GA157a Berlín, 18 de noviembre de 1915 -La formación del destino-La vida espiritual en el mundo físico y la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento

 


segunda conferencia

La vida espiritual en el mundo físico y la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento


Berlín, 18 de noviembre de 1915

Quisiera ahora continuar con las consideraciones que comenzamos a desarrollar en nuestra última conferencia. Tiempos como el nuestro, en los que el enigma de la muerte se acerca al alma humana de muchas formas diferentes, y sobre esto pusimos énfasis en nuestra última conferencia, nos impulsa especialmente a investigar qué es lo que el hombre puede adquirir con respecto al mundo espiritual. Tiempos estos, en los que la humanidad está expuesta a pruebas tan severas, tienen el propósito mismo de guiar al alma humana a investigar sobre los seres del mundo espiritual. Porque, ¿Cómo no ver en cada paso lo que está sucediendo hoy, en la mayor parte del mundo cultural, y cómo no ver en casi todas las etapas el gran enigma de la vida al que nos enfrentamos? ¿Cómo no sentir que se ocultan grandes conexiones detrás de eventos como los que ocurren hoy día alrededor de nosotros? Y que, cuando ocurren, convulsionan las almas y los corazones de los hombres con dolor y tristeza, aunque también los llenan de esperanza y confianza. Ciertamente, el que contempla los acontecimientos del mundo con una visión miope, juzgará los sucesos de gran alcance, basándose en los hechos precedentes y en los inmediatamente posteriores. Pero el que externamente, sin entrar en consideraciones esotéricas, considere el curso de los eventos cósmicos y compare los tiempos anteriores con el presente, se hará consciente de lo mucho que previamente puede estar relacionado con lo que, digamos, sigue su curso más adelante en el Cosmos, de una manera muy diferente, como efecto.
Consideren que ahora hay muchas personas que dicen: “Los eventos actuales de la guerra son simplemente el resultado de una oposición política externa entre las distintas naciones y pueblos”. Ciertamente, en un sentido limitado eso es cierto, y no se trata de poner objeciones a la verdad de tal concepto; pero, si consideramos, por ejemplo, las guerras que se libraron al comienzo de la Edad Media entre los pueblos de Europa central y los del sur de Europa y, sobre todo, los pueblos pertenecientes al Imperio Romano, debemos decir que las guerras que tuvieron lugar entonces en la lucha política, también procedían de la oposición política que entonces existía; Tenían sus causas inmediatas en aquellas oposiciones. Aquellas batallas luego, siguieron su curso. Provocando ciertas configuraciones en toda la vida de Europa. Si investigamos un poco en la historia y consideramos lo que sucedió en ese tiempo a través de las luchas de los pueblos de Europa Central con, digamos, los pueblos del Imperio Romano, llegaremos a la conclusión de que a partir de la anterior configuración del mundo europeo surgió otro posterior. Pero si deseamos evaluar correctamente el punto real en cuestión, debemos considerar todos los resultados históricos. Porque estos resultados históricos que han tenido lugar en Europa, no podrían haber surgido como lo han hecho, si esas batallas hubieran terminado de otra manera. ¿Y cuál fue la consecuencia de esta historia europea? ¡El resultado de ello es, la manera en que el cristianismo se extendió y creció en Europa! Y si consideramos estas profundas conexiones, podemos decir: En todo lo que sucedió en los siglos siguientes, los hechos son los siguientes: los eventos de estos siglos están relacionados kármicamente con sus causas, osea, las batallas de aquellos tiempos. Eso significa que los eventos a los que hemos aludido están relacionados con toda la configuración posterior del mundo europeo, aunque en sus relaciones espirituales. Considérenlo en todo su alcance y admitirán, que el cristianismo se difundió en Europa y se forjó, a través de los jóvenes pueblos germánicos que se enfrentaron a los ahora envejecidos pueblos