GA067 Berlín 20 de abril de 1918 EL LIBRE ALBEDRÍO Y LA INMORTALIDAD


El libre albedrío y la inmortalidad.




Berlín 20 de abril de 1918


De todos los problemas relacionados con la vida del alma y a los cuales cada ser humano debe enfrentarse constantemente, los relacionados con el libre albedrío y la inmortalidad, figuran entre los más importantes. La conferencia de hoy la he planificado para que estas dos cuestiones puedan discutirse conjuntamente. No he unido estos dos problemas fundamentales de la vida del alma humana de manera arbitraria, sino que espero poder mostrar cuán íntimamente unidos están y lo difícil que resulta hacer un estudio exhaustivo del uno sin el otro.
Cualquiera que se enfrente con estos dos problemas y tenga alguna idea de cómo nos preocupan en la historia humana y espiritual, se dará cuenta inmediatamente de dos hechos. Además de abordar estos problemas a través de la fe, sobre la cual no pretendo hacer aquí ningún comentario ni positivo ni negativo, las personas han tratado de enfrentarse a ellos simplemente basándose en la forma de pensar, científica y filosófica. Basándose enteramente en esos aspectos, se han hecho intentos por obtener el conocimiento más astuto, penetrante y profundo sobre ambos problemas. Cualquiera que los aborde no puede dejar de notar cómo han disputado y actuado de maneras bastante contradictorias, por parte de científicos individuales, cuando se trata del libre albedrío y de la inmortalidad.
Debe haber alguna razón por la cual a la humanidad le resulta tan difícil llegar a ninguna parte, en cuestiones que tocan tan de cerca los empeños del alma humana y que surgen de sus necesidades más profundas. El alma humana se dice incesantemente que dentro del ser humano hay algo oculto que continúa existiendo más allá del nacimiento y de la muerte, y que debería poderse investigar científicamente. También se dice a sí misma que debe haber algo que sirve de detonante para la acción humana, algo que llamamos libre decisión, que no está a merced de una necesidad natural como lo está una piedra cuando cae. Pero cuando el alma intenta investigar las cosas que son tan importantes para ella, sobre la base de su pensar, puede proponérselo con la mayor esperanza de lograr algo, pero pronto otras consideraciones muestran que es posible decir lo mismo tanto en contra como a favor.
El enfoque que durante muchos años he representado en estas conferencias, busca aclarar estas cuestiones desde su propio punto de vista y cree reconocer no solo el camino que debe seguirse para llegar a un concepto humanamente satisfactorio de ambos problemas, sino que cree reconocer también por qué hay tanta naturaleza contradictoria e insatisfactoria en otros enfoques de los problemas. Como es habitual en estas conferencias impartidas desde el punto de vista de la ciencia espiritual, al tratar con tales problemas, estoy obligado a emprender un curso bastante diferente del que emprende la ciencia ordinaria. La ciencia estudia los hechos, se pronuncia sobre sus hallazgos y luego llega a sus conclusiones basándose en dichos hallazgos. El científico espiritual normalmente tiene que proceder de manera diferente, especialmente cuando se trata de temas como los de hoy.
El científico espiritual primero debe proporcionar una idea de cómo llega a sus resultados. Tiene que describir constantemente el camino por el cual se le revela la fuente de sus hallazgos. Naturalmente, se trata de cosas que no pueden alcanzarse mediante los sentidos ordinarios, y que se escapan de los procesos habituales de conocimiento. Por lo tanto, tiene que dar una idea del camino por el cual llega a un punto donde sus hallazgos aparecen expuestos ante el ojo espiritual.
Cuestiones como las que tenemos hoy ante nosotros son de particular interés para el ser humano mismo, porque son predominantemente cuestiones de auto conocimiento humano.
Es enteramente posible decir, (como ya lo he hecho muchas veces aquí), que la ciencia espiritual es por demás, una admiradora del magnífico y tremendo progreso del que la humanidad disfruta gracias al trabajo científico de los últimos tiempos. Pero precisamente porque sabe cómo valorar los hallazgos de las ciencias naturales, (en la medida en que pueden valorarse), sabe también hasta dónde pueden llegar estos métodos científicos y dónde no pueden obtener información.
Tenemos que admitir que para las cuestiones que estamos considerando hoy, cuestiones que conciernen sobre todo al auto conocimiento humano, el trabajo magnífico y admirable del pensar científico y particularmente su método de pensar son más un obstáculo que una ayuda. Por lo tanto, a modo de introducción, déjenme darles un ejemplo.
Los científicos serios y bien intencionados han dirigido constantemente su forma particular de pensar a lo que sucede dentro del propio ser humano, a lo que surge en su vida anímica. Pondremos un ejemplo para mostrar cómo el científico está obligado a desviarse del camino que le llevaría a la solución, no porque cometa ningún error, sino por el método que emplea. Un buen científico, Waldstein, ha publicado entre sus trabajos, (que en parte son muy buenos y que tratan sobre el área fronteriza que comprenden el sistema nervioso y el alma), una disertación sobre el ego inconsciente. Menciona todo tipo de cosas que suceden en el alma humana, y que son importantes para el alma pero de las cuales nuestra conciencia ordinaria no es consciente. Dice, por ejemplo, (y cualquiera puede pensar en cientos de miles de ejemplos parecidos), supongamos que estoy frente al escaparate de una librería mirándolo. Mi atención se centra en la más variada colección de libros. Es una librería científica. Allí no hay más que libros serios. Debido a mi profesión, me llama la atención un libro en particular: Sobre los moluscos. - Y en el momento en que veo este libro, Sobre los moluscos, no puedo evitar comenzar a reír calladamente.  Si bien, después de todo, soy un científico serio y no hay una razón aparente por la que deba comenzar a reír por el hecho de haber visto este libro, Sobre los moluscos. ¿Qué me empuja pues, a reír al ver el título de un libro sobre moluscos? Cierro los ojos para tratar de descubrir qué es lo que me ha hecho reír. ¡Y he aquí! que ahora que mis ojos ya no se centran en el libro, puedo escuchar débilmente en la distancia en medio de muchos otros ruidos y apenas audible, ya que está muy lejos, el sonido de un organillo, y este organillo está tocando la misma melodía con la que aprendí a bailar décadas antes cuando era muy joven. En ese preciso instante trataba de memorizar los pasos de aquella melodía. En aquél entonces no le prestaba mucha atención a la melodía, porque estaba muy ocupado, primero, aprendiendo los pasos y luego prestando atención a mi compañera de la manera adecuada. Incluso entonces, en tales momentos, solo notaba la melodía en un estado medio adormecido. Pero ahora, aunque no me había vuelto a preocupar de esta canción desde entonces, en el momento en que vi el libro sobre moluscos, sonó esta canción en la distancia, y tuve que reírme calladamente. Si no hubiera cerrado los ojos, (porque cuando miraba el libro no me había dado cuenta que estaba sonando un organillo, simplemente sonaba en mi oído sin ser notado), no habría descubierto por qué me reí al ver el libro. Esto me muestra cuán notables son las cosas que suceden dentro de nosotros, que se mueven y actúan en el subconsciente, y cómo esta naturaleza subconsciente sigue su camino en el ser humano.
Describe un gran número de tales ejemplos, y otros similares que han sido citados por otros. Pero al seguir tales disertaciones aprendidas, se da uno rápidamente cuenta de que, aunque las personas saben con certeza que están tratando con algo que pertenece al conocimiento de algo que actúa y vive en el ser humano, su pensar científico no puede lograr nada que le lleve hacia un avance de conocimiento real de eso que vive en el hombre como su verdadero ser. Para eso tenemos que avanzar una etapa más. Y esto es con lo primero que debo tratar: el camino que nos lleva al auto conocimiento. Pero, antes que nada, quiero plantear las dos cuestiones ante ustedes para que puedan ver cómo deben abordarse para sentirlas y entenderlas con absoluta claridad.
Para elegir por dónde empezar, no debemos tomar las impresiones sensoriales como las del organillo, apenas perceptibles en el ser humano, porque así solo llegaríamos a lo que afecta al ser, y no a lo que hay detrás de él. Para situar la cuestión en su justa posición, tenemos que ignorar este movimiento continuo en el que todo tipo de cosas como el sonido del organillo, se incorporan, recurriendo a algo que tenga una relación diferente con la vida humana. En nuestra vida anímica hay un movimiento continuo de imágenes mentales obtenidas por medio de nuestra forma normal de percepción, además de sentimientos e impulsos de la voluntad, todo ello juega un papel cuando escuchamos algo como un organillo. Pero básicamente, toda nuestra vida anímica cotidiana es más o menos similar al caso del organillo. Es cierto que somos plenamente conscientes de al menos parte de lo que vive en nuestra conciencia ordinaria, pero también hay una cantidad inconmensurable, cuya procedencia desconocemos. La ciencia busca con razón en el cuerpo físico, (la parte de nosotros que fallece con la muerte) las causas de lo que juega de esta manera en nuestra vida anímica. Estamos completamente ocupados con esta interacción de nuestras imágenes mentales. Pero hay una cosa en la que tenemos que admitir que tiene un carácter bastante diferente de este movimiento continuo de nuestros sentimientos y sensaciones. Tal cosa es la comprensión, algo que implica un cierto poder de juicio, ya que no dejamos simplemente que nuestras imágenes mentales vayan y vengan a su antojo. Por el contrario, tenemos que sopesarlas diciendo: algunas ideas e imágenes son correctas, otras son erróneas. Comenzamos a desarrollar la lógica en nuestro pensar, una lógica que nos permita mantener una relación correcta con la realidad. Cuando decimos que algo está bien o mal. ¿Es dicha interacción de nuestras imágenes mentales la que formula el juicio? No, no puede ser la interacción normal, las que hacen parecer como correctas e incorrectas las ideas o imágenes. Todo depende pues, de nuestra capacidad de juzgar en conformidad con algo que rechaza las ideas equivocadas y acepta las ideas correctas, ideas que, tanto unas como otras surgen de necesidades corporales. Por lo tanto, en nuestra vida anímica actúa algo de una naturaleza muy diferente de lo que se puede encontrar mediante la auto observación científica normal. Por eso el enfoque filosófico constantemente se ha centrado en ese punto.
Siempre que se ha tratado de salvar al ser humano de ser simplemente el resultado de sus funciones físicas, siempre se ha señalado ese factor que actúa en la vida anímica y que no puede proceder del cuerpo. Tanto sea lo correcto, como a veces lo incorrecto; ambos aparecen de la misma manera. Pero justamente en ese punto es donde podemos ver que este tipo de enfoque no puede llevarnos a una conclusión, que de esa manera es realmente imposible descubrir algo. Porque no vamos más allá de establecer los hechos, mientras que las causas fundamentales y la naturaleza real se buscan en vano.
Por otro lado, está el hecho de que, entre todas las otras cosas que tienen lugar en nuestra vida anímica, también podemos decidir si hacer o no hacer una acción concreta, decidir hacerla o dejarla sin hacer. Pero esto entra en contradicción con cualquier tipo de observación científica. Porque esa acción solo puede tener lugar basándose en nuestra naturaleza corporal, nuestra naturaleza humana, y eso significa que tenemos que buscar esa base en nuestra naturaleza humana de conformidad con las leyes que actúan según la necesidad. La libertad humana no interfiere en ello. Hay que partir de esos dos puntos, ese es el otro límite.
Hace veinticinco años, en mi libro Filosofía de la actividad espiritual, intenté establecer estos dos límites o fronteras como mi propio punto de partida, desde el cual, y basándome meramente en la observación, busqué establecer qué es lo que vive en el alma humana, qué sucede realmente en esa alma cuando al realizar una acción esa persona siente que está empleando su libertad.
En aquél tiempo lo dispuse de manera que quedara dentro de consideraciones puramente filosóficas. Hoy trataré de ofrecer una solución, en la medida de lo humanamente posible, basada en los hallazgos de la ciencia espiritual. Sin embargo, para hacer eso, es necesario abordar los dos puntos que acabo de describir como los puntos limítrofes del genuino auto conocimiento, de manera que solo la ciencia espiritual pueda abordarlos.
Una de las cosas características de la ciencia espiritual es que no dejamos que el alma investigue en su estado cotidiano. Eso lo hace nuestra conciencia ordinaria, como también lo hace la ciencia, pero en la ciencia espiritual llevamos el alma más allá del punto que alcanza si simplemente se deja a su propio desarrollo natural. Nosotros mismos debemos tomar las riendas del alma, y hacer que se convierta en algo diferente. Para que que pueda ver y percibir algo diferente de lo que se puede percibir con los medios que se emplean para el conocimiento ordinario. Tiene, si se me permite indicar esto, desde buen principio que ser capaz de captar con su ojo espiritual el espíritu que vive en el hombre.
La mayoría de personas sostienen, (o eso es lo que dicen), que este es un tema puramente de creencias, pero en realidad, simplemente es que no desean hacer ningún esfuerzo por considerar cosas tales como el espíritu humano. El método y la práctica reales del científico espiritual demuestran que no se trata solo de una mera creencia adquirida, sino de un conocimiento tan cierto en el ámbito espiritual como lo es el conocimiento científico en el ámbito natural. Debemos, por supuesto, tener bastante claro que al realizar ciertos ejercicios y funciones, el alma tiene que alcanzar una constitución bastante diferente de la que tiene en la vida normal y mediante la ciencia ordinaria. Tiene que adquirir un tipo de percepción diferente. En mis escritos, donde se puede encontrar información más detallada sobre estos asuntos, he denominado como conocimiento imaginativo, a esa primera etapa que el alma alcanza al investigar el mundo espiritual.
