DESDE ADVIENTO HASTA EL 6 DE ENERO.
(Indicaciones de Rudolf
Steiner, dadas a conocer por Herbert Hahn).
ADVIENTO: para el buscador de la luz,
las resistencias que encuentra en la vida durante el Tiempo de
Adviento, deben constituir un criterio especial. Tiene que esforzarse
en conseguir separar la persona de la actividad, pues el sufrimiento
y las dificultades nos son enviadas como pruebas, y los hombres a
través de los cuales nos acontecen estas dificultades representan
solamente herramientas para ello.
Debemos llegar a acomodarnos, estando
presentes en cada situación, reposando en ella sin perdernos. El
contenido de la gran exigencia de este tiempo es incorporar realmente
en sí mismo lo divino (estado del nacimiento), y no solo vivenciarlo
en condiciones especiales.
Todo lo relacionado con aquello que
constituye la personalidad terrenal, debemos excluirlo. Debemos
adquirir las cualidades propias de los niños, permaneciendo frente a
los demás completamente relajados.
Todo lo que se habla y se opina, las
discusiones, irritaciones, todos estos lastres, hemos de dejarlos a
un lado. Ante cada gran celebración se encuentra una oportunidad
para vencer algo dentro de uno mismo: el sacrificio.
LA
ACTITUD RESPECTO A LA NAVIDAD.
Gracia: Adviento, la luz que viene
para iluminarlo todo en la noche mas profunda. La Tierra se ha
vaciado enteramente, la vida se ha reducido. La Tierra se encuentra
como una cáscara vacía, todas las savias del reino de las plantas
se han retirado. Así se prepara para recibir las Fuerzas Divinas.
En el primer domingo de Adviento, el
hombre debe aplicarse a una lucha interior encaminada a adquirir la
disposición al sacrificio, al servicio y al amor. Tiene que verse a
sí mismo con los ojos interiores y vivenciar este día como la
celebración del anhelo del nacimiento. La consagración de la fiesta
es: YO ME CONSAGRO AL SERVICIO DEL ESPÍRITU DEL AMOR que debe nacer
en mí. Los pensamientos se dirigen a Cristo venidero en el hombre…
En el segundo domingo de Adviento: el
hombre empieza a buscar y siente en su búsqueda que solo no puede
hacer nada. Así prepara su corazón para que pueda entrar en él lo
divino, pues debido a que va suprimiendo lo negativo, se llega a
formar un espacio para lo divino.
En el tercer domingo de Adviento: el
hombre busca la realidad verdadera, que se encuentra en lo
espiritual. La clave para esta realidad y para toda cognición
espiritual es el sacrificio. La voz de la quietud dice: no quiero
hacer sufrir a nadie, quiero perdonarlo todo.
Cuarto domingo de Adviento: el hombre
ha encontrado el sendero y se prepara a caminar por él. Esto trae
como condición el dominio del cuerpo terrenal, solo entonces puede
despertar el Hijo de Dios en el hombre. El esfuerzo ha realizar
durante este tiempo consiste en hacer visible el Reino de Dios a
través de sí mismo, de su actitud y de su obrar. Nosotros somos
tambien portadores de este Reino Espiritual eterno. Las etapas del
Adviento son grados de consciencia en el alma.
El 24 de Diciembre empiezan LAS DOCE
NOCHES SANTAS. Son símbolos para las doce fuerzas del alma que
debemos vivificar en nosotros. Y así este criterio, este modo de
obrar, se torna válido para siempre, y no solamente para LAS DOCE
NOCHES SANTAS.
El 1 de Enero a las doce del mediodía
tenemos situado el Sol en el lugar mas cercano a la Tierra y es
justamente por eso que hay cinco días y medio antes y cinco días y
medio después (once, mas el día central suman doce), formando el
conjunto de LAS DOCE NOCHES SANTAS. Durante estas, las mas oscuras
del año, tenemos al Sol del Espíritu en la posición mas cercana
posible a nosotros.
