GA093a Berlín 3 de noviembre de 1905 fundamentos del esoterismo Enfermedades relacionadas con épocas y naciones particulares 29ª conferencia

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RUDOLF STEINER

Enfermedades relacionadas con épocas y naciones particulares

conf. 29

Berlín 3 de noviembre de 1905

Vamos a arrojar aún más luz sobre el oculto trabajo del karma y considerar las relaciones kármicas entre los pueblos y los individuos. Aquellos que toman fervientemente el principio de no mirar al mundo de manera materialista, sino que buscan explicaciones del espíritu comprenderán esto.

Hemos aprendido de la historia que las enfermedades que antes no existían aparecen en el curso de la evolución. Así que hoy, para comenzar, oiremos algo sobre el origen de tales enfermedades que están relacionadas con épocas y pueblos.

Vamos a entender esto desde fuera del espíritu. La explicación que el médico da es que esta o aquella enfermedad es causada por bacilos. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿de dónde provienen los bacilos? Son seres vivos tan encarnados como el hombre. De esos seres también que actúan como perturbadores de la vida humana debemos preguntarnos: ¿De dónde vienen? ¿Qué les ha llevado a su presente existencia material?

¿Qué eran antes de que se encarnaran?

Supongamos, por ejemplo, que alguna nación o raza está en su decadencia, se está precipitando hacia su caída. Opone una cierta resistencia. Esta resistencia a su caída es una expresión espiritual de algo que vive en el cuerpo astral de la nación en cuestión. Si tal decadencia sólo concerniese a lo que iba a llegar a su fin, entonces el sentimiento engendrado no tendría ningún efecto especial sobre otros en el mundo. Supongamos, sin embargo, que entra en conflicto con otra nación, hundiéndola en el miedo y la ansiedad y estableciéndose así una reacción en esta otra nación. Entonces tenemos una doble situación: la nación que sufre el declive, y lo que surge de la confluencia de la perturbación del pueblo que lucha contra su propio declive, y el miedo y la alarma de los demás. Esto es algo perdurable.

Tomemos un caso particular: los embates mongoles de la Edad Media, cuando los mongoles entraron en conflicto con los europeos, extendiendo entre ellos el miedo y la alarma. Tal temor y tal alarma están por tanto presentes en los pueblos en cuestión. Cuando uno mira a estas hordas atacantes, de las cuales los mongoles son los últimos, poniéndose en el estado de ánimo de todos estos pueblos medievales, se ve cómo la desesperación de las últimas ramas de la Cuarta Raza Raíz y el miedo y alarma engendrados en los europeos crearon formas espirituales. Si una embestida semejante debía ser afrontada con valentía y amor, entonces la sustancia putrefacta sería disuelta. Pero el miedo, el odio y la alarma conservan esas formas en descomposición y éstas proporcionan una fuente de alimento para seres como los bacilos. Más tarde encarnan en aquellas formas materiales aptas para tal encarnación. Así, las sustancias en descomposición se incrustaron en el temor y la alarma de los pueblos europeos como semillas de la decadencia. Estos son seres vivos diminutos. De esta manera surgió la enfermedad medieval, la lepra. Surgió de la sustancia en descomposición de los pueblos mongoles en declive.

¿Cuál es entonces el origen de esas perturbaciones de la naturaleza física humana? Provienen de causas espirituales anteriores, de la pecaminosidad. Este es el Karma tal como se manifiesta en las comunidades nacionales. De esto se puede presuponer cómo la vida moral de una nación condiciona la vida externa del futuro. Está en el poder de una nación el cuidar su futuro físico a través de una vida moral correspondiente en el presente.

