GA202 Dornach 12 de Diciembre de 1920 - La búsqueda de la nueva Isis, la Divina Sofía


De: La búsqueda de la nueva Isis, la Divina Sofía.
(GA 202)conferencia 8

Conferencia a cargo de Rudolf Steiner  


Dornach 12 de Diciembre de 1920

Me gustaría dedicar en estas consideraciones que continuarán el próximo viernes, posiblemente con una imagen concluyente, con el vinculo que por un lado tiene la humanidad con todo el universo, el cosmos, así como en el aspecto físico para el cosmos espiritual, y por otro lado para mostrar cómo podemos poco a poco, a través de estudios científico-espirituales llegar a tender un puente real entre lo que puede llamarse el orden de la naturaleza y el orden moral del mundo. Hoy quiero ofrecer una especie de Intermezzo que mostrará cómo, en relación con la propia humanidad, lo espiritual ha de vincularse a la forma física, si se quiere llegar a un examen que lo abarque todo incluyendo la evolución humana. Lo que impide la creación de un puente entre lo físico y lo espiritual también impide que, para la visión del mundo tradicional en sus diversas formas, se alcance una concepción total de lo que está actuando dentro de la evolución humana. Podemos aproximarnos a la ciencia espiritual de tal manera que no sea una teoría abstracta, ni únicamente una suma de imaginaciones que debe resolver la cuestión de la inmortalidad, la cuestión de las sucesivas vidas terrenales en una forma abstracta. No podemos aceptar la ciencia espiritual de esta manera. Sería un malentendido tomarlo así.
 Debemos imaginar la ciencia espiritual como penetrando nuestras vidas y tomar lo que nos da en el área de la ciencia espiritual en su forma teórica, abstracta específica, y aplicarlo muy concretamente en nuestras vidas. A partir de esto me gustaría darles un ejemplo que sin duda ha venido de verdaderos estudios científicos espirituales que no es una simple referencia sino que es verificable en la vida misma. El preliminar es el siguiente: un investigador espiritual presenta ciertas interrelaciones. Expresa estas interrelaciones. Él las aplica a la vida. El curso de la vida de cada persona puede observarse externamente. Entonces se verifica un examen imparcial de la vida que el investigador espiritual ofrece a partir de sus observaciones. Algo como esto debe ser retenido con tal ejemplo de examen científico espiritual, que les presento a ustedes hoy como referencia.
El sistema histórico en los métodos de examen se ha visto influido fuertemente por lo que llamamos el modo científico natural de pensar en la actualidad.  Los exámenes históricos se han ido rindiendo y sustituyendo por estudios científicos hasta creer que el progreso histórico de la humanidad como tal debe ser descubierto por los efectos que nos trasladen a las causas que los generaron y luego encontrar una interrelación entre la causalidad histórica y las causas reflejadas en los eventos de la naturaleza. Cuando únicamente los historiadores adopten un giro radical en este sentido, la tendencia, si bien gradualmente, dirigirá la historia hacia un método de examen similar al que se aplica a la ciencia. En particular, cuando uno observa el despliegue de la vida cotidiana e incluye individualidades en este despliegue de una generación a la siguiente, se llega gradualmente a considerar las cosas, podría decirse, simplemente desde fuera, como hilos de la necesidad científica. A pesar de que para muchos es un poco deprimente hoy en día, todavía, es necesario como parte de su apariencia, necesitamos hacer referencia a las características heredadas físicamente. Continuamente estamos considerando cómo una persona tiene más de esto, o menos de aquello, los rasgos físicos exteriores o interiores del alma, simplemente heredados de sus antepasados ​​y asi creamos la historia personal diaria. Extendemos nuestra historia con eso. Lo vemos en cierta medida, como si viviéramos dentro de la generación actual, y cómo esta se bifurca de la anterior, de nuevo más de lo que estaba antes y así sucesivamente. Nos acostumbramos a considerar el desarrollo histórico de los acontecimientos de las generaciones con una visión actual. Tomemos una región, por ejemplo Europa Central. Examinémosla considerando las características de la población de Europa Central en las últimas décadas. A continuación, vayamos más hacia atrás a décadas anteriores y tratemos en la medida de lo posible de obtener la sensación sobre aquello que normalmente hacemos con el examen sensorial, digamos acerca de las características de los alemanes de hoy en día, o de los franceses actuales y traslademoslos a los alemanes y franceses del siglo XVIII, sucesivamente. Vemos en cierta medida una corriente directa de desarrollo de la humanidad que nos satisface. El científico diría que la necesidad de la causalidad se satisface cuando uno encuentra cualidades espirituales o del alma en un particular rasgo humano del presente, que se remonta a las cualidades espirituales de las generaciones anteriores de la misma nación, la misma raza, etc. , por lo tanto, cuando puede establecerse una relación causal específica en la línea directa del curso de tiempo.
¿Cómo puede la visión del mundo de aquellos que en el curso del tiempo durante los siglos tres al cuatro e incluso más han desarrollado la espiritualidad e incluso aun permanecen siendo religiosos, tan pronto como se dejan llevar por las abstracciones, sentir la vida anímico-espiritual fuertemente unida a la física? ¿Cómo puede dicho método de examen elevarse por encima de la pura progresión de la línea generacional, de la evolución de las generaciones? Aquí tenemos que llegar a ser muy serios en relación con la sabiduría antroposófica. Desde este punto de vista tenemos que no sólo mirar hacia atrás a los pueblos o el número de personas en la actualidad, en la medida en que este pueblo o esas personas hayan heredado de manera directa características de sus antepasados, sino que tenemos que ser prácticos y claros de que en cada una de estas personas hay un elemento anímico-espiritual que había vivido durante mucho tiempo en el mundo anímico-espiritual antes de que entrase en un cuerpo físico particular.
 Cuando tenemos una persona del presente frente a nosotros, tenemos que decirnos a nosotros mismos: mirándola con cariño, que en realidad nos muestra cualidades heredadas de generaciones anteriores. Observemos también su alma o espíritu. Él tiene un alma que no tiene absolutamente nada que ver directamente con las generaciones anteriores, ni tampoco con las generaciones de más atrás aún, que en tiempos mucho mas anteriores habían estado en la tierra, quienes, durante toda una ronda de generaciones, se han seguido desarrollando de tal manera que no estaban directamente en relación con la evolución de la tierra, quienes, durante el transcurso de las generaciones, han estado en el mundo anímico-espiritual. Es una visión parcial considerar la humanidad sólo en función de las características heredadas de las generaciones. Por último, es también sólo una ilusión considerar a la humanidad o sus orígenes históricos de esta manera. Se argumenta que pretenden entender estas cosas, pero de hecho no las entienden en absoluto en realidad. Se teoriza sobre esto y aquello, que la humanidad está haciendo en la actualidad, cómo vivieron allí, el efecto de esta o aquella cualidad heredada.
 Sin embargo, si pudiéramos ser lo suficientemente imparciales, lo haríamos en innumerables situaciones, sí, por todas partes, dijésemos: lo que una persona adquiere de generación en generación de un mayor desarrollo de cualidades físicas, no está de ninguna manera claro según sea una u otra zona, ya sea con individuos o con algún tipo de nación, o tipo de relación de raza. Si se quiere llegar a la realidad, si uno no permite la continuación de la abstracción, cuando uno es también un materialista - que es después de todo, más que una abstracción, es incluso una abstracción materialista - entonces uno debe considerar cómo alguien que vive en el presente ha tomado lo que había estado en su línea consanguinea, y ser claro acerca de las fuerzas dentro de su alma, que han vivido durante mucho tiempo en el mundo espiritual antes de su reencarnación en este cuerpo. Durante los últimos años he hecho indicaciones con respecto a estas cosas. He hecho indicaciones acerca de lo que lleva el alma dentro de sí misma desde las primeras décadas cristianas. Sobre todo en nuestro tiempo, antes de que los eventos desastrosos de los pueblos europeos se entremezclasen,  El mundo es complicado y no obstante dar esos detalles, en realidad sólo encontramos una parte. Estos detalles deben llevarse aún más allá con el fin de alcanzar gradualmente una visión total. Todo esto no puede ser entendido en absoluto como algo previamente fijado con toda veracidad, ni ser aplicado a varias personas, no seria correcto;  por tanto para añadir a esto, hay que decir lo siguiente. En términos relativos, la mayoría de la población de Europa central no llevan almas que hayan vivido en las primeras décadas del cristianismo, en la forma que nos imaginamos cómo transcurrió la historia común de las primeras décadas del cristianismo. Las cosas son mucho más complicadas. Lo que aparece a través de la investigación científico espiritual a veces parece paradójico; sin embargo, esta es la manera que ha de ser, y así las cosas que aparecen para el investigador científico espiritual sólo a través de la observación real, que debe ser alcanzada a través de una experiencia súpersensible real, seria acumular error tras error cuando se utiliza la simple especulación, cuando uno es dado a filosofar o especular. La experiencia resultante se nos revela de una manera diferente y esto es justo lo que el investigador espiritual encuentra tan intensamente: que él o ella está en realidad sorprendido por el resultado. Él no espera nada en particular, sobre tal o cual será el resultado, sino que se ve sorprendido por los resultados.
Para representar estos resultados me gustaría que sus almas echasen un vistazo de nuevo a los pueblos que estaban en América durante el tiempo que los europeos comenzaron la conquista del nuevo continente y sigan observando. Ustedes saben que eran unos pueblos que desde un punto de vista europeo civilizado eran considerados como salvajes. Una de estas poblaciones salvajes en América, los Indios, eran salvajes en comparación con la civilización señalada como la que estaba viviendo en los últimos siglos en el continente europeo, y sin embargo vivía en ellos, en relación con otras fuerzas del alma que excluye el intelecto, algo que los llamados civilizados desearían ver recuperado para si mismos. Por encima de todo, la población India tenía un sentido inherente de las fuerzas espirituales del mundo que en realidad, con un examen más detenido, presentaban algo impresionante. Esta población veneraba al Gran Espíritu. Esto ya se estaba convirtiendo en decadencia durante los tiempos de la conquista, pero esta revelación decadente señalaba a la veneración de un Gran Espíritu, que entretejía y fluía a través de todo y tenía sus fuerzas inferiores dentro de espíritus elementales separados.
Dentro de esta, permítanme decir, imagen panteísta religiosa que vivió este pueblo americano. Sobre todo debemos destacar: estas poblaciones americanas no habían participado en el sentido externo en lo que la población europea había participado durante el curso del llamado desarrollo del cristianismo. Lo que trajo el cristianismo Europeo no fue compartido por los indios de América. La constitución integra  del alma de este pueblo había desarrollado intensos sentimientos panteístas y basaban su comportamiento en estos impulsos. Además lo que desarrollaron estas almas fue su capacidad para pasar un tiempo relativamente corto entre la muerte y el nuevo nacimiento. No necesitaban pasar un largo período de tiempo, aunque si intenso, increíblemente sencillo y elemental lo que estas almas vivieron a través del proceso en el mundo espiritual. Así pues no sólo las almas de la población India, que vivieron en el tiempo de la conquista del Oeste - en este caso, casi todas - sino también almas, posteriores que ya fundamentalmente habían regresado pero ahora dentro de la población de Europa occidental.
A través del estudio - a la inversa - del transcurrir de las generaciones desde el momento presente hasta la Edad Media, podríamos descubrir las características heredadas físicamente. Pero tomar esto como la realidad total, es dejarnos llevar por las ilusiones. Es una observación abstracta decir que las actuales poblaciones occidentales de Europa están muy lejos de Europa Central y continuando hacia la Europa del Este y mas allá, sólo pueden ser examinadas de manera que podamos decir: estas naciones recibieron sus características de generaciones anteriores, etcétera. En realidad este no es el caso solamente, debido a que estos cuerpos portadores de esa sangre ancestral han atraído sobre si almas occidentales como la mayoría de los pueblos; almas, por lo tanto, que a través de su desarrollo interior no habían experimentado el impulso de Cristo, pero que, en esencia, llevaban una especie de impulso panteísta. Ya en las primeras semanas de la educación que transcurre ​​en su entorno - porque incluso la cultura externa, la civilización exterior se propaga en línea recta de generación en generación, pero excluyendo los impulsos interiores del alma - estas personas aparentemente adoptan el cristianismo y luego desde fuera son moldeadas de una manera que hoy día a menudo encontramos tan singular y única. Por nuestra observación imparcial, estas personas pueden ser vistas, si nuestra mirada penetra a fondo en su aspecto característico espiritual-intelectual-, como si algo estuviera pulsando dentro de ellos, algo que les ha sido transmitido por su alma del pasado.
He dicho que las cosas reveladas a través de la investigación científica espiritual son a menudo paradójicas. Estas cosas no pueden ser resueltas mediante la especulación. Tienen que surgir a través de experiencias presentadas y se hallan a menudo en los métodos literarios establecidos. Cualquier persona que verifique esto exteriormente se dará cuenta de que la luz es derramada en el mundo exterior, sobre la base de este conocimiento.
Ahora nos referiremos a las personas que vivieron durante el tiempo de las migraciones en Europa; aquellas que emigraron de Europa. Estas almas eran similares a aquellas que habían extendido el cristianismo desde el sur al norte, eran almas que crecieron en medio del impulso cristianizante en su aspecto exteriorizado. Estas almas que aceptaron el cristianismo, como las que vivieron en Europa durante el primer siglo - y eran muy diferentes a las que viven dentro del cristianismo hoy - no se encarnaron de nuevo en la población de Europa Central. Estas almas ciertamente necesitan más tiempo que las almas de los indios americanos para volver después de la muerte a un nuevo nacimiento; esto concierne a las almas que habían pasado por su existencia física antes que aquellas otras que hemos considerado como las últimas almas indias, en realidad las almas indias durante el tiempo de la conquista.
No vamos a explorar ahora cual fue el destino de estas anteriores almas indias. Sin embargo, estas almas que encarnaron en el primer siglo cristiano en Europa y que estuvieron presentes durante la difusión cultural del cristianismo desde el sur al norte, quienes ahora están encarnadas más hacia Asia. Lo que ahora estoy describiendo revela, particularmente claro en estos tiempos, cómo está tan estrechamente cosida en ellas, la terrible catástrofe de la segunda década del siglo XX. En nuestro estudio de la civilización actual de la tierra aparece ahora algo extraordinariamente significativo, porque nos damos cuenta que estas almas han encarnado en la población japonesa; aquel tipo de Cristianización que un alma había sufrido a través de la cristianización de Europa, ahora no recibe ningún rastro de aquel cristianismo desde la infancia, quienes solo a través del subconsciente llevan un cierto matiz de decadencia de Asia como resultado del impulso de Cristianización de entonces que todavía llevan dentro de ellos, ahora volvamos a la actual Europa. Es esencialmente el resultado de la decadencia total del declive de la sabiduría oriental - que en tiempos fue tan grande, como les he descrito a ustedes - en armonía con los primeros impulsos cristianos primitivos, que se originaron cuando se extendió el cristianismo en Europa desde el sur hasta el norte bajo las poblaciones bárbaras.
Así es como fue esencialmente en la mayor parte de la población. Sin duda, complica las cosas, el resultado, de como se originó esta población – tanto las almas de la antigua población de América como la población de Europa Central, ambas en movimiento hacia el este - entremezclándose en muchos cuerpos únicos ahora ocupados por almas que habían vivido durante los primeros siglos cristianos más hacia el sur. Estas están ahora dentro de las poblaciones que se originaron de la manera que les he descrito a ustedes.
Así pues, cuando estudiamos la civilización actual, tenemos un gran número de almas que ya en los primeros siglos vivieron antes de la fundación del cristianismo en Asia, en el Medio Oriente, o en general en toda la región de Asia. Este no fue el tiempo de gran florecimiento de la cultura oriental de la naturaleza, pero si fue el momento en que se crearon las ideas y conceptos que ayudarían a entender mas tarde el misterio del Gólgota. Estoy hablando de las almas que estando lejos durante los acontecimientos del Misterio del Gólgota, tenían una particular cultura de la sabiduría que no pudo ser trasplantada a Occidente, a partir de la cual el Misterio del Gólgota podría entenderse como proveniente del helenismo, fuera de la cultura romana.
Hay que diferenciar siempre entre el Misterio del Gólgota, de acuerdo con los hechos, y las diversas interpretaciones que han sido introducidos en el curso de los siglos. Estos hechos pueden ser interpretados de manera diferente en cada época, y no tendría sentido identificar alguna que otra enseñanza del misterio del Gólgota con los hechos reales de este misterio. Puedo explicarles esto con una comparación. Imaginemos que tenemos una persona muy ingeniosa. También tenemos un niño, y al lado, una persona mediocre, equidistante de todo, alguien de clase media, digamos una persona promedio, y en tercer lugar una persona con una disposición de cualidades ingeniosas. Los tres son presentados con la misma cosa: la realidad actual de la persona ingeniosa. El niño tendrá alguna u otra explicación de las acciones del genio. El mediocre de tipo medio que siempre quiere mantenerse al margen de todo, también tendrá una explicación, y la persona con disposición a tener cualidades ingeniosas tendrá otra explicación.
Los tres se enfrentan a la misma realidad pero sus explicaciones son completamente diferentes y no se está legitimado para identificar ya sea a uno u otro como la realidad inequívoca. De la misma manera, no se puede identificar las enseñanzas de los primeros cristianos con la realidad del cristianismo. Estas enseñanzas de los primeros siglos cristianos salieron de Oriente. Actualmente se aprende lo que fueron las enseñanzas de la sabiduría oriental y que se utilizaron para iluminar el misterio del Gólgota. Naturalmente, es terriblemente tiránico que las iglesias progresistas tomen estas enseñanzas como las únicas interpretaciones válidas sobre el Misterio del Gólgota, ya que no es más que una interpretación acorde con los condicionamientos de una determinada época. En otras ocasiones podría interpretar el misterio del Gólgota de modo diferente. Hay que explicarlo espiritual y científicamente para justificar las exigencias de los tiempos actuales. Por lo tanto, lo que vivió en el impulso de la enseñanza de Cristo en los primeros siglos, lo encontramos en los intelectuales más contemporáneos, pero menos en la mayoría de las personas, en las enseñanzas estudiadas en el Lejano Oriente- pero no se aplican al cristianismo, mas bien se ignora más o menos el Misterio del Gólgota - . Aquellas almas que vivieron justo antes y también durante el tiempo del Misterio del Gólgota y que eran las almas orientales actuales, experimentaron un largo tramo de tiempo entre la muerte y el nuevo nacimiento, mientras la cultura oriental, incluso en su forma decadente, proporcionaba a éstas almas imágenes extraordinarias.
Estas almas aparecieron en las personas que se convirtieron en la nación americana, como un pueblo conquistado, mientras los europeos colonizaban América. Toda la cultura americana con su aspecto materialista, básicamente tuvo su origen con la aparición de esas almas que eran esencialmente almas orientales durante el tiempo que acabo de caracterizarles, y que ahora están encarnadas en cuerpos que experimentaban esta encarnación como algo que les resultaba extraño, dejándose absorber por esta encarnación, que no entendían, pero dio origen a la aparición del materialismo porque habían vivido básicamente en abstracciones fuertes en su vida terrenal anterior. No podían entrar en sí mismos en su encarnación actual, debido a que llevaban consigo de su vida anterior lo que habían experimentado como observación de la naturaleza exterior con una actitud de aislada religiosidad, a menudo sectaria. Esto existe en la negación de la materia con Mrs. Eddy , con los científicos etcétera. Todo lo que aparece en el mundo exterior puede verificar estas cosas, si las consideramos con suficiente imparcialidad.
Añadiendo lo que la ciencia espiritual antroposófica ofrece, a lo qué proporcionan los métodos antropológicos exteriores de examen, podemos obtener una imagen de la realidad. Sin embargo debemos ser serios con lo que la ciencia espiritual antroposófica puede ofrecer. No debemos conformarnos con la simple teoría de las vidas terrenales repetidas. Debemos observar la realidad, la realidad externa, en la práctica, en relación con este conocimiento y entonces este conocimiento puede gradualmente dar sus frutos para una vida social práctica. Debemos darnos cuenta de manera consistente que aquellos que se aferran a un punto de vista que sólo tiene en cuenta las leyes externas de la naturaleza, que dirigen la gente a considerar sólo lo meramente antropológico, observando solo lo que se hereda físicamente de una generación a la siguiente, que siempre se enfrentarán cada vez a más acertijos.Con respecto a estas adivinanzas, las ilusiones pueden permanecer dentro durante mucho tiempo,. Podemos creer en una cierta comprensión en el curso de la humanidad, pero sólo caemos en tales ilusiones mientras la teoría, nos es embutida desde la más temprana juventud, tomándola como base, hasta que poco a poco sólo podemos observar lo que viene de forma visible para el ojo, lo que se expresa como los resultados heredados físicamente.  Sin embargo es probable que eventualmente pueda suceder que alguien diga: sí, pero hay hechos, después de todo, que no pueden ser ignorados, y que son inexplicables en el contexto de la mera causalidad antropológica. Hay que tener en cuenta que, en alguna u otra generación o en alguna u otra nación hay almas en la actualidad que han venido de algún otro lugar distinto del de los tatara-tatarabuelos de esta nación. Para el orgullo de la nación eso podría no sonar muy bien, pero sin el, este egoísmo disminuirá cuando la humanidad pase por un desarrollo similar en el futuro. Se ha señalado ya que la mayor parte de la población europea, sin duda se propagó a través de su sangre ancestral, pero llevaban almas Indias entre ellos, y que estas almas vivieron aquí en Europa -una gran parte ellas en el tiempo de Attila - y que habían abrazado el cristianismo, son ahora las que nos encontramos otra vez en Asia. Incluso en algunas almas educadas podemos ver esto bajo un examen imparcial. Ciertamente, tan correctas, con esa pedantería abstracta con la que estamos acostumbrados a considerar hoy las cosas, no pueden ser consideradas cuando buscamos la realidad tal y como la entendemos aquí. Sin embargo, cuando no construimos nuestros conceptos de forma tan abstracta como estamos acostumbrados, pero si queremos llegar a la realidad, entonces debemos dejar dichos puntos de vista. Varias cosas se descubrirán que parecen paradójicas, pero que en realidad clarifican la realidad. Por ejemplo, es curioso, en parte, observar en la capacidad de seducción de Rabindranath Tagore este gusto extraño. Se podría decir que aquí se aprecia la posibilidad de captar con las manos espirituales un alma cristiana encarnada en un cuerpo oriental. Eso le proporciona esa coquetería oriental. Lo que parece específicamente como algo bien intencionado dentro del alma de Rabindranath Tagore, le viene, de haber “navegado” con un alma cristiana, pero que no ha llegado a serlo en el cuerpo que habita ahora, ya que vive en una civilización externamente no cristiana.
El dicho griego "Conócete a ti mismo" no sólo se dirige a las personas individuales y, sobre todo, no está meramente destinado a la auto contemplación trivial, sino también se dirige a la humanidad. Sin embargo, la humanidad encuentra esta observación como una norma incómoda. Aún así, no vamos a avanzar en nuestra civilización, sino que iremos progresivamente hacia atrás si no nos volvemos serios acerca de la frase "Conócete a ti mismo". Sin duda, es algo incómoda - gente como Kurt Leese , a quien me he referido en conferencias abiertas en Basilea, la encontraba "molesta" y "provocadora" si uno no puede simplemente llegar a conocer a una persona de acuerdo a la apariencia de su nariz, de su boca, o la de sus ojos, sino que uno llega a conocerla por la apariencia de su alma. 
