SOBRE EL TEMPLO PERDIDO -4- (Y COMO SE RESTAURARÁ)
En relación con la leyenda de la cruz verdadera -o leyenda dorada-
RUDOLF STEINER
Berlín. 5 de junio de 1905
Conferencia 14ª
Entre
las alegorías y símbolos que hemos querido tratar en estas
conferencias, está también el símbolo de la llamada Palabra
Perdida, que deberá ser encontrada de nuevo. Hemos hablado del
Templo que se perdió y que debe ser restaurado; podemos añadir a
esto un breve relato de la Palabra Perdida y su búsqueda, ya que
este tema tiene alguna conexión con el significado simbólico del
Festival de Pentecostés. Hace un año hablé de algunas de las cosas
que se mencionan hoy. (Nota 1)
Pero hay algunos entre nosotros que pueden no haber escuchado la
conferencia del año pasado; así que puede que no sea superfluo
referirse a estas cosas de nuevo. Además, estamos en condiciones de
considerar tales asuntos anualmente, y tratarlos fundamental y
exhaustivamente; hemos añadido algo a nuestro conocimiento, de modo
que ahora quizás puedan discutirse varias cosas que no pudieron
mencionarse todavía el año pasado.
Pentecostés está
relacionado con el símbolo conocido en la Iglesia y en la masonería
como el símbolo de la Palabra Perdida que se encuentra de nuevo.
Pero con ello nos sumergiremos en misterios cristianos de una
profundidad real y extraordinaria. Con él tocamos de nuevo - y más
a fondo de lo que pudimos hacerlo la semana pasada - el propósito y
la misión de Salomón el Sabio, y todo el significado futuro de las
verdades cristianas.
Pentecostés está conectado con esa
percepción en lo más íntimo del ser del hombre que estaba presente
en el cristianismo primigenio, pero que se ha perdido gradualmente en
el cristianismo, ya que ha sobrevivido en las diversas iglesias
occidentales. Pentecostés es la fiesta que debería recordar al
hombre su liberación, cada año - de lo que llamamos la libertad del
alma humana.
¿Cómo ha llegado el hombre a lo que llamamos su
libertad, es decir, a su capacidad de distinguir entre el bien y el
mal, y a la libertad de hacer el bien o el mal? Saben ustedes que el
hombre ha pasado por una larga secuencia de evolución antes de
llegar a la etapa en la que se encuentra hoy en día, y que hemos
sobrepasado el punto medio de esa evolución. El punto medio de toda
la evolución humana se encuentra aproximadamente a mediados de la
época atlante, que precedió a nuestra propia época. Ahora ya hemos
pasado este punto medio. Por eso somos los primeros misioneros de la
segunda mitad [de la evolución], los primeros apóstoles de un arco
ascendente: mientras que el hombre estuvo en un arco descendente
hasta la época de la Atlántida, se vió inmerso en una especie de
evolución descendente hasta que se sumergió en las profundidades de
la vida material. Ahora está volviendo a subir hacia el desarrollo
espiritual.
Lo que los seres humanos no poseíamos antes del
punto medio de nuestra evolución terrestre, era la libertad de
elegir entre el bien y el mal. Ahora bien, no podemos hablar del bien
y el mal aplicándolo a los reinos subordinados de la naturaleza.
Sería ridículo discutir si un mineral quiere cristalizar o no;
cristaliza si se dan las condiciones adecuadas. Sería igualmente
ridículo preguntar si el lirio quiere florecer o no; o pedir al león
que se abstenga voluntariamente de matar y devorar a otros animales.
Sólo en el hombre, sólo en nuestra fase evolutiva, hablamos de lo
que llamamos libertad de elección. Sólo a los seres humanos les
atribuimos la capacidad de distinguir entre el bien y el mal. Sobre
cómo obtuvo el hombre esta capacidad se describe en la Biblia, en el
gran símbolo de la Caída, en la escena de la tentación, donde el
Diablo o Lucifer se le aparece a Eva y la persuade para que coma del
Árbol del Conocimiento. A través de eso, el hombre obtuvo el libre
albedrío; con él comenzó la segunda parte de su camino evolutivo.
