Relaciones kármicas:
GA236 - Volumen II
Dornach 22 de junio de 1924
XV conferencia
El estudio de los problemas relacionados con el karma no es en absoluto fácil y la discusión de todo lo que tiene que ver con este tema conlleva -o debería conllevar- un sentido de profunda responsabilidad. Este estudio es, en realidad, una cuestión de penetración en las relaciones más profundas de la existencia, ya que dentro de la esfera del karma, y el curso que este toma, se encuentran aquellos procesos que son la base de los otros fenómenos de la existencia del mundo, incluso de los fenómenos de la naturaleza. Sin comprender el curso que sigue el karma en el mundo y en la evolución de la humanidad, es imposible entender por qué la naturaleza externa se presenta ante nosotros en la forma en que la contemplamos.
Hemos estudiado ejemplos de cómo el karma puede seguir su curso. Estos ejemplos fueron cuidadosamente escogidos por mí para que ahora, cuando tratemos de hacer la transición al estudio del karma individual, podamos enlazar con ellos. Para empezar, haré una introducción general, porque hoy están presentes amigos que no han asistido a las conferencias sobre el karma impartidas durante las últimas semanas y meses.
Es muy importante darse cuenta de la importancia y la seriedad de todo lo relacionado con nuestro Encuentro Fundacional de Navidad. Debemos ser profundamente conscientes de que este encuentro navideño constituye una fundación totalmente nueva de la Sociedad Antroposófica. Y no hay que volver a las antiguas costumbres, a los viejos hábitos de pensamiento en relación con los cambios fundamentales que se han producido en el método de tratar las verdades de la Antroposofía. El contenido de las conferencias pronunciadas aquí desde Navidad no debe ser transmitido a ningún público de otra manera que no sea leyendo una transcripción exacta de lo que aquí se ha dicho. Una exposición libre de esta materia particular no es posible en la etapa actual. Si se propusiera un curso de este tipo, tendría que hacer una excepción. Estos asuntos difíciles y de gran peso exigen una seria consideración de cada palabra y cada frase pronunciada aquí, a fin de que los límites dentro de los cuales se hacen las declaraciones sean absolutamente claros. Si alguien se propone comunicar el tema a un público de alguna manera diferente, debe ponerse primero en contacto conmigo y preguntar si esto sería posible. Porque en el futuro debe prevalecer un espíritu de unidad en todo el Movimiento Antroposófico. De lo contrario, caeremos en los mismos errores que cometieron algunos miembros que creyeron que era su deber elaborar las verdades antroposóficas en términos de la ciencia moderna, y hemos experimentado plenamente el daño que se hizo al Movimiento con lo que entonces se "logró" - ¡digo la palabra entre comillas!
Estas condiciones no se aplican, por supuesto, a las comunicaciones totalmente privadas; pero incluso en tales casos la persona que las realiza debe ser plenamente consciente de su responsabilidad. Porque en el momento en que se habla de las cosas en la forma en que lo hacemos aquí, comienza, en el sentido más completo de las palabras, un sentido de responsabilidad con respecto a las comunicaciones del mundo espiritual. Es difícil hablar de estos asuntos aquí, en vista de las limitaciones de nuestra organización actual que, sin embargo, no admiten otra disposición. Es difícil hablar de estos asuntos porque tales conferencias deben ser dadas realmente sólo a los oyentes que asisten a la serie de principio a fin. La comprensión será inevitablemente difícil para quien llegue más tarde. Sin embargo, si los amigos son plenamente conscientes de que existen tales dificultades, se puede establecer un cierto equilibrio. Siempre que esta conciencia esté presente, todo irá bien. Pero no siempre está presente... Tampoco será posible pensar de forma correcta en estos asuntos -que se encuentran entre los más delicados de nuestro Movimiento- si, como sigue ocurriendo incluso desde la Fundación de Navidad, persisten los mismos hábitos: celos, rencores mutuos y cosas por el estilo. Una cierta actitud mental, una cierta seriedad son absolutamente esenciales para el desarrollo antroposófico.
