GA202 Dornach 17 de diciembre de 1920 - Alma y Espíritu en la Constitución Física Humana




El puente entre la espiritualidad universal y la Constitución
física del hombre

Alma y Espíritu en la Constitución Física Humana


G.A.202



Conferencia a cargo del Dr. Rudolf Steiner, Dornach 17 de diciembre de 1920

Hoy quiero interpolar un tema que posiblemente pueda parecerles un tanto remoto, pero será de importancia para el desarrollo ulterior de los temas que estamos estudiando en la actualidad. Hemos sido capaces de reunir juntos muchos detalles esenciales que son esenciales para el conocimiento del ser humano. Por un lado, poco a poco estamos descubriendo el lugar del hombre en la vida del cosmos, y por el otro, su lugar en la vida social. Pero será necesario hoy considerar ciertos asuntos que contribuyan a una mejor comprensión del ser y la naturaleza del hombre.
Cuando el hombre es estudiado mediante el pensamiento científico moderno, sólo se toma en consideración una parte del ser. No se toma en cuenta el hecho de que, además de su cuerpo físico, el hombre también tiene otros miembros más elevados. Pero dejaremos esto de lado hoy y pensaremos en algo que es más o menos reconocido por la ciencia y también ha abierto un camino en la conciencia general.
Al estudiar al ser humano, sólo se consideran pertenecientes a su organismo aquellos elementos que se pueden representar como sólidos o sólidos-fluidos. Se reconoce, por supuesto, que el fluido y los elementos aeríformes entran y salen del ser humano, pero éstos no son considerados en sí mismos como miembros integrales del organismo humano. El calor interno del hombre que es mayor que el de su entorno es considerado como un estado o condición de su organismo, pero no como un miembro real de su constitución. Enseguida veremos lo que quiero decir con esto. Ya he llamado la atención sobre el hecho de que cuando estudiamos el ascenso y descenso del líquido cerebral a través del canal espinal, podemos observar un movimiento oscilatorio regular hacia arriba y hacia abajo causado por la inhalación y la exhalación; cuando respiramos, el fluido cerebral es impulsado hacia arriba y golpea, por así decirlo, contra la estructura del cerebro; cuando exhalamos, el líquido desciende de nuevo. Estos procesos de los componentes puramente líquidos del organismo humano no se consideran parte integrante del propio organismo. La idea general es que el hombre, como estructura física, consiste en las sustancias más o menos sólidas, o al menos sólido/ líquidas que se encuentran en él.
El hombre es representado como una estructura construida a partir de estas sustancias más o menos sólidas (véase el Diagrama I).