No podemos preguntarnos sobre la libertad, el bien y el mal del
hombre antes de ese punto medio evolutivo, como tampoco podemos
preguntarnos sobre los minerales, las plantas y los animales. Algo
más está conectado con eso.
En toda [enseñanza] esotérica,
nuestro mundo contemporáneo y todo lo relacionado con él significa
el Cosmos del Amor. Y el Cosmos o Universo de la Sabiduría precedió
a este Universo de Amor. Veamos esto en un significado más
profundo.
Saben ustedes que nuestra evolución terrestre fue
cosmológicamente precedida por la evolución de la Antigua Luna.
(Nota 2) Un
precursor aún más lejano de nuestra tierra fue el Antiguo Sol;
antes fue Antiguo Saturno. El hombre ha pasado por estas tres etapas
evolutivas: Saturno, Sol y Luna. Nuestra tierra ya ha pasado por tres
ciclos, en los que el desarrollo de Saturno se repitió en la primera
Ronda, el desarrollo del Sol en la segunda Ronda, y el desarrollo de
la Luna en la tercera Ronda. Cada una de estas rondas comienza así:
el planeta se forma como una sustancia excepcionalmente fina, como
sustancia-mente. La Tierra estaba presente como tal sustancia cuando
comenzó su cuarta Ronda, es decir, el Ciclo contemporáneo. Luego
comenzó a reiterar las tres Rondas anteriores: el Ciclo de Saturno
en Arupa, el Ciclo Solar en Rupa y el Ciclo Lunar o Ronda en el
astral. [Ver diagrama al final de las notas de la conferencia 10.]
Así
pues, nuestra tierra pasó una vez más a través de las condiciones
materiales anteriores antes de llegar a su densidad física actual.
Antes de nuestra condición actual, era astral. Denominamos al Globo
astral como una especie de Cosmos de la Sabiduría. Cada cosmos o
globo se divide de nuevo en siete épocas. Así tenemos siete ciclos
de la Raza [o Grandes Épocas] en nuestro actual Globo: la Polar, la
Hiperbórea, la Lemúrica, la Atlante y ahora la Raza Aria [o Época
que no debemos confundir con la terminología de ninguna doctrina
supremacista] en la que vivimos. La sexta y séptima Razas están por
venir. Después de eso la tierra volverá a la condición astral.
Estos ciclos de Raza constituyen siete períodos sucesivos de nuestra
evolución física en la tierra. El predecesor astral se nos presenta
de igual manera, en siete Períodos consecutivos, correspondientes a
siete Razas. Sin embargo, no es del todo correcto hablar aquí de
Razas; las formas que entonces vivían no pueden ser llamadas
propiamente Razas. Se extiende la analogía demasiado lejos, para
seguir hablando de Razas. Hubo otras formas que se manifestaron. En
el lenguaje esotérico estos períodos astrales anteriores se llaman
el Reino de la Sabiduría, y sus formas se llaman los siete períodos
de la Sabiduría, en los que gobernaron los siete Reyes de la
Sabiduría, los siete Reyes de la Dinastía de Salomón. Porque en
cada uno de estos períodos vivía un ser de tipo similar al alma de
Salomón, al alma que encarnaba en Salomón. Este Cosmos de la
Sabiduría fue reemplazado por el Cosmos terrestre propiamente dicho,
el Cosmos del Amor.
Ahora aclaremos lo que ocurrió durante la
formación de la tierra, desde nuestro punto de vista. Cuando la
tierra comenzó a formarse, todavía estaba unida al sol y a lo que
ahora llamamos la luna. Junto con estos dos cuerpos la tierra formaba
un único conjunto. En primer lugar, el sol se separó de la tierra.
Toda la vida de la tierra se volvió diferente. Fue en este punto
cuando hizo su entrada la muerte, de alguna manera en la forma en que
la conocemos en las plantas portadoras de células; mientras que
antes no podía haber ninguna cuestión de muerte, porque había una
continua vida material. Mientras la planta consista en una sola
célula, no se produce la descomposición cuando nace la siguiente.
Es diferente cuando todo un organismo se construye [a partir de
muchas células]; este [organismo] se descompone en sus partes, y la
parte individual ya no es todo el [proceso] viviente. Este tipo de
muerte llegó por primera vez cuando el sol se separó de la tierra.
