GA093a Berlín 10 de octubre de 1905 -fundamentos del esoterismo Rosacruces en la historia europea 15ª conferencia

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RUDOLF STEINER

 Rosacruces en la historia europea

conf. 15
Berlín 10 de octubre de 1905

Todo lo que se enseña hoy en la Teosofía estaba también contenido en las escuelas de los Rosa-cruces en el siglo XIV. Pero la enseñanza interna de la corriente Rosa-cruz era estrictamente oculta. Con tal entrenamiento oculto se daba muy poca importancia al lenguaje, a la forma en que se expresaban las cosas. En el mundo de los siglos XV, XVI y XVII vivían ciertos hombres modestos que no eran especialmente conocidos como eruditos y que tampoco ocupaban una posición social particular, sino que seguían la corriente oculta de los Rosa-cruces. Nunca fueron muchos.

Nunca hubo más de siete iniciados auténticos al mismo tiempo; Los otros eran alumnos ocultos de varios grados. Los Rosa-cruces eran los mensajeros de la Logia Blanca. De ellos salieron en verdad acontecimientos de importancia mundial. Todo lo importante que sucedió durante este tiempo podría eventualmente ser rastreado hasta las logias de los Rosa-cruces. Externamente otras personalidades hicieron la historia de Europa, pero vista desde dentro, estas últimas fueron los instrumentos de las individualidades ocultas. Incluso Rousseau y Voltaire eran instrumentos de individualidades que se ocultaban tras ellos. Estos ocultistas no podían aparecer bajo sus propios nombres. El impulso que daban a otras personas, al llevar a cabo su misión, podía ser exteriormente muy simple, discreto. A veces, el breve encuentro con tales hombres modestos proporcionaba la oportunidad de dar el impulso correcto a estos instrumentos de los individuos ocultos. Hasta la época de la Revolución Francesa, las fuerzas ocultistas estaban detrás de significativos estadistas. Luego se retiraron gradualmente, pues ahora los hombres debían hacerse dueños de su destino. Por primera vez, en los discursos de la Revolución Francesa, los hombres hablan como hombres.

La vida interior permanecía en segundo plano, en las escuelas ocultas. En las escuelas de los Rosa-cruces se enseñaban estas cosas que ahora se conocen como las principales enseñanzas de la Teosofía. Las hermandades ocultas daban impulso a todo descubrimiento importante; Sólo entonces los eventos jugaban su papel en el mundo exterior. Voltaire era en el sentido más amplio, un individuo dirigido por hermandades que dedicaban sus esfuerzos en impulsarlo hacia adelante, porque su verdadero propósito era hacer que los hombres se valieran por sus propios medios. Otros en cambio, estaban al servicio de hermandades retrógradas, como por ejemplo Robespierre en sus últimos años. Todo lo que aparece como anticipación del futuro, suscita su opuesto en el plano físico ...

En las escuelas Rosa-cruces por lo tanto, se enseñaban las mismas cosas que hoy a través de la Teosofía. En el mundo exterior, sin embargo, no aparecía la palabra Teosofía. En las propias escuelas ocultistas, sólo se valoraba el lenguaje que había que emplear para mejor enseñar al mundo exterior. El alumno oculto mismo debía aprender a usar los símbolos, los signos. Pues, para hacerse entender en el mundo, los iniciados sólo tienen a su disposición el lenguaje utilizado por el mundo en general. En el tiempo en que tal conocimiento todavía se mantenía en secreto, existía un cierto sistema de símbolos y cualquiera que deseara ser iniciado tenía que aprender el lenguaje de los símbolos. No se daba ningún valor a la palabra hablada como medio de expresión. Incluso en ese tiempo las enseñanzas estaban allí, pero las expresiones descriptivas con frecuencia faltaban. Sin embargo, tales expresiones de la enseñanza oculta están presentes en el método oriental, que se deriva de los primeros indios, que habían recibido su enseñanza de los antiguos Rishis. Estas expresiones indias aún no están influenciadas por la era materialista. Las palabras que los indios crearon todavía están llenas de la magia del sagrado lenguaje primitivo. Sin embargo lo que es de origen indio no puede ser utilizado por nosotros en Europa.