¿Lograremos prácticamente una entrada en una visión del mundo espiritual, si ponemos en circulación abstracciones vacías sobre las repetidas vidas terrenales y las vidas terrenales repetidas expresadas como destino, y retrocederemos de la aplicación práctica en la vida cuando todo lo que podemos aprender acerca de las personas es si son rubias o morenas, tener esta o aquella forma de la ceja, esta o aquella forma de la nariz? Si queremos ser serios acerca de la ampliación de nuestra visión del mundo espiritual, entonces todo lo que se señala como "Conocimiento de la Humanidad" debe ser permeado por los impulsos espirituales, entonces no necesitaremos retroceder de la comodidad en nuestras cualidades del alma, así como las de los demás para realmente conocerlas. Si bien aún así necesitamos, de igual manera que lo hicimos para con la nariz, mirar las cualidades del alma y como resultado del progreso de la humanidad desde el presente hacia el futuro será tocado, para que no nos quedemos solo en fijamos en la forma externa de la nariz sino que las relaciones de alma con alma se desarrollen entre las personas, centrándose en el conocimiento del alma. Lo que llamamos la cuestión social es algo más profundo de lo que muchos se imaginan. 
Esta cuestión social básicamente no puede considerarse superficialmente, si necesitamos continuar con el estudio de la humanidad, lo que dije ayer al final de mi conferencia, sobre que el ser humano está totalmente perdido y sólo hay argumentos acerca de la propiedad privada y como promoverla, y de la reducción de costos por medio del uso de máquinas. Desde el inicio del declive, la humanidad ha olvidado el conocimiento del alma instintiva y hoy en día la vida social se experimenta viéndonos unos a otros solo externamente. Esto conduce a que afloren los instintos más salvajes. La humanidad descendería hacia sus instintos más salvajes si el alma espiritual no respirase directamente a través de nuestra vida humana. Ademas, es necesario tener en cuenta que al lado de la causalidad histórica externa, está la realidad de la humanidad terrestre existiendo por doquier y a través del tiempo hasta el presente, y en realidad lo que marcha hacia adelante no es sólo su físico, sino que también se aplica al alma, que ha vivido en alguna u otra entidad espiritual en tal o cual momento anterior en la tierra. Esto da lugar a que existan cualidades en el alma reencarnada y en las características físicas que se expresan verdaderamente en la realidad de la civilización humana en el presente.
La reacción previa en contra de una visión espiritual del mundo no sólo se aplica a la forma de pensar mecánico-materialista según las líneas teóricas y científicas, sino que son mucho más profundas. También se justifican hoy en día, dirigiendo su visión del mundo de una manera que evita todo lo que es espiritual y sólo se centra en los resultados físico-antropológicos de las generaciones. Un mapa de Europa que evoluciona exclusivamente en función de los lazos de sangre entre los pueblos, de acuerdo con impulsos puramente chovinistas, folclóricos y egoístas. Esa es prácticamente la reacción social que nos encontramos, en contra de la visión espiritual del mundo. Se podría decir:. Por Europa aceptando la retórica de Wilson basada sobre la autonomía de los lazos de sangre entre los pueblos, se declara: no queremos saber nada acerca de los impulsos anímico-espirituales. - Es una clara oposición en contra de la inclusión de lo anímico- espiritual. Esto no es una crítica, sino simplemente una descripción de algo evidente, porque lo que le da validez en sí, es en realidad la práctica social, el tipo de oposición racial contra la validez del YO en el alma espiritual. Sin embargo, esta alma espiritual, dado que percibe la actitud fundamental de las personas, también se apodera de la vida práctica. Esta es una necesidad urgente que no está siendo aprovechada con la suficiente rapidez por la gente del presente: aquellos que empiezan a entender algo sobre el significado práctico de la ciencia espiritual de orientación antroposófica, son quienes a través de la transformación de las ideas de esta ciencia espiritual en vigorosos impulsos para las personas, deben hacer todo lo posible, siempre que sea posible, por trabajar en contra de lo que sea puramente antropológico. Hoy nos damos cuenta de cómo el mundo a través de la antropología - en el sentido más amplio del término – va dando tumbos hacia el declive. Y que debe ser protegido de este declive a través de la antroposofía.
Estas son en realidad las dos corrientes en la evolución de la humanidad, que deben entablar una dura batalla entre sí. Por un lado está la meramente antropológica, que se mueve a través de medidas políticas, incluso en sus formas más diversas, y por el otro, la Antroposófica, que sigue estando mal considerada hoy. Vemos por todas partes cómo la gente contemporánea de todo el mundo necesitan desarrollarse gradualmente en cuanto a iniciativas internas fuertes a través de las cuales puedan sentirse llamados a elegir entre uno y otro lado. Esta elección no es más que, si puede decirse así, estar aislado en una pequeña cabina de la teoría, en una visión del mundo desde esa cabina, es necesario encontrar su aplicación práctica a través de nuestra visión del mundo. En particular, se toma mal que quien no puede realmente permanecer constante como seguidor de la visión antroposófica del mundo hasta cierto punto, pero que ven el sentido de lo espiritual específicamente en el espíritu como control de la materia, aprendiendo a bucear en la materia, en la vida cotidiana también es visto desde este mismo punto de vista. Un verdadero despertar de la humanidad – He dicho esto muchas veces - es necesario, un despertar de tal manera que la humanidad pueda desarrollar el coraje interior para llegar a una decisión. Eso es lo que se necesita en la humanidad de hoy.
A este respecto estos auténticos impulsos deprimentes se encuentran en la base de la llamada humanidad civilizada hoy. Tenemos una gran oportunidad en el momento actual de comprobar cómo aún se rechaza todo, cuando se le pide a la gente que tomen tal o cual decisión por sí mismos. No tenemos que dejarnos llevar por algún tipo de convencionalismo cuando nos desenvolvemos en la vida cotidiana, sino que necesitamos perfilar en la vida cotidiana lo que se habrán de convertir en las señales de desarrollo futuras directamente ante nosotros, con el fin de examinarlas desde una perspectiva superior .
¿No hemos visto actualmente una vez más la prueba que básicamente deja claro realmente el carácter adormecido del alma de hoy en día? No he sentido vergüenza por haberme referido durante muchos años al amor por la abstracción que ha hecho que la mayor parte de la humanidad sean wilsonianos, y les he caracterizado lo que eso realmente significa en el presente. Ahora, hemos experimentado últimamente, también incluso con poblaciones más pequeñas, lo que en cierta medida pertenece a la civilización, que debería haberse tomado una decisión. Se presenta de muchas maneras como de naturaleza problemática, pero fue necesario para que esta nación despertase hasta cierto punto. Hemos experimentado, podría decirse, cómo mediante una verdadera paradoja esta personalidad sería eliminada y la nación ha decidido llamar a un don nadie, una persona considerada una nulidad para que fuese su líder.
Estas cosas sin duda afectan a los aspectos más cotidianos, pero son, algo que está tan cerca que uno no puede captarlos como síntomas, que uno los ignora con desdén y no ve qué tipo de síntomas de declive existen en la humanidad y cuán necesario es movilizar las fuerzas que permitan a la humanidad despertar sus almas. Ya ha sido necesario para las personas educadas de hoy, investigar los acontecimientos actuales y participar en ellos con mayor vivacidad sobre lo que sucede dentro de dichos acontecimientos.
Una persona no se considera tan grande, cuando pasa con indiferencia por estos eventos que son tan profundamente sintomáticos, sino permitiendo que estos eventos le muestren lo que funciona realmente por dentro. Cuántas veces he señalado cómo los poderes ahrimánicos actualmente transcurren a través de la humanidad? Esta influencia de las potencias ahrimánicas a través de la humanidad puede ser vista exteriormente cuando uno se libra de sus prejuicios. Pero ¿Cómo puede uno penetrar en la verdad de los acontecimientos históricos que podrían verificar la verdad externa, cuando pasamos indiferentes y adormecidos y tomando nota en la manera que la gente lo suele hacer hoy? La ciencia espiritual ciertamente no va a querer ir según los convencionalismos; la ciencia espiritual debe llevar la realidad de la vida dentro de ella. Hoy en día el mundo debe ser visto por como los fuertes poderes ahrimánicos se levantan en contra de todo lo que tenga que ver con el espíritu. Se necesita en estos días - que por supuesto incluyen años - decidir si los Padres tenían razón, cuando se abolió el Espíritu en el año 869 durante el Consejo Ecuménico, si debe permanecer así o si el Espíritu debe ser de nuevo incluido en la evolución de humanidad. Esto sin embargo no estará sostenido esta vez, mediante meras observaciones teóricas sino a través de que se convierta en una práctica de vida.