romanos y que mediante la unión de sus fuerzas juveniles con lo que Fluyó en la humanidad como mensaje del cristianismo, se creó así una cierta atmósfera europea, en la que nacieron las almas que habrían de descender más tarde. De ese modo, en los siglos siguientes, las almas vivieron y se desarrollaron de acuerdo con estos eventos. Por lo tanto, podemos decir: si un hombre en ese momento hubiera afirmado: "Todos los acontecimientos que se derivaron, fueron simplemente la consecuencia de un enfrentamiento político entre las naciones del sur y centro Europa ", y tendría razón. Pero si otro hubiera dicho: "La configuración de la cultura espiritual de todos los siglos venideros, será el resultado de lo que ahora está sucediendo", y también tendría razón, y en un sentido mucho más profundo. Si buscamos las causas inmediatas de cualquier cosa apuntando a las fuerzas opuestas más cercanas, no abarcaremos todo el alcance de los hechos. Los asuntos de este mundo están todos muy íntimamente conectados. Y si necesitamos, por así decirlo, un fortalecimiento interno para encontrar las fuerzas adecuadas para apoyar nuestro trabajo, solo debemos recordarnos que en un círculo aún más pequeño que el actual, una vez estuvieron reunidos juntos aquellos que, cuando el cristianismo se anunció por primera vez, representaban sus grandes verdades cósmicas. Ya he usado esta comparación a menudo. Pero lo aplicaremos una vez más hoy. Hubo un tiempo que podemos describir de la siguiente manera: Vemos el antiguo Imperio Romano. Lo vemos con su antigua filosofía. Lo vemos viviendo enteramente en el ambiente de la antigua filosofía pagana. Vemos este Imperio con las personas que en cierto sentido formaban las clases altas. Y allá abajo, verdaderamente más abajo lo que significa hoy nuestro 'debajo' - literalmente debajo, en las catacumbas debajo de la tierra, vemos al primer pequeño puñado de cristianos, en posesión de algo bastante extraño para la cultura mundial de arriba, pero que lo llevaban tan profundamente en sus corazones, que su fuerza verdaderamente se hizo cósmicamente creadora. Imaginémonos aquellas catacumbas. Allí, debajo de las catacumbas, con sus pensamientos dirigidos hacia el impulso de Cristo, estaban los primeros cristianos, y encima, sobre sus cabezas, los romanos, que se comportaban de manera muy diferente a los primeros cristianos. Ya conocen todo eso, no necesito continuar el relato. Pero si se imaginan dos siglos después, ¡qué diferente se ve todo! ¡Lo que estaba arriba es barrido, y lo que era venerado en secreto bajo tierra, halló su camino hacia la superficie! Ciertamente, los tiempos y las formas en que ocurren tales hechos cambian; Pero lo esencial permanece. Con respecto a quienes defienden hoy la cultura científica y espiritual externa, puede decirse, (aunque esto no debe tomarse literalmente), que se sienten arriba y a lo que se fomenta en nuestros círculos, lo llaman la filosofía de algunos sectarios, el resultado de unas mentes anormales. Pero aquél que realmente penetra en la naturaleza de nuestros conceptos y que, sobre todo, se impregna de ellos, puede tener la seguridad de que aquí también algún día, lo que se mantenía debajo, estará en la cima. Aquí, por tanto, nuestros pensamientos pueden detenerse en el mundo transformado que surgirá de estos difíciles tiempos nuestros, en que la humanidad debe aprender a comprender lo espiritual. Porque casi no existe una mayor similitud en la evolución histórica, que la que existe entre nuestros tiempos y la que tuvo su papel en la época en que la antigua cultura romana todavía estaba arriba, y el cristianismo, sostenido por unas pocas almas fieles, todavía estaba abajo.
Me gustaría señalar, (si puedo hacerlo sin parecer de mente estrecha al hacer una referencia demasiado ceñida y pedante de estas cosas, ya que de hecho, en estos días deberíamos ser mas abiertos), que es especialmente bueno sostener ante el alma como representaciones imaginativas, la imagen de nuestra época y la de Roma durante la primera aparición del cristianismo.
