GA026 El Misterio de Miguel: Capítulo VII 2 nov.1924: Miguel-Cristo en el hombre

 





Principios antroposóficos


El camino hacia el conocimiento de la Antroposofía


Por Rudolf Steiner

Misterio de Michael: Capítulo  VII 2 nov.1924: Miguel-Cristo en el hombre

Para cualquiera que haya adoptado toda su mente, con total sinceridad de sentimiento, con la percepción interna del ser de Miguel, y los actos de Miguel, obtendrá también una comprensión correcta de cómo el Hombre debe tratar un mundo, que no es ni de Ser divino, ni de Revelación, ni de Actividad, sino que es la Obra forjada de los Dioses. Mirar este mundo con conocimiento, es tener ante uno formas, formaciones, que por todas partes hablan con voz clara de lo divino, pero en las que no se encuentra el ser divino en su propia autoexistencia, a menos que uno se deje llevar por ilusiones. Tampoco hay que fijarse sólo en el aspecto conocedor del mundo.

Es cierto que éste revela con toda claridad la configuración del mundo que rodea al Hombre hoy en día. Pero es más importante para la vida cotidiana el sentir, el querer y el obrar en un mundo que puede ser sentido en su formación como divino, pero en el que no se puede experimentar realmente la vida divina. Para llevar una vida ética real a un mundo como éste, se requieren esos impulsos éticos, de los cuales di una indicación en mi "Filosofía de la Libertad".

En medio de este mundo de obras ya hechas, el ser de Micael y el mundo de acción actual de Micael pueden arrojar una luz brillante para el hombre de sentimientos genuinos. Miguel no entra en el mundo físico en una apariencia visible. Permanece con todas sus obras en una región suprasensible, pero que está justo en los límites del mundo físico en la actual fase evolutiva de los mundos. Por lo tanto, no es posible que las impresiones causadas en los hombres por el ser real de Miguel conduzcan sus puntos de vista sobre la Naturaleza a reinos fantásticos, o los tienten a construir su vida práctica social y ética - dentro de un mundo forjado por Dios, pero no animado por Dios - con la pretensión de que otros impulsos puedan estar actuando allí, excepto aquellos de los cuales el hombre mismo debe ser el agente ético y espiritual. Ya sea pensando o queriendo, los hombres siempre tendrán que ir a las regiones espirituales, para encontrar a Miguel.

Esto significará vivir, espiritualmente, de la siguiente manera: los caminos del conocimiento y de la vida deben ser tomados, como lo han sido y deben ser tomados desde el siglo XV. Pero los hombres se aferrarán a la revelación de Miguel; dejarán que esta revelación brille como una luz en los pensamientos que reciben de la Naturaleza; la llevarán como calor en sus corazones, cuando se vean obligados a llevar su vida de acuerdo con el mundo divinamente forjado de las Obras terminadas. No tendrán entonces sólo en vista la observación y la realización viva de este mundo presente, sino también otro estado del mundo, que Miguel les da - uno que es pasado, pero que Miguel, por su ser y sus obras, transfiere al presente.

Si fuera de otro modo -si Miguel obrara de modo que transfiriera sus acciones a ese mundo físico que el hombre, en el día de hoy, debe conocer y experimentar como tal-, entonces el hombre aprendería del mundo en el día de hoy, no lo que realmente está en el mundo, sino lo que fue. Dondequiera que esto ocurra, el alma humana es conducida por esta lectura ilusoria del mundo fuera de su propia realidad, que se ajusta a ella, a una realidad de otro tipo - a saber, una luciférica.

El camino que Miguel toma para traer el pasado como fuerza activa a la vida humana actual, es un camino que sigue las correctas líneas espirituales del progreso cósmico, y no tiene nada de luciférico. Es importante que el alma humana comprenda esto, y mantenga ante sí una clara concepción de la forma en que, en la misión de Miguel, se evita todo lo luciférico.

Esta actitud hacia la luz que ahora amanece en la historia de la humanidad -hacia la luz de Miguel- significa también encontrar el camino correcto hacia el Cristo.

Micael dará la orientación correcta cuando se trate del mundo que está alrededor del Hombre y lo invita a conocer y actuar en él. El camino hacia Cristo debe encontrarse en el interior

Es muy comprensible, en una época en la que el conocimiento de la Naturaleza ha asumido la forma que le han dado los últimos quinientos años, que el conocimiento del mundo suprasensible haya llegado a ser también tal como la humanidad de hoy lo hace en su vida. Es necesario que la Naturaleza sea aprendida y vivida de tal manera, que todo se vacíe de sus dioses. Y por eso, en la forma que ha dado a sus relaciones con la Naturaleza, el hombre ya no se encuentra a sí mismo.

Esa relación de sí mismo con la Naturaleza, que es la adecuada para la época, no le da al hombre, en tanto que es un ser suprasensible, nada en cuanto a su propia naturaleza y ser. Tampoco esta actitud -si es lo único que busca- le permite vivir, éticamente, de manera acorde con su condición de hombre.

