GA109 Colonia, 11 de abril de 1909- El principio de economía espiritual en relación con las cuestiones de la reencarnación.-El evento del Gólgota. La Hermandad del santo Grial. El fuego espiritualizado.

   Índice

El principio de economía espiritual
en relación con las cuestiones de la reencarnación.


RUDOLF STEINER

EL ACONTECIMIENTO DE GÓLGOTA. LA HERMANDAD DEL SANTO GRIAL. EL FUEGO ESPIRITUALIZADO

Colonia, 11 de abril de 1909

Un beneficio directo de conmemoraciones tan significativos como la Pascua es que hace nuestros corazones y almas más aptos para mirar más y más profundamente en el enigma del hombre y del ser humano. Y así, pongamos de nuevo ante nuestro ojo espiritual la leyenda oriental que brilló ayer ante nuestras almas, la leyenda de la que ya ayer pudimos adivinar lo que encierra de este enigma humano y de la naturaleza humana: la leyenda de Kashyapa, el gran sabio, el discípulo iluminado de Shakyamuni, que había resumido toda la sabiduría de Oriente con una gran visión de conjunto y un enorme impulso de actividad, y de quien se dijo con razón que todos sus sucesores fueron incapaces de conservar ni remotamente lo que él había sacado del profundo pozo de sabiduría de Shakyamuni y fue el último en dar a la humanidad de la sabiduría primigenia del mundo.

Y la leyenda continúa: Cuando la muerte de Kashyapa se acercaba y él sintió que su nirvana se aproximaba, fue a la cueva de una montaña. Allí murió conscientemente y su cuerpo permaneció imperecedero, irrastreable para la humanidad exterior, rastreable sólo para aquellos que habían madurado a través de la iniciación para penetrar en tales misterios. En la cueva de la montaña, el cuerpo imperecedero de Kashyapa descansaba misteriosamente oculto. Y se predijo que el Buda Maitreya aparecería como el nuevo gran heraldo de la sabiduría primordial en una nueva forma, quien, cuando hubiera ascendido a la cumbre de su existencia terrenal, iría a la cueva donde reposaba el cuerpo de Kashyapa. Lo tocará con su mano derecha, y un fuego maravilloso descenderá del universo, y el cuerpo incorruptible de Kashyapa será apresado por él y raptado hacia los mundos superiores y espirituales.

Por eso, el oriental que comprende tal sabiduría espera la reaparición del Buda Maitreya y su gesta sobre el cuerpo incorruptible de Kashyapa. ¿Se materializarán estos dos acontecimientos? ¿Aparecerá el Buda Maitreya? ¿Será arrebatado el remanente incorruptible de Kashyapa por el maravilloso fuego celestial? - Podremos sentir la profunda sabiduría que encierra con nuestros verdaderos sentimientos pascuales cuando busquemos el fuego maravilloso que ha de recibir los restos del Kashyapa.

Ayer vimos cómo la Divinidad se revela en nuestro tiempo a través de dos polos: por un lado a través del fuego macrocósmico del relámpago, por otro lado a través del fuego microcósmico de la sangre. Vimos que el Cristo se anunció a Moisés en la zarza ardiente y en el monte Sinaí en el fuego del relámpago y el trueno. Porque ningún otro poder sino el de Cristo fue el que pronunció el "Yo soy el Yo-soy". Él dio los Diez Mandamientos del fuego del relámpago en Sinaí. Con esto se preparó a sí mismo. Después él apareció en el polo microcósmico en Palestina. En el fuego que vive en nuestra sangre, está el mismo Dios que se anunció en el fuego celestial y que luego se encarnó en el misterio de Palestina en un cuerpo humano para penetrar con su poder la sangre humana en la que tiene su asiento el fuego humano. Y a través de este acontecimiento, si lo seguimos en sus consecuencias, en lo que significa para la existencia terrestre, podremos encontrar ese fuego abrasador que absorberá los restos de Kashyapa.
Todo el curso del mundo consiste en que lo material se espiritualiza gradualmente. A Moisés se le apareció un signo externo del poder de Dios en el fuego material de la zarza ardiente y en el monte Sinaí. Sin embargo, a través del acontecimiento de Cristo, este fuego se espiritualizó. Y ahora que el poder de Cristo ha intervenido en esta tierra, ¿Quién puede ver el ardiente fuego espiritual? ¿Quién puede percibirlo? - El ojo espiritual, que está abierto por el propio impulso Crístico y que el impulso crístico había despertado. Ve este fuego sensorial de la zarza espinosa espiritualizado.

