GA026 Misterio de Miguel: Capítulo XIX: ¿Qué es la Tierra, en realidad, en el Macrocosmos?

 





Principios antroposóficos


El camino hacia el conocimiento de la Antroposofía


Por Rudolf Steiner

Misterio de Miguel: Capítulo XIX: ¿Qué es la Tierra, en realidad, en el Macrocosmos?

En estos estudios se han tratado las sucesivas etapas del crecimiento del Cosmos y de la Humanidad desde los más diversos aspectos. Se ha visto que al hombre le llegan las fuerzas de su ser desde el Cosmos extraterrestre, excepto las que le dan su conciencia del Ser; éstas las tiene desde la Tierra.

Esto confiere de inmediato el significado del mundo terrestre para el hombre. Ahora viene la pregunta: ¿Qué significado tiene el mundo terrestre para el macrocosmos?

Para llegar a una respuesta a esta pregunta, debemos volver a las observaciones anteriores.

El Macrocosmos es visto por la conciencia clarividente del vidente cada vez en mayor vivacidad, cuanto más atrás penetra su visión en el pasado. Su vida en un pasado remoto es tal que en cierto punto cesa toda posibilidad de medir o calcular sus manifestaciones de vida. De esta plenitud de vida el hombre se va separando poco a poco. El macrocosmos pasa cada vez más a la esfera de lo mensurable.

Sin embargo, con ello se extingue lentamente. En la misma medida en que el hombre, como microcosmos que es, surge del macrocosmos como un ser independiente, el macrocosmos muere.

El presente cósmico muestra un Macrocosmos extinto. Pero en el proceso no sólo ha surgido el Hombre; del Macrocosmos ha surgido también la Tierra.

El hombre, que extrae de la Tierra las fuerzas para su propia autoconciencia, está interiormente demasiado cerca de la Tierra para tener una clara percepción de su carácter y ser esenciales. En todo su desarrollo activo de la Autoconciencia durante la era del Alma Consciente, los hombres se han acostumbrado a dirigir su atención al tamaño del Universo en el espacio, y a considerar la Tierra como un grano de polvo, sin importancia en comparación con el Universo físico espacial.

Por lo tanto, al principio puede parecer extraño, cuando la observación espiritual de los hechos revela el verdadero significado cósmico de este supuesto "grano de polvo".

La subestructura de la Tierra es el mundo mineral, en el que los otros reinos de la Naturaleza, los mundos vegetal y animal, están como incrustados.

A través de todo el conjunto, circulan esas fuerzas vivas que se manifiestan en el curso del año en sus fenómenos sucesivos. Si observamos el mundo vegetal: en otoño e invierno se manifiestan las fuerzas de la decadencia física y de la muerte. En esta forma de manifestación, la conciencia del vidente reconoce el ser interior de esas fuerzas que han provocado la decadencia del macrocosmos. En primavera y verano, la vida del mundo vegetal es una manifestación de fuerzas que crecen y brotan. En esta vida que crece y brota, la conciencia clarividente reconoce no sólo la abundancia verde del año que gira, sino un excedente. El excedente es de fuerza de semilla joven. Las plantas llevan en su interior más fuerza de semilla joven de la que pueden utilizar para el crecimiento de hojas, flores y frutos. Este exceso de fuerza de las semillas jóvenes puede percibirse con la visión espiritual, fluyendo más allá del mundo terrestre hacia el macrocosmos exterior.

Del mismo modo, un exceso de fuerza fluye desde el reino mineral hacia el cosmos más allá de la Tierra. La tarea de este exceso de fuerza mineral es llevar las fuerzas de las plantas a los lugares que les corresponden en el macrocosmos. Bajo la influencia de las fuerzas minerales, las fuerzas vegetales se configuran en la nueva imagen de un macrocosmos ordenado.

También hay fuerzas que salen del mundo animal. Sin embargo, estas fuerzas no actúan como las minerales y vegetales, que irradian hacia el exterior desde la Tierra, sino de tal manera que todo lo que es llevado desde el mundo vegetal por las fuerzas minerales al Universo, para tomar forma allí, se mantiene unido en una esfera (un globo) de manera que presenta el aspecto de un macrocosmos redondeado por todos lados y autocontenido.

Tal es el verdadero carácter y el ser de la Tierra, tal como lo ve la conciencia espiritualmente perceptiva. Es una fuente de vida nueva en medio del Macrocosmos muerto y moribundo.

Así como de la pequeña semilla de la planta - en el espacio tan pequeño e insignificante - la planta grande y perfecta crece de nuevo cuando la vieja está muerta y caída, así de ese "grano de polvo", la Tierra, crecerá un nuevo Macrocosmos, mientras el viejo muere y se desmorona.

Una verdadera visión de la Tierra, en su verdadero carácter y ser, ve por todas partes en ella la semilla vital naciente de un Mundo venidero. Sólo así se puede llegar a comprender el mundo natural y sus reinos, aprendiendo a reconocer en ellos toda esta vida en ciernes.

La existencia terrenal del hombre se desarrolla en medio de esta vida naciente. Participa en el surgimiento de lo nuevo, así como en la vida extinguida y muerta. De la muerta, obtiene sus fuerzas de pensamiento. Mientras que en el pasado estas fuerzas pensantes provenían del macrocosmos aún vivo, no podían servir de base al hombre autoconsciente. Vivían como fuerzas de Crecimiento, en el Hombre que aún no tenía conciencia de Sí mismo. Las fuerzas del Pensamiento no deben tener vida inherente propia, si han de proporcionar una base para la libre Autoconciencia del Hombre. Ellas, con el macrocosmos muerto y moribundo, deben seguir siendo sombras muertas de lo que estaba vivo en una era cósmica anterior.

Por otro lado, el hombre participa en la nueva vida naciente de la Tierra. De ella obtiene su fuerza de voluntad. Éstas son la vida misma; pero justo por eso, el hombre no puede participar en su ser real con su autoconciencia. Ellas envían sus rayos en el interior del ser humano, irradiando en las sombras del Pensamiento. Con ellas se mezcla la corriente de sombras; y en esta corriente mezclada, donde el libre Pensamiento humano se despliega en medio de la nueva vida naciente de la Tierra, durante la Edad del Alma Consciente crece hasta la plena vida libre en el Hombre la conciencia de su Ser humano.

El pasado que arroja sombras, el futuro que contiene semillas de una nueva realidad, se encuentran en el ser del hombre. Y su encuentro es la vida humana del presente.

Este es el caso, que se vuelve claro de inmediato para la conciencia del vidente cuando se dirige a esa región del mundo espiritual que está directamente relacionada con el mundo físico, y que es también el escenario de las actividades de Miguel.

La vida de todo el mundo terrenal se hace evidente cuando se reconoce la semilla vital de un nuevo universo subyacente en todo ello. Cada planta en su variedad, cada piedra, aparece bajo una nueva luz para el alma humana que aprende a percibir cómo cada una de estas formas de ser - a través de su vida especial, a través de su forma especial - contribuye a hacer de toda la Tierra la semilla embrionaria de un nuevo Macrocosmos viviente.

Que cualquiera intente una sola vez hacer vivo el pensamiento de estos hechos dentro de sí mismo, y sentirá lo que tal pensamiento puede significar para el corazón y la mente humanos.

Pensamientos guía

153.-En el comienzo de la era del Alma Consciente, los hombres se han acostumbrado a dirigir su observación a las proporciones físicas del Universo en el Espacio, y a considerar principalmente su grandeza en este sentido. En consecuencia, hablan de la Tierra como de un grano de polvo en medio de este, comparado con la apariencia física, tan gigantesca del Universo.

154.-Para la conciencia del vidente, este "grano de polvo" se revela como la primera semilla de vida de un Macrocosmos recién surgido; mientras que el antiguo Macrocosmos puede verse como muerto. Era necesario que muriera y se extinguiera para que el hombre pudiera separarse de él con plena conciencia de sí mismo.

155.-En la presente era cósmica, el hombre participa en el Macrocosmos muerto y moribundo con sus fuerzas del Pensamiento, que le dan libertad; mientras que con sus fuerzas de la Voluntad, cuyo verdadero ser se le oculta, participa en el joven Macrocosmos que está brotando como semilla nacida en la Tierra hacia una nueva vida.

Traducido por J.Luelmo mayo2021

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