GA093a Berlín 9 de octubre de 1905 fundamentos del esoterismo La octava esfera 14ª conferencia

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RUDOLF STEINER

La octava esfera

conf. 14
Berlín 9 de octubre de 1905

Vamos a hablar hoy de la estancia del hombre en el Devachán entre dos encarnaciones. 

Una y otra vez debemos dejar claro, que esta estancia en el Devachán no está en ningún lugar, sino donde nosotros mismos estamos en la vida física. Puesto que el Devachán, el astral y el mundo físico no son más que tres mundos que se interpenetran. Podemos formarnos una idea más correcta del devachán si pensamos en un mundo de fuerzas eléctricas antes de que la electricidad hubiera sido descubierta. Hubo un tiempo en que todo esto estaba contenido en el mundo físico, sólo en aquel entonces se trataba de un mundo oculto. Todo lo que está oculto en algún momento tiene que ser descubierto. La diferencia entre la vida en el Devachán y en el mundo físico es que el hombre en su época actual está dotado de órganos que le permitan percibir el mundo físico, pero no tiene los órganos que le permiten contemplar los fenómenos del Devachán. Imaginémonos en el alma de alguien que vive entre dos encarnaciones. Él ha entregado su cuerpo físico a las fuerzas de la tierra y renunciado a su cuerpo etérico a las fuerzas de la vida. Ademas ha devuelto esa parte de su cuerpo astral sobre la que él mismo no ha trabajado. Seguidamente, se encuentra en el Devachán. Ya no tiene como posesiones personales lo que los dioses habían trabajado en sus cuerpos etérico y astral; Estos han sido desechados. Ahora sólo posee lo que él mismo ha logrado durante el trascurso de sus muchas vidas. En el Devachán esto sigue siendo suyo. Todo lo que el hombre ha hecho en el mundo físico sirve al propósito de hacerle más y más consciente en el Devachán.

Fijémonos en la relación de una persona con otra. Se puede decir que esto es simplemente algo natural, por ejemplo, la relación entre hermanos y hermanas que han crecido juntos y en circunstancias naturales. Sin embargo, es natural sólo parcialmente, porque los factores morales e intelectuales están actuando continuamente. A través de su Karma, el hombre nace en una familia particular; pero no todo está condicionado por el Karma. La relación natural, en la que no se entremezcla nada más, la tenemos en el caso de los animales. En el caso de los seres humanos siempre hay ademas una relación moral, a través del Karma. La relación entre dos personas no obstante, también puede existir sin estar condicionado por la naturaleza. Por ejemplo puede surgir un lazo de amistad íntima entre dos personas, a pesar de los obstáculos exteriores. Como caso extremo Supongamos que en un principio sentían mutuamente un poco de antipatía y que encontraron la manera entre sí, sobre una base puramente intelectual y moral, de alma a alma. Comparemos esto con la relación natural entre los miembros de una familia. Con la relación de alma a alma tenemos un medio poderoso para el desarrollo de los órganos devacánicos. De ninguna otra manera pueden desarrollarse más fácilmente los órganos devacánicos en la actualidad, que por este tipo de relaciones. Tal relación es inconscientemente de índole devachánica.

Lo que una persona desarrolla en su vida presente en forma de facultades del alma a través de la amistad de naturaleza puramente anímica, en el Devachán es sabiduría, la posibilidad de experimentar lo espiritual en acción. En la medida en que alguien entra vivamente en este tipo de relaciones, está bien preparado para el Devachán. Si no es capaz de formar tales relaciones no está preparado; porque igual como a un ciego se le escapa el color, también se escapa la experiencia del alma. En la medida en que el hombre fomenta relaciones puramente anímicas, se desarrollan en él órganos de visión para el Devachán. Para que la sentencia sea válida: El que vive y se mueve aquí en la vida del espíritu, allí percibirá tanto mas de lo espiritual como él haya obtenido aquí a través de su actividad. De ahí la importancia inconmensurable de la vida en el plano físico. En la evolución humana no existe otro medio de despertar los órganos del Devacán aparte de la actividad espiritual en el plano físico. Todo esto es creativo y vuelve a nosotros como órganos de los sentidos devacánicos para el mundo devacánico. Como preparación no hay nada mejor que tener una relación puramente anímica con otros seres humanos, una relación cuyo origen no esté de ninguna manera sobre la base de las conexiones naturales.

