GA054-4 Hamburgo 2 de marzo de 1908 -La ciencia espiritual y la cuestión social (en lugar de Berlín, 26 de octubre de 1905)

 ver contenido del ciclo GA054

Los enigmas del mundo y la Antroposofía

RUDOLF STEINER 

La ciencia espiritual y la cuestión social.

Hamburgo (en lugar de Berlín, 26 de octubre de 1905)  2 de marzo de 1908

IV conferencia.

A cualquiera que oiga hoy la palabra "cuestión social", se le agitan las más diversas sensaciones según su situación y experiencia y la seriedad con que sea capaz de tomarse la vida. Por eso, hay que compararla con una cuestión que debería ocupar más profundamente nuestro tiempo de lo que lo ocupa en realidad. En efecto, esto parece expresarse paradójicamente. Aquellos que son tocados inmediatamente por lo que encierra la palabra cuestión social se ocupan, en efecto, bastante de ella. Sin embargo, quienes se salvan hoy de verse implicados con lo que constituye la base de la cuestión social como causa, no están todavía suficientemente convencidos de que todo ser humano pensante deba ocuparse absolutamente de ella.

GA236 Dornach 6 de abril de 1924 -Relaciones kármicas Vol. II -Garibaldi, Haroun el Raschid, lord Bacon de Verulan

 Volver al ciclo GA236 



Relaciones kármicas:
GA236 - Volumen II

Dornach 6 de abril de 1924


Se llama la atención de los lectores sobre el hecho de que las explicaciones fundamentales dadas por Rudolf Steiner sobre las leyes y condiciones del karma están contenidas en el vol. I de la serie. Por tanto, el conocimiento de las conferencias anteriores debe considerarse como una base esencial para el estudio de las contenidas en los volúmenes posteriores.


I conferencia


Continuaremos con nuestro estudio del karma. Ya os he mostrado cómo actúan los impulsos en las almas de los seres humanos y cómo se transfieren, por así decirlo, de una vida terrenal a otra, de modo que los frutos de una época anterior son transferidos a una posterior por los propios hombres.

Una idea como ésta no debe ser recibida simplemente como una teoría; debe apoderarse de nuestros corazones y almas. Debemos sentir que nosotros, los que ahora estamos aquí, hemos estado muchas veces en la existencia terrenal, y que en cada vida asimilamos la cultura y la civilización de cada circunstancia que nos rodeaba; la tomamos en nuestras almas y la llevamos a la siguiente encarnación, después de trabajar en ella espiritualmente entre la muerte y un nuevo nacimiento. Sólo cuando miramos hacia atrás de esta manera nos sentimos realmente dentro de la comunidad de la humanidad.

Para estar en condiciones de sentir esto, a fin de que en las próximas conferencias podamos pasar a las cuestiones que nos conciernen con más detenimiento y nos hagan comprender los efectos reales de las conexiones kármicas, he considerado necesario dar ejemplos concretos. Y he tratado de mostraros con estos ejemplos cómo los efectos de lo que un hombre experimentó y logró en tiempos antiguos, permanecen y siguen actuando en el presente, en la medida en que sus logros y experiencias forman parte de su karma.

He hablado, por ejemplo, de Haroun al Raschid, aquel ilustre seguidor de Mahoma en los siglos VIII y IX, que fue la figura de una maravillosa vida cultural que superaba con creces todo lo que se podía encontrar en Europa en aquellos tiempos. [Véase el volumen 1, conferencia X; también la conferencia II sobre el Cristianismo Cósmico (pronunciada por Rudolf Steiner en Torquay, el 14 de agosto de 1924)]. La cultura que existía en Europa en aquella época -era durante el reinado de Carlomagno- era extremadamente primitiva; mientras que en Oriente, en la corte de Haroun al Raschid, se reunía todo lo que podía producir una civilización asiática fecundada desde Europa: los frutos de la cultura griega y de la antigua cultura oriental en prácticamente todos los ámbitos de la vida y del conocimiento. La arquitectura, la astronomía (en la forma en que se practicaba en aquella época), la filosofía, el misticismo, las artes, la geografía, la poesía... todas estas ramas de la cultura florecieron en la corte de Haroun al Raschid.

Haroun al Raschid reunió a su alrededor a los mejores de entre los que eran realmente importantes en Asia en aquella época. En su mayoría eran hombres que habían sido formados y educados en las Escuelas de Iniciados. Permítanme hablarles de una de estas personalidades en la Corte de Haroun al Raschid. También Oriente había llegado a su propia Edad Media, y esta personalidad había sido capaz de asimilar, de una manera bastante más intelectual, maravillosos tesoros del espíritu que habían sido transmitidos desde épocas muy pasadas a esos tiempos posteriores. En una época muy anterior, él mismo había sido un Iniciado.

Ahora bien, como os he dicho, puede suceder fácilmente que una personalidad que fue un Iniciado en una época anterior no aparezca como tal cuando se reencarna, porque se ve obligada a adaptarse al cuerpo de que dispone y a las facilidades educativas de que dispone en ese momento. Sin embargo, lleva en su interior todo lo que adquirió y experimentó durante su vida de Iniciado.

En el caso de Garibaldi, (ver GA235 conferencias XI y XII), hemos visto cómo al convertirse en una especie de vidente en su vida de voluntad, entregándose a las circunstancias del presente inmediato, vivió todo lo que había sido como iniciado irlandés. Podemos ver que, al participar en los acontecimientos de la época, lleva en su interior impulsos de carácter muy diferente a los que un hombre ordinario podría haber obtenido de su educación y entorno. El impulso de la iniciación irlandesa de Garibaldi seguía activo; sólo estaba bajo la superficie. Y cuando a Garibaldi le ocurría alguna experiencia especial o un golpe del destino, muy probablemente podía aflorar en él, en forma de imaginaciones, todo lo que llevaba dentro de su vida como iniciado irlandés.

Así ha sido siempre; y así es hasta hoy. Un hombre puede haber sido un Iniciado en una época determinada, y debido a que en una época posterior debe hacer uso de un cuerpo incapaz de contener todos los impulsos que están vivos en su alma, no aparece como un Iniciado; sin embargo, el impulso de la iniciación está actuando en sus actos o relaciones en la vida. Así fue en el caso de la personalidad que vivió en la Corte de Haroun al Raschid. Había sido un Iniciado de muy alto grado. No fue capaz de transmitir de forma exteriormente perceptible todo el contenido de su anterior iniciación, pero sin embargo fue una luz brillante en la cultura oriental de los siglos VIII y IX. Fue, por así decirlo, el organizador de todas las ciencias y artes que se estudiaban y practicaban en la corte de Haroun al Raschid.

Ya hemos hablado del camino que tomó la individualidad de Haroun al Raschid en tiempos posteriores. Cuando atravesó la puerta de la muerte, le quedó el impulso de llevar más lejos en Occidente el arabismo que ya se extendía en esa dirección. Y, como se sabe, Haroun al Raschid, cuyo campo de visión abarcaba todas las diversas artes y ciencias, se reencarnó en Lord Bacon de Verulam, el famoso reformador de la filosofía y la ciencia modernas. Todo lo que había estado dentro del campo de visión de Haroun al Raschid volvió a surgir, bajo una apariencia occidental, en Bacon.

El camino espiritual emprendido por Bacon condujo desde Bagdad, su hogar en Asia, hasta Inglaterra. Y desde Inglaterra, la obra de Bacon en favor de las ciencias se extendió por Europa más ampliamente y con mayor fuerza de lo que generalmente se cree.

Después de haber atravesado la puerta de la muerte, estas dos personalidades, Haroun al Raschid y su gran consejero -la destacada personalidad que había sido un alto Iniciado en tiempos anteriores- se separaron, para llevar a cabo una obra común. Como os he dicho, el propio Haroun al Raschid, que había ocupado una posición de gran poder y esplendor, eligió el camino que conducía a Inglaterra, donde, como Lord Bacon de Verulam, realizó lo que hizo por la ciencia, por la esfera del conocimiento en general. La otra alma, la del hombre que había sido su consejero, eligió el camino que conducía a la Europa Central, para encontrar allí lo que venía de Bacon. Es cierto que las fechas no coinciden absolutamente, pero eso no es importante en un asunto en el que el tiempo real significa poco. Impulsos separados por cientos de años pueden a menudo actuar simultáneamente en una civilización posterior.

El consejero de Haroun al Raschid eligió el camino a través de la Europa Oriental hasta la Europa Central - lo eligió durante su vida entre la muerte y un nuevo nacimiento. Y nació de nuevo en la Europa Central; nació en la vida espiritual de la Europa Central como Amos Comenius.

Se trata de acontecimientos notables, de profunda significación en la historia. Haroun al Raschid evoluciona de tal manera que conduce de Occidente a Oriente una corriente cultural abstracta y ligada a los sentidos externos; mientras que Amos Comenius despliega su actividad desde Oriente, desde Siebenbürgen en la actual Checoslovaquia, llegando a Alemania y exiliándose después en Holanda, llevando consigo sus impulsos profundamente significativos para el desarrollo del pensamiento y del conocimiento. Si se sigue su vida se verá cómo se presenta como el campeón de la nueva pedagogía y como el autor y creador de la llamada Pansophia. Lo que antes había traído de su iniciación en tiempos muy antiguos y desarrollado en la Corte de Haroun al Raschid - todo esto lo trajo ahora a los movimientos de la época. Era la época en la que se había fundado la Orden de los Hermanos Moravos, en la que el rosacrucismo ya estaba en marcha desde hacía varios siglos; era también la época en la que habían aparecido las Bodas Químicas, y también la Reforma de la Ciencia, de Valentín Andreae. Y en medio de todos estos movimientos que surgieron de la misma fuente, llegó Comenius, esa figura significativa del siglo XVII, con su mensaje y su impulso.

He ahí tres vidas terrenales sucesivas de importancia, y así es cómo, estudiando las encarnaciones más significativas, uno puede aprender a estudiar las de menor importancia y finalmente empezar a entender el propio karma. - Tres vidas terrenales significativas se suceden. Primero vemos, lejos, en Asia, a la misma individualidad que luego aparece en Amos Comenius; lo vemos recibiendo en los lugares de los antiguos Misterios toda la sabiduría que poseía Asia en aquellas épocas tan lejanas; lo vemos llevando esto a su siguiente encarnación, viviendo en la Corte de Haroun al Raschid, convirtiéndose allí en el gran organizador y administrador de todo lo que floreció bajo la égida y protección de Haroun al Raschid. Y luego aparece de nuevo, esta vez saliendo al encuentro de Bacon, que es el Haroun al Raschid reencarnado; encontrándose con él en la civilización europea, donde actúan los impulsos que ambos habían hecho aflorar en esta civilización europea.