La escisión entre los sexos comenzó en la mitad de la Raza
Lemúrica, como resultado de la separación de la luna. La separación
de la luna provocó la división del [ser que es a la vez] masculino
y femenino en [seres que son] sólo masculinos o sólo femeninos. Así
la humanidad tomó la forma que tiene ahora en el mundo.
¿Qué
ocurrió entonces durante estos arduos acontecimientos cósmicos
cuando primero el sol y luego la luna se separaron de la tierra? Si
queremos aclarar esto, sería bueno señalar que en ese momento la
Tierra estaba cambiando desde una materia muy sutil pero ya física a
algo cada vez más grueso. La primera sustancialidad física fue la
sustancia etérica, que estaba presente en todos los seres humanos de
la Tierra, y que era una sustancia muy sutil, más sutil que nuestro
gas.
En la actualidad distinguimos tres formas de materia en
nuestra tierra - cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos, este último
anteriormente conocido como aire. Además, esotéricamente
distinguimos cuatro formas de éter: en primer lugar el éter de
fuego [o calórico], que hace que todos los cuerpos sean capaces de
ser permeados por el calor; en segundo lugar, el éter lumínico; en
tercer lugar, el éter químico, en el que los átomos están hechos
para mezclarse según ciertas leyes de número (la "afinidad
electiva" de los átomos); y en cuarto lugar el éter físico o
de vida; en total, cuatro tipos de éter que traen vida a la tierra.
A continuación, la Tierra, en esencia, se desarrolló en estos
cuatro tipos de éter. Luego se condensó a sí misma, a partir de
estos éteres. Esta densificación tuvo lugar por primera vez durante
la época lemúrica. Antes de eso, hay que pensar en una tierra
etérica, que era accesible a fuerzas muy diferentes a las de nuestra
actual tierra física. Quería aclararle esto.
Cuando
digo que esta tierra etérica era accesible a fuerzas muy diferentes,
entonces queda claro que todos los seres vivos, ya sean plantas,
animales u hombres, eran en efecto accesibles a estas fuerzas, en lo
más íntimo de su ser. El éter es accesible a lo que se llama en el
lenguaje esotérico la "Palabra", la "Palabra
Cósmica". También puedo aclararles cómo se relaciona lo
etérico con lo que llamamos la 'Palabra', en una preparación para
la iniciación. Como saben, el hombre consiste en cuerpos físicos,
etéricos y astrales, y luego en el "yo" propiamente dicho.
El cuerpo etérico se hace visible si uno puede salir del cuerpo
físico. Pero el hombre, tal como es hoy, no puede de ninguna manera
actuar sobre su cuerpo físico; es incapaz de mover el más pequeño
corpúsculo de sangre. El cuerpo físico está controlado por altas
fuerzas cósmicas; son los seres superiores los que pueden ejercer el
poder aquí hoy - más adelante el hombre tendrá esta capacidad.
Cuando sea capaz de controlar las fuerzas de su propio cuerpo físico
- del que el materialista habla como fuerzas de la naturaleza -
entonces el hombre se habrá convertido en un Dios. Atribuirle estos
poderes hoy en día sería una idolatría, ya que en realidad son
intervenciones de seres superiores que pueden influir en el cuerpo
físico.
Cuando el hombre sea capaz de controlar la sustancia
del éter calórico, podrá controlar todo lo que es físico. Cuando
sea capaz de controlar lo físico en el hombre, entonces también
será capaz de controlar el resto de lo físico también. Esta fuerza
se designa como la Fuerza del Padre, o simplemente el "Padre"
- todo a través del cual un ser se une a nuestra tierra, todo por el
cual ese ser puede controlar la materia física. Cuando una persona
puede penetrar en el cuerpo físico con tales Fuerzas Paternas, eso
se llama Atma; así es como Atma puede asignarse a lo físico.
El
segundo miembro del ser [del hombre] es el cuerpo etérico, que
corresponde al principio del Hijo, o el Logos, el "Verbo".
El cuerpo etérico puede ser movido y moldeado interiormente por
Buddhi, puesto en vibración por el principio del Hijo, al igual que
el el cuerpo físico puede serlo por Atma.