Lo que es correcto para los indios no es correcto para Europa. Para empezar, fue necesario un impulso indio, porque la propia Europa había desarrollado pocos términos capaces de introducir tales enseñanzas. Todavía hoy debemos describir muchas cosas con términos indios. Pero todo en las enseñanzas ocultas que hoy se ponen al descubierto también lo poseian los Rosa-cruces en la Edad Media y al comienzo de los tiempos modernos. Ya existían términos apropiados para las enseñanzas más fundamentales, pero en aquel tiempo aún no era posible hablar abiertamente de la reencarnación y del karma. Sin embargo, a estas verdades se las permitió fluir subconscientemente en la cultura europea. Paracelso y otros místicos no hablaban de reencarnación. Esto era bastante natural. No estaban en condiciones de hablar de ello. Pero para todo lo que se refiere a la vida terrenal entre el nacimiento y la muerte, también tenían en Occidente expresiones sumamente aptas, aunque no, por otra parte, para las condiciones intermedias entre dos encarnaciones. Una cosa fuertemente enfatizada en ese tiempo, fue la importancia de la vida física para el desarrollo de los órganos de los cuerpos superiores. Cuando seguimos el estudio de las ciencias, cuando desarrollamos íntimas amistades espirituales, todo esto es un proceso de desarrollo de fuerzas que un día se volverán activas como órganos espirituales.

Lo que la educación en el plano físico, procedente del exterior, debe producir en los tres diferentes cuerpos del hombre, siempre ha comprendido tres conceptos separados. Estos tres aspectos fueron llamados: Sabiduría, Belleza y Poder o Fortaleza.

Cuando en los patios de las escuelas rosa-cruces más exotéricas, los alumnos recibían instrucción, les decían: "Ustedes van a ser trabajadores de futuro." No se decía nada acerca de la reencarnación. Sino que el ser humano también seguiría trabajando cuando no estuviera encarnado en el cuerpo físico. La enseñanza implantaba en ellos lo que en el futuro debería trabajar formativamente sobre los órganos. Se decía a los alumnos: "Llevad en vuestra vida cotidiana en el mundo exterior, una vida de Sabiduría, Belleza y Fortaleza, entonces en vuestros cuerpos superiores se desarrollarán esos órganos que son para el futuro". En la Francmasonería de hoy, los masones De San Juan todavía hablan de la gran importancia de la Sabiduría, la Belleza y la Fortaleza, pero ya no saben que de este modo las fuerzas formativas trabajan sobre el cuerpo etérico, el cuerpo astral y el ego. Cuando en la Edad Media un maestro constructor francmasón construía una catedral o una iglesia, su nombre no tenía absolutamente ninguna importancia. Él mismo permanecía en segundo plano. En el caso de la «Theologia deutsch» también, y por la misma razón, no se mencionaba el nombre del autor. Se llamaba a sí mismo "el Frankfurter". Ninguna exhaustiva investigación emprendida ha podido descubrir el nombre. El objetivo de estos hombres era trabajar exteriormente en el plano físico, sin dejar ningún rastro de sus nombres tras de si, sino sólo los frutos de su actividad. Supongamos que alguien haya dado el diseño y el impulso para la construcción de una gran catedral. Sabía que las formas del edificio crearían en él un órgano para el futuro. Todas estas obras, en sus efectos, permanecerán conectadas con la parte más íntima del alma. Como regla, sin embargo, todas estas obras en el mundo exterior permanecen hasta que el que las creó las encuentra de nuevo y las reconoce cuando regresa. Bajo el púlpito generalmente se encuentra una pequeña imagen del arquitecto; A partir de ahí, se reconoce de nuevo. Este es el puente que se lanza de una encarnación a otra.