Lo que ahora digo, mis queridos amigos, tiene realmente un gran sentido y significado. Porque si estudiáis las cartas que se intercambiaron y que construyen, por así decirlo, un camino de Bacon a Comenius -¡naturalmente lo hacen de forma indirecta, como también ocurre con las cartas de hoy en día! - si se estudian las cartas que se intercambiaron entre los baconianos, o entre personas muy vinculadas a la cultura baconiana y los seguidores de la escuela de Comenius, de la sabiduría de Comenius, se podrá discernir en la escritura y la respuesta de estas cartas el mismo acontecimiento que he esbozado esquemáticamente en la pizarra.

Las cartas que se escribieron de Occidente a Oriente y de Oriente a Occidente representan la confluencia viva de las dos almas que se encuentran de esta manera, habiendo ellos mismos puesto los cimientos de este encuentro cuando trabajaron juntos en Oriente durante los siglos VIII y IX. Ahora se unen de nuevo, para trabajar una vez más en cooperación; esta vez trabajan desde direcciones opuestas, pero no menos armoniosamente.

Esta es la forma en que debe estudiarse la historia para comprender el funcionamiento de las fuerzas humanas y el papel que desempeñan en la historia.

Tomemos de nuevo otro caso. - Sucedió que circunstancias peculiares llamaron mi atención sobre ciertos eventos que ocurrieron en la región que ahora deberíamos llamar el noreste de Francia. Estos acontecimientos también tuvieron lugar en el siglo VIII-IX, aunque un poco más tarde de la época de la que acabamos de hablar. Fue antes de la formación de los grandes Estados, en la época en que los acontecimientos se desarrollaban más bien en círculos reducidos de personas.

En la región que hoy llamaríamos el noreste de Francia, vivía un personaje lleno de ambiciones. Tenía una gran finca y la gobernaba de forma notable, de forma bastante sistemática para la época en la que vivía. Sabía lo que quería; había en él una extraña mezcla de aventurerismo y propósito consciente. Y realizaba expediciones, unas más y otras menos exitosas; reunía soldados y realizaba expediciones depredadoras, pequeñas campañas llevadas a cabo con una pequeña tropa de hombres con el objeto de saquear.

Con este grupo de hombres partió una vez del noreste de Francia. Sucedió que durante su ausencia otra personalidad, algo menos aventurera que él, pero llena de energía, tomó posesión de todas sus tierras y propiedades. - Hoy en día suena ficticio, pero en aquella época estas cosas ocurrían de verdad. - Y cuando el propietario volvió a casa -estaba solo- encontró a otro hombre en posesión de su finca. En la situación que se desarrolló no era rival para el hombre que se había apoderado de su propiedad. El nuevo poseedor era más poderoso; tenía más hombres, más soldados. El propietario legítimo no era rival para él.

En aquellos tiempos no sucedía que si alguien no podía seguir viviendo en su propia casa y hacienda se marchara inmediatamente a algún país extranjero. El legítimo propietario era un aventurero, ciertamente, pero la emigración no era entonces un asunto tan fácil; no tenía ni los medios ni las facilidades. Así que se convirtió en una especie de siervo, él y sus seguidores, una especie de siervo ligado a su propia finca. Le habían arrebatado su propia propiedad y él, junto con varios de los que antes le acompañaban en sus aventuras, se vieron obligados a trabajar como siervos.

En todas estas personas que ahora eran siervos donde antes habían sido amos, comenzó a afirmarse una determinada actitud mental, una actitud mental muy despectiva para el principio de la propiedad. Muchas noches, en aquellas zonas boscosas, se encendían hogueras, y en torno a ellas estos hombres se reunían y urdían toda clase de complots contra los que habían tomado posesión de sus bienes.

De hecho, el propietario desposeído, que había pasado de ser el dueño de una gran finca a ser un siervo, más o menos un esclavo, dedicó todo el resto de su vida -todo lo que no se vio obligado a dedicar a su trabajo- a hacer planes para recuperar su propiedad. Odiaba al hombre que se la había arrebatado.

Y entonces, cuando estas dos personalidades atravesaron la puerta de la muerte, experimentaron en el mundo espiritual, entre la muerte y el renacimiento, todo lo que las almas han podido experimentar desde entonces, lo compartieron todo y volvieron a la tierra en el siglo XIX. El hombre que había perdido su hogar y su propiedad y se había convertido en una especie de esclavo, apareció como Karl Marx, el fundador del socialismo moderno. Y el hombre que se había apoderado de sus bienes aparecía como su amigo Engels. Las acciones que los habían enfrentado se metamorfosearon en el transcurso del largo viaje entre la muerte y el nuevo nacimiento en un impulso y una urgencia por equilibrar y corregir lo que se habían hecho mutuamente.

Lean lo que pasó entre Marx y Engels, observen la peculiar configuración de la mente de Marx, y recuerden al mismo tiempo lo que les he dicho de la relación entre estos dos individuos en el siglo VIII-IX, y encontrarán una nueva luz que cae sobre cada frase escrita por Marx y Engels. No correréis el riesgo de decir, de forma abstracta. Esta acción en la historia se debe a esta causa, y la otra a la otra causa. Más bien veréis a los seres humanos que transfieren algo del pasado a otra época, de tal manera que, aunque es cierto que aparece en una forma algo diferente, hay sin embargo una cierta similitud.

¿Y qué otra cosa podría esperarse? En el siglo VIII-IX, cuando los hombres se sentaban juntos por la noche alrededor de una hoguera en el bosque, hablaban en un estilo bastante diferente del que se acostumbraba en el siglo XIX, cuando Hegel había vivido, cuando las cosas se resolvían por medio de la dialéctica. Intentad igualmente imaginaros el bosque del noreste de Francia en el siglo IX. Allí se encuentran los conspiradores, maldiciendo, vociferando en el lenguaje de la época. Tradúzcanlo al modo de hablar matemático-dialéctico del siglo XIX, y tendrán lo que se expresa en Marx y Engels.

Esas cosas nos alejan del sensacionalismo -que se cuela con demasiada facilidad en las ideas relativas a los hechos concretos de la reencarnación- hacia una verdadera comprensión de la historia. Y la mejor manera de alejarse del sensacionalismo es, en lugar de ceder al deseo febril de conocer los detalles de la reencarnación, tratar de comprender, a la luz de las repetidas vidas terrenales de los seres humanos individuales, aquellas cosas de la historia que traen bienestar o desgracia, felicidad o dolor a la humanidad.

Desde este punto de vista, cuando todavía vivía en Austria -aunque en Austria uno está realmente dentro del mundo alemán- me interesaba especialmente una determinada personalidad que era miembro polaco del Reichstag. Los que asistan a las conferencias desde hace tiempo recordarán que he hablado a menudo de Otto Hausner, el diputado austriaco-polaco del Reichstag que tan activo fue en los años setenta del siglo pasado. A decir verdad, desde que oí y vi a Otto Hausner en el Reichstag austriaco, a finales de los años setenta y principios de los ochenta, la imagen de este notable hombre ha estado ante los ojos de mi mente. Llevaba un monóculo; te miraba fijamente con el otro ojo, pero todo el tiempo el ojo detrás del monóculo estaba atento a los puntos débiles de su oponente. Y mientras hablaba, miraba si el dardo había dado en el blanco.

Ahora bien, Hausner tenía un notable bigote -en mi autobiografía no quise entrar en todos estos detalles- y solía acompañar lo que decía con su bigote, de modo que el bigote hacía una especie de euritmia del discurso que vertía contra sus oponentes.

Es interesante cuando uno se lo imagina todo. - Extrema izquierda, izquierda, partido del medio, club checo (como se llamaba) y luego extrema derecha, club polaco. Aquí estaba Hausner, y en la extrema izquierda estaban sus oponentes. Allí estaban todos.

Lo curioso fue que cuando, sobre la cuestión de la ocupación de Bosnia, Hausner se puso del lado de Austria, recibió un tumultuoso aplauso de esta gente de la izquierda. Cuando, más tarde, habló de la construcción del ferrocarril del Arlberg, la oposición más vehemente provino de la misma gente de la extrema izquierda. Y la situación se mantuvo así, respecto a todo lo que dijo después.

Sin embargo, muchas de las advertencias y declaraciones proféticas de Otto Hausner en los años setenta y ochenta se han hecho realidad desde entonces. Hoy en día, uno tiene a menudo la ocasión de recordar lo que decía Otto Hausner.

Ahora bien, había una característica que aparecía en casi todos los discursos de Otto Hausner, y esto, entre otros detalles menos significativos de su vida, me dio el impulso para investigar el curso de su karma. Otto Hausner apenas podía pronunciar un discurso sin hacer una especie de panegírico, como si fuera un paréntesis, sobre Suiza. Siempre ponía a Suiza por delante de Austria como modelo. Dado que en Suiza las tres nacionalidades se llevan bien entre sí, y que en este sentido son bastante ejemplares, quería que las trece nacionalidades de Austria tomaran ejemplo de Suiza y convivieran en la misma unidad federal que las tres nacionalidades de Suiza. Una y otra vez volvía a este tema. Era muy notable.

En los discursos de Hausner había ironía, había humor, había lógica -no siempre, pero sí muy a menudo- y había un panegírico de Suiza. Estaba perfectamente claro que este panegírico surgía de un puro sentimiento de simpatía; este sentimiento se apoderaba de él; quería decir estas cosas. Y, además, sabía cómo dar forma a su discurso para que nadie, excepto un grupo de alemanes-liberales de la izquierda, se sintiera seriamente provocado u ofendido por él.

Era muy interesante ver cómo, cuando algún miembro liberal de izquierda había hablado, Otto Hausner se levantaba para oponerse a él, y con su ojo monocular no desviaba la mirada ni un momento, sino que vertía sobre el ala izquierda un torrente de insultos y desprecios perfectamente increíble. Había hombres importantes y de prestigio entre ellos, pero no perdonó a ninguno. Y siempre había amplitud de miras en lo que decía; era uno de los miembros más cultos del Reichstag austriaco.

El karma de un hombre así puede despertar fácilmente el interés. Yo partí de esa pasión suya por volver una y otra vez a alabar a Suiza, y además, del hecho de que una vez, en un discurso publicado posteriormente como folleto, Cultura alemana e Imperio alemán, reunió con espíritu impetuoso y al mismo tiempo con nada menos que genialidad, todo lo que había que decir a favor de la cultura alemana y del pueblo alemán y en contra del Imperio alemán. Este discurso pronunciado a principios de los años ochenta tenía algo de profético, ya que desbarataba el Imperio alemán, decía todo tipo de cosas duras sobre él y lo calificaba de destructor del verdadero ser y la naturaleza de los alemanes. Eso fue lo segundo: este singular "odio amoroso", si se me permite decirlo así, y "amor odioso" por todo lo que es verdaderamente alemán, y por el Imperio alemán.