Y después de que el impulso crístico hubiera despertado el ojo espiritual, este fuego también tuvo un efecto espiritual en nuestro mundo.

¿Cuándo fue percibido de nuevo este fuego? Fue percibido de nuevo cuando el ojo iluminado y clarividente de Saulo, en el camino de Damasco, vio brillar el fuego celestial y reconoció al que había realizado el Misterio del Gólgota. Así vieron ambos al Cristo: Moisés en el fuego material, -en la zarza ardiente y en el fuego relampagueante del monte Sinaí- y sólo puede anunciársele interiormente que es el Cristo quien le habla; pero para el ojo iluminado de Pablo el Cristo se le muestra desde el fuego espiritual, espiritualizado. Al igual que la materia y el espíritu se relacionan entre sí en el devenir del mundo, el fuego maravilloso y material del zarzal, del Sinaí, y la maravillosa aparición se relacionan entre sí en el devenir del mundo: el fuego de las nubes que resplandece ante Saulo, que se ha convertido en Pablo. ¿Y qué significó este acontecimiento para todo el curso del mundo?

Hagamos una retrospectiva de la gran serie de salvadores de la humanidad, de redentores de la humanidad, de las grandes figuras de la humanidad que fueron la expresión externa de los avatares, de los poderes divino-espirituales que descendieron de las alturas espirituales de época en época y que adoptaron forma humana, como Vishnu, Krishna, etc., que deben aparecer para que la humanidad pueda encontrar su camino de regreso a los mundos espirituales. Para encontrar el camino de regreso, la humanidad necesitó que el poder de Dios descendiera en tiempos prehistóricos. Pero gracias a que tuvo lugar el Misterio del Gólgota, al hombre se le ha dado la capacidad de encontrar en su interior los poderes que pueden elevarle, que pueden conducirle a los mundos espirituales. El Cristo descendió más profundo, mucho más profundo que aquellos líderes del mundo y de la humanidad, pues no sólo introdujo poderes celestiales en el cuerpo terrenal, sino que Él mismo espiritualizó este cuerpo terrenal de tal manera que ahora las personas pudieran encontrar su camino de regreso a los mundos espirituales a partir de estos poderes. Los redentores precristianos redimían a la humanidad con poderes divinos. El Cristo redimió a la humanidad con poderes humanos. Y con este acto las fuerzas humanas se han puesto ante nuestras almas en su potencial primordial. ¿Qué habría sucedido en nuestra tierra si no hubiera aparecido Cristo? Esta pregunta seria y profundamente incisiva es la que queremos perseguir hoy.

Podrían haber descendido de los mundos espirituales un Redentor del Mundo tras otro: al final sólo habrían encontrado seres humanos en el fondo, tan enterrados en la materia, tan inmersos en la materia, que las fuerzas divino-espirituales puras no habrían podido volver a levantar al hombre de esta materia profana e impura. Y profundamente entristecidos y afligidos, los sabios orientales miraron hacia el futuro, del que sabían: el Buda Maitreya aparecerá para renovar la sabiduría primordial del mundo, pero ningún discípulo podrá recibir la sabiduría primordial del mundo. Y si el curso del mundo continuaba así, el Buda Maitreya habría predicado a oídos sordos, y ya no sería comprendido por la gente que estaba completamente inmersa en la materia. Lo que se habría vuelto tan material en la tierra habría marchitado el cuerpo del Kashyapa, de modo que el Buda Maitreya ya no habría podido llevar los restos del Kashyapa hasta las alturas divino-espirituales. Profundamente afligidos, aquellos que poseían la comprensión más profunda de la sabiduría oriental miraron hacia el futuro y se preguntaron si la tierra aún sería capaz de ofrecer alguna comprensión y sentimiento al Buda Maitreya que estaba apareciendo.

