GA157a Berlín, 14 de diciembre de 1915-La formación del destino -Sobre los impulsos subconscientes del alma

 quinta conferencia


Sobre los impulsos subconscientes del alma


Berlín, 14 de diciembre de 1915

Estas conferencias recientes, las hemos dedicado a considerar, desde cierto punto de vista, la vida que transcurre por detrás de la vida ordinaria que, en circunstancias normales, o para la ciencia ordinaria, nuestra conciencia física nos permite ver. Fundamentalmente, todas nuestras consideraciones van dirigidas a esa vida, que transcurre por debajo del umbral de la conciencia ordinaria. Y buscamos caracterizarla desde los lados más variados, como debe hacerse en la Ciencia Espiritual.
En relación con la realidad externa físico-sensible, se tiene la certeza de su existencia simplemente contemplándola; el hombre dice: Sé que algo existe cuando lo he visto, en cuanto a los mundos espirituales, también se convierten en certeza aunque no se practiquen ejercicios especiales para ello. A través de iluminarlos desde diferentes ángulos, que luego coinciden, se puede obtener una cierta certeza.
Ponemos especial atención en el hecho de que el hombre no está solo en el mundo, visto desde la conciencia ordinaria. Por debajo del umbral de esa conciencia ordinaria, tiene lugar una vida que, a menos que se sea un Iniciado, nuestra conciencia no puede abarcar. Este permanece desconocido para la vida humana común. En el mundo tienen lugar muchas cosas relacionadas con la entidad que engloba el ser humano y los diferentes cuerpos de que está compuesto; lo que el hombre conoce mientras vive en el cuerpo físico es simplemente una parte de lo que realmente ocurre; y todos los esfuerzos realizados para entrar en contacto con el mundo espiritual, consisten en tratar de ver algo de la vida que transcurre por debajo del umbral de la conciencia ordinaria. Mediante la ampliación de esta conciencia, intentamos cruzar el umbral y percibir dónde vivimos realmente, pero que para nuestra conciencia ordinaria no es perceptible. Como he dicho, existe un cierto umbral ajustable entre la conciencia ordinaria y aquello de lo cual, (y esta expresión tiene cierto significado para nosotros), somos inconscientemente conscientes.
En la última conferencia puse un ejemplo muy claro. Un hombre, por la mañana temprano, se propone para esa noche, cumplir algún cometido. Vive, por así decirlo, con la idea de que llevará a cabo su plan por la noche. A mediodía pasa algo que le impide cumplir su cometido. Para la conciencia ordinaria, este hecho parecería ser una mera coincidencia. Pero si se profundiza en la vida humana, descubre la sabiduría del llamado accidente, pero una sabiduría que está por debajo del umbral de la conciencia. Uno no puede realmente percibir esta sabiduría con la conciencia ordinaria, pero con mucha frecuencia descubre, en tales casos, que si algo no lo hubiera impedido al mediodía, tal vez el hombre hubiera sido puesto en una situación desastrosa al poner en práctica el proyecto propuesto durante la noche. Como dije, tal vez se habría roto una pierna. Pero cuando se conoce la relación, descubre la sabiduría que se encierra en toda la secuencia de los hechos: mostrando que la propia alma buscó el obstáculo y lo puso en el camino, pero con intenciones que están por debajo del umbral de la conciencia. Ahora bien, eso es algo que para la conciencia ordinaria es difícil de calibrar, pero apunta a una región a la que pertenece el hombre; a la cual pertenecen los miembros ocultos de su ser, aquellos que, pasan por la puerta de la muerte, después de dejar a un lado el cuerpo físico. Esta región pertenece a esa conciencia dominante, de la cual hemos hablado en la conferencia anterior, conciencia que observa las acciones de nuestra voluntad. Este observador está realmente siempre presente. Él nos guía y nos conduce, pero la conciencia ordinaria no sabe nada de él. Suceden muchas cosas en los entresijos de los eventos que percibimos. Especialmente en lo que tiene lugar entre los eventos de la vida, y en lo que transcurre por debajo del umbral de la conciencia, en todo ello se va preparando, como si dijéramos, la esencia de lo que seremos después de haber pasado por el portal de la muerte.
A menudo he señalado lo importante y esencial que es la memoria para el hombre, por el hecho de encontrarse aquí en la conciencia física, y que esta memoria no debe interrumpirse. Debemos recordar retrocediendo hasta un cierto punto en nuestra experiencia física, o al menos tener el poder de rastrear la continuidad de nuestra vida. Si este hilo de conexión se interrumpe, si no podemos recordar eventos concretos, de manera que al menos tengamos la conciencia de que existíamos cuando estos eventos ocurrieron, entonces aparece una enfermedad psíquica grave, a la que me he referido en una conferencia reciente. Esta memoria forma parte de nuestra experiencia aquí en la conciencia física. Pero también es, en cierto sentido, un velo; nos oculta aquellos eventos, a los que me estoy refiriendo, que están detrás de la conciencia ordinaria, y especialmente detrás de ese velo tejido por nuestra memoria continua. Cuando estamos en la primera infancia, atravesamos por un período de conciencia que no recordamos. Luego viene el tiempo del que siempre podemos volver a recordarnos en la vida posterior. Esto comienza una serie continua de recuerdos. En un momento determinado, ya sea en el segundo, tercer, cuarto año de vida, o puede que para algunas personas más tarde, debemos recordar que tomamos conciencia del yo individual, el Ego. Cuando volvemos la mirada hacia nosotros mismos, nuestra mirada se encuentra con este recuerdo, por el hecho de ser hombres físicos aquí, realmente vivimos internamente en estos recuerdos. No podríamos hablar de nosotros mismos como "yo" si no pudiéramos retener este recuerdo. Cualquiera que se observe a sí mismo, reconoce esto. Cuando se mira uno a sí mismo, realmente está mirando la región de su memoria. Como si dijéramos, la panorámica de sus recuerdos. Aunque todas las experiencias vividas, no pueden venirnos a la memoria, sabemos que los recuerdos pueden surgir, desde tan atrás como ya hemos descrito. Hemos de presuponer que hemos estado presentes conscientemente con nuestro Yo en todos estos recuerdos y que hemos podido retenerlos. Si no fuera así, la continuidad de nuestro Yo se alteraría y aparecería una enfermedad psíquica. Pero detrás de lo que advertimos con el recuerdo, subyace lo que se ve y se escucha con ojos y oídos espirituales. De modo que lo que ya he explicado en conferencias es absolutamente correcto. Cuando miramos el mundo espiritual, usamos la misma fuerza que empleamos con los recuerdos. Eso no significa que al adquirir visión espiritual, necesariamente perdamos nuestra memoria, sino que, como ya se ha explicado en alguna conferencia, puede que no siempre recordemos lo que percibimos espiritualmente, no siempre podemos asimilarlo para que viva en la memoria; sino que siempre debemos contemplarlo una y otra vez. A menudo he dicho, por ejemplo, que si se da una conferencia sobre lo que realmente se ve en el mundo espiritual, no se puede hacer de memoria, de la misma manera que se habla de las cosas ordinarias, porque hay que volverlo a traer del mundo espiritual. Lo que vive en el pensamiento debe producirse de nuevo. Tanto el alma como el espíritu deben estar activos en tal caso y deben traer las cosas de nuevo. Cuando el clarividente espiritual realmente mira en el mundo espiritual, lo que a menudo es el velo de la memoria se vuelve transparente, y él lo usa para mirar a su través. Mira, por así decirlo, a través de la fuerza que en otras circunstancias modela su memoria, y mira al mundo espiritual. Si un estudiante realiza sus ejercicios ocultos con fuerza y energía, se da cuenta de que en la vida ordinaria usa su poder de pensamiento para obtener conocimiento de las cosas y los acontecimientos del mundo, con el apoyo del cuerpo como un instrumento físico que le permite formar conceptos reales de estas cosas. El concepto apoyado allí por la actividad del cuerpo físico permanece en nosotros como memoria. Sin embargo, cuando entramos en el mundo espiritual debemos estar continuamente activos para invocar nuevamente los conceptos. Cuando llegamos al punto descrito en la conferencia anterior, donde no se puede hacer otra cosa que esperar hasta que los secretos del mundo espiritual se revelen, comienza una actividad incesante. Pero hay que participar en esto. Al igual que cuando hacemos un dibujo, uno tiene que estar continuamente activo, si desea expresar algo a través del dibujo, de manera similar, cuando el mundo espiritual se revela, la imaginación debe cooperar activamente. El resultado surge de la realidad objetiva, pero el hombre debe participar en esta producción de conceptos. De esta manera, entramos en contacto con algo que está continuamente activo en el hombre, en el doble humano, del cual ya he hablado, pero que está oculto en nosotros, que vive dentro de nuestra envoltura física por debajo del umbral de nuestra conciencia física ordinaria. Se conecta uno con este ser. Entonces, se da uno cuenta de lo siguiente: aquí en el mundo físico uno está tan unido a él que se mantiene firme. Ve uno otras cosas en el mundo exterior y se mueve entre ellas. Se establecen ciertas relaciones con otras personas, para las cuales se hace esto o aquello y a causa de la cuales se sufre esto o aquello. Pasamos la vida que nuestra conciencia ordinaria abarca, conceptuando continuamente lo que desarrollamos de esta manera, pero detrás de ella hay otra, una vida que sigue leyes definidas, que no percibimos con la conciencia ordinaria; En esta vida que compartimos, entre dormir y despertar, cuando vivimos en el cuerpo astral y el Ego. Sin embargo, nuestra conciencia está tan disminuida que no podemos percibir con los sentidos ordinarios, qué posición ocupamos en un mundo espiritual que sigue su propio curso, que continuamente vive a nuestro alrededor, y al mismo tiempo a pesar de ser suprasensible e invisible se entrelaza en lo sensible y visible.
Por encima de todo, debemos entender este mundo como espiritual, y no pensar en él como un duplicado, un mundo sensible físico simplemente más refinado; Debemos concebirlo como algo espiritual. A menudo he puesto de relieve la razón por la cual, justo en nuestro tiempo, hay que sacar de allí de donde nace todo conocimiento humano, lo que nos relaciona con el mundo espiritual, según lo llevamos a cabo. En verdad, no solo por los hechos que se presentan a los investigadores espirituales que tienen que transmitir verdades sobre el mundo espiritual, sino por todo el curso de nuestra civilización (he llamado la atención sobre esto desde varios puntos de vista), es evidente que en la humanidad surge un cierto anhelo de abrir el alma al lado oculto de la vida humana, y aprender algo de ella. Ya he presentado fenómenos en la vida científica y en otros lugares, que muestran cómo vive este anhelo en la actualidad.
