Oriente como fuente de la vida intelectual de la humanidad; Europa Central como punto de partida de la vida jurídica; Occidente como fuente de los conceptos económicos. -
En cuanto a los esfuerzos de las ciencias espirituales, se trata de ir conociendo poco a poco lo que hay que entender desde los puntos de vista más diversos. Puede decirse que el mundo espera una posibilidad de convicción fácilmente resumible precisamente de lo espiritual-científico. Sin embargo, esto no es tan fácil de conseguir. Esto se debe a que, en contraste con los hechos de las ciencias espirituales, la convicción se obtiene realmente por desarrollo. Comienza en un determinado estadio, que todavía es débil, y luego se aprenden las mismas cosas desde puntos de vista siempre mas y mas nuevos, y así esta convicción se hace cada vez más fuerte. Este es el punto del que me gustaría partir hoy. El otro es que me gustaría enlazar con varias cosas que he estado discutiendo aquí durante semanas, con lo que se ha dicho sobre la diferenciación de la humanidad a través de la tierra civilizada. Permítanme indicar brevemente algunos de los hechos más esenciales que son de cierta importancia para nuestras consideraciones durante estos tres días.
Ya he señalado en qué sentido Oriente es la fuente de la vida espiritual actual de la humanidad. También he señalado que en las regiones medias, Grecia, Europa Central, el Imperio Romano, -lo que hay que decir se extiende a lo largo de largos períodos de tiempo-, existe sobre todo la disposición a aportar los conceptos jurídicos, estatales, al desarrollo, y que Occidente está preferentemente predispuesto a aportar los conceptos económicos a la civilización general de la humanidad. Si miramos a Oriente, -esto también se ha mencionado ya-, nos encontramos con que hoy su empuje civilizador está esencialmente en decadencia, y para comprender realmente lo que es Oriente para la civilización general de la humanidad, debemos remontarnos a épocas más antiguas. De la documentación históricamente obtenible que es prueba de lo que es Oriente, sobre todo los Vedas, la filosofía Vedanta de Oriente y muchas otras cosas, son lo que brilla ante nosotros, pero que a su vez son testimonio de lo que estaba presente en Oriente en épocas aún más antiguas. Y estas cosas indican cómo, a partir de una disposición original y completamente espiritual de la humanidad, surgió en Oriente una vida espiritual. Luego vinieron tiempos del oscurecimiento de esta vida espiritual para Oriente. Sin embargo, cualquiera que reconozca correctamente lo que sucede hoy en Oriente, aunque sólo sea una caricatura de lo antiguo, seguirá viendo en las cosas decadentes de hoy, las secuelas de la antigua vida espiritual.
En un período algo posterior, en las regiones medias de la tierra, en la antigua Grecia, en la antigua Roma, y más tarde en aquellas zonas que se extendieron a partir de la Edad Media por Europa, se desarrolló lo que en realidad es el pensamiento jurídico o estatal. El Oriente originalmente no tenía un verdadero pensamiento estatal, sobre todo no tenía lo que llamamos pensamiento jurídico. Esto no está en contradicción con el hecho de que existan códigos de leyes como los de Hammurabi y similares. Pues quien tome el contenido de estos códigos reconocerá por todo el tono y toda la actitud que se trata de algo distinto a una forma de pensar que en Occidente llamamos de derecho. Y en Occidente sólo en los últimos tiempos se está desarrollando un modo de pensar económico real. Incluso la ciencia, tal como se practica allí, adopta las formas, como ya he explicado, que en realidad pertenecen a la vida económica.
