GA109 Budapest, 31 de mayo de 1909 - El principio de economía espiritual en relación con las cuestiones de la reencarnación. -De Buda a Cristo

El principio de economía espiritual
en relación con las cuestiones de la reencarnación.


RUDOLF STEINER

DE BUDA A CRISTO

Budapest, 31 de mayo de 1909

No quiero darles una consideración religioso-filosófica, ni un tratado literario-histórico, ni una conferencia científica sobre este tema, sino sólo lo que la ciencia espiritual y el ocultismo tienen que decir al respecto, es decir, lo que tienen que darnos desde el ocultismo rosacruz, lo que tienen que decir sobre figuras tan grandes como Buda y Cristo.

En una conferencia del congreso destinada a teósofos más desarrollados, se me permite hablar de estas verdades de una manera más íntima. Se hablará a grandes rasgos, a los que podrán añadirse cuestiones de detalle. El ocultismo rosacruz representa uno de los grandes principios de la investigación oculto-teosófica, del cual ha de fluir la vida espiritual hacia el corazón. Los objetivos e ideales de la Teosofía también pueden encontrarse fuera de la Sociedad Teosófica. Pero hay una diferencia en los medios utilizados para alcanzar el conocimiento oculto y la verdad y para utilizarlos correctamente; porque la investigación oculta puede y debe fluir directamente a la vida. Permítanme aclararles esto con un ejemplo trivial: El alma humana es semejante a una estufa que no necesita que le digan que caliente la habitación, pues ésta sería su tarea. Lo hace por sí misma cuando le metemos leña y la encendemos. Tal vez alguien pueda decir que no se nota que la leña dé calor. Y, sin embargo, hay calor. Al meter en la estufa la leña, que tiene un aspecto completamente distinto, y encenderla, traemos calor a nuestra casa. Al acostumbrarnos a los conceptos de la ciencia espiritual, nos acostumbramos a una libre capacidad de juicio, a una libre capacidad de orientación en el mundo.

Nuestra tarea no es predicar ideales, sino proporcionar combustible debemos dar a las almas humanas el combustible de la sabiduría espiritual, la auténtica fraternidad y la verdadera humanidad. Llevar esto a cabo es nuestro objetivo.

En un momento en que la corriente espiritual del cristianismo se oscurecía porque el cristianismo se exteriorizaba, la corriente que llamamos Rosa-Cruz cobró vida en los siglos XIII y XIV. Se le encomendó la tarea de cultivar la sabiduría antigua, de proteger los tesoros de la sabiduría primordial, mientras afuera en el mundo el cristianismo se exteriorizaba cada vez más y se desvanecía en su autentica forma. Donde fuera sólo valían las formas externas y los dogmas osificados, entonces también sólo había abjuración y maldición para la verdadera vida espiritual; abjuración y maldición para aquello que en los Misterios era considerado y honrado como lo más elevado y sagrado. Tanto es así que a menudo se oían las palabras: Maldigo a los Scythianos, maldigo a los Boddha, maldigo a los Zarathas. - Estos son los tres nombres de aquellos que fueron honrados como nombres maestros sagrados en secreto y dentro de los misterios y escuelas de misterios de los Rosacruces.

Zarathas es la misma personalidad que Zarathustra, no el Zarathustra del que habla la historia, sino aquella elevada individualidad que fundó la antigua cultura persa y fue el maestro de las escuelas ocultas de aquella época. Scythianos, una antigua personalidad altamente desarrollada que en una encarnación posterior dirigió las escuelas ocultas de Asia Interior y más tarde se convirtió también en el maestro de las escuelas interiores de Europa. Boddha o Buda es una misma personalidad.