De ahí que surja la tendencia a no dejar que esta forma de conocimiento y de vida entre en nada que tenga que ver con el ser suprasensible del hombre, o incluso con el mundo suprasensible en absoluto. Este último se convierte en un campo de conocimiento, apartado de lo que es alcanzable por los poderes humanos de cognición. Frente al campo de lo conocible, otro campo -extra-científico o super-científico- es marcado para la revelación por la Fe.

Pero esto contrasta con la obra puramente espiritual de Cristo. El Cristo ha sido accesible al alma humana desde el Misterio del Gólgota. Y su relación con él no tiene por qué ser indefinida, oscura, emocional y mística; se puede experimentar de una manera completamente concreta, humanamente profunda y clara.

Cuando esto es así, entonces fluye en el alma humana, a partir de su vida junto a Cristo, el conocimiento que el alma necesita saber sobre su propio ser suprasensible. La revelación de la fe debe entonces ser abarcada de tal manera, que a través de ella corra incesantemente la corriente de la experiencia real y viva de Cristo. Toda la vida recibirá así su bautismo, cuando en el Cristo se reconozca a Aquel que da al alma humana la visión comprensiva de su propio ser suprasensible.

De este modo pueden estar lado a lado, como realización de la vida interior, la Experiencia de Miguel y la Experiencia de Cristo. A través de Miguel, el hombre encontrará su camino correcto hacia lo suprasensible con respecto a la naturaleza externa. La concepción naturalista podrá entonces, sin sufrir ninguna falsificación, ocupar su lugar al lado de un concepto espiritual del Mundo y del Hombre - en la medida en que el Hombre es una criatura del Mundo.

A través de una posición correcta frente a Cristo, lo que sólo podría ser recibido por el hombre como una revelación tradicional por la fe, será por el contrario aprendido por experiencia real en la relación viva del alma con Cristo. El mundo anímico interior, la vida del sentimiento y de la experiencia interior, se experimentará entonces como un mundo iluminado por la luz del Espíritu; el mundo exterior de la Naturaleza como un mundo sostenido y llevado por el Espíritu.

Si el hombre tratara de obtener la clave de su propio ser suprasensible, haciéndolo al margen de la vida de comunión con Cristo, se alejaría de su propio reino de la realidad y se adentraría en el de Ahrimán. Cristo lleva en sí mismo los impulsos del futuro humano de la manera que es cósmicamente justificable. Unirse a Él, es para el alma humana recibir en ella las semillas de su propio futuro como cósmicamente justificado. Otros seres, que ya presentan formas que cósmicamente sólo serán justificables para el hombre en el futuro, son seres que pertenecen a la esfera ahrimánica. La forma correcta de unión con Cristo, es al mismo tiempo la forma correcta de salvaguardia contra Ahriman.

Aquellas personas que insisten estrictamente en que las revelaciones de la Fe sean salvaguardadas contra la intrusión de cualquier influencia de los poderes humanos del Conocimiento, están actuando por el temor inconsciente de que si el Hombre entra una vez en este camino, caerá bajo las influencias ahrimánicas. Esto debe ser comprendido. Pero también debe entenderse que, en realidad, es para el honor de Cristo y para Su verdadero reconocimiento, cuando a Cristo y a la realización de la vida con Él se le atribuye la afluencia de la gracia del Espíritu en el alma del Hombre.

De esta manera, la vivencia de Miguel y la vivencia de Cristo pueden estar en el futuro una al lado de la otra. De ese modo, el hombre encontrará su camino correcto -el camino de la libertad- entre Lucifer, que lo desvía hacia las ilusiones del pensamiento y de la vida, y Ahriman, que lo atrae hacia formas del futuro que gratifican su orgullo, pero que sin embargo no pueden ser suyas, todavía, en el presente.

Caer víctima de las ilusiones de Lucifer significa no estar dispuesto a avanzar hacia la etapa de la libertad, sino detenerse, como Dios-Hombre, en una etapa demasiado temprana de la evolución. Caer víctima de las tentaciones de Ahriman significa no estar dispuesto a esperar hasta que llegue el momento cósmico adecuado en una etapa definida de la humanidad, sino querer tomar esta etapa antes de tiempo.

Cristo-Miguel se erigirá en el futuro como la señal a la cabeza del camino que el hombre debe recorrer para mantener la correcta dirección cósmica entre los dos Poderes, de Lucifer y Ahrimán, y llegar así a su destino mundial.

pensamientos guía -9 nov.1924

115.-El hombre recorre su camino a través del Cosmos de tal manera que su mirada retrospectiava del mundo pasado puede ser falseada por los impulsos de Lucifer, y su pensamiento prospectivo hacia el futuro puede ser engañado por las seducciones de Ahrimán.

116.-La posición correcta frente a Lucifer y sus falsedades se encontrará cuando el hombre impregne toda su mente, tanto en lo que respecta al conocimiento como a la vida, con el sentido del Ser y la Misión de Miguel.

117.-De este modo, el hombre se protege también contra Ahriman y sus señuelos. Porque ese camino espiritual, por el cual Miguel dirige la mente del Hombre hacia la Naturaleza externa, lo lleva a una posición correcta frente a Ahrimán, porque encuentra la vivencia correcta de la vida en la comunión con Cristo.

Traducido por J.Luelmo mayo2021

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919