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los siete sellos y pilares planetarios






  • RUDOLF STEINER


  •  los 7 Sellos  y pilares planetarios

  •   
    sello de la luna (Ángeles)


  • sello de mercurio (Arcángeles)

    sello de venus (principados)



    sello del sol (potestades)


    sello de marte (virtudes)


    sello de júpiter (dominaciones)


    sello de saturno (tronos)





  •  


GA234 introducción a la antroposofía IX

                                                              Índice

Antroposofía, Introducción


La habilidad de las personas para recordar

(el verdadero Yo)


GA 0234 Conferencia IX Dornach 10 de febrero de 1924

Ya han visto ustedes en las conferencias anteriores, que un estudio de la facultad de memoria del hombre puede darnos una valiosa visión de toda la vida humana y de sus conexiones cósmicas. Así que hoy estudiaremos esta facultad de la memoria como tal, en las diversas fases de su manifestación en la vida humana, comenzando con su manifestación en la conciencia ordinaria que el hombre tiene entre el nacimiento y la muerte.
Lo que el hombre experimenta concretamente en la vida cotidiana, en el pensamiento, el sentimiento y la voluntad, también al desplegar sus fuerzas físicas, todo esto lo transforma en recuerdos que evoca de vez en cuando.
Pero si ustedes comparan el carácter sombrío de estas imágenes de la memoria, (tanto si son espontáneas como buscadas deliberadamente), con las vigorosas experiencias a las que aluden, dirán que son como meros pensamientos o representaciones mentales; se ven incitados a llamar a los recuerdos solo "imágenes". Sin embargo, estas imágenes son lo que conservamos en nuestro ego de nuestras experiencias en el mundo exterior; en cierto sentido, las incorporamos como el tesoro obtenido de la experiencia. Si se pierde una parte de estos recuerdos, como en ciertos casos patológicos de los que ya he hablado, nuestro propio ego sufre daños. Sentimos que nuestro ser más profundo, nuestro ego, ha sido dañado si debe perder esto o aquello de los recuerdos que atesora, porque este tesoro es el que hace que nuestra vida sea un todo completo. Incluso podrían mencionarse las gravisimas condiciones que a veces resultan en casos de apoplejía apopléctica cuando ciertas partes de la vida pasada del paciente se borran de su memoria.
Además, cuando examinamos a partir de un momento dado nuestra vida desde nuestro último nacimiento, debemos sentir nuestros recuerdos como un todo conectado si queremos considerarnos correctamente como almas humanas.
Estas son algunas características que indican el papel de la facultad de la memoria en la vida física y terrenal. Pero su papel es mucho mayor aún. ¿Qué sería para nosotros el mundo externo con todas sus impresiones constantemente renovadas, con todo lo que nos brinda, y no obstante vívidamente? ¿Qué sería para nosotros si no pudiéramos vincular las nuevas impresiones que nos llegan, a los recuerdos pasados? Por último, pero no menos importante, podemos decir que, al fin y al cabo, todo el aprendizaje consiste en vincular las nuevas impresiones con el contenido transmitido en la memoria. Una gran parte del método educativo depende de encontrar la forma más racional de vincular las cosas nuevas que tenemos que enseñar a los niños con lo que podemos extraer de su reserva de recuerdos.
En resumen, cada vez que tenemos que traer el mundo externo al alma, para evocar la propia vida anímica para que pueda sentir y experimentar internamente su propia existencia, apelamos a la memoria como último recurso. Por eso debemos decir que, en la tierra, la memoria constituye la parte más importante y más completa de la vida interior del hombre.
Estudiemos ahora la memoria desde otro punto de vista. Es bastante fácil ver que la multitud de recuerdos que llevamos dentro de nosotros son realmente apenas una fracción. Hemos olvidado tanto en el curso de la vida; pero hay momentos, con frecuencia anormales, cuando lo que ha sido olvidado hace mucho tiempo viene ante nosotros nuevamente. Estos momentos son especialmente aquellos en los que un hombre se acerca a la muerte y surgen muchas cosas que han estado lejos de su memoria consciente. Las personas mayores, en el momento de morir, de repente recuerdan cosas que habían desaparecido de su memoria consciente hacía mucho tiempo. Además, si estudiamos los sueños muy íntimamente, y ellos también se unen a la memoria, encontramos cosas que surgen que ciertamente se han experimentado, pero que nos pasaron desapercibidas. Y que sin embargo, están en la vida de nuestra alma y surgen en el sueño cuando los obstáculos del organismo físico y etérico no están actuando y solo están el cuerpo astral y el ego. Usualmente no nos damos cuenta de estas cosas y por eso no observamos que la memoria consciente no es más que un fragmento de todo lo que recibimos; Es mucho lo que en el curso de la vida tomamos de la misma forma,(sin darnos cuenta) solo que pasa directamente al subconsciente, donde se elabora internamente.
Ahora bien, mientras vivimos en la tierra, continuamos considerando los recuerdos que surgen de las profundidades de nuestra alma en forma de pensamientos como la parte esencial de la memoria. Los pensamientos de la experiencia pasada van y vienen. Los buscamos porque los consideramos como la esencia de la memoria.
Sin embargo, cuando atravesamos la puerta de la muerte, nuestra vida en la tierra es seguida por unos días en los que las imágenes de la vida que acaba de terminar se presentan ante nosotros en una perspectiva gigantesca. Estas imágenes están repentinamente allí: tanto los eventos de años pasados como los de los últimos días, están allí simultáneamente. Así como lo espacial existe lado a lado y solo posee una perspectiva espacial, así los eventos temporales de nuestra vida terrenal ahora se ven uno al lado del otro y adquieren una "perspectiva de tiempo". Este panorama aparece repentinamente, pero, durante el corto tiempo que está allí, se vuelve cada vez más sombrío, más y más débil. Mientras que en la vida terrenal nos miramos a nosotros mismos y sentimos que tenemos nuestras imágenes de memoria "enrolladas" dentro de nosotros, estas imágenes ahora se vuelven cada vez más grandes. Sentimos como si fueran recibidos por el universo. Lo que al principio está comprendido dentro del panorama de la memoria como en un espacio estrecho, se vuelve más y más grande, más y más sombrío, hasta que descubrimos que se ha expandido a un universo, volviéndose tan débil que apenas podemos descifrar lo que veíamos tan claramente. Aún podemos adivinarlo; luego se desvanece en los espacios lejanos.
Esa es la segunda forma que toma la memoria, dicho de otra forma, su segunda metamorfosis, en los primeros días después de la muerte. Es la fase que podemos describir como el vuelo de nuestros recuerdos al cosmos. Y todo eso, al igual que la memoria, a lo que nos hemos unido tan estrechamente e nuestra vida entre el nacimiento y la muerte, se expande y se vuelve cada vez más sombrío, para finalmente perderse en los amplios espacios del cosmos.
