GA111 Nijmegen, 9 de marzo de 1908 - Grado de Conocimiento Superior (Pasos hacia el Conocimiento Superior)

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RUDOLF STEINER

INTRODUCCIÓN A LOS FUNDAMENTOS DE LA TEOSOFÍA

GRADO DE CONOCIMIENTO SUPERIOR - (PASOS HACIA EL CONOCIMIENTO SUPERIOR)

Nijmegen, 9 de marzo de 1908

conferencia 23

El Dr. Steiner distingue tres grados o etapas de conocimiento superior que la persona ordinaria puede alcanzar a través de un cierto tipo de desarrollo: en primer lugar, el conocimiento imaginativo, en segundo lugar, el conocimiento inspirativo y en tercer lugar, el conocimiento intuitivo.

Alcanzamos el conocimiento imaginativo cuando vemos las cosas que nos rodean en forma de símbolos. El ser humano de la raza lemúrica conocía este estado de conciencia, aunque de forma imperfecta. No percibía las cosas como nosotros lo hacemos ahora, sino que veía imágenes flotando en el espacio de un determinado color y forma, que le parecían simpáticas o antipáticas. Gradualmente, esta conciencia lemúrica se convirtió en nuestra conciencia de vigilia normal, y sólo quedaron restos de la primera. (Compárese con nuestro estado de sueño, en el que un acontecimiento del reino material, por ejemplo el vuelco de una silla, está simbolizado por uno u otro intrincado drama). A través de lo que se llama la vida esotérica, uno puede recuperar el conocimiento superior de una manera más perfecta. Las condiciones para ello no pueden ser tratadas en esta conferencia; el conferenciante se limitó a señalar que es absolutamente necesaria una gran dosis de paciencia y de renuncia a todas las inclinaciones del hombre inferior, y que no está exento de peligro entrar conscientemente en los mundos superiores, de acuerdo con los grados superiores de conocimiento, sin un maestro autorizado.

Si a continuación cumplen las condiciones, al cabo de algún tiempo y con la atención concentrada verán imágenes luminosas en uno u otro objeto material, que en conjunto forman la llamada imagen imaginativa (astral) que pertenece a este objeto. En el caso de una planta de la que brota nueva vida, por ejemplo, observarán imágenes violetas que gradualmente cambian a un rojo claro; cuando la planta muere, por otra parte, aparecen imágenes anaranjadas, que al cabo de un tiempo se vuelven de color parduzco y sucio. Además de estas imágenes astrales, también conocerán seres desconocidos en el reino material, entre ellos las almas colectivas de los animales, que se presentan en el mundo astral como seres independientes con los que pueden establecer contacto. Al desaparecer las impresiones del mundo material, el nuevo mundo de luz, color y sonido se abre al hombre, no sin antes haber pasado por un período de completo silencio y sin luz alguna.

A medida que se progresa en el desarrollo interior, se experimenta en cierta etapa que uno ya no sólo percibe imágenes imaginativas, sino que al mismo tiempo comienza a comprenderlas. En esta etapa, comienza el llamado conocimiento inspirativo y uno se vuelve consciente en el mundo deva inferior. Uno llega a conocer a sus semejantes a través de un cierto tono: la «música de las esferas» se revela al hombre, al igual que las almas del grupo vegetal, que en este mundo son ciertos seres y, por así decirlo, partes del gran ser espiritual, del alma planetaria, de la que la tierra es el cuerpo material. En el mundo devachánico inferior, la tierra física se muestra como un cristal transparente.

El tercer grado de conocimiento superior, el conocimiento intuitivo, le llega al hombre cuando, tras una larga práctica, ha desarrollado la capacidad de vivir él mismo en todas las cosas. Entonces uno puede empatizar con las almas de las plantas y los minerales y, por ejemplo, compartir la agradable sensación de estas almas cuando se recoge la flor, se siega el grano o se tritura la piedra hasta convertirla en grava. Entonces se comparte la vida de todas las criaturas y se desarrolla la verdadera compasión. Y uno se da cuenta de que, de todas las formas de los reinos naturales, los seres son la vida animadora.


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