GA089 Berlín, 26 de mayo de 1904 Cosmología espiritual 1ª conferencia

RUDOLF STEINER


COSMOLOGÍA DE LA CIENCIA ESPIRITUAL

principios básicos
ciclo de tres conferencias impartidas en Berlín,

26 de mayo de 1904 primera conferencia.
Un corto ciclo de conferencias sobre el tema de la cosmología, la evolución del mundo, es decir, la enseñanza sobre la creación del mundo y la formación del ser humano dentro de este mundo en un sentido esotérico.
Soy consciente de que esto implica el capítulo más difícil de la enseñanza esotérica, y puedo comunicarles que varias de nuestras ramas han decidido no tocar este capítulo porque es demasiado difícil. Sin embargo, he decidido hacerlo porque creo que las indicaciones que puedo dar pueden ser útiles para muchos de ustedes. Si bien no podemos abarcar el tema completamente por ahora, podemos recibir indicaciones que nos permitirán profundizar en la materia más adelante.
Aquellos de ustedes que llevan mucho tiempo involucrados en el movimiento teosófico, sabrán que estas preguntas: ¿Cómo comenzó el mundo? ¿Cómo evolucionó hasta el punto en que los seres humanos pudiesen habitarlo? - Son las primeras tomados en el movimiento teosófico. Uno de los primeros libros que atrajo la atención de occidente hacia una visión del mundo antiguo fue, "Isis Unveiled" de HP Blavatsky, que trataba las cuestiones sobre el comienzo y la evolución del mundo, pero no es el único, sino que también el libro al que debemos la mayoría de nuestros más antiguos seguidores, “Budismo esotérico”, de Sinnet. ¿Cómo se forma un sistema solar? ¿Cómo surgieron los planetas y los grupos de estrellas? ¿Cómo se desarrolló nuestra Tierra? ¿Por qué etapas pasó y cuáles aún están por delante? Estas cuestiones se tratan en profundidad en el "Budismo esotérico". Luego, al final de la década de 1880, apareció "La Doctrina Secreta" de Blavatsky, y en el primer volumen se aborda la pregunta: ¿Cómo evolucionó el sistema del mundo? - y en el segundo volumen: ¿Cómo evolucionó la raza humana en la Tierra?
Solo necesito señalar una cosa para mostrar las dificultades que entraña. Cuando abren el primer volumen de la "Doctrina Secreta" de Blavatsky, encuentran que ciertas afirmaciones en el "Budismo" de Sinnet se describen como erróneas y están parcialmente corregidas. Los escritores teosóficos malinterpretaron algunas de estas cosas y algunas de ellas se describieron incorrectamente. Por eso la señora Blavatsky las corrigió. Ella dijo que se produjo una especie de confusión en el habla babilónica y que las personalidades principales [de la Sociedad Teosófica] no estaban realmente informadas sobre estas cuestiones. Todos ustedes saben que las enseñanzas en "La Doctrina Secreta" fueron impartidas por excelsos maestros que están mucho más allá de nuestro desarrollo medio. Ya antes de la "Doctrina Secreta", apareció un libro en el que Sinnet, el autor del "Budismo Esotérico", publicó una serie de cartas de un Mahatma. A partir de ahí, podemos ver las dificultades para entender esta doctrina secreta, y entendemos cómo Sinnet y Blavatsky, tan diligentes en recibir esta enseñanza, estaban absolutamente desesperados por la dificultad de entenderla. "Oh", decía uno de los maestros, "están acostumbrados a comprender las cosas con un intelecto diferente y, por lo tanto, no pueden entender lo que tenemos que decir, aunque se esfuercen por entenderlo". Si consideramos esta afirmación, la dificultad se hace evidente. Los malentendidos surgen en todas partes donde se enseña la cosmología. Habiendo explicado todo esto, apelo a su indulgencia si ahora intento contribuir con algo acerca de esta enseñanza.
