GA111 Hannover, 21 de septiembre de 1907 - Ciencia Oculta

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RUDOLF STEINER

INTRODUCCIÓN A LOS FUNDAMENTOS DE LA TEOSOFÍA

CIENCIA OCULTA

Hannover, 21 de septiembre de 1907

conferencia 1

La ciencia oculta ha sido utilizada desde tiempos inmemoriales. A través de ella podemos comprender la naturaleza del hombre y aquellos estados sin los cuales no podríamos obtener una visión real del desarrollo de los mundos. A través suyo aprendemos sobre la vida y la muerte, el karma, el destino y todas las cuestiones más profundas del futuro y del pasado. Proporciona información sobre nuestro lugar de residencia, la Tierra, y el sistema de los cuerpos planetarios.

La teosofía o «ciencia secreta» proporciona los medios para llegar a comprender todos estos estados. Para ello, el hombre debe recorrer el camino de la iniciación. Dos caminos conducen allí, el cristiano y el rosacruz. El camino rosacruz se adapta al camino cristiano mediante modificaciones. La mejor manera de adquirir la clarividencia es confiar en los videntes y dejar que te digan lo que saben. Los Rosacruces tenían la manera correcta de entender la verdad. La verdad es siempre la misma, pero la comprensión del alma de las personas cambia con su desarrollo. Así que siempre tuvo que ser proclamada de forma diferente a los romanos, las tribus germánicas, etc. Todos debemos respetar la forma en que los sacerdotes egipcios enseñaban sobre las cuestiones más profundas de la existencia. Copérnico, con su sistema, situó la contemplación de los mundos en el plano físico, y se cree que cada vez se pueden reconocer más cosas con instrumentos refinados, mientras que el sistema ptolemaico utilizaba el plano astral. No es fácil imaginar cómo pensaba el alma humana en aquella época. El lenguaje de la visión materialista del mundo habría desembocado en un pantano en el siglo XIX sin las influencias espirituales. Pronto se habría hecho imposible comunicarse en él.

Las escuelas secretas siempre han sido fuente de corrientes espirituales que fortalecen el bien y amortiguan el mal. En ellas se utiliza un lenguaje simbólico que los iniciados de todas las escuelas secretas comprenden. Los antiguos sabios no consideraban los cuerpos celestes como cadáveres; como supone la ciencia actual, ni siquiera consideraban las estrellas como esferas materiales, sino como seres dotados de alma y espíritu, y así es en realidad. Nuestro sol no es una bola de fuego sin alma, es el cuerpo de Cristo, y él es su espíritu. Los seres, dotados de poder, atraviesan los espacios; son fuerzas de voluntad, no fuerzas abstractas vacías de atracción. La mirada de estos seres celestes penetraba realmente en los mundos. En otros tiempos, la ciencia espiritual derramaba su luz sobre todos los mundos; como resultado, hubo espléndidas civilizaciones en nuestra tierra, pero edificios como las pirámides, que aún nos asombran, fueron construidos con medios primitivos.

A pesar del eclipse causado por el materialismo, las escuelas secretas no han muerto; la humanidad las necesita imperiosamente. La guía espiritual emana de las escuelas secretas. En el siglo XV se formó un pequeño círculo bajo la dirección de un gran hombre, Christian Rosenkreutz; cuya influencia se extiende hasta el siglo XIX.

Si a causa de la actitud de la gente de hoy, el ocultista no puede comunicar con suficiente rapidez lo que cree que es verdad, entonces sólo comunica lo que considera necesario anunciar. Existe una profunda necesidad de presentar la ciencia secreta como contracorriente del materialismo.

La teosofía es la ciencia rosacruz. El ocultismo no es más discutible que las matemáticas. Es inútil discutir un remedio, su cometido es ayudar. La teosofía es experiencia interior; el hombre experimenta interiormente lo que es exterior, y lo exterior viene de lo interior. Una época en la que la gente sepa que todo está provisto de ánima actuará de forma diferente a una época de materialismo. El nerviosismo es la prueba de que lo espiritual no constituye el centro del hombre; si no fuera por las influencias espirituales, tal vez estallarían epidemias nerviosas en treinta años como otras plagas, porque la gente nunca puede escapar completamente de su entorno.

Presentar la verdad en todo momento en relación con la vida inmediata es despertar a la vida; no querer saber nada de las fuerzas espirituales es hostil a la vida.

Se requiere mucha paciencia y perseverancia para alcanzar la clarividencia; primero hay que escuchar y absorber antes de recibir los medios. Los procesos cognitivos humanos no están limitados. Nadie tiene derecho a decidir sobre algo que no conoce. Quien no ha estudiado matemáticas no debe presumir de juzgar la corrección de una demostración. En el propio hombre están las fuentes de la comprensión de los mundos superiores.

<Los ocultistas se agrupan en tres tipos: iniciados, clarividentes y adeptos. El iniciado no tiene por qué ser clarividente, y el clarividente no siempre es un iniciado, y tampoco tiene por qué ser un adepto. Los caminos son diferentes. Es necesario comprender las leyes hasta los reinos más elevados de la existencia, -el misterio de los números y de las formas-, para ser un iniciado. No se comunica nada a las personas hasta que son maduras moral y espiritualmente, porque de lo contrario podría tener las peores consecuencias para ellas. La humanidad se dividiría inmediatamente en dos, el bien y el mal.

Un clarividente es una persona a la que se le desarrollan los órganos de los sentidos espirituales, se le abren los ojos y los oídos espirituales sin que para ello necesite comprender las leyes espirituales. No se tiene idea de la confianza y el amor que se encontraban entre los Rosacruces; se complementaban de una manera maravillosa en la medida en que uno explicaba lo que el otro veía; ver y comprender lo que veían se convirtió así en algo común para ellos.

Además de la buena voluntad y la comprensión paciente, el adepto debe ser capaz de hacer sacrificios y ocultar lo que no agrada a los demás. El adepto debe saber utilizar los poderes para los cuales él ha adquirido la habilidad en muchas encarnaciones. El adepto trabaja en secreto. Nuestro tiempo exige que el iniciado se convierta en vidente.

Traducido por J.Luelmo jun,2025

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