Los otros elementos, el elemento fluido, como lo he mostrado por el ejemplo del fluido cerebral y el elemento aeriforme, no son considerados por la anatomía y la fisiología como pertenecientes al organismo humano como tal. Se dice: Sí, el ser humano atrae el aire que sigue ciertos caminos por su cuerpo y también tiene ciertas funciones definidas. Este aire se exhala de nuevo. - Entonces se habla de esa condición de calor del cuerpo, pero en realidad se considera el elemento sólido como el único factor organizador y no se dan cuenta de que además de esta estructura sólida también deben ver al hombre entero como una columna de fluido (Diagrama II,
azul), como permeado por el aire (rojo) y como un ser en el que hay un grado definido de calor (amarillo). Un estudio más exacto muestra que así como los constituyentes sólidos o fluido/sólidos deben ser considerados como una parte integral o miembro del organismo, por lo que la fluidez real no debe considerarse como un fluido muy uniforme, sino como diferenciado y organizado - Aunque el proceso aquí es más fluctuante - y tiene su propio significado particular.
Por lo tanto, además del hombre sólido, debemos tener en cuenta al «hombre fluido» y también al «hombre aeriforme», pues el aire que está dentro de nosotros, en cuanto a su organización y diferenciación, es un organismo en el mismo sentido que lo es el organismo sólido, sólo que es gaseoso, aeriforme, y en movimiento. Y por último, el calor en nosotros no es un calor uniforme que se extiende sobre todo el ser humano, sino que también está delicadamente organizado. Sin embargo, tan pronto como empezamos a hablar del organismo fluido que ocupa el mismo espacio que ocupa el organismo sólido, comprendemos inmediatamente que no podemos hablar de este organismo fluido en el hombre terrenal sin hablar del cuerpo etérico que lo impregna y lo llena de fuerzas. El organismo físico existe por sí mismo, por así decirlo; Es el cuerpo físico; En la medida en que lo contemplemos en su totalidad, lo consideramos, en primer lugar, como un organismo sólido. Este es el cuerpo físico.
Vamos entonces en segundo lugar a considerar el organismo fluido, que, por supuesto, no puede ser investigado de la misma manera que el organismo sólido, por disección, sino que debe ser concebido como un organismo fluido interiormente móvil. No puede estudiarse a menos que pensemos en él como permeado por el cuerpo etérico.
En tercer lugar, existe el organismo aeríforme que de nuevo no puede estudiarse a menos que tambien lo consideremos como permeado de fuerzas provenientes del cuerpo astral.
En cuarto lugar, está el organismo calorico con toda su diferenciación interior. Está permeado por las fuerzas del Ego. - Así es como se constituye el ser humano como ser terrenal hoy.
                                        Organismo sòlido       Organismo fluido      Organismo Aeriforme          organismo calorico
Pensemos, por ejemplo, en la sangre. En la medida en que es principalmente fluida, y por consiguiente esta sangre pertenece al organismo fluido, encontramos en la sangre el cuerpo etérico que la permea con sus fuerzas. Pero en la sangre también está presente lo que generalmente es llamada propiedad calórica. Pero ese «organismo» no es de ninguna manera idéntico al organismo de la sangre como tal fluido. Si fuéramos a investigar esto -y también puede hacerse con métodos físicos de investigación- encontraríamos al registrar la calidez en las diferentes partes del organismo humano que la calidez no puede ser identificada con el organismo fluido ni con cualquier otro.
Reflexionando directamente sobre el hombre de esta manera, encontramos que es imposible que nuestro pensamiento se detenga dentro de los límites del propio organismo humano. Podemos permanecer dentro de estos límites sólo si pensamos meramente en el organismo sólido que está aislado de lo que está fuera de él, por la piel. Incluso esto, sin embargo, sólo es aparentemente así. La estructura sólida se considera generalmente como si fuera un bloque firme y cerrado; Mas también está interiormente diferenciado y está relacionado de múltiples maneras con la tierra sólida como un todo. Esto es obvio por el hecho de que las diferentes sustancias sólidas tienen, por ejemplo, pesos diferentes; lo cual solo demuestra que los sólidos dentro del organismo humano se diferencian, tienen diferentes pesos específicos en el hombre. En cuanto a su organismo físico, por consiguiente, el ser humano está relacionado con la tierra como un todo. Sin embargo, es posible, al menos según la evidencia externa, colocar límites espaciales alrededor del organismo físico.
Es diferente cuando llegamos a la segunda, en la que el organismo fluido es permeado por el cuerpo etérico. Este organismo fluido no puede ser estrictamente demarcado del medio ambiente. Todo lo que es fluido en cualquier área del espacio es colindante al elemento fluídico en el ambiente. Aunque el elemento fluido como tal está presente en el mundo fuera de nosotros en un estado enrarecido, no podemos establecer una demarcación tan definida entre el elemento fluido dentro del hombre y el elemento fluido fuera del hombre, como en el caso del organismo sólido. Por lo tanto, la frontera entre el organismo fluido interior del hombre y el elemento fluido en el mundo externo debe dejarse indefinida.
Hay que hacer aún mayor hincapié cuando llegamos a considerar el organismo aerífero que está permeado por las fuerzas del cuerpo astral. El aire que hay dentro de nosotros en un momento dado, estaba fuera un momento antes, y pronto volverá a salir. Estamos entrando y sacando el elemento aeriforme todo el tiempo. Podemos realmente pensar en el aire como algo que rodea nuestra tierra y decir: penetra en nuestro organismo y se retira de nuevo; Pero al penetrar en nuestro organismo se convierte en una parte integral de nosotros. En nuestro organismo aeriforme en realidad tenemos algo que se construye constantemente fuera de toda la atmósfera y luego se retira de nuevo a la atmósfera. Cada vez que respiramos, algo se construye dentro de nosotros, o, por lo menos, cada respiración causa un cambio, una modificación, en un proceso constructivo dentro de nosotros. Del mismo modo, un proceso destructivo, parcialmente destructivo, tiene lugar cada vez que exhalamos. Nuestro organismo aeríforme sufre un cierto cambio con cada respiración; tanto cuando inhalamos como cuando exhalamos. Cuando exhalamos, el organismo aeríforme, por supuesto, no muere, simplemente experimenta un cambio; sino que hay una interacción constante entre el organismo aeriforme dentro de nosotros y el aire exterior. Las concepciones triviales usuales acerca del organismo humano sólo pueden deberse al error de no darse cuenta de que existe un ligero grado de diferencia entre el organismo aeríforme y el organismo sólido.
Y ahora llegamos al organismo calorico. Por supuesto, forma parte de acuerdo con la forma de pensar materialista-mecanicista, el estudiar sólo el organismo sólido e ignorar el organismo fluido, el organismo aeríforme y el organismo calorico. Pero no se puede adquirir ningún conocimiento real del ser del hombre a menos que estemos dispuestos a reconocer que tambien forman parte de él como miembros el organismo cálorico, el organismo aeríforme, el organismo fluido y el organismo terrestre (sólido).
El organismo calorico es primordialmente el campo del Ego. El Ego mismo es la organización espíritual que imbuye con sus propias fuerzas el calor que está dentro de nosotros, y que gobierna y le da configuración, no sólo externamente sino también internamente. No podemos entender la vida y la actividad del alma a menos que recordemos que el Ego trabaja directamente sobre el calor. Es principalmente el Ego en el hombre el que activa la voluntad, el que genera impulsos de voluntad. - ¿Cómo genera el ego los impulsos de la voluntad? Desde un punto de vista diferente hemos hablado de cómo los impulsos de la voluntad están conectados con la esfera terrestre, en contraste con los impulsos de pensamiento e ideación que están conectados con las fuerzas exteriores de más allá de la esfera terrestre. Pero ¿Cómo el Ego, que sostiene unidos los impulsos de la voluntad, envía estos impulsos al organismo, a todo el ser del hombre? Esto se logra a través del hecho de que la voluntad trabaja principalmente en el organismo calorico. Un impulso de voluntad que procede del Ego trabaja sobre el organismo de calor. Bajo las condiciones terrestres actuales, no es posible que lo que ahora voy a describirles les aparezca como una realidad concreta. Sin embargo, puede concebirse como algo esencialmente presente en el hombre. Se puede concebir si pasamos por alto la organización física dentro del espacio delimitado por la piel humana. Pasando por alto esto, también el organismo fluido, y el organismo aeriforme. Entonces el espacio permanece lleno de nada más que calor el cual está, por supuesto, en comunicación con el calor de afuera. Pero lo que está activo en este calor, lo que lo hace fluir, lo que lo pone en movimiento y lo convierte en un organismo - es el Ego.
El cuerpo astral del hombre contiene dentro de si, las fuerzas del sentimiento. Este, lleva esas fuerzas del sentimiento a obrar físicamente en el organismo aeriforme del hombre.
Como ser terrenal, la constitución del hombre es tal que, por via del organismo calorico, su Ego da lugar a que se plasmen en el mundo fisico cuando actúa como un ser de voluntad. Los sentimientos experimentados en el cuerpo astral y que llegan a su expresión en la organización terrenal, se manifiestan en el organismo aeríforme. Y cuando llegamos al organismo etérico, al cuerpo etérico, encontramos en él el proceso conceptual, en la medida en que éste tiene un carácter pictórico - más fuertemente pictórico de lo que conscientemente somos conscientes, para empezar, porque el cuerpo físico todavía estorba y reduce las imágenes a conceptos mentales. Este proceso trabaja sobre el organismo fluido.
Esto nos muestra que tomando en consideración estos diferentes organismos en el hombre, nos acercamos a la vida del alma. La observación materialista, que se detiene en la estructura sólida e insiste en que según la naturaleza misma de las cosas, el agua no puede convertirse en un organismo, está obligada a enfrentarse a la vida del alma con una completa falta de entendimiento; Porque es precisamente en estos otros organismos, donde la vida del alma llega a su inmediata expresión. El organismo sólido en sí es, en realidad, sólo el que proporciona soporte a los otros organismos. El organismo sólido está ahí como una estructura de soporte compuesta de huesos, músculos, y demas. Dentro de esta estructura de soporte está como miembro el organismo fluido, con su propia diferenciación y configuración interior; En este organismo fluido vibra el cuerpo etérico, y dentro de este organismo fluido se producen los pensamientos. ¿Cómo se producen los pensamientos? A través del hecho de que dentro del organismo fluido algo se afirma en una metamorfosis particular - osea, lo que conocemos en el mundo externo como tono.
El tono es, en realidad, algo que con el modo ordinario de observación llevamos muy confundidos. Como seres humanos terrenales, percibimos que el tono nos es transmitido por el aire. Pero, de hecho, el aire es sólo el transmisor del tono, que en realidad teje en el aire. Y cualquier persona que asuma que el tono en su esencia es meramente una cuestión de vibraciones del aire es como aquél que dice: El hombre sólo tiene su organismo físico, y no hay alma en él. Si se piensa que las vibraciones del aire constituyen la esencia del tono, cuando en realidad son sólo su expresión externa, es lo mismo que ver sólo el organismo físico sin alma. El tono que vive en el aire es esencialmente una realidad etérica. Y el tono que oímos a través del aire surge por el hecho de que el aire está permeado por el Éter Tónico (véase el Diagrama III) que es el mismo que el Éter Químico. Al permear el aire, este Éter Químico transmite lo que vive dentro de él al aire, y entonces se nos hace presente aquello que llamamos el tono.