El tercer miembro
es el cuerpo astral. Esto no podemos controlarlo en un principio;
sólo muy pocas personas en la actualidad tienen un control
significativo sobre sus cuerpos astrales. Decimos que un hombre está
dotado de Manas, en la medida en que el hombre puede controlar su
cuerpo astral desde dentro.
El hombre comenzó a trabajar en
su cuerpo astral durante la mitad de la época lemúrica. Si se
hubiera podido observar a un hombre en la etapa que alcanzó cuando
comenzó la Raza Lemúrica, es decir, cuando era bisexual, se habría
encontrado que su cuerpo estaba construido desde otro lugar; pero en
la mitad de los tiempos lemúricos, el hombre comenzó entonces a
trabajar en su cuerpo astral por sí mismo. Todo lo que el hombre
teje en sí mismo a partir de su ego, lo que hace por deber o por
orden, para vencer los apetitos y las pasiones no forjadas, ayuda a
refinar el cuerpo astral; cuando éste se haya impregnado
completamente del trabajo del propio ego del hombre, entonces ya no
podremos llamarlo cuerpo astral, se habrá convertido en Manas.
Cuando todo el cuerpo astral se haya transformado en Manas, el hombre
podrá entonces comenzar a trabajar sobre su cuerpo etérico para
transformarlo en Buddhi. Lo que teje allí no es otra cosa que la
Palabra individualizada; el esoterismo cristiano llama a esto el
"Hijo" o "Logos", y llama al cuerpo astral,
cuando se ha convertido en Manas, el "Espíritu Santo", y
al cuerpo físico que se ha convertido en Atma, "Padre".
Lo
que tiene lugar aquí a pequeña escala dentro del hombre se produce
también a gran escala en el mundo en general. Estos secretos del
mundo se llevaron a cabo en los misterios, en la iniciación; por lo
tanto, se efectuaba algo que para la mayoría de los seres humanos
sucedería en un futuro lejano. Ya en los misterios egipcios uno sólo
podía iniciarse si se abría camino a través de todo el cuerpo
astral, de modo que el cuerpo astral pudiera ser manejado
completamente por el ego. En cuyo caso tal persona se presentaría
ante el sacerdote iniciador: no tenía influencia en su cuerpo
físico, ni tampoco en su cuerpo etérico; pero su cuerpo astral era
de su propia creación. Ahora se le indicaba cómo podía actuar
sobre su cuerpo etérico y sobre su cuerpo físico. El cuerpo físico
era guiado hacia una condición letárgica -tenía que permanecer en
este estado durante tres noches y tres días- y durante ese tiempo el
cuerpo etérico saía fuera de él. Y como el iniciado se había
vuelto poderoso con respecto al cuerpo astral, podía por lo tanto
obtener el poder de actuar en el cuerpo etérico. Podía aprender a
dejar que lo que tenía en el astral trabajara en el cuerpo etérico.
Esos fueron los tres días del entierro y la resurrección en un
cuerpo etérico completamente impregnado por lo que se llama el
Espíritu Santo. A tal iniciado se le llamaba hombre dotado del
Logos, del "Verbo". Esta "Palabra" no es otra
cosa que la Sabiduría, Manas, que ha sido trabajada en el cuerpo
astral. Esta sabiduría nunca puede entrar en el cuerpo etérico a
menos que el cuerpo astral haya sido primero penetrado por ella.
Lo
mismo pasó con la tierra. No fue sino hasta que toda la tierra fue
llevada tan lejos en el astral, que pudo ocurrir tal evento. La
condición en que el neófito en los misterios egipcios tenía que
estar, corresponde a este tiempo del Globo Astral del que he hablado
como el precursor inmediato de nuestra tierra; es decir, el Globo de
la Sabiduría. Toda la sabiduría era elaborada en él por los
poderes cósmicos. Y esta transferencia de sabiduría al propio Globo
Terráqueo hizo posible que después de la separación del sol y la
luna de la tierra, algo pudiera incorporarse de nuevo desde arriba,
desde esferas más altas [en la tierra], tal como ocurría en pequeña
escala en la iniciación.