Por todo ello tuvo que irradiarse en la sustancia física un fuerte poder celestial, un poder que se sacrificase en la sustancia física. No podía ser simplemente un Dios en la máscara de la forma humana, sino que tenía que ser un verdadero hombre con poderes humanos que llevara al Dios dentro de sí. Tuvo que producirse el acontecimiento del Gólgota para que la materia en la que fue colocado el hombre fuera preparada, purificada y depurada, para que la materia así purificada y santificada fuera apta para que las futuras encarnaciones pudieran comprender de nuevo la sabiduría primordial del mundo. Y ahora hay que hacer comprender a la humanidad cómo funcionó realmente el acontecimiento del Gólgota en este sentido. Porque, ¿Qué significó el acontecimiento del Gólgota para la humanidad? ¿Qué fue lo que afectó a la naturaleza humana y a la existencia humana tan incisiva y profundamente?

¡Echemos una mirada retrospectiva de doce siglos! Fijémonos en seis siglos antes del acontecimiento del Gólgota y seis siglos después. Examinemos ciertos acontecimientos que tuvieron lugar en las almas humanas durante este tiempo. En verdad, difícilmente se puede poner ante el alma humana sensible algo más grande y significativo que esos tremendos momentos preservados en la leyenda búdica de la iluminación gradual del Buda. Él surge de un entorno de la realeza. No nació en un establo, entre pobres pastores. Pero no es eso lo que hay que destacar, sino que él sale de este entorno regio y que entonces se encuentra con lo que no se había encontrado hasta entonces: la vida en sus diversas formas.

Él encuentra a un niño, débil y mísero. y dice: En la existencia en la que ha entrado a través del nacimiento, le ha sido dado el sufrimiento. Él Buda sintió:

El nacimiento es sufrimiento. Y después el Buda, con su alma sensible, ve a un enfermo, a una persona enferma. Así es como puede llegar a ser el hombre cuando desciende al mundo terrenal por la sed de existencia: La enfermedad es sufrimiento. Después encuentra a un anciano debilitado por la edad. ¿Qué es lo que se le da al hombre a lo largo de su vida, para que poco a poco ya no pueda ser dueño de sus miembros? La vejez es sufrimiento. Y ve un cadáver. La muerte está ante él con toda su destrucción y extinción de la vida: la muerte es sufrimiento. Y el Buda continúa su indagación sobre la vida y se dice a sí mismo: Estar separado de lo que uno ama es sufrimiento; estar unido a lo que uno no ama es sufrimiento; no recibir lo que uno desea es sufrimiento.

La enseñanza del sufrimiento resonó grandiosa, poderosa e insistentemente a través de los corazones y pechos humanos. Innumerables personas aprendieron la gran verdad de la liberación del sufrimiento a través del apaciguamiento de la sed de existencia, aprendieron que debían anhelar salir de la existencia terrenal-física, que debían esforzarse por salir de las encarnaciones terrenales, y que sólo el apaciguamiento de la sed de existencia puede conducir a la redención y a la liberación del sufrimiento. Verdaderamente, ante nuestras almas se encuentra el pináculo supremo del desarrollo humano.

Dejando vagar pues la mirada por un período que abarca doce siglos, seiscientos años antes de nuestra era y seiscientos años después de nuestra era, hay que destacar una cosa: en medio de este período tuvo lugar el Misterio del Gólgota. De la época del Buda sólo hay que destacar ahora una cosa: el cadáver y lo que el Buda sintió y enseñó al verlo. Y seiscientos años después del acontecimiento del Gólgota: innumerables almas, innumerables ojos vueltos hacia el madero de la cruz en la que cuelga un cadáver; pero de este cadáver emanan para la humanidad los impulsos que espiritualizan la vida, los impulsos de que a través de la vida se vence a la muerte. Es la antítesis de lo que sintió Buda a la vista de un cadáver.