¿Cómo adquirimos ese conocimiento imaginativo? Aplicando principalmente nuestro pensar, nuestras mentes en una dirección diferente de la habitual en la vida cotidiana. Siguiendo con el ejemplo ya citado, debemos intentar introducir algo en nuestro pensar que esté lo más alejado posible del efecto que causaba el organillo. Por medio del cual entraban en la vida anímica una cantidad desconocida de efectos, que ni siquiera eran notados. Precisamente debe producirse todo lo contrario si deseamos entrenar nuestras almas, para prepararlas para la investigación espiritual. En nuestra alma no debe entrar nada a menos que la propia alma así lo admita. Esto solo se puede hacer si conseguimos, (naturalmente solo con el propósito de nuestras investigaciones), eliminar el pasado que hemos vivido y el futuro que esperamos, y nos concentramos en nuestras almas únicamente en el presente, en la medida de lo posible en una imagen mental comprensible, una imagen mental que hayamos preparado nosotros mismos para que sepamos lo que contiene. Y esto lo hemos de hacer una y otra vez.
Lo característico de esto es que dicha actividad debería desligarse por completo de cualquier tipo de ensoñación en el alma. Nadie puede convertirse correctamente en un científico espiritual, si es aficionado a dejarse llevar por la auto complacencia y los sueños. Nadie que voluntariamente se entregue místicamente a algo indefinido, de una manera falsa, puede convertirse en un científico espiritual. Porque tal complacencia no conduce a la ciencia espiritual. Solo podemos reconducir la ciencia espiritual si experimentamos algo en nuestras almas que nosotros mismos hayamos puesto allí con cada esfuerzo plausible de nuestra propia conciencia, y después nos entreguemos a ello concentrándonos constantemente en él. En mis escritos he llamado a esto meditar, y con esto me refiero a meditar en el sentido apropiado de que nos dirigimos hacia nuestra propia conciencia, hacia nuestra propia actividad anímica.
Hay otro punto que me gustaría mencionar. Dicha meditación no solo debe estar muy alejada de cualquier tipo de estado de sueño o misticismo falso, sino que también debe estar alejada de todo lo que sean condiciones hipnóticas y sugestiones en el alma. Mirar fijamente objetos brillantes, por ejemplo, por medio de los cuales los hipnotizadores inducen el estado hipnótico es lo opuesto a la primera condición de un entrenamiento espiritualmente científico. Todos los diversos tipos de ejercicios que embotan la conciencia son lo opuesto al entrenamiento espiritualmente científico.
Lo que pretendemos es evocar en el centro de nuestra vida anímica, con plena conciencia, ideas, sentimientos e impulsos de la voluntad, de los cuales tengamos una imagen clara, para que estemos tan despejados como lo estamos cuando usamos todos los poderes de nuestro pensar. De hecho, este pensar absolutamente despejado, llevado a cabo con plena conciencia, debe ser nuestro ejemplo y patrón. Sin embargo, debemos tener cuidado de no quedarnos en eso solo, ya que entonces no lograremos nada, pero eso debería servirnos de patrón para toda la actividad que el alma realiza en los ejercicios dirigidos a encontrar el camino hacia el mundo espiritual.
Tal vez pueda llevarnos años intentarlo, pero a medida que pasan los años nos servirán de mucho, ya que el hecho de que envejezcamos mientras hacemos los ejercicios, es de gran ayuda para posibilitar que algo suceda. Tratar constantemente de concentrar nuestra vida anímica en nuestras imágenes mentales auto dirigidas mediante la meditación, dan como resultado el desarrollo de nuestra vida imaginativa. Esto significa que ya no solo necesitamos usar representaciones e imágenes mentales que nosotros mismos hayamos elaborado, sino que tales representaciones, tales imaginaciones, aparecen como entidades objetivas en el alma, y en efecto, podemos vivir en tales imaginaciones. Solo cuando nos hemos preparado tal como he descrito, estas imaginaciones ya no surgen del cuerpo, sino del alma.
Nos hacemos además conscientes de seguir gradualmente una necesidad interna. Al vivenciar este mundo de imágenes, que es el mundo imaginativo que primero experimentamos, vamos gradualmente dejando de creer que podemos organizar las imágenes a nuestro antojo, sino que estamos obligados a ciertas leyes, tal como lo estamos a las leyes del mundo exterior.
Pueden ustedes poner una silla sobre la mesa; que se quedará ahí. Pero si pretenden dejarla suspendida en el aire, se caerá. Si al mirar el mundo exterior quieren seguir estando dentro de la realidad, estarán obligados a seguir ciertas leyes. A medida que vayan desarrollando su alma de manera correcta, gradualmente verán que están vinculados de modo similar a las leyes de su propio mundo interior, que son tan objetivas como, por ejemplo, la ley que hace que una silla solo pueda colocarse sobre alguna base de apoyo. Por una parte, sentimos que con nuestra conciencia somos parte del mundo en el que existen las imágenes; Por otra, nos sentimos ligados al orden subyacente que se puede comparar con el tipo de orden que existe en el mundo físico.
Debemos ser capaces de diferenciar cuidadosamente lo que experimentamos, en dos aspectos concretos. No debemos confundir esto último con lo que las personas experimentan bajo la influencia de visiones ordinarias, porque esas visiones ordinarias provienen del cuerpo. No son inducidas por nosotros mismos, ni tienen lugar en el alma. Las imaginaciones, en cambio, sí son procesos que tienen lugar en el alma. Quienes no hayan aprendido a diferenciar entre imaginaciones y visiones pueden, ciertamente, convertirse en visionarios que permiten que todo tipo de nubes vagas surjan de su cuerpo, pero nunca pueden convertirse en científicos espirituales. Simplemente no estamos presentes conscientemente cuando surgen visiones, y este es un punto muy importante. De hecho, es tan importante y real como las normas de precaución que adoptamos cuando buscamos métodos químicos, físicos y fisiológicos.
Me gustaría citar a un crítico del enfoque de la ciencia espiritual, que tiene una alta opinión de la sabiduría contenida en su propio libro. No deseo hablar de toda la basura que ha vertido sobre mi ciencia espiritual, pero citaré algo de un libro de este supuestamente erudito caballero. Dicho libro ha llamado considerablemente la atención y ya se ha editado una segunda edición después de un corto espacio de tiempo. El autor relata lo que a veces le sucede cuando da una conferencia. Por un tiempo habla de tal manera que piensa en todo lo que dice, pero a veces observa que ya no piensa, o al menos piensa en otra cosa, pero continúa hablando.
¡Bueno, ante todo, prometo no imponerles nunca a ustedes mis divagaciones, cuando haya dejado de pensar! Por otra parte hay que insistir que, quien crea que es posible acercarse a los misterios del alma actuando de esa manera, es ya de entrada, demasiado estúpido para poder comprender algo sobre los fundamentos de lo que es la verdadera ciencia espiritual. Ademas, es incluso demasiado estúpido para hacer declaraciones remotamente correctas sobre la ciencia espiritual. Con dicha afirmación, demuestra cuán lejos está de lo que se pretende aquí. Porque precisamente, lo más esencial es que la ciencia espiritual debe poner énfasis en que la conciencia debe estar presente donde sea que se busque lo espiritual. Todas las visiones y todo tipo de sueños no dirigidos, (aunque sean lo suficientemente impresionantes como para cautivar a un público sin pensar en los medios por los cuales está siendo cautivado), todo eso se sale de la cuestión, no solo cuando hablamos, sino también en relación con lo que sucede dentro de nosotros en nuestras almas, si estamos en la senda hacia el espíritu indicada por la ciencia espiritual.
La otra cosa que hay que diferenciar de lo que he llamado imaginación, es nuestra fantasía ordinaria. Nuestra vida imaginativa superior no es meramente un acto de nuestra fantasía, como tampoco lo es una experiencia mística visionaria o no dirigida. Con nuestra fantasía, ciertamente, las imágenes tienen una cierta ley y orden, solo que están organizadas internamente de una manera bastante libre. Con nuestra fantasía, no estamos tan atados al curso objetivo de las imágenes como a nuestra percepción ordinaria o en la vida de la imaginación, donde sabemos que la silla no puede estar suspendida en el aire.
Por lo tanto, si en nuestro entrenamiento interno del alma llegamos al punto de tener ante nosotros lo que no podemos tener en la vida cotidiana de nuestra conciencia ordinaria, estaremos experimentando no simplemente un mundo de imágenes surgidas del alma, cuyo origen el alma misma ha experimentado poco a poco. Sino que ahora experimentamos un mundo nuevo, un mundo de imágenes, un mundo que de otro modo no tendríamos a nuestro alrededor. Esta es la primera cosa por la que tiene que luchar quien desee penetrar en el mundo espiritual real.
Pero en este camino hacia la investigación espiritual, ocurre algo especialmente importante. Al visionario, este mundo de imágenes le satisface. Se dice que eso era lo que buscaba, también al soñador le satisface. En cambio a la persona que alcanza el conocimiento imaginativo, este mundo de imágenes no le satisface en absoluto. Lo considera solo como un medio para seguir adelante. Porque la experiencia de este mundo de imágenes viene acompañada de un fortalecimiento de nuestros medios de experiencia. Tenemos que hallar fuerzas internas bien diferentes en nuestra vida anímica si queremos conservar estas imágenes, o estar realmente presentes conscientemente cuando surjan. Estas fuerzas son bastante diferentes de las que debemos usar cuando surgen imágenes ordinarias, mientras hablamos de manera ordinaria o cuando escribimos. Ese fortalecimiento de nuestra conciencia es el factor importante, ya que de esta manera el alma se vuelve más fuerte de lo que es en la vida, o necesitaría ser. Con este mundo de imágenes, lo único que se gana es el fortalecimiento de nuestra vida anímica. Deberíamos decirnos a nosotros mismos: todo este mundo de imágenes es solo una preparación para el mundo espiritual.
Entonces, habiéndonos experimentado a nosotros mismos, (y eso lo digo intencionadamente), nos damos cuenta de que no hay realmente ningún mundo objetivo en estas imágenes, pero nos hacemos con los medios para penetrar dentro de ese mundo objetivo. En ese mundo de imágenes nos hacemos con, por así decirlo, un ojo y un oído espirituales, pero que aún no son transparentes. Es como si en el cuerpo físico aunque dispusieran de ojos, éstos no estuvieran hechos de una sustancia transparente semejante al vidrio, sino que estuvieran oscurecidos y opacos. Esta es la naturaleza de este mundo de imágenes dentro de nosotros, que es más probable que nos separe del mundo espiritual, pero que puede fortalecerse al proporcionar a nuestras almas los primeros medios disponibles para penetrar en el mundo espiritual. Tenemos que adquirir un poder adicional. Y este se adquiere sintiendo el poder que experimentamos en estas imágenes. Experimentándolas al máximo, adquirimos un segundo poder. Pueden encontrar información más detallada en mis libros.
El segundo poder consiste en hacer que las imágenes sean transparentes y transmisoras de sonido, eliminándolas seguidamente, para sentirnos simplemente en las imágenes, solo fortaleciendo nuestro ego, pero haciendo que todo el mundo de imágenes sea transparente. Hemos de estar en él, pero sin tener que verlo. Esta es una condición que el visionario rechaza a toda costa, ya que está inmensamente satisfecho de sentirse a sí mismo en las imágenes, de tener, como él cree, "todo el mundo espiritual" ante sí. No quiere que las imágenes sean transparentes. El científico espiritual utiliza lo que experimenta con las imágenes solo para fortalecer su ego que de ese modo se vuelve más fuerte que el ego ordinario y ahora puede mantenerse. Cuando el ego se mantiene a sí mismo, también mantiene el mundo de las imágenes por sí mismo, pero por medio de esta fuerza interior ya no dirige su mirada hacia la percepción del mundo de las imágenes. Esto último se supera, de modo que aunque vivimos en este mundo de imágenes, ya no lo percibimos y ya no lo vemos como algo que viene a nosotros como una realidad externa a nosotros.
Además de la práctica enérgica de los ejercicios que han hecho que la imaginación sea transparente, surge la segunda cosa necesaria para entrar en el mundo espiritual. Es lo que yo llamo conocimiento inspirado. Al usar esta palabra, le pediría que la tomen solo en el sentido que he explicado aquí, y que no la confundan con todo tipo de nociones supersticiosas. Es lo que aparece en el alma cuando esta última se ha fortalecido en el mundo de las imágenes y luego ha eliminado. El mundo de las imágenes se vuelve transparente, y el mundo espiritual objetivo externo, se da a conocer para el oído espiritual, y para la percepción espiritual. No es solo que entonces tengamos el yo fortalecido ante nosotros, porque ahora nuestra experiencia puede darnos la posibilidad de saber que hay un mundo espiritual a nuestro alrededor, lo mismo que con nuestros ojos y oídos físicos percibimos que hay un mundo físico a nuestro alrededor. De hecho, cualquiera que sea de la opinión de que no es necesaria una investigación adecuada para entrar en el mundo espiritual, o que hablar sobre el mundo espiritual no es mas que un montón de palabrería sin sentido, está muy equivocado. E igualmente equivocada está la persona que sostiene que el científico espiritual es una especie de visionario cuya tarea es fácil en comparación con el trabajo serio que se realiza en los descubrimientos realizados en el laboratorio o el observatorio. Por difícil que sea para nosotros adoptar los métodos de la ciencia ordinaria, es aún más difícil dominar toda la preparación necesaria para que el alma supere la etapa de la imaginación y entre en el mundo espiritual tal como lo he descrito. Hacer afirmaciones irresponsables sobre tales asuntos solo pueden provenir de quienes nunca se han molestado en tener una idea real de lo que es la ciencia espiritual.