Y lo tercero era el extraordinario interés que se manifestaba cuando Hausner hablaba del túnel del Arlberg, del proyecto de construir el ferrocarril del Arlberg desde Austria a Suiza y unir así la Europa central con la occidental. Ni que decir tiene que también aquí introdujo su canto de alabanza a Suiza, ya que el ferrocarril debía llegar a este país. Pero cuando hablaba de este ferrocarril -y su discurso estaba bien sazonado, aunque pronunciado con perfecta delicadeza- uno tenía realmente la sensación de que el hombre lo basaba todo en tendencias y proclividades que debía haber adquirido de algún modo notable en una vida terrenal anterior.

Todo el mundo hablaba en aquellos días de las enormes ventajas que supondría para la civilización europea la alianza de Alemania con Austria. En aquella época, Hausner desarrollaba en el Parlamento austriaco su idea del ferrocarril del Arlberg; decía, y naturalmente todos los demás iban a por él a marchas forzadas, que el ferrocarril del Arlberg debía construirse, porque un Estado como el que él imaginaba Austria, que unía a trece naciones según el modelo de Suiza, debía poder elegir a sus aliados; cuando le convenía, Austria tenía a Alemania, y cuando le convenía debía tener también una ruta estratégica desde Europa Central hasta el Oeste, para poder tener a Francia como aliada cuando lo deseara. Naturalmente, cuando se expresaba tal opinión en la Austria de aquellos tiempos, ¡recibía una corta respuesta! ¡Se informó que Hausner fue planchado de plano! En realidad, sin embargo, fue un discurso maravilloso, muy condimentado y lleno de patetismo. Y este discurso, quiero que se note, apuntaba en dirección a Occidente.

Teniendo en cuenta estas tres cosas, descubrí que la individualidad de Otto Hausner había vagado por Europa de Oeste a Este en la época en que Galo y Columbano [no San Columba, sino un monje irlandés algo más joven, San Columbano (a veces llamado Columba el Joven)] viajaban en la misma dirección. Partió con hombres que se habían inspirado en la iniciación irlandesa, con el propósito de llevar el cristianismo a esas regiones. En compañía de ellos, su objetivo era llevar el cristianismo a Oriente. En el camino, en algún lugar de las cercanías de la Alsacia de hoy, se sintió extraordinariamente atraído por las reliquias del antiguo paganismo germánico, por los viejos recuerdos de los dioses, las antiguas formas de culto, las figuras y estatuas de los dioses que encontró en Alsacia, y también en Alemania y Suiza. Recibió todo esto en su corazón y en su mente de una manera profundamente significativa.

Después se desarrolló en él, por un lado, el gusto por la naturaleza germánica y, por otro, una fuerza contraria que provenía del sentimiento de que había ido demasiado lejos en esa vida pasada. Sufrió un drástico cambio interior, una metamorfosis interior, que se manifestó en la visión amplia y comprensiva que poseía en esta última encarnación. Podía hablar del pueblo y la cultura alemanes y del Imperio alemán como quien ha tenido una vez un contacto estrecho e íntimo con estas cosas y, sin embargo, siente todo el tiempo que no debería haber sido influenciado por ellas. Debería haber difundido el cristianismo. Había llegado a estos lugares cuando su deber estaba en otra parte. - Uno podía oírlo en el tono mismo de sus discursos. - Y quería volver y hacer el bien de nuevo. De ahí su pasión por Suiza; de ahí su pasión por la construcción del ferrocarril del Arlberg. Incluso en su aspecto exterior, no parecía realmente polaco. El propio Hausner solía decir a menudo que no era polaco por ascendencia física, sino sólo por civilización y educación, y que por sus venas corría sangre "raetiana-alemana". Traía de una encarnación anterior la tendencia a mirar hacia la región en la que una vez había estado, donde había acompañado a San Columbano y San Galo con la resolución de difundir el cristianismo, pero donde, en cambio, la antigua religión y cultura germánicas lo habían capturado y retenido. Y así fue como hizo todo lo posible por renacer en una familia lo menos polaca posible, lejos de la tierra en la que había vivido en su vida anterior, lejos de ella y, sin embargo, para poder mirar con nostalgia hacia ella.

Estos son ejemplos que he querido exponer hoy ante vosotros para mostraros lo extraño y notable que es el camino de la evolución kármica. - En la próxima conferencia consideraremos la cuestión de cómo el bien y el mal se desarrollan a través de las sucesivas encarnaciones de los seres humanos, y a través del curso de la historia. Estudiando de este modo los ejemplos más importantes y significativos que nos encontramos en la historia, podremos arrojar luz sobre las relaciones que pertenecen más a la vida cotidiana.

GA235 Dornach 23 de marzo de 1924 -Relaciones Kármicas Vol. I -Obstáculos de la civilización actual por los cuales ciertas cualidades del hombre se amortiguan y los cuerpos se hacen impropios para las cosas espirituales.

  Volver al ciclo GA235 



Relaciones kármicas:
GA235 - Volumen I

Dornach 23 de marzo de 1924



XII conferencia


Ayer os di imágenes de dos o tres personalidades. Para permitir la posibilidad de prueba y confirmación, al menos en lo que se refiere a los detalles externos, es necesario elegir personalidades bastante conocidas y al describíroslas he señalado en cada caso las cualidades características que pueden dar pistas al investigador científico espiritual y ayudarle a seguir las relaciones kármicas. Esta vez he elegido temas que me permitirán también tratar un problema que me han planteado los miembros de nuestra Sociedad. En pocas palabras, es el siguiente. Constantemente, en cada ocasión adecuada, se hace referencia - y por supuesto correctamente - al hecho de que en tiempos muy tempranos hubo Iniciados poseedores de una elevada sabiduría y en un alto grado de desarrollo, y surge la pregunta: Si los seres humanos pasan a través de repetidas vidas terrestres, ¿dónde están estas personalidades altamente iniciadas? ¿Dónde están hoy en día? ¿Se encuentran entre los seres humanos que han sido reencarnados en la actualidad? He escogido, por consiguiente, ejemplos que me permitirán tratar este mismo problema.

GA235-Dornach 22 de marzo de 1924 Relaciones Kármicas Vol. I -Contextos humanos e históricos individuales.

  Volver al ciclo GA235 



Relaciones kármicas:
GA235 - Volumen I

Dornach 22 de marzo de 1924



XI conferencia


Nuestros estudios del karma, que nos han llevado últimamente a ejemplos individuales definidos de relaciones kármicas, tienen por objeto proporcionar una base para formar un juicio no sólo de las conexiones humanas individuales, sino también de las históricas más generales. Y es con este fin en mente que me gustaría ahora añadir a los ejemplos ya dados. Hoy prepararemos el terreno, y mañana lo seguiremos mostrando las conexiones kármicas.

Os habréis dado cuenta de que la consideración de la relación entre una vida terrestre y la siguiente debe basarse siempre en ciertos síntomas y hechos definidos. Si tomamos estos como punto de partida, nos llevarán a una visión de las conexiones reales. Y en el caso de las individualidades de las que me he aventurado a hablaros, he mostrado dónde se encuentran estos puntos de partida particulares.

Hoy quiero, como dije, preparar el camino, poniendo ante vosotros problemas de los que encontraremos las soluciones mañana.

Permitidme primero que os llame la atención sobre el peculiar interés que puede suscitar una u otra personalidad. Hablaré de personalidades de interés histórico y de personalidades de la vida ordinaria; el mismo interés que algunas personas despiertan en nosotros nos impulsará a menudo a encontrar una pista de sus conexiones con la vida. Una vez que sepamos cómo buscar estas pistas de la manera correcta, seremos capaces de encontrarlas. Como ya habrán notado por la forma en que he presentado los casos, todo es cuestión de buscar de la manera correcta. No nos dejemos disuadir, sino que procedamos con empeño.

Cualquiera que sea la actitud que se tenga respecto a la personalidad de Garibaldi en otros aspectos, no puede haber duda de que es una figura interesante en la historia de Europa; él desempeñó, como todos sabemos, un papel notable en los acontecimientos del siglo XIX. Hoy, pues, haremos un estudio preparatorio de Garibaldi, y para empezar les haré notar ciertos hechos de su vida que, como veremos, son capaces de llevar al estudiante de la ciencia espiritual hacia las conexiones de las que aprenderemos mañana.

Garibaldi es una personalidad que participó de manera notable en la vida del siglo XIX. Nació en 1807 y ocupó una posición prominente e influyente en la segunda mitad del siglo. Esto significa que la forma en que se expresa como hombre es muy característica del siglo XIX.

Cuando consideramos los rasgos de su vida, buscando especialmente aquellos que son importantes desde el punto de vista espiritual, encontramos a Garibaldi pasando su infancia en Niza como hijo de un pobre hombre que tiene un trabajo en el servicio de navegación. Es un niño que tiene poca inclinación a participar en lo que ofrece la educación corriente del país, un niño que no es en absoluto brillante en la escuela, pero que se interesa vivamente por todo tipo y variedad de asuntos humanos. Lo que aprende en la escuela tiene el efecto de inducirle muy a menudo a hacer novillos. Mientras que el maestro intentaba a su manera llevar a los niños un poco de conocimiento del mundo, el niño Garibaldi prefería juguetear al aire libre, correr por el bosque o jugar en la orilla del río. Por otro lado, si una vez se apoderaba de algún libro que le atrajera, nada podía arrancarle de él. Se tumbaba de espaldas a la luz del sol, totalmente absorto, sin ir a casa para comer.

En términos generales, sin embargo, era el gran mundo lo que le interesaba. Siendo aún muy joven se preparó para la vocación de su padre y participó en viajes por mar, al principio en una posición subordinada, y después en una posición independiente. Hizo muchos viajes por el Adriático y compartió todas las variadas experiencias que se tuvieron en la primera mitad del siglo XIX, cuando el Liberalismo y la Democracia todavía no habían organizado el tráfico marítimo y lo habían sometido a las normas de la policía, ¡pero cuando todavía quedaba algo de libertad de movimiento en la vida del hombre! Compartía todas las experiencias que eran posibles en tiempos en los que uno podía hacer más o menos lo que quería. Y así también tuvo la experiencia - creo que le pasó tres o cuatro veces - de ser capturado por piratas. Sin embargo, además de ser un genio, era astuto, y cada vez que lo atrapaban, se escapaba de nuevo, ¡y muy rápidamente también!

