GA093 Berlín. 15 de mayo de 1905 -sobre el templo y su restauración (1) 11ª conferencia

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SOBRE EL TEMPLO PERDIDO -1- (Y COMO SE RESTAURARÁ)

En relación con la leyenda de la cruz verdadera -o leyenda dorada-

RUDOLF STEINER

Berlín. 15 de mayo de 1905

conferencia 11

Hoy explicaremos una gran alegoría, y trataremos un objeto que es conocido por la ciencia oculta como la imagen o la enseñanza del templo perdido que debe ser reconstruido. Ya he explicado en conferencias anteriores (Nota 1) por qué en la ciencia oculta se parte de tales imágenes; hoy veremos la enorme cantidad de ideas que están contenidas en esencia en esta imagen. Por lo tanto, también tendré que tocar un tema que es muy mal interpretado por aquellos que saben poco o nada sobre la teosofía. Hay algunas personas que no entienden que la teosofía y la práctica [las cosas cotidianas] van de la mano, que deben trabajar juntas durante toda la vida. Por lo tanto, tendré que hablar sobre la conexión entre la teosofía y las cosas prácticas de la vida. Porque, básicamente, cuando retomamos el tema del templo perdido que tiene que ser reconstruido, estamos hablando del trabajo cotidiano.


De hecho, estaré en la posición de un profesor que prepara a sus alumnos para construir un túnel. La construcción de un túnel es algo eminentemente práctico. Alguien podría decir: la construcción de un túnel es simple; sólo hay que empezar a cavar en una colina por un lado y excavar hasta que se sale por el otro lado. Todo el mundo puede ver que sería una tontería pensar de esta manera. Pero en otros ámbitos de la vida eso no siempre se percibe. Quien quiera construir un túnel debe, por supuesto, primero que nada, tener un dominio de las matemáticas superiores. Luego tendrá que aprender cómo se hace, técnicamente. Sin conocimientos prácticos de ingeniería, sin el arte de determinar el nivel adecuado, no se podría mantener el rumbo en la excavación de la montaña. Así pues uno debe conocer los conceptos básicos de la geología, de los diferentes estratos de roca, la dirección de los cursos de agua y los alojamientos metálicos en la montaña, y así sucesivamente.. Sería una tontería pensar que alguien podría construir un túnel sin tener ese conocimiento previo, o que un simple cantero podría construir un túnel entero.


Igual de tonto sería creer, que se puede empezar a construir la sociedad humana desde el punto de vista de la vida ordinaria. Sin embargo, esta locura es perpetrada no sólo por muchas personas, sino también en innumerables libros. Incluso hoy en día hay gente que se supone estar llamada a conocer y decidir cómo reformar la vida social y el estado. Personas que apenas han aprendido nada escriben libros detallados sobre la mejor manera de conformar la sociedad y se sienten llamados a fundar movimientos de reforma. Por lo tanto, hay movimientos de reforma en todas las esferas de la vida. Pero todo lo que se consigue hacer de esta manera, es como si alguien tratara de cavar un túnel con un martillo y un cincel. Todo eso no es mas, que el resultado de no saber que existen grandes leyes que gobiernan el mundo y que surgen de la vida del espíritu. El verdadero problema de nuestros días consiste en la ignorancia del hecho, de que existen grandes leyes para la construcción del Estado y del organismo social, al igual que para la construcción de un túnel, y que hay que conocer estas leyes para llevar a cabo las tareas más necesarias y cotidianas en el organismo social. Así como en la construcción de un túnel hay que conocer la interacción de todas las fuerzas de la naturaleza, también quien quiera empezar a reformar la sociedad debe conocer las leyes [que se entrelazan entre una persona y otra] . Hay que estudiar el efecto de un alma sobre otra, y acercarse al espíritu. Por eso la teosofía debe estar en la base de cada actividad práctica de la vida. La teosofía es el verdadero principio práctico de la vida; y sólo quien parte de los principios teosóficos y los lleva a la vida práctica puede sentirse llamado a ser activo en la vida social.