Todas las escuelas esotéricas europeas dicen que todas las enfermedades bacterianas de los tiempos modernos tienen un origen similar. Las enfermedades causadas por los bacilos se remontan a su origen espiritual. Esta es una tradición esotérica entre los Rosacruces y en otras escuelas esotéricas donde se enseñan estas cosas. Existe una enseñanza fundamental en pequeños círculos de escuelas esotéricas, cuyo contenido es que en los años setenta se dieron batallas muy definidas en el mundo astral que hicieron que las cosas dieran un mejor giro, aunque ... [texto ilegible ... ]. Estos acontecimientos fueron llamados la batalla entre las huestes del arcángel conocido por el esoterismo cristiano como Michael y las huestes del dios Mammon. Mammón es, por una parte, el dios de los obstáculos, que pone cosas destructivas, obstaculizando el camino del progreso. Por otra parte se ve en este dios Mammón el creador de formas bastante definidas que trabajan perturbadoramente en la vida humana sólo en el ámbito de las enfermedades infecciosas. Ciertas enfermedades infecciosas, desconocidas en épocas anteriores, son provocadas por el dios Mammón.

Podemos hacernos una idea de hasta qué punto las escuelas esotéricas deben despertar un pensar progresista en las profundidades del ser humano cuando uno se da cuenta de que la fuente real de estas enfermedades modernas no es otra cosa que un retroceso, el sempiterno conservadurismo de las llamadas clases altas en abierta oposición a las clases bajas más pobres que se están esforzando por remontar. Ellos son obstaculizados, reprimidos por lo que trae el dios Mammon. Encontramos dos fuerzas que se enfrentan: el mundo romántico / ideal de las clases altas en declive, que quieren conservar las condiciones anticuadas, y el sentimiento de odio en las clases bajas, una vida astral proyectada contra los otros por las masas. En esta oposición el esoterismo vuelve a ver la sustancia en descomposición y en ella la causa de las enfermedades infecciosas modernas. Quienquiera que vea estas cosas, por supuesto, no las tomará como una razón para oponerse a la medicina moderna con sus remedios externos. Pero una mejora real nunca llegará a través de estos métodos externos.

Lo que más tarde ha de ocurrir, siempre se revela de antemano a través del conocimiento esotérico. Esto consiste en percibir correctamente cómo la moralidad de nuestros días puede conducir a una mejor salud en el futuro. Se puede juzgar de esto cuán profunda fue la percepción de aquellos que introdujeron el Movimiento Teosófico en el mundo. Surge del conocimiento de tales relaciones. Se preveía que la amenaza de la guerra de todos contra todos tomaría formas cada vez más amenazadoras. Las cosas que deben suceder se cumplen con una necesidad interior, así como los acontecimientos en el Oriente se desarrollan como un fuego allí donde hay material especialmente inflamable. Sería absurdo querer detener tales cosas. El Movimiento Teosófico buscó los medios adecuados y útiles para evitar la guerra de todos contra todos, mediante la difusión del axioma de la hermandad. Porque la fraternidad disuelve lo que fluye al mundo como medio de decadencia, como odio. En cuanto a las razas, nos encontramos en una trayectoria descendente. Si se creyese que esta caída pudiese ser retrasada y contenida mediante el odio, no resuelta por el amor, entonces naturalmente continuaría sucediendo lo peor. El Movimiento Teosófico superaría esta decadencia por amor. Sus fundadores saben que la Sociedad Teosófica no es sólo un remedio, sino la fuente del desarrollo de la humanidad en su caminar al futuro.