Esta es la razón por la cual la gente debe reunirse en grupos, con el fin de unirse sobre una base puramente espiritual. Es la voluntad de los Maestros derramar la vida de esta manera en la corriente de la humanidad. Lo que tiene lugar con la actitud correcta de la mente significa para todos los miembros del grupo la apertura de un ojo espiritual en el Devachán. A continuación, allí verá todo lo que está en el mismo nivel con lo que uno se había unido a aquí. Si en el plano físico uno se ha unido a un esfuerzo espiritual, esto en realidad está entre aquellas cosas que perduran su existencia después de la muerte. Tales cosas pertenecen tanto a los muertos como a los que le han sobrevivido. El que ha pasado por alto, permanece en la misma relación con quien todavía está en la tierra y es de hecho aún más intensamente consciente de esta relación espiritual.

De esta manera uno se educa a sí mismo para el Devachán. Las almas de los muertos permanecen en conexión con aquellos por quienes fueron estimados. Las relaciones anteriores devienen en causas que tienen sus efectos en el Devachán. He ahí, por qué el mundo devacánico es llamado, el mundo de los efectos y el mundo físico el mundo de las causas. De ninguna otra manera puede el hombre desarrollar sus órganos superiores, sino mediante la implantación de las semillas de estos órganos en el plano físico. Con este propósito el hombre es transferido a la existencia terrena. Lo que significa la muy citada frase, 'Superar una existencia separada', se clarifica así, para nosotros. Antes de que descendiésemos a la existencia física vivíamos con el contenido de nuestro cuerpo astral que era originado por los Devas. En épocas remotas la simpatía y la antipatía en el ser humano fueron estimuladas por los Devas; el propio ser humano no era responsable. A continuación, en la siguiente etapa, el hombre se dijo: Ahora he entrado en el mundo físico como un ser que debe encontrar su propio camino. Anteriormente yo no era capaz de decir la palabra 'yo', ahora por primera vez, me he convertido en una entidad separada. Previamente yo era de hecho una entidad separada, pero a la vez miembro de un ser devacánico. En el plano físico Soy una entidad separada por mí mismo, un yo, porque YO estoy encerrado en un cuerpo físico.

Los órganos superiores fluyen uno en el otro: por ejemplo el Atma es en verdad una unicidad de toda la humanidad, como una atmósfera compartida en común. Sin embargo el Atma del ser humano individual se ha de entender como si cada uno cortase, separase una pieza para sí mismo fuera del Karma común, de modo que, por así decirlo, se hacen incisiones en el. Sin embargo, la separación debe ser superada. Esto es lo que hacemos cuando nos formamos apegos humanos de naturaleza puramente anímica. Al hacerlo así acabamos con la separación y reconocemos la unicidad del Atma en todo.

Al establecer este tipo de relaciones humanas se despierta la simpatía dentro de mí. Entonces emprendo la tarea de ajustarme a mí mismo desinteresadamente en el plan mundial. A través de este proceso, lo Divino es despertado en el hombre. He ahí por que miramos hacia el mundo.

Hoy en día estamos rodeados por la realidad física, por el sol, la luna y las estrellas. Lo que el hombre tenía a su alrededor en la existencia de la Antigua Luna, es lo que tiene hoy en su interior. Las fuerzas de la Luna ahora viven en su interior. el hombre no habría existido en la Antigua Luna si no hubiera poseído estas fuerzas. Esta es la razón por la que la enseñanza oculta egipcia en los centros esotéricos llamaban a la Luna Isis, la diosa de la fertilidad. Isis es el alma de la Luna, la precursora de la Tierra. En aquel entonces, todas las fuerzas que vivían en el medio ambiente ahora viven en las plantas y los animales para fines de reproducción. Como ahora el fuego, el éter químico, el magnetismo y así sucesivamente nos rodean y rodean la Tierra, de igual modo, la luna estaba rodeada por las fuerzas que han permitido al hombre, a los animales y a los vegetales, propagarse. Las fuerzas que en la actualidad envuelven la Tierra, en un futuro jugaran un papel individualizado en el hombre. Lo que ahora constituye la relación entre el hombre y la mujer, era actividad física externa en la Antigua Luna, como son las erupciones volcánicas hoy en día. Estas fuerzas rodeaban al hombre durante la existencia de la luna y mediante ellas, trazaban sus sentidos lunares, con el fin de desarrollarlos ahora. Lo que el hombre desarrolló en la Antigua Luna a través de la involución surgió en la Tierra como evolución. Lo que el hombre desarrolló después de la época Lemúrica como fuerzas sexuales, es debido a Isis, el alma de la luna, que ahora vive además en el hombre. Aquí tenemos la relación entre el ser humano y la luna actual. La luna ha dejado su alma con el hombre y por lo tanto se ha convertido en un mero escorial.