Siete veces el Globo Astral [etapa]
de la tierra [ver el cuadro al final de las notas de la conferencia
10] quedó bajo el dominio de los Sabios, a la manera de Salomón.
Entonces la tierra se vistió con un cuerpo etérico, y la materia
terrestre se cristalizó o formó. El "Verbo" fue
depositado en ella; este Verbo está pues, por así decirlo,
enterrado en la materia terrenal, pero debe ser resucitado. Este es
también el bello significado del mito del Dios Dionisio. La Santa
Sabiduría del precursor de nuestra tierra está puesta en todos los
seres de la tierra de nuestro mundo terrenal. Acojan esto tan
profundamente como puedan. Tomen el cuerpo etérico humano como todo
humano lo tiene. Si lo miran clarividentemente tiene casi la misma
forma que el cuerpo físico. Al morir, el cuerpo físico del hombre
se disuelve, y el cuerpo etérico también; el cuerpo físico se
disuelve en el mundo físico, y el cuerpo etérico en el éter
cósmico general. Pero este cuerpo etérico ha sido creado muy
elaboradamente para el hombre por la sabiduría que lo implantó por
primera vez desde el Globo Astral. Este cuerpo etérico se dispersa
después de la muerte. Sólo ese cuerpo etérico que ha sido
construido desde el interior es un cuerpo vivo, que permanece
eternamente. Este es el cuerpo etérico del Chela [el candidato a la
iniciación] - y que no se disuelve después de la muerte. Si ven
morir a un hombre civilizado moderno, pueden ver el cuerpo etérico
por un tiempo, pero luego se disuelve. Con el Chela permanece. La
renuncia de Devachán por parte del Chela consiste en que el Chela
permanece en el plano astral y allí hace uso de su cuerpo etérico.
Con los seres humanos ordinarios en cada renacimiento tiene que ser
formado un nuevo cuerpo etérico; la capacidad de crear uno nuevo se
alcanza en el Devachán. El cuerpo etérico que el Chela ha
construido desde el interior nunca se perderá de nuevo; mientras que
lo que se hace por la sabiduría cósmica de otro lugar se disuelve
de hecho de nuevo. Lo mismo ocurre con los cuerpos etéricos de las
plantas y los animales. Lo que ahora es un cuerpo etérico todavía,
se construyó a partir de las fuerzas cósmicas que fluyeron hacia él
desde el Globo Astral [estado] de nuestra tierra. Esta sabiduría que
se encuentra en la tierra astral se expresa en la leyenda de
Dionisio.
Ahora bien, en la época lemúrica tuvo que
auto-formarse el [estado] más denso. Por tanto el principio del
Padre tuvo que ser elaborado. Ese es el último [principio] para
tomar posesión de nuestra materia terrestre. Lo que se ha elaborado,
de esta manera, está profundamente escondido en el mundo físico.
Primero el Espíritu Santo trabajó en la materia astral. Luego el
Espíritu se alió con la materia astral, es decir, el Hijo, y
trabajó en la sustancia etérica; y luego vino el Padre, que
controla la densidad física. Así el macrocosmos se construyó en
una triple progresión - Espíritu, Hijo y Padre; y el hombre, a
medida que progresa más hacia arriba, pasa del Espíritu, a través
del Hijo, al Padre. Todo esto tiene lugar bajo la dirección de la
evolución de la tierra.
Hasta los tiempos de la Lemuria la
única evolución era hacia afuera. Entonces esta Trinidad fue
atraída hacia nuestra evolución física. En la época aria, lo que
había ocurrido en una época anterior se introdujo en el pensamiento
del hombre como religión, haciendo una recapitulación etapa por
etapa.
Estamos
en la quinta subraza de la Raza Aria (la quinta época cultural
post-Atlante). Otras cuatro subrazas han pasado antes. La primera
subraza es la de la antigua India. Esta venerable raza antigua fue
liderada por los antiguos Rishis. Sólo podemos formar una vaga
concepción de ellos. Conocemos su religión por los relatos que nos
han llegado en los Vedas. La enseñanza de los Rishis era mucho más
grande y poderosa que nuestras actuales tradiciones sobre ella. Sólo
durante la tercera subraza se hicieron los registros que se conservan
para nosotros en los Vedas. La religión original de los Rishis tenía
grandes tradiciones de los predecesores divinos de los hombres, los
iniciados astrales de la dinastía de Salomón. Vivir en el espíritu
de los antiguos Rishis indios eran formas arquetípicas; las grandes
intuiciones derivan la inteligencia y el conocimiento no sólo de las
leyes de la tierra, sino también de las formas arquetípicas,
quienes a su vez crearon dichas sabidurías. Esta fue la primera
religión, la del Espíritu Santo.