Por eso la teosofía debe penetrar en todas las esferas de la vida. Los estadistas, los reformadores sociales y similares no son nada sin una base teosófica, sin principios teosóficos. Por eso, para los que estudian estas cosas, todo el trabajo en este campo, todo lo que se hace hoy en día para construir la estructura social, es un parche externo y un completo caos. Para alguien que entiende el asunto, lo que el reformador social está haciendo hoy es como si alguien cortara piedras y las apilara unas sobre otras en la creencia de que surgirá una casa por sí sola. En primer lugar, debe elaborarse un plano de la casa. Pues lo mismo pasa cuando se afirma que, en la vida social, las cosas tomarán forma por sí mismas. No se puede reformar la sociedad sin conocer las leyes de la teosofía.


Esta forma de pensar, que funciona según un plan, se llama masonería. Los masones medievales, que trataban y hacían contratos con el clero, acerca de cómo debían construir, no querían otra cosa que dar forma a la vida exterior de tal manera que – al igual que la catedral gótica - pudiera convertirse en una imagen de la gran estructura espiritual del universo. Tomemos la catedral gótica. Aunque está compuesta de miles de partes individuales, está construida conforme a una sola idea, mucho más completa que la propia catedral. Para ser completa en sí misma, la vida divina debe fluir en ella, así como la luz brilla en la iglesia a través de las ventanas multicolores. Y cuando el sacerdote medieval hablaba desde el púlpito, para que la luz divina brillara en los corazones de sus oyentes al igual que la luz que brillaba a través de los cristales de colores, entonces las vibraciones establecidas a través de la palabra del predicador estaban en armonía con la gran vida de Dios. Y la vida de tal sermón, nacida de la vida del espíritu, se establecía en la propia catedral. De la misma manera, toda la vida exterior debería transformarse en el Templo de la Tierra, en una imagen de toda la estructura espiritual del universo.


Si retrocedemos aún más en el tiempo, encontramos que esta es la forma de pensar de la humanidad desde los primeros tiempos. Permítanme explicar lo que quiero decir a modo de ejemplo. Nuestra época se distingue por la interacción caótica de un ser humano con otro. Cada individuo persigue sus propios objetivos. Esta época fue precedida por otra, la de los antiguos estados sacerdotales. He hablado a menudo de las épocas culturales de nuestra quinta Gran Época. La primera de ellas fue la antigua época india, la segunda, la de los medas y los persas, la tercera, la de los babilonios, asirios, caldeos, egipcios y semitas, y la cuarta fue el período grecorromano. Ahora estamos en la quinta época.


Las épocas culturales cuarta y quinta fueron las primeras en basarse en la inteligencia de las personas, de las personas individuales.


En el arte, en el Laocoonte, tenemos un gran monumento a la conquista de la antigua cultura sacerdotal por la inteligencia de los hombres. (Nota 2) El sacerdote Laocoon entrelazado con serpientes - el símbolo de la sutileza - simboliza la conquista, de la antigua cultura sacerdotal, por parte de la civilización de la inteligencia, que sostenía otros puntos de vista sobre la verdad y la sabiduría, y sobre lo que debería suceder. Es la superación de la tercera época cultural por la cuarta. Esto se representa en otro símbolo, en la saga del Caballo de Troya. La inteligencia de Odiseo creó el Caballo de Troya, por medio del cual la cultura sacerdotal troyana fue derrocada.


El desarrollo del antiguo estado romano a partir de la antigua cultura sacerdotal troyana se describe en la saga de Eneas. Este último fue uno de los más destacados defensores de Troya, que luego vino a Italia. Allí fue donde sus descendientes sentaron las bases de la antigua Roma. Su hijo Ascanio fundó Alba Longa y la historia cuenta ahora con catorce reyes hasta la época de Numitor y Amulio. Numitor fue despojado de su trono por su hermano Amulius, su hijo fue asesinado y su hija, Rhea Silvia, fue convertida en virgen vestal, para que el linaje de Numitor se extinguiera. Y cuando Rea dio a luz a los gemelos Rómulo y Remo, Amulio ordenó que fueran arrojados al Tíber. Los niños fueron rescatados, amamantados por una loba y criados por el pastor real Faustulo.