A través de la Sabiduría, debía desarrollarse el cuerpo etérico, a través de la Belleza, a la que pertenecía la Piedad, debía desarrollarse el cuerpo astral, y a través de la Fuerza (de la voluntad), debía desarrollarse el yo individual. El ser humano tenía que volverse en una modesta huella del mundo exterior. En la antigua India no se sabía nada de esto. El Brahmanismo aspiraba a un perfeccionamiento del yo en la vida interior ... [vacío en el texto ...] ... Pero justo en mitad de nuestra época post-atlante aparecieron aquellos maestros de religión que llamaban la atención sobre la renuncia del yo. Esto ya fue enseñado por Buda. Fue desarrollado aún más intensamente en Occidente a través de la masonería y el rosacrucianismo. Buscaban el perfeccionamiento del yo en la forma que está también en el mundo exterior, no tanto en la vida interior como en la India. Fue en este sentido que el ocultista occidental se decía a sí mismo: "Tu yo no está sólo dentro de ti mismo, sino en el mundo que te rodea. Los dioses te han elevado por encima del reino mineral, del reino vegetal y del animal; Pero los tres reinos que tú creas para ti, los tres reinos de la Sabiduría, la Belleza y la Fuerza. Éstos desarrollan los órganos del hombre superior.

El ser humano se decía a sí mismo: "Estoy aquí como el resultado final de un tiempo en que los reinos mineral, vegetal y animal se sacrificaron por mí; Partiendo de esta base surgió la auto-conciencia, el yo. Y así como el yo se ha formado a través de estos otros reinos, ahora también debe desarrollar los reinos de la Sabiduría, la Belleza y la Fuerza, con el fin de elevarse aún más, por medio de ellos, a una transformación completa de nuestros cuerpos etérico, astral y yo. "Estos tres reinos son los reinos de la Ciencia, el Arte y la Fortaleza interior, es decir, que comprende todo lo que se vive en la voluntad. En estos tres dominios, el esoterista medieval veia los medios para el desarrollo ulterior de la humanidad. La transformación del mundo no se dejaba al azar, sino que de acuerdo con estos tres aspectos de la Sabiduría, la Belleza y la Fuerza, los reinos mineral, vegetal y animal debían transformarse. Cuando la Tierra vuelva a ser astral todo habrá sido transformado de acuerdo con estos tres aspectos. Por lo tanto, fue desde este triple punto de vista, cómo los francmasones de la Edad Media y todos los esoteristas construyeron y trabajaron.

En el esoterismo indio se diferencian doce fuerzas que hacen reconducir al hombre hacia la existencia física.

La primera de estas fuerzas es Avidja: la ignorancia. Avidja es lo que nos hace

volver a la existencia física por la simple razón de que sólo habremos cumplido nuestra misión en la Tierra cuando hemos extraído de ella todo el conocimiento posible. Por otro lado, no habremos cumplido nuestra misión mientras todo lo que debemos aprender de la existencia física todavía no haya sido extraído.

Después de Avidja, lo siguiente que nos atrae de nuevo, es lo que contiene la tierra porque nosotros mismos lo hemos hecho y por lo tanto pertenece a nuestro Organismo. Cuando un albañil, por ejemplo, ha trabajado en la construcción de una catedral, esto se ha convertido en una parte de sí mismo. Hay una atracción recíproca entre ambos. Lo que tiene una tendencia de creación de órganos para el que lo originó, ya sea la obra de Leonardo da Vinci o la obra más pequeña, forma un órgano en el ser humano y esta es la causa de su regreso. Todo lo que el hombre ha hecho, considerado en su conjunto, se llama Sanskara o la tendencia organizadora que construye al ser humano.

Esta es la segunda cosa que lo atrae de vuelta.

Ahora viene la tercera. Antes de que el ser humano haya entrado en cualquier  encarnación, no sabía nada de un mundo exterior. La autoconciencia dio comienzo con la primera encarnación; Antes el hombre no tenía conciencia de sí mismo. Primero tuvo que percibir los objetos exteriores en el plano físico antes de que pudiera desarrollar conciencia de sí mismo. Es cierto que lo que un hombre ha hecho lo empuja de vuelta al plano físico, por lo que es cierto que el conocimiento de las cosas lo atrae de nuevo. La conciencia es una nueva fuerza que lo une a lo que está aquí. Este es el tercer elemento que lo atrae hacia una nueva vida terrena. Esta tercera fuerza se llama Vijnana = conciencia.

