GA026 El Misterio de Miguel: Capítulo VI 25 oct.1924: El futuro de la humanidad y la obra de Miguel

 





Principios antroposóficos


El camino hacia el conocimiento de la Antroposofía


Por Rudolf Steiner

El Misterio de Miguel: Capítulo VI. 25 oct. 1924: El futuro de la humanidad y la obra de Miguel


¿Cómo se encuentra el hombre hoy en día, en su etapa actual de evolución, con respecto a Miguel y sus seguidores?


El hombre se enfrenta a un mundo que una vez fue totalmente divino, un Ser espiritual divino, del que él mismo era una parte viva. Por lo tanto, el mundo, en aquellos tiempos en que el Mundo y el Hombre confluían al unísono, era un Ser espiritual divino. En una etapa siguiente del progreso evolutivo, esto había cesado. El mundo fue después, la Revelación cósmica del espíritu divino; el Espíritu Divino en su Ser esencial se cernía detrás de la Revelación. Sin embargo, seguía tejiendo y viviendo en esta, su gloria revelada. Un mundo de estrellas estaba allí; en su brillo y su movimiento el Espíritu Divino tejía y vivía como revelación. Se puede decir que en el lugar en que se encontraba una estrella en aquellos días, o en la forma en que se movía, podía verse directamente la acción del Espíritu Divino.

En todo lo que allí ocurría -la manera en que el Espíritu Divino actuaba dentro del Cosmos- la vida del Hombre, a medida que crecía en todo sentido como producto de la acción divino-espiritual en el Cosmos -en todo esto, Miguel estaba todavía en su propio elemento sin oposición. Era el mediador en las relaciones de la Divinidad con el Hombre.

Llegaron otros tiempos. El mundo estelar dejó de ser el portador inmediato y presente de la acción divino-espiritual. Su vida y su movimiento no eran más que la continuación persistente de la misma forma de acción que antes había actuado en él. El Espíritu Divino ya no vivía en el Cosmos como Revelación, sino sólo como Obra. Había surgido una clara dualidad entre lo divino-espiritual y lo cósmico. Miguel se quedó con lo divino-espiritual debido a su propio ser. Trató de mantener a la gente lo más cerca posible de esto. Siguió haciendo eso. Quería proteger a las personas de vivir con demasiada fuerza en un mundo que es solo la expresión de lo divino-espiritual, no el ser ni la revelación.

Comprender el significado de la Misión de Miguel en el Cosmos, significa la capacidad de hablar así. Uno debe ser capaz en estos días de hablar sobre el mundo de la Naturaleza en la forma exigida por la etapa actual del desarrollo del Alma consciente. Hay que ser capaz de familiarizar la mente con el modo de pensamiento puramente científico y naturalista.

Pero también hay que aprender a hablar -es decir, a sentir- sobre el mundo de la Naturaleza de una manera acorde con el Cristo. No sólo sobre la redención de la Naturaleza, no sólo sobre el alma y las cosas divinas, sino sobre el Cosmos, debemos aprender el lenguaje de Cristo.

Para que nuestro vínculo humano con nuestro primer origen divino-espiritual se conserve de tal manera que sepamos hablar correctamente la lengua de Cristo sobre el Cosmos, esto es algo que al final alcanzaremos, si aprendemos con sinceridad interior de corazón a sentir y entrar cada vez más plenamente en todo lo que Miguel y las huestes de Miguel están entre nosotros, en su misión, en todo lo que realizan. Porque comprender a Miguel significa, hoy en día, encontrar el camino hacia el Logos, tal como lo vivió Cristo entre los hombres en la tierra.

La Antroposofía valora debidamente todo lo que la forma naturalista del pensamiento científico ha aprendido a decir sobre el mundo durante los últimos cuatrocientos o quinientos años. Pero la Antroposofía tiene que hablar otro lenguaje además de éste, sobre el Ser del Hombre, la Evolución del Hombre, el Crecimiento del Cosmos. La Antroposofía hablaría la lengua de Cristo-Michael.

Porque si se hablan ambos idiomas, entonces la continuidad permanecerá intacta, y la evolución no pasará a Ahriman, antes de encontrar de nuevo su primer origen divino y espiritual. El lenguaje de las ciencias naturales, por sí solo, en una forma de hablar que corresponde al desprendimiento de la fuerza intelectual del Espíritu Divino de su origen. Puede convertirse en el lenguaje de Ahriman, si se descuida la misión de Miguel. Pero no lo hará, si, a través de la fuerza del gran ejemplo de Miguel, el intelecto liberado y desprendido vuelve a sí mismo en ese poder Intelectual Cósmico del principio, que, separado del Hombre, se ha vuelto objetivo para él, pero que se encuentra en la fuente del Hombre, y apareció en su esencia viva en Cristo dentro del reino de la clase humana, después de haber dejado al Hombre por un tiempo, para que pudiera desplegar su libertad.

Pensamientos guía  2 nov.1924

112.-El Espíritu Divino se manifiesta de diversas maneras en el Cosmos, en las siguientes etapas: 

1. En su propio Ser primordial y esencial. 

2. En la Revelación de este Ser. 

3. En su Actividad - cuando el Ser se retira de la Revelación. 

4. En su Obra Realizada, cuando en el Universo, tal como éste aparece, ya no está la Divinidad en sí, sino sólo las Formas de la Divinidad.

113.-La visión actual del hombre sobre el mundo natural no le da ninguna relación con la Divinidad, sino sólo con esta Obra terminada, forjada por la Divinidad. Los efectos comunicados al alma humana por esta visión del mundo natural son tales que el hombre puede utilizarlos, ya sea para aliarse con las Potencias de Cristo, o con las fuerzas de Ahrimán.

114.-Todo el objetivo y el esfuerzo de Micael es que la relación prístina con el Cosmos, que se ha conservado en el hombre desde las épocas de la manifestación divina en el Ser y la Revelación, se incorpore, por el libre efecto del propio ejemplo de Micael, a la ulterior evolución humana y cósmica. Porque entonces la actual visión naturalista, que sólo habla de la Imagen o Forma vacía de lo Divino, podrá pasar a una visión más elevada de la Naturaleza, más acorde con el Espíritu. Esta visión más elevada de la Naturaleza tendrá existencia actual en el Hombre; pero será una pos-realización humana de la relación de Dios con el Cosmos durante las dos primeras etapas de la evolución cósmica. Al mismo tiempo que da su conformidad, de esta manera, a la visión del mundo natural que pertenece a la Edad de la Conciencia (Edad del Alma consciente), la Antroposofía complementa y completa esta visión con otra - el resultado de la observación con el ojo despierto del Espíritu.


Traducido por J.Luelmo mayo 2021

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