Este éter tónico o éter químico está esencialmente activo en nuestro organismo fluido. Por lo tanto, podemos hacer la siguiente distinción: En nuestro organismo fluido vive nuestro propio cuerpo etérico; Pero además penetra en él desde todas las direcciones el Éter Tónico que subyace al tono. Por favor distingan cuidadosamente aquí. Tenemos en nosotros nuestro cuerpo etérico; Funciona y está activo dando lugar a pensamientos en nuestro organismo fluido. Pero lo que puede llamarse el Éter Químico fluye continuamente dentro y fuera de nuestro organismo fluido. De este modo tenemos un organismo etérico completo en sí mismo, que consiste en Éter Químico, Éter Calorico, Éter Luminico, Éter de Vida, y además encontramos en él, en un sentido muy especial, el Éter Químico que entra y sale por medio del organismo fluido.
El cuerpo astral que tiene como expresión el sentimiento, opera a través del organismo aeriforme. Pero hay aún otro tipo de éter que está conectado especialmente con el organismo del aire, permeandolo. Es el Éter Luminico. Las concepciones anteriores del mundo siempre hacian enfasis sobre esta afinidad del aire físico exhalado con el Éter Luminico que lo impregna. Este Éter Luminico que, por así decirlo, es acarreado por el aire y está conectado con el aire de manera aún más íntima que el tono, también penetra en nuestro organismo aéreo y es el causante de lo que pasa dentro y fuera de él. Así pues, tenemos nuestro cuerpo astral que es el portador del sentimiento, y que es especialmente activo en el organismo aereo, y allí está en contacto constante con el Éter Luminico.
Y ahora llegamos al Ego. Este Ego humano, que está activo en el organismo calorico por medio de la voluntad, está de nuevo conectado con el calor exterior, con el flujo entrante y saliente del Ether calorico.
Ahora consideren lo siguiente. El cuerpo etérico permanece en nosotros también durante el sueño, desde el momento de dormirnos hasta el momento de despertarnos; Por lo tanto, la interacción entre el Éter Químico y el cuerpo etérico continúa dentro de nuestro ser, a través del organismo fluido, también mientras estamos dormidos. Es diferente en el caso del cuerpo astral y de sentimientos. Desde el momento de dormirnos hasta el momento de despertarnos, el cuerpo astral está fuera del organismo humano; El cuerpo astral y de sentimientos entonces no trabaja sobre el organismo aereo, sino que el organismo aereo que está conectado con todo el mundo circundante – es sostenido desde fuera durante el sueño. Y el ser humano mismo, con su cuerpo astral y de sentimientos, sale del cuerpo y pasa a un mundo con el cual se relaciona principalmente a través del Éter luminico. Mientras está dormido, el hombre vive directamente en un elemento que es transmitido a su cuerpo astral por el organismo aereo durante la vigilia. Lo mismo podemos decir de manera similar del Ego y del organismo-calorico.
Es obvio por tanto, que la comprensión de la conexión del hombre con el universo circundante es posible sólo como resultado de un estudio profundo de estos miembros del ser, de los cuales el pensamiento mecanicista ordinario no tiene en cuenta en absoluto. Pero todo en nosotros se interpenetra, y como el Ego está en el organismo calorico, también permea el organismo aeriforme, el organismo fluido y el organismo sólido,permeándolos del calor que todo lo impregna. Así, el organismo calorico vive dentro del organismo aériforme; El organismo calorico, como es impregnado con las fuerzas del Ego, también trabaja en el organismo fluido.
Esto indica cómo, por ejemplo, debemos buscar la forma en que el Ego trabaja en la circulación sanguinea. Actua en la circulación sanguinea por medio del organismo calorico Actua como la entidad espiritual que, por así decirlo, envía la fuerza de voluntad fuera del calor, a través del aire, al organismo fluido. Así, todo en el organismo humano actua sobre todo lo demás. Pero no llegaremos a ninguna parte si sólo tenemos ideas generales y abstractas de esta interacción; sólo conseguiremos algun resultado si podemos desarrollar una idea concreta de la constitución del hombre y de cómo todo lo que está a nuestro alrededor participa en nuestra estructura.
La condición del sueño, también, puede entenderse pero sólo si nos acercamos mucho más a estas cuestiones. Durante el sueño, sólo el cuerpo físico y el cuerpo etérico permanecen como son durante el estado de vigilia; El Ego y el cuerpo astral están fuera. Pero en el ser humano durmiente las fuerzas que están dentro de los cuerpos físico y etérico también pueden estar activas – tanto en el organismo aeriforme como también en el organismo calorico.
Cuando volvamos a considerar la vida de vigilia, desde lo que hemos dicho comprenderemos la conexión del Ego con el cuerpo astral y con todo el organismo. Durante el sueño, cuando el Ego y el cuerpo astral están afuera, los cuatro elementos están, sin embargo, dentro del organismo humano: la estructura de soporte sólida, el organismo fluido, pero también el organismo aereo en el cual por lo demas actua el cuerpo astral y el organismo calorico en el cual el Ego actua. Estos elementos se encuentran dentro del organismo humano y funcionan con la misma regularidad y de manera organizada, tanto durante el sueño como durante el estado de vigilia, osea cuando el Ego y el cuerpo astral si están activos dentro de ellos.
Durante el estado de sueño tenemos dentro de nosotros, en lugar del Ego, que ahora está fuera, el espíritu que todo lo permea en el cosmos y que en la vida de vigilia hemos dejado afuera a través de nuestro Ego que es parte de ese espíritu. Durante el sueño nuestro cuerpo calorico está permeado por la espiritualidad cósmica, nuestro organismo aeriforme por lo que podemos llamar astralidad cósmica (o mundo del alma), que también hemos dejado afuera mientras estamos despiertos.

La vida cuando estamos despiertos y la vida cuando dormimos, también pueden ser estudiadas desde este punto de vista. Cuando estamos dormidos, nuestro organismo calorico está permeado de la espiritualidad cósmica que al despertar dejamos afuera a través de nuestro Ego, porque en la vida despierta es el Ego quien produce en el organismo-calorico lo que de otra manera es causado por la espiritualidad cósmica. Lo mismo ocurre con la astralidad cósmica; La dejamos afuera cuando nos despertamos y la readmitimos en nuestro organismo cuando nos dormimos. Así podemos decir: en cuanto dejamos nuestro cuerpo durante el sueño, permitimos que el espíritu cósmico sea acogido en nuestro organismo calorico, y al mundo del alma, o astralidad cósmica, en nuestro organismo aeríforme.
Si estudiamos al hombre sin ideas preconcebidas, alcanzamos a comprender no sólo en cuanto a su relación con el mundo físico circundante, sino también de su relación con la espiritualidad y la astralidad cósmicas.
Este es un aspecto del tema. Podemos ahora considerarlo también desde el aspecto del conocimiento, de la cognición, y verán cómo los dos aspectos coinciden entre sí. Es costumbre llamar al «conocimiento» sólo lo que el hombre experimenta a través de la percepción y la elaboración intelectual de las percepciones desde el momento de despertar hasta el de dormirse. Pero así sólo llegamos a conocer el ambiente físico del hombre. Si nos atenemos a los principios del pensamiento científico-espiritual y no nos entregamos a la fantasía, no consideraremos, por supuesto, las imágenes de la vida onírica como realidades inmediatas en sí mismas, ni buscaremos en los sueños el conocimiento tal como lo buscamos despiertos con la actividad mental y la percepción. Sin embargo, en un cierto nivel inferior, soñar es una forma de conocimiento. Es una forma particular de autoconocimiento físico. A grandes rasgos, puede ser obvio que un hombre ha estado "soñando" con las condiciones interiores cuando, digamos, se despierta con el sueño de haber soportado el calor de una estufa intensamente caliente y luego, al despertar, encuentra que tiene fiebre o está sufriendo de algún tipo de dolencia inflamatoria. En otras ocasiones también, los sueños asumen una configuración definida. Un hombre puede soñar con enroscar serpientes cuando algo está en desorden en sus intestinos; O puede soñar con cuevas en las que se ve obligado a deslizarse, y luego se despierta con un dolor de cabeza, y así sucesivamente. Tenue y oscuramente, los sueños apuntan a nuestra vida orgánica interior, y ciertamente podemos hablar de una especie de conocimiento inferior hacindo acto de presencia en los sueños. Sólo hay un realzamiento de esto cuando los sueños de personas particularmente sensibles reflejan de forma muy exacta funciones del organismo.
Generalmente se cree que el dormir profundamente y sin sueños no contribuye en absoluto a una forma de conocimiento, que el dormir sin sueños no tiene ningún valor en cuanto al conocimiento. Pero este no es el caso. El sueño sin sueños tiene definida su tarea a llevar a cabo para el conocimiento - el conocimiento que tiene una conducta individual y personal. Si no durmiéramos, si nuestra vida no estuviera continuamente interrumpida por períodos de sueño, seríamos incapaces de alcanzar un concepto claro del Yo, el Ego; No podríamos tener una comprensión clara de nuestra identidad. No experimentariamos nada excepto el mundo exterior y nos perderiamos enteramente en él. Se presta poca atención a esto, porque las personas no tienen el hábito de pensar de una manera realmente desprejuiciada sobre lo que se experimenta en la vida del alma y en la vida corporal.