Muchos de los que hoy se oponen a lo que llamamos Ciencia Espiritual, no pueden evitar sentir la naturaleza completamente diferente de lo que la Ciencia Espiritual representa en contraste con lo que de otro modo se sostiene entre las llamadas personas "normales" de hoy. Así pues, si deseamos entender esto correctamente, solo debemos observar, cómo, la primera anunciación del cristianismo era completamente opuesta, a lo que se sostenía entre los romanos, (los hombres normales de aquellos tiempos), con tal pensamiento debemos familiarizarnos, porque una y otra vez se argumenta en contra nuestra, que con los medios de conocimiento corrientes, el hombre no puede alcanzar los mundos a los que hacemos referencia. Realmente debemos comprender el trabajo más íntimo en nuestros grupos para que podamos decir: Esta vida en nuestros grupos no es inútil ni insignificante para nuestra causa, que nos reunamos en tales grupos, y que una y otra vez renovemos, no solo el conocimiento de los resultados teóricos de nuestra doctrina, que no es importante, sino que también renueven nuestros cálidos sentimientos y Sensaciones por las cosas y seres reales del mundo espiritual. De este modo, nos acostumbramos a esa forma de sensibilizarnos psíquicamente y, sobre todo, nos permite asumir las verdades espirituales de manera diferente frente a los que no están preparados. En las reuniones de nuestro grupo, de vez en cuando habría que impartir algo de las partes superiores y mas avanzadas del conocimiento espiritual. No empezar siempre desde el principio. Pero esta intimidad dentro de la vida de los grupos debe hacer posible que algunos de nuestros amigos, acojan en sus almas, ciertas cosas que señalé en la última conferencia, a saber, la manera especial de verificar nuestro conocimiento espiritual y de hacerlo nuestro. No podemos verificar estas cosas de la misma manera que lo hace el hombre en el mundo externo, entrando en contacto con las cosas con sus ojos: pero quien tiene un sentimiento por los hechos que señalé la última vez, lo hará, aunque él mismo no vea en el mundo espiritual, sintiendo que a través del apoyo mutuo de las verdades espirituales se intensifica el valor de estas verdades. Por lo tanto, volveré a llamar la atención sobre el significativo hecho de que, por una parte, tras muchos años de estudio, se alcanza el punto de vista definitivo de que una tercera parte de nuestra vida entre el nacimiento y la muerte, se revive de nuevo después de la muerte; mientras que de la otra parte, se descubre un punto de vista muy diferente, a saber, que en realidad experimentamos nuestra vida de dormidos en una forma especial durante el tiempo que llamamos Kamaloka, y que esta también ocupa un tercio de la vida en el plano físico. Estos dos puntos de vista son bastante independientes entre sí y se han descubierto desde diferentes puntos de partida. También hemos demostrado en otras ocasiones cómo, desde tres o cuatro puntos de vista diferentes, uno siempre llega a la misma conclusión. Así las verdades se apoyan mutuamente. Pero para esto, nosotros mismos debemos adquirir el sentimiento correcto. Esto producirá algo como un sentimiento elemental natural de la verdad de este conocimiento espiritual. A menudo debo apelar a esto, de lo contrario no podría revelar las verdades posteriores y superiores en las diversas reuniones de grupo.
La última vez, pusimos la atención sobre el hecho de que la conexión correcta de nuestra conciencia del Yo entre la muerte y el nuevo nacimiento, se prende por así decirlo, a través de esa revisión panorámica de nuestra última vida en la tierra que tiene lugar después de la muerte. Hacemos repaso a nuestra vida de nuevo en una especie de cuadro. Deben entender claramente lo que contempla un hombre realmente allí. Aquí en el plano físico, estamos acostumbrados a posicionarnos formando, en cierto sentido, una especie de punto central de nuestro horizonte cósmico, y vemos cómo, el mundo que nos rodea, produce impresiones en nuestros sentidos. En la vida normal en el plano físico, no nos miramos a nosotros mismos, a nuestro interior, sino que desviamos nuestra mirada hacia el exterior. Ahora bien, si queremos formarnos una idea de la vida inmediatamente después de la muerte, es importante tener en cuenta que esta manera de mirar el panorama de la vida, es absolutamente diferente de la percepción que estamos acostumbrados a usar en el plano físico. En el plano físico miramos fuera de nosotros mismos y consideramos el mundo como nuestro entorno. "Estamos aquí, miramos hacia el exterior y no a nuestro interior, a nosotros mismos". Inmediatamente después de la muerte, disponemos de unos pocos días en los que nuestro campo de visión está lleno de aquello que hemos experimentado entre el nacimiento y la muerte. Luego