Hoy me gustaría agregar a nuestras consideraciones un ejemplo bastante especial, desde el cual podemos ver que ya en nuestros días hay personas que, en cierta medida, mencionan estos secretos de la existencia. Ellos presagian y conocen algo de estos misterios de la existencia, pero por razones que ahora examinaremos más de cerca, no desean acercarse a ellos de la manera que lo hace la Ciencia Espiritual. La forma más fácil de presentar estas cosas ante la gente es dejándolas más o menos indecisas, dejándoles la puerta abierta con la advertencia: "No necesitan creer estas cosas". No necesitan pensar en ese mundo como real ". En nuestro tiempo hay muchos ejemplos de esto. He puesto ejemplos. Voy a presentar un caso especial hoy en referencia a este punto. Presentaré en nuestras consideraciones algunas observaciones sobre una novela realmente extraordinaria y significativa de la literatura alemana moderna. Podría calificarla como una perla entre las novelas alemanas. Se llama Hofrat Eysenhardt. Es realmente una de las mejores novelas que se encuentran en la literatura más reciente de Alemania y en ella, de una manera realmente maravillosa, solo se representa a un solo individuo: el propio Hofrat Eysenhardt. Vivió en Viena y se convirtió en abogado, y luego en presidente de la corte local. Se convirtió en uno de los más grandes abogados de su país. Era temido por todos aquellos que tenían algo que ver con la ley, y amado por aquellos asociados con él, porque era un criminólogo muy distinguido. Su elocuencia era tal que podía conseguir que condenaran a cualquiera que cayera en sus garras; durante el juicio lo sometía a un fuego cruzado, y con cierta indiferencia hacia la vida humana, podía hostigar a su víctima (si puedo usar esta expresión aquí) para que, pasase lo que pasase, quedase atrapada. Así pues, este Hofrat Eysenhardt, en su vida externa, era un hombre muy notable. No tenía mucho talento para entablar relaciones psíquicas con otros hombres. Era una especie de ermitaño con respecto a la vida humana; ponía mucho empeño en ser correcto e irreprochable en la vida externa; con sus subordinados intercambiaba pocas palabras, pero con sus superiores no solo era amistoso, sino también muy cortés. Podría seguir presentando muchas más características; Era un abogado modelo. No necesitamos entrar ahora en sus otras cualidades, ya en la novela se muestran maravillosamente, reflejadas en la declaración de un subordinado, pero podemos citar la vez en que fue elegido para dirigir un caso importante contra un hombre notorio llamado Markus Freund. Este Markus Freund ya había sido condenado en menor grado por delitos similares de los que ahora se le acusaba. Pero al juez de instrucción que hacía la investigación, nunca se le ocurrió que en esta ocasión hubiera alguna posibilidad de presentar una condena. Sin embargo, Hofrat Eysenhardt obtuvo una. Y en un documento que el propio Hofrat elaboró para un propósito que revelaremos en el presente documento, él mismo describe la manera en que Markus Freund se comportó durante y especialmente después de su condena. Permítanme leer el pasaje: "Este hombre, que poseía los fuertes afectos familiares tan característicos de su raza, tenía una ternura especial por una nieta joven, de la que nunca se cansaba de hablar con sus compañeros de prisión. Apenas podía esperar su liberación, la cual preveía con confianza a pesar de las severas sospechas que recaían sobre él, tanto era lo que deseaba volver a ver la nieta. Markus Freund negó obstinadamente todo, y en el juicio preliminar ante el magistrado fue tan capaz de explicar cada una de las circunstancias sospechosas con una sagacidad verdaderamente asombrosa, que el magistrado, un hombre muy eficiente, aunque excesivamente blando de corazón, estaba firmemente convencido de la inocencia de Freund hasta que comenzó el proceso de conclusiones, presidido por la persona a la que se refiere esta información "(Hofrat Eysenhardt escribe que él mismo escribe de sí mismo en tercera persona). Aunque Markus Freund incluso al final del juicio ejerció su sagacidad lo máximo posible, y su defensor pronunció un discurso muy hermoso y conmovedor (incluso de acuerdo con los periódicos), pero el veredicto fue exactamente opuesto al esperado por el magistrado, y tal vez para el propio acusado. Markus Freund fue condenado por unanimidad por el jurado y, como había muchas condenas anteriores y condiciones agravantes en su pasado, fue condenado a la pena más severa, veinte años de prisión. La persona interesada (se refiere al propio Hofrat Eysenhardt) podría sin presunción, considerar este veredicto como uno de los mayores triunfos de sus muchos años de práctica criminal. Porque el jurado habría sido engañado por las argucias genuinamente deslumbrantes de Markus Freund, aunque el sentimiento público en ese momento no era favorable para los hombres de su raza, si el presidente no hubiera sido capaz por su elocuencia superior, de disolver en la nada tales argucias. "El efecto del veredicto en el acusado fue tal" (el propio Hofrat todavía lo está relatando) "que requirió templar los nervios, acostumbrados a tales brotes emocionales, para no verse sacudido en cuanto a la verdad y la justicia de la sentencia. Primero Markus Freund tartamudeó unas pocas palabras incomprensibles, probablemente en hebreo. Luego, este hombre inclinado, de estatura apenas media, se estiró hasta su altura máxima, de modo que parecía enorme, y levantó los pesados párpados que generalmente casi cubrían sus ojos, mostrando el blanco inyectado de sangre de sus ojos en movimiento. Y desde su boca distorsionada, siseó rápidamente una serie de amargas maldiciones y amenazas dirigidas contra el presidente. Repetirlas aquí en la jerga ofensiva en que fueron pronunciadas, difícilmente armonizaría con el respeto debido a la ley. Solo puede citarse la primera oración: “Sr. ¡Presidente! Sabe tan bien como yo que soy inocente ", y lo último que dijo," pagarás por esto. Te será devuelto ojo por ojo. ¡Ya lo verás! ”. El resto de su discurso fue completamente fantástico y en el fondo pareció que en conjunto tenía algún sentido: él, Markus Freund, había sondeado con sus ojos al noble presidente hasta las profundidades y descubrió que, aunque era noble, el presidente no era consciente de eso, sin embargo era del mismo tipo que él; Él el oprimido, pero esta vez, el inocente Markus Freund. Los oficiales cumplieron con su deber y sujetaron de inmediato al delincuente, a quien el presidente inmediatamente le aplicó un castigo disciplinario por su arrebato. Mientras los oficiales, cada uno sujetándolo por los brazos, se llevaban al acusado, su furia estalló en sollozos y llantos. Incluso en el pasillo, se escuchó su sordo gemido: mi pobre niña, nunca volverás a ver a tu abuelo. El jurado se mostró muy angustiado por este incidente e interrogó al presidente a través de su portavoz sobre si no sería posible volver a juzgar el caso de inmediato. A causa de su desconocimiento de la ley, no tenían suficiente experiencia para saber que este tipo de arrebatos ocurren con más frecuencia en criminales culpables muy enfurecidos, que con acusados inocentes, que realmente son mucho más escasos de lo que imaginan las mentes sensacionales del público. Menos excusable fue el hecho de que el vicepresidente mencionado anteriormente, que presenció el pronunciamiento de la sentencia y su desagradable secuela, se encargó de decirle al fiscal, sacudiendo suavemente la cabeza: "Sr. Presidente, ¡no le envidio su talento! "
"De modo que Markus Freund ahora estaba preso y Hofrat seguía viviendo. Pero cómo vivió y qué sucedió lo relata ahora en su exposición. Debemos presuponer que ha transcurrido un tiempo considerable y que el acusado había pasado mucho tiempo en prisión. Entonces ocurrió lo siguiente: 'Al igual que la persona en cuestión' (Hofrat habla así de sí mismo) 'lo había visto en el momento en que había pronunciado aquellas amenazas y maldiciones contra él, con una cara distorsionada por la furia, volvió a ver al ya olvidado Markus Freund, precisamente presentarse en la noche del 18 al 19 de marzo, a las 2 en punto, cuando sin causa aparente se despertó.
"Hofrat se despierta repentinamente en la noche entre el 18 y el 19 de marzo, a las 2 en punto, y tiene la impresión de que Markus Freund estaba parado frente a él.
"Y mientras permanecía inmóvil, como en trance, fueron recapitulandose en la imaginación, los eventos mencionados anteriormente con la velocidad del rayo. No era del todo consciente de si durante aquellos años, había pensado mucho en lo ocurrido o no. Ambas alternativas le parecieron igualmente correctas en ese momento, porque el horror debilitó su poder de pensamiento.
"Hofrat Eysenhardt se despertó en mitad del sueño, se vio obligado a pensar en Markus Freund y a recapitular sobre lo que había sucedido, pero no sabía si anteriormente lo había pensado o no. "Mientras yacía así con el corazón palpitante, inmediatamente se levantó de un impulso para encender la vela de sobre la mesa, pero no pudo. (No pudo mover las manos). Era como si algo golpeara suavemente la puerta del dormitorio, o más bien un rasguño tímido, como si un pequeño perro estuviera pidiendo que lo dejaran entrar. Involuntariamente, formuló la pregunta: "¿Quién está ahí?" No hubo respuesta, ni tampoco la puerta se abrió, pero, sin embargo, tuvo la sensación de que algo se deslizaba dentro. El suelo crujió levemente, como un ruido de pasos a través de la habitación desde la puerta a la cama, como si algo invisible se acercara, y finalmente se detuviese cerca de él. De todos modos, tuvo la indescriptible sensación de una presencia extraña, y no de una presencia indefinida y desconocida, sino que le pareció que ese "algo" debía ser Markus Freund, el repentino recuerdo de quién lo había sacado de un sueño profundo. Incluso sintió como si esta presencia invisible se inclinara sobre su cara. Ahora bien, si se quedó dormido de nuevo sin ser consciente de ello y soñó, y, (como saben), los sueños y las personas con quienes uno sueña se confunden con frecuencia, o tal vez ciertas ideas exageradas de Schopenhauer sobre la identidad secreta de todos los individuos se agitaban en él, como un efecto secundario de lo que había estado leyendo durante los últimos días, En cualquier caso, pasó por su mente el pensamiento sin sentido de que él y Markus Freund eran fundamentalmente una y la misma persona. Y como si se tratara de una confirmación de esta idea, por tonta que fuera y contraria a toda lógica, repitió, no sabía si solo internamente o externa y audiblemente, las maldiciones y amenazas proferidas por Markus Freund por lo que él podía recordar, y en el fondo con la horrible sensación de que cada maldición comenzaba a cumplirse. Ahora bien, probablemente se había quedado dormido y estaría soñado, seguro que se despertó con esta terrible impresión y encendió la vela. El reloj marcaba las dos y diez. Todo en la habitación seguía como antes, aunque los muebles, las paredes y las fotos le parecían extraños, y tuvo que beber un vaso de agua y esperar un poco para recuperarse y darse cuenta de dónde estaba ".
Él mismo relata todo esto y dice que primero tuvo esta visión, como podríamos llamarla. Pero, esto le causó tal impresión que se vio obligado a ir de inmediato a la Corte, aunque todavía algo conmocionado, y buscar allí los documentos relacionados con Markus Freund. Pero no pudo hacerlo; Ocurrió algo más: Hofrat Eysenhardt siempre había sido un hombre tranquilo y de mente abierta, y simplemente cuenta lo que le sucedió. En breve veremos por qué lo relata. De hecho, él se considera algo ridículo e indigno de haberse rendido a ello.
"En vano se decía cuán absurda y ridícula era su conducta. Su antigua voluntad de hierro se había debilitado a este respecto, y continuaba debilitándose. Apenas podía ocultar a sus colegas, los tormentos internos que siempre le acompañaban. Una mañana, al pasar junto a un grupo de oficiales de la ley que estaban entablando una conversación acalorada en un pasillo oscuro, creyó oír el nombre de Markus Freund ".