Realmente es como si viéramos desaparecer en los amplios espacios del cosmos, aquello a lo que realmente hemos estado llamando nuestro ego durante la vida terrenal,. Esta experiencia dura unos días y, cuando han pasado, sentimos que nosotros mismos también nos estamos expandiendo. Entre el nacimiento y la muerte nos sentimos dentro de nuestros recuerdos; y ahora realmente nos sentimos dentro de estos recuerdos que se alejan rápidamente y siendo recibidos en los amplios espacios del universo.
Después de haber sufrido este estupor o desfallecimiento suprasensible, que nos quita el bagaje total de nuestros recuerdos y nuestra conciencia interna de la vida terrenal, vivenciamos la tercera fase de la memoria. Esta tercera fase de la memoria nos enseña que aquello con lo que nos hemos identificado durante la vida terrenal, en virtud de nuestros recuerdos, se ha esparcido a los amplios espacios del universo, lo que demuestra su insustancialidad para nosotros. Si solo fuéramos lo que se puede preservar en nuestros recuerdos entre el nacimiento y la muerte, apenas unos días después de la muerte, no seríamos nada.
Pero ahora entramos en un elemento totalmente diferente. Nos hemos dado cuenta de que no podemos retener nuestros recuerdos, porque el mundo nos los quita después de la muerte. Pero hay algo objetivo detrás de todos los recuerdos que hemos albergado durante la vida terrenal. La contraparte espiritual, de la que hablé ayer, está inscrita en el mundo; y es en esa contraparte de nuestros recuerdos en la que ahora entramos. Entre el nacimiento y la muerte hemos experimentado esto o aquello con esta o aquella persona o planta o manantial de montaña, con todo aquello a lo que nos hemos acercado durante la vida. No existe una experiencia única cuya contraparte espiritual no esté inscrita en el mundo espiritual en el que siempre estamos presentes, incluso mientras estamos en la tierra. Cada apretón de manos que hemos intercambiado tiene su contraparte espiritual; está allí, inscrito en el mundo espiritual. Solo mientras repasamos nuestra vida en los primeros días después de la muerte tenemos ante nosotros esas imágenes de nuestra vida. Las cueles ocultan, hasta cierto punto, lo que hemos inscrito en el mundo a través de nuestros actos, pensamientos y sentimientos.
En resumen: desde el momento en que pasamos por la puerta de la muerte hacia esa otra "vida", nos llenamos de inmediato con el contenido de nuestra panorámica de la vida, es decir, con imágenes que en sentido inverso, abarcan en perspectiva hasta el nacimiento e incluso más allá. Pero todo eso se desvanece en los amplios espacios cósmicos y ahora vemos las contraimágenes espirituales de todos los actos que hemos realizado desde el nacimiento. Todas las contra-imágenes espirituales que hemos experimentado (inconscientemente, en el sueño) se vuelven visibles, y de tal manera que nos vemos impulsados de inmediato a volver sobre nuestros pasos y pasar por todas estas experiencias una vez más. En la vida ordinaria, cuando vamos de Dornach a Basilea sabemos que podemos ir de Basilea a Dornach, porque tenemos en el mundo físico una concepción apropiada del espacio. Pero en la conciencia ordinaria no sabemos, (entre el transcurso del nacimiento a la muerte), que también podemos ir de la muerte al nacimiento. Al igual que en el mundo físico, uno puede ir de Dornach a Basilea y regresar de Basilea a Dornach, así vamos de nacimiento a muerte durante la vida terrenal y, después de la muerte, podemos regresar de la muerte hacia el nacimiento. Esto es lo que hacemos en el mundo espiritual cuando experimentamos a la inversa las contraimágenes espirituales de todo lo que hemos experimentado durante la vida terrenal. Supongamos que ha tenido una experiencia con algo en el ámbito externo de la Naturaleza, digamos, con un árbol. Usted ha observado el árbol o, como leñador, lo cortó. Ahora todo esto tiene su contraparte espiritual; sobre todo, ya sea que simplemente hayan observado el árbol, o lo hayan talado, o le hayan hecho otra cosa, tiene su significado para todo el universo. Lo que pueden experimentar con el árbol físico lo experimentan en la vida física y terrenal; ahora, sin embargo, a medida que avanza hacia atrás desde la muerte hasta el nacimiento, lo que ustedes vivencian es la contraparte espiritual de esta experiencia.
Sin embargo, si nuestra experiencia fue con otro ser humano, al que por ejemplo, le hemos causado dolor, ya existe una contraparte espiritual en el mundo físico; solo que no lo experimentamos: ese dolor lo experimenta el otro hombre. Quizás el hecho de que fuéramos la causa de su dolor nos produjo un cierto sentimiento de satisfacción; Es posible que nos haya impulsado un sentimiento de venganza o algo similar. Ahora, al retroceder en nuestra vida, no experimentamos nuestra experiencia, sino la suya. Experimentamos lo que él experimentó a raíz de nuestra acción. Eso también es parte de la contraparte espiritual y está inscrito en el mundo espiritual. En resumen, el hombre vive sus experiencias una vez más, pero de una manera espiritual, yendo hacia atrás desde la muerte hasta el nacimiento.
Como dije ayer, parte de esa experiencia es sentir que seres que, por el momento, podemos llamar "sobrehumanos", están participando en ella. Al avanzar a través de estas contrapartes espirituales de nuestras experiencias, sentimos que estos seres espirituales estaban derramando sus simpatías y antipatías sobre nuestros actos y pensamientos, a medida que los experimentamos a la inversa. De este modo, sentimos lo que cada acto realizado por nosotros en la tierra, cada pensamiento, sentimiento o impulso de voluntad, vale para la existencia puramente espiritual. La nocividad de algunos acciones que hemos realizado, la experimentamos como un amargo dolor. Las pasiones que hemos albergado en nuestra alma, las experimentamos como una sed ardiente; y eso continúa hasta que nos demos cuenta de la inutilidad, para el mundo espiritual, de albergar pasiones y de superar estos estados que dependen de nuestra personalidad física y terrenal.
En este punto de nuestros estudios podemos ver dónde está realmente el límite entre lo psíquico y lo físico. Veamos un ejemplo, podemos fácilmente considerar cosas como la sed o el hambre como sensaciones físicas. Pero les pido que se imaginen que los mismos cambios físicos que se producen en su organismo cuando tiene sed no se producen en un cuerpo sin alma (inanimado). Esos mismos cambios podrían presentarse allí, pero el cuerpo sin alma no sufriría sed. Como químicos, pueden investigar los cambios en su cuerpo cuando tienen sed. Pero si, mediante algún método, pudieran producir estos mismos cambios, en las mismas sustancias y en el mismo complejo de fuerzas, en un cuerpo inanimado, éste no sufriría sed. La sed no es algo que esté en el cuerpo físico; vive en el alma, (en el cuerpo astral), a través de cambios en el cuerpo físico. Lo mismo pasa con el hambre. Y si alguien, en su alma, disfruta mucho de algo que solo puede satisfacerse por medios físicos en la vida física, es como si estuviera experimentando sed en la vida física; la parte psíquica de él siente sed, sed ardiente, debido a aquellas cosas que estaba acostumbrado a satisfacer por medios físicos. Porque no se pueden realizar funciones físicas cuando nos hemos despojado del cuerpo físico. El hombre debe antes acostumbrarse a vivir en su ser psico-espiritual sin su cuerpo físico; y una gran parte del viaje hacia atrás que he descrito tiene que ver con esto. Al principio, siente de modo continuado una sed ardiente por lo que solo puede ser satisfecha a través de un cuerpo físico. Así como el niño debe acostumbrarse a usar sus órganos, debe, por ejemplo, aprender a hablar, el hombre entre la muerte y un nuevo nacimiento debe acostumbrarse a prescindir de su cuerpo físico como base de sus experiencias psíquicas. Debe crecer en el mundo espiritual.