En lo que respecta a la vida intelectual oriental, es interesante observar cómo todo lo que Occidente ha tenido hasta ahora, en el fondo no es mas que la herencia de la vida intelectual oriental, aunque reconvertida. Una vez llamé la atención aquí sobre hasta qué punto se ha transformado dentro de Europa, la vida intelectual oriental. El hecho es que aquellas facultades que prevalecían en Oriente dieron a luz una visión del alma humana inmortal, pero de tal manera que esta inmortalidad estaba esencialmente conectada con un no-nacimiento. Para el espíritu oriental la vida preexistente, la vida del alma antes de esta vida terrestre entre el nacimiento y la muerte, eso era sobre todo lo que había antes del alma, antes de la concepción del alma,. Lo otro era, por así decirlo, una consecuencia. Y de ahí surgieron después esas grandes conexiones que todavía hoy sólo son conjeturadas por los occidentales, que pueden llamarse las conexiones kármicas, que posteriormente dejaron un reflejo en la idea griega del destino, pero sólo un débil reflejo. ¿Y qué es lo que realmente se traspasó a Occidente, incluso de aquellos conceptos a través de los cuales se ha intentado comprender el Misterio del Gólgota, qué es lo que se traspasó a esta educación occidental? Algo que está muy fuertemente teñido por el pensamiento jurídico. Es algo radicalmente distinto cuando se considera, por un lado, el camino del alma en el sentido de la cosmovisión oriental, cómo desciende del mundo espiritual al mundo físico, asciende de nuevo al mundo espiritual, cómo se consideran las conexiones del destino según grandes puntos de vista, y el criterio jurídico sobre el alma, que ha impregnado en Occidente estas ideas orientales. Basta recordar el poderoso cuadro de Miguel Ángel en el Vaticano, en la Capilla Sixtina, recordar cómo el juez del mundo, como el jurista universal, juzga a los buenos y a los malos. Se trata de una cosmovisión oriental trasladada a la visión jurídica occidental; no es en absoluto una cosmovisión oriental original. Este pensamiento jurídico es totalmente ajeno a la visión oriental. Y cuanto más avanzada es la visión de lo espiritual en Europa Central, más entra lo espiritual en lo jurídico romano.
Así que en las regiones medias tenemos que ver sobre todo con lo que está predispuesto al estado-jurídico. Ahora, sin embargo, la civilización no sólo se diferencia de esta manera en toda la tierra, sino también de otra manera. Si se considera lo que Oriente ha logrado, si se considera el matiz particular de la vida anímica de Oriente precisamente allí donde esta vida anímica es mayor, entonces se encuentra que esta vida anímica oriental, aunque produce principalmente cosas espirituales, de las que, como he dicho, toda la humanidad ha seguido extrayendo, es instintiva en el sentido más eminente, atávicamente instintiva. Surge a partir de imaginaciones subconscientes, que sin embargo, ya se ven ahogadas por cierto atisbo de conciencia. Pero hay mucho de inconsciente, mucho de instintivo en ello.
Así, lo que la humanidad ha producido hasta ahora en términos de vida espiritual se produce en realidad de tal manera que apunta hacia arriba, hacia los reinos más elevados de los que el alma humana puede llegar a formar parte; pero estos reinos fueron alcanzados en una especie de vuelo instintivo de la fantasía. No basta con rastrear los conceptos o imágenes de lo que el Oriente ha desarrollado, sino que hay que considerar el tipo especial de vida espiritual y anímica a través de la cual el oriental llegó a estas ideas precisamente en su apogeo. Solo se puede tener una idea de este tipo especial de alma, que ya he caracterizado aquí al relacionarla con la vida metabólica, si se puede captar toda la esencia original del impulso del alma que representan cosas como los Vedas y similares. No hay que perder de vista que hoy Oriente ha llegado a su decadencia, y no hay que confundir en modo alguno, por ejemplo, esa manera mística y nebulosa que, a pesar de su grandeza, caracteriza a Rabindranath Tagore con lo que es realmente la esencia de la vida espiritual oriental; porque Rabindranath Tagore tiene, en efecto, lo que se ha trasplantado de la antigua vida espiritual oriental hasta nuestros días, pero lo entreteje con toda clase de coqueterías europeas occidentales más recientes y es, sobre todo, un espíritu coqueto.