"Debido a que este hombre y su nombre se habían ido convirtiendo gradualmente para él en una obsesión, sin darle nunca ninguna tregua, consideraba que podía tratarse de una autosugestión, y se detuvo a preguntarle al caballero, de quién estaban hablando. Uno de los caballeros, precisamente el magistrado de corazón blando que en el juicio había hecho aquél imprudente comentario, le respondió "De Markus Freund, de su Markus Freund, Herr Hofrat, ¿no lo recuerda?". "De Markus Freund? ¿Por qué? ¿Qué le ha pasado? Apenas podía respirar. "Porque ha muerto. Gracias a Dios, el pobre diablo ahora está libre ", respondió el de corazón suave. "¿Muerto? ¿Cuándo? "" Oh, él murió en la noche entre el 18 y el 19 de marzo, a las 2 en punto ".
Así, la historia relata que Hofrat Eysenhardt había condenado a Markus Freund, quien durante mucho tiempo estuvo encarcelado. En la noche entre el 18 y el 19 de marzo, Eysenhardt se despierta, pensando en Freund, luego tiene la visión de su aparición. Se asusta terriblemente, quiere buscar los documentos, pero deja pasar varias semanas. Finalmente, oye una conversación, donde se entera de que Markus Freund había muerto justo en el momento en que se le apareció y se coló en su habitación.
Ahora bien, para entender todo el relato, es necesaria la conclusión de la novela. Porque esto demuestra que Hofrat estaba ahora, obligado por las circunstancias, en el fondo por unas circunstancias, que no podría suponerse que tuvieran este efecto sobre él. Como presidente de un juicio especialmente importante de un caso de espionaje, tuvo que verse necesariamente relacionado con ciertas personas. Pues bien, en relación con ellos y guiado por un instinto oscurecido, es llevado a cometer el mismo delito por el que él mismo había condenado a Markus Freund. Y más tarde, después de haber sido arrastrado por la pasión al crimen, tuvo ocasión de recordar de manera muy especial las palabras pronunciadas por Markus Freund después de su juicio: "Esto se volverá contra usted". Recibirá ojo por ojo, ya lo verá. De manera que, en el subconsciente de Hofrat vivía algo, que estaba definitivamente relacionado con sus acciones anteriores, y que también estaba conectado de manera notable y misteriosa con el cumplimiento de la amenaza que el hombre muerto había proferido contra él. De hecho, hay una relación aún más profunda. El autor de la novela escribió en primera persona, como si muchas de las cosas sobre Hofrat Eysenhardt estuvieran relacionadas personalmente con él, y escribe que tuvo una conversación con uno de sus subordinados (esta conversación tiene lugar en la novela). Y este subordinado, que era un hombre sagaz extraordinario e inclinado a la filosofía, dijo: "Este Hofrat estaba especialmente dotado con el poder de penetrar en las profundidades de estas cosas porque él mismo tenía una fuerte disposición hacia ellas. Por eso se inmiscuye tan profundamente en los casos que más le atraen ". Eso se relata en la novela. Es interesante que en la noche del 18 al 19 de marzo, a las 2 en punto, surja en Hofrat el pensamiento, 'Tú y este Markus Freund son prácticamente idénticos'. Esta unidad, esta unión de la conciencia. Aparece evidente para su alma; tiene la visión de una conexión que está por debajo del umbral de la conciencia ordinaria. Esto le es revelado. Naturalmente, no se le revela de la misma manera que a los demás, ya que los casos varían, pero esta revelación le llega. Por lo demás, es interesante que el autor de esta novela haya reunido todos los materiales posibles para hacer que el evento sea comprensible. Y también debemos recordar lo que este autor menciona como precedente a la visión que tuvo Hofrat durante la noche. Hofrat era, como se ha dicho, realmente un hombre corpulento; se podrían citar muchas características que demuestran que era un hombre que no se guiaba movido por su alma, sino que se guiaba por una especie de instinto, causada por una cierta tosquedad interior. Solo que, a través de un síntoma externo, por así decirlo, este hombre, que nunca se había dejado llevar y que siempre mostraba seguridad en sí mismo, pudiera convertirse en un malhechor. La causa externa fue esta: descubrió que se le había aflojado un diente y que podía quitarlo fácilmente con sus dedos. Luego pasó por su cabeza el siguiente pensamiento: "mi vida está ahora decayendo". Algo ha empezado a decaer. "No podía quitarse de la cabeza este pensamiento:" Estoy perdiendo mi salud, poco a poco". Eso no habría sido lo peor, lo peor fue que desde ese momento (no solo lo notó, sino que reflexionó sobre su propia decadencia, tal como muestra en sus cartas, donde se describe a sí mismo en tercera persona), desde ese momento su memoria comenzó a fallar. Su memoria le había sido de tanta ayuda en todo su trabajo profesional, que al perderla desarrolla cierta ansiedad por la vida. Notaba que ya no podía recordar ciertas cosas que antes fácilmente podía. Piensen únicamente, lo interesante que es que el novelista presente la posibilidad de desarrollar una clarividencia parcial a medida que la memoria comienza a decaer. Después su memoria vuelve a mejorar. Decide apuntar esto y se acuerda lo que había sido su estado. Él, como librepensador, no puede por menos que suponer que todo esto forma parte de una condición enfermiza. Y reflexiona: "por lo tanto, estoy realmente en peligro de volverme loco". Esa conclusión sería natural en un librepensador. Se avergüenza de tener que buscar consejo, por lo que aprovecha su posición para escribir en tercera persona. Luego pone el documento en manos de un médico de enfermedades mentales, como si se tratara del caso de una persona desconocida, y de esa manera esperaba obtener consejo médico. De este modo, el novelista utiliza este documento para comunicar algo de la vida psíquica de este hombre.
He aquí pues, una obra de arte realmente hermosa, que en el fondo señala hacia aquellos elementos de los que tenemos que hablar en la Ciencia Espiritual, justo aquellos elementos de los que se habla cuando se trata de la conexión entre el poder de la memoria y la percepción en los mundos espirituales El novelista lo logra maravillosamente, al hacer que la memoria falle en el momento en que, ciertos "fragmentos" de estas conexiones secretas, se vuelven evidentes para la persona en cuestión. Y toda la narrativa es muy extraordinaria, ya que está tan construida en sus diversas partes que se ve que el autor se da cuenta de que existen tales conexiones detrás de la vida. Sólo que él reviste tal conocimiento en forma de novela. La novela está muy inteligentemente escrita, y solo podría escribirla una mente filosófica. Fue escrita por alguien que, durante muchos años, fue el Gerente del Teatro de Hamburgo, y que más tarde se convirtió en Gerente del Teatro de Viena, , Alfred Freiherr von Berger. Esta novela no es realmente una de las mejores que escribió, pero es una de las perlas de la ficción alemana. Naturalmente, no digo esto porque esté escrita en torno a un tema que nos interesa profundamente, sino porque nadie, excepto un hombre de fina percepción, habría podido tener una observación tan delicada en un asunto aparentemente anormal. Lo que he dicho en cuanto al mérito de este libro es puramente desde un punto de vista artístico. Realmente está tan bien escrita que el lector se da cuenta: este autor ha escrito una novela, pero bien podría haber escrito la biografía de Hofrat Eysenhardt, por la manera tan realista que escribe. Y vemos en tal novela que Berger debe haber conocido a un hombre que realmente tuvo tales experiencias en el curso de su vida. Uno no puede dejar de decir: lo natural que habría sido para un hombre como Alfred Freiherr von Berger, acercarse al mundo espiritual para que mediante la Ciencia Espiritual, pudiera aprender a conocer las conexiones reales. ¿Cuán infinitamente importante habría sido para Berger, haber estudiado la Ciencia Espiritual, para que, por ejemplo, hubiera podido decir '¿Qué tendrá que experimentar Hofrat Eysenhardt en el tiempo que sigue inmediatamente al paso por el portal de la muerte, en ese lugar que siempre hemos llamado Kamaloka, después de haber condenado a un hombre inocente? »Como les he dicho: el hombre tiene que experimentar los efectos de sus acciones y la importancia que esas acciones tienen para los demás en relación con quienes estaban comprometidos. Lo que Hofrat había hecho en el juicio, le proporcionó una tremenda satisfacción en aquél momento, especialmente su gran poder de oratoria. Una gran satisfacción, que expresó diciendo: "Él consideraba meritorio prevalecer contra las argucias del prisionero, y pronunció un discurso en el que instaba al jurado a que lo condenara, aunque inmediatamente después se lamentaron, cuando vieron el efecto de su veredicto sobre el acusado. "Esto visto desde el lado de Hofrat. Desde el lado de Markus Freund es un asunto muy diferente, aquí vemos el efecto de la sentencia sobre él. Hofrat tiene que experimentar el efecto de esto en su alma, durante su paso por el Kamaloka. En el mismo momento en que Markus Freund atraviesa el portal de la muerte, se le desvela una imagen de esto, un reflejo. Esto se le desvela de tal manera, que ahora se ve a sí mismo como idéntico a Markus Freund. Viendo a Markus Freund se ve a sí mismo. Se siente también dentro de él. Realmente, Hofrat visualizó un adelanto del Kamaloka. Esto es tan poderoso que no solo experimenta lo que había sucedido previamente, sino que algo que está íntimamente conectado con todo el asunto, se abre paso dentro de él por debajo del umbral de su conciencia. Cada sencillo detalle es importante. Como ya les dije, él había perdido su memoria por un tiempo, durante el cual esa parte del mundo espiritual se le desveló. Pero luego llega un momento en el que recupera nuevamente su gran poder natural de la memoria. Ese momento fue, durante el procesamiento por espionaje. Pero en el transcurso de dicho juicio, se ve obligado a cometer el mismo delito por el cual, gracias a su elocuencia, hizo que Markus Freund fuera condenado. La fuerza que antes procedía de la memoria se transformó en fuerza instintiva, y es la que lo guía. Ahora no ve la relación que actuaba subconscientemente entre lo que él mismo estaba haciendo ahora, y lo que él le había atribuido a Markus Freund. Esto lo lleva a lo siguiente: Hofrat Eysenhardt, cuando ve lo que le ha sucedido, la misma tarde previa a la conclusión de la demanda judicial en la que debía lograr su mayor triunfo, entra en su oficina ”
Una vez que hubo entrado en su despacho, con la llave que tenía consigo, encendió las dos velas en el escritorio, se lavó las manos, la cara y el cabello; luego cambió su atuendo de civil por su uniforme, y durante un largo tiempo caminó arriba y abajo. Luego abrió el cajón superior de su escritorio y sacó de un paquete un nuevo revólver y un paquete de cartuchos que probablemente había comprado en el peor momento de su crisis nerviosa. Cargó cuidadosamente el arma, luego sacó del estante una hoja de papel oficial y escribió lo siguiente:
¡En nombre de Su Majestad el Kaiser! He cometido una ofensa grave y me siento indigno de seguir ejerciendo más mi oficio o de seguir viviendo. Me he condenado al castigo más severo, y en los próximos minutos lo llevaré a cabo con mis propias manos. EYSENHARDT. Viena, 10 de junio de 1901. "
Ni en la escritura ni tan siquiera en la firma, había indicios del más mínimo nerviosismo. A la mañana siguiente lo encontraron muerto.
