace su aparición un elemento del pasado. Antiguas facultades, supervivientes de épocas pasadas que se han atrofiado en el ser humano, actúan como fermentos para el desarrollo posterior; Son como la levadura que hace subir la masa. La actual facultad de soñar del hombre engendrará un nuevo tipo de visión, una percepción del mundo astral y espiritual.
El hombre de hoy vive solo en sus sentidos y en su intelecto con el que elabora lo que los sentidos le dicen. El intelecto del hombre del futuro despertará a la luz plena de la conciencia y vivirá conscientemente en el mundo astral.
Tanto el estado de trance del sujeto hipnotizado como el del medium, son un fenómeno atávico, ligado a la disminución de la conciencia. El clarividente iniciado no es un visionario desequilibrado; posee, de antemano, la conciencia que poseerán todos los hombres en las edades futuras; está tan sólidamente afirmado en el suelo como lo pueda estar el ser humano más práctico; Su razón es tan clara y segura, que puede ver en ambos mundos.
Es una ley de la evolución que ciertos órganos se atrofian, para luego asumir nuevas funciones.
La glándula pineal tiene una cierta relación fisiológica con el sistema linfático. En los tiempos antiguos, esta glándula era el órgano de percepción del mundo exterior y aún puede verse cerca de la parte superior de la cabeza de los bebés recién nacidos, donde la materia blanda recuerda la naturaleza del cuerpo del hombre en los tiempos antiguos.
En nuestra vida racional, el sueño desempeña un papel similar al de la glándula pineal en la fisiología del cuerpo humano.
¿Por qué se dan los procesos tanto descendentes como ascendentes en la evolución? ¿Cuál es el propósito del mal? Estas son preguntas importantes que nunca han sido resueltas por la ciencia o la religión. Sin embargo, todo el problema de la educación depende de su solución.
No podemos hablar del mal en sentido absoluto. El mal, de hecho, juega un papel en el desarrollo de los seres y en el desarrollo de la libertad.
El materialista no admitirá que los pensamientos que la Naturaleza estimula en nosotros, ya están, de hecho, contenidos en nuestro ser. Se imagina que imbuimos nuestros pensamientos en la naturaleza.
Los rosacruces en la Edad Media, solían colocar un vaso de agua delante del neófito y le decían: "Este agua no estaría en el vaso si alguien no la hubiera puesto ahí". Por lo tanto, respecto a las ideas que se encuentran expresadas en la naturaleza. Deben haber sido implantados allí por Inteligencias divinas, por servidores del Logos.
Los pensamientos que deducimos del universo están realmente allí. Todo lo que creamos está contenido en algún lugar del universo.
Ciertos místicos desprecian el valor del cuerpo físico, esa es una idea falsa, tiene tanto valor como el cuerpo astral; Su misión es convertirse en el templo del alma.
Piensen en la maravillosa estructura del fémur, un hueso que soporta todo el cuerpo. Está construido de tal manera que nos brinda la mayor capacidad de resistencia, con la cantidad mínima de sustancia empleada. Ningún ingeniero podría crear una estructura tan maravillosa. En comparación con el cuerpo físico, el cuerpo astral, sede de las pasiones y los deseos, es rudimentario y tosco.
El mundo físico es la expresión de la sabiduría encarnada, la sabiduría divina.
Los Rosacruces enseñaban que la Tierra, en tiempos primitivos, era una Tierra de sabiduría. Hoy podemos llamarla una tierra de amor. La misión del hombre es lograr para su cuerpo astral, (esa parte aún imperfecta de su ser), lo que la sabiduría divina una vez logró para su cuerpo físico . Debe ennoblecerlo y con ello el mundo que le rodea.
Todo lo que forma parte de nosotros, sin la participación de nuestra voluntad consciente, sino bajo la influencia de la sabiduría divina, eso es Involución. Todo lo que debemos sacar de nosotros mismos a fuerza de voluntad consciente, eso es Evolución.
Las pirámides perecerán a lo largo de los siglos, pero las ideas que le dieron a luz seguirán desarrollándose . Las catedrales de hoy tomarán otra forma. Los cuadros de Rafael se convertirán en polvo, pero el alma de Rafael y las ideas que representan sus creaciones serán fuerzas vivientes para siempre. El Arte de hoy será la Naturaleza del mañana y volverá a florecer en ella. Así, la Involución se convierte en Evolución.

Aquí tenemos el punto de intersección entre lo divino y lo humano, el doble poder que acerca Dios al hombre y eleva al hombre hacia Dios.
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919