miramos hacia adentro, desde la periferia hacia el centro. Consideramos nuestra propia vida en su curso cronológico. Mientras que generalmente decimos: "Aquí estamos y todo lo demás está fuera de nosotros", inmediatamente después de la muerte tenemos la conciencia de que esta distinción entre nosotros y el mundo no existe. Porque miramos desde la periferia a nuestra propia vida, que durante estos pocos días es nuestro mundo. Con la percepción ordinaria en el plano físico contemplamos colinas, casas, ríos, árboles, etc., pues, de la misma manera vemos, lo que hemos vivido en la vida desde un cierto punto de vista personal, como nuestro propio mundo inmediato. Y el hecho de verla, nos da el punto de partida para mantener el Ego a través de toda la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento. Eso fortalece y vigoriza el alma, de modo que entre la muerte y el nuevo nacimiento siempre sepa: "¡Soy un Ego!" Aquí en la vida física nos damos cuenta de nuestro Ego, a través del hecho, que a menudo he señalado, de que estamos en una cierta relación con nuestro cuerpo. Consideren lo siguiente: si reflexionan detenidamente sobre un sueño, dirán: En el sueño no se tiene una clara sensación del Ego, sino mas bien a menudo una sensación de separación. Eso es porque el hombre aquí en el plano físico solo siente realmente su Ego a través del contacto con su cuerpo. Pueden representarlo de manera muy cruda: si mueven su dedo por el aire, ¡no hay nada allí! Muévanlo más lejos, sigue sin haber nada. Sin embargo, cuando tocan algo, al enfrentarse a algo, saben de sí mismos, se dan cuenta de sí mismos. De ese modo, somos conscientes de nuestro Ego. No se despierta el Ego mismo, el Ego es un Ser, sino la conciencia del Ego, la conciencia del Yo. La contraposición nos hace conscientes de nuestro Yo. Por lo tanto, somos conscientes del Ego en el cuerpo físico debido a que vivimos en él. Para este motivo hemos recibido el cuerpo físico. En la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento tenemos una conciencia del Yo, porque hemos recibido las fuerzas que proceden de la visión de la vida anterior. Llegamos en cierta medida a contactar con lo que el mundo del espacio nos da y, por lo tanto, alcanzamos nuestra conciencia del Yo para la vida entre el nacimiento y la muerte. Entramos en contacto con lo que nosotros mismos hemos experimentado entre el nacimiento y la muerte en la última vida, y de ese modo tenemos nuestra conciencia del Yo para la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento.
Allí prosigue la vida de modo bastante diferente, esta vida ocupa un tercio del tiempo de la vida entre el nacimiento y la muerte, y que generalmente se la llama la vida del Kamaloka. Esta vida que sigue es de tal naturaleza, que podemos decir que aparece una ampliación de nuestra visión. Mientras que durante los primeros días nuestra visión se dirige realmente solo a nosotros mismos, a nuestra vida pasada, no a la personalidad, esto, a medida que pasa el tiempo, se vuelve muy diferente. Ciertamente, el poder de reconocerse como un Yo permanece. Pero ahora aparece, (y esto que voy a decir lo pueden reunir por ustedes mismos, de las conferencias y libros): ahora aparece algo bastante peculiar, a lo primero que debe acostumbrarse el hombre, porque todo el método de percibir en ese mundo es muy diferente de como es aquí en el plano físico. Una gran parte de lo que el hombre tiene que someterse después de la muerte, consiste en adaptarse interiormente a un modo diferente de percepción. Aquí tenemos la naturaleza a nuestro alrededor. Lo que aquí consideramos en el mundo físico como naturaleza, no existe en absoluto en ese ahora nuestro mundo entre la muerte y el nuevo nacimiento. Para ver la naturaleza aquí tenemos nuestros ojos físicos, oídos, y todo el aparato físico de percepción. Y esta naturaleza, tal como existe con su plenitud de colores y demás características, no podría ser percibida si tuviéramos otros órganos de percepción diferentes. Es por eso que estamos dotados de un cuerpo físico, para que podamos percibir la naturaleza. Después de la muerte, en lugar de tener a nuestro alrededor la naturaleza, tenemos a nuestro alrededor el mundo espiritual que describimos como el mundo de las jerarquías y el mundo del puro ser, de puras almas. Ni materia ni sustancia ni objetos que tengan color, sino puro ser. Ese es el punto esencial. Por lo tanto, para aquellas almas que niegan el espíritu mientras están aquí en la vida física, naturalmente, el asombro es mayor. Porque aquellos que niegan el espíritu y nunca han creído nada de lo espiritual, ahora se encuentran en un mundo que han negado y que es completamente desconocido para ellos. Tienen que vivir forzosamente en un mundo cuya existencia se negaron a admitir.