Antes de asumir el cargo de Presidente hablaba de esos asuntos como profesor. Pero ahora debo hablar de ellos de tal manera que representen realmente lo que procede del Ejecutivo del Goetheanum y que debe cobrar vida en la Sociedad Antroposófica. Creo que se entenderá el sentido de lo que he dicho. He hablado como lo he hecho para que prevalezca la seriedad necesaria en lo que respecta a las conferencias del tipo que ahora se dan.
El karma es algo que opera directamente en todo el curso de la vida del hombre, pero que yace oculto en las regiones inconscientes y subconscientes del alma humana, detrás de las experiencias externas.
Ahora bien, una biografía debería evocar experiencias de un tipo muy definido en el lector si éste sigue la narración con un interés genuino y cálido. Si tuviera que describir lo que la lectura de una biografía puede despertar en nosotros, es esto. - Quien lea una biografía con atención alerta encontrará descripción tras descripción de hechos y fenómenos que no se ajustan realmente a un flujo narrativo ininterrumpido. Al leer una biografía tenemos ante nosotros un cuadro de la vida de un hombre. Pero, a decir verdad, no son sólo los hechos vividos en su conciencia despierta los que intervienen en su vida. El tiempo sigue su curso así. - El primer día, luego la noche; el segundo día, luego la noche; el tercer día, luego otra vez la noche, y así sucesivamente. Pero en la conciencia ordinaria sólo somos conscientes de lo que ha sucedido durante los días - a menos que escribamos una biografía antroposófica que, en las circunstancias de la civilización actual, es una imposibilidad absoluta. Las biografías dan cuenta de lo que ha sucedido durante los días, durante las horas de vigilia de la persona cuya biografía se escribe.
Pero lo que realmente moldea la vida, le da forma e implanta en ella los impulsos que están relacionados con el destino - esto no es visible en los acontecimientos de los días, sino que entra en funcionamiento entre los días, en el mundo espiritual, cuando el hombre mismo está en el mundo espiritual desde que se duerme hasta que se despierta. Estos impulsos actúan en la vida, pero no se indican en las narraciones biográficas. Entonces, ¿a qué equivale una biografía? En lo que respecta a la vida de un individuo, es como si colgáramos la Virgen Sixtina de Rafael en una pared y pegáramos tiras de papel blanco sobre ciertos lugares, de modo que sólo quedaran visibles partes de la superficie. Cualquiera que mire el cuadro sentirá que debe haber algo más que ver para que sea un todo completo.
Todos los que leen una biografía desapasionadamente deberían sentirlo. En vista de las condiciones de la cultura actual, sólo puede indicarse por medio del estilo, pero debería hacerse. Todo el estilo y la forma de escribir deberían indicar que todo el tiempo están fluyendo impulsos en la vida de un individuo desde los niveles impersonales de la vida del alma y del espíritu. Si se logra esto, gradualmente llegaremos a sentir que en una biografía, el propio karma está hablando. Por supuesto, sería pura abstracción narrar alguna escena de la vida de un hombre y luego añadir: Esto viene de una vida terrenal anterior; en ese momento tomó tal y tal forma y ahora toma esta. Esa forma de hablar sería una pura abstracción, aunque probablemente mucha gente la encontraría muy sensacional. Sin embargo, en realidad no contendría una espiritualidad más elevada que la que se encuentra en las biografías convencionales escritas en nuestra época, pues todo lo que se produce hoy en día en este ámbito es mucho filisteísmo.
Ahora bien, es posible cultivar la actitud del alma que se necesita aquí mediante el aprendizaje, digamos, del amor a los diarios o notas diarias escritas por los individuos. Si no se leen (o se escriben) tales diarios, de forma irreflexiva... algunos diarios, por supuesto, son muy monótonos y prosaicos, pero aun así, al seguir las transiciones de un día a otro, un hombre que no sea un filisteo se dará cuenta de los sentimientos y percepciones que conducen a una aprehensión del karma, de las conexiones del destino.
He conocido a personas -y no son pocas- que, por su feliz ignorancia, se han creído capaces de escribir una biografía de Goethe. Pero el hecho es que cuanto más se profundiza en las conexiones de la existencia, en las conexiones kármicas de la existencia, más aumentan las dificultades.