Estas cosas deben ser gradualmente captadas realmente por la ciencia espiritual de tal manera que no se tomen simplemente conceptos fijados, sino que se capte realmente el matiz particular del alma que entra en consideración. Así pues, una vida espiritual instintiva en Oriente, entretejida por completo con la visión de lo que se desarrolla como vida anímica jurídico-estatal en las regiones medias. Aquí llegamos al hecho de que lo semi-instintivo se desarrolla, semiconscientemente> semi-instintivamente. Es muy interesante cómo, digamos, un pensamiento puramente jurídico surge del alma de Goethe, de Schelling, de Hegel. Es puramente jurídico, pero es mitad instintivo y mitad fuertemente consciente. Esto es, por ejemplo, lo fascinante de Hegel, esta mitad instintiva y mitad consciente. Y algo completamente consciente aparece solo en Occidente, en el alma occidental, donde de los propios instintos se forma la
Y así surge algo sumamente curioso. Se podría recomendar casi que las personas a las que les interesa de alguna manera deberían intentar entender toda la configuración del pensamiento de la humanidad civilizada, familiarizarse con los intentos de llegar a una forma de pensar social, entre los pensadores ingleses, digamos Spencer, Bentham, en particular Huxley y así sucesivamente. Todos estos pensadores están enraizados en la misma atmósfera de pensamiento en la que se arraigó Darwin, y en realidad piensan todos como pensaba Darwin, solo que se esfuerzan, por ejemplo Huxley, por desarrollar un pensamiento social a partir de su pensamiento científico. Uno tiene una sensación extraña cuando se sumerge, digamos, en los intentos de Huxley de llegar a un pensamiento social, digamos sobre el estado, sobre la convivencia jurídica de las personas. Se tiene una sensación peculiar. Supongamos lo siguiente: alguien quisiera hacerse una idea de lo que quiero decir aquí, y para ello tomaría, digamos, algo como el libro de Hegel sobre el derecho natural o las ciencias del estado o la filosofía del derecho de Fichte en sus manos, o cualquier otra cosa, incluso de espíritus menos significativos de Europa Central, y luego leería los intentos de Huxley de pasar del pensamiento científico al pensamiento estatal. Se experimentaría algo como lo siguiente. Se diría a sí mismo: Sí, ahora leo a Fichte, ahora a Hegel, todo esto son conceptos bien formados, son conceptos que están realmente bien definidos y intensamente elaborados. Y ahora leo a Huxley o Spencer: eso es primitivo, es como si uno comenzara a pensar sobre estas cosas. - Cuando uno se enfrenta a tales cosas, no se puede simplemente decir que una es perfecta y la otra imperfecta. No se puede salir de tal situación cuando se enfrenta a realidades.
Quiero contarles una historia paralela de un campo completamente diferente. Puede ocurrir que se hable de algo de la ciencia espiritual, digamos de la encarnación anterior de la tierra, o sea de la encarnación de la luna. Se dicen todo tipo de cosas. Alguien lee esto, o lo escucha, que es clarividente de una manera bastante atávica. Puede tratarse de una personalidad exteriormente lógica, que en la vida práctica ordinaria no puede encadenar cinco palabras de manera lógica, es torpe en todas partes, de modo que no se le puede utilizar para esto o aquello y para todo lo demás en la vida ordinaria. Ahora bien, tal personalidad oye lo que se acaba de decir sobre la configuración de algún tiempo lunar, y la personalidad en cuestión, que en la vida exterior es estúpida y torpe y de tal modo que apenas puede contar hasta cinco correctamente, pero que es atávicamente clarividente, puede ahora retomar lo que ha oído allí, y puede ampliarlo, puede desarrollarlo más, y encontrar cosas que no se han dicho además. Pero las cosas que esta personalidad encuentra entonces pueden estar impregnadas de una lógica extraordinariamente astuta, una lógica digna de admiración, mientras que la personalidad en la vida exterior es torpe e ilógica, incapaz de juntar lógicamente cinco palabras. Esto puede ser así, porque si alguien es atávicamente clarividente, sus imágenes, - y él mismo puede encontrar las imágenes-, no están unidas lógicamente por su yo, sino por todo tipo de entidades espirituales dentro de él. Entonces se aprende a conocer su lógica, no la propia.
Así que no se puede decir simplemente que uno es superior y el otro inferior, sino que hay que ver el carácter especial de la cuestión. Y lo mismo ocurre aquí. Los puntos de vista jurídicos o de otro tipo de Fichte o de Hegel o de mentes menores son mitad instintivos, sólo mitad plenamente conscientes. Pero lo que en Occidente aparece como pensamiento económico primitivo es ahora bastante consciente; impertinentemente conscientes son cosas como éstas, que son pensadas por Huxley o Spencer o gente como ellos, pero de un modo primitivo; pero son primitivas. Lo que antes surgía de forma instintiva o semi-instintiva sale a la luz de forma consciente, pero bastante bien al principio. Permítanme ilustrar esto con un ejemplo concreto.