De modo que, estamos rodeados por un ambiente espiritual de puro ser, de pura alma. Y entonces, gradualmente, van surgiendo almas, formándose a partir de este mundo del alma universal, porque al principio hay almas en todas partes, almas que no reconocemos. Sabemos que todas son almas, pero no las reconocemos individualmente; y gradualmente van apareciendo más claramente y más concretamente las almas individuales. Y especialmente en este momento aparecen las almas con las que hemos vivido aquí en el plano físico, las almas de las personas con las que hemos vivido aquí. Mientras hacemos frente esta multitud de almas, aprendemos a saber entre quiénes nos encontramos: esta alma es fulano, esa alma es otra persona, y así sucesivamente. Vamos conociéndolas. Antes que nada, debemos reconocer el hecho de que toda la relación en que nos vemos envueltos en ese mundo, entre la muerte y el nuevo nacimiento, es esencialmente diferente, en otros aspectos, a la relación en la que estamos aquí en el plano físico. Aquí decimos que el mundo está fuera de nosotros; Después de la muerte tenemos realmente la conciencia de que el mundo está dentro de nosotros. Imaginen por un momento, que aquí en la tierra, debieran disolverse completamente, que tuvieran que evaporarse. La nube de vapor en la que se han convertido, se extiende cada vez más y solo se detiene cuando llega al firmamento. Se expande, pero no puede ir más allá. Consideremos por un momento el firmamento como un ser. Entonces ustedes se sienten como este firmamento y ahora ven todo lo que contiene; de modo que quedándose afuera con su conciencia ven el mundo interior. Se sienten de tal manera que todo cuanto aparece está dentro de ustedes. Así como aquí cuando sentimos un dolor, lo sentimos dentro de nosotros, de la misma manera después de la muerte, los seres aparecen dentro de nosotros como experiencias internas. Eso conlleva la infinita intimidad de las experiencias entre la muerte y el nuevo nacimiento, el hecho de estar tan ligados a ellos que realmente los sentimos como nuestras propias experiencias internas. Y aquí hay que hacer una cierta distinción. Consideren un alma tal como la que he citado como ejemplo, que uno comienza a reconocerla y de la que todo lo que uno puede saber al principio es: "Sí, está ahí, pero no tiene forma. Todavía no es perceptible, pero está ahí '. Para que sea perceptible, se tiene que realizar una actividad interna, una actividad similar a la siguiente: para ello, situémonos en el ámbito espiritual. Cuando siento detrás de mí algo que no veo, surge en mí la siguiente idea: está ahí, pero debo realizar una actividad para hacerme una idea de ella. Puedo decir que es comparable a tocar una cosa para tener una idea de ella. Esta actividad interior es necesaria para que aparezca la imaginación. Sé que el ser está ahí, pero primero tengo que crear la imaginación uniéndome interiormente con el ser. Esa es una manera en que el hombre puede percibir las almas. La otra forma es la siguiente: que no se realice esta actividad interna con tanta intensidad, sino que surge por su propia cuenta. Aparece sin que uno intervenga mucho en ello. Es parecido al modo que tenemos de percibir algo aquí, solo que, por supuesto, trasladado al ámbito espiritual. Y esta distinción puede existir entre dos almas. De una, el hombre recibe una percepción al aplicar una actividad; de la otra, a través de una imaginación que surge por sí misma. Solo necesitan estar atentos para reconocer esta distinción. Porque si se familiarizan con un alma que requiere más actividad para ser percibida; Es porque esa es el alma de alguien que ha muerto. Pero si un alma aparece más por sí misma, es un alma que está encarnada en un cuerpo físico aquí en la tierra. Estas distinciones están realmente allí. El hombre se mantiene, (con algunas excepciones, que mencionaremos en el momento adecuado), el hombre después de la muerte, permanece en unión tanto con las almas de los que han muerto, como con las que todavía están aquí en la tierra. Y la distinción radica en que el hombre sepa con qué clase de alma tiene que lidiar; saber si debe ser activo o pasivo, de acuerdo con la forma en que surge la imaginación del alma en cuestión.