Después de haber penetrado en el mundo espiritual, cuando éste se nos revela de una manera similar a como experimentamos en el mundo físico el color y el sonido, sucede algo que sentimos de manera notable. Al continuar aplicándonos a la inspiración, la seguimos experimentando y lo que sucede es lo que podríamos llamar lo contrario del irse a dormir. Es muy importante comprender esto. Sabemos que a través del conocimiento imaginativo e inspirativo hemos pasado por todas las condiciones que normalmente solo experimentamos cuando nos vamos a dormir. Esta liberación del cuerpo físico por lo que se refiere a la imaginación y la inspiración, es lo mismo que hace el cuerpo físico, al irse a dormir, que solo sigue sus propias leyes, que no tienen nada que ver con lo que sucede en el alma. Observen lo que sucede cuando nos vamos a dormir: nuestras percepciones normales se vuelven poco claras y se van hundiendo, al poco perdemos la consciencia. Esta disminución de nuestras percepciones físicas no se producen porque el cuerpo físico esté cansado, sino porque hay algo que sustituye nuestras percepciones, a saber, las imaginaciones. No es que desarrollemos una forma inferior de actividad anímica, sino una superior, que aún es más significativo en el caso de la inspiración.
Si proseguimos aún más en nuestro avance de la actividad anímica, es como si en mitad del sueño pudiéramos despertarnos y viéramos nuestros propios cuerpos separados de nuestras almas. Esta es una experiencia real. Vemos que cuando hemos experimentado la inspiración, estamos fuera de nuestros cuerpos. Sin embargo, sin perder la consciencia, (cosa que normalmente ocurre cuando dormimos) sino que nos vemos rodeados del mundo espiritual con plena consciencia. Entramos pues, en lo que se da a conocer en la inspiración, se entra en ella, llegando a conocer a sus seres y procesos, paso a paso. En mis escritos he llamado a esta tercera etapa del conocimiento espiritual, la intuición.
Penetramos en el mundo espiritual por medio de la imaginación, la inspiración y la intuición. Así es como nos sumergimos en el mundo espiritual mediante la transformación del alma. No se puede lograr con frases vacías ni conversaciones místicas sin sentido sobre abandonarse o dejarse fluir, sino solo con un trabajo realmente serio sobre el alma. Una vez alcanzada esta etapa, (que no tiene porque ser una etapa más elevada que nuestra vida ordinaria, sino solo con un tipo diferente de conocimiento), entonces tenemos una relación con el mundo exterior bastante diferente de la que tenemos si carecemos de este conocimiento.
Aunque es bien sabido por muchos de ustedes después de todas las conferencias que he dado aquí, sin embargo, me gustaría mencionar de pasada que un científico espiritual no es que sea un científico espiritual desde que se despierta hasta que se va a dormir, como ocurre por ejemplo con un químico, que es químico incluso aunque no esté en su laboratorio. Porque en los momentos en que el científico espiritual no está realmente inmerso en el mundo espiritual, es un ser humano ordinario como cualquier otra persona. Él vive naturalmente de conformidad con lo que el mundo exterior le exige. Es un gran error imaginar que el científico espiritual se vuelve una persona diferente. En el mundo exterior surgen muchos malentendidos, sobre diversos tipos de sociedades debido a que sus miembros constantemente sugieren que son un tipo superior de ser humano. Esto es bastante irresponsable y ciertamente no es lo que se pretende aquí. Lo que aquí se pretende es, que en ciertos estados de la vida entrenamos al alma para que penetre en el mundo espiritual, y que durante dichos estados, con esas condiciones mejoradas del alma, ésta se relacione con el mundo exterior de una forma diferente de la habitual, incluso con respecto a las más sutiles diferenciaciones en la vida.
Aunque pueda resultarles extraño, sin embargo, es cierto que significa mucho para aquellos que miran la vida de una manera unilateral, el que uno sea un materialista o un espiritualista, (espiritualista no en el sentido del espiritismo, sino de la filosofía alemana). Para un científico espiritual, realmente da igual que una persona sea materialista o espiritualista. Esa no es la cuestión. Porque el materialista que se acerca al mundo material exterior desde lo más profundo de su yo, por muy material que sea el fenómeno que investigue, procede desde la materia hacia el espíritu, porque el espíritu subyace en la raíz de toda la materia. Si ustedes parten desde la materia y no se detienen a mitad de camino, por muy rabiosamente materialistas que puedan ser, pero están dispuestos a aplicar su pensar a la investigación, entonces estarán en el camino correcto. Tampoco un espiritualista debe detenerse a la mitad, solamente porque hable eternamente acerca del espíritu, y tal vez incluso desprecie la materia. Lo importante no es hablar sobre el espíritu, sino encontrar el camino desde el espíritu hacia la materia, sumergirse uno mismo en la materia y llevar al espíritu consigo hacia ella. Es un hecho que los espiritualistas, que siempre hablan sobre el espíritu y no tienen idea de cómo aplicar este espíritu a nuestra vida más inmediata y útil, son quizás incluso más dañinos que los materialistas.
Que partamos desde la materia o desde el espíritu no es importante. Lo importante es que continuemos nuestras investigaciones hasta llegar a una conclusión. Aunque, en cierto sentido, esto no sucede en el caso de los métodos aplicados por la ciencia moderna. La fisiología y la biología modernas tratan casi exclusivamente el aspecto material, incluso cuando estudian al ser humano, aunque sus métodos, (es decir, su método de pensar, no los hechos que descubren), no pueden respaldar los verdaderos misterios de la evolución humana. Y para las cuestiones que ahora estamos considerando, es justo eso lo que importa.
Son ustedes muy conscientes de que la idea de la evolución es uno de los logros especiales de la ciencia moderna. Pero la evolución se ha convertido en una palabra bastante manoseada. Todo lo que es ciencia, incluido el ser humano, ha entrado en la órbita de la idea de la evolución, y esto ha llevado a descubrir mucho material útil y significativo. Sin embargo, a pesar de ello, la ciencia realmente solo ha descubierto la mitad de todo lo que se necesita para que el ser humano se nos haga comprensible. Porque el ser humano no se reduce solo a eso, ni tampoco puede ser entendido simplemente basándose en esa sencilla línea evolutiva.
El hombre es un ser complicado. Si vamos a aplicarle al ser humano la idea de evolución y profundizamos realmente en los verdaderos misterios de su naturaleza, debemos aplicarle la idea de evolución al organismo humano, ya que este último se presenta a nuestros sentidos cotidianos, de manera muy diferente a los enfoques algo simplificados intentados por la ciencia hasta ahora. Porque al tratar con el ser humano tenemos que diferenciar entre diferentes partes: la cabeza con los sentidos y el sistema nervioso (por simplicidad lo llamo el organismo de la cabeza), el organismo más central conectado con las regiones pectoral y abdominal, y el tercero, que consiste en lo que tiene lugar en la periferia del cuerpo humano (extremidades). Cualquiera que haya visto un esqueleto humano sabrá que lo que se expresa de manera tan diferente de los animales en la formación de las extremidades del hombre, sus brazos y manos, sus piernas y pies, no solo es diferente en su expresión externa, sino que esta diferenciación también continúa a un nivel más interno.
Todo lo que experimentamos externamente con respecto al ser humano es, en primera instancia, material. Llegamos a conocer los verdaderos misterios de esto cuando estamos en la posición de poder sumergirnos en esta manifestación material. Luego, al aplicar la idea de evolución sostenida por la ciencia moderna, encontramos que solo explica la mitad de las tres partes, la región del seno. El ser humano considerado desde el aspecto de su organismo principal no puede explicarse por esta idea de evolución. ¿Por qué debería ser esto? - Porque la cabeza del hombre no solo experimenta una evolución hacia adelante, sino que dentro de esta evolución hacia adelante también evoluciona en la dirección opuesta, una evolución regresiva. La cabeza, en lugar de acumularse, se reduce, quita algo del curso directo de la evolución, no se detiene cuando el ímpetu de la evolución llega a su fin, pero luego osifica más que el resto del organismo. Podemos ver en esta peculiar osificación de la cabeza una expresión externa trivial del hecho de que anatómicamente el cerebro está extrañamente indiferenciado, un hecho que los hallazgos de la ciencia moderna también señalan: la ciencia moderna y la ciencia del espíritu apuntan al mismo hecho. Mirando al ser humano como un organismo principal, no nos preocupa una línea recta de evolución, sino un desarrollo que en un momento avanza, luego se detiene y se vuelve regresivo.
Al familiarizarnos con la imaginación, la inspiración y la intuición, nuestra experiencia interna nos permite penetrar en la estructura del mundo material, más que aquellos que, por extraño que parezca, solo quieren experimentar siempre el espíritu. Esta experiencia del espíritu requiere que podamos penetrar en la esfera material. Entonces experimentamos lo que realmente son nuestras mentes, lo que realmente nos convierte en seres humanos. ¿Qué sucede en el inconsciente cuando nuestras mentes están activas? Ocurre algo muy extraño: al usar nuestras mentes, nuestras cabezas se vuelven hambrientas. La cabeza pierde sustancia. Cada idea que está impregnada por nuestro pensar es una condición parcial de hambre. Los ascetas, han elegido una vía incorrecta, tratando de dejar que todo el cuerpo se muera de hambre para evocar ciertas ideas. Eso es un error. De hecho, lo correcto es que se produzca simplemente un cierto equilibrio poco estable. En nuestro organismo solo tenemos un equilibrio adecuado y estamos bien alimentados en lo que respecta a la parte media de nuestro organismo, pero en cuanto a nuestra cabeza, solo se equilibra mientras dormimos. Todo el tiempo que estemos despiertos, la cabeza debe sufrir desnutrición. Esta es la evolución regresiva. Se aparta de la evolución derivada de la reducción de sustancias.
Y he aquí, donde nos encontramos con algo que es tremendamente importante, que proporciona al científico el puente del conocimiento natural.
Preguntamos: ¿Cómo funcionan nuestras mentes? ¿Se debe a un tipo de evolución en germen que avanza? No, se debe a que la evolución se vuelve regresiva, justo ahí es donde la evolución se detiene y se desmorona, en la cabeza, dejando así espacio para la experiencia del alma. Si creemos que la evolución simplemente progresa en línea recta como lo hace la parte intermedia puramente animal de nuestro organismo, nunca llegaremos a un concepto de la independencia de nuestras mentes, de nuestra experiencia del pensar. Esto solo sucede cuando sabemos que la evolución tiene que retirarse, al igual que todo lo que induce al crecimiento y a la vida, para que se abra un espacio para el alma en la cabeza. Solo reconociendo que la cabeza es la base de nuestra vida anímica, llegaremos a apreciar la independencia de nuestra experiencia. Al penetrar en la imaginación, la inspiración y la intuición vemos, pues, cómo nuestro pensar, ya sea correcto o incorrecto, afecta la vida de nuestra alma.
Podemos pues seguir adelante. Se puede percibir que la parte pensante en nosotros ocupa una posición independiente en el organismo, y cuando decimos que una cosa está bien y otra está mal, podemos ver emergiendo de nuestro organismo qué es y la forma de entrar en el ser humano. Y hemos aprendido a reconocer qué tipo de experiencia tenemos en la imaginación, la inspiración y la intuición. Pero ahora, ¿de qué manera experimentamos nuestro pensar? Descubrimos que, tal como existe en la vida cotidiana, siempre que sea un tipo de pensamiento real, no solo sigue el camino al azar de nuestras imágenes mentales, sino que evoluciona de forma lógica, correcta o incorrecta, y que es una forma inconsciente de inspiración para el ser humano. Este es el gran descubrimiento que hacemos.
La ciencia espiritual nos lleva conscientemente a la esfera de la inspiración. Esto solo puede ocurrir reconociendo el hecho de que algo fluye hacia nosotros que nos dice que rechacemos una cosa y aceptemos la otra. Esta es una forma inconsciente de inspiración. ¿De dónde proviene? Eso lo descubrimos a través de la ciencia espiritual en nuestra experiencia de imaginación, inspiración e intuición. Si, habiendo alcanzado la imaginación, no nos detenemos en ella sino que nos sumergimos en la inspiración, llegamos a ver ¿Qué es eso que nos inspira?. Que no es otra cosa que la vida que vivimos antes de entrar en el cuerpo proporcionado por nuestros padres, al nacer o en la concepción. Entonces nos damos cuenta de que esta vida física es una continuación de una vida espiritual que hemos vivido. Entonces aprendemos, a través del propio pensar, que el ser humano desciende de un mundo espiritual y entra en una existencia donde la madre y el padre le proporcionan un vehículo corporal que tiene lugar en el nacimiento o la concepción. Al reconocer nuestro pensar como inspiración inconsciente y al percibir las intuiciones, es decir, al hablar de un pensar intuitivo, de esa intuición que vive en nuestro pensar, realmente estamos hablando de la existencia que tiene el alma espiritual del hombre antes del nacimiento, o más bien, antes de la concepción