Para comprender lo que el iniciado sentía con estos tres nombres y poder conjeturar lo que podían dar, debemos retroceder en la evolución de la humanidad y acercarnos más al ocultismo rosacruz y a la vía rosacruz. Queremos comprender escuchando. Miremos hacia el pasado. Siempre ha habido humanos avanzados, aquellos que sobresalían de la multitud. Eran aquellos a los que la gente común miraba con admiración más que con altos ideales. Cuando admiraba a personalidades que habían alcanzado tales cotas de sabiduría e intelectualidad, su moral y su energía vital se veían estimuladas. La fuerza de los espíritus elevados fluye aún hoy en nuestros cuerpos más sutiles. Remontémonos al pasado, a todas las individualidades espirituales de las que hablaremos ahora, a la época de la antigua civilización india. Retrocedamos aún más en la evolución de la humanidad, hasta la época de la antigua Atlántida y su desaparición, el acontecimiento que nos separa de una época aún más antigua de la humanidad, en la que nuestras almas vivían de forma diferente que en los cuerpos actuales. No entraremos en una descripción detallada de la cultura y la vida allí en aquella época, sino que sólo trataremos de arrojar luz sobre la respuesta a la pregunta de hoy: ¿Cómo era el liderazgo de nuestra humanidad en la antigüedad y de dónde procedían las influencias?

Si el clarividente, cuyo ojo espiritual está abierto y que sabe leer en esa finísima escritura que llamamos Crónica Akáshica, deja vagar su mirada hacia los mundos espirituales, encontrará los lugares de donde emanaba la cultura y toda la vida espiritual de aquel tiempo. Nuestra alma encuentra los lugares donde los maestros y sus discípulos se reunían en los misterios de aquel tiempo. Había muchos misterios en la antigua Atlántida, eran diferentes a los de hoy, también se llamaban de otra manera. Estos lugares no eran sólo una iglesia y no sólo una escuela, sino ambas cosas a la vez. En los lugares donde se buscaba la verdad, se encontraba la religión y la sabiduría, ambas estaban en el misterio. Podemos utilizar una palabra moderna para caracterizar el concepto de los lugares de culto de aquella época, los centros de misterio, aunque entonces se llamaban de otra forma completamente distinta: podemos llamarlos oráculos atlantes. Así es como se les llama dentro de los misterios de Europa.

Así como hoy en día el conocimiento exterior y los ámbitos de adquisición y ocupación de la vida exterior están diferenciados en ramas individuales de conocimiento y departamentos, lo mismo ocurría en la antigua Atlántida en la vida espiritual de los oráculos atlantes y sus centros de sabiduría. Había varias ramas de investigación en los oráculos, de conocimiento oculto en la antigua Atlántida. A diferencia de hoy, esto también dependía de otras condiciones. La antigua sabiduría de los oráculos era diferente en cada uno de los centros de oráculos, dependiendo de la capacidad de la gente de la época. Dependía de lo que rodeaba a la gente externamente. Había conexiones entre ciertas habilidades humanas y ciertos planetas; y así ciertas habilidades místico-ocultistas estaban vinculadas a ciertos planetas. Así pues, en la antigua Atlántida hay que distinguir entre un oráculo de la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno.

Nuestras capacidades actuales también se han desarrollado a partir del cosmos, al igual que nuestra Tierra, y están relacionadas con otros planetas y sus influencias. Por lo tanto, de la población de la época se seleccionaban personas aptas para desarrollar una u otra capacidad cognitiva, lo que significaba que pertenecían a uno u otro centro de oráculos. En la antigua Atlántida había siete de estos centros de oráculos, llamados así por los siete planetas de la antigua Atlántida. El oráculo solar se elevaba por encima de todos ellos. El oráculo de vulcano seguía preparándose en secreto para su futura tarea.

Cada uno de estos oráculos provenía del cosmos según su capacidad; pero en un determinado territorio, las capacidades de los siete oráculos fluían de forma conjunta. Allí se unía todo el conocimiento de los siete oráculos de la Atlántida. Había un lugar, el oráculo solar sagrado, cuyos iniciados eran iniciados en el misterio y el servicio de lo que ahora llamamos el sol. El sol físico es sólo la expresión exterior, la fisonomía exterior de la vida espiritual del ser elevado que tiene el sol físico por cuerpo, por vestidura.