Ahora bien, hay una idea, una característica, que de hecho ya se ha expresado muchas veces, pero que una vez más presentaremos en relación con la vida que acaba de pasar, y que ocupa un tercio de la vida terrestre, a la que solemos llamar la vida en el Kamaloka. Si estando viviendo aquí en la tierra alguien les golpease, serían conscientes de ello. Lo percibirían y dirían: alguien me ha golpeado. Y en general, hay una diferencia entre que alguien les golpee o que ustedes golpeen a alguien, y escuchar decir algo a alguien, no es lo mismo que si ustedes dicen algo. En la vida del Kamaloka, todo esto se invierte por completo. Para utilizar una ilustración aproximada sería de la manera siguiente. Si le han dado a alguien un golpe en la vida, allí sienten lo que la otra persona sintió al recibir el golpe. Si han ofendido a otro mediante algún insulto, experimentarán la misma sensación que le causaron a él. De ese modo, sienten la experiencia de la otra alma. En otras palabras, experimentan los resultados producidos por sus propias acciones. En este viaje retrospectivo, experimentaran todo lo que las otras personas experimentaron a través de nosotros durante nuestra vida aquí, entre el nacimiento y la muerte. Si entre el nacimiento y la muerte, han convivido entre cientos de personas, estas personas habrán experimentado algo a través de ustedes. Pero aquí en la vida física no pueden sentir lo que los otros sintieron y experimentaron a través de ustedes, solo experimentan lo que otros les hacen pasar a ustedes. Después de la muerte, esto se invierte, y es esencial que gracias a esta revisión experimentemos todo lo que los otros han sufrido. Sufrimos por lo tanto, los efectos de la última existencia terrenal, y la tarea de estos años realmente consiste en que los experimentemos. Ahora bien, mientras estamos experimentando estos efectos, dicha experiencia se transforma en nosotros en fuerzas, y lo hace de la siguiente manera: Supongamos que he ofendido a un hombre y que, por tal motivo, le he hecho sufrir amargamente. Durante el Kamaloka soy yo mismo quién experimenta esta amargura. La vivo como mi propia experiencia. Y mientras la estoy experimentando,se genera en mí la fuerza que debe actuar como contraposición; es decir, mientras sufro esta amargura, creo en mí mismo la fuerza para borrar del mundo esta amargura. De este modo, me soy consciente de todos los efectos de mis acciones y, por lo tanto, absorbo las fuerzas para poder eliminarlos. Y durante este tiempo en el Kamaloka, (que dura un tercio de la vida en la tierra), absorbo todas las fuerzas que pueden definirse como un intenso anhelo en el alma ahora sin cuerpo, por eliminar todo lo que impide la perfección retardando la evolución del alma. Si reflexionan sobre ello, verán que el propio hombre elabora su propio Karma, es decir, que lleva dentro de sí, la disposición de volverse de tal modo que todo lo indeseable pueda desaparecer. Así se prepara el karma, durante este tiempo particular. Incorporamos a nuestra alma la fuerza que debemos tomar entre la muerte y el nuevo nacimiento, para que en la próxima encarnación llevemos a cabo la configuración de nuestra vida, que consideremos como la correcta. Así es como se crea el karma. Para entender estas cosas correctamente, (no solo teóricamente sino captándolas para que pueden penetrar profundamente en nuestras fuerzas del sentir y de la voluntad), debemos tener claro que el modo común de sentir a los muertos es absolutamente diferente del de los vivos. Los vivos pueden decir con mucha facilidad: 'Me compadezco de este o aquel hombre muerto porque tiene que sufrir algo de lo que no puede escapar'. Pero supongan que haya ofendido terriblemente a otro y no pudiera hacer nada para corregirlo, podrían sentir compasión por el hombre muerto, pero eso está completamente fuera de lugar; porque lo que él mas desea, es poder evolucionar las fuerzas mediante las cuales pueda equilibrar el mal. Eso es lo que él considera precioso. Por lo tanto, estarían deseando que él no alcanzara lo que más desea. Para lograrlo, debe someterse a todo el sufrimiento mencionado, para que a partir de lo negativo se desarrolle lo positivo. A través de la introspección de nuestras acciones, desarrollamos el poder de hallar una compensación.
Por lo que, al final de este período del Kamaloka, podemos decir que de acuerdo con su última vida y su recapitulación, un hombre ya ha determinado, cómo afrontará la próxima encarnación de su existencia; y qué posición adoptará ante esta o aquella persona para compensar esto o aquello. Ahí realmente determinamos nuestro Karma para la vida en la que hemos de entrar.