Buda vio un cadáver y reconoció en él la futilidad de la vida. Las personas que vivieron seiscientos años después del acontecimiento del Gólgota contemplaban el cadáver en la cruz con fervor devoto. Para ellos era el signo de la vida, y en sus almas surgía la certeza de que la existencia no es sufrimiento, sino que supera la muerte y conduce a la bienaventuranza. Seis siglos después del acontecimiento del Gólgota, el cuerpo de Cristo Jesús en la cruz se convirtió en el signo memorial de la vida, de la resurrección de la vida, de la superación de la muerte y de todo sufrimiento, del mismo modo que el cuerpo seiscientos años antes del Misterio del Gólgota era el signo de la toma de conciencia de que al ser humano que entra en el mundo físico por la sed de existencia, debe sobrevenirle el sufrimiento. Nunca ha habido un cambio mayor en todo el desarrollo de la humanidad.

Si hace seiscientos años la entrada en el mundo físico suponía un sufrimiento para el hombre, ¿Cómo se presenta ahora ante el alma, tras el acontecimiento del Gólgota, la gran verdad del sufrimiento de la vida? ¿Cómo se presenta a las personas que miran con comprensión la cruz del Gólgota? ¿Es el nacimiento sufrimiento, como dijo Buda? Aquellos que miran con comprensión la cruz del Gólgota, que se sienten unidos a ella, se dicen a sí mismos: Este nacimiento conduce al hombre a una tierra que tuvo la posibilidad de revestir al Cristo de sus elementos. Les gustaría entrar en esta tierra por la que caminó el Cristo. Y a través de la conexión con el Cristo surge en el alma la fuerza por la que puede encontrar el camino hacia los mundos espirituales, surge la comprensión de que el nacimiento no es sufrimiento, sino la puerta para encontrar al Redentor, el cual también se revistió de las mismas sustancias terrenales que forman la envoltura del cuerpo humano.

¿Es la enfermedad sufrimiento? - No, quienes comprendieron el impulso del Gólgota en su verdadero sentido dijeron que no, que la enfermedad no es sufrimiento. Aunque la humanidad de hoy todavía no puede comprender lo que es realmente la vida espiritual que fluye con Cristo, la gente aprenderá a comprenderlo en el futuro, y sabrá que quienquiera que permita que el impulso de Cristo fluya a través de él, en cuyo ser más íntimo se asiente el poder de Cristo, puede superar toda enfermedad a través de los fuertes poderes curativos que desarrolla desde dentro de sí mismo. Porque Cristo es el gran sanador de la humanidad. En su poder está encerrado todo lo que realmente puede desarrollar el fuerte poder curativo de lo espiritual y que puede vencer la enfermedad. La enfermedad no es sufrimiento. La enfermedad es una oportunidad para superar un obstáculo desarrollando el poder de Cristo dentro del ser humano.

Con respecto a los achaques de la vejez, la gente debe darse cuenta de lo mismo. Cuanto más crece en nosotros la debilidad de nuestros miembros, tanto más podemos crecer en espíritu, tanto más podemos llegar a ser maestros por el poder de Cristo que mora en nosotros. La vejez no es sufrimiento, porque cada día crecemos en el mundo espiritual. Y la muerte tampoco es sufrimiento, porque se vence en la resurrección. La muerte ha sido vencida por el acontecimiento del Gólgota.

¿Estar separados de lo que amamos puede seguir siendo sufrimiento? Las almas que están infundidas con el poder de Cristo saben que el amor puede forjar lazos de alma a alma a través de todos los obstáculos materiales, lazos en lo espiritual que son irrompibles. Y no hay nada en la vida entre el nacimiento y la muerte y entre la muerte y un nuevo nacimiento hacia lo que no podamos encontrar el camino espiritual a través del impulso de Cristo. Es impensable que a la larga, cuando nos penetramos con el impulso Crístico, podamos separarnos de lo que amamos. El Cristo nos conduce junto con lo que amamos.