En aquella época, de la que todos han oído hablar, cuando el sol se separó de la tierra, abandonaron la escena de la tierra al mismo tiempo que el sol físico aquellos seres que estaban tan avanzados que ya no podían utilizar la tierra para su desarrollo, puesto que habían completado su etapa de humanidad. Después de que la luna también se retirara, la tierra pudo cumplir su destino de convertirse en la morada de la humanidad. Si sólo el sol hubiera tenido efecto sobre la tierra, ésta habría experimentado un desarrollo tan rápido que las personas habrían sido viejas nada más nacer. Pero si sólo la Luna hubiera tenido un efecto sobre nuestra Tierra, la gente se habría congelado hasta convertirse en momias. Se habría producido una solidificación, una lignificación de los cuerpos; el desarrollo habría avanzado con demasiada lentitud. Pero como el sol y la luna, sabiamente guiados desde el exterior, mantienen un equilibrio en su influencia sobre la tierra, hizo posible que la tierra y los seres humanos encontrasen ahora el ritmo que les convenía. <Las entidades que ya no necesitaban para su desarrollo aquello que se separó de la Luna y la Tierra, -Marte, Mercurio, Venus y demás-, salieron con el Sol y ahora tenían allí su morada. Pero permanecieron conectadas con la Tierra y enviaban sus poderes benéficos sobre ella a través de la luz.

<Ahora vinculado con el sol y la tierra hay un ser muy oculto y misterioso; pero no hablaremos de él ahora, sino del ser que precedió a la multitud de aquellos elevados seres solares que estaban tan avanzados que pudieron separarse de la tierra. Se trata de un espíritu solar dirigente que envía su poder espiritual del sol a nuestra tierra de la misma manera que la luz física irradia del sol a la tierra. El irradia calor solar y luz solar, estos atraen la vida de la tierra, floreciendo y germinando. Pero al mismo tiempo que la luz solar física, las obras, los hechos de un ser solar espiritual irradian hacia nuestra tierra.

Ahora iniciados en las acciones de este noble ser solar, eran los iniciados del oráculo solar de la antigua época atlante. El guía de este oráculo supremo, Aquel que es el Gran Iniciado, estaba plenamente iniciado en estos misterios. Toda la antigua cultura atlante y, como veremos, la cultura post-atlante, partió de ella. El «Manu», así se llamaba el guía del Oráculo Solar, -pero el nombre no importa -, no buscaba a los portadores de la cultura post-atlante entre los llamados eruditos y científicos, entre los grandes clarividentes y magos de la época. Ni le servían los que tenían conocimientos espirituales y psíquicos, que entonces representaban más o menos lo mismo que los científicos y los eruditos de hoy, sino los humildes que empezaban a perder la clarividencia. La conciencia del presente se desarrolla solo en los últimos tiempos de la Atlántida, cuando la vieja conciencia psíquica se desvanece gradualmente, y para ello se produce el pleno autoconocimiento, la expresión de sí mismo. Los que podían pensar intelectualmente, los recogía el gran Manu; no los psíquicos, no los magos, sino los que tomaban y entrenaban los primeros elementos de cálculo, de aritmética, que eran los despreciados, Según los círculos autoritarios, -como hoy los teósofos- ,con ellos no podía hacer nada, y él los reunió y los llevó al lugar sagrado de Asia, el punto desde el cual la cultura post-atlante debía venir. Europa, Asia y África, -dejemos a un lado a América-, fueron colonizadas por los descendientes de aquellos antiguos atlantes, que habían pasado bajo la dirección del Manu. El iniciado del oráculo solar tenía ahora que asegurarse de que la fundación de estas culturas post-atlantes y el desarrollo de la humanidad post-atlante se llevaran a cabo, siempre que contaran con las influencias adecuadas. Tenía que asegurarse desde el principio de que se transfiriera todo lo que fuera valioso para el desarrollo futuro. Esta preservación es una ley de ocultismo, una ley de economía espiritual. Esto sólo puede saberse a partir del conocimiento del ocultismo, de la sabiduría espiritual.