La segunda religión fue
fomentada en el Cercano Oriente; en ella se veneraba el Segundo
Principio [de la Trinidad] como una recapitulación de la primera vez
que el Hijo hizo sentir su influencia sobre la tierra. El descenso de
ciertos seres acompañó al principio del Hijo; no hay desarrollo
superior sin que otro sea descendido a las profundidades. Los reinos
mineral, vegetal y animal fueron empujados de esta manera. Quien se
desarrolla hacia arriba asume una gran responsabilidad, esa es la
gran tragedia; el corolario de todo santo es que un gran número de
seres son arrojados hacia abajo. No habría desarrollo si este tipo
de derribo no tuviera lugar. Un hombre debe empujar continuamente a
otros hacia abajo, mientras se desarrolla hacia arriba. Por eso, todo
desarrollo que se produce por interés propio es malo y reprobable;
sólo es justificable si se hace para el desarrollo de otros seres.
Sólo el que quiere elevar a los que han sido empujados hacia abajo
es apto para el desarrollo. Así, la evolución que se manifestó en
la tierra y que ya había sido preparada en otros cuerpos cósmicos,
la evolución destinada a dotar al cuerpo etérico del Logos, del
Verbo, ha sido acompañada por el empuje hacia abajo de otros seres
relacionados con el desarrollo de la tierra. Estos [seres] fueron
concebidos como adversos, como principio luciférico. Así tenemos
precisamente esta dualidad - el principio del Mal acompañando al
principio del Bien - en la religión persa. Es bueno que un hombre o
cualquier otro ser trabaje manásicamente en sí mismo; pero siempre
se enfrenta al mal. Ormuzd y Ahriman son los nombres del Bien y del
Mal en la religión persa.
Encontramos la tercera etapa con
los caldeos, los babilonios, los asirios y los egipcios; a través de
ellos se recapitula la tercera etapa de la divinidad. Así, a partir
de ese momento, con todos los pueblos, nos encontramos con la
Trinidad, el Tres en Uno de la Divinidad. La segunda subraza no tenía
una divinidad trina, y menos aún la primera. [Pero] ahora, en esta
triada, se prepara gradualmente el ascenso para toda la humanidad.
Los iniciados recorren el camino por adelantado... [Gap] (Nota 3)
En
las tres primeras subrazas había un reflejo en la [esfera] religiosa
de lo que había estado activo en los procesos macrocósmicos. Ahora
se forma una nueva estructura: primero la Sabiduría, luego el Hijo,
luego el Padre. El primer destello de sabiduría vino durante la
cuarta Subraza, a través de los semitas, que surgieron durante la
tercera Subraza y continuaron en la cuarta. De ellos deriva el
cristianismo. En los iniciados del pueblo judío encontramos todo el
curso de los acontecimientos pasados en la tierra - todos los
acontecimientos que habían tenido lugar en la esfera celestial se
repiten en el elemento del intelecto. Kama-Manas, que llamamos
espíritu inferior, se desarrolló allí; que tiene que ser dotado de
otras fuerzas. Esta dotación, esta trama, es el propio Cristo, el
Verbo hecho Carne, que señala el futuro Verbo, por el cual todos los
seres humanos estarán en condiciones de controlar sus cuerpos
etéricos con sus cuerpos astrales, si es que trabajan el Verbo en el
cuerpo etérico que despierta a la vida en él. La posibilidad de
este desarrollo en el futuro se prefigura en la aparición del Verbo
hecho Carne en la cuarta Subraza. Toda la humanidad debe haber
alcanzado el control sobre lo etérico, antes de que el Logos pueda
encarnarse en el cuerpo etérico. Esto, como impulso originario, ha
procedido del Cristo encarnado en la Carne. Cuando el hombre, a
través del poder del Hijo, haya pasado por esto, entonces vendrá al
Padre.