Hasta este punto hemos permanecido muy íntimamente dentro del alma humana. Como cuarta etapa aparece, lo que viene hacia la conciencia desde afuera, lo que ya estaba allí sin el hombre, pero que tuvo que aprender primero a conocer con su conciencia - esto, en su existencia anterior, ya estaba presente fuera, pero sólo se le reveló después de que su conciencia se abriera a ello. Es la separación entre sujeto y objeto, o, como dice el escritor sánscrito, la separación entre nombre y forma (Nama-rupa). A través del cual, el hombre alcanzaba los objetos exteriores. Esta es la cuarta fuerza que lo atrae, por ejemplo, la memoria de un ser al que se ha unido.

A continuación viene lo que nos formamos como imágenes mentales en relación con un objeto externo: por ejemplo, imaginar un perro es simplemente hacer una imagen mental, que sin embargo es algo esencial para el pintor. Es lo que el intelecto hace de una cosa: Shadayadana.

Ahora hay otro descenso hacia lo terrenal. La imágen mental nos lleva a lo que llamamos contacto con la existencia: Sparsha. Cualquiera que dependa del objeto se encuentra en la etapa de Nama-rupa; Cualquiera que forma las imágenes se encuentra en la etapa de Shadayadana. Sin embargo, el que diferencia entre lo agradable y lo desagradable llegará al punto en que prefiere lo bello a lo insólito. A esto se le llama contacto con la existencia: Sparsha.

Sin embargo, al mismo tiempo, algo diferente de este contacto con el mundo exterior, es lo que se mueve interiormente como sentimiento. Ahora yo mismo entro en acción: conecto mi sentimiento con una u otra cosa. Es un elemento nuevo. El hombre se involucra más. Se llama Vedana: Sensación.

A través de Vedana surge algo nuevo, esto es, anhelo por la existencia. Las fuerzas que atraen al hombre a la existencia se despiertan cada vez más fuertemente dentro de sí mismo. Las fuerzas superiores obligan a todos los seres humanos en mayor o menor grado; No son individuales. Eventualmente, sin embargo, surgen fuerzas muy personales que lo llevan de nuevo al mundo terrenal. Esa es la octava fuerza. Trishna = Sed de existencia.

Aún más subjetivo que la sed de existencia es lo que se llama UpadanaConfort en la existencia. Con Upadana el hombre tiene algo en común con el animal, pero lo experimenta más espiritualmente y es tarea del hombre espiritualizar lo que es bruto en este elemento del alma.

Luego viene la existencia individual misma, la suma de todas las encarnaciones anteriores cuando ya estaba en la tierra: Bhava = existencia individual, la fuerza de la totalidad de las encarnaciones anteriores. Las encarnaciones previas lo llevan a la existencia.

Con esto hemos recorrido las etapas de los Nidanas hasta el nacimiento individual. El esoterista distingue dos etapas más que van más allá del período de existencia  individual. Aquí él diferencia una condición anterior que confiere el ímpetu hacia el  nacimiento, antes de que el hombre hubiera sido jamás encarnado. Esto se llama Jati: lo que antes del nacimiento confirió el impulso al nacimiento.

El ímpetu hacia el nacimiento está interconectado con un impulso diferente. Trae consigo el germen de la disolución, el impulso de liberarse del nacimiento individual. Lo que nos interesa es que esta nuestra existencia terrestre cae nuevamente en decadencia y somos liberados, capaces de hacernos viejos y morir (jaramarana). Estos son los doce Nidanas que funcionan como cuerdas, que nos guian una y otra vez a la existencia. (El significado de Nidana es cadena, lazo.) Hay tres grupos que pertenecen juntos:

Primer grupo Avidja Sanskara Vijnana Nama-rupa

Segundo grupo Shadayadana Sparsha Vedana Trishna

Tercer grupo Upadana Bhava Jati Jaramarana

El alma tiene tres miembros: el alma consciente como miembro más alto, luego el alma racional o mente y el alma sensible. El primer grupo de Nidanas desde Avidja a Namarupa está conectado con el alma consciente: el segundo grupo con el alma racional y el tercero, de Upadana a Jaramarana, con el alma sensible.

Vijnana es característica del alma consciente; El Shadayadana del alma racional y los cuatro últimos están ligados al alma sensible. Estos últimos cuatro están presentes tanto en el animal como en el hombre.

Traducc. por J.Luelmo feb.2016

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