El Gran Iniciado llevó consigo algo valioso de la antigua Atlántida a Europa. Él había viajado por los otros lugares del oráculo para este propósito, por así decirlo, inspeccionado, si quieres decirlo. Ustedes saben que en el hombre común, poco después de la muerte, el cuerpo etérico se separa del cuerpo astral y el Yo, y poco a poco se disuelve en el éter universal, así como ocurre en el cuerpo astral a su debido tiempo. Una ruptura de esta ley tiene lugar en interés de la economía espiritual. Lo mismo sucedió con los cuerpos etéricos de los siete grandes iniciados de los oráculos de la antigua Atlántida.

¿Qué significa trabajar en uno mismo? Es decir, purificar el cuerpo etérico y el cuerpo astral. Ahora bien, aquellos cuerpos etérico y astral que están purificados, espiritualizados, no se disuelven después de la muerte, sino que permanecen según la ley de la economía espiritual. En resumen, en los misterios se encuentran los medios para preservar, -decir más sobre esto sería ahora ir demasiado lejos-, de los valiosos cuerpos etéricos y astrales que han sido adquiridos por los grandes iniciados. Los guardianes de las escuelas de misterios reciben esto. Por lo tanto, el iniciado del Oráculo Solar se trasladó a los otros lugares de oráculo del Atlante y reunió y llevó consigo los siete fragmentos de éter de los más grandes iniciados de la Atlántida. Y ahora, con su sabiduría, atrajo a un número de personas que debían ser capaces de la cultura venidera. Así atrajo hombres unidos por esta gran individualidad, para que se volvieran cada vez más capaces y puros. Lo que siguió se puede llamar arte. Después de algún tiempo, los siete cuerpos etéricos más importantes de los siete mayores iniciados de los antiguos oráculos atlantes pudieron incorporarse a siete personas que, en cuanto a su ego, su poder de juicio, etc., eran personas simples en este sentido. que no significaba nada en absoluto externamente. Pero dentro de ellos llevaban los siete cuerpos etéricos más desarrollados de los siete iniciados más importantes. Habían permitido que éstas fluyeran hacia ellos, y a través de esto pudieron dejar que las grandes y poderosas visiones y verdades de la evolución fluyeran en ciertos momentos a través de la inspiración desde arriba. Podrían hablar de todo este alto conocimiento.
El gran iniciado envió a estos siete a donde todavía había mayor sentido y comprensión de lo espiritual, de los mundos espirituales. Envió a estos siete portadores de sabiduría a la antigua India. Allí la gente todavía tenía el sentimiento y la conciencia de que una vez habían surgido de un mundo espiritual primigenio y habían nacido del vientre de la deidad. Todo este mundo físico les parecía por tanto Maya, ilusión. Anhelaban regresar a este mundo de dioses, los seres espirituales divinos con quienes una vez habían convivido. Los siete portadores de la sabiduría ahora podían hablar con estas personas. Se les llama los santos Rishis. Ellos son quienes provocan el primer amanecer de nuestra cultura post-atlante.

Esto les dio a todos estos pueblos que emigraron desde la Atlántida y conservaron la conciencia y el anhelo por el mundo espiritual con sus seres espirituales divinos, la oportunidad de recibir información sobre este mundo y encontrar el camino de regreso a él.