Ahora la historia habla de siete reyes romanos: Rómulo, Numa Pompilio, Tuflus Hostilius, Ancus Martius, Tarquinius Pliscus, Servius Tullius y Tarquinius Superbus.


Siguiendo el relato de Livio (Nota 3) se creía que los primeros siete reyes de Roma eran personalidades reales. Hoy en día, los historiadores saben que estos primeros siete reyes nunca existieron.


Por lo tanto, estamos tratando con una saga, pero los historiadores no tienen idea de lo que hay detrás de ella. La base de la saga es lo que sigue:


El estado sacerdotal de Troya fundó una colonia, la colonia sacerdotal de Alba Longa (Alba, un alba, o vestimenta sacerdotal). (Nota 4) Era una colonia de estado sacerdotal y Amulio pertenecía a la última dinastía sacerdotal. De aquí surgió una cultura sacerdotal menor, que luego fue cortada por una civilización basada en la astucia. La historia no nos dice nada más sobre esta cultura sacerdotal. El velo que se extendió sobre la cultura sacerdotal de la primera historia romana, es levantado por la teosofía. Los siete reyes romanos no representan nada más que los siete principios tal como los conocemos de la teosofía. Así como el organismo humano consiste en siete partes - Sthula-Sharira [cuerpo físico], Linga-Sharira [etérico], Kama-Rupa [astral], Kama-Manas [ego], Manas superior [yo espíritual, Buddhi [espíritu de vida] y Atma [espíritu-hombre] - así el organismo social fue concebido, tal como se formó a sí mismo en su momento, como una secuencia en siete etapas. Y sólo si se desarrollaba de acuerdo con la ley del número siete, que se encuentra en la base de toda la naturaleza, podría prosperar. Así como, el arco iris tiene siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta. Asimismo, hay siete [intervalos en la escala musical]: primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, y así sucesivamente; asimismo, los pesos atómicos en la química siguen la regla del número siete. Y eso impregna toda la creación. Por lo tanto, era evidente para los Guardianes de la Sabiduría Antigua que la estructura de la sociedad humana también debe estar regulada por tal ley. De acuerdo con un plan elaborado con precisión, estos siete reyes son siete etapas, siete partes [integrales]. Esta era la forma habitual de inaugurar una nueva época en la historia en aquellos tiempos. Se ideó un plan, ya que se consideraba un medio de evitar cualquier estupidez, y se escribió una ley para ello. Este plan estaba realmente ahí al principio. Todos sabían que la historia del mundo se guiaba por un plan fijo. Todos sabían: “Si estoy en la tercera fase de la cuarta época, debo guiarme por esto y aquello”. Y así, al principio, en la antigua Roma, uno todavía tenía un estado sacerdotal con un plan en la base de su cultura, que estaba escrito en libros, llamados los Libros Sibilinos. Estos no son otra cosa que el plan original que subyace a la ley de la séptima época, y todavía se consultaban cuando era necesario en los primeros días del Imperio Romano.


El cuerpo físico fue tomado como modelo para los cimientos. Eso no es tan irrazonable. Hoy en día la gente se inclina a tratar el cuerpo físico como algo subordinado. La gente mira lo físico con una especie de desdén. Sin embargo, eso no está justificado, porque nuestro cuerpo físico es nuestra parte más excelsa. Tomemos un solo hueso. Miren bien la parte superior de un hueso del muslo y verán lo maravillosamente que está construido. El mejor ingeniero, el más grande técnico, no podría producir algo tan perfecto, si se le diera la tarea de lograr la mayor fuerza posible usando la menor cantidad de material. Y así todo el cuerpo humano está construido de la manera más perfecta. Este cuerpo físico es realmente la cosa más perfecta imaginable. Un anatomista siempre hablará con la mayor admiración del corazón humano, que funciona de una manera maravillosa, aunque los seres humanos no hacen otra cosa a lo largo de la vida que absorber lo que es veneno para él. El alcohol, el té, el café, etc. atacan el corazón de la manera más increíble. Pero este órgano ha sido construido tan maravillosamente que puede soportar todo esto hasta la vejez.