Atravesando la Tierra con su luz,
desde su interior, volviéndola translúcida; todo lo hace
translúcido pero desde el interior, como mas tarde, cuando ilumina
la Tierra desde lo alto…
Hay que entrar a estas DOCE NOCHES
SANTAS muy despierto en la consciencia. En la primera noche
permaneceremos despiertos hasta la una o dos de la madrugada. En las
otras noches acostarse en lo posible siempre a la misma hora.
Principalmente consiste en vivenciar
durante este tiempo un ritmo regular. Si esto no fuera posible en la
vida exterior, hay que intentarlo interiormente. Quien no puede
guardar la quietud en el ritmo exterior, debe procurar siempre ser
consciente de lo sagrado de la época.
Sobretodo hay que cumplir tambien
conscientemente las obligaciones, recordando que las realizamos en un
tiempo sagrado. No consintiendo en nosotros mismos la aparición de
algo impropio, no teniendo ninguna agitación anímica desfigurada,
desagradable, siendo consigo mismos crecientemente severos…
Durante la vivencia de la Navidad,
con sus DOCE NOCHES SANTAS, ponemos el germen para los siguientes
doce meses del año; por esta razón son tan importantes estos doce
días. Si por ejemplo nos apartamos, de lo dispuesto durante el
primer día, sembraremos una semilla que durante el primer mes
germinará negativamente en la sangre (como vehículo portador del
yo).
Tenemos que intentar vivenciar los
doce días adecuada y correctamente, porque necesitamos cada nuevo
año para trabajar en nuestro renacer espiritual, y no debemos perder
así ninguno de ellos…
24 al 25 de Diciembre: la Noche Santa
en la que nace Cristo en el alma, y esta pregunta… ¿puedo llegar a
ser liberada, salvada, redimida con todas mis debilidades, defectos y
pasiones?...
Símbolo: el establo de Belén, pues
en medio de aquella humildad y pobreza nació la Luz del Mundo. La
voz de la calma se abre paso hacia el alma y la enseña a afirmar con
alegría lo bueno que hay en nosotros y en los demás.
Misterio: el alma buscadora en la
oscuridad de un bosque sin caminos. (Capricornio-El Espíritu Divino
nace en la materia. Espíritu y Materia EL ALFA Y LA OMEGA se tocan y
surge vida)…
25 a 26 de Diciembre: la Noche de
Juán. El águila del alma alza el vuelo aleteando y contempla,
mirando hacia atrás desde una elevada atalaya, su propia vida. El
hombre reconoce en ello la ley del karma.
Misterio: elección del camino
escarpado o del camino ancho. Para lo nacido en la carne, es difícil
encontrar el sendero del espíritu. Dice el Baghavad Gita: una vida
egoísta o una vida consagrada a la humanidad (Acuario).
26 a 27 de Diciembre: ahora siguen
las tres noches del lirio blanco.
El alma reconoce que no puede
permanecer en lo alto, que de nuevo es atraída hacia abajo, porque
todavía queda en ella mucho elemento terrenal. El alma se dispone
conscientemente a purificar el cuerpo terrenal, al ver en cada
alimento algo semejante a un viático sagrado.
Yo Soy el Pan (de Vida) (Palabras de
Cristo Jesús)…Nosotros venimos del Pan, vivimos del Pan (en el
sendero de evolución) y volvemos al Pan…
Misterio: nunca olvidar la meta de
las metas en el largo y ancho caminar en el reino de la Tierra
(Piscis).
27 a 28 de Diciembre: purificar
conscientemente el cuerpo astral. La simpatía y la antipatía se
transforman en amor hacia todo. La pasión y el deseo callan. La
Fuerza de Cristo ilumina en nosotros lo que es luciférico y
arihmánico y nos fortalece en contra de ello.
Misterio: el trabajo sobre uno mismo
rinde servicio al bien de todo y de todos. El Arcángel Uriel
sostiene ante nosotros el espejo en el que vemos como somos (Aries).
28 a 29 de Diciembre: purificar
conscientemente el cuerpo de los pensamientos (cuerpo mental).
Educación, orden en los pensamientos, concentración en lo positivo.