Hay descripciones de esta experiencia que, como dije ayer, dura un tercio del tiempo de la vida física, que la representan como un verdadero infierno. Por ejemplo, si leen descripciones como las que se dan en la literatura de la Sociedad Teosófica donde, siguiendo la costumbre oriental, esta vida se la llama el paso por el Kamaloka, ciertamente se les pondrá la carne de gallina. Bueno, estas experiencias no son así. Pueden aparentar así si las comparan directamente con la vida terrenal, porque son algo a lo que no estamos tan acostumbrados. Debemos adaptarnos repentinamente a las contraimágenes y contravalores espirituales de nuestra experiencia terrenal. Lo que sentimos en la tierra como placer, es privación, privación amarga y, estrictamente hablando, solo nuestras experiencias insatisfactorias, dolorosas o penosas en la tierra, allí son satisfactorias. En muchos aspectos, eso es algo horrible en comparación con la vida terrenal; pero simplemente no podemos compararlo directamente con la vida terrenal, porque no se experimenta aquí sino en la vida después de la muerte, donde no juzgamos con los mismos conceptos terrenales.
Por tanto, cuando, por ejemplo, después de la muerte experimentan el dolor de otra persona por haberle causado dolor en la tierra, se dicen a si mismos de inmediato: 'Si no sintiera este dolor, seguiría siendo un alma humana imperfecta, porque el dolor que he causado en el universo continuamente restaría algo de mí. Solo me convierto en un ser humano completo experimentando esta compensación ".
Puede suponernos un esfuerzo saber ver que el dolor que experimentamos tras la muerte, como compensación del dolor que hemos causado a otro, es realmente una bendición. Que pueda resultarnos difícil o no dependerá de la constitución interna de nuestra alma; pero hay un cierto estado anímico en el que esta compensación dolorosa por las muchas cosas que se hacen en la tierra incluso se experimenta como una dicha. Es el estado anímico que resulta de adquirir en la tierra algún conocimiento de la vida súprasensible. Sentimos que, a través de esta compensación dolorosa, estamos perfeccionando nuestro ser humano, mientras que, sin ella, no deberíamos alcanzar la estatura humana completa. Si han causado otro dolor, tienen menos valor que antes; así pues, si juzgan razonablemente, dirán: Ante el universo soy un alma humana peor que antes después de causarle dolor a otro. Sentirán que es una bendición que, después de la muerte, pueda compensarse ese dolor al experimentarlo ustedes mismos.
Esa, mis queridos amigos, es la tercera fase de la memoria. Al principio, lo que tenemos dentro de nosotros como memoria se condensa en imágenes, que duran algunos días después de la muerte; después se dispersa por todo el universo, el conjunto de su vida interior en forma de pensamientos regresando al universo. Pero mientras perdemos los recuerdos que habíamos guardado dentro de nosotros durante la vida terrenal, mientras estos buscan los espacios cósmicos, el mundo, a partir de todo lo que tenemos inscrito espiritualmente, nos lo devuelve a nosotros mismos en forma objetiva.
Apenas hay una prueba más fuerte de la conexión íntima del hombre con el mundo que esta; la de que después de la muerte, en lo que respecta a nuestra vida interior, primero tenemos que perdernos, para recuperarnos a nosotros mismos desde fuera del universo. Y eso lo experimentamos, incluso frente a eventos dolorosos, como algo que pertenece al conjunto de nuestro ser. De hecho, sentimos que el mundo toma para sí la vida interior que poseíamos aquí, y nos devuelve lo que nosotros habíamos inscrito en él. Es justo la parte que no notamos, la parte que pasamos por alto pero que queda inscrita en la existencia espiritual con trazos claros, la que nuevamente nos es conferida a nosotros mismos. Luego, a medida que retrocedemos nuestra vida hacia atrás a través del nacimiento y más allá, alcanzamos los amplios espacios de la existencia espiritual.
Justo después de haber sufrido todo esto, ahora es cuando entramos en el mundo espiritual y somos realmente capaces de vivir allí. Nuestra facultad de la memoria ahora sufre su cuarta metamorfosis. Sentimos que en todas partes, detrás del recuerdo ordinario de la vida terrenal, ha estado viviendo algo en nosotros, aunque no lo sabíamos. Se ha inscrito en el mundo y ahora nosotros mismos nos convertimos en él. Hemos recibido nuestra vida terrenal reconvertida en su significado espiritual; ahora nos convertimos en ese significado. Después de viajar de regreso a través del nacimiento al mundo espiritual, nos enfrentamos a él de una manera muy peculiar. En cierto sentido, nosotros mismos en nuestra contraparte espiritual, en nuestro verdadero valor espiritual, ahora afrontamos el mundo. Hemos pasado por las experiencias anteriores, hemos experimentado el dolor causado a otro, hemos experimentado, digamos el valor espiritual correspondiente a una experiencia con un árbol; Hemos experimentado todo eso, pero no era una experiencia propia. Podríamos comparar esto con la etapa embrionaria de la vida humana; porque entonces, e incluso durante los primeros años de vida, todo lo que experimentamos aún no ha alcanzado el nivel de auto conciencia, que solo se despierta gradualmente.
Por lo tanto, cuando entramos en el mundo espiritual, todo lo que hemos experimentado retrospectivamente se convierte gradualmente en nosotros mismos, en nuestra auto conciencia espiritual. Ahora somos lo que hemos experimentado; somos nuestro propio valor espiritual correspondiente. Con esta existencia, que realmente representa el otro lado de nuestra existencia terrenal, entramos en el mundo que no contiene nada de los reinos ordinarios de la naturaleza externa, reino mineral, vegetal y animal, ya que estos pertenecen a la tierra. Pero en ese mundo inmediatamente se nos presentan, primero, las almas de aquellos que han muerto antes que nosotros y con las cuales nos sentimos en algún tipo de relación, y después las individualidades de los seres espirituales superiores. Vivimos como espíritus entre espíritus humanos y no humanos, y este ambiente de individualidades espirituales es ahora nuestro mundo. La relación de estas individualidades espirituales, humanas o no humanas, con nosotros mismos constituye ahora nuestra experiencia. Así como en la tierra tenemos nuestra experiencia con los seres