El cuerpo físico, el más bajo de los cuerpos, por lo tanto posee la mayor perfección. Menos perfectos, en cambio, son los cuerpos superiores, que aún no han alcanzado tal perfección en su desarrollo: el cuerpo etérico y el astral ofenden continuamente a nuestro cuerpo físico a través de los ataques de nuestra lujuria, deseos y anhelos. Luego sigue, como cuarto [principio], el verdadero bebé [de todos ellos], el ego humano, que como una voluntad vagabunda, debe todavía esperar el futuro para ofrecerle esas reglas que actuarán como guía para su conducta, tal como el cuerpo físico lo ha hecho desde hace mucho tiempo.


Cuando desarrollamos una estructura social, debemos tener lo que hará que los cimientos sean firmes. Así, la saga permite que Rómulo, el primer rey romano, que representa el primer principio, sea elevado al cielo como el dios Quirino. El segundo rey, Numa Pompilio, el segundo principio. encarna el orden social; trajo leyes para la vida ordinaria. El tercer rey, Tullus Hostilius, representa las pasiones. Bajo él, comienzan los ataques contra la naturaleza divina, causando discordia, lucha y guerra, a través de los cuales Roma se hizo grande. Bajo el cuarto rey, Ancus Martius, se desarrollan las artes, aquellas cosas que brotan de Kama-Manas, [el ego humano].


Ahora los cuatro principios inferiores del hombre no son capaces de dar nacimiento a los tres principios superiores, el quinto, el sexto y el séptimo. Esto también está simbolizado en la historia romana. El quinto rey romano, Tarquinius Priscus, no fue engendrado por el organismo romano, sino que fue introducido en la cultura romana desde la cultura etrusca como algo superior. El sexto rey, Servius Tullus, representa al sexto miembro de la ley cíclica humana, Buddhi. Es capaz de gobernar sobre Kama [el cuerpo astral], la contraparte física y sensual de Buddhi. Representa el canon de la ley. El séptimo rey, Tarquinius Superbus, el principio más excelso, es el que debe ser derrocado, ya que no es posible mantener el alto nivel, el impulso, del sistema social.


Vemos demostrado en la historia romana que debe haber un plan subyacente a la construcción del estado, como para cualquier otro edificio del mundo. Que el mundo es un templo, que la vida social debe ser estructurada y organizada, y debe tener pilares como un templo, y que los grandes sabios deben ser estos pilares - es esta intención la que está impregnada de la sabiduría antigua. No es un tipo de sabiduría que sólo se aprende, sino que tiene que ser construida en la sociedad humana. Los siete principios fueron aplicados correctamente. La única persona capaz de trabajar en la construcción de la sociedad es la que ha absorbido todo este conocimiento, toda esta sabiduría, en sí mismo. No lograríamos mucho como teósofos si nos limitáramos a contemplar cómo se construye el ser humano a partir de sus diferentes miembros. No, sólo somos capaces de cumplir nuestra tarea si llevamos los principios de la teosofía a la vida cotidiana. Debemos aprender a ponerlos en práctica de tal manera que cada giro de la mano, cada movimiento de un dedo, cada paso que demos, lleve la impresión, sea una expresión del espíritu. En ese caso nos ocuparemos de construir el templo perdido.


Junto con esto, sin embargo, va el hecho que mencioné recientemente - que debemos tomar en nosotros mismos algo de la grandeza y la amplitud de las leyes universales. Nuestros hábitos de pensar deben estar impregnados de esa clase de sabiduría que va desde los grandes conceptos a los detalles - de la misma manera que la construcción de una casa comienza desde el plano completo y acabado y no poniendo una piedra sobre otra. Esta exigencia debe hacerse si no queremos que nuestro mundo se convierta en un caos. Como teósofos debemos reconocer el hecho de que la ley está obligada a gobernar en el mundo tan pronto como nos demos cuenta de que cada paso que damos, cada acción nuestra, es como una impresión estampada en cera por el mundo espiritual. Entonces estaremos comprometidos en la construcción del templo. Ese es el significado de la construcción del templo: todo lo que nos propongamos hacer debe estar en conformidad con la ley.