Mientras estamos obteniendo experiencias en la Tierra, estamos reuniendo las fuerzas que durante la próxima Evolución Planetaria se convertirán en nuestro propio ser. Nuestras experiencias actuales en el Devacán son las etapas preparatorias para épocas futuras. Así como el hombre mira hoy a la luna y dice: 'Tú nos has dado las fuerzas de la reproducción', así en el futuro mirará hacia la luna que ha surgido de nuestra tierra física presente y como un cuerpo de escoria sin alma circulará alrededor del futuro Júpiter. En el Futuro Júpiter el hombre desarrollará nuevas fuerzas que hoy en la Tierra acoge en sí mismo como luz y calor y todas las demás percepciones sensoriales físicas. Más tarde, irradiará todo lo que haya percibido previamente a través de los sentidos. Cualquier cosa que haya acogido en su alma será entonces realidad. Así pues, la concepción teosófica no nos lleva a subestimar el mundo en el plano físico, sino a comprender que las experiencias que necesitamos tener, debemos de sacarlas del plano físico, experiencias que luego irradiarán hacia el exterior. El calor de la tierra, los rayos del sol, que ahora fluyen hacia nosotros, saldrán más tarde de nosotros. Como en la actualidad las fuerzas sexuales emanan de nosotros, así será con estas nuevas fuerzas.

Ahora nos tiene que quedar claro, la significación de las condiciones sucesivas del Devacán. Al principio el Devacán es sólo por un corto periodo. Pero cada vez más y más órganos espirituales se están formando en el Cuerpo Mental, hasta que por fin, cuando su comprensión haya abarcado toda la sabiduría de la Tierra, el hombre habrá formado por completo los órganos del cuerpo devacánico.

Esto sucederá para toda la humanidad cuando todas las Rondas Planetarias se hayan completado. Entonces todo se habrá convertido en sabiduría humana. El calor y la luz se habrán convertido en sabiduría. Entre la Tierra Manvantara y la siguiente Evolución Planetaria, el hombre vive en el Pralaya. Externamente no hay nada, pero todas las fuerzas que el hombre ha extraído de la Tierra están dentro de él. Durante dicho Período de Vida, lo exterior se vuelve interior. Todo está entonces presente como semilla y su vida es llevada al siguiente Manvantara. En términos generales, esta es una condición similar a aquella en la que, en el momento de la introspección, olvidamos todo lo que nos rodea y sólo recordamos nuestras experiencias para preservarlas en la memoria y luego utilizarlas. Así mismo, en el Pralaya, la humanidad en su conjunto recuerda todas las experiencias para volverlas a usar.

Siempre hay tales condiciones intermedias que, por decirlo así, consisten en recuerdos, y por lo tanto el estado devacánico también es un estado intermedio. El iniciado ya ve ante él los hechos que el hombre sólo gradualmente tiene alrededor suyo en el Devacán. Es una condición intermedia. Todas las condiciones similares son de naturaleza intermedia. El iniciado describe el mundo tal como está en el otro lado, en el Devacán, en el estado intermedio. Cuando supera el Devacán y alcanza una condición aún más alta, describe de nuevo un estado intermedio.

La primera etapa de la iniciación consiste en que el alumno aprenda a penetrar a través del velo del mundo exterior y a mirar al mundo desde el otro lado. El iniciado está desamparado aquí en la tierra. Debe construirse un hogar en el otro lado. Cuando los discípulos estaban con Jesús "en la montaña", fueron llevados al mundo devacánico, más allá del espacio y el tiempo; Donde se construyeron un "tabernáculo" - un hogar. Esta es la primera etapa de la iniciación.En la segunda etapa de la iniciación ocurre algo similar, pero en un nivel más elevado. En esta etapa el iniciado tiene un estado de conciencia correspondiente al período intermedio entre dos condiciones de forma (Globos), un estado de Pralaya que se origina cuando se logra todo lo que se puede lograr en la condición física de forma y la Tierra se metamorfosea en una condición astral de forma (Globo).La tercera etapa de conciencia iniciática es la que corresponde al estado intermedio entre dos Rondas, desde el antiguo Globo Arupa de la Ronda anterior hasta el nuevo Globo Arupa de la Ronda siguiente. El iniciado está en el Pralaya entre dos Rondas cuando se eleva a la tercera etapa. Él es entonces un iniciado del Tercer Grado. Así que ahora podemos entender por qué Jesús tuvo que llegar a la tercera etapa antes de poder poner su cuerpo al servicio de Cristo. Cristo está por encima de todos los espíritus que viven en las Rondas. Solo aquel iniciado que se había elevado por encima de las Rondas pudo poner su cuerpo al servicio de Cristo.