Tratad de recordar lo que os he dicho aquí recientemente, y especialmente la conferencia en la que os insté expresamente a que me entendierais con el corazón y no con el intelecto, y a que, cuando volviera a hablar, lo recibierais también con el corazón. Recordad el énfasis que puse en esto. Porque el hecho es que un enfoque intelectual no puede conducir a una verdadera comprensión del karma. Cualquiera que no se estremezca interiormente por muchas de las conexiones kármicas reveladas aquí, muestra que cualquier percepción real del karma le sobrepasa y que es incapaz de avanzar hacia la percepción de las conexiones kármicas individuales.
Pero tratemos ahora de encontrar la transición desde los estudios realizados hasta ahora, hasta lo que puede llevarnos a decir de algún suceso en la vida de un individuo que esto es karma, en una forma definida de manifestación.
Cuando recuerdo todo lo que viví en relación con Goethe durante los siete años que estuve trabajando en los Archivos de Goethe y Schiller en Weimar -al narrar la historia de mi vida tengo que repasarlo todo con el pensamiento- me digo a mi mismo en referencia al karma que uno de los problemas más difíciles en cualquier presentación del tema es describir las experiencias por las que pasó Goethe entre los años 1782 y 1800. Escribir este capítulo en una biografía de Goethe es una de las tareas más difíciles.
Hay que aprender a percibir, aunque tenga que ser con una visión superior y oculta, cómo y dónde actúa el karma en la vida de un hombre.
Entre el momento de dormirse y el de despertarse, el hombre vive en su cuerpo astral y en su ego, fuera de sus cuerpos físico y etérico. Con su ego y su cuerpo astral vive dentro del mundo espiritual. Una vez más, es una de las investigaciones más difíciles que pueden emprenderse en la ciencia espiritual para hacer un estudio exacto de lo que sucede entre el sueño y la vigilia. Hoy lo describiré a grandes rasgos.
Si repasan todo lo que se ha presentado en la Antroposofía, sentirán que da la impresión de ser comprensible; pero su descubrimiento es un asunto de extraordinaria dificultad en la investigación antroposófica.
Si tuviera que dibujar una especie de boceto del ser humano, este contorno o línea divisoria indica su cuerpo físico. En este cuerpo físico se encuentra el cuerpo etérico, dentro de éste el cuerpo astral, y dentro de éste de nuevo, el ego, el "yo".
Ahora pensad en el ser humano mientras se duerme. Los cuerpos físico y etérico se encuentran en la cama. ¿Qué sucede con el cuerpo astral y el ego? El cuerpo astral y el ego salen por la cabeza y, en realidad, por todo el sistema sensorial, es decir, salen por todo el cuerpo, pero principalmente por la cabeza, y quedan fuera. Así pues, dejando de lado el ego, podemos decir: En el momento de dormirse, el cuerpo astral sale del ser humano a través de la cabeza. En realidad, el cuerpo astral lo abandona a través de todo lo que son los órganos de los sentidos, pero como los órganos de los sentidos están concentrados principalmente en la cabeza, la parte principal del cuerpo astral sale por la cabeza. Pero como el sentido del calor, por ejemplo, está distribuido por todo el cuerpo, y el sentido de la presión también, también se producen radiaciones más débiles, en todas las direcciones. Todo el proceso, sin embargo, da la impresión de que en el momento de dormirse el cuerpo astral sale por la cabeza.
Y ahora prosigamos. - Al dormirnos, nuestro ego y nuestro cuerpo astral salen de nuestro cuerpo físico y etérico hacia el mundo espiritual. Las secuelas de lo que hemos vivido durante el día aún permanecen. Pero los pensamientos no permanecen en la forma en que los albergamos, ni tampoco en forma de palabras. No queda nada de esto. Todavía quedan restos, vestigios, adheridos al cuerpo astral cuando éste se extingue, pero no más que eso.
Inmediatamente después de que el cuerpo astral haya salido del ser humano, el karma comienza a tomar forma, aunque al principio sólo en forma de imágenes. El karma comienza a tomar forma. Lo que hemos hecho a lo largo del día, ya sea bueno o malo, viéndolo al principio de acuerdo con las ideas habituales - directamente nos quedamos dormidos, todo esto comienza inmediatamente a traducirse, a integrarse, en la corriente del desarrollo kármico.