En esta novela se describe una relación bastante notable, y debemos decir que el autor estaba bien calificado para ver la relación existente entre lo que sucede aquí en la conciencia ordinaria y lo que sucede por debajo del umbral de la conciencia, es decir, él podía ver los eventos espirituales en los que el hombre está enredado. Exotéricamente, solo se ven los acontecimientos del mundo físico: que el juez condenó a Markus Freund, y todo lo demás. Si eso no hubiera sucedido justo en ese momento en que el abogado se confundió y perdió la memoria, no habría visto ese fragmento del mundo espiritual. No se le habría desvelado; y todo se habría quedado en el subconsciente. Una novela como esta sale a la luz, por así decirlo, con el siguiente objetivo: "Ciertamente hay algo detrás de la vida, que en ciertos casos especiales no puede dejar de reconocerse. Pero a la gente no le gusta que se habla de esto. Les resulta incómodo acercarse a tales realidades. Así que se relata en forma de novela y así nadie necesita creerlo; si simplemente es para divertir a la gente, está bien ". Lo que hace que las personas se alejen del mundo espiritual, es algo de lo que no son conscientes. El camino hacia el mundo espiritual va, por así decirlo, en dos direcciones. En una, dejamos de lado el velo de la naturaleza e investigamos los fenómenos que están detrás de de la naturaleza externa. En la otra, traspasamos el velo de nuestra propia vida anímica y buscamos lo que hay detrás de ella. Los filósofos ordinarios también investigan buscando la base de la existencia; Buscan resolver el enigma cósmico. Pero: ¿cómo lo hacen? O bien observan la naturaleza directamente, o a través de experimentos, y luego piensan sobre ello. Pero al mezclar estas ideas adquiridas a través del conocimiento de la naturaleza, girándolas una y otra vez en su mente y entrelazándolas, ciertamente se llega a una filosofía, pero desconectada con la verdadera realidad exterior. Reflexionando sobre lo que está presente en la naturaleza externa, nunca cruzaremos el velo de la existencia. Esto lo expresé en una conferencia pública, de la siguiente manera: 'Lo que causa nuestras fuerzas eternas es activo, ya que primero produce en nosotros el instrumento con el cual nos acercamos a nuestra conciencia ordinaria'. Pero si vamos a construir nuestra conciencia ordinaria, debemos utilizar este instrumento. Cuando entramos en la experiencia de la conciencia ordinaria, todo lo que las fuerzas eternas hacen en nosotros ya está completado. Por lo tanto, cuando a través de la meditación llegamos a esta etapa, notamos que no podemos penetrar los secretos de la naturaleza por medio de la reflexión, sino por medios muy diferentes. Si, como lo describí en otras conferencias públicas, fortalecemos nuestro pensamiento mediante la meditación, y a través de la gracia nos llega la revelación del mundo espiritual, entonces contemplamos la naturaleza de manera muy diferente. Incluso entonces la propia vida humana tiene un aspecto diferente. Luego nos acercamos a la naturaleza, y cuando contemplemos cualquier proceso, objeto o evento que encontremos, tenemos al mismo tiempo la conciencia: 'Antes de que realmente veas una rosa, ocurre algo más.' Es cierto, primero ves la idea, la percepción; pero esa percepción ha tenido que formarse primero. En la percepción se inserta lo espiritual; Ahí reside la memoria, la memoria del pre-pensamiento. Ese es el secreto para atravesar el velo mediante la investigación espiritual. El filósofo contempla la rosa y luego filosofa sobre ella en sus reflexiones. Pero el que quiere estar detrás del secreto de la rosa, no ha de reflexionar porque no pasa nada porque lo haga. Debe mirar a la rosa y ser consciente de que, antes de que llegue a su conciencia sensorial, ya ha tenido lugar algún proceso. Se le aparece como un recuerdo que ha precedido a la acción de percibir. Todo el asunto gira sobre esto; que algo parecido a un recuerdo nos dice: "Hice esto antes de alcanzar la percepción sensible; de modo que, con respecto a la naturaleza externa, ha tenido lugar un pre-pensamiento, aunque permanece subconsciente, y luego sube a la conciencia como un recuerdo. "No se puede penetrar en los secretos de la naturaleza mediante un post-pensamiento, sino mediante un pre-pensamiento. De la misma manera que tampoco se puede penetrar en los secretos de lo que llena el alma, de ninguna otra manera que no sea acercándose realmente a ese espectador, del que a menudo he hablado. Tomen nota de cuales son las formas en que podemos entrar en el mundo espiritual hoy.
Recordarán que en la novela, Hofrat Eysenhardt logra percibir un fragmento del mundo espiritual, tras descubrir los procesos de decadencia que estaban sucediéndole, y esta es una ilustración peculiar de cuanto he presentado en mis conferencias. Cuando nuestro pensar está tan fortalecido por nuestros ejercicios que podemos ver el mundo espiritual, nos enfrentamos inmediatamente con el proceso de destrucción, con lo que está relacionado con la muerte. Los místicos de todas los tiempos lo han expresado con la frase: "Para acercarse al Portal de la Muerte", es decir, todo lo que se manifiesta como destrucción en la vida humana. Y si realmente hemos llevado nuestra meditación hasta ese punto en el que alcanzamos la experiencia Iniciática, experimentamos esto: "Estoy en el Portal de la Muerte". Sé que hay algo en mí que me ha pertenecido desde mi nacimiento o concepción, que luego se concentra y se convierte en el fenómeno de la muerte, en la eliminación de mi cuerpo físico. "Luego responde:" Pero todo lo que conduce a la muerte proviene del mundo espiritual. Lo proveniente del mundo espiritual se ha unido con lo proveniente de la sustancia hereditaria. "Al mirar a un hombre aquí en el mundo físico decimos: 'Lo que nos muestra en su semblante, lo que nos habla a través de sus palabras, todo lo que hace como hombre físico es la expresión de lo que el mismo preparó en el mundo espiritual durante el transcurso entre su última muerte y su nuevo nacimiento. Su alma está viviendo ahí ". Y a partir de todas estas consideraciones, llegamos a la conclusión de que: esa parte del alma humana que vive entre la muerte y el nuevo nacimiento atrae las fuerzas del mundo espiritual para formar al hombre en esta encarnación entre el nacimiento y la muerte, para construir algo que es solo el hombre mismo. Y que luego, al meditar sobre la Voluntad, se desarrolla el germen que, una vez más, pasa por la puerta de la muerte, para prepararse en el mundo espiritual para una próxima encarnación. Por lo tanto, en el hombre se encuentra este proceso eterno de crecimiento. El ser psíquico espiritual desciende del mundo espiritual y forma un hombre aquí, del que surge, al principio como una pequeña mota, lo que se origina aquí en la vida como germen, y que de nuevo pasa por las puertas de la muerte para continuar su evolución. De modo que cuando tenemos un hombre aquí, es realmente evidente que, tal como está ante de nosotros, él, como hombre, ha sido creado a partir del mundo espiritual. Lo proporcionado por los padres se une con lo que desciende del mundo espiritual. Mientras estuvo en el mundo espiritual, estuvo entre fuerzas espirituales, al igual que aquí en el cuerpo físico está entre fuerzas de la naturaleza. Entre fuerzas espirituales estaba, y con la ayuda de ellas se preparó para esta encarnación. Cuando vemos a un hombre encarnado, tenemos ante nosotros al resultado, que la totalidad de los seres de los mundos divinos han realizado, para producir al hombre, como lo he representado en mi segundo drama misterio, 'La probación del alma'. Entre la muerte y el nuevo nacimiento, las fuerzas espirituales actúan para sostener al hombre. El hombre aquí es el objetivo de ciertas fuerzas espirituales que están activas entre la muerte y el nuevo nacimiento. Ahí se ve que existe una cierta dirección científica, pero una dirección científica espiritual, que siempre ha sido conocida y expresada; por ejemplo, un gran hombre lo expresó diciendo: "La vida en el cuerpo humano es la aspiración final del propósito de los Dioses". Quería decir que cuando estamos en el mundo espiritual, entretejidos en el mundo de los dioses entre la muerte y el nuevo nacimiento, nos preparamos para nuestra encarnación, para nuestro cuerpo. Ese es el objeto de los caminos Divinos. Sin embargo, fue incapaz de añadir la otra frase: "En el cuerpo se prepara un nuevo comienzo, que luego nuevamente pasa por la muerte y conduce a una nueva encarnación". Esta frase, "La vida en el cuerpo es el objetivo final de la vida". El Camino divino, 'forma hasta cierto punto el motivo principal de todas las obras escritas por Christoph Oetinger, un hombre muy conocido hace casi cien años. Atrajo continuamente la atención hacia el camino que deben tomar el conocimiento y la percepción humanos para reconocer estas conexiones espirituales. Lo que realmente desea la Antroposofía ya se puede encontrar en los teósofos mayores. Pero Oetinger deseaba presentarlo a su manera. Su editor pronunciaba algunas hermosas palabras al final de su prefacio, en 1847. Quería expresar que en tiempos anteriores los hombres buscaban el camino espiritual, pero a su manera; pero que llegaría el momento, y no estaba muy lejos, en el sentido de que aquello que siempre se había buscado, sería captado con plena conciencia científica. Su editor dice: "El punto esencial es que cuando la Teosofía se convierta en una ciencia real y dé resultados definitivos, gradualmente se convertirá en la convicción universal de la humanidad. Sin embargo, esto descansa en el seno del futuro, que no deseamos anticipar. "Así hablaba Richard Rothe, el profesor de Heidelberg, en referencia al teosofista, Christoph Oetinger, en noviembre de 1847. Lo que persigue la Ciencia Espiritual ya existe, pero en otra forma. Hoy debe buscarse de una forma más adecuada para nuestro tiempo. Y como he dicho a menudo, "el pensamiento de la ciencia natural ha alcanzado hoy un punto de vista desde el cual, partiendo del método de esa ciencia, hay que buscar la forma científica correcta para lo que vivió en la Teosofía de todos los tiempos". cuando Rothe, como editor de Oetinger, decía que lo que este último implica "descansa en el seno del futuro", debemos recordar que lo que en 1847 era el futuro, ciertamente ha madurado en el presente de nuestro tiempo. Nos enfrentamos al momento en que podemos demostrar, (porque lo que les he presentado hoy en la novela Hofrat Eysenhardt, de Alfred von Berger,) no fue sino un ejemplo, de que las almas humanas están realmente maduras para acercarse a las verdades espirituales, pero que Moralmente falta el coraje para captarlas en la realidad.
He dicho que el camino hacia el mundo espiritual consta de dos direcciones, para poder ver detrás del velo de la naturaleza. Para aquellos que están acostumbrados a pensar científicamente, y quienes simplemente tienen que hacer llegar su pensamiento científico a un instrumento interno de la manera descrita, ¿por qué es tan difícil progresar? ¿Por qué? ¡Dicen que hay límites al conocimiento humano! ¡Ignorabimus! ¿Y por qué no desean entrar en el mundo espiritual? Bueno, la razón para eso está por debajo del umbral de su conciencia.