Ahora se debe recrear el ascenso de las etapas a través de las cuales toda la humanidad alcanza gradualmente lo que se logró con la aparición de Cristo en la carne. En el espíritu que se desarrolló en el judaísmo, tuvo que ser encendido el Manas superior. Por lo tanto, la nueva era comienza con el descenso del Espíritu Santo que guiará a la humanidad hasta el punto en la sexta época en que el Principio de Cristo, que sólo se insinúa en el cristianismo de hoy, encuentra su cumplimiento. "Nadie viene al Padre sino por mí", dice el Hijo. Él envió el Espíritu a la humanidad para que estuviera preparada para el momento en la sexta época en que el Bien y el Mal se separarán. El hombre nunca habría desarrollado este impulso sin esa otra trama, que hemos llamado el llamado Principio del Mal. El hombre tuvo que recibir el libre albedrío para que su entendimiento pudiera ser llamado a jugar en la decisión entre el Bien y el Mal. Esta trama del descenso del Espíritu se consuma en Pentecostés.
El Espíritu, el Hijo y el Padre están como enterrados en la tierra: el Padre en el cuerpo físico, el Hijo en el cuerpo etérico y el Espíritu en el cuerpo astral. Sin embargo, el hombre ha desarrollado su ego y se ha hecho consciente de sí mismo. Ahora debe aprender a trabajar en lo físico. Eso será en el futuro. En la actualidad el hombre está trabajando en su cuerpo astral... El símbolo de esto es el descenso del Espíritu Santo en aquellos que se convertirán en los líderes de la humanidad. Es algo en el hombre que se asemeja a este Espíritu que lo ha asumido.
Antes de que el Hijo pudiera ser efectivo - lo cual fue en tiempos de los Hiperbóreos - una parte del Principio universal del Espíritu tuvo que romperse, ser derribado, y vagar por otros caminos. Esto se expresa en la Serpiente, el símbolo del conocimiento, el principio luciférico. Fue esta chispa del Espíritu la que hizo al hombre un ser libre y le permitió desear el Bien por su propio impulso. Este Espíritu que ha descendido al hombre a través de la gran festividad de Pentecostés se parece a aquel Espíritu que fue impulsado, que está encarnado de hecho en Prometeo, que ha soplado la chispa en una llama, para que nuestro ego pueda decidirse a seguir al Espíritu, tal como más tarde seguirá al Hijo y aún más tarde al Padre. El hombre fue ciertamente capaz de convertirse en malvado, pero por otro lado esta potencialidad para el mal fue el precio de ser guiado de vuelta al Mundo de los Dioses del que se originó. Esa es la conexión entre Pentecostés y el principio luciférico. Así, la festividad de Pentecostés es también la festividad de Prometeo y de la libertad.
Ahora entenderán la conexión entre los Hijos de Caín y los siete Reyes Salomónicos de tiempos pre-terrestres - de los cuales el Rey Salomón de la Biblia aparece como descendiente. La sabiduría fue transmitida por primera vez al hombre desde el exterior. Más tarde tuvo que surgir desde el interior. Salomón construyó el Templo pero sólo con la ayuda de Hiram-Abiff; en asociación con este Hijo de Caín se apropió de las artes necesarias para erigir el Templo. Así las corrientes [de cada uno] que fluyen separadas, vuelven a discurrir juntas, en el mundo.
Cuando el sol se separó de la tierra, el Verbo se enterró en la tierra. Cuando la tierra haya avanzado hasta la sexta Raza Raíz, será resucitado de nuevo. El hombre resucitará este Verbo de entre los muertos, de la tierra; pero primero debe reavivar en sí el espíritu que permita al Verbo tocar una cuerda en él. Esto fue logrado por los apóstoles en Pentecostés. En el libro “Luz en el sendero” (Nota 4) encontramos las palabras: "Adquiere el conocimiento y tendrás la palabra. El discurso viene con el verdadero conocimiento, que desciende como las lenguas de fuego sobre los apóstoles en el santo Pentecostés. Cuando la Palabra interior viene, que es similar a la santa Palabra divina, y que se hunde en todo lo etérico, para darle vida, entonces el hombre ya no hablará por sí mismo sino por el Espíritu divino. Él es entonces el mensajero de la Divinidad y proclama la Palabra interior de la Divinidad por su propia voluntad.