Cada vez más, se ha ido olvidando el conocimiento de que el hombre tiene que incluirse en la construcción del gran templo mundial. Una persona puede nacer y morir hoy en día sin tener la menor idea de que las leyes se están desarrollando en nosotros, y que todo lo que hacemos se rige por las leyes del universo. Toda la vida actual es un desperdicio, porque la gente no sabe que tiene que vivir de acuerdo a las leyes. Por lo tanto, los sabios sacerdotales de la antigüedad idearon medios para rescatar, para la nueva cultura, algo de las grandes leyes del mundo espiritual. Fue, por así decirlo, una estratagema de los grandes sabios, haber escondido este orden y armonía en muchas ramas de la vida - sí, incluso en los juegos que los hombres utilizan para su recreación al final del día. En los naipes, en las figuras de ajedrez, en el sentido de la regla por la que se juega, encontramos un indicio, aunque sea débil, del orden y la armonía que he descrito. Cuando te sientas con alguien a jugar a las cartas, no sirve de nada si no conoces las reglas, la forma de jugar. Y esto realmente transmite un indicio de las grandes leyes del universo. Lo que se conoce como el sefirot de la Cábala, lo que conocemos como los siete principios en sus diversas formas, que se reconoce de nuevo en la forma en que se colocan las cartas, una tras otra, en el curso del juego. Incluso en los atractivos del juego, los adeptos han sabido introducir las grandes leyes cósmicas, de modo que, incluso en el juego, la gente tiene al menos una pizca de sabiduría. Al menos para aquellos que pueden jugar a las cartas, su encarnación actual no es del todo inútil. Estos son secretos, como los grandes Adeptos intervienen en la rueda de la existencia. Si se le dijera a la gente que se guiara por las grandes leyes cósmicas, no lo harían. Sin embargo, si las leyes son introducidas sin ser notadas en las cosas, a menudo es posible inyectar una gota de esta actitud en ellas. Si se tiene esta actitud, entonces se tendrá una noción de lo que es lo que se simboliza en la poderosa alegoría del templo perdido.


En las sociedades secretas, a las que pertenece la masonería, se ha descrito algo relacionado con el templo perdido y su futura reconstrucción en la Leyenda del Templo. La Leyenda del Templo es muy profunda, pero incluso los masones de hoy en día no tienen noción de ella. Un masón no es ni siquiera muy fácil de distinguir de la mayoría de la gente, y no tiene mucha importancia en la nueva vida. Pero si deja que la Leyenda del Templo trabaje sobre él, es una gran ayuda. Porque quien absorbe la Leyenda del Templo recibe algo que, de manera específica, moldea su pensamiento de manera ordenada. Y todo depende del pensamiento ordenado. Esta Leyenda del Templo es la siguiente:


Una vez uno de los Elohim se unió a Eva, y de ahí nació Caín. Otro de los Elohim, Adonai o Jehová-Yavé, creó a Adán. Este último, por su parte, se unió a Eva, y de este matrimonio nació Abel. Adonai causó problemas entre los de la familia de Caín y los de la familia de Abel, y el resultado de esto fue que Caín mató a Abel. Pero de la renovada unión de Adán con Eva se fundó la raza de Set.


Así que tenemos dos razas diferentes de la humanidad. La primera consiste en los descendientes originales de los Elohim, los hijos de Caín, que son llamados Hijos del Fuego. Son los que cultivan la tierra y crean a partir de la naturaleza inanimada y la transforman a través de las artes del hombre. Enoch, uno de los descendientes de Caín, enseñó a la humanidad el arte de cortar piedra, de construir casas, de organizar la sociedad de las comunidades civilizadas fundadoras. Otro de los descendientes de Caín fue Tubal-Cain, que trabajaba el metal. El arquitecto Hiram-Abiff era descendiente de la misma raza.