fig. IV

Miramos hacia atrás sobre nuestra vida, a la serie de imágenes de nuestras experiencias hasta donde nos permite la memoria. Pero toda esta corriente de recuerdos se interrumpe cada noche por el sueño. En esta retrospección sobre las imagenes de nuestra vida, los intervalos de sueño no son tenidos en cuenta. No se nos ocurre que la corriente de recuerdos es interrumpida cada vez por los períodos de sueño. El hecho de haber tantas interrupciones significa que, sin ser conscientes de ello, miramos un vacío, una nada, algo así como una esfera llena de contenido. Si aquí (figura IV) tenemos una esfera blanca con un área negra en el medio, vemos el blanco y en el medio el negro, que, comparado con el blanco, es un vacío, una nada. (Esto no es absolutamente preciso, pero no tenemos que pensar en eso en este momento.) Vemos el área negra, y vemos que en la esfera blanca algo ha quedado libre, pero esto es igualmente una impresión positiva aunque no idéntica a las impresiones de la esfera blanca. El área negra también da una impresión positiva. De la misma manera la experiencia es positiva cuando miramos hacia atrás sobre nuestra vida y nada fluye en esta inspección retrospectiva de los períodos de sueño. Lo que dormimos está en realidad incluido en la inspección retrospectiva, aunque no somos conscientes de ello directamente porque la conciencia se centra enteramente en las imágenes dejadas por la vida despierta. Pero esta conciencia se fortalece interiormente por el hecho de que en el campo de la visión retrospectiva también hay lugares vacíos; Esto constituye la fuente de nuestra conciencia en tanto que es la conciencia interior. Nos perderíamos por completo en el mundo exterior si estuviéramos siempre despiertos, si este estado de vigilia no fuese interrumpido continuamente por el sueño. Pero mientras que el dormir lleno de sueños nos refleja en cuadros caóticos ciertos fragmentos de nuestras condiciones orgánicas internas, el sueño sin sueños nos imparte la conciencia de nuestra organización como hombre de nuevo, por lo tanto, el conocimiento. A través de la conciencia despierta percibimos el mundo externo. A través de los sueños, percibimos -aunque débilmente y sin definición firme- fragmentos únicos de nuestras condiciones orgánicas internas. A través del dormir sin sueños llegamos a conocer nuestra organización en su totalidad, aunque tenue y oscuramente. Así pues, ya hemos considerado tres etapas del conocimiento: el dormir sin sueños, el dormir lleno de sueños y el estado de vigilia.
Luego llegamos a las tres formas superiores de conocimiento: Imaginación, Inspiración e Intuición. Estas son las etapas que se encuentran por encima de la conciencia ordinaria despierta y como estados de conciencia cada vez más claros, nos proveen de más y más datos de conocimiento, Mientras que por debajo de la conciencia ordinaria llegamos a esos fragmentos caóticos de conocimiento que son sin embargo, necesarios para las formas ordinarias de la experiencia.
Así es como debemos pensar en el campo de la conciencia. No debemos hablar de tener sólo la conciencia de vigilia ordinaria como tampoco debemos hablar de tener sólo el conocido organismo sólido. Debemos hablar del hecho que el organismo sólido es algo que existe dentro de un espacio claramente demarcado, de modo que si pensamos de una manera totalmente materialista, lo tomaremos como el organismo humano propiamente dicho. Debemos recordar que la conciencia ordinaria está realmente presente y que sus ideas e imágenes mentales nos llegan en contornos definidos. Pero no por ello debemos pensar que tenemos solamente el cuerpo sólido, ni que tengamos la conciencia de vigilia solamente. Puesto que el cuerpo sólido está permeado por el cuerpo fluido que tiene una organización que fluctúa interiormente, y a su vez la conciencia clara del día está permeada por la conciencia del sueño, produciendo cuadros que no tienen contornos agudos sino contornos fluctuantes, aquí la conciencia se vuelve "fluida"' en cierto sentido. Y así como tenemos el organismo fluido, tenemos el organismo aereo, que durante el estado de sueño está siendo sostenido por algo que no somos nosotros, y por lo tanto no está enteramente, sino sólo parcial y transitoriamente, conectado con nuestra propia vida del alma – es decir solamente en la vida de vigilia; sin embargo lo tenemos dentro de nosotros como un organismo real.
También tenemos un tercer estado de conciencia, la oscura conciencia del dormir sin sueños, en la que las ideas y las imágenes de los pensamientos se vuelven no sólo nebulosas, sino atenuadas hasta el grado de oscuridad interior; En el dormir sin sueños dejamos de experimentar por completo la propia conciencia, así como bajo ciertas circunstancias, mientras estamos dormidos, dejamos de experimentar el cuerpo aeriforme. (Diagrama V)