Así la Palabra interior se hizo viva en los apóstoles; así extendió su influencia hacia fuera de ellos. Proclamaron la Palabra ardiente y fueron conscientes de su papel como mensajeros de la Divinidad. Por lo tanto, el Espíritu Santo se cernió sobre ellos en forma de lenguas de fuego. Preparan a la humanidad para recibir al Logos. El gran iniciado, Cristo Jesús, se adelantó. El Espíritu Santo le siguió, fecundando los cuerpos astrales para que estuvieran maduros para hacer inmortales sus cuerpos etéricos. Una vez que esto haya sucedido, entonces el Principio Crístico será atraído a la humanidad. Esto es lo que los iniciados también tenían en mente cuando dijeron, algo así como lo hizo Heráclito: Si, al escapar de lo terrenal, (Nota 5) asciendes al éter libre, con fe en la inmortalidad, te conviertes en un espíritu inmortal, libre de la muerte y de lo físico.
Toda
persona llegará a ese punto en la mitad de la sexta Raza Raíz.
Ahora, sin embargo, el hombre todavía es vulnerable a la muerte, ya
que su cuerpo etérico todavía no ha alcanzado la inmortalidad. El
cristianismo contiene el secreto de cómo el hombre puede
desarrollarse gradualmente hacia la resurrección del cuerpo etérico.
Aquí es donde la tercera gran festividad está conectada con las
otras dos festividades cristianas.
Quería llegar a la
conclusión de que la fiesta de Pentecostés tiene una profundidad
infinita, y mostrar cómo el hombre desarrolla gradualmente una
conciencia viva del mundo que le rodea, y que está relacionado con
todas las cosas que le rodean, con todo lo que ocurre a su alrededor.
En los nombres de los días de la semana encontrarán expuesto lo que
ha sucedido a nuestro alrededor.
El hombre celebra mejor
Pentecostés dejando claro para sí mismo qué verdades profundas han
sido implantadas en esta festividad por los sabios. Y celebrar uns
festividad significa realmente unirse en espíritu con el Espíritu
Cósmico.
Conferencia 14, Berlín, 5 de junio de 1905
Fuente
del texto .
Informe abreviado de Walter Vegelahn y Berta
Reebstein-Lehmann, y también informe breve de Marie Steiner von
Sivers.
Debe tenerse en cuenta que las notas son en parte muy deficientes y no pueden considerarse como informes literales.
Hablé sobre algunas de las cosas que se mencionarán hoy, hace un año .
En su conferencia del 23 de mayo de 1904 (conferencia 1).Ustedes saben que nuestra evolución terrestre estuvo precedida cosmológicamente por la evolución de la luna .
En relación con las siguientes descripciones, ver los trabajos fundamentales de Rudolf Steiner: Cosmic Memory , Rudolf Steiner Publications, Nueva York, 1971, y Occult Science, An Outline , Rudolf Steiner Press, Londres, 1969.Los iniciados recorren el camino de antemano ...
[Brecha] Algunas oraciones grabadas muy inadecuadamente siguen esto en todos los textos. En el texto de Vegelahn es el siguiente: 'Entonces el cuerpo astral fue impregnado por Manas, Buddhi apareció en el cuerpo etérico y el Principio del Padre en el cuerpo físico. Este trabajo fue tan lejos que se pudo formar un cerebro, hasta el punto en que se aprendió a decir "yo". Ese fue el caso de los Ur-semitas.en 'Luz en el camino '.
- Light on the Path , de Mabel Collins (1851–1927), una escritora teosófica reconocida por Rudolf Steiner por una exégesis del trabajo en cuestión. (Impreso en su: Guidance in Esoteric Training , Rudolf Steiner Press, Londres, 1972).Si, al escapar de lo terrenal ,
Rudolf Steiner saca aquí su cita de Heráclito de un trabajo de filosofía de Vincent Knauer.
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