En el futuro, el problema de la inmortalidad se extenderá considerablemente. Hasta ahora, la gente solo se han interesado egoístamente en lo que sucede después de la muerte. Pero la vida que vivimos aquí en un cuerpo físico es la continuación de una vida espiritual. La ciencia espiritual ofrece la posibilidad de mirar nuestra vida aquí conjuntamente con el alma inmortal, tal como era antes de entrar en el cuerpo físico al nacer o al ser concebidos.
Observemos ahora al ser humano desde otro aspecto de su evolución. Aquí tendré que decir algo muy paradójico. Pero también sé que la paradoja de la que voy a hablarles, aunque tal vez la gente la considere algo perversa, en el futuro será de hecho una posesión sólida de la ciencia.
Fijémonos en la parte del organismo correspondiente a nuestras extremidades, es decir, todo lo relacionado con la formación de nuestros brazos y manos, pies y piernas, y veamos cómo estas continúan en el plano interno. En ellas tenemos una imagen bastante diferente de la evolución. Hemos con visto cómo el organismo de la cabeza tiene una evolución regresiva. En cuanto al organismo de las extremidades, se da la extraña circunstancia de que están un poco mas adelantadas de lo que es normal en el organismo medio; nuestras extremidades, están realmente sobre evolucionadas. Aquí el ser humano va un paso por delante de lo establecido en la evolución de la cabeza. Incluso la forma (desgraciadamente, el tiempo es demasiado corto para entrar en todos los detalles) y toda la vida de nuestro organismo de las extremidades demuestran que aquí nos hallamos ante una sobre-evolución, porque tienden hacia algo para lo cual el ser humano no necesita preservar su cuerpo. Nuestra evolución traspasa eso, mientras que nuestras cabezas han evolucionado de manera regresiva. ¿Cuál es la consecuencia de eso? - Debido a esa sobre-evolución, algo en nosotros es traído a la vida inconscientemente que solo reconocemos cuando hemos alcanzado una comprensión de la vida imaginativa y cuando ésta se ha profundizado mediante la inspiración y la intuición.
Cuando el científico espiritual, percibe con la mirada espiritual, el organismo de las extremidades, ve cómo al organismo se le agrega algo. Ese algo, es en efecto, una imaginación que surge como algo natural por derecho propio. Las extremidades aceleran su progresión evolutiva, permitiendo así que algo le llegue al alma, algo que no se puede ver con nuestros ojos normales, pero que cuando alcanzamos la vida imaginativa aparece de inmediato. A través de la mediumnidad, (facultad inherente a ciertas personas, no es un don hereditario ni un poder mágico), de nuestras extremidades se produce una imaginación que no tiene nada que ver con nuestra vida aquí en el cuerpo. ¿Qué es lo que tenemos integrado pues, en nuestras extremidades y que solo se puede entender como una imaginación? No es otra cosa que lo que mas tarde, cuando pasa por la puerta de la muerte, proporciona la base para la continuidad de la vida después de la muerte.
Por un lado, aquello que existe antes del nacimiento y de la concepción, despliega su vida en nuestras cabezas, sometidas a una evolución regresiva permitiendo así, que la inspiración trabaje en nuestro pensar, por el otro, aquello que guía nuestra vida anímica en una especie de vehículo hacia el interior. De ese modo, después de la muerte, el mundo espiritual está integrado en nuestro organismo de las extremidades. Por lo tanto, por un lado, nuestras cabezas están dotadas de inspiración inconsciente, mientras que por el otro, en nuestras extremidades, estamos dotados de imaginación inconsciente por lo que la parte de nosotros que atraviesa la puerta de la muerte vive inconscientemente en nosotros, llevándonos a la inmortalidad después de la muerte. Por lo tanto, llegamos a conocer la vida antes del nacimiento y la vida después de la muerte de dos maneras diferentes, la primera como inspiración inconsciente, la segunda como imaginación inconsciente.
Es posible estudiar biológica y fisiológicamente la conexión entre el organismo de las extremidades y el resto del organismo humano. Solamente tenemos que ver cómo los órganos sexuales primarios están estructuralmente conectados con los pies, y los órganos sexuales secundarios, es decir, solo los senos, están conectados con los brazos. Por tanto, tenemos ante nosotros la base física para producir una nueva vida, que luego se separa, que se halla integrada en el ser humano mediante el organismo de las extremidades. Esta base física se completa cuando el ser humano alcanza la pubertad, aunque continúa su vida más allá de eso.
El conjunto de nuestra organización física tiene su contrapartida. El organismo físico, por cuanto está conectado con los órganos sexuales, es la base para producir más vida física. Por otro lado, la naturaleza del alma espiritual, sobre la que se basa el organismo de nuestras extremidades, es necesaria para producir lo que se envía más allá de la puerta de la muerte y produce la próxima vida en la tierra.
Disponemos pues, de un punto de partida para una rigurosa investigación científica del problema de la inmortalidad. Y cuando señalaba, (hace más de veinticinco años en mi Filosofía de la actividad espiritual), que si deseamos acercarnos a la libertad es necesario observar correctamente, a la vez, también indicaba que tenemos que progresar hacia un pensar puramente intuitivo. Hoy añadiría: Este pensar intuitivo debe percibirse antes del nacimiento o la concepción. Esto ya estaba escrito en La filosofía de la actividad espiritual cuando a uno de los elementos de la voluntad humana, lo llamé el pensar intuitivo. El otro elemento que surge como vida imaginativa lo llamé la fantasía moral. Allí está descrito desde un punto de vista filosófico, con el propósito de discutir la libertad, para que el libro fuese accesible para quienes consideran la ciencia del espíritu un cúmulo de despropósitos. El científico espiritual agrega que lo que allí se describe como fantasía moral es una parte de lo que vive en la organización humana como imaginación inconsciente y que luego emergen como acciones morales.
En aquél momento decía que la interacción entre la fantasía moral y el pensar intuitivo es la responsable de la acción del ser humano basada en el libre albedrío. Hoy añadiría: ¿Qué es el pensar? Es nuestra inspiración aquí, que pertenece a la esfera de la existencia pre-terrenal. ¿Cuándo se pone manifiesto? Se pone de manifiesto cuando somos capaces de desarrollar una acción deseada por nosotros sin que tengan nada que ver en ello nuestros instintos e inclinaciones, tan querida como una persona a la que realmente amamos porque hemos llegado a reconocer y respetar su ser más íntimo. Cuando realizamos una acción por amor, es decir, no por egoísmo, ni por nuestras imágenes o ideas mentales fluctuantes, sino por la comprensión de la necesidad interna de actuar. Es entonces cuando nos entregamos a acciones intuitivas, es entonces cuando somos inspirados por la vida pre-terrenal.
Pero, ¿De dónde procede el poder para hacer eso? - Es el mismo poder que después de morir nos lleva al mundo espiritual. El cual continúa en nosotros inconscientemente. A medida que libremente se desarrolla la acción moral, eso que yace desde antes del nacimiento o la concepción se ilumina. Esto después de la muerte se une con lo que entra en el mundo espiritual. Durante nuestra vida entre el nacimiento y la muerte, ya llevamos a cabo acciones donde lo que yace antes del nacimiento juega un papel en nuestro pensar intuitivo, fluyendo en nuestras vidas como inspiración. Lo que yace más allá de la muerte realmente no está conectado con nosotros en absoluto, pero de todos modos lo llevamos a cabo. Se caracteriza por ser realizado por amor: esa es la acción verdaderamente libre. Por lo tanto, tenemos que decir que lo que nos llega como inspiración mediante nuestro pensar intuitivo, no tiene conexión con nuestro cuerpo. Y lo que actúa imaginativamente no tiene importancia por el momento, sino solo después de la muerte. Estos dos factores, que no tienen nada que ver con el cuerpo, son las fuerzas reales que trabajan en el verdadero acto de libre voluntad en el ser humano. El profundo misterio es que cuando investigamos el libre albedrío, encontramos que las acciones llevadas a cabo, no tienen nada que ver con la parte mortal del ser humano, sino que esas acciones libres son llevadas a cabo por la parte inmortal del hombre.
El libre albedrío y la inmortalidad están íntimamente conectados, porque las únicas acciones verdaderamente libres son aquellas en las que lo súprasensible desempeña un papel, el cual aún no está ligado al cuerpo, papel que el ser humano ha desarrollado en el mundo espiritual antes de encarnarse en un cuerpo, y en el que lo súprasensible se une con los resultados de esa sobre evolución de las extremidades, que aún no tiene significación para nuestro desarrollo actual, pero que lo tendrá después de la muerte, y que ilumina esas acciones que se llevan a cabo aparte de nosotros. Es por eso que en La filosofía de la actividad espiritual decía que no se puede hacer la pregunta de si: ¿El ser humano es libre o no? Porque eso siempre lleva a las respuestas incorrectas. No se trata de "si o no", sino de "si y no".
El ser humano realiza muchas acciones surgidas de las necesidades de su cuerpo, de la interacción de las imágenes mentales que surgen del cuerpo como resultado de los impulsos. Pero siempre persigue el ideal de realizar acciones donde pueda decir: lo que sucederá aquí es tan libre que yo no me interpongo en ello; es tan libre de mí como el ser humano a quien amo; solo sucede porque me doy cuenta de que debería suceder. Todo nuestro pensar humano está orientado en esa dirección, y busca infiltrarse gradualmente en nuestra acción libre. El ser humano se libera de las acciones no libres al evolucionar cada vez más hacia su verdadero yo, especialmente en lo que se refiere a hacer y desear, donde desde los dominios del antes de nacer y de después de morir, iluminan su voluntad. Evoluciona hacia la libertad dentro del ámbito de la no libertad; él está en camino de ser cada vez más libre. Esta no es una cuestión de "o lo uno o lo otro" sino de acción. Quienes formulan la pregunta de esta manera no pueden encontrar una respuesta al problema de la libertad. Por el contrario, se trata de "si pero también no". El ser humano es libre en sus acciones a medida que el alma inmortal, subyacente a la vida del cuerpo físico, se le revela. Lo que hace es liberado por sus pensamientos, fluyendo a través de actos de amor, y en la medida en que esto suceda, se medirá su libertad.
Para concluir hoy, simplemente me gustaría mostrar cómo se iluminan entre sí los problemas de la inmortalidad y el libre albedrío y cuán estrechamente están relacionados entre sí. El libre albedrío solo puede ser la posesión de un ser inmortal. No se puede ser partidario del libre albedrío sin reconocer al mismo tiempo la inmortalidad del hombre. Y aquellos que reconocen la inmortalidad del hombre saben que el ser humano está en el camino de la evolución hacia la libertad.
El tipo de consideraciones que hemos discutido hoy, en los que la ciencia del espíritu nos permite abordar las preguntas más importantes que luego apuntan a la necesidad del auto conocimiento desprejuiciado, normalmente está lleno de prejuicios. Porque en efecto nos demanda grandes exigencias. Tenemos que tomar las riendas si queremos tener éxito en perseverar con todo el poder de nuestras almas en lo que he llamado ideas imaginativas. Es algo que aún tenemos que aprender. Sería mucho más cómodo si pudiéramos responder las preguntas más profundas y los misterios de la vida humana sin necesidad de eso.
¿Qué mueve hoy a la gente a considerar la ciencia espiritual como absurda e irrelevante? Es porque inconscientemente le temen a los poderes que tienen que desarrollar si quieren captar el espíritu en un tipo de experiencia espiritual completamente libre. Porque para tal investigación es necesario tener coraje, coraje para no creer que inmediatamente caeremos en un abismo de la nada, si hemos de depender de nuestros propios poderes para producir un tipo particular de experiencia, que nosotros mismos situamos ante nuestras almas. Ciertamente es más fácil querer penetrar en los misterios de la vida con medios externos que decir que el alma necesita un fortalecimiento interno mucho más allá de cualquier cosa que se encuentre en la vida ordinaria. Por lo tanto, lo que les lleva a oponerse a la ciencia espiritual es en gran medida una cuestión de consuelo y miedo. Tales cosas, sin embargo, serán gradualmente superadas por una humanidad que está cada vez mas sedienta de verdades.
Quisiera terminar la conferencia de hoy citando, en una forma algo modificada, las palabras de un pensador alemán. La ciencia espiritual es calumniada por muchas personas hoy, porque no se entiende ni se reconoce adecuadamente y porque las personas no ven lo necesaria que es para la vida humana. Pero si realmente contemplamos el curso de la evolución humana, estaremos obligados a decir que sin importar la oposición, ni los malentendidos ni las calumnias que se oponen a la verdad, ésta encontrará su propio camino a través de las grietas más estrechas en las rocas de la evolución humana. Por muy grande que sea la presión de las rocas. La verdad de la que hemos estado hablando hoy es que, por un lado, reconocemos las necesidades de la humanidad actual, que duermen en el subconsciente y que por otro lado miramos al mundo espiritual y vemos cómo, ésta verdad se nos revela en el recorrido desde la imaginación a la intuición: este es el tipo de verdad que el científico espiritual debe ver y con el cual se abrirá paso, por grande que sea el peso que provoquen la oposición y la calumnia. Porque la verdad se abre camino contra los obstáculos a través de las grietas más pequeñas en la roca de la evolución humana, y está obligado a triunfar al final.