Así que ya ven, no importa si estudiamos al hombre desde el aspecto interior o exterior, alcanzamos una concepción cada vez más llena y más amplia de su ser y de su constitución. Pasando del cuerpo sólido al cuerpo fluido, al cuerpo aereo y al cuerpo calorico, llegamos a la vida del alma. Pasando de la clara conciencia del día a la conciencia del sueño, llegamos al cuerpo. Y llegamos al cuerpo en un sentido aún más profundo a través del conocimiento de estar dentro de él a través del dormir sin sueños. Cuando llevamos la conciencia despierta hacia abajo hasta la conciencia del dormir sin sueños y observamos al ser humano en los miembros de su conciencia, llegamos a la constitución corporal. Cuando consideramos la propia constitución corporal, desde su estado sólido hacia arriba hasta su estado calorico, salimos de la constitución corporal.
Esto les muestra lo necesario que es, no simplemente aceptar lo que se nos presenta a la sesgada observación externa. Ahí, por un lado, está el cuerpo sólido, al que está anclado el pensamiento materialista-mecanicista; Y en el otro lado está la vida del alma que para la conciencia moderna aparece dotada de contenido sólo en forma de experiencias pertenecientes a la clara conciencia del día. El pensamiento basado únicamente en la observación externa no baja de este estado de conciencia. (Véase el Diagrama V: Ego), pues si lo hiciera llegaría al cuerpo. No baja del cuerpo espiritual (cuerpo-calorico), porque si lo hiciera sería llevado al cuerpo sólido. Este tipo de pensamiento estudia el cuerpo sólido sin el cuerpo fluido, el cuerpo aereo o el cuerpo calorico y la conciencia de día, sin aquello que en realidad refleja la naturaleza corporal interna, sin la conciencia del sueño ni la conciencia del dormir sin sueños .
Sobre la base de la psicología académica, surge la pregunta: ¿Cómo vive el alma y el espíritu en el hombre físico? - En realidad tenemos el cuerpo sólido, el cuerpo fluido, el cuerpo aereo y el cuerpo calorico. (Diagrama V). A través del cuerpo, el Ego despliega la clara conciencia del día. Pero bajando tenemos la conciencia del sueño, y aún más abajo la conciencia del dormir sin sueños. Descendiendo incluso más lejos (Diagrama V, sombreado horizontal), llegamos - como ustedes saben por el libro La Ciencia Oculta - a otro estado de conciencia que no necesitamos considerar ahora. Si nos preguntamos cómo se relaciona lo que está aquí a la derecha (Diagrama V) con lo que está a la izquierda, encontraremos que armonizan, porque aquí (flecha al lado izquierdo), ascendiendo desde abajo hacia arriba, llegamos al reino del alma-; Y aquí (flecha en el lado derecho) llegamos a la constitución corporal: la derecha y la izquierda armonizan.
Pero, hablando llanamente, el pensamiento externalizado de hoy sólo tiene en cuenta el cuerpo sólido, y una vez mas, solo un estado de conciencia (Ego). El Ego flota en las nubes y el cuerpo sólido está en el suelo - y no se halla ninguna relación entre los dos. Si usted leen la literatura de la psicología moderna, encontrarán las hipótesis más increíbles de cómo el alma trabaja sobre el cuerpo. Pero todo esto se debe al hecho de que sólo una parte del cuerpo es tenida en cuenta, y luego algo que está totalmente separado de el - una parte del alma. (Diagrama VI, sombreado verde).



Lo que la Ciencia Espiritual apunta por todas partes para la totalidad de la visión, que en verdad se debe construir el puente entre la constitución corporal por un lado y la vida del alma por el otro, que ponga de relieve, los estados del ser donde el elemento del alma se convierte en elemento corporal y el elemento corporal en elemento del alma, todo esto arruina a nuestros contemporáneos, que insisten en no ir más allá de lo que se presenta ante ellos en una contemplación externa, cargada de prejuicios.






miembro
fuerzas
Area de actuación
Ether
Ego
Voluntad
Organismo  Calórico
 Calórico
Cuerpo Astral
Sentimiento
Organismo aereo
 Lumínico
Cuerpo Eterico
Pensamiento
Organismo Fluido
 Químico





















***** fuente *****

http://www.rsarchive.org/

GA228-1 Dornach, 27de julio de1923 -la individualidades espirituales de los planetas

 RUDOLF STEINER

LAS INDIVIDUALIDADES ESPIRITUALES DE LOS PLANETAS




Dornach, 27de julio de1923

Quisiera dar alguna aclaración sobre ciertos profundos fundamentos de los misterios de los mundos, acerca de los cuales se ha perdido todo conocimiento en la actual civilización moderna. Solo tenemos que pensar en el concepto moderno que se tiene del sistema planetario, para darnos cuenta de la pérdida: Según ese concepto, se originaron en algún tipo de nebulosa giratoria y primitiva, de la cual se dispersaron los diversos cuerpos planetarios. Las especulaciones derivadas de esta imagen han llevado simplemente a la idea de que no hay diferencias fundamentales entre estos cuerpos celestes, y esta es la actitud predominante respecto a ellos.
Si todo el sistema planetario consiste en la imagen de una nebulosa giratoria, de la cual los cuerpos celestes se separaron gradualmente, ¿qué diferencia esencial hay, por ejemplo, entre la Luna y Saturno? Por supuesto, es cierto que investigaciones muy importantes llevadas a cabo durante el siglo XIX sobre sustancias terrenales, particularmente los minerales, han podido decir mucho sobre la composición material de los cuerpos celestes, y han desarrollado un cierto tipo de física y química para ellos. Esto ha hecho posible que los libros de texto ordinarios aporten detalles específicos sobre Venus, Saturno, la Luna, etc. Pero todo ello no sirve más que para, digamos, reproducir una imagen del organismo físico del hombre dejando al margen el hecho de que es un ser con alma y espíritu. Con la ayuda de la Ciencia Iniciática debemos aprender nuevamente a darnos cuenta de que nuestro sistema planetario también está impregnado de alma y espíritu. Y hoy quiero hablar de las "individualidades" y de los rasgos individuales de varios planetas.
Para empezar, pensaremos en el planeta más cercano a la Tierra, el planeta cuya historia, aunque solo en cierto sentido, está ligada a la historia de la Tierra y que una vez jugó un papel en la vida terrenal completamente diferente del papel que juega hoy. Ustedes saben por mi libro "La Ciencia oculta: un bosquejo" . Que hubo una vez una era cósmica, en un pasado no muy remoto relativamente hablando, donde la Luna todavía estaba unida con la tierra. Mas tarde La Luna se separó de la Tierra y ahora gira a su alrededor.