de los reinos externos de la Naturaleza, así es ahora, con seres espirituales de diferentes rangos. Y es especialmente importante que hayamos sentido sus simpatías y antipatías como lluvia espiritual, para usar la metáfora de ayer, que impregna estas experiencias durante la parte retrospectiva de la vida entre la muerte y el nacimiento que les describí esquemáticamente. Ahora nos encontramos cara a cara con estos seres de quienes antes percibíamos solo sus simpatías y antipatías mientras vivenciamos la contraparte espiritual de nuestra vida terrenal: ahora que hemos llegado al mundo espiritual vivimos entre estos seres. Gradualmente, sentimos como si interiormente nos impregnara de fuerza, con impulsos provenientes de los seres espirituales que nos rodean. Todo lo que experimentamos anteriormente ahora se vuelve más y más real para nosotros, de una manera espiritual. Poco a poco sentimos como si estuviéramos a la luz o la sombra de estos seres en los que estamos comenzando a vivir. Antes, al vivenciar a través del valor espiritual correspondiente a alguna experiencia terrenal, sentimos esto o aquello al respecto, lo encontramos valioso o perjudicial para el cosmos. Ahora sentimos: "hay algo que he hecho en la tierra, en pensamiento o acción; que tiene su correspondiente valor espiritual, y esto está inscrito en el cosmos espiritual. Los seres con los que me encuentro ahora pueden hacer algo con eso o no; o bien se encuentra en la dirección de su evolución o de la evolución por la que están luchando, o no lo está. Nos sentimos situados ante los seres del mundo espiritual y nos damos cuenta de que hemos actuado de acuerdo con sus intenciones o en contra de ellas, hemos agregado o restado de lo que ellos hubieran querido para la evolución del mundo.
Sobre todo, lo que sentimos no es un mero juicio ideal de nosotros mismos, sino una evaluación real; y esta evaluación es en sí misma la realidad de nuestra existencia cuando entramos en el mundo espiritual después de la muerte.
Cuando han hecho ustedes algo mal como hombres en el mundo físico, si tienen suficiente conciencia y lucidez ustedes mismos lo condenan; o son condenados por la ley, o por el juez, o por otros hombres que lo desprecian por ello. Pero estos juicios no le hacen mella, al menos, no mucha, salvo que estén especialmente constituidos. Sin embargo, al entrar en el mundo de los seres espirituales, no nos limitamos a cumplir con el juicio ideal de ver  reducido nuestro valor por cualquier falta o acto vergonzoso que hayamos cometido; sentimos posarse sobre nosotros la mirada de estos seres como si fueran a aniquilar nuestro propio ser. Con respecto a todo lo que hemos hecho que es valioso, la mirada de estos seres cae sobre nosotros como si alcanzáramos así nuestra realidad plena como seres psico-espirituales. Nuestra realidad depende de nuestra valía. Si hubiéramos obstaculizado la evolución que se pretendía en el mundo espiritual, es como si la oscuridad nos estuviera robando nuestra propia existencia. Si hemos hecho algo de acuerdo con la evolución del mundo espiritual, y sus efectos continúan, es como si la luz nos estuviera llamando a una vida espiritual fresca. Experimentamos todo lo que he descrito y entramos en el reino de los seres espirituales. Esto mejora nuestra conciencia en el mundo espiritual y nos mantiene despiertos. A través de todas las demandas que se nos imponen allí, nos damos cuenta de que hemos ganado algo en el universo con respecto a nuestra propia realidad.
Supongamos que hemos hecho algo que dificulta la evolución del mundo y solo puede despertar la antipatía de los seres espirituales en cuyo reino ahora ingresamos. El efecto posterior sigue su curso como lo he descrito y sentimos que nuestra conciencia se oscurece; sobreviene la estupefacción, a veces la completa extinción de la conciencia. Ahora debemos despertarnos de nuevo. Al hacerlo, sentimos con respecto a nuestra existencia espiritual como si alguien estuviera cortando nuestra carne en el mundo físico; solo que esta experiencia en lo espiritual es mucho más real, aunque en el mundo físico es lo suficientemente real. En resumen, lo que somos en el mundo espiritual demuestra ser el resultado de lo que nosotros mismos hemos emprendido. De ello se desprende que el hombre tiene el incentivo suficiente para volver de nuevo a la vida terrenal.
¿Para qué volver? Bueno, a través de lo que tiene inscrito en el mundo espiritual, el hombre mismo ha experimentado todo lo que ha hecho para bien o para mal en la vida terrenal; y solo regresando a la tierra es como realmente puede compensar lo que, después de todo, solo aprendió a conocer a través de la experiencia terrenal. De hecho, cuando lee en los rostros de estos seres espirituales su valía para el mundo, por decirlo metafóricamente, está lo suficientemente impulsado a regresar, cuando pueda, al mundo físico, para vivir su vida de una manera diferente a la de antes. Todavía conservará muchas incapacidades para esto, y solo después de muchas vidas en la tierra será realmente posible una compensación completa.
Si nos miramos a nosotros mismos durante la vida terrenal, al principio encontramos recuerdos. Es con ellos con los que, para empezar, construimos nuestra vida anímica cuando nos apartamos del mundo externo; y es únicamente sobre estos en los que se basa la imaginación creativa del artista. Esa es la primera forma de memoria. Detrás están las poderosas "imágenes" que se vuelven perceptibles inmediatamente después de que hayamos pasado por la puerta de la muerte. Estas son tomadas de nosotros: se expanden hacia los amplios espacios del universo. Cuando examinamos las imágenes de nuestros recuerdos, podemos decir que detrás de ellas vive algo que de inmediato avanza hacia los espacios cósmicos cuando nos desprendemos de nuestro cuerpo. A través de nuestro cuerpo mantenemos unido lo que realmente busca convertirse en "ideal" en el universo. Pero mientras pasamos por la vida y retenemos recuerdos de nuestras experiencias, dejamos atrás en el mundo aún algo más detrás de nuestros recuerdos. Lo dejamos atrás en el transcurso del tiempo y debemos experimentarlo nuevamente mientras volvemos sobre nuestros pasos. Esto subyace detrás de nuestra memoria como una tercera "estructura". Primero, tenemos el tapiz de la memoria; detrás de ella, las poderosas imágenes cósmicas que hemos "enrollado" dentro de nosotros; detrás de ellas, a su vez, vive lo que hemos inscrito en el mundo. En tanto no hayamos vivenciado esto, no somos realmente nosotros mismos, despojados de todo y erguidos en espíritu ante el universo espiritual que nos viste con sus prendas cuando entramos en él.
De hecho, debemos mirar nuestros recuerdos si queremos ir gradualmente más allá de la vida transitoria del hombre. Nuestros recuerdos terrenales son transitorios y se dispersan por el universo. Pero nuestro Ser vive detrás de ellos: el Ser que nos es dado nuevamente del mundo espiritual para que podamos encontrar nuestro camino desde el tiempo hasta la eternidad.


Traducido por Julio Luelmo junio 2020
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919