Pero le siguieron períodos diferentes. Había pueblos que no sólo estaban destinados a asomarse a los mundos espirituales, sino que querían ayudar a fundar una nueva cultura y aficionarse al mundo físico; que no sólo debería ver maya o ilusión en este mundo físico, sino que comenzó a comprender que este mundo físico es sólo la expresión, la fisonomía del mundo espiritual detrás de él. Este segundo período es la cultura proto persa, la cultura de Zaratustra. La historia exterior sólo conoce a un Zaratustra relativamente tardío; no tiene idea de que en aquellos tiempos antiguos era costumbre añadir los nombres de los grandes líderes a sus sucesores. Lo que aquí se quiere decir es el mayor Zaratustra, uno de los alumnos más íntimos del iniciado del Oráculo del Sol. Tenía que encontrar la conexión entre el mundo sensorial y el mundo espiritual; ese era su cometido. Para él era importante dejar claro a sus alumnos que esta bola solar física es el cuerpo de los seres espirituales que tienen su residencia en el sol, y que todo este mundo físico debe ser visto como miembros y partes del cuerpo físico. de seres divino-espirituales. Así como el sol tiene una gran aura a su alrededor, el hombre tiene su pequeña aura, la expresión microcósmica de esa gran aura. El sol es el cuerpo del espíritu solar, que se reveló en el oráculo solar del antiguo período atlante. Este espíritu solar se hizo visible para Zaratustra en clarividencia. A la gran aura solar la llamó espíritu solar; la doctrina secreta posterior lo llama Ormuzd, es el mismo ser al que Zaratustra también llamó Ahura Mazdao. La gente debería ver al Ahura Mazdao en el sol físico y no dejarse seducir por Ahriman, que vive en lo físico desde el último tercio del período atlante y que ataca el alma humana a través de la percepción sensorial, es decir, desde fuera. Lucifer, en cambio, es quien ataca al alma humana desde dentro. Zaratustra tuvo que encender en los corazones de la gente el sentimiento por el gran espíritu del sol. Lo hizo con palabras poderosas, con palabras que no pueden traducirse a nuestro idioma. Cualquier cosa que encuentres maravillosa en los Vedas, en los Gathas, por muy hermosos que sean estos escritos, no son más que la débil expresión externa de las grandes, sublimes y originales palabras de Zaratustra. En nuestro idioma se pueden representar aproximadamente las palabras de la siguiente manera:
"Hablaré, ahora oíd y escuchadme, vosotros que estáis cerca, vosotros que estáis lejos, vosotros que tenéis deseo de ello - hablaré de aquello que es lo más elevado del mundo, aquello que Él me ha revelado, el grande, el poderoso Ahura Mazdao. Ahora escúchame y tomad nota de todo: Ya no engañará a la humanidad el falso maestro, el malvado que ha confesado mala fe con su boca - ¡porque Él nos será revelado, Ahura Mazdao, el Poderoso! Quien no escuche mis palabras como las digo, como las pienso, experimentará el mal cuando el transcurso del tiempo llegue a su fin". Y en distintas ocasiones Zaratustra dijo: "Tan grande y tan poderoso es Él, que se me ha revelado en el sol, que lo dejo todo por Él. Le sacrifico gustosamente la vida de mi cuerpo, el ser etérico de mis sentidos, la expresión de mis actos" - el cuerpo astral. Ese fue el voto que una vez hizo el gran Zaratustra.

Zaratustra tenía dos discípulos. A uno de ellos le comunicó por medios espirituales todo lo que se puede ver con los órganos astrales de la clarividencia. Este renació bajo el nombre de Hermes, el Hermes egipcio. Al segundo le comunicó lo que se puede conocer con un cuerpo etérico clarividente, la sabiduría de la Crónica Akásica, este segundo discípulo era Moisés. Pueden ustedes encontrarlo de nuevo en los libros de Moisés.

Hermes, que llevaba el cuerpo astral de Zaratustra en su renacimiento, compartió con él no sólo la enseñanza, sino la esencia del maestro, tal puede suceder: el cuerpo astral sacrificado de Zaratustra. Así pues, fue la sabiduría de Zaratustra la que proclamó Hermes, el portador de la tercera época cultural.

El otro discípulo, a quien había dado la sabiduría en cuerpo etérico, también renació. El propio cuerpo etérico de Zaratustra, que dio en sacrificio, se entretejió en su reencarnación: Moisés era este discípulo. Siempre se pueden encontrar tales hechos en documentos religiosos, pero sólo se insinúan en las sagradas escrituras. Lean la historia del nacimiento de Moisés. ¿Qué ocurrió allí? Colocaron al niño en una cajita de caña y lo metieron en el agua. ¿Qué significa eso? Fue aislado del mundo. No se permitió que el yo y el cuerpo astral se expresaran antes de que penetrara el principio del cuerpo etérico. ¿Cómo ocurre esto? Durante el tiempo que Moisés descansó encerrado en la cesta en el agua, el cuerpo etérico entretejido se enciende en él. Sólo entonces pudieron funcionar el cuerpo astral y el yo. Las poderosas imágenes del Génesis, que ocuparán a la humanidad durante mucho tiempo, no son otra cosa que imágenes de los Registros Akáshicos. - Esto no puede comprenderse sin la ayuda del ocultismo.