LA LUNA
Cuando hablamos de la Luna como cuerpo físico en los cielos, su naturaleza física es solo la manifestación externa, totalmente externa, de lo Espiritual que hay tras ella. Para aquellos que tienen conocimiento tanto de su naturaleza externa como interna, la Luna en principio, se presenta en nuestro universo como un conjunto de Seres espirituales que viven en un gran aislamiento. Exteriormente, la Luna actúa como un espejo del universo; El hecho de reflejar la luz del Sol es evidente para la observación más superficial. Por eso podemos decir: Lo que viene de la Luna es la luz del Sol que ha brillado sobre ella y luego se refleja. Por lo tanto, la Luna es ante todo, un espejo de la luz del Sol. Ahora bien, como todos saben, frente a un espejo, solo vemos lo que está afuera pero no vemos lo qué hay detrás de él.
Pero La Luna, puesto que refleja todo lo que irradia sobre ella, no es tan solo el reflejo de la luz Solar, aunque tales radiaciones son por supuesto, las más fuertes, sino que todos los cuerpos celestes en el universo envían sus rayos hacia la Luna, y ésta, como un espejo del universo, las irradia en todas direcciones.
Por tanto puede decirse, que el universo se muestra en un doble aspecto ante nosotros. El que se revela en el entorno de la Tierra y el que es irradiado por la Luna. Los propios rayos del sol así como los que se reflejan desde la luna, ejercen un tremendo poder. Pero la Luna también refleja además, cualquier otra radiación habida en el espacio cósmico. Existe el universo manifiesto y existe además su reflejo desde la Luna.
Los Seres espirituales que pueblan la esfera más interna de la Luna son Seres que se mantienen en estricta reclusión del resto del universo. Viven en su luna "fortaleza". Y solo aquél, que habiendo desarrollado ciertas cualidades relacionadas con el corazón humano, logra relacionarse con la luz Solar de manera que no vea el reflejo de la Luna, solo así, la Luna se vuelve para ese hombre como si fuera interiormente transparente pudiendo penetrar en esa fortaleza lunar del universo. Entonces hace el significativo hallazgo de que a través de la pronunciación de esos Seres, que se han retirado a la reclusión en esta fortaleza de la Luna, a través de sus enseñanzas, pueden revelarse ciertos secretos que alguna vez estuvieron en posesión de los espíritus más avanzados de la Tierra, pero que se han perdido desde hace mucho tiempo.
Cuanto más retrocedemos en la evolución de la Tierra, menos verdades abstractas encontramos, verdades que por otra parte, son el orgullo de la humanidad actual. Vamos encontrando, empero, cada vez más imágenes, mas verdades expresadas en imágenes. Nos abrimos paso a través de verdades profundamente significativas que aún se conservan, como un último eco de la sabiduría oriental, en los Vedas y en la filosofía Vedanta; Prosiguiendo hasta las primordiales revelaciones ocultas que subyacen en los mitos y sagas, y nos damos cuenta con asombro y admiración de que una vez los hombres poseyeran tal gloriosa sabiduría, recibida desde los mundos espirituales como una gracia, sin requerir esfuerzo intelectual. Y finalmente llegamos al cúmulo de conocimientos que en aquél entonces se impartieron a aquella primitiva humanidad en la Tierra, por los mismos Seres que ahora se han retirado a la fortaleza Lunar en el universo, después de que junto con la Luna abandonaran la Tierra. Se ha preservado un cierto recuerdo del conocimiento que una vez fue revelado por estos Seres a los pueblos de un pasado remoto: a hombres cuya naturaleza humana era bastante diferente de la naturaleza que hoy posee.
Si tenemos éxito en desentrañar ese misterio, (lo denominaré el misterio Lunar del universo), obtenemos la confirmación de que tales Seres que ahora se hallan atrincherados en la fortaleza Lunar, fueron una vez los grandes Maestros de la humanidad terrenal; pero se ha perdido toda conciencia de aquellas realidades, del espíritu y del alma ocultas en esta fortaleza. Lo que todavía se transfiere a la Tierra desde los cielos, representa únicamente el reflejo de la superficie exterior, las paredes por así decirlo, de aquella fortaleza Lunar, de todo lo que le viene irradiado desde el resto del universo.
Este misterio lunar fue uno de los secretos más profundos de los antiguos misterios, ya que es la sabiduría primordial que la Luna custodia dentro de sí. La parte de todo lo irradiado por el universo que la Luna puede reflejar, es el equivalente a la suma total de las fuerzas que sostienen el mundo animal de la Tierra, especialmente las fuerzas que están relacionadas con la naturaleza sexual de los animales; Estas fuerzas también sostienen el elemento animal en el hombre y están relacionadas con el aspecto físico de su naturaleza sexual. Así pues, la naturaleza inferior del hombre es fruto de la irradiación Lunar, mientras que la elevada sabiduría que una vez poseyó la Tierra yace oculta dentro de la fortaleza de la Luna.
De ese modo se llega gradualmente al conocimiento de la "individualidad" de la Luna, al conocimiento de lo que es en realidad la Luna, mientras que cualquier otro conocimiento, se asemejaría al tipo de información que podríamos extraer sobre un ser humano, si partiésemos de una imagen en una cartulina mostrada en cualquier exposición. Tal imagen no nos diría nada sobre la individualidad del hombre. De modo equivalente, tampoco es posible para una ciencia que rechaza cualquier enfoque hacia la iniciación conocer algo sobre la individualidad de la Luna.
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SATURNO
Pasemos ahora a Saturno. En los primeros tiempos, Saturno era considerado como el planeta más externo de nuestro sistema, mucho más tarde fueron agregados Urano y Neptuno, que por ahora dejaremos fuera de consideración y nos centraremos en Saturno como una especie de antítesis de la Luna.
La naturaleza de Saturno es de tal género, que recibe muchos impulsos diversos del universo, pero no permite que ninguno de ellos se irradie hacia fuera, al menos, no a la Tierra. Saturno también es irradiado por el Sol, por supuesto, pero para la vida terrenal, lo que refleja de tales rayos solares, apenas tiene importancia. Saturno es un cuerpo celeste de nuestro sistema planetario totalmente absorto, que irradia su propio ser hacia el universo. Cuando contemplamos a Saturno, siempre nos habla de lo que es. Mientras que la Luna, (contemplada en su aspecto externo), nos habla de todo lo demás en el universo, Saturno no nos habla para nada sobre los impulsos que recibe del universo. Él solo habla de sí mismo, nos habla solo de lo que él mismo es. Y lo que él es consiste en algo similar a una especie de memoria del sistema planetario, que va revelándosenos gradualmente.
Saturno se presenta ante nosotros como la individualidad celeste que ha terciado fehacientemente en todo lo que ha sucedido en nuestro sistema planetario preservandolo fielmente en su memoria cósmica. Él guarda silencio sobre el presente cósmico. Recibe las cosas del presente cósmico en sí mismo y trabaja sobre ellas en su vida interior anímico-espiritual. Es cierto que la multitud de Seres que moran en Saturno están volcadas al universo exterior, pero silenciosa y calladamente reciben en el reino interior del alma, los acontecimientos en el universo, y solo hablan de los eventos cósmicos pasados. Es por eso que Saturno es como la memoria cambiante de nuestro sistema planetario. Como un confidente, que guarda sus secretos de este tipo dentro de sí mismo, sobre lo que ha sucedido en el sistema planetario.