Me gustaría comenzar por clarificar la posición de la cosmología teosófica en relación con la ciencia moderna y sus métodos. Alguien podría decir: fijaos en los avances que han hecho nuestros astrónomos; podemos atribuirlo a los telescopios, a los métodos matemáticos y fotográficos que nos han dado el conocimiento de estrellas distantes. La ciencia actual con sus métodos completos parece, en su opinión, ser la única fuente fiable de conocimiento sobre la evolución del sistema mundial. Sienten que tienen el derecho de ridiculizar lo que se diga desde el otro lado con respecto a este tema. Muchos astrónomos podrán objetar: lo que los teósofos nos dicen sobre la astronomía es parte de la sabiduría antigua que enseñaban los sacerdotes caldeos y que pertenece a las más antiguas reservas de sabiduría que posee la humanidad; pero qué significado puede tener lo que se dijo hace miles de años, cuando hoy gracias a Copérnico, la astronomía ha adquirido una base relativamente firme. Por lo tanto, lo que Blavatsky diga en "La Doctrina Secreta" solo parece entrar en contradicción, con lo que nuestros telescopios y demás nos dejan en claro a los astrónomos. Pero el teósofo no necesita contradecir lo que afirma el astrónomo. No es necesario, aunque hay teósofos que piensan que deben luchar contra la astronomía actual para hacer espacio para su propia enseñanza. Sé muy bien que los líderes del movimiento teosófico creen que pueden instruir a los astrónomos. Me gustaría ilustrar la actitud [correcta] de los teósofos con respecto a los astrónomos con un simple ejemplo.
Pensemos en un poeta cuya obra nos satisfaga. Este poeta puede encontrar un biógrafo que tratará de explicar los aspectos espirituales internos del ser del poeta. Existe, sin embargo, otra posibilidad: la fisiológica, la vía científica. Digamos que un científico naturalista estudia al poeta. Solo tendrá en cuenta las características fisiológicas y fisonómicas del poeta; lo estudia desde el punto de vista científico natural y nos dirá lo que puede ver y combinar desde una comprensión científico-natural. Nosotros, como teósofos, diríamos que este investigador describe al poeta desde el punto de vista del plano físico. No dirá una palabra sobre lo que denominamos la biografía del poeta: el aspecto espiritual del alma. Entonces tendríamos dos formas paralelas de describir al poeta, que no necesitan contradecirse entre sí en absoluto. ¿Por qué no podrían coexistir el científico natural y el alma espiritual y cada uno ser relevante a su manera? Uno no tiene que contradecir al otro.
Lo mismo ocurre con la cosmología científico natural, con lo que nuestros astrónomos nos cuentan acerca de la estructura del mundo y la evolución del sistema mundial. Dirán lo que sus sentidos físicos les revelan. Paralelamente a esto, sin embargo, la manera espiritual de ver las cosas es posible, y cuando las vemos de esta manera, nunca chocaremos con la astronomía; por el contrario, ambas formas de pensar a veces se apoyan entre sí. Cuando, por ejemplo, la fisiología-cerebral estaba mucho menos avanzada que ahora, había autores que escribieron biografías de personas importantes. Por lo tanto, el astrónomo no puede objetar que la forma esotérica de pensar es anticuada e imposible solo porque Copérnico le dio a la astronomía una nueva base. Las fuentes esotéricas son completamente diferentes; existían mucho antes de que aprendiéramos a observar los cielos a través de telescopios y antes de que las estrellas pudieran ser fotografiadas. La investigación copernicana y la esotérica, tienen cosas muy diferentes que decir; y la fuerza de una en el alma humana no depende de la otra. La fuerza que nos da información sobre los aspectos espirituales del alma se remonta tan atrás en el tiempo, que ningún historiador puede decirnos cuándo comenzó esta forma de describir la estructura del mundo. No es posible descubrir cómo los líderes espirituales llegaron a estos puntos de vista esotéricos.
Las escuelas esotéricas existían en Europa antes de la fundación de la Sociedad Teosófica en 1875. Sin embargo, el conocimiento solo era difundido en pequeños círculos. Una regla estricta establecía que el conocimiento no debía pasar más allá de las paredes de las escuelas. Si alguien quería ingresar a una escuela, tenía que esforzarse mucho antes de que se le comunicaran las primeras verdades. Se sostenía que una persona debía ser preparada antes de recibir estas verdades. Había muchos grados en las escuelas a través de los cuales se tenía que pasar (procedimientos de prueba); y quien fuera considerado no listo, tenía que seguir preparándose más. Si les describiera esos grados, lo estricto de las pruebas se marearían. Las cosas sobre la evolución del mundo se consideraban las más importantes y se comunicaban solo a aquellos que habían alcanzado los grados más altos. Durante el siglo diecisiete, que tuvo una gran influencia en la cultura, este conocimiento estuvo en manos del movimiento Rosa-Cruz, que originalmente se basaba en el conocimiento oriental, y este conocimiento se transmitió a los adeptos europeos en diversos grados. A finales del siglo dieciocho y especialmente a principios del siglo diecinueve, estas escuelas esotéricas desaparecieron de la escena cultural europea y los últimos adeptos Rosa-Cruces se retiraron a Oriente. Era la época en que los hombres debían organizar la vida de acuerdo con el conocimiento externo; se produjo la invención de la máquina de vapor, la investigación científica en biología celular y así sucesivamente. La sabiduría esotérica no tenía nada que aportar entonces y aquellos que habían alcanzado los puntos más altos de esta sabiduría, los grados más altos, se retiraron a Oriente. Aunque más tarde hubo escuelas esotéricas, no nos interesan mucho ahora; pero debo mencionarlas porque la Sra. Blavatsky y el Sr. Sinnet, cuando recibieron conocimientos cosmológicos de las escuelas esotéricas budistas del Tíbet, acudieron a las fuentes básicas.
Mediante un largo desarrollo espiritual en Europa, se fue configurando el cerebro europeo, la peculiaridad del pensar europeo llegó a un punto tal, que surgieron dificultades para la comprensión de las verdades esotéricas. Estas verdades solo fueron entendidas a través de un gran esfuerzo. Cuando este conocimiento se hizo público por primera vez en parte por "Budismo esotérico", en parte por "La Doctrina Secreta", los seguidores de las escuelas esotéricas, se dieron cuenta y les pareció un error, que la regla estricta de no dejar que nada traspasase las paredes de las escuelas, se hubiera roto. Sin embargo, los seguidores del movimiento teosófico, sabían que era necesario dar a conocer algunas de estas cosas. La ciencia occidental no pudo aceptar lo que decían, porque nadie podía probar lo que la señora Blavatsky y Sinnet habían escrito. Especialmente desconcertante fue la hermosa canción cosmológica que proviene de los llamados versos de Dzyan, que presentan los dos volúmenes del libro de Blavatsky. La autenticidad de estos versos, que relatan la historia del universo, fue cuestionada; Ningún investigador científico pudo extraer nada de ellos; todo parecía como un insulto ante el saber de los estudiosos europeos. Había un investigador, un orientalista llamado Max Müller, a quien respeto mucho, que defendió enérgicamente la sabiduría oriental. Todo lo que pudo aprender sobre la sabiduría oriental lo puso a disposición de Europa. Pero ni Max Müller ni ningún otro científico pudieron hacer nada ante lo que proclamaba Madame Blavatsky. Todos decían que el contenido de "La Doctrina Secreta" era pura fantasía. Los eruditos nunca habían encontrado nada parecido en los documentos indios.
Madame Blavatsky decía que el lugar de donde había obtenido sus secretos aún contenía grandes tesoros de la literatura antigua, pero que las partes más importantes de esta sabiduría se habían mantenido apartadas de la vista de occidente. Incluso lo poco que fue revelado no era entendido debido a la forma de pensar europea; El comentario que contenía la clave para la comprensión, faltaba. Los libros que mostraban cómo debían entenderse las oraciones individuales, fueron ocultados cuidadosamente por los instructores tibetanos nativos, al menos eso es lo que dijo Madame Blavatsky. Pero otros pensadores afirmaban que esa literatura testimonia, que existía una sabiduría antigua que iba más allá de todo lo que el mundo conoce en asuntos espirituales en la actualidad. Los sabios orientales dicen que la sabiduría antigua está contenida en esos libros, que han protegido cuidadosamente, y que esta sabiduría antigua no ha sido transmitida por personas como nosotros, sino que provienen de seres superiores, que derivan de fuentes divinas. Los orientales hablan de una antigua sabiduría divina. Pero Max Müller dijo en una conferencia a sus alumnos que no es posible verificar que existiera una sabiduría tan antigua. Un gran erudito brahmanista en sánscrito, cuando se enteró de esto, por medio de la señora Blavatsky dijo: Oh, si Max Müller fuera un brahman y yo pudiera llevarlo a un templo; Allí se convencería de que existe una sabiduría divina.
Las cosas que Blavatsky reveló a través de los versos de Dzyan proceden en parte de esas fuentes ocultas. Si la señora Blavatsky hubiera inventado estos versos por sí misma, nos enfrentaríamos a una maravilla aún mayor.
Sin embargo, no estamos obligados a tomar de los antiguos escritos, los mensajes esotéricos sobre el origen del mundo. Hay fuerzas en el hombre que le permiten observar e investigar las verdades por sí mismo, cuando las desarrolla de manera correcta. Y lo que puede experimentarse de esta manera, está en linea con lo que la Sra. Blavatsky trajo del Lejano Oriente. Resulta que los ocultistas en Europa también protegían el conocimiento que los maestros pasaban de generación en generación, del maestro al estudiante, sin confiarlo nunca en los libros. Por lo tanto, los ocultistas podrían evaluar lo que Blavatsky indicaba en "La Doctrina Secreta" según su propio conocimiento, especialmente desde lo que habían adquirido a través de sus propias capacidades. Fue probado y confirmado, pero sin embargo para el ocultista europeo fue difícil llegar a ponerse de acuerdo con él. Solo mencionaré un punto: el conocimiento esotérico europeo está determinado de manera muy definida por influencias cristianas y cabalísticas y, por lo tanto, ha adquirido un carácter unilateral. No obstante, si tomamos esto en consideración y volvemos a la base de este conocimiento, es posible un acuerdo total con lo que fue revelado a través de la Sra. Blavatsky.
Si bien lo que la Sra. Blavatsky nos dijo sobre la cosmología fue posible verificar de algún modo, es difícil hacer que los eruditos comprendan lo que significa cuando se habla del origen del mundo basándose en el conocimiento esotérico. Por supuesto, es sorprendente lo que lograron los estudiosos descifrando los documentos antiguos, cómo se esforzaron por descifrar los caracteres cuneiformes babilónicos y los jeroglíficos egipcios; pero Max Müller dijo que tales inscripciones no daban ningún indicio sobre el origen del mundo. Vemos cómo los estudiosos trabajan moviéndose alrededor del borde de las cosas sin llegar al núcleo. No estoy criticando el gran cuidado y el exacto trabajo de collage, que los estudiosos han realizado. Solo señalaré los libros que han aparecido en relación con los argumentos de la Biblia-Babel. Eso es todo un buen trabajo de collage, pero los eruditos se han estancado en la periferia. Uno siente que no tienen idea de cómo llegar a la clave de estos misterios. Es como cuando uno comienza a traducir un libro escrito en un idioma extranjero. Al principio es imperfecto. Lo mismo pasa con las traducciones de los antiguos mitos de la creación por nuestros estudiosos. Estas son mutilaciones de las antiguas enseñanzas que se transmitían de generación en generación. Solo aquellos que alcanzaban cierto grado de iniciación podrían saber algo sobre ellos. Al final de estas conferencias volveré sobre esto.
Iniciados son aquellos que han alcanzado el conocimiento de estas cosas a través de su propia experiencia. Cabría preguntar: ¿qué es un iniciado de todos modos? En la teosofía y en las sociedades esotéricas se habla mucho sobre los llamados iniciados. Un iniciado es aquel que ha desarrollado en gran medida la fuerza latente en cada persona, y que cada persona puede desarrollar. El iniciado ha cultivado estas fuerzas y las ha adaptado, hasta el punto de que puede comprender, qué tipo de fuerzas en el universo, son relevantes para lo que quiero explicar. Se puede objetar que: siempre se nos dice que existen tales fuerzas ocultas latentes en los hombres, pero eso no hace que sean ciertas. Ese es el resultado de un malentendido. El místico, el ocultista, no afirma nada que un erudito no pueda corroborar en su campo. Supongamos que alguien les explica a ustedes una verdad matemática. Si ustedes no han estudiado matemáticas, no tienen los conocimientos necesarios para verificar esa verdad. Nadie negará que, para juzgar una verdad matemática, primero se deben alcanzar las capacidades necesarias. Ninguna autoridad puede decidir sobre tal verdad, solo el individuo que la ha experimentado puede juzgar. Y solo alguien que ha experimentado una verdad esotérica puede juzgarla. Nuestros contemporáneos, sin embargo, exigen que el ocultista demuestre lo que dice para satisfacer el sentido común general. Se aferran a la frase de que: lo que es verdadero debe ser demostrable y todos deben poder entenderlo. Sin embargo, el ocultista no afirma nada más que lo que cualquier otro erudito afirma en su propio campo, y no exige nada más que lo que todo matemático también exige.
Se preguntarán: ¿por qué las verdades ocultas son comunicadas hoy? El método anterior que utilizaban las escuelas esotéricas, fue mantenerlas en grupos pequeños. Este método todavía es utilizado por los ocultistas de la "derecha". Quienquiera que tenga experiencia y pueda leer los signos de los tiempos, sin embargo, sabe que esto ya no es correcto. Y el hecho de que ya no sea correcto es la razón, que ha dado origen al movimiento teosófico mundial. En nuestros tiempos, lo que está más desarrollado es la comprensión. Los avances en la industria y la tecnología, son gracias a la combinación del pensar con nuestros sentidos. Esta comprensión, o intelectualismo, celebró sus mayores triunfos en el siglo diecinueve. El pensar intelectual nunca había estado tan desarrollado como lo está hoy. Como ya he dicho, los sabios orientales poseían una sabiduría antigua, pero era en una forma completamente diferente a la del pensar de hoy. Los grandes maestros de Oriente no tenían esta inteligencia de pensar lógico, esta lógica pura; no lo necesitaban. Por eso era difícil entenderlos. Poseían la intuición, la visión interior. La verdadera intuición no se adquiere a través del pensar lógico; sino que más bien, tal verdad se le aparecía directamente ante el espíritu de la persona interesada. Así, lo sabían. No necesitaban comprobarlo.
Los Maestros del movimiento teosófico, ahora tienen el derecho de compartir una cierta parte de esa sabiduría esotérica. Tenemos el derecho de reorientar la sabiduría que nos fue impartida en forma de intuición, hacia la forma de pensar moderna. El pensamiento es una fuerza como la electricidad, como la fuerza del vapor, como la fuerza del calor. Y quienquiera que reciba los pensamientos que se enseñan dentro del movimiento teosófico y se entregue a ellos confiado desde buen principio, estos pensamientos en él son una fuerza. Quienes los oigan, no se dan cuenta al principio; La semilla comienza a crecer más tarde. Ningún maestro teosófico pide otra cosa que ser escuchado. No exige fe ciega, solo ser escuchado. Ni la aceptación crédula ni el rechazo incrédulo son posturas correctas. Quién escuche, solo debe considerar los pensamientos que se le transmiten, libres de creencias o dudas, libres de afirmación o de negación. Debe ser "neutral" y permitir que las enseñanzas actúen "a prueba". Quien hace esto no solo tiene pensamientos que fluyen hacia él, sino también un poder espiritual que actúa.
La gente encuentra mejor acceso a través del pensar, porque la cultura de Europa occidental ha desarrollado esta capacidad hasta ese punto. Incluso los cristianos más fieles que asisten a la iglesia, ya no pueden creer como creían antes. Esta fuente de convicción ya no fluye. Hoy debemos fructificar nuestro pensamiento de una manera completamente diferente. En el pasado, las comunicaciones espirituales tenían que ser impartidas en escuelas esotéricas secretas porque el pensamiento no se cultivaba como se hace hoy. Hoy debemos combinar la espiritualidad con la fuerza del pensar, mediante la cual encendemos los pensamientos para que vivan. La comunicación espiritual fluye en una manera diferente a sus oyentes que una charla común. Hace que fluya de él una especie de fluido espiritual, una fuerza espiritual. El oyente debe ser objetivo, sin afirmar o negar; debe vivir con este pensamiento, meditar en él y dejar que actúe en él. Entonces se encenderá una fuerza en él.
Hoy debemos anunciar verdades esotéricas sobre el origen y la evolución del mundo en la forma del pensar y de la ciencia occidentales. Estas conferencias describirán de esta manera las condiciones que precedieron a la formación de nuestra tierra. Retrocederemos hasta los tiempos más antiguos, cuando en las luces aún grises del amanecer, se formaron aquellos seres que luego se convertirían en seres humanos. Recorreremos desde la etapa en la que este ser humano estaba imbuido de fuerzas terrenales, cuando estaba rodeado de materia terrenal, hasta el punto en que ahora se encuentra. Aprenderemos y veremos la evolución pre-terrenal y terrenal de nuestro mundo, y cómo la Teosofía, nos da una perspectiva del futuro. Veremos hacia dónde va la evolución del mundo. Queremos mostrar todo eso sin oponernos a las ideas de los astrónomos de hoy. Si desarrollamos las fuerzas que laten en nosotros, veremos por nosotros mismos el gran objetivo al que nos dirigimos: la adquisición de la sabiduría cosmológica. Consideraremos esta sabiduría cosmológica en las próximas conferencias.

traducción de Julio Luelmo marzo 2019

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919