Traducido por Julio Luelmo diciembre 2019

GA348 Dornach 10 de enero de 1923 -ciclo salud y enfermedad -el poder de la inteligencia

Índice

RUDOLF STEINER

SALUD Y ENFERMEDAD VOL. II

Dornach 10 de enero de 1923

cuarta conferencia

el poder de la inteligencia

Realmente se requiere mucho conocimiento para responder una pregunta como la que se planteó la última vez, y ya lo hemos considerado desde varios ángulos diferentes. Puesto que todo lo que tenga que ver con la reproducción de los seres vivos debe entenderse a fondo, deseo aprovechar el tiempo de hoy para hablar un poco más sobre esta cuestión desde una perspectiva completamente diferente.

Hay algo peculiar en un comentario recientemente hecho por un estadounidense que llegó a la conclusión, basado en estadísticas, (la utilización favorita de nuestro días, y cada vez más extendida en Estados Unidos), de que los nacidos en los meses de invierno son las personas que adquieren la mayor inteligencia. Naturalmente, estas estadísticas no deben tomarse en el sentido de que una persona nacida en los meses de verano tendría que ser estúpida. Las estadísticas se refieren solo a la mayoría. En cualquier caso, este estadounidense afirmaba que, según las estadísticas, los nacidos entre diciembre y mediados de marzo crecen para ser las personas más inteligentes.

Esto señala algo que es difícil de estudiar en los seres humanos, porque con los seres humanos puede interferir cualquier posibilidad. Sin embargo, sí indica que los seres vivos en general, (y el hombre es ante todo un ser vivo), dependen en cierto sentido del curso del año y por tanto está sometido a su influencia.