Y del mismo modo, "estar unidos a lo que no amamos" no puede ser sufrimiento, porque el impulso Crístico nos enseña, si lo aceptamos en nuestra alma, a amarlo todo según su justa medida. El impulso Crístico nos muestra el camino, y si encontramos este camino, el hecho de "estar unidos a lo que no amamos" no puede volver a ser sufrimiento, porque no queda nada que no abracemos con amor. - Y "no alcanzar lo que se desea" ya no puede ser sufrimiento con Cristo, porque los sentimientos y emociones del hombre, sus deseos, están tan purificados y ennoblecidos por el impulso Crístico que las personas sólo desean lo que deberían llegar a ser. Ya no sufren por lo que les falta; porque si les falta, es para purificarse, y el poder de Cristo les da la fuerza para experimentarlo como purificación, y por lo tanto ya no es sufrimiento.

Entonces, ¿Qué es el acontecimiento del Gólgota? Es la abolición gradual de los hechos de sufrimiento expuestos por el gran Buda. No hay mayor impacto en el devenir y el ser del mundo que el acontecimiento del Gólgota. Por lo tanto, también podemos comprender que sigue teniendo consecuencias positivas, tremendas, para la humanidad venidera. El Cristo es el mayor Avatar que descendió a la Tierra, y cuando un ser así desciende a la existencia, como el Cristo en Jesús de Nazaret, ocurre algo misterioso y altamente significativo: Así como en pequeña escala, cuando introducimos un grano de trigo a la tierra, germina y crecen tallos y espigas de trigo, que llevan muchos, muchos granos, imágenes del único grano de trigo que hemos colocado en la tierra, lo mismo ocurre en el mundo espiritual. Porque "todo lo pasajero no es más que una parábola" - y en esta multiplicación del grano de trigo podemos ver una imagen, una parábola para los mundos espirituales.

Cuando se produjo el acontecimiento del Gólgota, sucedió algo con el cuerpo etérico y el cuerpo astral de Jesús de Nazaret. Gracias al poder del Cristo que lo habitó, se multiplicaron y, desde entonces, muchas, muchas imágenes del cuerpo astral y del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret han estado presentes en el mundo espiritual. Y estas imágenes continuaron trabajando.

Cuando una individualidad humana desciende de las alturas espirituales para reencarnarse a la existencia física, se reviste de un cuerpo etérico y de un cuerpo astral. Pero cuando algo como las imágenes del cuerpo etérico y del cuerpo astral de Jesús de Nazaret están presentes en los mundos espirituales, entonces sucede algo muy especial para aquellas personas destinadas por su karma. Si el karma de una individualidad lo permitía, -después de que el Misterio del Gólgota se había cumplido-, entonces una imagen del cuerpo etérico o del cuerpo astral de Jesús de Nazaret se entretejía en él. Así ocurrió en los primeros siglos de nuestra era, por ejemplo con San Agustín. Cuando esta individualidad descendió de las alturas espirituales y se revistió de un cuerpo etérico, una imagen del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret se entretejió en su cuerpo etérico. Él tenía su cuerpo astral y su yo para sí mismo, pero tenía una imagen del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret entretejida en su cuerpo etérico.

De este modo, aquello que había servido de envoltura al Dios-hombre de Palestina se transmitió a otras personas que ahora iban a llevar el impacto de este gran impulso al resto de la humanidad. Debido a que Agustín dependía de su propio yo y de su propio cuerpo astral, estaba expuesto a todas las dudas, a todas las fluctuaciones, a todos los errores que le resultaba difícil superar, procedentes de aquellas partes aún imperfectas de su ser. Todo por lo que pasó, lo hizo a través de su criterio erróneo y de los errores de su yo. Pero cuando se hubo decidido, cuando su cuerpo etérico empezó a trabajar, se encontró con las fuerzas que se habían entretejido en él a partir de la imagen del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret en su cuerpo etérico. Y desde entonces se convirtió en aquel que podía proclamar una parte de las grandes verdades misteriosas a Occidente. Así hubo muchos de los que conocemos como los grandes portadores del cristianismo en Occidente, que fueron llamados a perpetuar el cristianismo en los siglos IV, V, VI al X, que fueron capaces de realizar las grandes ideas, que fueron ejemplares, que tenían una imagen del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret entretejida en su cuerpo etérico. Por eso pudieron amanecer las grandes visiones, las grandes ideas ejemplares, que luego encontraron su realización en los grandes pintores y escultores.