Ahora se ha llegado a la cuarta época de la civilización post-atlante, la greco-romana. Hasta ahora sólo se había educado a la gente para amar a la Tierra. Pero también había quienes habían sido compañeros de los dioses en la época atlante. Por tanto, la pregunta está justificada: ¿Dónde están los yoes de los grandes iniciados de aquella época? Con semejante yo de la época atlante, que se encontraba entonces en aquella fisicalidad más suave y sutil, la existencia en la tierra ha de entenderse de tal manera que estas individualidades tenían que encarnarse sólo mientras fuera necesario para mantener la conexión de la sabiduría del mundo primigenio y de la espiritualidad del mundo primigenio con los seres humanos.

Una de esas individualidades es el gran Buda, que pudo dar verdadero cumplimiento a las escrituras orientales con la profunda sabiduría y el poder espiritual que encontramos en ellas. Entendemos los mensajes sobre él como ocultistas y sabemos tomarlos al pie de la letra. Por ejemplo, cuando se dice: "En su nacimiento brilló como la brillante luz del sol", esto es cierto; o cuando dice: "He pasado por la última de las encarnaciones, en adelante no necesito venir a esta tierra a menos que sea voluntariamente".

En el período postatlante también se abrió camino a través de la comprensión intelectual, y le comprendemos cuando dice cómo se iluminó en él la serie de encarnaciones y etapas de iniciación por las que había pasado:

Ante mí estaba el esplendor luminoso de las figuras -

pero mi intuición aún no era pura.

Vi los espíritus del conocimiento

pero mi intuición aún no era pura.

Vi el lugar de la iniciación

pero mi intuición aún no era pura.

Yo era el camarada entre ellos:

¡Ahora mi intuición era pura!

He aquí la iluminación de Buda.

Él fue uno de aquellos con los que convivimos en la teosofía rosacruz. Hemos nombrado a tres de los maestros: Zarathas, Scythianos, Buda.

Así vemos cómo estas grandes personalidades dirigentes se sitúan en el presente. El ocultista puede verificar todas estas cosas. Pero no sólo lo que tales grandes dejan atrás, sino todo lo que es valioso para la humanidad se guarda en el hogar de la economía espiritual. Tomemos, por ejemplo, una personalidad como Galileo, que logró cosas grandes y significativas en la física del siglo XVI. En Galileo vivía un cuerpo etérico que no debe perderse después de su muerte. Lejos del lugar donde Galileo trabajó una vez, a mediados del siglo XVIII, vivía una personalidad que, después de décadas de una infancia devocional, se preparó para grandes cosas. En las profundidades de Rusia, a orillas del Mar Blanco, en las circunstancias más sencillas, vivía una personalidad que se hacía llamar Mijaíl Lomonósov. Desconocido, sin medios, viajó a Moscú, estudió allí y fundó la gramática rusa. Lomonosov llevaba en su interior el cuerpo etérico de Galileo. Y entonces sucedió que una personalidad que sabía que el cuerpo etérico de Galileo había sido conservado y estaba presente cuando este mismo hecho estaba siendo investigado en ocultismo, encontró esta conexión:

Esta personalidad no sabía nada en absoluto sobre Mikhail Lomonosov. Eso no es ninguna desgracia, no se puede saber todo en el plano físico.

Así es como vemos que mediante la ley de la economía espiritual se preserva lo valioso y se vincula el pasado con el futuro. De este modo, en los Misterios Rosacruces se encuentra también la individualidad que vivió encarnada en Buda en el plano físico, que en la Atlántida sólo vivió como Bodhisattva en el cuerpo etérico, y que luego descendió como Buda al cuerpo físico.