Declaraciones como la de este estadounidense causan sorpresa, solo porque la gente sabe muy poco acerca de los procesos reales de la naturaleza. Quizás este estadounidense tenga el mismo destino que el de cierto profesor que tiempo atrás, midió el cerebro humano; Realizó estadísticas y descubrió en cada caso que el cerebro de las mujeres es más pequeño que el de los hombres. Dado que, en su opinión, un cerebro más pequeño indica menos inteligencia, concluyó que todas las mujeres tienen menos inteligencia que los hombres: ¡Y se hizo un hombre famoso! Se hizo famoso por descubrir que los cerebros de las mujeres son más pequeños que los de los hombres. Pero, a veces se realizan autopsias a personas famosas después de la muerte, solo porque son famosas, y esto le sucedió a dicho profesor. Su cerebro fue analizado, ¡y resultó que el cerebro de este hombre era mucho más pequeño que todos los cerebros de las mujeres que había examinado!

De manera similar, (si no le avergonzara darlo a conocer), resultaría que este estadounidense nació en verano. Si nació en verano, habría que decir que, según su propia teoría, no podría ser demasiado inteligente; por lo tanto, su teoría no podría ser particularmente valiosa. Pero ya ven, hay algo detrás de todos estos asuntos después de todo, y este algo puede conducir a los problemas más importantes cuando se estudia de manera correcta.

Deseo decirles algo hoy que definitivamente se refiere a la cuestión de la reproducción. Verán, las condiciones relacionadas con la reproducción en realidad solo pueden estudiarse en animales y plantas, porque en los humanos dependen de muchos otros factores que no pueden ser estudiado adecuadamente Si toman lo que dije anteayer, es decir, que los humanos, (mujeres y hombres), influyen en el óvulo o el semen mediante la bebida, solo esto hace que sea imposible estudiar su reproducción correctamente. Ahora bien, los animales rara vez tienen la costumbre de emborracharse. En ellos, las condiciones siguen siendo mucho más puras, y puede estudiarse el asunto más puramente. Los aspectos más importantes del problema son tales que la disección de animales para tal estudio es bastante innecesaria. Porque mediante la disección realmente se descubre menos. Para comenzar, les diré algo que no se basa en la disección, sino en resultados positivos obtenidos por hombres que no trabajaban de acuerdo con las teorías, sino con la experiencia práctica. Lo que voy a relatarles tiene que ver especialmente con los castores en Canadá.

Los castores solo pueden encontrarse por aquí en zoológicos o, disecados, en laboratorios, y en realidad parecen ser bastante torpes. El castor tiene una cabeza y un cuerpo bastante torpes, las patas delanteras son bastante gruesas y las patas traseras están palmeadas para poder nadar. Su característica más extraña es su cola, que parece casi como un instrumento; es bastante plano y es, de hecho, el aspecto más ingenioso del castor. Su parte de atrás es su herramienta más ingeniosa. Las personas que han observado castores al principio no saben para qué utilizan las colas, y han ideado todo tipo de teorías incorrectas para justificarlas.

El castor es un animal muy singular. Cuando uno se familiariza con un castor en su propio hábitat, se descubre que es un animal extremadamente flemático, algo que también es evidente en los de nuestros zoológicos. Es tan flemático que no se puede hacer nada con él. Puedes atacar a un castor, agarrarlo, pero no se defenderá. El castor en sí nunca atacará sin importar cuánto se le provoque. Es una criatura completamente flemática.

Viven principalmente en áreas como grandes pantanos o ríos cortos, y viven de una manera más bien extraña. Cuando llega la primavera, un castor busca un lugar cerca de un lago o río, cava una madriguera en el barro y se pasa todo el verano encerrado como un verdadero recluso solo en su madriguera. ¡Se queda todo el verano en esta solitaria casa de verano como un monje flemático que pasa el tiempo en su casa de verano! Tan solo es un agujero que cava en la tierra, y lo hace en total aislamiento.

Cuando se acerca el invierno, (casi cuando finaliza el otoño), los castores emergen de sus madrigueras y se congregan en grupos de doscientos a trescientos. Llegan con todo su "flemátismo" ("Phlegmatischheit") y forman comunidades. Naturalmente, entre ellos están los que se habían apareado antes. Una castor hembra había preparado su hogar aislado para que fuera adecuado para las crías; el macho vivía cerca en su propia madriguera. Ahora, todas estas familias se reúnen.

A su manera lenta y flemática, los castores proceden a buscar un lugar adecuado. Aunque a veces es difícil de observar debido a su temperamento flemático, un grupo preferirá un lago, otro un río corto, que recorren río abajo hasta un punto que les parece particularmente adecuado para sus propósitos. Después de haber investigado el área, todo el grupo se reúne nuevamente. Cerca del lago o río, generalmente hay árboles. Es realmente notable cómo estos torpes castores ahora de repente se vuelven extraordinariamente hábiles. Hacen uso de sus patas delanteras, (no de sus patas traseras, que tienen membranas para poder nadar), de una forma más inteligente de lo que un hombre maneja sus herramientas. Usando sus patas delanteras y dientes afilados, roen ramas de los árboles e incluso cortan los troncos de los árboles. Luego, cuando un grupo de ellos tiene suficientes ramas y árboles caídos, los arrastran al lago que han elegido o al río. Estos animales empujan las ramas y los árboles en el lago al lugar seleccionado. Aquellos que han arrastrado sus árboles al río saben muy bien que el mismo río los llevará. Solo dirigen las ramas para que no se desvíen hacia un lado. De esta manera, todas las ramas y árboles se transportan al lugar que han elegido, ya sea en la orilla del lago o junto al arroyo. Al llegar allí, aquellos que han elegido un lago, tras haber transportado los árboles a la orilla, inmediatamente comienzan a construir los llamados refugios. Los otros, que han elegido un río, no comienzan con la construcción de madrigueras; primero proceden a construir una red de ramas. Estas se entrelazan entre sí (bocetos) hasta que forman una red adecuada. Cuando los castores han construido tal muro, agregan un segundo buscando más ramas, todas de la misma longitud; De esta manera, hacen una pared de dos metros o más de espesor. Por lo tanto, ya ven, los animales represan río arriba; el agua debe fluir sobre ella y debajo tienen espacio libre. Solo ahora, habiendo terminado su presa, este muro, construyen su madriguera en el muro para que el río fluya sobre él.

Cuando los castores han acumulado suficientes ramas, y su pared les parece lo suficientemente gruesa, transportan otro material como trozos de tierra ordinarios. Forman una especie de argamasa y la ponen en la presa por todos lados. Los castores primero erigen una pared, al igual que los verdaderos arquitectos. Sin embargo, aquellos que seleccionan construir dentro del lago no necesitan una presa y, por lo tanto, no intentan construir una.

Una vez construido este muro, los castores comienzan a construir pequeñas cabañas del mismo material. Parecen barrizales de arcilla (bocetos), pero son verdaderas casitas, construidas como si fueran esterillas trenzadas. Se colocan tan bien que la pequeña cantidad de agua que se filtra en el espacio no puede dañar a los castores. Tal cabaña de castores nunca se construye en una parte de la corriente donde el agua se congela. ¡Imaginen lo ingenioso que es esto! Como saben, el agua solo se congela en su superficie; Si uno se sumerge lo suficientemente profundo, llega a aguas tranquilas o fluidas, ninguna de las cuales se congela a esa profundidad. Precisamente en el nivel donde el agua nunca se congela, estos castores construyen sus viviendas.

Cada uno de estos refugios tiene dos pisos. Aquí hay un piso construido (dibujo),

 y debajo está la entrada. Los castores pueden correr arriba y abajo en el albergue; viven arriba y mantienen sus suministros de invierno abajo. Transportan la comida que necesitan para el invierno, y cuando todo está almacenado, la familia del castor se muda a este albergue, permaneciendo siempre cerca de las otras familias.

Allí las familias de los castores viven hasta la primavera, cuando nuevamente se mudan a sus viviendas solitarias. Durante el invierno, los suministros de alimentos se traen desde el piso inferior, y de esta manera los castores se mantienen. Como dije, cuando llega el verano, buscan sus madrigueras solitarias, pero durante el invierno permanecen juntos. Llevan su vida social en aldeas de castores en el fondo de lagos o en arroyos al lado de la presa que tan hábilmente han construido.

De todo lo que se ha observado, incluso los castores en zoológicos trabajan únicamente con sus dientes y patas delanteras, nunca con sus colas. Aunque está ingeniosamente formada, la cola nunca se usa para trabajar. Hay muchas descripciones que afirman que los castores emplean sus colas para trabajar en sus construcciones, pero eso es una ilusión; eso simplemente no es verdad. Los castores poseen patas delanteras y dientes especialmente bien desarrollados, y los usan de manera más inteligente que un hombre usa sus herramientas.

Ustedes saben que la historia natural clasifica las diversas especies animales, y entre los mamíferos figuran las bestias de presa, los murciélagos, los rumiantes, etc. Entre los mamíferos también se encuentran los llamados roedores. Nuestras ratas, por ejemplo, son roedores. La estructura del castor en realidad lo ubica en la familia de los roedores.

En cualquier libro sobre historia natural, encontrarán que se describe a los roedores como los mamíferos más estúpidos; por lo tanto, el castor como animal individual se considera entre los mamíferos menos inteligentes. Se puede decir que el castor, cuando se lo estudia separadamente, aparece sobre todo como un pequeño bribón terriblemente flemático. Su temperamento flemático es tan grande que puede parecer tan inteligente como los humanos flemáticos: no muestran interés en nada. ¡El castor es, por lo tanto, terriblemente estúpido, pero también realiza extraordinariamente todas esas inteligentes hazañas!. Por tanto, puede decirse que el dicho de Rosegger sobre el hombre, no se aplica a los castores, el dicho decía así: "Uno es un ser humano, dos serían personas, si hay más, son animales tontos". [Nota del traductor: en el texto alemán, esto Dicho del poeta austríaco, Peter Rosegger dijo esto no sobre los castores sino sobre los seres humanos. Queriendo decir que cuando muchas personas se encuentran, se vuelven estúpidas. Hay algo cierto en esto. En una multitud, las personas se entremezclan confusamente y causan impresiones estúpidas, ¡aunque entre ellos ciertamente haya personas inteligentes!

Podemos decir que en el caso de los castores es lo contrario. Uno es estúpido, pero varios son un poco más listos. Cuando dos o trescientos se reúnen en otoño, se vuelven más inteligentes, se convierten en verdaderos arquitectos. Aunque los humanos no tendemos a ser particularmente sensibles a la belleza especial de las construcciones de los castores, esto se debe a nuestro gusto humano, pero la cabaña del castor es realmente tan elegante, como torpe es el propio castor.