Huxley se dice a sí mismo: "Si se observa la naturaleza, -por supuesto que la observa en un sentido darwiniano-, existe una lucha por la existencia. Cada criatura lucha despiadadamente por su autoconservación, y el conjunto lucha de tal manera que los más fuertes de la naturaleza permanecen exterminando a los más débiles". - Esto se ha convertido en una segunda naturaleza para él, Huxley. Pero esto no puede propagarse sin mas a la humanidad. La libertad, tal como uno debe buscarla en la vida humano-social, no existe en la naturaleza, porque la libertad no puede existir, cree Huxley, en un reino donde cada ser debe afirmarse despiadadamente o morir. La igualdad no puede existir allí donde el más eficiente debe eliminar siempre a los demás del mundo. Ahora Huxley aparta la mirada de este reino natural hacia el reino social, y ahora se ve obligado a decir: Sí, pero en el reino social debe prevalecer el bien, debe prevalecer la libertad; así que allí debe ocurrir algo que aún no puede encontrarse en la naturaleza.
Se trata de nuevo de la gran división que ya he caracterizado desde diversos puntos de vista. Huxley llama una vez muy bellamente al hombre «el espléndido rebelde», el brillante rebelde que, precisamente para establecer un reino humano, es un rebelde contra todo lo que prevalece en la naturaleza. Entonces se produce algo que aún no está presente en la naturaleza. Pero ahora Huxley piensa realmente en términos científicos. Se ve obligado a encontrar fuerzas naturales en el hombre que constituyan la vida social, que se rebelen contra la propia naturaleza. Quiere encontrar algo concreto que esté en el hombre y que establezca la comunidad social humana; porque las otras fuerzas naturales de los reinos naturales no pueden establecer esta comunidad social, porque hay una lucha por la existencia, no hay nada de todo eso que pueda mantener unida a la gente en un contexto social. Y, sin embargo, para Huxley no hay nada más que esta conexión natural. Así que este «espléndido rebelde» debe tener fuerzas naturales que se rebelen como fuerzas naturales contra las fuerzas generales de la naturaleza. Y aquí Huxley encuentra dos fuerzas naturales que son al mismo tiempo las fuerzas básicas de la vida social. La primera fuerza de la naturaleza, «se establece realmente per nefas, (para mal)», porque todavía no puede establecer realmente una vida social, sino sólo el egoísmo familiar. Es la que Huxley llama atracción familiar, es decir, la que actúa dentro de la consanguinidad. Pero la otra cosa que menciona, que podría formar una especie de base, una base natural para la vida social, es lo que llama el «instinto humano de mimetismo», el talento del hombre para la imitación.
Ahora tenemos algo que ocurre en las personas en el sentido de Huxley: el poder de la imitación. Esto significa que una persona imita a otra y, por lo tanto, no todo el mundo sigue su propio camino, sino que toda la sociedad, la vida social, sigue el mismo camino, por así decirlo, porque una persona imita a otra. Aquí es donde entra Huxley. Es interesante porque, como saben, cuando seguimos el curso de la vida del ser humano, encontramos el elemento de imitación del primero al séptimo año, el elemento de autoridad del séptimo al decimocuarto año, y el elemento de opinión independiente del decimocuarto al vigésimo primer año. Todos ellos, por supuesto, desempeñan un papel en el moldeado social. Pero Huxley se detiene en el primero; primero sale de lo primitivo. No tiene nada más que lo que realmente funciona en el hombre sólo hasta el séptimo año de vida. Nada menos que si la comunidad social, tal como Huxley la concibe, existiera realmente, tendría que estar formada enteramente por niños y las personas tendrían que seguir siendo siempre niños. De modo que la sociedad social de Occidente sólo ha llegado a pensar en la vida social en la medida en que se aplica a los niños. Aún no ha llegado más allá de ahí, de la ciencia social por la que luchamos con plena conciencia. Esto es sumamente interesante.
Ahí se ve lo primitivo en un elemento especial. Este Occidente funciona a partir del pensamiento científico y económico y logra de forma consciente algo que se ha logrado de forma semiconsciente o de forma semi-instintiva a un nivel superior en la parte media. Pueden seguirse estas cosas en detalle, y se vuelven interesantes si se siguen en detalle. Todas las cosas que la ciencia espiritual saca a la luz siempre pueden seguirse en detalle. Sólo un número suficiente de personas tendría que ser suficientemente diligente para seguir realmente las cosas de la ciencia espiritual en detalle.