La conciencia del yo humano debía ser purificada y sanada a través del cristianismo. Cristo tuvo que elevar y purificar el yo egocéntrico, para que cuando hubiera alcanzado la autoconciencia pudiera morir desinteresadamente. Esto sólo podía hacerse en un cuerpo que se hubiese convertido en uno con Cristo. Así, sólo un iniciado del tercer grado podría sacrificar su cuerpo por el Cristo.

En nuestro tiempo es extraordinariamente difícil alcanzar una conciencia completa de estas condiciones tan elevadas. El profundamente sabio Subba Row tuvo su propio conocimiento; El describe tres etapas similares de discipulado.

Vemos la luna como el residuo sin vida de nosotros mismos y tenemos en nosotros mismos, las fuerzas que alguna vez dieron vida a la luna. Ésa es también la razón de la predisposición sentimental especial en todos los poetas que cantan las alabanzas de la luna. Todos los sentimientos poéticos son débiles ecos de corrientes ocultas vivas profundamente ocultas en el hombre.

Sin embargo, un ser puede enmarañarse en lo que realmente debería desecharse como escoria. Algo debe desecharse de la Tierra que está destinado a ser más tarde lo que hoy es la luna. Esto debe ser superado por el hombre. Pero algunos pueden tener una atracción por tales cosas y por lo tanto, unirse con ellas. Una persona que está profundamente ligada a lo que es puramente sensorial, a los bajos instintos, se siente atraído cada vez más fuertemente con lo que debería convertirse en escoria. Esto sucederá cuando se cumpla el número 666, el número de la Bestia. Entonces llegará el momento en que la Tierra deberá alejarse de la evolución planetaria. Sin embargo, si el ser humano se ha ligado demasiado estrechamente con las fuerzas de los sentidos, que ahora deberían separarse, si está ligado con ellos y no ha encontrado la manera de unirse a lo que ha de traspasarse al siguiente Globo, Partirá con la escoria y se convertirá en un habitante de este cuerpo de escoria, de la misma manera que otros seres son ahora habitantes de la luna actual.

Aquí tenemos lo que se conoce con el concepto de la Octava Esfera. La humanidad debe pasar por Siete Esferas. Las Siete Evoluciones Planetarias corresponden a los siete cuerpos del ser humano una vez completada su evolución.

El Antiguo Saturno corresponde al cuerpo físico

El Antiguo Sol corresponde al cuerpo etérico

La Antigua Luna corresponde al cuerpo astral

La Tierra corresponde al Yo

El Futuro Júpiter corresponde al Manas

El futuro Venus corresponde al Buddhi

 

  El futuro Vulcano corresponde al Atma

Al lado de éstas hay una Octava Esfera a la que va todo lo que no puede tener ninguna conexión con esta evolución constante. Esto ya toma forma como predisposición en el estado devacánico. Cuando un ser humano usa la vida en la tierra sólo para amasar lo que únicamente es de utilidad para él, sólo por experimentar una intensificación de su propio yo egoísta, esto le lleva, en el Devacán, a la condición de Avitchi. Una persona que no puede escapar de su propia separación entra en Avitchi. Todos estos hombres Avitchi llegarán a ser habitantes de la Octava Esfera. Los otros seres humanos serán habitantes de la cadena continua de la evolución. Es a partir de este concepto, que las religiones han formulado la doctrina del infierno.

Cuando el hombre regresa del Devacán, las fuerzas astrales, etéreas y físicas se organizan a su alrededor según doce fuerzas de karma que en el esoterismo indio se llaman Nidanas:

avidja = No conocimiento

sanskara = Las tendencias organizativas

vijnana *= conciencia

nama-rupa = Nombres y forma

shadayadana = Lo que el intelecto hace de las cosas

sparsha = Contacto con la existencia

vedana = sensación

trishna = Sed de existencia

upadana = Una sensación de confort en la existencia

bhava = nacimiento

jati * = El impulso hacia el nacimiento

jaramarana * = Lo que libera de la existencia terrenal

En la próxima conferencia estudiaremos estos aspectos importantes del karma con más detalle


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