Ahora bien, se puede indagar mucho sobre el por qué los castores son tan inteligentes cuando se congregan. Un importante indicio se basa en el hecho de que los castores comienzan su actividad en el otoño; por el día, sin embargo, se ve poca actividad. La construcción de una presa y una comunidad de castores de este tipo, (que en realidad es una aldea completa), se lleva a cabo muy rápidamente y a menudo se termina en cuestión de días. Se les ve haciendo poco durante el día, extraordinariamente poco, pero por la noche trabajan febrilmente. Osea, la inteligencia del castor se produce primero en invierno y en segundo lugar por la noche. Ahí radican las pistas reales para el estudio de todo este asunto.

Sin embargo, cuando las personas estudian, el primer principio debería ser evitar el pensar demasiado especulativo. Esto puede sonar extraño, pero entenderán lo que quiero decir. El hombre no se vuelve especialmente inteligente mediante la especulación. Como regla general, si reflexiona sobre algo que ha observado, no resultará nada particularmente inteligente. Por lo tanto, si quiere comprender los fenómenos del mundo, no se debe confiar demasiado en la especulación; la propia especulación no es importante en absoluto. Si los hechos lo requieren, se debe pensar, pero la atención principal no debe dirigirse a meditar sobre algo que se ha observado como medio para resolverlo. En vez de eso, tienen que considerar otros hechos, en comparación con el problema en cuestión, y buscar una conexión entre ellos. Cuanto más se conectan varios hechos, más se aprende a reconocer en la naturaleza. Las personas que solo han meditado sobre la naturaleza realmente no han descubierto nada de más peso que lo que ya sabían.

Cuando una persona es materialista, habla sobre la naturaleza de forma materialista, porque parte desde esos supuestos. No descubre nada nuevo. Cuando un hombre habla de manera idealista sobre la naturaleza, lo hace porque parte del idealismo que ya vive en él. En casi todos los casos, se puede demostrar que mediante la especulación, la gente hace evidente aquello en lo que él ya se había convertido. El pensar correcto solo resulta cuando simplemente se deja uno guiar por los hechos.

Ahora añadiré otra serie de hechos a los ya concernientes con el castor, hechos que les guiarán hacia pistas correctas, no mediante la especulación, sino mediante una simple comparación de los hechos. Ya me referí a las avispas y les conté una observación sobre las avispas hecha por Darwin. Hoy, me gustaría señalar esto nuevamente.

Las avispas construyen ingeniosos nidos donde vivir. Aunque se parecen ligeramente a las colmenas, las paredes de los nidos de estas avispas no están hechos de cera sino de genuino papel. En segundo lugar, todo el proceso difiere del de las abejas. Hay nidos de avispas, por ejemplo, que se construyen excavando primero el suelo; después hacen algo parecido a una bolsa. Está construido de manera similar al habitáculo del castor, pero compuesto de pequeñas ramitas o cualquier otra madera que las avispas puedan encontrar, que re-elaboran y dan forma de manera correcta para que terminen con una cubierta, una cubierta similar a una bolsa que es algo gruesa. Ahí es donde construyen su pequeño nido con sus diferentes pisos. Las celdas son hexagonales, al igual que el panal de abeja, y están envueltas por una cubierta de papel. Son como los pisos de un edificio, y a veces hay muchos de ellos, unos encima de otros.

Todo dentro del nido está hecho de papel. Sin embargo, la cubierta exterior en forma de bolsa no está hecha de papel, sino de otros materiales, es decir, de pequeñas ramitas o trozos de madera que antes de usarse primero se parten. Todo esto se entrelaza en una red y luego se recubre. En eso consiste la cubierta exterior, y se construye en un agujero en el suelo o se sujeta con masilla a algo en el aire. Dentro de la bolsa están las células individuales, en cada una de las cuales se colocará un huevo.

Esto es pues, lo concerniente con las avispas. Pueden ustedes imaginar que las avispas son extraordinariamente susceptibles al clima. Solo algunas de las avispas de un año sobreviven hasta la primavera siguiente, pero no importa que las otras no sobrevivan mientras queden una o dos hembras en el nido. En invierno buscan un pequeño rincón protegido donde ellas como hembras pueden vivir escasamente, e hibernan allí. En primavera, estas hembras salen de sus escondites y están listas para poner sus huevos. Curiosamente, una variedad especial de avispas sale de todos estos huevos en primavera, que crecen muy rápido y sin celdas, proceden inmediatamente a construir tales celdas. Volando en enjambres enteros, buscan materiales en todas partes para construir adecuadamente un nido. Este trabajo continúa todo el verano. Allí estas avispas construyen las celdas.

Las avispas que nacen de los huevos puestos en primavera (por carecer de celdas) tienen una característica específica; es decir, todas son estériles y no pueden reproducirse. Con estas avispas no hay reproducción. Sus órganos reproductivos están tan atrofiados que la reproducción es imposible. Por lo tanto, lo primero que hace la avispa en la primavera, es constituir por sí mismas un ejército de trabajadores que son asexuados y esclavos del trabajo; se afanan duro durante todo el verano.

He conocido a científicos naturalistas que consideraron un objetivo válido, el hecho de manipular a los humanos para producir individuos sin sexo. No tendrían familias y solo trabajarían, dejando la reproducción a unos pocos seleccionados como con las avispas.

Bueno, la verdad es que las avispas sin sexo trabajan duro todo el verano. Cuando termina el verano, la hembra comienza a poner huevos que producen machos y hembras. A decir verdad, es la misma hembra que antes puso los huevos sin sexo. Ahora pone huevos de los cuales, en otoño, emergen machos y hembras.

Los machos se convierten en criaturas más bien endebles. En comparación, las avispas sin sexo son trabajadores bastante robustos. Los machos resultan estar atrofiados y no sirven para mucho. Tienen el tiempo justo de alimentarse por un tiempo, aparearse y luego morir. En verdad, estas avispas masculinas juegan un papel bastante lamentable. Han sido incubadas apresuradamente en otoño, deben alimentarse un poco y luego inseminan a las hembras; después de eso, habiendo logrado su objetivo, mueren. Eso es lo último que hacen.

En algunos tipos de avispas, los machos son un poco más resistentes. Aquí las cosas son realmente curiosas. Aunque es solo una excepción, se parece al comportamiento de ciertas arañas. Con ciertas arañas, sucede algo notable. Estas arañas hembras consideran que los machos sólo son buenos para fecundarlas. A los machos se les permite acercarse a las hembras solo cuando están listos para la fecundación, nunca antes. Antes, las hembras generalmente no permiten que los machos se acerquen a ellas; primero deben ser lo suficientemente maduros para la fecundación. Ahora bien, como decía, ocasionalmente también ocurre lo mismo, como una excepción, entre las avispas. Entre las arañas, que son, después de todo, criaturas inferiores, cuando una hembra nota que se acerca un pequeño macho codicioso, se coloca en un lugar que no es fácilmente accesible para él y aún es más difícil que se vaya. Allí la hembra lo espera, deja que ocurra la fecundación y luego deja que intente irse. Cuando se encuentra con un obstáculo, la hembra lo persigue rápidamente y lo muerde hasta que muere. En este caso, la araña hembra misma se encarga de que el macho muera. Tal es el caso con algunas arañas. Imagínense, cuando el macho ya ha cumplido su función, debe ser asesinado, porque ya no tiene un propósito.

Sin embargo, entre las avispas, los machos mueren por sí solos, pues han consumido tanta energía durante su actividad de apareamiento que no les queda fuerza y perecen. Las avispas asexuadas mueren al mismo tiempo. Después de trabajar todo el verano, todas ellas mueren en el otoño. Mueren tanto las avispas machos como las avispas asexuadas, y solo quedan las hembras. De éstas, muchas también sucumben al frío del invierno. Solo sobreviven aquellas pocas que han encontrado un refugio seguro. Llegan hasta la primavera, ponen huevos y todo el ciclo comienza de nuevo. Es decir, en primavera y verano solo nacen avispas asexuadas. Las avispas sexualmente activas no pueden nacer hasta finales del otoño, cerca del invierno.

Como ven, estos son los hechos que deben ser observados. Es muy importante conectar estos hechos con otros, ya que así nos muestra cuánto está conectada la vida sexual de los animales con las estaciones del año. La vida sexual de los animales está muy relacionada con el curso del año.

Supongamos que es verano. La tierra está extraordinariamente expuesta a los efectos del sol. El sol envía luz y calor a la tierra. La exposición directa a la luz solar hace que se sude; se notan los efectos del sol en la propia condición. Ni el castor ni la avispa hembra se exponen directamente a la luz del sol; siempre están en una especie de cueva. Estando allí se benefician de la luz y el calor del sol solo indirectamente a través de la tierra. De este modo, a medida que se acerca el invierno, reciben cualidades muy definidas. Han de pensar que, entrando el invierno, las avispas reciben una cualidad que las hace capaces de producir crías sexualmente activas.

¿Qué significa esto? La avispa hembra está expuesta durante todo el verano al calor y la luz del sol y produce avispas sin sexo. Por lo tanto, puede decirse que el efecto del sol es tal que en realidad destruye la sexualidad de las avispas. Debido a este hecho, es bastante obvio que el sol con su luz y calor, que son reflejados por la tierra, tiene el efecto de destruir las tendencias reproductivas. Por eso, cuando llega la primavera y prevalecen el calor y la luz solar, las avispas producen crías sin sexo. Solo cuando se acerca el invierno, cuando el calor y la luz del sol ya no tienen la misma intensidad, las avispas ganan la fuerza para producir descendencia con órganos reproductivos. Esto demuestra claramente que las estaciones del año tienen una influencia definitiva.

Ahora, si pasamos de las avispas a los castores, debemos preguntarnos, ¡el castor es un animal extremadamente estúpido y flemático! Estúpido y flemático en alto grado. Maravilloso. ¿Pero dónde pasa el verano? Permanece en el suelo de su solitaria madriguera, permitiendo que el calor y la luz que entran en la madriguera penetren en su cuerpo, de modo que realmente absorba toda la luz solar y el calor del verano. Cuando esta absorción se completa en el otoño, el castor comienza a buscar otros castores, y juntos se vuelven inteligentes. Emplea una inteligencia que no posee como animal por sí solo. Ahora bien, de repente, cuando se juntan, los castores se vuelven listos. Naturalmente, como animales solitarios, nunca podrían construir todas esas aldeas de castores. El primer paso, la elección de un sitio adecuado ya es una acción inteligente.

Esto ilustra claramente lo que señalé la última vez: la inteligencia que hay en una criatura primero debe recolectarse, lo mismo que el agua se recoge en un cántaro. ¿Qué hace el castor mientras vive en solitario como un ermitaño en su madriguera de verano? El castor hace acopio de la luz y del calor solar para sí, o eso es lo que creemos, porque lo único que podemos percibir es la luz y el calor del sol. En verdad, el castor hace acopio de inteligencia. Junto con la luz del sol y el calor, la inteligencia fluye desde el cosmos hacia la tierra, y el castor la recoge para sí; tan pronto el castor la tiene, se pone a construir. Con el castor pueden ver en realidad lo que les presenté recientemente como una imagen.