Me gustaría decir: ¿No nos hace esto darnos cuenta de que debe haber algo más que actúa en la configuración social de la existencia? Pues ahora no se pueden encontrar sociedades en las que sólo prevalezcan las fuerzas que son fuerzas de imitación; en realidad sólo podría haber niños en ellas, y las personas tendrían que seguir siendo siempre niños si lo social sólo surgiera por el hecho de que uno imita siempre al otro. Para llegar realmente a algo que arroje luz sobre lo que se intenta primitivamente y que pueda unir Oriente, Centro y Occidente, debemos partir de la ciencia de la iniciación. Esto significa que debemos enlazar la línea de pensamiento que ahora hemos intentado enlazar con lo que ya se ha dicho, con lo que la ciencia de la iniciación tiene que ofrecer a la humanidad, para que esta humanidad pueda desarrollar una vida social verdaderamente organizada espiritualmente.
La gente no se da cuenta de cómo el entorno humano está impregnado de fuerzas precisamente diferenciadas. No es acaso cierto que el enfoque actual de la ciencia nos lleva a decir: El aire está a nuestro alrededor, porque lo respiramos, lo exhalamos. Pero lo que en realidad es aún más claro que el «el aire está a nuestro alrededor, para nuestra vida» es algo que la gente no tiene en cuenta. Tomemos la siguiente cosa muy simple que nadie se dice hoy en día, pero que en realidad todo el mundo podría decirse a sí mismo. Alrededor de nosotros, los humanos, se extiende un reino animal. Este reino animal tiene criaturas de las formas más diversas. Visualicemos en nuestra mente todo el diverso reino animal que se extiende a nuestro alrededor. Sí, cuando hay una mesa, todo el mundo supone que de alguna manera hay fuerzas presentes que han dado a esta mesa su forma. Si el reino animal se extiende a su alrededor, todo el mundo tendría que suponer también, naturalmente, que hay fuerzas en el entorno, igual que hay aire, que dan estas formas a los seres del reino animal. Todos vivimos en el mismo reino. El perro, el caballo, el buey, el asno, no andan por un mundo distinto del que andamos nosotros. Y las fuerzas que dan al burro su forma de burro también tienen un efecto sobre nosotros los humanos; de hecho, también tienen un efecto sobre nosotros los humanos, y sin embargo, -si me permiten la forma radical de decirlo-, nosotros no adquirimos la forma de burro. Hay elefantes en nuestro entorno y no obtenemos la forma de elefante. Pero todas las fuerzas que forman estas formas están a nuestro alrededor. ¿Por qué no obtenemos la forma de burro o de elefante? Porque tenemos otras fuerzas que lo contrarrestan. Ya tendríamos la forma de burro y la forma de elefante si no tuviéramos otras fuerzas que trabajan en contra. Porque el hecho es que cuando nosotros, como humanos, nos enfrentamos a un burro, nuestro cuerpo etérico tiende constantemente a convertirse en un burro también. Se esfuerza constantemente por adoptar la forma del asno. Y sólo teniendo un cuerpo físico que tiene su forma fija impedimos que nuestro cuerpo etérico asuma la forma del asno. Y a su vez cuando estamos frente a un elefante, nuestro cuerpo etérico quiere adoptar la forma de elefante, y sólo porque nuestro cuerpo físico tiene su forma sólida es lo que impide que el cuerpo etérico se convierta en elefante, y así el cuerpo etérico quiere convertirse en un escarabajo ciervo o en un escarabajo pelotero y todo lo demás. Todas las formas están en nuestro cuerpo etérico, y sólo rastreándolas interiormente podemos comprender esas formas.
Y nuestro cuerpo físico sólo nos impide convertirnos en todo eso. De modo que podemos decir: En realidad llevamos en nuestro cuerpo etérico todo el reino animal dentro de nosotros. Sólo somos humanos en nuestro cuerpo físico. Llevamos todo el reino animal dentro de nosotros en nuestro cuerpo etérico.
Y de nuevo estamos rodeados por las mismas fuerzas que forman las plantas. Así como nuestro cuerpo etérico está predispuesto a adoptar todas las formas animales, nuestro cuerpo astral está predispuesto a imitar todas las formas vegetales. Aquí se hace más agradable hacer comparaciones, pues el cuerpo etérico está animado por la tendencia, cuando ve un asno, a convertirse en asno; el cuerpo astral sólo quiere convertirse en el cardo que come el asno. Pero este cuerpo astral está definitivamente imbuido de la tendencia a someterse a aquellas fuerzas que encuentran su expresión exterior en las formas vegetales. De modo que podemos decir que el cuerpo astral reacciona al complejo de fuerzas que forman el mundo vegetal.