Mientras que en vano recurramos a la Luna tratando de comprender los misterios del universo, mientras que debemos ganarnos la confianza de los Seres de la Luna si queremos aprender de ellos algo sobre los misterios cósmicos, esto con Saturno no es necesario. Con Saturno, todo lo que se necesita es estar receptivos para recibir lo espiritual. Y acto seguido Saturno se convierte, para los ojos del espíritu y del alma, en un historiador vivo del sistema planetario. Ni tampoco retiene las historias que puede contar sobre lo que ha sucedido en el sistema planetario. A este respecto, Saturno es exactamente lo contrario de la Luna. Saturno habla incesantemente del pasado del sistema planetario con tal calor interno y entusiasmo que un conocimiento íntimo de lo que dice puede ser peligroso. Porque la devoción con la que cuenta los sucesos pasados en el universo, despierta en nosotros un amor abrumador por el pasado cósmico. Saturno es el tentador constante para quienes escuchan sus secretos; los tienta a prestar poca atención a los asuntos terrenales de hoy y a sumergirse en lo que una vez fue la Tierra. Sobre todo, Saturno habla gráficamente acerca de lo que era la Tierra antes de convertirse en Tierra, y por esa razón él es el planeta que hace que el pasado sea para nosotros infinitamente querido. Aquellos que tienen una inclinación particular hacia Saturno en la existencia terrenal son personas a las que les gusta mirar siempre hacia el pasado, oponiéndose al progreso, quieren una y otra vez traer de vuelta el pasado. Estas indicaciones dan una idea de la individualidad, el carácter individual de Saturno.
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JUPITER
Júpiter es un planeta con un carácter diferente. Júpiter en nuestro sistema planetario es el Pensador, y pensar es la actividad que cultivan todos los Seres en su dominio cósmico. Los pensamientos creativos recibidos del universo nos son irradiados desde Júpiter. Júpiter contiene, en forma de pensamientos, todas las fuerzas formativas para los diferentes órdenes de Seres cósmicos. Mientras que Saturno cuenta el pasado, Júpiter da una representación viviente de lo que está conectado con él en el presente cósmico. Pero lo que Júpiter revela al ojo espiritual debe captarse con inteligencia pensativa. Si un hombre no hace esfuerzos por desarrollar sus capacidades del pensar, no puede, aunque sea clarividente, acercarse a los misterios de Júpiter, ya que se revelan en forma de pensamientos y solo pueden abordarse a través de una actividad genuina del pensar. Júpiter es el Pensador en nuestro universo.
Cuando, debido a impedimentos físicos, etéricos y especialmente astrales, fracasa todo esfuerzo por aportar claridad de pensamiento sobre algún pesado problema de la existencia, los Seres de Júpiter vienen en ayuda de la humanidad. Quien se haya esforzado por aplicar un pensar claro sobre algún problema pero es incapaz de llegar a la raíz del mismo, descubrirá si es paciente y trabaja internamente en ello, que los poderes de Júpiter realmente lo ayudarán durante la noche. Y muchos de los que han encontrado una solución para algún problema, mejor durante la noche que durante el día anterior, como si saliera del sueño, tendrían que admitir, si lo supieran, que son los poderes de Júpiter quienes infunden movimiento y entusiasmo en el pensar humano.
Por lo tanto, si Saturno es quien preserva la Memoria de nuestro universo; Júpiter es el Pensador en nuestro universo. El hombre debe a Júpiter, todos los impulsos que puede recibir del presente espiritual en el universo. A Saturno le debe todos los impulsos anímico-espirituales que puede recibir del pasado cósmico.
Fue debido a una cierta intuición por lo que Júpiter era tan venerado en los tiempos de la antigua Grecia, cuando el espíritu humano vivía tan intensamente en el presente.
Gracias al papel desempeñado por Júpiter en el ciclo del año, se proporciona también un estímulo para el pleno desarrollo del ser humano. Todos ustedes saben que, en lo que respecta a su movimiento aparente, Saturno se mueve alrededor de su órbita, lenta, muy lentamente, tardando unos 30 años. En cambio Júpiter se mueve más rápido, tarda unos 12 años. Debido a este movimiento más rápido, Júpiter puede brindar satisfacción a las necesidades de sabiduría del hombre. Y cuando en la vida de un ser humano, llega la hora cósmica del destino en que entre Júpiter y Saturno se establece una cierta relación, destellan en el destino humano esos maravillosos momentos de iluminación donde, a través del pensar, se revelan muchas cosas relacionadas con el pasado.
Si buscamos ocasiones en la historia en la época del Renacimiento, particularmente durante su último período, cuando tuvo lugar una gran renovación de los antiguos impulsos, descubriremos que esto estaba directamente relacionado con una cierta relación entre Júpiter y Saturno.
Pero, como ya se ha dicho, Júpiter es en cierto sentido impenetrable y sus revelaciones, si el hombre por sí mismo no le aplica pensamientos llenos de luz claros y activos, permanecen en el inconsciente. Y por eso en la antigüedad, cuando el pensamiento activo aún estaba en un estado muy prematuro de desarrollo, el progreso de la humanidad siempre dependía de la relación entre Júpiter y Saturno. Cuando Júpiter y Saturno formaban juntos una cierta constelación, durante esos días le eran reveladas muchas cosas a nuestros antepasados. En el curso de su desarrollo espiritual, la humanidad moderna tiene que depender más de recibir por separado la memoria de Saturno y la sabiduría de Júpiter.
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MARTE
Tomemos ahora a Marte. Es difícil encontrar expresiones apropiadas para estas cosas, pero a Marte se le puede llamar el gran planeta "Hablador" del sistema planetario. A diferencia de Júpiter, que retiene su sabiduría en forma de pensamientos. Marte está constantemente soltándole a las almas de su esfera, todo lo que esté disponible en el cosmos para ellas, lo cual no es todo. Marte es el planeta más locuaz de nuestro sistema, y está particularmente activo cuando los seres humanos hablan en sueños o mientras duermen. Marte tiene un gran deseo de estar siempre hablando, y en un ser humano esa tendencia se ve estimulada siempre que en su naturaleza haya alguna cualidad que le permita hablar con soltura.
Marte piensa poco. Tiene pocos pensadores, pero muchos conversadores, en su esfera. Los espíritus de Marte siempre están atentos a lo que surge aquí o allá en el universo y después hablan de ello con gran entusiasmo y fervor. Marte es la individualidad planetaria que, en el curso de la evolución de la humanidad, instiga a los seres humanos de múltiples maneras a hacer aseveraciones sobre los misterios del cosmos. Marte tiene su lado bueno y su lado menos bueno: su Genio y su Demonio. Su genio actúa de tal manera que los hombres reciben del universo los impulsos del habla; La influencia, por el contrario de su Demonio, hace que el discurso sea mal utilizado de muy variadas maneras. En cierto sentido, Marte puede ser llamado el Agitador en nuestro universo. Siempre tiende a persuadir, mientras que Júpiter solo pretende convencer.
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VENUS
El planeta Venus en cambio, es diferente. De alguna manera, ¿Cómo lo diría yo? - Venus se protege del universo. Es difícil de ser abordado; él no quiere saber nada sobre el universo. Su actitud es que si quedase expuesto al universo externo, perdería su naturaleza virginal. Se conmociona profundamente cuando cualquier impresión del universo externo intenta acercarse a él. Él no desea el universo y rechaza a todos los posibles partners. Es muy difícil expresar estas cosas, porque las circunstancias y condiciones tienen que describirse en términos de lenguaje terrenal. Por otra parte, Venus es altamente sensible a todo lo proveniente de la Tierra. La Tierra es, por así decirlo, su amante. Mientras la Luna refleja todo el universo circundante, Venus no refleja nada del universo, no quiere saber nada de él. Pero si refleja con amor lo que proviene de la Tierra. Si con los ojos del alma pudiésemos vislumbrar los misterios de Venus, la Tierra entera con sus secretos de la vida anímica está allí una vez más ante nosotros.