Volvamos ahora nuestra atención a la época de Buda, a la de Zaratustra, y a lo que las almas tuvieron que hacer mientras tanto.

Aquí tenemos por un lado la enseñanza de Ahura Mazdao y por otro lado aquello que la tierra siempre prefiere ganar en el hombre. Visualicemos una vez más la época india, persa, caldeo-asirio-babilónica. Durante este tiempo, el alma perdió cada vez más su conexión con el mundo espiritual. En la época griega se aficionó tanto a la tierra que se hizo realidad el dicho de aquel gran griego: "¡Mejor ser un mendigo en el mundo superior que un rey en el reino de las sombras!

En esta cuarta civilización post-atlante, la greco-latina, todo en el mundo exterior era agradable. Por ejemplo, el vidente contempla con el ojo físico las ruinas del templo de Paestum. Puede maravillarse ante la belleza de las formas, el encanto de las líneas. Pero si luego aparta la mirada y la busca en el mundo espiritual, no encuentra nada parecido: todo está como borrado. Y esto es lo que les sucede a las almas entre la muerte y un nuevo nacimiento. Heladas en su individualidad, se encuentran aisladas de todo lo espiritual y sólo anhelan lo físico, toda su belleza. Fue en este gélido aislamiento donde Ahura Mazdao tuvo que brillar. El propio líder del sol tuvo que descender. Tuvo que hacerse hombre en el mundo físico para ayudar a los muertos y a los vivos: Tuvo que ser hombre entre los hombres. Aquello que vive en el sol, aquello que es alto y glorioso, desciende a la tierra y se anuncia ahora en el hombre mismo. Antes se había anunciado en los elementos. Se anunció a Moisés en el fuego de la zarza ardiente y en el fuego del monte Sinaí. El pueblo israelita no debía formarse una imagen de su Dios, ¿por qué? Ningún nombre externo puede nombrar a "mí", a este ser; sólo un nombre completamente distinto puede expresarlo: "¡Yo soy el Yo-soy!". No hay posibilidad de encontrar el nombre del espíritu solar en otro lugar que no sea el ser humano. Lo que vive como yo en el ser humano es el ser Cristo.

La proclamación de Jehová precedió al Cristo. Ese fue el tiempo en que el ser Crístico pudo descender más y más. ¿Cómo se había comprometido Zaratustra una vez con el alto ser solar? ¿Qué quería sacrificarle? Cuerpo, mente, vida y palabra. Zaratustra renació como contemporáneo del gran Buda. Ahora puede construir su cuerpo etérico y astral, que él mismo sacrificó. Renace como Zarathas o Nazarathos y se convierte en el maestro de Pitágoras, quien a su vez renace como uno de los tres sabios de Oriente y luego se convierte en discípulo de Jesús de Nazaret. Zaratustra, que una vez sacrificó su cuerpo astral y otra su cuerpo etérico, es ahora capaz de entregar la envoltura exterior al que una vez proclamó: ahora como el Jesús de Nazaret del ocultismo occidental. Jesús de Nazaret fue capaz de poner su cuerpo a disposición del mismísimo Espíritu del Sol, fue capaz de decir: "¡Yo soy la luz del mundo!"

En los Misterios, siempre fue conocido el ser Crístico:

En la antigua India de los siete Rishis se le llamaba Vishva-Karman, representando al Cristo; Zaratustra lo llamaba Ahura Mazdao; en Egipto se le llamaba Osiris; el pueblo judío lo llamaba Yahvé o Jehová. Y ahora, en la cuarta época cultural, el mismo ser vivió en nuestra tierra física durante tres años. Y es ella quien en el futuro volverá a conectar el sol con la tierra. Cuando la sangre fluyó de las heridas del Salvador en el Gólgota, el Cristo se unió místicamente con la tierra; la propia entidad crística aparece en el aura de la tierra.