Dentro de la esfera de la conciencia se explican las llamadas razones lógicas en cuanto a por qué el hombre no puede entrar en el mundo espiritual. Estos argumentos se conocen desde hace mucho tiempo. Pero debajo de estas razones lógicas se encuentra la verdadera razón interna: el miedo al mundo espiritual. Este temor al mundo espiritual frena a las personas, pero no son conscientes de ello. Tan solo con que pudieran familiarizarse con la existencia de este miedo inconsciente, verían que todo lo que se arguye en contra, es simplemente una máscara para ocultar el miedo en su realidad, se darían cuenta de muchas cosas. Eso es lo único. El otro motivo es el siguiente: Tan pronto un hombre entra en el mundo espiritual es directamente captado, al igual que nosotros podemos captar sus pensamientos aquí: es captado por los Seres de las Jerarquías Superiores. El hombre se convierte, por así decirlo, en un pensamiento en el mundo espiritual. El alma lucha interiormente contra esto. Está asustada, aterrorizada al ser tomada por el mundo espiritual. De nuevo, una cuestión de miedo, un terror impotente de dejarse arrastrar por el mundo espiritual, siente lo mismo que aquí en la tierra, cuando al nacer las fuerzas físicas predominan por doquier. Por lo tanto, el miedo externo y el temor de cierta impotencia a resistirse a ser capturados por el mundo espiritual, es lo que frena a los hombres frente a el. Es por eso que a menudo desean, como el autor de esta novela, chapotear en las olas del mundo espiritual, sin, digamos, comprometerse de ninguna manera. Es por eso que realmente no tienen el coraje de acercarse demasiado al mundo espiritual para que no se apodere de ellos, como realmente puede suceder mediante ciertos experimentos internos que a menudo se describen, al igual que los secretos de la naturaleza pueden captarse mediante experimentos externos.
Si aplican ustedes a lo que aquí se ha dicho, lo que expuse en una de las conferencias sobre la relación que existe, entre la aparición en la vida de fuerzas ingeniosas y la muerte prematura de un hombre que pierde la vida en el campo de batalla, por culpa de un disparo o cualquier otra causa: en relación con eso, recordarán ustedes que decíamos que las fuerzas del genio o de la inventiva, aparecen en el hombre como consecuencia de los procesos que tuvieron lugar cuando se vio privado de su cuerpo físico, ahí, por lo tanto, también hay algo que queda por debajo del umbral de la conciencia. Pero en su valentía, en la forma en que un hombre se ofrece a sí mismo en aras de algún gran evento del tiempo, ahí se encuentra una expresión instintiva de algo que subyace por debajo del umbral de la conciencia, y que es incapaz de alcanzar plena conciencia de su significado. Sin embargo, en nuestro tiempo hay en la evolución humana un impulso para llevar hasta el umbral de la conciencia lo que subyace en ella, para que el hombre pueda saber algo de ella. Y cuando señalo el hecho de que incluso en los grandes eventos de nuestro tiempo, en todo lo que sucede en plena conciencia, especialmente en los eventos de esta época, hay importantes procesos subconscientes, (quiero decir que esto debe tomarse en el sentido anteriormente mencionado), por lo que estos eventos que se están insertando en las grandes relaciones del ser humano nunca se incluirán en lo que el historiador externo pueda captar de estos eventos presentes. Más que nunca el subconsciente juega un papel importante en los acontecimientos presentes. Y, por lo tanto, el investigador espiritual puede indicar que llegará un momento en el futuro en el cual, para contemplar los eventos históricos significativos actuales a la luz correcta de sus conexiones cósmicas, señalaremos su trasfondo espiritual. Teniendo esto en cuenta, las palabras con las que ahora siempre concluimos estarán cada vez más presentes en nuestras almas:
Del coraje de los luchadores.
De la sangre de las batallas,
Del sufrimiento de los dolientes.
Del sacrificio del pueblo,
De allí madurarán los frutos del espíritu.
Si conscientemente el alma
Vuelve su pensamiento a los Reinos Espirituales


Traducido por J.Luelmo enero 2017

GA157a Berlín, 7 de diciembre de 1915 -La formación del destino -La relación entre el mundo espiritual y el mundo físico, y como se experimentan después de la muerte

 cuarta conferencia



La relación entre el mundo espiritual y el mundo físico, y como se experimentan después de la muerte


Berlín, 7 de diciembre de 1915

La Ciencia Espiritual tiene que mostrarnos en cada ámbito, la relación entre los mundos espirituales y el mundo que percibimos a través de nuestros sentidos, mientras estamos en nuestros cuerpos terrenales, y que tratamos de captar a través de pensamientos intelectuales. En varias conferencias, hemos estado especialmente ocupados considerando la conexión existente entre la vida del alma del hombre, a medida que prosigue entre la muerte y el nuevo nacimiento, y la vida que transcurre aquí, mientras está encarnado en un cuerpo físico. Debemos tener siempre presente que el hombre, mientras viva dentro de su cuerpo físico, dirige sus pensamientos hacia esa esfera que ha de experimentar después de la muerte y hasta el nuevo nacimiento. Los pensamientos que dirigimos a esa esfera, no pretenden satisfacer la mera curiosidad, sino porque a través de nuestra Ciencia Espiritual, siempre hemos tenido la convicción, de que al dirigir nuestro pensamiento hacia ese otro mundo, podemos contribuir a ennoblecer y vigorizar en el mundo, los conceptos necesarios para nuestro actuar, pensar, sentir, etc. Debemos aferrarnos firmemente a la idea, de que muchos de los secretos de la vida solo pueden resolverse, si tenemos el valor de abordar lo que podríamos llamar el enigma de la muerte. Hoy, para poder considerar la relación entre el mundo espiritual y el mundo sensorial, desde un punto de vista especial, podemos comenzar con una observación trivial, pero que contiene profundos sentimientos. Partiremos del hecho del que hemos hablado a menudo, del paso del hombre a través del portal de la muerte. Repito, partimos de algo que ocurre todos los días, pero que está relacionado con experiencias muy profundas, que atenazan al hombre en las profundidades de su alma. Como saben, cuando nos encontramos cara a cara con una persona aquí en el mundo físico, nos formamos pensamientos que nos acercan a él. Rodeándolo con sentimientos de simpatía o antipatía, etc. Quizás sintamos amistad u hostilidad por él. Nos formamos brevemente una cierta relación con otro hombre, aquí en el mundo físico. Esta relación puede surgir a través de vínculos de sangre, o puede ser producida por las preferencias que concurren en la vida cotidiana. Todo esto se puede incluir en la expresión 'La relación de hombre con hombre'. Ahora bien, cuando un hombre, con quien nos sentimos unidos mediante varios lazos, abandona el mundo físico y pasa por el portal de la muerte, al principio conservamos algo de la memoria de este hombre, es decir, una serie de sentimientos y pensamientos surgidos como resultado de nuestra relación con él, y que nosotros mismos hemos experimentado. Pero a partir de su paso por el portal de la muerte, estos pensamientos y sentimientos que nos unían con él, ahora se viven de una manera muy diferente. Mientras él vivía con nosotros aquí en el plano físico, sabíamos que en cualquier momento, además de la relación que nuestra alma se había formado con él, también podía aparecer su presencia física externa; sabíamos que podíamos llevar nuestra experiencia interior a esta realidad exterior suya. Y si en algún momento el hombre cambiaba, de alguna manera teníamos que esperar, que los sentimientos que antes teníamos hacia él también cambiarían. No solemos pensar en la radical diferencia que hay cuando de repente, o quizás no tan de repente, llega el momento, a partir del cual solo podemos llevar el recuerdo de ese ser querido en nuestra alma, porque sabemos: "Nunca más lo verán nuestros ojos, ni lo tocaran nuestras manos. 'La imagen que formamos de él sigue siendo fundamentalmente la que ya teníamos fijada. Pero aparece un cambio radical en la relación de ambas personas. Como ya se ha dicho, puede sonar trivial, pero marca profundamente la vida interior en cada caso individual, cuando un alma humana que antes nos impresionaba desde el exterior a través de su corporeidad física, se convierte ahora en nada más que un recuerdo.
Comparemos ahora ese recuerdo con otros que construimos a partir de nuestra experiencia. Una gran parte de nuestra vida física está viva en el recuerdo. Conocemos aquello que nosotros mismos hemos experimentado; conocemos, por ejemplo, los eventos que nos han ocurrido y de los cuales hemos guardado ideas. Sabemos que podemos volver a tiempos pasados gracias a estos pensamientos, tiempos en los que tuvieron lugar los eventos en cuestión. Pero, si ahora examinamos el contenido de la mayor parte de estos recuerdos, encontramos que en nuestros pensamientos llevamos algo dentro de nosotros que ya no está aquí, eventos pasados, eventos que, como realidad, ya no podemos encontrar en el mundo externo, pues pertenecen al pasado. Si hemos retenido algunos de los pensamientos de la Ciencia Espiritual, entonces el recuerdo de nuestros muertos, o de quienquiera que haya pasado por el portal de la muerte, es muy diferente a nuestra mirada. Entonces albergamos pensamientos en nosotros, pero estos pensamientos están fijados en la realidad, (una realidad, que por cierto, no es accesible para nosotros en el mundo físico externo, sino que existe en el mundo espiritual). Eso hacia lo cual se dirigen esos pensamientos está presente, aunque no puede entrar en nuestro campo visual; sino que hay un concepto en nuestra memoria muy diferente del mero recuerdo de lo que ocurrió aquí, en el mundo físico. Ahora bien, si observamos lo que esto implica, en relación con todo el Cosmos, podemos decir que llevamos en nuestras almas los pensamientos de un ser que está en el mundo espiritual. Ahora sabemos, y esto, a partir de las consideraciones perseguidas aquí en las últimas tres conferencias, debe quedar especialmente claro para nosotros, sabemos que no solo el anhelo de las almas aquí encarnadas asciende hasta el mundo espiritual, sino que la conciencia de aquellos que han pasado a través de las puertas de la muerte, y que ahora viven en el mundo intermedio entre la muerte y el nuevo nacimiento, también se extiende a lo que sucede aquí en el mundo físico. Podemos decir: aquellas almas desencarnadas que viven en el mundo espiritual, reciben en su conciencia, desde el mundo físico, lo que su mirada espiritual y su visión espiritual dirigida a la tierra, les permite percibir. Señalé en una de las últimas conferencias cómo las almas aún encarnadas aquí en cuerpos físicos pueden ser percibidas por los llamados muertos, y distinguidas de las almas que ya están desencarnadas y viven en la etapa intermedia, entre la muerte y el nuevo nacimiento. Expliqué que las almas que viven en el mundo espiritual deben estar continuamente activas para obtener cualquier percepción. Por ejemplo, pueden ser conscientes de que otra alma está bastante cerca de ellos, pero para percibirla, deben ejercer una actividad interior. Tienen, por así decirlo, que construir una representación. La imagen por sí misma no aparecerá, como lo hace aquí, en el mundo físico. En el mundo espiritual viene primero el pensamiento de una "presencia existente", y luego se tiene, por así decirlo, que experimentar internamente esta entidad existente, para que pueda surgir la imagen. El proceso se invierte; porque hay una diferencia significativa en la construcción de la representación, en lo que respecta a aquellas almas que ya están en el mundo espiritual, y la de aquellos que todavía están encarnados en la tierra; el alma desencarnada debe producir la representación de un alma que ya está en el mundo espiritual enteramente por sí misma, y al hacerlo, debe estar completamente activa: pero en referencia a un alma que aún vive en la tierra, puede permanecer más pasiva y luego más bien la imagen viene a ella. El esfuerzo realizado es mucho más ligero respecto a un alma que vive en la tierra, que con un alma ya desencarnada; se necesita menos actividad interna, y para aquellas almas que viven entre la muerte y el nuevo nacimiento esto representa la distinción entre ambos. Si captan esto, se darán cuenta de que después de que el alma haya pasado por el portal de la muerte y haya vivido la vida del mundo espiritual, no solo contempla a los Seres de las Jerarquías Superiores, y las otras almas humanas que viven con él en el mundo espiritual, sino que también aparece el mundo de las almas con el que estaba relacionado antes de pasar por el portal de la muerte.
