Principios antroposóficos
Por Rudolf Steiner
Misterio de Michael: Capítulo V 26 oct.1924: Las experiencias de Miguel en el cumplimiento de su misión cósmica.
Se puede seguir el progreso de la humanidad, desde la etapa de conciencia en la que el hombre todavía se sentía parte del orden divino-espiritual, hasta la actual, en la que aprende a sentirse una individualidad, separada del Ser divino-espiritual, y capaz de hacer uso de sus propios Pensamientos. Se puede trazar esto desde el punto de vista de la humanidad, como se hizo en la carta anterior.
Sin embargo, también se puede, mediante una visión suprasensible, esbozar un cuadro de las experiencias de Miguel y sus huestes durante la misma oleada de evolución, es decir, describir la misma serie de hechos desde el punto de vista de Miguel. Esto se intentará ahora.
Hay, para empezar, una edad muy temprana, en la que sólo se puede hablar realmente de lo que ocurre entre los Seres divino-espirituales. Son una serie de acciones de los dioses, con las cuales uno tiene aquí que hacer. Los dioses realizan lo que les sugieren los impulsos de su propia naturaleza individual. En esta actividad encuentran la correspondiente satisfacción. Y la forma en que se ven afectados por todo ello, es el único asunto a tener en cuenta. Sólo en un rincón del campo de las actividades de los Dioses, puede verse algo que se parece a la Humanidad. La humanidad es una parte de la actividad de los dioses.
Sin embargo, hay un Ser espiritual que desde el principio ha puesto sus ojos en la humanidad: se trata de Miguel. Él organiza, por así decirlo, las acciones de los dioses, para que el hombre pueda existir en un rincón cósmico. Y su modo de actividad al hacer esto, es análogo al que se despliega más tarde en el Hombre como Intelecto - sólo que, con él, es una corriente activa de fuerza, que fluye a través del Cosmos, introduciendo el orden de las ideas, y llevando la causa al efecto de hecho. En esta fuerza actúa Miguel. Su oficio es administrar la intelectualidad del Cosmos. Desea un mayor progreso, a saber, que la fuerza que actúa como Inteligencia en todo el Cosmos, se concentre en lo sucesivo en la individualidad del Hombre. La consecuencia es que llega un tiempo en la evolución del mundo, en el que el Cosmos ya no vive por su Inteligencia presente, sino por su Inteligencia pasada, mientras que la Inteligencia presente está en la corriente humana de la evolución.
Miguel quiere mantener esta Inteligencia, que está creciendo en la humanidad, en continua conexión con los Seres espirituales divinos.
Sin embargo, hay un obstáculo para ello. Toda la línea de evolución recorrida por los dioses, desde el punto en que la fuerza intelectual se libera de su trabajo cósmico, hasta que se incorpora a la naturaleza del hombre, es un hecho patente en el mundo. Suponiendo que existieran seres que tuvieran la facultad de ver estos hechos, podrían convertirlos en su propio beneficio. Y tales seres existen realmente, es decir, los seres ahrimánicos. Toda su forma de ser los predispone a absorber en sí mismos cualquier tipo de inteligencia que se desprenda de los dioses. Son aptos para asimilar en su propio ser toda la suma de intelectualidad de todo tipo. De este modo, se convierten en las Inteligencias más grandes, más completas y más penetrantes de todo el Cosmos.
Miguel puede prever cómo el hombre, a medida que alcanza cada vez más el uso privado de la inteligencia, debe necesariamente entrar en contacto con estos seres ahrimánicos, y puede entonces verse tentado a aliarse con ellos, cayendo así en su presa. Por lo tanto, Miguel pone a las Potencias Ahtrimánicas bajo sus pies, las hace descender constantemente a regiones más profundas, por debajo de aquella en la que el Hombre prosigue su desarrollo. Miguel, con su pie sobre el Dragón, empujándolo al abismo - tal es la estupenda imagen, tal como vive en la conciencia humana, de estos hechos en el mundo suprasensible.
La evolución avanza. La fuerza intelectual, que al principio se encontraba enteramente en el dominio de la espiritualidad divina, se desprende ahora tanto como para dar alma al Cosmos. Lo que antes sólo salía como rayos de los dioses, ahora brilla como gloria revelada de la divinidad desde el mundo de las estrellas. Antes, el mundo era guiado por el propio Ser Divino; ahora, es guiado por la Revelación Divina, que ha llegado a ser objetiva, y tras la cual el Ser Divino está pasando por la siguiente etapa de su propio curso evolutivo.
También aquí Micael es regente de la Inteligencia Cósmica, ya que esta Inteligencia fluye como una corriente ordenadora de Ideas a través de todas las revelaciones del Cosmos.