Y así Garibaldi creció hasta la madurez, siempre viviendo en el gran mundo. Como he dicho, no pretendo dar una biografía, sino señalar los rasgos característicos de su vida que pueden llevarnos a una consideración de lo que es realmente importante y esencial. Vivió en el gran mundo, y llegó un momento en que adquirió una impresión muy fuerte y vívida de lo que podría ser su propia relación interior con el mundo. Fue cuando era casi adulto y fue llevado por su padre en un viaje a través del país, hasta Roma. Allí, mirando desde Roma como si fuera toda Italia, debe haber sido consciente de algo bastante notable que pasaba por su alma. En sus viajes había conocido a mucha gente que estaba, en general, bastante viva y despierta, pero era totalmente indiferente a un interés particular - estaban dormidos en lo que respecta a las condiciones de la época; y estas personas causaron una impresión en Garibaldi que casi lo llevó a la desesperación. No tenían entusiasmo por la verdadera y genuina humanidad, como se mostró en él desde muy temprano en la vida - tenía un genio para el entusiasmo cálido y tierno.

Al pasar por los campos y después llegar a Roma, debió surgir en su alma una especie de visión del papel que más tarde desempeñaría en la liberación de Italia. Otras circunstancias también ayudaron a convertirlo en un anticlerical fanático, y un republicano fanático, un hombre que puso claramente ante él el objetivo de hacer todo lo que estuviera en su mano para promover el bienestar de la humanidad.

Y ahora, participando como lo hizo en todo tipo de movimientos en Italia en la primera mitad del siglo XIX, ocurrió un día que por primera vez en su vida, Garibaldi leyó su nombre en el periódico. Creo que tenía unos treinta años en aquel momento. Para él, leer su nombre en el periódico significaba mucho más en esos días que ahora. Garibaldi tuvo, sin embargo, un destino peculiar en relación con esta lectura de su nombre en el periódico, ya que la ocasión fue el anuncio en el periódico de su sentencia de muerte: ¡sentencia! Leyó su nombre allí por primera vez cuando se informó de su sentencia de muerte. Allí tiene una circunstancia única de su vida; no todos los hombres tienen esa experiencia.

No se le concedió a Garibaldi - y es característico de su destino que no lo fuera, considerando que todo su entusiasmo se centraba en Italia - no se le concedió al principio tomar parte en los asuntos de Italia o de Europa, sino que le tocó por destino ir primero a Sudamérica y tomar parte en toda clase de movimientos por la libertad allí, hasta el año 1848. Y en cada situación se mostró como un hombre notable, dotado de cualidades extraordinarias. Ya les he relatado uno de los acontecimientos más singulares de su vida, el hallazgo de su nombre en el periódico por primera vez con motivo del anuncio de su propia muerte. Y ahora llegamos a otro hecho biográfico bastante individual, algo que le sucede a muy pocos hombres. Garibaldi conoció de una manera extraordinaria a la mujer que sería la base de su felicidad durante muchos años. Estaba en el mar, a bordo de un barco, mirando a tierra a través de un telescopio. Enamorarse a través de un telescopio - ¡no es ciertamente la forma en que le sucede a la mayoría de la gente!

El destino le facilitó de nuevo el conocer rápidamente a la persona que había elegido a través del telescopio para ser su amada. Se dirigió de inmediato en la dirección en la que había mirado por el telescopio, y al llegar a tierra fue invitado por un hombre a una comida. Resultó, después de aceptar la invitación, que este hombre era el padre de la chica que había visto! Ella sólo hablaba portugués y él sólo italiano; pero su biógrafo nos asegura, y parece ser correcto, que la joven comprendió inmediatamente su declaración de amor, que parece haber consistido simplemente en las palabras -en italiano, por supuesto- "Debemos unirnos de por vida". Ella lo entendió inmediatamente. Y realmente sucedió así, que de este encuentro surgió un compañerismo de vida que duró mucho, mucho tiempo.

La esposa de Garibaldi compartió todos los viajes terribles y aventureros que hizo en Sudamérica, y algunos de los detalles registrados de ellos son realmente muy conmovedores. Por ejemplo, se cuenta la historia de cómo llegó un reportaje sobre que Garibaldi había muerto en batalla. Su esposa se apresuró a ir al campo de batalla y levantó cada cabeza para ver si era la de su marido. Después de mucho tiempo, y tras pasar por muchas aventuras en la búsqueda, lo encontró aún con vida. Es muy conmovedor leer cómo en este mismo viaje, que duró mucho tiempo, dio a luz a un niño sin ayuda de ningún tipo, y cómo, para mantenerlo caliente, lo ató en un cabestrillo alrededor de su cuello, sosteniéndolo contra su pecho durante horas. La historia de las aventuras sudamericanas de Garibaldi tiene algunos aspectos profundamente conmovedores.

Pero ahora llegó el momento, a mediados del siglo XIX, cuando todo tipo de impulsos de libertad se agitaban entre los pueblos de Europa, y Garibaldi no pudo mantenerse alejado por más tiempo en Sudamérica; regresó a su patria. Es bien sabido con qué intensa energía trabajó allí, reuniendo voluntarios en las circunstancias más difíciles, tanto que no sólo contribuyó al desarrollo de la nueva Italia: fue su creador.

Y aquí llegamos a un rasgo de su vida y carácter que se destaca muy fuertemente. Fue, en todas las relaciones de la vida, un hombre independiente, un hombre que siempre pensó de manera grande y simple, y sólo tuvo en cuenta los impulsos que brotaban de las profundidades de su propio ser interior. Así que es realmente muy notable verle haciendo todo lo que está en su poder para que la dinastía de Victor Emmanuel gobierne el reino de Italia, cuando en realidad toda la unificación y liberación de Italia se debe al propio Garibaldi. La historia de cómo ganó Nápoles y luego Sicilia con, comparativamente hablando, una fuerza de hombres bastante pequeña, indisciplinada pero llena de entusiasmo, de cómo el futuro Rey de Italia sólo necesitaba hacer su entrada en las regiones ya ganadas para él por Garibaldi, y de cómo, sin embargo, si se dice la verdad, nada de lo que se hizo desde el lado de la familia real o de aquellos que estaban cerca de ellos para mostrar cualquier apreciación adecuada de lo que Garibaldi había logrado - toda la historia causa una profunda y sorprendente impresión. Fundamentalmente hablando, si podemos decirlo en un lenguaje algo trivial, la Dinastía Saboya tenía que agradecer a Garibaldi por todo, y aún así le estaban eminentemente desagradecidos, tratándole con no más que la necesaria cortesía.

Tomemos, por ejemplo, la entrada en Nápoles. Garibaldi había ganado Nápoles para la Dinastía y fue considerado por los napolitanos como nada menos que su libertador; una perfecta tormenta de júbilo siempre saludaba su aparición. Hubiera sido impensable para el futuro Rey de Italia hacer su entrada en Nápoles sin Garibaldi, absolutamente impensable. Sin embargo, los consejeros del Rey estaban en contra. Los consejeros, sin duda, son a menudo extremadamente miopes; pero si Victor Emmanuel no hubiera actuado por su cuenta por un cierto instinto y hubiera hecho que Garibaldi se sentara a su lado con su camisa roja con motivo de la entrada en Nápoles, ¡sin duda él mismo no habría sido recibido con gritos de júbilo! Aún así, los vítores estaban destinados a Garibaldi y no a él. Seguramente le habrían silbado, eso es una certeza absoluta. Victor Emmanuel habría sido silbado si hubiera entrado en Nápoles sin Garibaldi.

Y fue lo mismo en todo momento. En alguna campaña en el centro de Italia, Garibaldi había llevado el día. Los comandantes en jefe del Rey habían venido... ¿qué se dice en un caso así, poniéndolo tan amablemente como se pueda? - habían llegado demasiado tarde. Todo el asunto había sido llevado hasta el final por Garibaldi. Sin embargo, cuando el ejército apareció, con sus generales vestidos con sus condecoraciones, y se encontró con los hombres de Garibaldi que no tenían condecoraciones y además estaban vestidos sin pretensiones, los generales declararon: ¡es indigno que cabalguemos junto a ellos, no podemos hacer tal cosa! Pero Victor Emmanuel tenía una especie de instinto en estos asuntos. Llamó a Garibaldi a su lado, y los generales, poniendo caras irónicas, se vieron obligados a unirse al ejército de Garibaldi mientras se alineaba. Estos generales, parece que lo pasaron muy mal; ¡parecía que les dolía el estómago! Y después, cuando se iba a entrar en una ciudad, Garibaldi, que lo había hecho todo, tuvo que ir detrás como una retaguardia. Él y sus hombres tenían que esperar y dejar que los demás marcharan delante. Era un caso en el que el ejército regular no había hecho nada en absoluto; sin embargo, entraron primero, y después de ellos, Garibaldi con sus seguidores.

Las cosas importantes a tener en cuenta son estos notables vínculos de destino. Es en estos vínculos del destino donde podemos encontrar nuestra guía para las conexiones kármicas. Porque no tiene que ver directamente con la libertad o la falta de libertad de un hombre el que primero vea su nombre impreso con ocasión de su muerte o sentencia, o que encuentre a su esposa a través de un telescopio. Tales cosas son conexiones del destino; toman su curso junto con lo que siempre está presente en el hombre a pesar de ellas - su libertad. Sin embargo, estas son las mismas cosas - estas cosas de las que podemos estar seguros de que son vínculos de destino - que pueden dar un gran estímulo al estudio práctico de la naturaleza y la realidad del karma.

Ahora bien, en el caso de una personalidad como Garibaldi, los rasgos que generalmente se pueden considerar incidentales, son característicos. En su caso, están fuertemente marcados. Garibaldi era lo que se llama un hombre guapo. Tenía un hermoso cabello dorado y era una figura espléndida. Su pelo era rizado y brillante, y era muy admirado por las mujeres. Ahora estará de acuerdo, por lo que le he dicho de la novia de Garibaldi, a quien eligió, recuerde, a través de un telescopio, que sólo se puede hablar de ella con la mayor alabanza posible; sin embargo, parece que no estaba totalmente libre de celos. ¿Qué hace Garibaldi un día en que estos celos parecen haber adquirido grandes proporciones? Corta su hermoso cabello hasta las raíces; se deja calvo. Eso fue cuando aún estaban en Sudamérica. Todas estas cosas son rasgos que sirven para mostrar cómo las necesidades del destino son puestas en la vida.

Garibaldi se convirtió, como sabemos, en uno de los grandes hombres de Europa después de sus logros en Italia, y viajando a través de Italia hoy en día se sabe cómo, de ciudad en ciudad, se pasa de un monumento a Garibaldi a otro. Pero ha habido momentos en los que no sólo en Italia sino en toda Europa se hablaba del nombre de Garibaldi con el mayor interés y la más profunda devoción, cuando incluso las damas en Colonia, en Maguncia y en muchos otros lugares llevaban blusas en honor a Garibaldi, sin mencionar Londres, donde la blusa roja de Garibaldi se puso de moda.

Durante la guerra franco-prusiana, en 1870, Garibaldi, ya anciano, se puso a disposición de los franceses, y tuvo lugar un interesante incidente. Su única experiencia, como sabemos, había sido la lucha voluntaria, como la que había llevado a cabo en Italia y también en América del Sur, pero en cierta ocasión en esta guerra a gran escala fue el que capturó una bandera alemana de debajo de una pila de hombres que intentaban protegerla con sus cuerpos. Garibaldi capturó esta bandera. Pero tenía tal respeto por los hombres que se habían arrojado sobre la bandera para protegerla con sus propios cuerpos, que la devolvió a sus dueños. Es extraño relatar, sin embargo, que cuando apareció en una reunión en algún lugar u otro poco después, fue recibido con siseos por lo que había hecho.

Estarán de acuerdo - esta no es simplemente una vida interesante, sino la vida de un hombre que de hecho y de derecho se eleva por encima de todas las otras grandezas en evidencia en el siglo 19! Un hombre muy notable, tan original, tan elemental, actuando tan evidentemente por impulsos primitivos, y al mismo tiempo con tanta genialidad! Otros que trabajaron con él quizás fueron mejores en la dirección de grandes ejércitos y en hacer las cosas de manera ordenada, pero ninguno de ellos en ese período profundamente materialista tenía un entusiasmo tan genuino y espontáneo por lo que se proponía.

Aquí, entonces, está una de las personalidades que me gustaría poner ante ustedes. Como dije, hoy daré descripciones preparatorias y mañana buscaremos las respuestas.

Otra personalidad, muy conocida por su nombre, es de excepcional interés en relación con las investigaciones sobre el karma. Se trata de Lessing.

Las circunstancias de la vida de Lessing, puedo decir, siempre me han interesado en un grado extraordinario. Lessing es realmente el fundador del mejor tipo de periodismo, el periodismo que tiene sustancia y que realmente busca lograr algo. Antes de Lessing, los poetas y dramaturgos habían tomado sus temas de la aristocracia. Lessing, en cambio, se esfuerza por introducir en el drama la vida burguesa, la vida ordinaria de la clase media, la vida que se ocupa generalmente de los destinos de los hombres como hombres, y no de los destinos de los hombres porque ocupan alguna posición en la sociedad o algo parecido. Conflictos puramente humanos, eso es lo que Lessing quería representar en el escenario. En el curso de su trabajo se aplicó a muchos grandes problemas, como por ejemplo cuando trató de determinar los límites de la pintura y la poesía en su Laocoon. Pero lo más interesante de todo es el poderoso ímpetu con el que Lessing luchó por la idea de la tolerancia. Basta con tomar su Nathan el Sabio para darse cuenta de la importancia de la tolerancia en la mente y la vida de Lessing. Al tejer la fábula de los tres reyes en Nathan el Sabio, quiere mostrar cómo las tres religiones principales se han desviado de sus formas originales y no son realmente genuinas, y cómo hay que ir en busca de la verdadera forma, que se ha perdido. Aquí tenemos la tolerancia unida a una idea inusualmente profunda y significativa.

También es interesante la conversación entre masones, titulada Ernst und Falk, y mucho más que proviene de la masonería. Lo que Lessing logró en el camino de la investigación crítica de la historia de la vida religiosa es, para alguien que es capaz de juzgar su significado, realmente asombroso. Pero debemos ser capaces de poner a todo Lessing, en su completa personalidad, ante nosotros. Y esto no podemos hacerlo leyendo, por ejemplo, la obra en dos volúmenes de Erich Schmidt que pretende ser un estudio final y completo de Lessing. Lessing, tal y como era, no está representado en absoluto, sino que se nos presenta la imagen de una marioneta compuesta de varios miembros y miembros, y se nos dice que esta marioneta escribió Nathan el Sabio y Laocoon. No es más que una afirmación de que el hombre retratado aquí ha escrito estos libros. Y es lo mismo con las otras biografías de Lessing.

Empezamos a tener una impresión de Lessing cuando observamos, por así decirlo, la fuerza impulsora con la que lanza sus sentencias contra sus oponentes. Lanza una polémica contra la civilización de Europa Central. Una polémica refinada y correcta, pero que a cada paso se vuelve a la normalidad. Debéis observar un matiz peculiar en el carácter de Lessing si queréis entender la composición de su vida. Por un lado tenemos la agudeza, a menudo cáustica, de escritos como El arte dramático de Hamburgo, y luego tenemos que encontrar el camino para entender, por así decirlo, las palabras usadas por Lessing cuando le nació un hijo y murió justo después de nacer. Escribe algo así como lo siguiente en una carta: Sí, se ha despedido inmediatamente de este mundo de dolor; ha hecho lo mejor que puede hacer un ser humano. (No puedo citar el pasaje palabra por palabra, pero fue a este efecto.) Al escribir así, Lessing está expresando su dolor de una manera maravillosamente valiente, no por ello sintiendo el dolor de una manera menos profunda que alguien que no puede hacer otra cosa que lamentar el acontecimiento. Esta capacidad de retraerse en el dolor era característica del hombre que al mismo tiempo sabía impulsar con vigor cuando desarrollaba sus polémicas. Esto es lo que hace que sea tan conmovedor leer la carta escrita cuando su hijo murió inmediatamente después del nacimiento, dejando a la madre gravemente enferma.

Lessing tenía además esta cosa notable en su destino - y es muy característico, cuando uno se propone encontrar las conexiones kármicas en su caso - que era amigo en Berlín de un hombre que era en cada particular su opuesto, a saber, Nikolai.

De Lessing se puede decir - no es literalmente cierto, pero no es menos característico - que nunca soñó, porque su intelecto y su comprensión eran muy agudos. Por eso, como veremos mañana, es para el investigador espiritual una personalidad tan extraordinariamente significativa. Pero hay algo en la construcción misma de sus frases, algo en los arrebatos caseros con los que hace caer a su oponente en el polvo, que realmente hace que cada frase sea una delicia para leer.

Con Nikolai es justo lo contrario. Nikolai es un ejemplo de un verdadero filisteo. Aunque era amigo de Lessing, era sin embargo un típico burgués filisteo; y tenía visiones, las más extrañas y notables.

Lessing, un genio como él, no tenía visiones, ni siquiera sueños. Nikolai sufría literalmente de visiones. Venían y se iban sólo después de que se les pusieran sanguijuelas. Sí, en realidad le pusieron sanguijuelas, para que no fuera atormentado para siempre por el mundo espiritual que no lo dejaba en paz.

Fichte escribió un ensayo muy interesante dirigido contra Nikolai. Se propuso dar una imagen de la típica burguesía alemana tal y como se muestra en la personalidad de Nikolai. A pesar de todo, este mismo Nikolai era amigo de Lessing.

Otra cosa que es muy notable en Lessing. En su propia Weltanschauung, Lessing se preocupaba mucho por dos filósofos, Spinoza y Leibniz. Ahora me ha atraído mucho, como una ocupación interesante para las horas libres, leer todos los escritos en los que se demuestra una y otra vez que Lessing era un leibniziano, y por otra parte aquellos en los que se demuestra sobre una base aún más sólida que era un espinozoide. Porque en realidad no se puede decidir si Lessing, agudo y perspicaz pensador como era, era un leibniziano o un espinozoide, que son muy opuestos entre sí. Spinoza - panteísta y monoteísta; Leibniz - monadista, pura y completamente individualista. Y sin embargo no podemos decidir si Lessing pertenece a Leibniz o a Spinoza. Cuando intentamos ponerlo a prueba en este asunto, no podemos llegar a un juicio concluyente. Es imposible.

Al final de su vida Lessing escribió el notable ensayo La educación de la raza humana, al final del cual, bastante aislado, por así decirlo, aparece la idea de vidas terrestres repetidas. El libro muestra cómo la humanidad atraviesa una época de desarrollo tras otra, y cómo los Dioses entregaron en la mano del hombre, como un primer principio, por así decirlo, el Antiguo Testamento, y luego como un segundo principio el Nuevo Testamento, y cómo en el futuro vendrá un tercer libro para la educación ulterior de la raza humana. Y luego, de una sola vez, el ensayo se cierra con una breve presentación de la idea de que el hombre vive a través de repetidas vidas terrenales. Y allí dice Lessing, de nuevo de una manera que está absolutamente de acuerdo con su carácter (no estoy citando las palabras reales, pero esto es lo esencial): ¿Debería la idea de vidas terrestres repetidas parecer tan absurda, considerando que estaba presente en tiempos muy tempranos, cuando los hombres aún no habían sido estropeados por el aprendizaje escolar? El ensayo termina con un genuino panegírico sobre vidas terrestres repetidas, terminando con estas hermosas palabras: "¿No es toda la Eternidad mía?"

Uno solía encontrar continuamente - tal vez todavía sería así si se mezclara más con la gente - uno solía encontrar hombres que valoraban mucho a Lessing, pero que se apartaban, por así decirlo, cuando llegaban a La Educación de la Raza Humana. Realmente es difícil entender el estado mental de tales hombres. Ellos ponen la más alta estima en un hombre de genio, y luego rechazan lo que da a la humanidad en su edad más madura. Dicen: ha envejecido, está senil, ya no podemos seguirlo. Todo eso está muy bien; ¡uno puede rechazar cualquier cosa por ese método! El hecho es que nadie tiene derecho a reconocer a Lessing y a no reconocer que esta obra fue concebida por él en la plena madurez de sus facultades. Cuando un hombre como Lessing pronuncia un aforismo tan profundo como éste en vidas terrestres repetidas, no hay, propiamente hablando, ninguna posibilidad de ignorarlo.

Veréis fácilmente que la personalidad de Lessing es interesante en el más alto grado desde el punto de vista kármico, en relación con su propio paso por diferentes vidas terrestres. En la segunda mitad del siglo XVIII, la idea de vidas terrestres repetidas no era de ninguna manera una idea comúnmente aceptada. Surge en Lessing como un relámpago, como un destello de genialidad. No podemos explicar su aparición; no puede ser debido a la educación de Lessing o a ninguna otra influencia en esta vida en particular. Nos vemos obligados a preguntarnos cómo puede ser que en la vida anterior de un hombre en el que a cierta edad surge repentinamente la idea de vidas terrestres repetidas -una idea que es extraña a la civilización de su propio tiempo- también surja, de tal manera que el hombre mismo señala el hecho de que la idea estuvo una vez presente en tiempos muy tempranos. La verdad es que él está realmente trayendo a la idea motivos internos, motivos de sentimiento que traen consigo una indicación de su propia vida terrestre en el pasado lejano. No hace falta decir que en su conciencia superficial ordinaria no tiene noción de tales conexiones. Las cosas que no sabemos son, sin embargo, no menos verdaderas. Si sólo fueran ciertas las cosas que muchos hombres conocen, el mundo sería pobre en acontecimientos y pobre en seres.