¿Cómo surgieron, estos modelos ejemplares para las pinturas que aún hoy nos deleitan? Surgieron cuando, a través de la imagen entretejida del cuerpo etérico santificado de Jesús de Nazaret, las grandes iluminaciones llegaron a los pueblos de los siglos V, VI, VII y VIII de nuestra era, con un contenido de cristianismo que no requería ninguna superestructura histórica. Recibieron una imagen del cuerpo etérico de Jesús de Nazaret entretejida con el contenido de la doctrina del Cristo, y no necesitaron una tradición histórica de los hechos del cristianismo; supieron por iluminación interior que el Cristo estaba vivo porque llevaban una parte de Jesús de Nazaret dentro de ellos. Sabían, al igual que Pablo, que el Cristo estaba vivo cuando vio la aparición de Cristo en el fuego espiritualizado y ardiente del cielo. ¿Se convirtió Pablo por lo que le habían contado sobre los acontecimientos de Palestina? No, ninguno de los acontecimientos que le contaron pudo convertir a Saulo en Pablo y, sin embargo, el impulso más importante para la difusión exterior del cristianismo vino de Pablo, a través de él, que se mantuvo incrédulo de las historias en el plano físico, pero que se convirtió en creyente a través de un acontecimiento oculto que tuvo lugar en el mundo espiritual. ¡Quienes quieren un cristianismo sin iluminación espiritual son extraños! Pues el cristianismo nunca se habría extendido por el mundo sin la iluminación espiritual de San Pablo. La difusión exterior del cristianismo debe su existencia a un acontecimiento sobrenatural.

Y a su vez, el cristianismo fue propagado en épocas posteriores por aquellos que fueron capaces de experimentar al Cristo en la iluminación interior descrita anteriormente, también capaces de experimentar al Cristo histórico, porque llevaban dentro de sí lo que quedaba como remanente del Cristo histórico y sus envolturas. En los siglos XI, XII, XIII y XIV, otras personas recibieron imágenes del cuerpo astral de Jesús de Nazaret cuando fueron convocados y maduraron a través del karma. Tales personas que llevaron dentro de sí imágenes del cuerpo astral de Jesús de Nazaret fueron, por ejemplo, Francisco de Asís, Isabel de Turingia y otros. Sin este conocimiento, las vidas de Francisco de Asís e Isabel de Turingia, por ejemplo, nos resultan incomprensibles. Todo lo que hoy nos parece tan extraño en la vida de Francisco de Asís proviene del hecho de que el yo de Francisco de Asís era el yo humano de esta individualidad humana; pero toda la humildad, devoción, fervor que tanto admiramos en Francisco de Asís proviene del hecho de que él tenía una imagen del cuerpo astral de Jesús de Nazaret entretejida en su cuerpo astral. Tales imágenes se entretejieron en los cuerpos de muchas otras personalidades de la época. Se convierten en modelos a emular cuando sabemos esto. ¿Cómo podría comprender la vida de Isabel de Turingia quien llegue al fondo de la cuestión, si no supiera que en ella se entretejió una imagen del cuerpo astral de Jesús de Nazaret? Muchos, muchos fueron llamados por este poder Crístico continuado para llevar este poderoso impulso a la posteridad.

Pero para épocas posteriores se había conservado algo más: se habían conservado innumerables imágenes del yo de Jesús de Nazaret. En efecto, su yo había desaparecido de las tres envolturas cuando Cristo entró en ellas, pero quedó una imagen, una imagen que había sido realzada por el acontecimiento Crístico, y esta imagen del yo se multiplica infinitamente. En esta imagen del yo de Jesús de Nazaret tenemos algo que todavía hoy está presente en el mundo espiritual. Sí, esta imagen del yo de Jesús de Nazaret la pueden encontrar las personas que se han hecho maduras para ella, esta imagen y, por tanto, al mismo tiempo el esplendor del poder Crístico y el impulso Crístico que lleva dentro de sí.