La primera parte del tiempo se dedica a asimilar las fuerzas del mundo espiritual, mediante las cuales podemos construir al ser humano en general y mediante las cuales podemos formar un cuerpo adecuado para nuestra propia individualidad. Primero trazamos el plan de nuestro karma. Después debemos moldear el cuerpo humano para este fin. Eso requiere un tiempo mucho más largo, y tiene lugar más tarde. Con ello, pueden ver que lo esencial del tiempo en el Kamaloka radica en el hecho, de que nos da la posibilidad de preparar éticamente nuestra próxima encarnación de manera correcta. Debemos tener bastante claro que cada sucesiva encarnación, depende de las anteriores. Vemos cómo se preparan nuestras siguientes encarnaciones. Y vemos que el modo de vida total de un hombre, depende de la forma en que atravesó su vida anterior. Se puede plantear la objeción de que esto entra en contradicción con la libertad del hombre, por parte de quienes aún no han considerado plenamente el asunto, eso no contradice la libertad. Volveré sobre esto más adelante.
Cuando observamos en la vida a personas individuales, encontramos que son muy, muy diferentes; No importa cuántos hombres haya en la tierra, todos ellos son diferentes. Sin embargo, se pueden distinguir categorías. Hay, por ejemplo, hombres que se comportan de tal manera que desde su primera juventud podemos ver que, como individuos, están especialmente preparados para esto o aquello. Como ustedes saben, existen personas así. Incluso en la infancia podemos predecir que lograrán algún propósito definido. Se abalanzan sobre ella, por así decirlo, son activos. Tienen una tarea especial, porque desarrollan la fuerza para tal fin. Otros sin embargo, están interesados en muchas cosas, pero no tienen una inclinación definida a una sola cosa. Toman muchas cosas. Tal vez más tarde en la vida puedan llegar a una tarea definida que no es especialmente adecuada para ellos; Tal vez habrían podido hacer alguna otra cosa mejor. En resumen, las personas son muy diferentes entre sí en relación con la forma en que actúan en la vida. Y esto realmente hace posible la vida. Hay hombres, por ejemplo, que entran en la vida, y que no parecen tener mucho que hacer, externamente. Pero solo necesitan decir una o dos palabras para influir en las personas. Tales hombres trabajan más a través de su ser interior. Otros trabajan más externamente. Eso está íntimamente relacionado con la manera en que han vivido su encarnación anterior. Hay personas que mueren a una edad temprana, antes de cumplir los treinta y cinco años, para tener estas limitaciones. Tales hombres con respecto a su muerte en esta encarnación se encuentran en una posición bastante diferente de los que mueren después de los treinta y cinco años. Quien muere antes de cumplir los treinta y cinco años, todavía está muy cerca del mundo del que descendió al nacer. Este trigésimo quinto año es un límite importante. Como si cruzase un puente, por así decirlo. El mundo del que el hombre ha descendido, se retira y produce un nuevo mundo espiritual a partir de su ser interior. Es importante que distingamos esto. Y ahora supongamos que un hombre muere antes de los treinta y cinco años. Al reencarnar, se desarrollan en él esas fuerzas, que no usó en los años que hubieran seguido a su trigésimo quinto año. Tales hombres, que pasan por la muerte de esa manera antes de los treinta y cinco años en una encarnación, reservan ciertas fuerzas para la próxima encarnación, que se habrían agotado si hubieran vivido hasta los cincuenta, sesenta o setenta años de edad. Las fuerzas que reservaron, se suman a las que encarnan en la próxima vida. De este modo, tales almas nacen en cuerpos mediante los cuales están en una posición, especialmente en su juventud, de enfrentarse en la vida con grandes impresiones. En otras palabras: cuando esas almas, que en su última encarnación murieron antes de los treinta y cinco años, se reencarnan nuevamente, todo les causa una fuerte impresión. Se conmueven profundamente por las cosas, las disfrutan profundamente, tienen vivos sentimientos que convierten fácilmente en impulsos de la voluntad. Son aquellos que adoptan una posición fuerte en la vida, quienes reciben una misión. Un hombre que muere antes de los treinta y cinco años no queda sin causa; De modo que recibirá una misión bastante definida en su próxima vida. Estas cosas son complejas, y la muerte antes de los treinta y cinco años también puede traer otras cosas, no es una ley absoluta, ya que