Reino mineral: existe de nuevo un complejo de fuerzas que forma las diversas formas del reino mineral. Éste trabaja en nuestro yo. Con el yo, ahí se tiene de forma bastante obvia, pues sólo se piensa en el reino mineral. Siempre se dice hasta la saciedad que con el intelecto sólo se puede comprender lo muerto. Así que lo que está en el yo comprende lo muerto. De modo que nuestro yo vive en este complejo de fuerzas que forma el reino mineral. El cuerpo físico como tal no vive realmente en ninguno de los reinos, tiene un reino propio, como saben. En mi «Ciencia Oculta en Esquema» los reinos mineral, vegetal y animal están enumerados por separado, y eso significa que el cuerpo físico humano tiene un reino propio. Pero, desde este punto de vista, el reino animal se asigna en realidad al cuerpo etérico, el reino vegetal al cuerpo astral y el mineral al yo. Pero ahora saben algo más por mis diversos libros. Saben que durante la vida se trabaja sobre estos diferentes cuerpos. He explicado cómo se trabaja sobre el yo, sobre el cuerpo astral, sobre el cuerpo etérico, incluso sobre el cuerpo físico. Primero lo expliqué allí, quiero decir, con una intención humanista. Veámoslo ahora desde otro punto de vista.
Tomemos, por ejemplo, los conceptos minerales que absorbe el hombre. El mundo exterior él lo experimenta de tal manera que lo experimenta en conceptos minerales, formas. Sólo los espíritus más ilustrados, como Goethe, llegan a las formas pictóricas, a la morfología de las plantas, a la metamorfosis. Allí las formas se transforman. Pero la visión habitual, que sigue existiendo hoy en día, sólo vive en las formas minerales sólidas. Pero cuando el yo elabora estas formas, cuando las elabora, ¿en qué se convierte entonces? Sí, entonces la vida espiritual, la vida espiritual consciente, se convierte en la única área del organismo social tripartito. La vida espiritual es la que forma el yo trabajando sobre sí mismo interiormente. Toda vida espiritual es, después de todo, el trabajo interno de formación del yo. Lo que el yo obtiene del reino mineral y transforma en arte, religión, ciencia, etc., eso es el mundo espiritual, eso es el reino mineral transformado, el reino espiritual.
¿Cuál es el resultado del hecho de que el cuerpo astral, que está en las profundidades subconscientes de la mayoría de las personas, en realidad siempre tiene la tendencia a convertirse en todo tipo de formas vegetales? Si transformamos lo que vive en el cuerpo astral, si irradiamos hacia la consciencia en una forma semi-instintiva, semi-consciente, ¿qué es lo que surge entonces? Entonces surge el reino de la ley o del estado.
Y cuando se comprende lo que ahora está invertido dentro de la vida externa de lo que el ser humano experimenta en el cuerpo etérico del animal, cuando se comprende lo que hay allí de ser humano a ser humano, entonces se obtiene la tercera área del organismo social tripartito. Si permaneciéramos con el cuerpo etérico tal como es desde nuestro nacimiento, sólo tendríamos la tendencia en este cuerpo etérico a ser un burro, un buey, una vaca, una mariposa, esto o aquello; imitaríamos a todo el mundo animal. Ahora no nos limitamos a imitar el mundo animal, sino que reelaboramos el cuerpo etérico como seres humanos. Lo hacemos en la vida social, viviendo juntos. Cuando nos enfrentamos a un burro, el cuerpo etérico quiere convertirse en un burro; cuando nos enfrentamos a un ser humano, no podemos decir sin ofendernos profundamente que nosotros también queremos convertirnos en un burro. No es válido, cuando uno se enfrenta a una persona, eso no es posible, al menos no en la vida normal, hay que convertirse en otra cosa. Me gustaría decir que aquí es donde se ve la transformación, y aquí es donde actúan las fuerzas que intervienen en la vida económica. Estas son las fuerzas cuando el hombre se enfrenta al hombre en hermandad.
En este tipo de confrontación fraternal, actúan las fuerzas que ahora son el trabajo del cuerpo etérico, de modo que a través del trabajo del cuerpo etérico surge el tercer reino, el reino económico.