Así se ve cómo lo físico es un resultado de algo que le ha precedido espiritualmente y cómo en circunstancias particulares la gente tiene el poder, a través del conocimiento de ciertas relaciones, de conectar lo físico con su origen espiritual. Por ejemplo, si uno sabe cómo una enfermedad particular está conectada con determinados sentimientos y emociones, sabe que al evocar estos sentimientos también puede atraer a la enfermedad. El mago negro puede hacer uso de este conocimiento para destruir a la gente. Por lo tanto, las verdades ocultas profundas no pueden ser enseñadas a todos sin la debida consideración, porque inmediatamente produciría una marcada demarcación entre el bien y el mal. Este es el peligro inherente a la difusión de las enseñanzas ocultas, pues nadie puede enseñar a hacer bien a las personas, sin al mismo tiempo aprender a enfermar. Cuando las enseñanzas ocultas han penetrado más en ciertos pueblos, tales cosas han sucedido. Hay regiones en el este donde se puede oír informes verdaderos de que hay sectas que hacen suya la tarea de producir enfermedades definidas. Así penetramos cada vez más en la comprensión de las formas en que la materia surge de lo espiritual. Ahora intentaremos examinar períodos de tiempo algo más largos. Sabemos que hoy existe una hermosa interacción complementaria entre todo lo que existe como vida animal y el mundo vegetal. La planta hace uso del carbono para sí misma y eshala oxígeno, creando así la fuente de vida para todas las criaturas en su entorno que necesitan respirar. Esta fuente surge del mundo vegetal. Todo lo que respira hoy está ahí a través de la acción de este misterioso taller del mundo vegetal. A partir de eso podemos formarnos un concepto de cómo los Mundos pasan, cómo el Mundo que precedió a nuestra Tierra desapareció. En la Antigua Luna la respiración no existía como lo hacen ahora seres humanos y animales. Un proceso muy diferente del proceso de respiración tenia lugar en la Antigua Luna. Podemos formarnos una imagen del proceso anterior cuando observamos algo que permanece de aquel tiempo: el calor variable de los animales que desarrollan la misma temperatura que su entorno. En la Luna se respiraba calor o fuego. La inhalación y exhalación de fuego o calor correspondía en ese tiempo, al inhalar y exhalar del aire del presente actual. A mediados de la edad Lemúrica el proceso respiratorio comenzó a tomar la forma que tiene hoy.

El proceso espiritual de la inserción de la Mónada en el hombre inferior encuentra su reflejo material en la respiración. La respiración significa la inhalación de la Mónada. En Hatha Yoga, por lo tanto, el alumno pasa por un proceso de respiración. Regula rítmicamente lo que el hombre tiene hoy como un proceso natural para poder respirar bajo su control. Así como antes de que el hombre avanzara hacia este proceso de respiración, inhaló y exhaló calor, transformando esto en la circulación de la sangre caliente, de igual modo que el discípulo de Hatha Yoga busca formar el proceso de respiración en algo interno, para llevarlo interiormente bajo su control . Las reglas del Hatha Yoga significan la transformación de la respiración en un proceso que no va desde dentro hacia fuera, sino que se regula internamente, al igual que hoy la circulación de la sangre también está regulada internamente. En el caso de animales con temperatura variable el proceso de circulación sanguínea tiene la misma relación con la de los seres humanos que el proceso de respiración del alumno de Hatha Yoga. Detrás de todas estas cosas se encuentran profundos pensamientos sobre la evolución, que deberían ser el fundamento de los procesos reales.

Lo que hoy generalmente no se entiende es que en el aire hay algo espiritual. Cuando todavía había una conciencia de esto, el espíritu se llamaba: Aire, Viento = Pneuma. Pneuma significa una corriente de aire y también el alma-espiritual. Esta terminología se deriva de tiempos en los que todavía se tenía una conciencia de las verdaderas conexiones. Tomemos ahora el hecho de que en el predecesor de nuestra Tierra (la Antigua Luna) ciertos seres habían evolucionado más allá de la etapa de la evolución humana de ese tiempo. Estos eran los seres lucifericos. Cuando se considera a estos seres se debe decir: No vivieron en un ambiente como el que tiene la Tierra hoy. Ellos no podían respirar aire, por tanto no podían tomar el espíritu, porque la toma del espíritu corresponde a la respiración del aire. Fueron obligados a llevar a cabo dentro del principio-calor, lo que hoy se lleva a cabo en el aire. Distinguimos en la Tierra siete condiciones de lo físico: En primer lugar, Éter de vida, Segundo éter químico, Tercero Éter de luz (o lumínico), Cuarto éter, Quinto aire, Sexto agua, Séptimo sólido. Así, los Seres Lucifericos tuvieron que llevar a cabo en el calor lo que el hombre lleva a cabo hoy en el aire. Ahora pueden comprender que debido a eso, estos Seres que dieron al hombre su conciencia separada, su independencia, están en cierto sentido conectados con el fuego. Por esta razón, cuando hacen su aparición, están conectados con un cierto deseo de todo lo que se manifiesta en el hombre como calor, como fuego. El anhelo se une al calor individual del hombre. Así que los donantes del conocimiento y la libertad están vinculados con algo que busca encarnarse en el elemento cálido en el hombre de manera similar a cómo esto sucedió en la Antigua Luna. Esta es la conexión entre el conocimiento y el nacimiento, la muerte, la enfermedad y demas en el mundo. Con el conocimiento, vino al mundo el nacimiento, la muerte y la enfermedad. Éste fue el precio que el hombre pagó por el conocimiento. Vemos, pues, también la conexión entre ciertos fenómenos de calor y la enfermedad, a saber, la fiebre. Este es el origen de la fiebre. Las tradiciones de esto permanecían en el siglo XIX.