Abel era un pastor. Se aferraba firmemente a lo que encontraba, tomaba el mundo tal como era. Siempre existe esta antítesis entre las personas. Uno se aferra a las cosas tal como son, el otro quiere crear nueva vida desde lo inanimado, a través del arte. Otras naciones han retratado al ancestro de estos Hijos del Fuego en la saga de Prometeo (Nota 5) Son los Hijos del Fuego los que tienen que elaborar en el mundo la sabiduría, la belleza y la bondad del pensamiento universal omnicomprensivo, para transformar el mundo en un templo.


El rey Salomón era descendiente del linaje de Abel. No podía construir el templo él mismo; le faltaba el arte. Por lo tanto, nombró al arquitecto Hiram-Abiff, descendiente del linaje de Caín. Salomón era divinamente guapo. Cuando la reina de Saba lo conoció, creyó ver una imagen de oro y marfil. Vino a unirse a él.


Jehová es también llamado el Dios de la forma creada, (Nota 6) el Dios que convierte lo que vive en una fuerza viva, en contraste con ese otro Elohim que crea por encanto la vida de lo que no tiene vida. ¿A cuál de estos pertenece el futuro? Esa es la gran pregunta de la Leyenda del Templo. Si la humanidad se desarrollara bajo la religión de Jehová, toda la vida expiraría en forma. En la ciencia oculta, eso se llama la Transición a la Octava Esfera. (Nota 7) Pero ha llegado el tiempo en que el hombre mismo debe despertar lo muerto a la vida. Eso sucederá a través de los Hijos de Caín, a través de aquellos que no dependen de las cosas que les rodea, sino que son ellos mismos los creadores de nuevas formas. Los Hijos de Caín enmarcan ellos mismos la construcción del mundo.


Cuando la Reina de Saba vio el templo y preguntó quién era el arquitecto, le dijeron que era Hiram. Y tan pronto como lo vio, le pareció que era el que estaba predestinado para ella. El rey Salomón se puso celoso y, de hecho, se alió con tres aprendices que por despecho al no haber conseguido su maestría, idearon socavar la gran obra maestra de Hiram, el Mar Fundido. Esta gran obra maestra debía ser hecha por fundición. El espíritu humano debía unirse al metal. De los tres aprendices, uno era un albañil sirio, el segundo un carpintero fenicio y el tercero un minero hebreo. La trama tuvo éxito: la fundición fue destruida al verter agua sobre ella. Todo se vino abajo. Desesperado, el arquitecto estaba a punto de lanzarse al calor de las llamas. Entonces escuchó una voz desde el centro de la tierra. Ésta provenía del propio Caín, que le gritó: "Toma aquí el martillo de la sabiduría divina del mundo, con el que deberás volver a ponerlo todo en orden". Y Caín le dio el martillo. Ahora es el espíritu del hombre lo que el hombre construye en su cuerpo astral, si no quiere dejarlo en la condición en que lo recibió. Este es el trabajo que Hiram tenía que hacer ahora. Pero hubo un complot contra su vida. Procederemos a partir de ahí la próxima vez.


Quería contar la leyenda hasta aquí, para mostrar cómo, en las hermandades ocultas originales, vive el pensamiento, de que el hombre tiene una tarea que cumplir; la tarea de reestructurar el mundo inanimado, de no contentarse con lo que ya está allí. La sabiduría se convierte así en obra a través de su penetración en el mundo inanimado, para que el mundo se convierta en un reflejo de la espiritualidad original y eterna.


Sabiduría, Belleza, Fuerza son las tres palabras fundamentales de toda la masonería. Así que cambiar el mundo exterior, que se convierta en una prenda para lo espiritual - esa es su tarea. Hoy en día, los mismos masones ya no entienden esto, y creen que el hombre debe trabajar sobre su propio ego. (Nota 8) Se consideran particularmente inteligentes cuando dicen que los masones trabajadores de la Edad Media no eran masones. Pero los masones trabajadores eran precisamente aquellos que siempre han sido masones, porque la estructura exterior se convertiría en la réplica de lo espiritual, del templo del mundo, que se construiría a partir de la sabiduría intuitiva. Este es el pensamiento que antiguamente subyace en las grandes obras de la arquitectura, y era llevado a cabo en todos los detalles.