estos son solo ejemplos. Pero cuando un hombre muere después de los treinta y cinco, sucede que en su próxima vida no recibe impresiones tan fuertes de las cosas que le rodean. Él no puede conmoverse o despertarse fácilmente. Se familiariza más lenta pero más íntimamente con las cosas, y así se preparará para una vida en su próxima encarnación en la que trabajará más a través de su naturaleza interna, sin verse tan determinado a una tarea especial en la vida. Se asentará en la vida de tal manera que tal vez hubiera preferido alguna otra tarea, y se desvía de ella para lograr algo tal vez absolutamente en contra de su voluntad. Puesto que a causa de la anterior encarnación en la Tierra se había acostumbrado a trabajar más delicadamente, ahora puede ser utilizado en una esfera más amplia. Y si un hombre (ya he mencionado este caso anteriormente), si un hombre es conducido en una edad muy temprana a través del portal de la muerte, digamos en su undécimo, duodécimo o decimotercer año de vida, entonces permanece poco tiempo en el Kamaloka. Sino que permanece muy, muy cerca del mundo que abandonó justo al nacer. Todo tiene una apariencia diferente. Después de una vida que termina a los doce años, durante los primeros días después de su muerte, surge la retrospectiva habitual pero se lleva a cabo de tal manera que no requiere su intervención. Mientras que si un hombre muere a la edad de cincuenta, sesenta o setenta años, él mismo debe poner mucho de su parte para lograr esta retrospectiva. Esta debe realizarse por su propia actividad. Y debido a que tienen que experimentar esta vida después de la muerte de muchas maneras diferentes, los hombres se van así preparando de manera diferente para su próxima vida. Puede ser que en una vida un hombre sea especialmente activo. Ahora bien, si un hombre especialmente activo es llevado a la muerte a una edad temprana, entonces en su próxima vida, su Karma lo designaría para una tarea bastante definida en la vida, lo que sin duda cumpliría. Sería como si estuviera predestinado. Sin embargo, si un hombre es especialmente activo en una vida y vive hasta avanzada edad, estas fuerzas se intensifican internamente. En su próxima vida entonces, tendrá una tarea más complicada. La actividad externa se retira, y en el alma aparece la necesidad de desarrollar la actividad interna.
Así, es de compleja la vida del hombre, a medida que va desarrollándose de encarnación a encarnación. Continuaremos estas consideraciones en la próxima conferencia. Ahora, me gustaría concluir diciendo una cosa: cuando se enfrentan a una época como la nuestra, en la cual un número tan excepcional de hombres son llevados de manera anormal a través del portal de la muerte, (recordemos que esta conferencia se celebró, en plena contienda de la primera guerra mundial), en un tiempo relativamente corto, en ese momento se está preparando algo bastante excepcional a través de todo ello. Y era necesario que esto estuviera preparado. Cada año ven cómo llega al mundo periódicamente el tiempo de florecer. Si miran hacia atrás en la historia, también pueden ver que incluso entonces, se produce ese florecimiento tras un intervalo. Un gran tiempo de florecimiento fue la época de Lessing, Herder, Schiller, Fichte, Goethe. Es como si hubiera habido una concentración de genios por un tiempo, y después cesase. Y por eso el mundo avanza como a saltos. Se registran dichos intervalos de genialidad, y luego ese estado de cosas cambia de nuevo. También en los mundos espirituales, tenemos intervalos de un florecimiento, de un brote especial. Ahora, aquí en el reino físico en nuestros días, estamos en un intervalo de desmoronamiento. He aquí nuevamente, dos cosas que pueden colocar una al lado de la otra, y que como imágenes son tremendamente significativas. Gran decadencia física, que es la semilla para un posterior florecimiento espiritual significativo. Las cosas siempre tienen dos caras. Desde este punto de vista, siempre buscando una y otra vez fuerza y consuelo, pero también ganando confianza en nuestras esperanzas, repitamos una vez más en referencia a nuestros tiempos, y desde la conciencia de nuestra ciencia espiritual:
Del coraje de los luchadores.
De la sangre de las batallas,
Del sufrimiento de los dolientes.
Del sacrificio del pueblo,
De allí madurarán los frutos del espíritu.
Si conscientemente el alma
Vuelve su pensamiento a los Reinos Espirituales.
Traducida por Julio Luelmo enero 2017

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919