La verdad es que sobre la Tierra, los seres humanos no pueden guardar nada secretamente en sus almas sin que Venus lo refleje otra vez. Venus mira profundamente en los corazones de los seres humanos, porque eso es lo que le interesa, eso sería lo único que permitiría que se le acercase. Por lo tanto, las experiencias más íntimas de la vida terrenal se ven reflejadas de nuevo desde Venus, de una manera misteriosa y maravillosa. Con el reflejo todo sufre una transformación, al igual que un sueño transforma los acontecimientos de la existencia física. Venus transforma las acontecimientos de la vida terrenal en imágenes oníricas. En realidad, por lo tanto, toda la esfera de Venus es un mundo de sueños. Los secretos de los hombres en su existencia terrenal son transformados por Venus en imágenes oníricas de diversidad infinita. Venus tiene mucho que ver con los poetas, aunque ellos no lo saben.
Dije antes que Venus se resguarda del resto del universo. Sin embargo, no todo lo repele de la misma manera. En su corazón, Venus repele lo que se le acerca desde el universo pero no lo que proviene de la Tierra. Como ya dije antes, rechaza cualquier pretensión de los aspirantes, pero escucha con atención las declaraciones de Marte. Transforma e ilumina sus experiencias oníricas de cosas terrenales con lo que se le comunica desde el universo a través de Marte.
Todas estas cosas también tienen su lado físico. De estas fuentes salen impulsos hacia lo que se hace y surge en el mundo. Venus recibe en sí misma todo lo proveniente de la Tierra y escucha siempre a Marte, pero sin ningún ánimo de que él se de cuenta de que tiene su atención. Y de este proceso, por supuesto el Sol está allí para regularlo, surgen las fuerzas hacia los órganos correspondientes, que son la verdadera razón de la formación del habla humana.
Si queremos entender los impulsos del universo que están relacionados con la formación del habla humana, debemos dirigir nuestra mirada a esa vida extraña entretejida entre Venus y Marte. Cuando lo requiere el destino, la relación de Venus con Marte es, por lo tanto, un factor de gran importancia en el desarrollo del habla o el lenguaje de un pueblo. Un lenguaje se profundiza, imbuido de cualidad anímica, cuando, por ejemplo, Venus está en cuadratura con Marte. Por otro lado, un lenguaje tiende a volverse superficial, pobre en cualidades anímicas, cuando Venus y Marte están en conjunción, y esto a su vez tiene una influencia sobre las personas o la nación en cuestión. Tales son los impulsos que se originan en el universo y luego trabajan en el mundo terrenal.
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MERCURIO
Nos acercamos ahora a Mercurio. En contraste con los otros planetas. Mercurio no está interesado en cosas de naturaleza físico-material como tal, sino en todo lo que sea capaz de coordinarse. Mercurio es el ámbito de los Maestros del pensar coordinado; Júpiter es la sede de los Maestros del pensar lleno de sabiduría.
Cuando un ser humano desciende de la vida preterrenal a la existencia terrenal, el impulso de la Luna es el que proporciona las fuerzas para su existencia física. Venus le proporciona las fuerzas para las cualidades básicas del corazón y del temperamento. Pero Mercurio proporciona las fuerzas para las capacidades del intelecto y la razón, especialmente del intelecto. Los Maestros de las fuerzas del conocimiento coordinado y la actividad mental tienen su sede en Mercurio.
Entre estos planetas y la vida y el ser del hombre, hay una conexión notable. La Luna, que consagra a los Seres que viven en estricta reclusión, y refleja solo lo que primeramente le viene irradiado desde el universo, construye y crea la forma externa, el cuerpo del hombre. Por lo tanto, gracias a la Luna las fuerzas de la herencia se incorporan en su constitución corporal. La Luna es la ciudadela cósmica de esos seres espirituales que, en total aislamiento, reflexionan sobre lo que se transmite en la corriente de la herencia que fluye de generación en generación a través de lo físico.
El motivo de que los científicos modernos no sepan nada esencial sobre la herencia, se debe a que los Seres de la Luna permanecen tan firmemente arraigados en su fortaleza. Desde una perspectiva más profunda, y en términos de lenguaje cósmico, podría decirse que cuando en la actualidad se discute la herencia en uno u otro campo de la ciencia, esta última está "desasistida por la Luna" y "hechizada por Marte". Porque la ciencia habla bajo la influencia de las fuerzas demoníacas de Marte y ni siquiera ha comenzado a acercarse a los verdaderos misterios de la herencia.
Venus y Mercurio traen al ser humano el elemento kármico que más relacionado está con la vida del alma y del espíritu expresándose en las cualidades de su corazón y en su temperamento. Por otra parte, cuando un hombre tiene una relación correcta con Marte, y especialmente Júpiter y Saturno, ellos actúan como factores liberadores. Apartando al hombre de lo que está determinado por el destino y convirtiéndolo en un ser libre.
Podrían usarse las palabras bíblicas, cambiándolas un poco, de la siguiente manera. Saturno, el fiel custodio de la memoria cósmica, dijo: Hagamos que el hombre sea libre en el ámbito de su propia memoria. Por consiguiente la influencia de Saturno se vio forzada a recluirse en el inconsciente; La memoria del hombre se convirtió en su propia posesión y con ello adquirió el fundamento seguro de su libertad personal.
El impulso de voluntad interno contenido en los actos del pensar libre se debe a la gracia que Júpiter le otorga. Estaría pues, en poder de Júpiter gobernar y controlar todos los pensamientos de los hombres. En él es donde encontraremos los pensamientos de todo el universo si somos capaces de acceder a ellos. Pero Júpiter también se ha retirado, dejando a los hombres que piensen como seres libres.
En el habla el elemento de libertad, se debe al hecho de que Marte también ha sido clemente. El hombre es libre, en cierto sentido, no del todo, pero en cierto sentido es libre también en el ámbito del habla, porque Marte se vio, (digamos obligado) a aceptar la resolución tomada por los otros planetas exteriores, impidiéndole ejercer una mayor coerción.
Desde otro punto de vista por lo tanto. Marte, Júpiter y Saturno también pueden llamarse los planetas liberadores; pues le dan libertad al hombre. En tanto que, Venus, Mercurio y la Luna serían llamados los planetas determinantes del destino.
En medio de todos estos hechos e impulsos de las individualidades planetarias se halla el Sol, creando armonía entre los planetas liberadores y los que determinan el destino. El Sol es la individualidad en la cual el elemento que determina la necesidad en el destino y el elemento de libertad humana se entretejen de la forma más maravillosa. Y nadie puede entender lo que está contenido en el brillo llameante del Sol, a menos que pueda contemplar esta vida entretejida de predestinación y de libertad, en la luz que se expande en el universo y que nuevamente se concentra en el calor solar.
Tampoco podemos captar nada esencial sobre la naturaleza del Sol, si nos conformamos con asimilar únicamente lo que los físicos saben de él. Solo podemos captar la naturaleza del Sol, si conocemos algo de su naturaleza anímico-espiritual. En la esfera solar, es su poder el que imbuye de calor lo que en el destino, constituye un elemento de necesidad, haciendo que en sus llamas se resuelva el destino en libertad, y si la libertad se usa mal, la condensa una vez más entre su propia sustancia activa. El Sol es como la llama donde la libertad se convierte en una realidad luminosa en el universo; y al mismo tiempo, el Sol es la sustancia en la cual, como cenizas condensadas, la libertad mal utilizada se remodela en destino, hasta que el propio destino pueda volverse luminoso y constituirse en llamaradas de libertad.
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919