Es muy importante tener en cuenta esta diferencia, que si bien el hombre aquí en la tierra tiene lo que constituye la existencia de la tierra realmente a su alrededor, y solo puede, hablando comparativamente, comprender el otro mundo en espíritu, esto se invierte al entrar en el mundo espiritual. Lo que el alma puede ver allí por sí misma, sin esfuerzo, es nuestro mundo; y a partir de allí está el "otro mundo", pero el alma debe esforzarse para hacer que su propio mundo, el mundo en el que se encuentra, sea siempre perceptible, para ello siempre debe construirlo por sí misma. Por lo tanto, cuando el hombre está en el mundo espiritual, es ese mundo en el que debe trabajar continuamente; y entonces lo que para él es, "el otro mundo", siempre surge como de sí mismo. Pero ahora, dentro de ese "otro mundo", que para nosotros en la tierra es este mundo, aparecen las almas humanas, con lo que vive dentro de ellas; especialmente aquellas almas humanas con las que se establecieron relaciones durante la vida en la tierra. Estas almas humanas aparecen. Pero dentro de este mar de percepciones espirituales que hacemos aquí, en nuestras almas, del "otro mundo", ocasionalmente aparecen los recuerdos de aquellos que han pasado por las puertas de la muerte. Imagínense esto muy claramente. Supongamos que viviésemos en una época en la que nadie pudiese recordar a ninguna persona muerta; en cambio los muertos siguiesen percibiendo dichas almas humanas, en las cuales no quedase ningún recuerdo de los muertos. En este océano de percepciones espirituales que las almas desencarnadas pueden ver, se conservan los recuerdos de los muertos. Viven dentro de ese océano. Eso es algo que a través del libre albedrío y el amor del hombre se agrega a lo que los muertos siempre pueden ver desde el otro lado. Así que eso es algo que se añade.
Ahora, nuevamente, llegamos a un punto en el que surgen cuestiones importantes para el investigador espiritual. Aquí hay una pregunta que el investigador espiritual debe investigar. ¿Qué importancia tiene para alguien que ha atravesado el portal de la muerte, el hecho de ver insertado en las almas fluyendo y menguando en nuestro mundo, los recuerdos de los muertos que estas almas irradian? Cuando percibe estos recuerdos, ¿qué significado tienen para él? Pues bien, en la investigación espiritual, cuando surge una pregunta así, en primer lugar debe experimentarse a fondo. Se debe vivenciar en plenitud. Si se comienza a especular sobre una posible solución a tal pregunta, o a una posible respuesta, ciertamente llegará a una conclusión falsa. Porque el esfuerzo de la comprensión ordinaria, sujeta al cerebro, no aporta en general, ninguna solución. Eso solo puede determinarse a través de la actividad interna. Las respuestas a las preguntas relacionadas con enigmas del mundo espiritual, descienden del mundo espiritual como un acto de gracia. Se debe esperar. Realmente no hay nada más que hacer, salvo vivir con la pregunta y meditar sobre ella una y otra vez. Dejen que viva en el alma junto a los sentimientos que despierta, y luego esperen tranquilamente; esperen hasta ser dignos, esa es la palabra correcta, dignos de recibir una respuesta del mundo espiritual. Y, por norma, esto viene de un lado muy diferente del que cabría esperar. Por lo tanto, la respuesta proviene del mundo espiritual en el momento adecuado, es decir, en el momento en que uno ha preparado lo suficiente su alma para recibir la respuesta. En cuanto a si entonces es la respuesta correcta, eso no se puede determinar teóricamente, como si se tratara de una afirmación relativa a la realidad física; solo la experiencia puede proporcionar el criterio. A aquellos que siempre están negando la realidad espiritual diciendo: "Eso no se puede probar; y todo debe ser probado, 'Me gustaría hacerles una pregunta: ¿Hubiera sido posible probar la existencia de una ballena en el mundo físico si no se hubiera descubierto ninguna? Nada puede probarse, a menos que se pueda mostrar de la misma manera que una realidad; incluso en el mundo espiritual se debe experimentar lo que es realidad.
Por supuesto, lo que entra en la propia conciencia como solución, puede aparecer de muchas maneras diferentes, según la preparación que uno haya practicado en el alma. La verdad puede presentarse de muchas maneras, pero sin embargo, debe experimentarse como verdad. Por ejemplo, si uno deja que la pregunta antes mencionada viva correctamente en el alma, entonces aparece una imagen, aparentemente desde un lado diferente, una imagen interior que, digamos, le causa a uno la impresión interna de que ofrece algo relacionado con la solución del enigma en cuestión. La imagen puede surgir de un hombre que permite que le fotografíen o que pinten su retrato. El punto principal en el cuadro será una cosa física, una imagen de esta cosa física, y allí finalmente surge todo lo que pertenece al ámbito del arte, a la presentación artística. Pues bien, si ahora observan cómo prosigue el curso de la vida física, verán que en la vida física, el hombre se enfrenta con los acontecimientos externos de la naturaleza, los seres externos y los eventos de la naturaleza. Ellos siguen su curso y expiran. Pasa lo mismo con respecto al hombre y todas las preocupaciones humanas, con lo que pretende y planifica para sus necesidades, y demás: con lo que él realiza para la historia. Pero más allá de todo eso, este hombre busca algo que realmente no tiene nada que ver con las necesidades inmediatas del mundo. El alma humana es consciente de que si la naturaleza y la historia simplemente sirvieran solo en relación con la satisfacción de las necesidades humanas, la vida se volvería estéril y desoladora. Aquí en la existencia física, el hombre crea algo que va más allá del curso de la naturaleza y de la necesidad. Él siente la necesidad, no solo de ver un determinado paisaje, sino también de copiarlo. Él acondiciona su vida de manera que cualquier persona relacionada con él pueda obtener una o más copias de él. Partiendo de eso, podemos pensar que el ámbito del arte es algo que el hombre crea aquí, que es una realidad más elevada que la realidad ordinaria relacionada con la naturaleza y la historia. Piensen únicamente, lo que el mundo perdería si no hubiera Arte, si el Arte no agregara a lo que ya auto-existe, lo que el puede aportar de sus propias fuentes. El arte crea algo que, se podría decir, no necesita necesariamente existir. Si el arte no existiera, todas las necesidades de la naturaleza podrían proseguir. Se puede suponer que aunque no se haya hecho una sencilla copia de la naturaleza ni se hagan de ella representaciones artísticas, la vida seguiría su curso, desde el principio hasta el final de la tierra. Podemos representarnos la imagen de todo lo que los hombres no tendrían. Pero teóricamente, podría ser posible que nuestra tierra fuese castigada por la incapacidad de desarrollar ningún Arte. Tenemos en el arte algo que va más allá de la vida. Piensen en todo lo que el arte ha creado en el mundo, y también en el progreso del hombre a través del mundo; Ahí tienen, en cierto sentido, dos procesos progresivos paralelos: las necesidades de la naturaleza y la historia, y la corriente de Arte que se inserta en ellas.
Pero, al igual que el Arte evoca, en cierto sentido, como un encantamiento del mundo espiritual en el mundo de la realidad física, asimismo esos recuerdos que llenan nuestras almas aquí, son evocados en el otro mundo, el mundo de quienes han pasado por el portal de la muerte. En lo que respecta a los muertos, el mundo aquí podría seguir su curso sin conservar ningún recuerdo en nuestras almas, recuerdos nacidos del amor y de todas nuestras relaciones humanas. Pero entonces el mundo de los muertos sería para ellos, como para nosotros sería un mundo, en el que no se pudiese encontrar nada que trascendiese la realidad ordinaria. Esa relación tiene un significado extraordinario; Porque, a través de los pensamientos de amor, a través de los recuerdos, y por tanto de todo lo que se transpira en nuestras almas, en relación con aquellos que ya no están en el mundo físico, se crea allí para los muertos, algo análogo a la creación artística aquí. Y mientras que aquí en el mundo físico un hombre debe producir una creación artística desde su propia alma, debiendo aportar algo de su propio ser; para los que ahora están en el mundo espiritual, debe suceder lo contrario. Se les debe hacer llegar procedente de su otro mundo, procedente de las almas que todavía están encarnadas aquí, de las almas que pueden contemplar más pasivamente que las que ya están con ellos en el mundo espiritual. Lo que el curso de la naturaleza y la historia sería para nosotros, si transcurriera simplemente de modo natural, sin el Arte, sin todo lo que el hombre crea elevándose más allá de la realidad inmediata, igual sería nuestro mundo para los muertos, si las almas que todavía están en el plano físico no conservasen el recuerdo de ellos.
Tal parece, que cosas como éstas, no se conociesen realmente en la vida física del hombre. ¡Podemos decirlo así! Quizás no sean conocidas por la conciencia ordinaria, pero en lo profundo del subconsciente sabemos de ellas. Y en función de esto la vida siempre a actuado en consecuencia. ¿Por qué las comunidades humanas siempre han valorado celebrar el Día de los Difuntos y el día de todas las almas? ¿Y Por qué, aquellos que no pueden compartir los recuerdos habituales de los muertos, sin embargo, dedican sus propios días a esto? Porque en lo más profundo del subconsciente del hombre, vive lo que puede llamarse un débil conocimiento de lo que ocurre en el mundo, gracias a haber mantenido viva la memoria de los muertos. Cuando el alma receptiva del clarividente celebra el Día de los Difuntos, o un domingo dedicado a los muertos, o algún día similar en el que muchas personas se reúnen llenas de recuerdos hacia sus difuntos, él ve a los difuntos participar en la ceremonia; para ellos es, salvando las distancias, como cuando aquí en nuestro mundo la gente visita una catedral y contempla aquellas formas que nunca habrían podido ver si la imaginación del artista no las hubiera creado, si antes no se ha agregado ese 'algo' a la existencia física ; Y lo mismo vale, para cuando escuchan una sinfonía, o ese tipo de música. En todos estos recuerdos se reproduce algo que, en cierto sentido, trasciende el nivel ordinario de la existencia. Y así como el Arte se inserta en el curso físico de la historia humana, estos recuerdos se insertan en la panorámica, que las almas entre la muerte y el nuevo nacimiento, reciben de su mundo. En tales costumbres encuentra su expresión, ese conocimiento secreto contenido en las profundidades del alma. Y muchas de las costumbres más importantes están conectadas con esta subconsciencia más profunda. Sentimos mayor reverencia por las relaciones de la vida cuando podemos impregnarlos con lo que la Ciencia Espiritual nos ofrece, que si no pudiéramos hacerlo. Cada vez que una persona muerta entra en contacto con un recuerdo que sobre él esté guardado en el alma de una persona viva, que de alguna manera, estaba relacionado con ella aquí, ese recuerdo siempre es, como si algo se derramara sobre ella, embelleciendo su vida y revalorizándola. Y así como aquí a nosotros nos llega la belleza proveniente del arte, así para los muertos, la belleza que fluye hacia ellos proviene de la irradiación que brota de los corazones y las almas de quienes guardan su memoria aquí en la tierra.