Ha estado allí desde entonces. ¿Y quién fue la primera persona que lo vio allí? San Pablo, que fue quien más contribuyó a la difusión del cristianismo. ¿Qué fue lo que convirtió a Saulo en Pablo? No fueron las enseñanzas, ni los acontecimientos de Palestina, sino el suceso de Damasco, un acontecimiento sobrenatural. Antes no podía creer que aquel que había muerto tan ignominiosamente en la cruz fuera el Cristo; pero como iniciado en la Cábala sabía que cuando el Cristo apareciera en la tierra, se haría visible en el aura terrenal. Y esa fue la experiencia de Pablo. Así es como Saulo se convirtió en Pablo. Se llama a sí mismo un nacimiento prematuro - esto también se dice de Buda. Significa que tal persona no ha descendido demasiado profundamente en la materia. Él vio y supo quién era el Cristo cuando se volvió clarividente ante Damasco.

El Cristo trabajó como bodhisattva en Buda. Desde el acontecimiento del Gólgota ha sido el espíritu planetario de la tierra, y desde entonces se le encuentra en el aura física terrestre. Una nueva luz se ha encendido en este mundo y en aquel mundo por el impacto del principio Crístico. El cuerpo de Jesús de Nazaret, el cuerpo etérico, el cuerpo astral y el yo de Jesús de Nazaret están presentes multiplicados en el mundo espiritual. Esta es una afirmación altamente significativa. Para comprenderlo, la naturaleza nos ofrece numerosos ejemplos esclarecedores. Basta pensar en la semilla que se convierte en un tallo de grano y se multiplica enormemente. Este proceso aparentemente simple de la naturaleza es una parábola de los acontecimientos de la ley en el mundo suprasensible. Muchas copias del cuerpo etérico y astral y del Yo de Jesús de Nazaret están allí para ser incorporadas a los portadores provisionales del principio Crístico. Tan significativo es lo relacionado con el principio Crístico, que sólo gradualmente puede ser captado por la humanidad.

San Agustín, por ejemplo, llevaba una copia del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret. Ahora podrán comprender mejor su vida, sus errores y sus logros. Su yo y su cuerpo astral fueron abandonados a sí mismos, y sólo en el cuerpo etérico cobró vida su gran don místico. Con San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino, es el cuerpo astral de Jesús de Nazaret, una copia del cual está entretejida en ellos y que los hace trabajar tan poderosamente como maestros. Ellos trabajan a partir de aquello en lo que una vez estuvo el Cristo.

A veces, acontecimientos externos, tales como catástrofes naturales o similares, tienen que ayudar a este entrelazamiento. Tomás de Aquino, por ejemplo, nos cuenta que un rayo cae en la habitación en la que se encuentra y mata a la hermanita que está en la cuna junto a él, pero a él le respeta la vida. Para él, este relámpago que cae a su lado significa que el poder que proviene de los elementos le ayuda a absorber la copia del cuerpo astral de Jesús de Nazaret. Isabel de Turingia también tenía una copia del cuerpo astral de Jesús de Nazaret.

Zaratustra o Jesús de Nazaret es uno de los tres maestros de los Rosacruces. Imágenes de su yo, es decir, de un yo en el que habitaba el propio Espíritu Crístico, se encuentran multiplicadas en el mundo espiritual. Con respecto al futuro desarrollo de la humanidad, copias del yo de Jesús de Nazaret nos esperan en el mundo espiritual. Tales personas, que pueden luchar hasta las alturas de la sabiduría espiritual y del amor, son candidatos para las copias del yo de Jesús de Nazaret, son entonces los portadores de Cristo, los verdaderos Cristóphoros. Ellos serán los preparadores en esta tierra de su reaparición.

Esto nos da fuerza para nuestro trabajo en el futuro si sabemos que detrás de la misión de personas importantes hay determinadas individualidades. Existe una forma de verificar estos hechos. No todo el mundo puede investigar lo que ocurre entre bastidores en el mundo físico, pero todo el mundo puede examinar lo que se ha investigado en los escritos sagrados anteriores y posteriores a la era cristiana. Y estos hechos pueden iluminar nuestra comprensión. Se convierten entonces en nuestra savia espiritual.

Traducido por J.Luelmo nov.2023


No hay comentarios:

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919