Ilustraré con un ejemplo la superioridad de la sabiduría sobre el mero intelecto. Tomemos una antigua catedral gótica, y consideremos la maravillosa acústica, que no puede ser igualada hoy en día, porque este profundo conocimiento se ha perdido.


El famoso lago Moeris en Egipto es una maravilla del espíritu humano. No era un lago natural, sino que se construyó por intuición de los sabios, para que el agua pudiera ser almacenada en tiempo de inundación, para ser distribuida por todo el país en tiempo de sequía. Fue una gran hazaña de la irrigación. Cuando el hombre aprenda a crear con la misma sabiduría con la que los poderes divinos han creado la naturaleza y han hecho cosas físicas, entonces se construirá el templo [en la tierra]. No depende de cuántas cosas separadas tengamos el poder de crear con nuestra propia sabiduría; sin embargo, debemos tener la actitud mental de saber que sólo por medio de la sabiduría se puede crear el templo de la humanidad.


Cuando hoy vamos por las ciudades, aquí hay una zapatería, allí una farmacia, más allá un quesero y una tienda que vende bastones. Si ahora mismo no queremos nada, ¿por qué debería preocuparnos eso? ¡Cuán poco refleja la vida exterior de una ciudad como ésta lo que sentimos, pensamos y percibimos! Qué diferente era en la Edad Media. Si una persona caminaba por las calles entonces, veía las fachadas de las casas construidas con el estilo, la manera y el carácter del residente. Cada perilla de la puerta expresaba lo que el hombre había moldeado con amor para adaptarse a su espíritu. Pasen, por ejemplo, por una ciudad como Nuremberg: allí encontrarán la base de cómo era antes. Y luego, por el contrario, tome la abstracción de moda que ya no tiene nada que ver con la gente. Esa es la era del materialismo y sus producciones caóticas, a la que uno ha llegado paso a paso desde una época espiritual anterior.


El hombre nació de una naturaleza que una vez fue tan formada por los dioses que todo en ella encajaba en el gran esquema del mundo, el gran templo. Hubo una vez un tiempo en que no había nada en esta tierra que se pudiera mirar sin tener que decirse a sí mismo: Los seres divinos han construido este templo hasta el punto en que el cuerpo físico humano se perfeccionó. Entonces los principios superiores (las fuerzas psíquicas) [de la naturaleza del hombre] tomaron posesión de él, y a través de este desorden y caos llegó al mundo. Los deseos y emociones trajeron el desorden al templo del mundo. Sólo cuando, por voluntad propia, la ley y el orden vuelvan a hablar de una forma más elevada y hermosa que la que los dioses hicieron una vez al crear la Naturaleza, sólo cuando el hombre permita que el dios en su interior se levante, para que como un dios pueda construir hacia el templo - sólo entonces se recuperará el templo perdido.


No sería correcto si pensáramos que sólo aquellos que son capaces de construir deben hacerlo. No, depende de la actitud de la mente, incluso si uno sabe mucho. Si uno tiene la dirección correcta de su pensamiento, y luego se compromete en la reforma social, técnica y jurídica, entonces uno está construyendo el templo perdido que debe ser reconstruido. Pero si se comienzan las reformas - por muy bien intencionadas que sean - sin esta actitud mental, entonces sólo se estará provocando más caos. Porque la piedra individual es inútil, si no encaja en el plan general [del edificio]. Reformar la ley, la religión o cualquier otra cosa - mientras sólo se tenga en cuenta el elemento en particular, sin tener una comprensión del conjunto, sólo resulta en una demolición.


La Teosofía no es, por lo tanto, sólo teoría, sino práctica, la cosa más práctica del mundo. Es una falacia suponer que los teósofos son reclusos, no comprometidos en la formación del mundo. Si pudiéramos hacer que la gente se comprometiera en la reforma social desde una base teosófica, (Nota 9) lograrían mucho de lo que quieren de forma rápida y segura. Porque, sin necesidad de decir nada en contra de determinados movimientos, sólo conducen al fanatismo si se persiguen de forma aislada. Todos los movimientos reformistas separados - emancipadores, abstemios, vegetarianos, protectores de animales, etc. - sólo son útiles si todos trabajan juntos. Su ideal sólo puede realizarse adecuadamente en un gran movimiento universal que conduzca en unidad al templo mundial universal.