La tercera fase de la evolución es un desprendimiento aún mayor de la Inteligencia Cósmica de su fuente original. Ya no es el actual orden de ideas el que rige ahora los mundos estelares como revelación divina, sino que las estrellas se guían y agrupan en sus cursos de acuerdo con el orden de ideas que les fue implantado en el pasado. Miguel ve que lo que estaba bajo su dominio en el Cosmos -la intelectualidad del Cosmos- se abre paso cada vez más hacia la humanidad en la tierra.
Y Miguel ve también que el peligro de que la humanidad caiga en las trampas de los Poderes Ahrimánicos es cada vez mayor. Para sí mismo, sabe que siempre tendrá a Ahriman bajo sus pies; pero ¿puede hacer lo mismo el Hombre?
Él ve cómo se produce el más grande de todos los acontecimientos en la Tierra. Desde ese reino del que Miguel fue el siervo, el Ser de Cristo desciende a la esfera de la Tierra, para estar a mano cuando el poder de la Inteligencia haya pasado completamente al individuo humano. Porque entonces llegará el tiempo en que el impulso será más fuerte en el Hombre, para entregarse totalmente a ese Poder, que en cada particular y en consumada perfección se ha hecho portador de la fuerza intelectual. Pero Cristo estará cerca. Por su gran sacrificio vivirá en la misma esfera donde mora Ahriman. El hombre podrá elegir entre Cristo y Ahrimán. El mundo podrá en la evolución de la humanidad encontrar el camino de Cristo.
Tales son las experiencias de Miguel con la regencia cósmica. Para permanecer con aquello de lo que fue regente en el cosmos, toma el camino del cosmos a la humanidad. Ha estado en el camino desde el siglo VIII del cristianismo, pero sólo entró realmente en la función terrenal -en la que se transforma su función cósmica- en el último tercio del siglo XIX.
Miguel no tiene poder para obligar a los hombres a nada. Porque el hecho mismo de que la Inteligencia haya pasado completamente al dominio de la individualidad humana, significa, por sí mismo, el fin de toda compulsión. Pero en el mundo suprasensible que limita con el físico, Miguel puede realizar ante los hombres, en un acto majestuoso de ritual imaginativo para su imitación, lo que desea hacer. Allí puede mostrarse en un aura de luz, en un gesto espiritual, en el que se revela toda la gloria y majestad de la pasada Inteligencia de los Dioses. Allí puede demostrar visiblemente cómo esta Inteligencia del pasado es incluso ahora, en sus efectos en el presente, más verdadera y más hermosa y más virtuosa que todo lo que en falso y engañoso esplendor procede en la inmediata Inteligencia actual de Ahriman. Allí puede hacer ver a los hombres cómo, para él, Ahrimán debe ser siempre el espíritu más bajo bajo sus pies.
Aquellos que pueden mirar en el mundo suprasensible que se encuentra junto al físico, ven a Miguel allí, incluso como se le describe aquí, y ven lo que él y sus huestes están tratando de hacer por los hombres. Tales personas ven cómo en libertad el hombre debe ser guiado, por la imagen de Miguel en la esfera de Ahrimán, alejándose de Ahrimán hacia Cristo. Si, a través de su propia visión, estas personas pueden lograr abrir los corazones y las mentes de otros hombres también, de modo que pueda haber un grupo de personas que sepan cómo Micael está ahora habitando entre los hombres, entonces la humanidad hará un comienzo hacia la celebración del Festival de Micael en su verdadera realidad, porque en tales festivales las almas humanas despertarán a la vida dentro de sí mismas el poder de Micael. Entonces Miguel trabajará como un poder real entre los hombres. El hombre será libre, y sin embargo, estará en comunión íntima con Cristo, mientras viaja en su camino de vida espiritual a través del Cosmos.
Pensamientos guía
109.-Despertar a una verdadera conciencia de la Influencia de Miguel en el complejo espiritual del mundo, es resolver el problema de la Libertad Humana de sus complejidades cósmicas, en la medida en que su solución es necesaria para el Hombre en la Tierra.
110.-Porque la "Libertad" es un hecho de experiencia directa para todo hombre que se comprende a sí mismo en el período actual de la evolución humana. Nadie, sin negar un hecho evidente, puede aventurarse a decir: "No hay Libertad". Sin embargo, se puede encontrar una contradicción entre el hecho así dado y los procesos del Cosmos. El motivo de la contradicción cesa en la contemplación de la misión de Miguel en el Cosmos.
En mi "Filosofía de la Libertad" publicada en inglés bajo el título de La Filosofía de la Actividad Espiritual. la Libertad del ser humano en la presente era mundial se encontrará demostrada como un tema real de la conciencia interna. En la imagen que allí se da de la Misión de Miguel, pueden encontrarse los argumentos cósmicos para la evolución de esta Libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario