Principios antroposóficos
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Por Rudolf Steiner
El Misterio de Miguel: Capítulo XXI: La gnosis y la antroposofía
En la época en que se consumó el Misterio del Gólgota, la Gnosis era la forma que tomaba el Pensamiento entre aquella porción de la humanidad que entonces era capaz de comprender con conocimiento y no sólo con un tenue sentimiento este, el mayor impulso en la evolución terrenal del Hombre.
Para comprender cuál era la peculiar disposición anímica en la que vivía la Gnosis dentro de los hombres, debemos tener en cuenta que la época de esta Gnosis era la época en la que se desarrollaba el Alma Racional.
En este hecho podemos encontrar también la razón por la que la Gnosis desapareció casi por completo de la historia humana. El hecho de que haya desaparecido de este modo, es tal vez -hasta que se comprenda la causa- uno de los sucesos más sorprendentes en todo el progreso de la humanidad.
El desarrollo del Alma Racional fue precedido por el del Alma Sensible, y éste a su vez por el desarrollo del Cuerpo Sensible. Siempre que los hechos del mundo sean percibidos a través del Cuerpo Sensible, todo el conocimiento del hombre vive en sus sentidos. El mundo se percibe coloreado, se oye sonar, etc.; pero en los colores, en los sonidos, en los estados variables de calor, una sustancia "material", que presenta ciertas apariencias de color, calor, etc., los hombres perciben seres espirituales que se revelan a través de lo que reciben los sentidos.
En esta época, todavía no hay un ejercicio especial de un "entendimiento" que exista en el hombre junto a la percepción de los sentidos y que sea distinto de ella. El hombre se entrega con todo su ser humano al mundo exterior, y entonces los dioses se le revelan a través de sus sentidos. O bien se retira del mundo exterior dentro de su propia vida anímica, y entonces siente en su hombre interior un sentido de la vida apagado e indistinto.
Se produce un cambio notable cuando el alma sensible comienza a desarrollarse. La revelación del mundo divino a través de los sentidos comienza a desvanecerse. En su lugar comienza una percepción externa de impresiones sensoriales, por así decirlo, divinizadas, de colores, estados de calor, etc. Mientras tanto, en el interior, el mundo divino se revela en forma espiritual, en representaciones mentales. El hombre percibe ahora el mundo desde dos aspectos: desde fuera, a través de las impresiones de los sentidos, y desde dentro, a través de las representaciones espirituales de la mente, en forma de Ideas.
El hombre debe aprender a tener una percepción tan diferenciada y tan claramente formada de estas impresiones espirituales internas, como la que tenía antes de las impresiones de los sentidos reveladas por Dios. Mientras dure el reinado de la Época del Alma sensible, podrá hacerlo, pues de su propio ser interior surgen las imágenes de las Ideas en forma plena y vívida. Su mente se llena desde el interior con un contenido espiritual libre de sentidos, que es una copia del contenido del Mundo. Si antes los Dioses se le revelaban revestidos de vestiduras sensoriales, ahora se revelan con vestiduras espirituales.
Esta fue esencialmente la época en que surgió y floreció la Gnosis. Hay una maravillosa sabiduría viviente de la que el hombre se sabe partícipe cuando despliega su ser interior en pureza para que el contenido divino se revele en él.
Desde el cuarto hasta el primer milenio antes del advenimiento del Misterio del Gólgota, esta Gnosis prevalecía en toda la porción de la humanidad que había avanzado más en el camino del conocimiento.
Entonces comienza la era del Alma Racional. Ahora las imágenes del Mundo de los Dioses ya no surgen por sí mismas del hombre interior. El hombre mismo debe ejercer un poder interior para evocarlas desde su alma. El mundo exterior con sus impresiones sensoriales se convierte en una cuestión. El hombre, cuando ejerce el poder interior y evoca las imágenes divinas del mundo, obtiene respuestas.
Pero las imágenes son pálidas en comparación con su forma anterior. Esta fase del alma humana es la que se expresa maravillosamente en la antigua Grecia. El griego se sentía en medio del mundo exterior que impresiona a los sentidos; y sentía en el mundo exterior la magia que podía despertar su propio poder interior para el despliegue de las imágenes del mundo. En el terreno filosófico, esta fase del alma humana encontró su desarrollo en el platonismo.
Pero en el fondo, detrás de todo esto, estaba el mundo de los Misterios. Aquí se atesoraba y conservaba fielmente todo lo que había llegado como Gnosis desde la época del alma sensible.
Las almas humanas fueron entrenadas para ser sus fieles tesoreros. El Alma Racional se desarrollaba conforme al curso ordinario de la evolución. El alma sensible se aceleraba mediante un entrenamiento especial. Y por eso, detrás de la vida religiosa y social ordinaria de la época, floreció -más particularmente en esta época del Alma Racional- una vida de Misterio de una forma muy ricamente desarrollada.
Aquí las imágenes divinas del mundo continuaron teniendo vida, en la medida en que se convirtieron en el contenido espiritual del culto y del ritual. Si se mira el lado interno de estos Misterios, se ve el mundo representado en las más maravillosas ceremonias y rituales.
Los seres humanos en cuya vida interior se había despertado esto fueron los que pudieron penetrar el Misterio del Gólgota, en el momento en que se consumó, en su significado profundo y cósmico. Pero era una vida de Misterio que se mantenía bastante alejada del mundo exterior y de sus asuntos para cultivar el mundo del Espíritu en pureza. Y cada vez era más difícil para las almas de los hombres evocar las imágenes.
Luego, en los lugares más altos de los Misterios, los seres espirituales descendían del Cosmos espiritual, para ayudar a los hombres que luchaban en sus esfuerzos por el conocimiento. Así, los impulsos de la Época Sensible fueron continuados y desarrollados bajo la influencia de los propios Dioses. Surgió una Gnosis de los Misterios, de la que nadie, salvo unos pocos, tenía la más mínima idea. Junto a esta Gnosis de los Misterios, estaba lo que los hombres podían asimilar con el Alma Racional. Esta era la Gnosis exotérica, de la cual han llegado a la posteridad algunos fragmentos.
En la Gnosis exotérica de los Misterios los hombres se volvieron cada vez más incapaces de elevarse al desarrollo del alma sensible. Y así esta sabiduría esotérica pasó cada vez más al cuidado y cultivo de los Dioses solamente. Este es uno de los secretos profundos de la evolución histórica de la humanidad: los "Misterios Divinos", por así decirlo, actuaron en ella desde los primeros siglos del cristianismo hasta la Edad Media.
En estos Misterios Divinos, el tesoro que los hombres ya no podían conservar, era preservado en la vida terrenal por los seres angélicos. Y así, la Gnosis de los Misterios vivía mientras la Gnosis exotérica era diligentemente exterminada.
El contenido de la imagen del mundo, atesorado de manera espiritual por los seres espirituales, preservado en la Gnosis de los Misterios mientras fuera necesario para el avance de la humanidad, no podía en efecto hacerse accesible al entendimiento consciente de las almas de los hombres. Pero el contenido de los sentimientos podía ser preservado, para que en el momento cósmico adecuado, cuando los hombres estuvieran debidamente preparados, les fuera dado y les trajera el calor del alma con el que el Alma Consciente podría - más tarde y de una nueva manera - penetrar en el reino del Espíritu. Así, los seres Espirituales construyeron el puente entre el antiguo contenido del Mundo y el nuevo.
En este misterio de la evolución humana se encuentran indicios. El Santo Vaso del Grial, la Copa de Jaspe utilizada por Cristo cuando partió el Pan, en la que José de Arimatea recogió la Sangre que brotó del costado traspasado de Jesús -la Copa, es decir, que contenía el Misterio del Gólgota- fue llevada, según dice la leyenda, a la custodia de los Ángeles, hasta que el Castillo del Grial fue construido por Titurel, y pudo descender sobre aquellos seres humanos que estaban debidamente preparados para recibirlo.
Los seres espirituales atesoraron las Imágenes del Mundo en las que vivía el Misterio del Gólgota. Y cuando llegó el momento, enviaron, no el contenido imaginativo - eso no era posible - sino el contenido sentimental a las mentes de los hombres.
Este legado sentimental de un conocimiento antiguo, implantado en el corazón de los hombres, no puede ser más que un estímulo. Sin embargo, es un estímulo muy poderoso, del cual en nuestra época - del Alma Consciente - puede surgir, por la luz de la intervención de Miguel, una nueva y plena comprensión del Misterio del Gólgota.
La Antroposofía se esfuerza por lograr esta nueva comprensión. De la descripción dada se desprende que la Antroposofía no puede ser un renacimiento de la Gnosis, pues ésta era el modo de conocimiento del alma sensible; mientras que la Antroposofía tiene que extraer del Alma sensible un contenido de conocimiento no menos rico y de un modo totalmente nuevo.
Pensamientos guía
159.-La Gnosis se desarrolla en su forma característica en la época del Alma sensible (cuarto a primer milenio antes del evento del Misterio del Gólgota). En esta época del hombre, "lo divino" se revela interiormente, como contenido espiritual de la mente, mientras que en el período anterior -la época del cuerpo sensible- se había revelado en y con las impresiones sensoriales del mundo exterior.
160.-En la Época del Alma Racional, "lo Divino", como contenido espiritual, se ha desvanecido de la vida interior, y sólo puede ser percibido débilmente. La Gnosis se conserva en Misterios severamente guardados; y cuando los hombres ya no pueden conservarla, porque ya no son capaces de reanimar el alma sensible, los seres espirituales se hacen cargo de ella y llevan a la Edad Media, no ya el contenido de conocimiento, sino el contenido de sentimiento. Mientras tanto, la Gnosis exotérica, que se abrió camino en el Alma Racional, está siendo exterminada por la fuerza.
161.-La Antroposofía no puede ser un renacimiento de la Gnosis, pues la Gnosis estaba relacionada con el desarrollo del alma sensible. El trabajo de la Antroposofía es hacer evolucionar, a partir del Alma Consciente, una nueva forma de comprensión del Cristo y del Mundo, mediante la luz de la acción de Miguel. La Gnosis era la antigua forma de conocimiento, preservada desde tiempos anteriores - la que mejor podía, en la época en que tuvo lugar el Misterio del Gólgota, transmitir este Misterio a la comprensión de los hombres.
Traducido por J.Luelmo mayo2021
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