Esa es la idea que se esconde detrás de la alegoría del templo perdido que debe ser reconstruido.


Notas de las respuestas a las preguntas


Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre los hijos de Caín y los hijos de Abel?


Respuesta: Los hijos de Caín son los inmaduros; los hijos de Abel son los sobremaduros. Los hijos de Abel se vuelven a las esferas superiores cuando han terminado con estas encarnaciones. Los hijos de Abel son los Pitris Solares [aquellos que pasaron su etapa humana en el antiguo Sol]; los hijos de Caín son los más maduros de los Pitris Lunares [aquellos que pasaron su etapa humana en la antigua Luna].


Pregunta: ¿Por qué se han desarrollado tantas asociaciones místicas y masónicas?


Respuesta: Todo el trabajo superior sólo puede ser emprendido en una asociación. Los Caballeros de la Mesa Redonda generalmente eran doce.




Pregunta: ¿Conoce el trabajo de Albert Schaffle? (Nota 10)


Responde: Albert Schaffle escribió una obra sobre sociología, y el relato que da es mucho más masónico que el que emana de las logias de la masonería.



Conferencia 11, Berlín, 15 de mayo de 1905

Fuente del texto .
Notas abreviadas de Franz Seiler, Walter Vegelahn y Berta Reebstein-Lehmann.

  1. en conferencias anteriores ...
    por ejemplo, conferencias 3 y 5 del 30 de septiembre y 4 de noviembre de 1904.

  2. en el Laocoon .
    A este respecto, véase la conferencia celebrada en Munich, el 14 de marzo de 1910, publicad
    a en: Metamorphoses of the Soul .

  3. El relato de Livio ...
    Tito Livio (59 a . C. - 17 d . C. ), historiador romano; autor de una historia de Roma ( Annales ) desde la fundación de la ciudad hasta la muerte de Druso (9 a . C. ); de los 142 libros de esta historia, 35 de ellos y epítomes de la mayoría del resto existen.

  4. alb
    Una vestimenta blanca que llega hasta los pies, usada por el celebrante en la misa sobre la sotana y con mangas largas y puntiagudas. El tipo de vestimenta más antiguo derivado de los tiempos egipcio y hebreo.

  5. La saga Prometeo .
    Ver conferencia 4 del 7 de octubre de 1904 en el presente volumen.

  6. A Jehová también se le llama el Dios de la forma [creada] ,
    véase la conferencia del 25 de octubre de 190
    5 en: Fundamentos del esoterismo , Rudolf Steiner Press, Londres, 1983.

  7. La octava esfera .
    Ver nota 26 de la clase 6 dada el 11 de noviembre de 1904.

  8. los masones mismos ya no entienden esto, y creen que el hombre debería trabajar en su propio ego .
    En este punto, los textos divergen: según Seiler, se trata de egos 'egoístas'; de acuerdo con los egos "espirituales" de Vegelahn y Reebstein, que podrían haber resultado de una mala audición o error de escritura y podrían haber sido egos "propios" - ( geistigen = eigenen ).

  9. Si pudiéramos llevar a la gente a participar en la reforma social desde una base teosófica ,
    Rudolf Steiner estaba trabajando para establecer una reforma de la vida social poco después del final de la Gran Guerra. Ver: 'El triple orden del cuerpo social'. RSE 252, 253 y 254.

  10. Albert Schäffle .
    Albert Eberhard Friedrich Schäffle, 1831-1903, sociólogo, escribió mucho sobre este tema. En otra conexión, Rudolf Steiner menciona su trabajo: Bau und Leben des sozialen Körpers ('Construcción y vida del cuerpo-social'), un trabajo de cuatro volúmenes publicado en Tübingen, 1875-1878.


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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919