Este es el segundo caso cuyas conexiones kármicas vamos a estudiar.

Hay un tercer caso que me gustaría abrir, porque puede enseñarnos mucho en el tema de las relaciones kármicas. Entre las personalidades que estuvieron cerca de mí como profesores en mi juventud había un hombre al que ya me he referido; hoy me gustaría hablar de él de nuevo, añadiendo algunos puntos que serán significativos para nuestro estudio del karma.

Por supuesto que hay riesgos al hablar de estos asuntos, pero en vista de toda la situación de la vida espiritual que debe proceder de la Antroposofía hoy en día, no creo que tales riesgos puedan evitarse.

Lo que voy a contarles ahora me llamó la atención varios años después de haber visto por última vez a la persona en cuestión, que fue un maestro muy querido por mí hasta mis dieciocho años. Pero yo siempre había seguido su vida y, en realidad, había permanecido muy cerca de él. Y ahora, en cierto momento de mi vida, me sentí obligado a seguir su vida más de cerca en un aspecto particular.

Fue cuando, en otra conexión, comencé a tomar un interés especial en la vida de Lord Byron. Y al mismo tiempo conocí a algunos entusiastas de Byron. Uno de ellos fue la poetisa, Marie Eugenie delle Grazie, de quien tendré mucho que decir en mi autobiografía. Durante cierto período de su vida fue una entusiasta de Byron. Luego hubo otro, una personalidad muy notable, una extraña mezcla de todas las cualidades posibles - Eugen Heinrich Schmidt. Muchos de ustedes que saben algo sobre la historia de la Antroposofía estarán familiarizados con su nombre.

Eugen Heinrich Schmidt se dio a conocer por primera vez en Viena en los años 80, y fue entonces cuando lo conocí. Acababa de escribir el ensayo premiado que fue publicado por la Sociedad Hegel de Berlín, sobre la Dialéctica de Hegel. Ahora venía a Viena, un hombre alto y delgado, lleno de un entusiasmo ardiente, que se expresaba a veces en gestos muy forzados y así sucesivamente. No obstante, era genuino para eso. Y fue este entusiasmo de Schmidt el que me dio el "tirón" necesario, por así decirlo. Pensé que me gustaría hacerle un favor, y como recientemente había escrito un artículo muy entusiasta e inspirado sobre Lord Byron, le presenté a mi otra entusiasta de Byron, Marie Eugenie delle Grazie. Y ahora comenzó una discusión muy emotiva sobre Byron. Los dos estaban muy de acuerdo, pero continuaron con un debate muy animado. Todos los demás que estábamos sentados - una colección completa de estudiantes de teología de la Facultad Católica de Viena estaban allí, que venían cada semana y con los que había hecho amigos - todos los demás estábamos en silencio. Y los dos que estaban conversando sobre Byron estaban sentados así. - Aquí estaba la mesa, bastante larga, y en un extremo se sentaba delle Grazie y en el otro Eugen Heinrich Schmidt, gesticulando con fuerza y principal. De repente su silla se desliza por debajo de él, y cae bajo la mesa, sus pies se extienden hasta delle Grazie. Puedo decirte que fue un shock para todos nosotros. Pero esta conmoción me ayudó a encontrar la solución de un problema particular.

Dejadme que os lo cuente de forma bastante objetiva, como una cuestión de historia. Todo lo que habían estado diciendo sobre Byron me había impresionado mucho, y empecé a sentir la necesidad de saber cómo podrían ser las conexiones kármicas en el caso de Byron. Por supuesto, no fue tan fácil. Pero ahora de repente tuve la siguiente experiencia. - Fue realmente como si todo el cuadro de esta conversación, con Eugen Heinrich Schmidt siendo tan terriblemente maleducado con su pie! - como si esta imagen me hubiera llamado la atención sobre el pie de Lord Byron, que era, como saben, de pie zambo. Y a partir de eso me dije a mí mismo: Mi querido maestro también tenía un pie así; esta conexión kármica debe ser investigada. Ya les he dado un ejemplo, en la afección de la rodilla de la que padecía Eduard von Hartmann, de cómo la búsqueda puede ser llevada a cabo a través de peculiaridades de este tipo. Pude percibir ahora el destino del maestro al que amaba y que también tenía un pie así. Y fue notable en el más alto grado observar cómo, por un lado, se llegó a ver la misma peculiaridad tanto en el caso de Byron como en el de mi maestro, a saber, el pie zambo; pero cómo, por otro lado, las dos personas eran totalmente diferentes entre sí, Byron, el poeta del genio, que a pesar de su genio - o tal vez debido a él - era un aventurero; y el otro un brillante geómetra como raramente se encuentra en los puestos de enseñanza, un hombre ante cuya imaginación geométrica y tratamiento de la geometría descriptiva uno sólo podía quedarse asombrado.

En resumen, teniendo ante mí a estos dos hombres, completamente diferentes en su alma, pude resolver el problema de su karma con referencia a este detalle físico aparentemente insignificante. Este detalle fue el que me permitió considerar los problemas de Byron y mi profesor de geometría en conexión con el otro, y así encontrar la solución.

Deseaba dar estos ejemplos hoy y mañana los consideraremos desde el punto de vista del karma.


GA235-Dornach 16 de marzo de 1924 Relaciones Kármicas Vol. I -La trayectoria de las personalidades históricas del pasado en los períodos posteriores de la historia y en la vida del presente.

  Volver al ciclo GA235 



Relaciones kármicas:
GA235 - Volumen I

Dornach 16 de marzo de 1924



X conferencia


En nuestro estudio de las conexiones kármicas he seguido hasta ahora la práctica de empezar por las personalidades en tiempos más recientes y luego volver a sus vidas anteriores en la Tierra. Hoy, con el fin de ampliar los ejemplos reales de conexiones kármicas, me propongo ir por el otro camino, empezando por ciertas personalidades del pasado y siguiéndolas en épocas posteriores, ya sea en alguna época posterior de la historia, o directamente en la vida del día de hoy. Lo que quiero hacer es dar una imagen de ciertas conexiones históricas, presentándola de tal manera que en cada punto se arroje alguna luz sobre el funcionamiento del karma.

Si seguís el desarrollo del cristianismo desde su fundación, trazando los distintos caminos que el impulso cristiano recorrió a través de Europa, os encontraréis con una corriente de vida espiritual diferente que, aunque hoy en día se le presta poca atención, ejerció una influencia extraordinariamente profunda en la civilización europea bajo la superficie de los acontecimientos externos. Es la corriente conocida como Mahoma, la religión mahometana, que, como saben, surgió más de 500 años después de la fundación del cristianismo, junto con el modo de vida asociado a él.

Vemos, en primer lugar, que el monoteísmo en una forma muy estricta fue instituido por Mahoma. Es una religión que mira hacia arriba, como lo hizo el judaísmo, a una sola divinidad que abarca el universo. "Hay un solo Dios y Mahoma es su profeta". - Eso es lo que sale de Arabia como un poderoso impulso, extendiéndose hasta Asia, pasando por África y de ahí a Europa a través de España.

Cualquiera que estudie la civilización de nuestra época juzgará mal muchas cosas si ignora las influencias que, habiendo recibido su impulso inicial de la gesta de Mahoma, penetraron en la civilización europea como resultado de las campañas de los árabes, aunque la forma real del sentimiento religioso con la que estas influencias iban asociadas no llegó a Europa.

Cuando consideramos la forma en que el mahometanismo hizo su aparición, encontramos, en primer lugar, el monoteísmo inflexible, la única y todopoderosa divinidad - una concepción de la divinidad que está aliada con el fatalismo. El destino del hombre está predeterminado; debe someterse a este destino, o al menos reconocer su sujeción a él. Esta actitud es parte integrante de la vida religiosa. Pero este arabismo -llamémoslo así- también trajo en su trayectoria algo completamente diferente. Lo extraño es que, si por un lado los métodos bélicos adoptados por el arabismo crearon perturbación y alarma entre los pueblos, por otro lado también es notable que durante casi mil años después de la fundación del mahometanismo, el arabismo hizo mucho para promover y fomentar la civilización. Si miramos el período en que la influencia de Carlomagno en Europa estaba en su apogeo, encontramos en Asia, en la Corte de Bagdad, una cultura maravillosa, una vida espiritual verdaderamente grande y espléndida. Mientras Carlomagno intentaba difundir una cultura elemental sobre bases primitivas - él mismo sólo aprendió a escribir por pura necesidad - una cultura espiritual de muy alto nivel estaba floreciendo en Asia, en Bagdad. Además, esta cultura espiritual inspiraba un enorme respeto en el entorno del propio Carlos el Grande.

En la época en que Carlos el Grande gobernaba - 768 a 814 son las fechas dadas - vemos en Bagdad, en el período de 786 a 809, a Haroun al Raschid como la figura de una civilización que había alcanzado gran esplendor. Haroun al Raschid, cuyas alabanzas han sido cantadas tan a menudo por los poetas, está en el centro de un amplio círculo de actividad en las ciencias y las artes. Él mismo era un hombre muy culto cuyos seguidores no eran en absoluto hombres de logros tan primitivos como, por ejemplo, Einhard, el asociado de Carlos el Grande. Haroun al Raschid reunió a su alrededor a hombres realmente brillantes en el campo de la ciencia y el arte. Lo vemos en Asia - no exactamente gobernando sobre la cultura, pero ciertamente dándole el impulso a ella a un nivel muy alto.

Y vemos cómo surge dentro de esta cultura espiritual, de la que Haroun al Raschid era el alma, algo que se había estado propagando en Asia en un flujo continuo desde los tiempos de Aristóteles. La filosofía aristotélica y las ciencias naturales se habían extendido por Asia y habían sido elaboradas por la visión oriental, la imaginación oriental, la visión oriental. Su influencia se puede rastrear en toda Asia Menor, casi hasta la frontera de la India, y su eficacia puede juzgarse por el hecho de que un sistema de medicina muy extendido y desarrollado, por ejemplo, se cultivaba en esta Corte de Haroun al Raschid.

Ese pensamiento filosófico profundo se aplica a lo que había sido fundado por Mahoma con una especie de furor religioso; vemos que esto se convierte en el objeto de un intenso estudio y es puesto en espléndida aplicación por los eruditos, poetas, científicos y médicos que viven en esta Corte de Bagdad.

Allí se cultivaban las matemáticas, también la geografía. Desafortunadamente, se escucha muy poco de esto en la historia europea, y las acciones primitivas en la Corte Franca de Carlos el Grande pueden oscurecer lo que se estaba logrando en Asia.

Cuando consideramos todo lo que se desarrolló directamente del mahometanismo, tenemos ante nosotros una imagen muy notable. El mahometanismo fue fundado en la Meca y llevado más lejos en Medina. Se extendió a las regiones de Damasco, Bagdad y así sucesivamente, de hecho, en toda Asia Menor, ejerciendo la influencia dominante que he descrito. Esta es la única dirección en la que el mahometanismo se extiende, hacia el norte de Arabia y a través de Asia Menor. Los árabes continuamente sitian Constantinopla. Llaman a las puertas de Europa. Quieren abrirse camino a través de Europa del Este hacia Europa Central.

Por otro lado, el arabismo se extiende por el norte de África y desde allí a España. Se apodera de Europa por así decirlo desde la otra dirección, a través de España.

Tenemos ante nosotros el notable espectáculo de Europa que tiende a estar rodeada por el arabismo - por una corriente bifurcada de la cultura árabe.

El cristianismo, en su forma romana, se extiende hacia arriba desde Roma, desde el sur, comenzando por Grecia; este impulso se manifiesta más tarde en la traducción de la Biblia por Ulfila, y así sucesivamente. Y luego, encerrando esta civilización europea como si fuera con dos brazos bífidos, tenemos el mahometanismo. Todo lo que la historia cuenta sobre lo que hizo Carlos el Grande para promover el cristianismo debe ser considerado a la luz del hecho de que mientras Carlos el Grande hizo mucho para promover el cristianismo en la Europa Central, al mismo tiempo había florecido en Asia ese ilustre centro de cultura del que he hablado, el centro de cultura alrededor de Haroun al Raschid.

Cuando miramos el curso puramente externo de la historia, ¿qué encontramos? Se libran guerras a lo largo de una línea que se extiende desde el norte de África hasta la Península Ibérica; los seguidores del arabismo atraviesan España y son derrotados por los representantes del cristianismo europeo, por Carlos Martel, por el propio Carlos el Grande. Luego, más tarde, encontramos cómo la grandeza del mahometanismo se ve empañada por el elemento turco que asume la apariencia de religión pero que extingue todo lo que acompañaba a la elevada cultura a la que Haroun al Raschid dio el impulso.

Estas dos corrientes se extinguen gradualmente como resultado de la lucha que libra contra ellas la belicosa población cristiana de Europa. Hacia el final de los primeros mil años, la única amenaza real en Europa viene de los turcos, pero esto no tiene mucho que ver con lo que estamos considerando aquí. De ahora en adelante no se hablará más de la propagación del arabismo.

La observación de la historia en su aspecto puramente externo podría llevarnos a la conclusión de que el arabismo fue derrotado por los pueblos europeos. Se libraron batallas como la de Tours y Poitiers, y hubo muchas otras; los árabes también fueron derrotados del lado de Constantinopla, y podría pensarse fácilmente que el arabismo había desaparecido de la arena de la historia del mundo.

Por otra parte, cuando pensamos profundamente en los impulsos que estaban en juego en las ciencias, y también en muchos aspectos en el campo del arte en la cultura europea, encontramos que el arabismo todavía está en evidencia - pero como si se hubiera vertido secretamente en el cristianismo, se le había inculcado en secreto.

¿Cómo ha ocurrido esto? Debéis daros cuenta, queridos amigos, que en la vida espiritual, los acontecimientos no toman la forma en que se revelan en la historia exterior. Las corrientes realmente significativas siguen su curso bajo la superficie de la historia ordinaria y en ellas aparecen de nuevo las individualidades de los hombres que han trabajado en una época, nacidos en comunidades que hablan un idioma completamente diferente, con tendencias de pensamiento totalmente distintas, pero que trabajan todavía con el mismo impulso fundamental. En una época anterior pueden haber logrado algo espléndido, porque la tendencia de los acontecimientos estaba con ellos, mientras que en una posterior pueden haber tenido que traerlo al mundo frente a grandes obstáculos y obstrucciones. Tales individuos están obligados a contentarse con mucho que parece trivial en comparación con los poderosos logros de sus vidas anteriores; pero por todo ello, lo que llevan de una época a otra es lo mismo en lo que respecta a la tendencia fundamental y la actitud del alma. No siempre reconocemos lo que se arrastra de esta manera porque somos demasiado propensos a imaginar que una vida terrenal posterior debe parecerse a una anterior. Hay gente que piensa que un músico debe volver como músico, un filósofo como filósofo, un jardinero como jardinero, y así sucesivamente. De ninguna manera es así. Las fuerzas que son llevadas de una encarnación a otra se encuentran en niveles mucho más profundos de la vida del alma.

Cuando percibimos esto, nos damos cuenta de que el arabismo, en realidad, no se ha extinguido. A partir de los ejemplos de Friedrich Theodor Vischer y de Schubert he podido mostrar recientemente cómo el trabajo y los logros de las individualidades en una época anterior continúan, en una posterior, en formas totalmente diferentes.

El arabismo no se extinguió, sino que los individuos que estaban firmemente arraigados en el arabismo vivieron en la civilización europea y la influenciaron fuertemente, de una manera que era posible en Europa en esa época posterior.

Ahora es más fácil avanzar desde alguna personalidad histórica para encontrarlo de nuevo que ir en sentido contrario, como en las últimas conferencias - empezando por las encarnaciones más tardías y luego volviendo a las anteriores. Cuando aprendemos a conocer la individualidad de Haroun al Raschid interiormente en la luz astral, como decimos, cuando lo tenemos ante nosotros como una individualidad espiritual en el siglo IX, teniendo en cuenta lo que fue detrás de las escenas de la historia del mundo - y cuando lo que fue se había desplegado en la superficie con la brillantez de la que les he hablado - entonces podemos seguir el curso del tiempo y encontrar una individualidad como Haroun al Raschid pasando por la muerte, mirando desde el mundo espiritual lo que está sucediendo en la tierra, mirando hacia abajo, es decir, al exterminio exterior del arabismo y, de acuerdo con su destino, estar involucrado en el proceso. Encontramos tal individualidad pasando por el mundo espiritual y apareciendo de nuevo, no quizás con el mismo esplendor, pero con una tendencia similar del alma.

Y así vemos a Haroun al Raschid aparecer de nuevo en la historia de la vida espiritual europea como una personalidad que vuelve a tener una gran reputación, a saber, como Lord Bacon de Verulam. He hablado de Lord Bacon en muchas conexiones diferentes. Toda la fuerza motriz que había en Haroun al Raschid y que fue transmitida a los de su entorno, este mismo impulso fue impartido por Lord Bacon en una forma más abstracta - ya que vivió en la era de la abstracción - a las diversas ramas del conocimiento. Haroun al Raschid era un espíritu universal en el sentido de que unía a los especialistas, por así decirlo, a su alrededor. Lord Bacon - tiene por supuesto su inspirador detrás de él, pero es un sujeto apto para ser tan inspirado - Lord Bacon es una personalidad que también es capaz de ejercer una influencia verdaderamente universal.

Una vez que conocemos de una conexión kármica histórica nos dirigimos a Bacon y sus escritos, reconocemos por qué estos escritos tienen tan poco de cristiano y un timbre árabe tan fuerte. Descubrimos la genuina tendencia arabista en estos escritos de Lord Bacon. Y muchas cosas también con respecto a su carácter, que ha sido tan a menudo impugnado, serán explicables cuando veamos en él al reencarnado Haroun al Raschid. La vida y la cultura de la corte de Haroun al Raschid, y justamente admirada por el mismo Carlos el Grande, se convirtió en la ciencia abstracta de la que Lord Bacon era portador. Pero los hombres también se inclinaron ante Lord Bacon. Y quien estudie la actitud adoptada por la civilización europea en los siglos VIII y IX con respecto a Haroun al Raschid, y luego la actitud del aprendizaje europeo con respecto a Lord Bacon, tendrá la impresión de que los hombres se han dado la vuelta, ¡sin mas! En los días de Haroun al Raschid miraban hacia el Este; luego se volvieron en Europa Central y miraron hacia el Oeste, a Lord Bacon.

Y así, lo que puede haber desaparecido de la historia, exteriormente hablando, es llevado de una época a otra por las propias individualidades humanas. El arabismo parece haber desaparecido; pero sigue vivo, vive en su tendencia fundamental. Y así como los aspectos externos de una vida humana difieren de los de la vida anterior, también las influencias ejercidas por tal personalidad difieren de una época a otra.

Abrid vuestros libros de historia y veréis que el año 711 fue de gran importancia en la situación entre Europa y el arabismo que asaltaba España. Tarik, comandante de los árabes, sale de África. Llega al lugar que recibió su nombre de él: Gebel al Tarik, más tarde llamado Gibraltar. La batalla de Jerez de la Frontera tiene lugar en el año 711. El arabismo se extiende por toda España a principios del siglo VIII. Se libran batallas, y la fortuna de la guerra se balancea aquí y allá entre los pueblos que han bajado a España para unirse a los antiguos habitantes, y los árabes que ahora los asaltan. Incluso en aquellos días la "cultura", como diríamos hoy, de los árabes atacantes, inspiraba un enorme respeto en España. Naturalmente, los europeos no tenían ningún deseo de someterse a los árabes. Pero la cultura que los árabes trajeron consigo ya era, en cierto modo, un presagio de lo que floreció más tarde con un brillo sin precedentes bajo Haroun al Raschid. En un hombre como Tarik había la actitud del alma que en todas las tormentas de la guerra quiere dar expresión a lo que contiene el arabismo. Lo que vemos exteriormente es el tumulto de la guerra. Pero a lo largo de los caminos de estas guerras viene mucha cultura elevada. Incluso exteriormente se estableció en España una gran cantidad de arte y ciencia. Muchos restos del arabismo vivieron en la vida espiritual de Europa. España pronto dejó de jugar un papel en el oeste de Europa. Sin embargo, la fortuna de la guerra se balanceó de un lado a otro y la lucha continuó desde España; en hombres como Spinoza podemos ver cuán profunda es la influencia de la cultura arabista. Spinoza no puede ser entendido a menos que veamos su origen en el arabismo.

Y entonces esta corriente fluye a través de Inglaterra, pero allí se seca, llega a su fin. Pasamos las páginas de la historia, y después de las descripciones de los conflictos entre Europa y los árabes encontramos, como seguimos leyendo, que el arabismo se ha secado, externamente en cualquier caso. Pero bajo la superficie esto no ha sucedido; por el contrario, el arabismo se extiende en el exterior en la vida espiritual. Y a lo largo de este trasfondo histórico, Tarik lleva lo que originalmente llevó a España en las feroces alas de la guerra. El objetivo de los árabes en sus campañas no era ciertamente el de la mera matanza; no, su objetivo era realmente la difusión del arabismo. Sus tareas estaban conectadas con la cultura. Y lo que un Tarik había llevado a España a principios del siglo VIII, ahora lo lleva consigo a través de la puerta de la muerte, experimentando cómo en lo que respecta a la historia exterior se seca en Europa Occidental. Y aparece de nuevo en el siglo XIX, llevando el arabismo a una expresión moderna, como Charles Darwin.

De repente encontraremos una luz sobre algo que parece venir como un rayo del azul - encontramos una luz sobre ello cuando seguimos lo que aquí ha sido llevado de un tiempo anterior a un tiempo posterior, apareciendo en una forma totalmente diferente.

Al principio puede parecer una paradoja, pero la paradoja desaparecerá cuanto más profundamente investiguemos los hechos concretos. Volved a leer los escritos de Darwin con la percepción agudizada por lo que se ha dicho y sentiréis: ¡Darwin escribe sobre cosas que Tarik podría haber sido capaz de ver en su camino a Europa! - En tales detalles percibiréis cómo una vida se extiende a la siguiente.

Ahora, desde tiempos de la vieja antigüedad, especialmente en Asia Menor, la astronomía ha sido objeto de un profundo estudio, es decir, en forma astrológica. Esto no debe, por supuesto, identificarse de ninguna manera con la charlatanería perpetuada en la era moderna como astrología. Debemos darnos cuenta del profundo conocimiento de la estructura espiritual del universo que poseían los hombres en aquellos tiempos; este conocimiento fue particularmente marcado entre los árabes en el período en que eran mahometanos, continuando la dinastía fundada por Mahoma. La astronomía astrológica en su forma antigua fue cultivada con gran intensidad entre ellos.

Cuando se trasladó la residencia de la dinastía de Damasco a Bagdad, encontramos a los Mamun gobernando allí en el siglo IX. Durante el reinado de Mamun - todos esos gobernantes fueron sucesores del Profeta - la astrología era cultivada en la forma en que luego pasó a Europa, contenida en tratados y tratados de todas las variedades que fueron descubiertos más tarde. Llegaron a Europa después de las Cruzadas pero sufrieron terriblemente de una revisión errónea y torpe. A pesar de todo, sin embargo, esta astronomía era grande y sublime. Y cuando buscamos entre aquellos que no se nombran en la historia, pero que estuvieron alrededor de Mamun en Bagdad en el período de 813 a 833, cultivando este conocimiento astrológico-astronómico, encontramos una brillante personalidad en la que Mamun depositó una profunda confianza. Su nombre no aparece en la historia, pero eso no tiene importancia. Era una personalidad muy respetada, a la que siempre se apelaba cuando se trataba de leer los portentos de las estrellas. Muchas medidas relacionadas con la vida social externa se formularon de acuerdo con lo que celebridades como el erudito de la Corte del Califa Mamun eran capaces de leer en las estrellas.

Y si seguimos la línea en la que se desarrolló el alma de este erudito en la Corte de Mamun en Bagdad, nos lleva al astrónomo moderno Laplace. Así, una de las personalidades que vivió en la corte del Califa Mamun aparece de nuevo como Laplace.

Los grandes impulsos - también los de menor importancia, que no necesito enumerar ahora - que todavía fluían de esta corriente de dos ramificaciones hacia Europa, incluso después de que el proceso exterior se había detenido, nos muestran cómo el arabismo siguió viviendo espiritualmente, cómo esta doble horquilla alrededor de Europa continuó arraigando.

Recordaréis, queridos amigos, que el propio Mahoma fundó el centro del mahometanismo, Medina, que más tarde se convirtió en la sede de residencia de sus sucesores; esta sede de residencia se trasladó posteriormente a Damasco. Desde Damasco, pasando por Asia Menor y hasta el portal mismo de Europa, Constantinopla, los generales de los sucesores de Mahoma se lanzan a la aventura, de nuevo sobre las alas de la guerra, llevando la cultura fecundada por la religión y la vida religiosa fundada por Mahoma, pero impregnada también del aristotelismo que, tras las campañas de Alejandro Magno, se trasladó desde Grecia, desde Macedonia, incluso desde muchos centros de cultura, hacia Asia.

Y aquí, también, ocurre algo muy notable. El arabismo está inundado, desbordado, por el elemento turco. Los cruzados sólo encuentran reliquias rudimentarias, no los frutos de una cultura predominante. Todo esto fue eliminado por los turcos. Aquello que había sido llevado por África y España a Occidente vive y se desarrolla en el tranquilo flujo, por así decirlo, de la civilización y la cultura; los puntos de contacto se encuentran una y otra vez.

El erudito anónimo de la Corte de Mamun, Haroun al Raschid en persona, Tarik - todas estas almas fueron capaces de vincular lo que llevaban dentro con lo que realmente estaba presente en el mundo. Porque cuando el alma ha pasado por la puerta de la muerte, siempre queda una cierta fuerza de atracción hacia las regiones que fueron escenario de la actividad anterior; incluso cuando por otros impulsos del destino puede haber habido cambios, sin embargo la influencia continúa. Actúa, tal vez en forma de anhelo o algo parecido. Pero debido a que el arabismo promueve la creencia en el determinismo estricto, cuando se ofreció la oportunidad de continuar de forma espiritual lo que, al principio, se había propagado deliberadamente por medios bélicos, también se hizo posible llevar estas corrientes espirituales especialmente a Francia e Inglaterra. Laplace, Darwin, Bacon, y muchos otros espíritus de la misma naturaleza fueron llevados en esta dirección.

Pero todo había sido, por así decirlo, amortiguado. En Oriente, el arabismo sólo pudo llamar débilmente a la puerta de Europa; no pudo hacer ningún progreso real allí. Y aquellos que pasaron por la puerta de la muerte después de haber trabajado en esta región sintieron repulsión, experimentaron una sensación de incapacidad para avanzar. El trabajo que habían realizado en la tierra fue destruido, y la consecuencia de esto entre la muerte y el renacimiento fue una especie de parálisis de la vida del alma. - Llegamos ahora a algo de extraordinario interés.

Poco después de la época del Profeta, la Residencia se traslada de Medina a Damasco. Desde allí, los generales de los sucesores del Profeta avanzan con sus ejércitos pero son derrotados una y otra vez; el éxito logrado en Occidente no se logra aquí. Y entonces, muy pronto, vemos a un sucesor del Profeta, Muavija por nombre, gobernando en Damasco. Su actitud y constitución anímica proceden por un lado del monoteísmo del arabismo, pero también del determinismo que creció constantemente hasta el fatalismo. Pero ya en ese momento, aunque de forma más interior y mística, el aristotelismo que se había llevado a Asia estaba surtiendo efecto. Muavija, que envió a sus generales por un lado hasta Constantinopla y por el otro hizo intentos - sin ningún éxito para hablar de ello - en dirección a África, este Muavija era al mismo tiempo un hombre reflexivo; pero un hombre que no logró mucho, ni en el exterior ni en la vida espiritual.

Muavija gobierna no mucho después de Mahoma. Por lo tanto, está completamente dentro del mahometanismo, dentro de la vida religiosa del arabismo. Es un genuino representante del mahometanismo en ese momento, pero uno de los que se está alejando de su forma oculta y entrando en ese modo de pensamiento que luego, descartando la forma religiosa, aparece en las ciencias y bellas artes de Occidente.

Muavija es un espíritu representativo del primer siglo después de Mahoma, pero cuyo pensamiento ya no está en absoluta conformidad con el de Mahoma; saca su impulso de Mahoma, pero sólo su impulso. No ha descartado aún el núcleo religioso del mahometanismo, pero ya lo ha llevado a la esfera del pensamiento, de la lógica. Y sobre todo, es uno de los que se esfuerzan ardientemente por entrar en Europa, por abrirse camino en Occidente. Si se siguen las campañas y se observan las fuerzas que se pusieron en marcha bajo el régimen de Muavija, se comprenderá que este afán de avanzar hacia Occidente se combinó con una tremenda fuerza motriz, pero ésta ya estaba mitigada, ya estaba perdiendo su filo.

Cuando ese espíritu pasa más tarde por la puerta de la muerte y sigue viviendo, la fuerza motriz también persiste, y si seguimos el camino más allá obtenemos esta impactante impresión. - Durante la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, mucho de lo que quedaba como anhelo se elabora en planes que abarcan todo el mundo para una vida posterior, pero planes que abarcan todo el mundo y que no asumen una forma muy concreta por la misma razón de que la fuerza detrás de ellos fue desafilada.

Ahora confieso que siempre tengo que preguntarme: ¿Debo o no debo hablar abiertamente? Pero al fin y al cabo es inútil hablar de estos asuntos sólo en abstracto, y por eso hay que dejar de lado la reserva y hablar de cosas que están ahí en casos concretos. Que el mundo piense como quiera: existen ciertas necesidades interiores y espirituales en relación con la difusión de la Antroposofía. Uno se presta al impulso que surge de estas necesidades espirituales, no persiguiendo ningún "oportunismo" exterior. El oportunismo ya ha causado bastante daño a la Sociedad Antroposófica; en el futuro no debe haber más. Y aunque las cosas tengan un efecto paradójico, en adelante se dirán sin rodeos.

Si seguimos a este Muavija, uno de los primeros sucesores del Profeta, mientras pasa por la corriente subterránea y luego aparece de nuevo, encontramos a Woodrow Wilson.

De una forma demoledora, el presente se vincula con el pasado. De repente se crea un vínculo entre el presente y el pasado. Y si observamos cómo en el mar de los sucesos históricos surge como si fuera la ola de Muavija, y de nuevo la ola de Woodrow Wilson, percibimos cómo la corriente subterránea fluye a través del mar de abajo y aparece de nuevo - es la misma corriente.

Creo que la historia se vuelve inteligible sólo cuando vemos cómo lo que realmente sucede ha sido llevado de una época a otra. Pensad en la abstracción, la abstracción rígida, de los Catorce Puntos. No hace falta decir que la investigación no se inició a partir de los Catorce Puntos - pero ahora que todo el escenario está ante vosotros, mirad la configuración del alma que se expresa en estos Catorce Puntos y preguntaos si podría haberse arraigado con tanta fuerza en cualquier otro lugar que en un seguidor de Mahoma.

Tomad el fatalismo que ya había asumido tales dimensiones en Muavija y trasladadlo a la era de la abstracción moderna. Sentid la similitud con los dichos mahometanos: "Alá lo ha revelado"; "Alá lo hará pasar como la única salvación". Y luego tratar de entender la esencia real de muchas palabras dichas por el promotor de los Catorce Puntos. - Sin un gran esfuerzo de imaginación, encontraréis una conformidad casi literal.

Así, cuando observamos a los seres humanos, también podemos hablar de una reencarnación de las ideas. Y entonces, por primera vez, es posible comprender el crecimiento y el desarrollo de la historia.

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919