Además ahora se nos hace comprensible algo: la cola del castor. Compárenla con lo que dije sobre la cola del perro, dado que la cola del perro es su órgano de placer y, por consiguiente, el órgano del alma del perro. El perro mueve la cola cuando está feliz. En el caso del castor, la cola no se usa como herramienta pese a tener una forma de lo más ingeniosa, está constituido de una manera tal, que dentro de su cola, tiene su inteligencia acumulada. Con ella el animal se rige. Esto significa que el castor está realmente dirigido por el calor y la luz del sol que están contenidos en la cola y se han convertido en inteligencia. Este es realmente el cerebro comunitario de esta colonia de castores.

Estas colas son los medios por los cuales la luz solar y el calor producen inteligencia. El castor no emplea su cola como instrumento físico; Utiliza sus patas delanteras y dientes como instrumentos físicos. La cola, sin embargo, es algo que tiene un efecto; tiene el mismo efecto que se produce cuando un grupo es impulsado por alguien desde atrás. En ese caso, es alguien quien los conduce. Aquí es el sol, quien, mediante las colas de los castores, todavía tiene un efecto secundario en invierno y construye la aldea de castores. Es la inteligencia descendida a la tierra con la luz y el calor del sol la que construye.

Naturalmente, eso que desciende desde el universo como alma y espíritu afecta a todas las demás criaturas, incluidas las avispas. ¿Cómo afecta a las avispas? Cuando la hembra está expuesta al sol, (es decir, al efecto terrenal del sol, del que disfruta desde su agujero de tierra), se destruye en su descendencia la fuerza capaz de producir más descendencia. La avispa bajo la influencia del sol, solo puede producir insectos asexuados. En otoño, justo cuando la avispa no está tan expuesta al calor del sol, y todavía está llena de vitalidad, aún no atenuada como en invierno, se desarrolla la fuerza para producir avispas sexualmente activas. Una vez más, esto refuerza claramente la idea de que lo que proviene de la tierra produce las fuerzas sexuales, mientras que lo que proviene del universo produce inteligencia y mata las fuerzas sexuales. De esta forma se logra un equilibrio. Cuando la avispa está más expuesta a la tierra, desarrolla fuerzas sexuales; cuando la avispa se expone más al cielo, si puedo usar esta palabra aquí, no desarrolla fuerzas sexuales, sino que produce avispas asexuadas. Estos insectos sin sexo tienen en sí mismos la inteligencia para construir un nido de avispas entero. De hecho.¿Quién construye este nido? ¡Lo construye el sol a través de las avispas asexuadas!

Esto es algo muy importante, caballeros. En verdad, los nidos de avispas, así como todas las construcciones de los castores, están construidas por la inteligencia que fluye desde el sol a la tierra. Esto se evidencia cuando se juntan todos los hechos. Por eso les decía que no sirve de nada, toda la especulación que se genera después de observar algo. Solo cuando se comparan los hechos y se relacionan entre sí se obtiene una opinión sólida.

La gente ve los hechos aislados simplemente; Es por eso que hay tantas cosas que no tienen ni pies ni cabeza. Piensan para sí: “Vale, cuando se observa a los castores, se observa a los castores, y luego se especula sobre castores. Si se observa a los castores, ¿qué tienen que ver las avispas? ”Pero no se descubre nada si no se observa algo que aparentemente está tan alejado del castor como la avispa. Si se mirase la avispa, vería que los nidos de avispas también se construyen mediante la inteligencia procedente del sol.

Los efectos del sol pueden incluso observarse en un castor domesticado en una jaula, aunque el animal no necesite estar domesticado, porque es tan flemático, que solo basta con estar enjaulado. Cuando los efectos del sol dejan de ser tan fuertes y la influencia de la tierra se hace sentir sobre él, incluso el castor enjaulado comienza sus actividades invernales. Intenta morder a través de los alambres de su jaula. Se suele decir que eso forma parte del instinto del castor. Vaya cosa, decir "instinto"; no es mas que una palabra carente de significado. Tales palabras son como recipientes vacíos en los que se vierte todo aquello que se ignora. Sin embargo, si se desea explicar algo así como el instinto, se llega al punto en que hay que decir: ¡en efecto es el sol! Señores, realmente es así. De esta manera, mediante los meros hechos, se llega a reconocer cómo afectan a los seres vivos los alrededores cósmicos de la tierra.

Visto así, ya no resulta tan sorprendente que se pueda decir que los humanos nacidos entre los meses de diciembre a marzo adquieren mas fácilmente la inteligencia. En el caso de los seres humanos, las cosas son bastante mas complicadas. Todo en el hombre tiende a independizarse de todo lo que los animales aún dependen. Por lo tanto, deben ustedes considerar lo siguiente. Las personas nacidas entre diciembre y marzo fueron concebidas entre marzo y mayo. Si nos remontamos desde el nacimiento, hasta la fecha en que tuvieron lugar las concepciones, nos hallaremos en la primavera nueve meses antes, osea, entre marzo y mayo y por lo tanto, una época cercana al verano. De acuerdo con todo lo que he explicado hoy, los efectos del sol siempre son más fuertes. ¿Y qué hace el sol? Somete las fuerzas sexuales humanas solo un poco, (no completamente, porque el hombre es más independiente que los animales), y estas fuerzas sexuales sometidas se convierten en fuerzas de inteligencia. Es por eso que a una persona así le resulta más fácil, mientras que los nacidos en verano deben esforzarse un poco más para adquirir su inteligencia. Eso puede suceder, si bien es verdad que los humanos tienen diferentes predisposiciones. Quienes han sido concebidos en primavera y nacido en el invierno siguiente, tienen una mayor habilidad para adquirir las fuerzas de la inteligencia que los nacidos en otros momentos.

Todo esto debe conocerse para que mediante la educación puedan compensarse estas diferencias. En el hombre, esto puede hacerse. Sin embargo, las avispas no pueden ser educadas para producir crías asexuadas que construyan nidos en invierno, ni los castores pueden ser educados para construir sus colonias en el verano. De ello se desprende que para el hombre superar algo es diferente de lo que es para los animales. En los animales, el elemento espiritual del alma depende completamente del desarrollo cósmico. Simplemente depende del sol para construir los nidos de avispas y las madrigueras de castor.

Hay algo más que puede verse en el castor. En otoño, estos solitarios castores que han pasado todo el verano en reclusión, se reúnen en grupos de doscientos y trescientos, y solo entonces, como grupos, pueden usar la inteligencia que el sol les brinda. Pueden usarla como grupos, no como individuos. Individualmente, nunca podrían lograr esto; debe ser el trabajo del grupo.

En cuanto a los seres humanos, individualmente podemos lograr mucho que los animales solo pueden lograr en grupos. Por eso en la antroposofía decimos que para los animales la vida del alma se expresa solo en grupos, es decir, almas grupales. El hombre, sin embargo, tiene un alma individual.

Ahora, diré algo muy interesante. Una vez les expliqué cómo está configurado, por ejemplo, el hueso de la pierna humana. En el castor, no es bien bien lo mismo, pero en el ser humano, el hueso del muslo parece una obra de arte extraordinariamente delicada y hermosa. En él hay vigas, bastante ingeniosamente construidas. Un ser humano está realmente construido de tal manera que, al observarlo correctamente, puede decirse: que es él quién construye todo en sí mismo a diferencia del castor que construye en lo externo. Entonces surge la pregunta: ¿De dónde procede todo lo que tan sabia e ingeniosamente está construido dentro del ser humano? Si la construcción del castor se origina en el sol y sus alrededores, el organismo humano también se origina en el sol. En efecto, no somos seres terrenales sino seres solares, solo que estamos establecidos en la tierra. ¿Para qué? Eso se puede ver cuando consideren este asunto.

Las avispas obtienen desde la tierra, el poder de producir descendencia sexual. El hombre debe estar en la tierra para tener su fuerza reproductora. En comparación, tiene además otra fuerza que es más racional y que obtiene del entorno cósmico. Podemos ver pues claramente, que el hombre obtiene su inteligencia del entorno cósmico y la fuerza reproductora que obtiene de la tierra. Aún podría ir más allá y mostrar cómo se relaciona la luna con la tierra, pero hoy no hay más tiempo. Podemos entrar en eso en otro momento. Sin embargo, pueden ver que mirándose los hechos correctamente, les llevarán a darse cuenta de que el mundo es realmente una unidad y que también dependemos de los alrededores de la Tierra, que no consisten solo en un sol brillante y cálido, sino también en un ingenioso sol, un sol inteligente. Esto es extremadamente importante, porque de esta manera pueden responderse mejor las preguntas individuales que planteen. De lo que les describí la última vez, pudieron ver, cómo la fuerza reproductiva está relacionada con la bebida. ¿Cómo están relacionados para que beber un poco apenas se note, pero beber en exceso sí? Pueden resolver esto partiendo de lo siguiente.

¿Qué es el alcohol? El vino demuestra lo qué es realmente el alcohol, porque el vino tiene el efecto más perjudicial. La cerveza es menos perjudicial que el vino para los órganos reproductores. La cerveza afecta más a otros órganos (el corazón, los riñones, etc.), pero el alcohol en el vino y, por supuesto, especialmente el alcohol de un licor fuerte, afecta a los órganos reproductores.

¿Dónde se origina la sustancia que contienen el vino y el licor? ¡Se origina por medio de la influencia de las fuerzas del sol! Esta sustancia necesita todo el verano para madurar. Así se puede ver por qué se vuelve perjudicial para los órganos reproductores. Cuando se bebe, los órganos reproductores están sujetos, (lo mismo que hacemos con los alimentos), a lo que se ha absorbido internamente, es decir, a lo que debería ser absorbido procedente únicamente del propio sol, del brillo del sol. Y eso tiene su precio. El hombre bebe algo que el sol produce fuera del propio hombre. Convirtiéndose así en un veneno. Sin embargo, cuando el calor del sol se introduce en el sistema de manera correcta, el organismo mismo produce la pequeña cantidad de alcohol que necesita, como he explicado. Al beber alcohol, el hombre realmente introduce un enemigo en su sistema, porque cuando se consume internamente lo que llega directamente desde afuera se convierte en un veneno, y viceversa. Se lo he demostrado en el caso del fósforo. Por eso, lo que actúa en el alcohol es lo que el sol ha producido en él, porque el sol lo ha madurado. Cuando el sol brilla sobre nosotros, es al revés; entonces debemos absorber el calor y la luz del exterior. Sin embargo, cuando consumimos alcohol, nos calentamos internamente. La misma fuerza que es nuestro amigo cuando la usamos externamente se convierte en nuestro enemigo cuando la usamos internamente.

Lo mismo pasa también en la naturaleza. En la naturaleza hay fuerzas que si proceden de una dirección, actúan benéficamente pero cuando actúan desde la dirección opuesta, actúan como venenos. Solo cuando examinamos eso de manera correcta podemos entenderlo mejor.

Quería añadir eso para que pudiera entenderse mejor todo lo que se relaciona con la pregunta planteada. Ahora piensen en todo ello. Si desean hacer más preguntas, espero estar aquí el próximo sábado.



Traducido por Julio Luelmo noviembre 2019
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919