Esa es una relación entre el mundo de aquí y el mundo espiritual de allí. Y este pensamiento está estrechamente relacionado con ese otro pensamiento, que debe surgir de mucho de lo que puede cultivarse en la Ciencia Espiritual, el pensamiento sobre el valor y la importancia de la vida terrenal. La ciencia espiritual no persigue menospreciar la tierra, con todo lo que ésta puede brindarnos; sino más bien pretende que consideremos la vida como parte de la vida del Cosmos, como una parte necesaria, que se ha dispuesto de conformidad con lo que está vigente en el mundo espiritual, sin la cual el mundo espiritual no aparecería en su perfección. Y de aquí en adelante, cuando pongamos nuestra atención en el hecho de que a partir de nuestro mundo físico debe brotar belleza para los muertos, nos veamos sorprendidos por el pensamiento de que el mundo espiritual carecería de esta belleza, si no hubiera mundo físico, con las almas humanas que, mientras permanecían en el cuerpo físico, pudieron desarrollar pensamientos llenos de sensaciones y sentimientos hacia aquellos que ya no están en este mundo. Tenía un gran significado, cuando en tiempos antiguos, todos los pueblos dedicaban sus festividades una y otra vez con reverencia a pensar en sus grandes antepasados, y se unían en el sentimiento por la memoria de sus grandes antepasados. Era de suma importancia, cuando establecían tales días de conmemoración. Porque siempre significaba el alumbramiento de algo hermoso para los mundos espirituales, es decir, para las almas que viven allí entre la muerte y el nuevo nacimiento. Y aunque aquí en la tierra no es muy racional, por decirlo suavemente, sentir un placer especial ante el propio retrato; sin embargo, para los muertos es importante encontrar su imagen, en las almas que aún permanecen aquí. Porque debemos tener en cuenta que el hombre terrenal nos parecerá muy diferente, cuando lo consideramos desde el punto de vista de lo espiritual, desde el punto de vista de los muertos. Muchas veces hemos insistido en esto. Aquí estamos encerrados dentro de nuestra piel. Lo que designamos como "nosotros" como "yo", lo que es más precioso para nosotros, está encerrado dentro de nuestra piel. Esto es válido incluso para las personas más abnegadas; tal vez sea bueno para ellos en mayor grado que para aquellos que se consideran menos abnegados. En primer lugar, valoramos lo que está encerrado dentro de esta piel; Después viene el resto del mundo. Consideramos eso como nuestro mundo exterior. Pero lo más importante es que cuando estamos fuera de nuestros cuerpos somos uno con el mundo exterior y vivimos en él. A menudo he descrito este proyectarse hacia adelante, esta expansión de uno mismo sobre el mundo exterior. Y eso que entonces aparece ante nosotros como el mundo exterior ahora, es justo lo que hemos experimentado interiormente aquí en el mundo físico, entre el nacimiento y la muerte. En cierto sentido, podemos decir que el mundo exterior se convierte en nuestro mundo interior, y lo que ahora es nuestro mundo interior se convierte en nuestro mundo exterior. De ahí la experiencia significativa al entrar en la tierra del espíritu, "Tú eres eso", que se describe en mi libro Teosofía. Así que nuestro mundo interno aquí, que es cuanto abarcamos con nuestro Yo, lo vemos como nuestro mundo externo. Pero allí el alma incapaz de ser tan egoísta como lo fue aquí, ve los pensamientos que aparecen, como sus propios pensamientos. Ese es, como si dijéramos, el mundo externo al que se enfrenta, que realmente se incorpora al ámbito de lo que podemos designar como la "belleza", lo que le enaltece a uno. Ahí entra algo que no vive ni pertenece a nuestra vida, sino que vive en otras almas pero guarda relación con nosotros, esto, que ahora se ha vuelto el mundo externo, consiste en el recuerdo de todo lo que hemos sufrido entre el nacimiento y la muerte. Ese es realmente el escenario de algo que nos trasciende, que trasciende nuestro mundo exterior, al igual que aquí una obra de arte se eleva por encima de la realidad ordinaria que le es propia. Y así como es impropio que un hombre aquí se enamore de sí mismo, o de su propio retrato, allí es bastante natural que un hombre tenga ese tipo de relación con lo que surge como imagen en las almas que quedaron abajo - la otra presentación de sí mismo - detenerse ante esa imagen, tal como aquí nos paramos ante un paisaje. Así, cuando se plantea esta pregunta ante el alma, a uno se le muestra la presentación del hombre y su imagen, y a partir de ahí se halla una forma de responder a la pregunta. La especulación como regla no ayuda en absoluto, hay que aprender a esperar, a esperar pacientemente. En realidad, uno solo debería preocuparse por la cuestión relacionada con el mundo espiritual, puesto que solo se pueden dar las respuestas al alma humana mediante un acto de gracia revelador.
En esta conferencia, he señalado que ciertos arreglos, como las festividades conmemorativas y la celebración de días de señalados organizados por los hombres, están relacionados con un conocimiento profundo, que se escapa a la conciencia ordinaria. Eso radica en el hecho de que el hombre tiene en lo más profundo de su alma, un conocimiento tenue pero global, (me he referido repetidamente a esto), y que en realidad extrae el conocimiento que su conciencia abarca a partir de esta sabiduría global. He señalado lo inteligentes que deberíamos ser si pudiéramos con nuestra conciencia ordinaria abarcar todo lo que está incluido en el cuerpo astral. Este cuerpo astral dispone de una sabiduría, en cierto sentido, mucho más alta de lo que normalmente podemos creer. No valoramos la sabiduría de nuestro cuerpo astral porque no somos conscientes de ello, pero al menos podemos formarnos una idea de su sabiduría integral, si ponemos ante nuestras almas lo siguiente.
Nuestras vidas se viven, podríamos decir, durante el día. Pero, juzgamos los eventos muy poco de acuerdo con sus conexiones. Si los considerásemos dentro de su contexto, muchas cosas nos parecerían muy, muy diferentes. Consideren esto: supongan que hemos hecho un plan, nos proponemos hacer algo y planeamos por la mañana lo que trataremos de hacer por la noche. Al mediodía ocurre algo que nos impide cumplir el plan de la noche. Estamos realmente contrariados de no poder llevarlo a cabo. Pensamos cuanto mejor habría sido si hubiéramos podido cumplir ese plan en particular. El cuerpo astral, sin embargo, con su conocimiento más global aunque subconsciente, es de una opinión diferente. En tal caso, el cuerpo astral a menudo dice: 'Vale, si cumples con lo que tenías previsto hacer por la noche, eso te pondrá en una posición en la que tal vez puedas caerte y romperte una pierna'. Por supuesto, puede ser bastante probable, que no podamos evitar esto en absoluto; y si cumplimos esa noche lo que teníamos planeado, puede darse una combinación de circunstancias que provoque la rotura de nuestra pierna. Con nuestra conciencia ordinaria no lo sabemos, pero el cuerpo astral lo percibe. Y, por lo tanto, nos sitúa en una posición en la que nosotros mismos evitamos el cumplimiento del programa de la noche. La intervención que tanto nos contraría, a veces es causada por este extraordinario conocimiento sabio de todo el entorno de nuestra vida. No nace del azar, sino que surge enteramente de la sabiduría de nuestro cuerpo astral, del cual somos inconscientes, en lo que respecta a nuestra conciencia ordinaria. Solo con que pudiéramos ver, por qué hacemos algunas cosas y omitimos otras, tal vez porque no podemos hacerlas, o porque nos vemos 'empujados' a otra cosa, si pudiéramos percibir todo eso, veríamos que siempre hay una relación en nuestra vida que procede de algo de dentro de nosotros, más sabio de lo que somos con nuestra conciencia ordinaria. Forma parte de la organización de nuestra vida, aunque el propósito global no es perceptible. Pero tan pronto como dispongamos correctamente en nuestras mentes el pensamiento de nuestra relación con el mundo espiritual, el asunto quedará claro para nosotros. Sobre nosotros hay un Ser que, en un sentido limitado, nos pertenece, un Ser de la Jerarquía de los Ángeles, nuestro Ángel Guardián. De hecho, en el tiempo presente, siempre nos dirigimos al comienzo de nuestras conferencias a los espíritus guardianes de aquellos que tienen que cumplir con las severas demandas de nuestra época. Ahora bien, este Espíritu Guardián nuestro ve todas las relaciones de manera global. Durante mucho tiempo ha habido un sentimiento en la conciencia humana de que nuestro Ángel Guardián percibe ciertas conexiones, imperceptibles para nosotros. Ocasionalmente, ocurre lo siguiente: el límite entre lo que podemos ver y lo que no podemos ver con la conciencia ordinaria varía. De hecho, hay personas aquí, que pasan por la vida con una cierta satisfacción interior, porque no importa lo que les venga, lo asumen, porque creen que la sabiduría prevaldrá. Están impregnados de la sensación de que incluso las cosas que pueden causar molestias también están determinadas por una sabiduría predominante. A menudo es muy difícil creer en una sabiduría así, cuando sucede algo que interfiere absolutamente con nuestros planes. Pero uno de los muchos impulsos que fácilmente pueden relacionarnos bien con el actuar del mundo espiritual, consiste en que nos sintamos arropados por esa sabiduría dominante, sin llegar a ser indolentes o perezosos, ni creer que esta sabiduría trabaja independientemente para nosotros individualmente. Por tanto, el límite es movible; y varía enormemente en función de nuestras acciones, y a la formación de intenciones. En la conciencia ordinaria ciertamente hay impulsos de naturaleza íntima y delicada. Cuán a menudo sucede, que planeamos algo para un momento posterior, pero entonces ocurre algo, y sentimos que debemos hacer esto otro, lo que realmente dificultará la acción posterior. Tenemos la sensación de actuar por cuestiones de inmediata necesidad y de tratar el asunto con cierta delicadeza, ya que sabemos que si lo establecemos aproximadamente, se dispersará y desaparecerá ante nosotros. Todos tenemos, en mayor o menor medida, dentro de nosotros, además del yo del que depende nuestra libertad, un segundo yo que quiere abrirse camino a través de la vida y que cree que alcanza mucho más a través de lo que busca a tientas, que a través de lo que puede medirse estrictamente por el intelecto. El límite es movible. Pero en ciertos momentos el límite es aún más ajustable. Y ahora llega un punto que debe ser captado correctamente en cuanto a la vida práctica. Hay personas, (y en cierto sentido todos estamos atrapados por lo que rige en tales personas), que tienen una especie de anhelo, una especie de pasión por ordenar su vida correctamente, para así atravesar los caminos de la vida. Tomemos un caso excepcional. Supongamos que un hombre que conocen hace amistad con otro. Pueden decir: "Realmente no puedo entender por qué ha entablado esa amistad. No puedo entenderlo. No existe una afinidad real entre estos dos, sin embargo, él hace todo lo posible para acercarse a este hombre. "Parece incomprensible; Pero después de mucho tiempo vemos la razón. El hombre en cuestión puede que necesite más adelante al otro, para algo. Ha entablado amistad con él, no porque haya encontrado algo en él que le causa satisfacción; ni la ha entablado por motivos propios, sino como medio para algo que sucederá más adelante. Ha ajustado su vida correctamente. Al formar esa amistad consigue algo, a través del cual su amigo podría luego ayudarlo en alguna situación. Y la consecuencia es que con la ayuda de dicho amigo ocurre realmente algo que de otra manera no podría haber ocurrido. Si aplican ustedes este pensamiento a la vida, verán con qué frecuencia ocurre, que la gente ajusta algo que no desea de inmediato, sino que desea acondicionarlo, porque necesitarán sus efectos posteriores. Por lo tanto, debemos decir que hay personas que, al ajustar sus vidas, muestran una enorme sutileza: no podemos llamar a esto sabiduría; Debemos ser reticentes internamente a llamar a eso sabiduría. Pero estas personas muestran una gran astucia al hacer algo en una etapa previa de su vida, que en ese momento no les beneficia de ninguna manera, sino que solo podrá hacerlo posteriormente. Y podemos expresar el siguiente sentimiento: "Realmente no creía que fuese tan inteligente, porque cuando me acerqué a él e intercambié pensamientos con él, cuando estaba en su ambiente, realmente parecía demasiado estúpido como para acondicionar su vida de forma tan inteligente". Ahora bien, eso sucede porque lo que un hombre lleva en su cuerpo astral, puede ser mucho más inteligente que su conciencia ordinaria. Y si comprueba con fuerza su egoísmo y lo baja a la esfera de la inconsciencia, si no vive de acuerdo con un cierto instinto primitivo, por así decirlo, sino que permite que su egoísmo domine, entonces sostiene su subconsciencia: y ese otro hombre que habita en todos nosotros, pero que, por regla general, nos entrena para tomar la vida de una manera más natural y directa, luego lo guía para organizar su vida y crear de antemano las condiciones para algo más adelante. Entonces vemos que el cuerpo astral gobierna con su inteligencia; pero impregnado, no por lo que generalmente domina en la vida, sino por el egoísmo expulsado de la conciencia ordinaria hacia la conciencia astral. Y vemos a un hombre semejante aparentemente pasando la vida con mucho más sentido calculador, podríamos decir, de lo que debería ser según su conciencia ordinaria. Hay muchos lados peligrosos en la evolución del alma humana. Y es muy importante tomar conciencia de esto: que en el momento en que nos encontremos con lo que normalmente es inconsciente en nosotros, debemos tratar de no abordarlo con demasiado egoísmo. Por lo tanto, hay que poner énfasis una y otra vez, en evitar el egoísmo durante nuestro desarrollo hacia los mundos espirituales. Porque debajo de nuestra conciencia ordinaria, realmente hay algo que puede estar permeado por la conciencia de nuestro Espíritu Guardián de la Jerarquía de los Ángeles. Ahí es cuando surge lo que hace que un hombre parezca actuar sin reflexión, según la conciencia ordinaria, pero que sin embargo está sujeto a cierta ley. Expresé esta ley muy simplemente en uno de los Dramas Misterios, al hacer que uno de los personajes dijese: 'El corazón a menudo debe dirigir nuestro Karma'. Y si se salta lo que el corazón indica como Karma, y permite que la razón prevalezca, a veces entonces la razón, administra una fuerte dosis de egoísmo. O puede ser que el egoísmo prevalezca tanto, que encontramos al hombre más sutil de lo que en apariencia es, a juzgar por su conciencia ordinaria. Eso es debido a que ha presionado el egoísmo hacia abajo en su cuerpo astral. Entonces en el actuar de su alma, entra algo que ahora ya no es obra de los Seres de la Jerarquía de los Ángeles, sino algo Luciférico, que le permite al hombre abarcar una esfera más amplia de lo que conscientemente podría hacer en la actual etapa de su evolución. Por lo tanto, vemos que en lo que hay que poner énfasis necesariamente, cuando uno se acerca a la evolución espiritual, es realmente algo delicado e íntimo; Por supuesto, debemos esforzarnos por expandir nuestra conciencia, pero al hacerlo, siempre debemos cuidarnos de eliminar el obstáculo que se crea cuando nuestro egoísmo se elimina en una esfera más profunda o más alta de la conciencia.
Puede que se pregunten: "¿Cómo podemos hacer esto?" Es muy fácil decir que no debemos eliminar el egoísmo de nuestra conciencia ordinaria. Pero, ¿cómo vamos a evitar hacerlo? Bueno, esto no puede hacerse mediante reglas, sino únicamente mediante la extensión de los propios intereses. Cuando un hombre amplia sus intereses, siempre está de alguna manera luchando contra su egoísmo. Porque con cada nuevo interés que adquirimos vamos un poco más allá de nosotros mismos. Por lo tanto, nos esforzamos por la Ciencia Espiritual de esta manera; es decir, se nos enseña no solo a prestar atención a lo que el hombre oye de buen grado debido a su egoísmo, sino a extender realmente nuestros intereses. ¿Con cuanta frecuencia, una y otra vez surge la pregunta: "¿Por qué los libros están escritos de una manera tan difícil de entender? ¿No podrían escribirse de una manera más simple? 'Y algún otro hace sugerencias sobre cómo se podrían escribir estos libros para la gente y hacerlos populares. Realmente hay que tener cuidado de ir tras tal popularidad, puesto que solo mejora el egoísmo. Si fuera tan fácil entrar en la Ciencia Espiritual, entonces cada uno podría entrar sin superar su egoísmo. Pero en el trabajo realizado espiritualmente por medio de los esfuerzos que tenemos que hacer, nos deshacemos de una parte de nuestro egoísmo; cuando deseamos adquirir a través de la Ciencia Espiritual entramos en en un estado mental más sagrado si hemos tenido que preocuparnos por ello, que si nos lo hubieran presentado en una forma bastante fácil y popular. Por ejemplo, una persona ha vuelto a casa y ha dicho: "Hay tantas personas que tienen que trabajar todo el día. Si estas personas tienen que sentarse por la noche para leer estos difíciles libros, no les saldrá bien. Para tales personas, debería haber libros bastante mas fáciles de leer ". A esto tuve que responder, y muy correctamente:" ¿Por qué debería evitarse que estas personas utilicen el poco tiempo que tienen a su disposición para leer los libros que han sido escritos a propósito con plena consideración hacia las condiciones espirituales? ¿Por qué deberían ocupar el poco tiempo que tienen en leer libros que pueden ser más convenientes, pero que trivializan el asunto incluso textualmente? " Justamente es, porque estos libros no sitúan al alma en la actitud correcta, sino que la arrastran hacia abajo a la vida trivial, cuando se supone que deberían alejarla, incluso en lo que respecta a la naturaleza de la experiencia relacionada con otra esfera.
Será de especial importancia que en la Ciencia Espiritual, tengamos en cuenta no solo el "Qué" (la materia) sino el "Cómo" (la manera): que gradualmente debería orientarnos realmente a adquirir ideas de un mundo muy diferente del mundo físico ordinario, para así, ir gradualmente, acostumbrándonos a formar conceptos diferentes, de aquellos que tan cómodamente podemos construir en el mundo físico. Y ahora, para concluir, me gustaría mencionar un concepto que necesitaremos en nuestra próxima conferencia. Pero lo mencionaré ahora, para que vean que es bueno asimilar nuevas palabras para lo que sucede en el mundo espiritual.
Tenemos una palabra que expresa la forma de vida de un hombre entre el nacimiento y la muerte, que expresa cómo nos va repercutiendo en la vida según va transcurriendo. Vemos al niño pequeño fresco y redondeado, su vida interior fluye a través de su forma externa; Lleno, como se suele decir, con la vida interior, hasta un cierto año en que la vida se vierte en la forma externa. Luego llega un tiempo en que la vida interior deja de fluir, cuando empezamos a arrugamos y las cosas cambian con nosotros. En resumen, podemos seguir esta vida externa desde el nacimiento hasta la muerte en los cambios que presenta el cuerpo físico a medida que la vida sigue su curso. Esa palabra es "envejecer" por la simple razón de que cuando nacemos, el cuerpo físico es joven, y cuando morimos es viejo. Ahora bien, con el cuerpo etérico el caso es realmente muy diferente. Nuestro cuerpo etérico es viejo, si podemos usar esa palabra para referirnos a el, es viejo en cuanto a las fuerzas mediante las cuales se forma durante la concepción o el nacimiento. Ya es viejo cuando comenzamos nuestra vida física. Entonces ya está formado y cincelado, tiene una gran cantidad de formaciones internas (son movimientos, pero formaciones internas); Estas son tomadas de él a medida que la vida avanza. Pero, por otro lado, su fuerza vital aumenta; Es joven cuando envejecemos. Si bien decimos del cuerpo físico, estamos envejeciendo, del cuerpo etérico debemos decir que nos estamos rejuveneciendo. Y está bien usada la expresión. Realmente rejuvenecemos en cuanto a nuestro cuerpo etérico, ya que en nuestro nacimiento todas sus fuerzas están dirigidas a todo lo que está encerrado dentro de la piel. Cuando a cierta edad pasamos por la muerte, el cuerpo etérico entra en cierta relación con todo el Cosmos. Recupera las fuerzas que se le han quitado. En el momento en que nos convertimos en niños, su conexión con el cosmos se rompe. Entonces todas sus fuerzas las envía al pequeño espacio encerrado dentro de la piel humana. Queda comprimido, por así decirlo, a un punto del Cosmos. Luego el cuerpo etérico revive, y gradualmente va ocupando su lugar en el Cosmos proporcionalmente a la edad del cuerpo físico. Aunque algo exagerado, podemos decir que cuando nos vamos arrugando, el cuerpo etérico se va vigorizando y, de nuevo, se convierte en una imagen de la fuerza externa, la fuerza creativa y abundante, de la misma manera que el cuerpo físico es una expresión de esta fuerza al comienzo de la infancia. Rejuvenecemos con respecto a nuestro cuerpo etérico. Por lo tanto, gradualmente será necesario acuñar palabras con las que realmente poder captar las relaciones absolutamente diferentes del mundo espiritual. Es importante que nos familiaricemos con esta diferencia radical en la percepción global del mundo espiritual, en oposición al mundo físico. Comenzaremos nuestras consideraciones la próxima vez desde este punto.

Del coraje de los luchadores.
De la sangre de las batallas,
Del sufrimiento de los dolientes.
Del sacrificio del pueblo,
De allí madurarán los frutos del espíritu.
Si conscientemente el alma
Vuelve su pensamiento a los Reinos Espirituales

Traducida por Julio Luelmo enero 2017

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919