La expresión física externa del Yo es la sangre. Este es un gran misterio. Pero siempre ha habido personas que lo sabían y que eran conscientes del hecho de que las imágenes del Yo de Jesús de Nazaret están presentes en el mundo espiritual. Y siempre ha habido personas que a través de los siglos, desde el acontecimiento del Gólgota, han tenido que asegurarse secretamente de que la humanidad madura lentamente para que haya personas que puedan recibir las imágenes del yo de Jesús de Nazaret-Cristo, así como también ha habido personas que han recibido imágenes de su cuerpo etérico y de su cuerpo astral. <Por lo tanto, había que encontrar el secreto de cómo este Yo podía ser preservado completamente en silencio, en profundo misterio, hasta el momento apropiado del desarrollo humano y terrenal. Se formó una hermandad de iniciados para guardar este secreto: la Hermandad del Santo Grial. Ellos guardaron este secreto. Esta sociedad siempre ha existido. Y se dice que su antepasado tomó el cuenco que Cristo Jesús había utilizado en la Santa Cena, y en este cuenco recogió la sangre del Salvador que manaba de sus heridas en la cruz. Recogió la sangre, la expresión del ser, en este cuenco, en el Santo Grial. Guardó el cuenco con la sangre del Salvador, con el secreto de la imagen del Yo de Cristo Jesús, en el lugar santo, en la Hermandad, que son los hermanos del Santo Grial por sus instituciones y su consagración.

Hoy ha llegado el tiempo en que estos misterios pueden ser proclamados, en que los corazones de los hombres pueden hacerse maduros a través de una vida espiritual, para que puedan elevarse a la comprensión de este gran misterio. Si las almas se dejan encender a la comprensión de tales misterios a través de la ciencia espiritual, si nuestras almas se dejan llevar a tal comprensión, entonces las almas estarán maduras para aprender el misterio del Cristo, del yo eterno, en el que todo yo humano puede convertirse, a la vista de ese santo cuenco. Ahí está, este misterio, -la gente sólo debe permitirse ser llamada a él a través de la ciencia espiritual, para comprender este misterio como un hecho, con el fin de recibir al Yo Crístico a la vista del Santo Grial. Para ello es necesario comprender lo que ha sucedido como un hecho, aceptarlo como un hecho.

Pero entonces, cuando la gente esté más y más preparada para recibir al Yo Crístico, entonces el Yo Crístico se irradiará más y más en las almas de la gente. Entonces se desarrollarán hacia arriba hasta donde estaba su gran modelo a seguir, Cristo Jesús. Las personas aprenderán primero a comprender cómo Cristo Jesús es el gran modelo a seguir para la humanidad. Y cuando la humanidad haya comprendido esto, empezará a sentir en lo más íntimo de su ser que la certeza, la verdad de la eternidad de la vida emana del cadáver en la cruz del Gólgota. Los que están inspirados e impregnados por el Yo Crístico, los cristianos del futuro, comprenderán algo más. Comprenderán lo que hasta ahora sólo han comprendido los iluminados. No sólo comprenderán al Cristo que ha atravesado la muerte, sino que comprenderán al Cristo triunfante del Apocalipsis que ha sido proclamado de antemano, resucitando en el fuego espiritual. Y la Pascua puede ser siempre para nosotros un símbolo de Cristo resucitado, un lazo que va del Cristo en la cruz al Cristo triunfante, al Cristo resucitado y excelso, al que eleva con él a todos los hombres a la derecha del Padre.