En las condiciones planetarias de los primeros tiempos, los precursores de nuestra Tierra, los seres humanos, animales, plantas y minerales no tenían nada que ver todavía a como lo son hoy. En aquella época existían seres que aún no habían descendido tan profundamente como los animales actuales, ni tampoco eran tan elevados como el hombre actual. En ese momento las plantas no exhalaban oxígeno. El oxígeno, este aliento de vida, todavía no existía. Sólo con la llegada de nuestro reino vegetal el nitrógeno se mezcló con el oxígeno. La Luna estaba rodeada por una atmósfera de nitrógeno. En la segunda mitad de este Planeta anterior los seres ciertamente ya se esforzaban hacia las formas que podían respirar, que estaban dotadas de pulmones y todo eso; Pero sólo en nuestro actual Ciclo de la Tierra evolucionó el reino vegetal tal como es ahora. Los seres animales desarrollaron entonces los órganos de la respiración. Empujando al reino vegetal un escalón más bajo, para que proporcionara oxígeno para la respiración.

Estos procesos en el predecesor de nuestra Tierra tuvieron que ser seguidos por una condición en la que la vida ya no era posible en la misma forma. La forma se había convertido en algo más y necesitaba un nuevo Planeta. El Planeta precedente tenía que llegar a su fin; Todo ser viviente sofocado. Así, los Planetas con su vida perecen, y a partir de lo que ha sido preparado evoluciona una nueva vida en el cuerpo del Planeta Madre.

Así es como debe entenderse el perecer y el resurgir de la evolución planetaria.

Así como el hombre previamente tuvo dentro de sí mismo los otros reinos, así hoy todavía tiene el mal en su Karma dentro de él. Ahora está trabajando fuera de sí mismo. En el futuro el bien y el mal estarán allí en formas externas, una raza del bien y un reino del mal lado a lado. En ese tiempo futuro, el semblante humano aparecerá en forma transfigurada del mal, de la animalidad a partir de la separación que le empuja hacia abajo. Pensemos en el rostro humano transfigurado que hoy dormita como un enigma en la sustancia animal, separado de la maldad animal y representado simbólicamente. Puede representarse a sí mismos de una manera no mejor que en la gran intuición de la Esfinge egipcia. Esto no sólo hace referencia al pasado, sino que también apunta hacia el futuro. No fue porque si, que los antiguos egipcios colocaran la Esfinge frente al Templo de la Iniciación. La iniciación es la implantación del secreto del futuro en las almas humanas. A la entrada del Templo fue a través de la Esfinge que ya se había creado el medio para la iniciación.

Lo que exteriormente es el cuerpo del oxígeno es interiormente la Mónada. Tan pronto como el oxígeno apareció en la Tierra, la Mónada tuvo la posibilidad de encarnar. Es un intento de poseer la Mónada cuando el discípulo respira mucho oxígeno y se esfuerza por retenerla. El oxígeno no es sólo algo externamente material. Uno debe examinar el oxígeno a la luz de su espíritu. Así exteriormente tenemos oxígeno y hacia adentro la Mónada. El oxígeno, por tanto, en la Edad Lemúrica formó el cuerpo de los hijos descendientes de Manas.


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