Transformar las negras palomas de los pensamientos en palomas
blancas. Pues nuestro pensar, mientras no se halle disciplinado
conscientemente, se parece a un palomar. También cerrar el palomar
ante pensamientos negativos y extraños.
Misterio: el Templo que Cristo
purifica (Tauro).
29 al 30 de Diciembre: ahora siguen
las tres noches de la espada. Noche de Pedro: noche de la
consagración de la espada. Cada uno tiene que forjarse la propia
espada del discernimiento. Cada persona tiene que unir, forjándolos
con la fuerza volitiva del espíritu ambos fragmentos: lo
inmortal-eterno y lo perecedero, para así conocer la verdad.
Misterio: unir (fusionar) el Hijo de
Dios con el Hijo del Hombre (Ser uno/Géminis).
30 a 31 de Diciembre: la serpiente en
la empuñadura de la espada…Sabiduría. Hay que ocuparse de
lecturas elevadas, es la noche del gran mandamiento.
El misterio del obrar: ¿quién dicta
las órdenes sobre nuestra alma?... ¿quién es el señor de nuestra
alma?...quién es el autor de nuestros actos?...
Tenemos la libertad. Fortalecer en
nosotros la buena voluntad (Cäncer).
31 de Diciembre-1 de Enero: la cruz en
la empuñadura de la espada. El sacrificio…la lengua ceñida con la
espada de la Fuerza de Cristo habla la verdad, sin poder herir. Es la
noche del estremecimiento (la consternación)…
Misterio: el caballero, el luchador
con la lanza de la voluntad y la espada del conocimiento, a su lado
el perro, como símbolo de la obediencia. Detrás de él la muerte y
el diablo.
En un cierto estado del conocimiento,
cada paso equivocado conduce mas rápido hacia la perdición. La
victoria es conseguida luchando estando lleno de la divinidad, de la
consciencia de responsabilidad y de la incansable fidelidad ante las
tareas de la vida (Leo).
1 al 2 de Enero: ahora siguen las
tres noches de la corona. Desprenderse del solo intelecto o el
desprendimiento del intelecto de sus ataduras terrestres y
pragmáticas. Es la triple noche santa en la que el yo inferior cae y
queda el deseo de servir y poder entregarse (Virgo).
2 al 3 de Enero: es la noche en la
cual nace, desde el servicio, el sacrificio mas
grande…Obedecer-Escuchar. Aprender a escuchar la voz interior y las
señales de lo divino.
Misterio: el que clama en nosotros a
través de las distintas encarnaciones. Su claridad aumenta con el
sacrificio y la decisión (Libra).
3 al 4 de Enero: la noche de lucha
con el Guardián del Umbral.
Misterio: construir en nosotros el
Castillo del Grial. Profesar en creciente medida la fidelidad al
Altísimo (Escorpio).
4 al 5 de Enero: en esta noche se
coloca la corona alcanzada en la lucha a los pies de lo divino. Pues
nosotros, en verdad, hemos conquistado la corona, pero el hecho de
que lo hayamos logrado es Gracia, es Ley del Espíritu.
Pues la Gracia es una corriente que
fluye desde una fuente a la que el hombre, desde sus fuerzas humanas,
no puede obligar. Ahora principio y fín devienen un tiempo sin
espacio y un espacio sin tiempo; ahora todo es eterno, santo,
sagrado…
Las fuerzas orientadas firmemente
hacia la meta del arquero (Sagitario), hay que emplearlas de tal modo
que pueda recibir el bien espiritual.
Lo que hemos conocido y recibido
durante LAS DOCE NOCHES SANTAS, debemos llevarlo a la vida
espiritualizando la materia y la vida anímica.
LAS DOCE NOCHES SANTAS son decisivas
para la vida y el destino de todo el año entrante. En ellas puede
haberse dispuesto una buena semilla en nuestra voluntad.
Especialmente decisivo es lo que emprendamos en la noche del Año
Nuevo (San Silvestre).
En esta noche nos libera el Espíritu
del Pueblo (Arcángel nacional), por unos momentos; lo que ahora
pensemos será tomado por las Jerarquías mas Elevadas, llevando en
sí la Fuerza de Realización.
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