- Reino animal: cuerpo etérico Ámbito económico
- Reino vegetal: cuerpo astral Ámbito jurídico o nacional
- Reino mineral: Yo Ámbito espiritual
Y del mismo modo que el ser humano está conectado con la vida animal a través de su cuerpo etérico, por un lado, está conectado con el reino económico del organismo social, por otro, en el entorno exterior. Podemos decir que el ser humano es visto interiormente, es decir, espiritualmente, hacia dentro; visto primero desde el cuerpo físico hacia el cuerpo etérico, encontraríamos el reino animal cuando entramos en el ser humano. Si salimos al exterior, al medio ambiente, encontramos la vida económica.
Si vamos al interior del ser humano y buscamos lo que es a través de su cuerpo astral, entonces encontramos el reino vegetal. Afuera, en la convivencia social, el reino vegetal corresponde al reino jurídico. Cuando entramos en el ser humano, encontramos el reino mineral correspondiente al yo. Afuera en el ambiente, correspondiente al reino mineral, encontramos la vida espiritual. De modo que el hombre en su constitución está conectado con los tres reinos de la naturaleza. Trabajando todo su ser, se convierte en un ser social.
Como ven, no se puede llegar a una comprensión de lo social si no se es capaz de ascender al cuerpo etérico, al cuerpo astral y al yo, porque no se consigue una conexión entre el ser humano y lo social si no se asciende. Si se parte de la mera ciencia natural, uno se detiene en el «instinto humano de mimetismo», en la capacidad de imitar; no se puede ir más allá, el mundo entero se convierte en un juego de niños «en el pensamiento», porque el niño todavía tiene en sí mismo los poderes más naturales. Si uno quiere ascender más, entonces necesita la comprensión de la ciencia de la iniciación, que el hombre está conectado con el cuerpo etérico a través del animal, con el cuerpo astral a través de la planta, con el yo a través del mineral, y que alcanza la vida espiritual a través de lo que debe a la observación del mineral. La vida espiritual se logra transformando lo que lleva en forma de instintos profundos, que tiene en relación con el entorno del reino vegetal, y alcanzando la vida jurídica y estatal,
Ahora bien, estas experiencias no surgen desde el interior a través de la ciencia iniciática, por ejemplo, porque Huxley no llega a comprender de algún modo la conexión entre el ser humano y la vida económica a través de la ciencia iniciática, sino que observa el exterior, observa lo que hay fuera económicamente. Toda la conexión: esfera económica, cuerpo etérico, reino animal, no está clara para él. Observa lo externo. Sin embargo, no puede ir más allá de lo más primitivo, de lo más elemental, del poder de imitación.
De esto se deduce que si la gente quisiera seguir obteniendo el pensamiento social de la ciencia natural, se quedaría atascada en absurdos, y tendría que surgir algo bastante terrible. Tendría que desarrollarse en toda la tierra una vida social que llevaría a las condiciones más primitivas, que reconduciría a la humanidad a una convivencia infantil. Poco a poco la mentira se convertiría en algo natural, por la sencilla razón de que la gente no podría hacer otra cosa si quisiera. Tendrían treinta, cuarenta, cincuenta años, algunos incluso más, pero tendrían que comportarse como niños si sólo quisieran captar con su conciencia lo que se desprende de la ciencia natural. Sólo podrían desarrollar los instintos de imitación. Hoy en día, a menudo tenemos la sensación de que sólo se están desarrollando los instintos de imitación. Vemos surgir en alguna parte un nuevo movimiento de reforma radical. Pero todo lo que realmente hay en él son los instintos imitativos de algún filisteo universitario. Y así, mucho de lo que hoy parece muy ilustre, cuando se ilumina con las falsas palabras habituales, tendría un aspecto muy distinto a la luz de la visión imitativa. Pero hoy en día sólo comprendemos realmente tanto del mundo como puede verse a la luz del punto de vista de la imitación, si no queremos progresar de la ciencia oficial ordinaria a la ciencia de la iniciación, a la ciencia que se nutre de los impulsos internos de la existencia.
Así que he intentado mostrarles cómo aquello que falta en el presente, aquello que muestra dónde el presente debe atascarse porque no puede penetrar en la realidad, cómo esto debe ser fecundado e iluminado por la ciencia iniciática.
Traducido por J.Luelmo jun,2025
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