Este proceso continúa durante un tiempo después de que nos dormimos y eclipsa todo lo demás que nos sucede durante el sueño. Sin embargo, a medida que el sueño continúa, el hombre comienza a sumergirse en las experiencias vividas en su vida terrenal precedente (ver flechas en el diagrama), luego en las de la vida anterior, y así sucesivamente, hacia atrás. Y cuando llega el momento del despertar ha alcanzado y superado su primera y más lejana vida terrenal como individuo. Entonces alcanza el estado de ser cuando todavía no estaba separado del cosmos, un estado de existencia en referencia al cual no se puede hablar de una vida terrenal como individuo. Sólo cuando ha llegado hasta aquí puede volver de nuevo a su organización física y etérica.
Aquí se plantea otra cuestión, además muy importante. - ¿Qué sucede cuando tenemos un sueño muy corto, por ejemplo una siesta por la tarde? O incluso cuando echamos un breve guiño durante una conferencia, pero realmente nos dormimos; todo puede durar sólo dos o tres minutos, tal vez sólo un minuto o medio minuto. ¿Qué ocurre entonces? Si el sueño fuera real, estaríamos en el mundo espiritual durante ese medio minuto.
La verdad es, mis queridos amigos, que para esta breve siesta, incluso durante una conferencia, vale lo mismo que para el sueño de toda la noche en la cama. De hecho, cada vez que un individuo se queda dormido, aunque sea por un breve momento, todo el sueño es una unidad y el cuerpo astral es un profeta inconsciente; observa todo el sueño hasta el punto de despertar... en perspectiva, por supuesto. Lo que está lejos puede carecer de claridad, como cuando una persona miope mira hacia abajo en una avenida y no ve los árboles en el extremo más lejano de la misma. Del mismo modo, el cuerpo astral puede ser miope, en sentido figurado, en el subconsciente. Su percepción no alcanza el punto donde comienzan las vidas terrestres individuales. Pero, a grandes rasgos, el hecho es que incluso durante el sueño más breve nos precipitamos con una rapidez tremenda, como la de un rayo, a través de todas nuestras vidas terrenales. Este es un asunto de extraordinaria importancia. Naturalmente, todo es muy nebuloso; pero si alguien se duerme durante una conferencia, entonces el conferenciante o los que comparten su poder de observación lo tienen delante. Pensad en ello: ¡toda la evolución de la tierra, junto con lo que el durmiente ha experimentado en vidas terrenales anteriores! Cuando alguien se queda dormido durante una conferencia, todo carece de claridad porque sucede con una rapidez terrible; una cosa se funde rápidamente con otra, pero, sin embargo, está ahí. De esto comprenderás que el karma está perpetuamente presente, inscrito, por así decirlo, en la Crónica del Mundo. Y cada vez que un hombre se duerme tiene la oportunidad de acercarse a su karma. Este es uno de los grandes secretos de la existencia.
Quien puede observar estas cosas desde el punto de vista de la Ciencia de la Iniciación, con una visión sin obstáculos, mira con profunda reverencia, una reverencia de conocimiento, lo que puede vivir en una memoria humana, en los recuerdos-pensamientos que pueden surgir en el alma humana. Estos recuerdos sólo hablan de la vida terrestre que se está llevando a cabo, pero dentro de ellos vive un ego humano. Y si estos recuerdos no existieran -ya he hablado de ello anteriormente-, entonces el ego humano no estaría plenamente presente. En lo más profundo de nosotros hay algo que puede evocar siempre y de nuevo estos recuerdos.
Pero en la medida en que estamos en comunicación con el mundo exterior a través de nuestros sentidos y nuestra mente, nos formamos ideas de este mundo exterior, ideas que nos dan imágenes de lo que hay fuera.
Dibujando esto en forma de diagrama, decimos: aquí (a) el hombre mira hacia el mundo. En su pensamiento surgen imágenes que le representan lo que percibe en el mundo exterior. Aquí (b) el hombre vive dentro de su cuerpo. Los pensamientos surgen, conteniendo su propio almacén de recuerdos. De nuestro almacén de recuerdos decimos que presenta, tan fielmente como lo permite nuestra organización de espíritu-alma-cuerpo, lo que hemos experimentado en esta vida presente en la tierra.