Así que el símbolo de la Pascua nos señala la perspectiva de todo el futuro de la tierra, del futuro del desarrollo humano, y por eso es para nosotros una promesa de que las personas inspiradas por Cristo un día pasarán cada vez más de ser como Saulo a ser como Pablo y verán cada vez más un fuego espiritual. Verdaderamente, así como el Cristo se apareció a Moisés y a los que le eran fieles, en el fuego sensorial de la zarza de espinas y del relámpago en el Sinaí, así el Cristo se nos aparecerá en un fuego espiritualizado del futuro. "Él está con nosotros siempre, hasta el fin del mundo", y se aparecerá en fuego espiritual a quienes hayan dejado que sus ojos se iluminen por el acontecimiento del Gólgota. La gente lo verá en el fuego espiritual. Primero lo vieron en otra forma; sólo entonces verán la verdadera forma de Cristo en el fuego espiritual.

Pero debido al hecho de que el Cristo obró tan profundamente en la existencia terrena, hasta el esqueleto físico, formando su envoltura a partir de los elementos de la tierra, purificando y santificando esta sustancia física para que nunca más pueda llegar a serlo, como los sabios de Oriente suponían en su tristeza, creyendo que el Iluminado del futuro, el Buda Maitreya, no encontraría en la tierra personas que pudieran elevarse hasta comprenderle, porque se habían hundido demasiado en lo material. Por eso el Cristo fue conducido al Gólgota, para que pudiera llevar de nuevo lo material a las alturas espirituales, para que el fuego no se convirtiera en escoria en la tierra, sino que se espiritualizara. Así los hombres comprenderán de nuevo la sabiduría del mundo primitivo cuando ellos mismos se espiritualicen: la sabiduría del mundo primitivo de la que ellos mismos brotaron una vez como del mundo espiritual. Así, el Buda Maitreya encontrará comprensión en la tierra, -que no podría haber encontrado de otro modo-, después de que la gente haya pasado por una comprensión aún más profunda. Porque todo lo que hemos aprendido en la juventud lo comprendemos mejor después de haber madurado a través de las pruebas y podemos volver la vista atrás más tarde. Y así la humanidad comprenderá la sabiduría original del mundo mirando hacia atrás a esta sabiduría original del mundo a la luz de Cristo a través del acontecimiento del Gólgota.

¿Y ahora cómo pueden salvarse los restos incorruptibles de Kashyapa, y dónde se salvarán? Se dice que el Buda Maitreya aparecerá y lo tocará con su mano derecha, y el cadáver será raptado en un fuego.

En aquel mismo fuego que vio Pablo camino de Damasco, hemos de ver el fuego maravilloso y espiritualizado en el que se salvará el cuerpo de Kashyapa. En este fuego se salvarán en el futuro todas las cosas grandes y nobles del pasado. En el fuego espiritualizado, en el que el Cristo se apareció a Pablo, el cuerpo incorruptible del Kashyapa será cobijado por el Buda Maitreya. Así veremos lo grande, lo maravilloso, la sabiduría de todo el pasado fluyendo en lo que se ha convertido en humanidad a través del acontecimiento del Gólgota.

En el símbolo de las campanas de Pascua se nos presenta una resurrección del propio espíritu de la tierra, una redención de la humanidad. Este símbolo todavía permitía a todo aquel que supiera entenderlo comprender cómo el hombre se eleva a las alturas espirituales a través del misterio pascual. -No deja de ser significativo que Fausto, que está al borde de la muerte, sea llamado a una nueva vida por las campanas de Pascua, lo que le conduce al gran momento en que se dice a sí mismo mientras se queda ciego antes de su muerte: "Sólo dentro brilla una luz resplandeciente". Así puede ascender a los mundos espirituales, donde se salvan los nobles miembros de la humanidad.

Todo lo que ha vivido en el pasado será salvado, purificado y cobijado en la espiritualidad purificada que se derramó sobre la tierra y en la humanidad a través del Misterio del Gólgota, del mismo modo que un día será purificado cuando aparezca el Buda Maitreya, el cuerpo incorruptible de Kashyapa, el gran sabio oriental, en el fuego maravilloso, en la luz del Cristo que se apareció a Pablo en el camino de Damasco.

Traducido por J.Luelmo nov.2023

No hay comentarios:

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919