GA093a Berlín 31 de octubre de 1905 fundamentos del esoterismo Los sentidos en relación con los diferentes éteres 28ª conferencia

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RUDOLF STEINER

Los sentidos en relación con los diferentes éteres

conf. 28

Berlín 31 de octubre de 1905

Les daremos otro ejemplo especial de cómo uno puede sumergirse en la profundidad de los documentos religiosos y obtener una comprensión cada vez mayor de lo que contienen.

Si estudiamos nuestros órganos sensoriales como suelen estudiarse, vemos que tenemos la posibilidad a través del sentido del olfato de percibir la materia misma. A menos que se desprendiera esta fina sustancia, el hombre sería incapaz de oler. Lo que aquí tiene lugar es una conexión con la materia misma. El órgano del gusto no está conectado con la materia misma, sino que actúa mediante un proceso de disolución y percepción de su efecto. Así podemos llamar al gusto un sentido químico, porque penetra en la constitución de la materia. El tercer sentido, el de la vista, no tiene nada que ver con la materia, pues sólo percibe las imágenes producidas por la materia. La cuarta, el sentido del tacto, tiene menos que ver con la materia como tal, pues sólo percibe los atributos del entorno en relación con los objetos, tales como el calor y el frío; Este es un estado de materia que ya no depende de la materia misma, sino de las condiciones que la rodean. La audición no depende en modo alguno del aire, porque sólo percibimos las oscilaciones, las vibraciones del aire, algo que está en una relación bastante distante con lo material. La materia, el aire, es sólo el vehículo para las ondas sonoras.

La percepción más baja de la materia es el olor, luego viene el gusto, luego la vista, luego el tacto y la audición. Ahora podemos preguntar: ¿Qué son el calor y el frío? Algo que está contenido en el éter calórico. Así el sentido del tacto percibe el éter calórico, la vista percibe el éter lumínico, el gusto percibe el éter químico, el olor percibe el éter de vida, el oído percibe el aire. Un sexto y un séptimo sentido que sólo se desarrollarán en el futuro, percibirían el agua y la tierra.

Por lo tanto, tenemos en nuestros sentidos una secuencia de etapas en relación con lo que llamamos materia. Primero seguiremos el desarrollo de nuestros tres sentidos inferiores.

El sentido de la vista percibe a través del éter luminoso los objetos que nos rodean. Sin embargo, hubo un tiempo en que todo estaba oscuro. Volvamos al momento del tiempo en que la visión llegó a existir y el mundo exterior como tal nos fue perceptible.

Anteriormente el ojo aún no estaba abierto al mundo exterior. Debemos imaginar la misma fuerza que el ojo recibe desde el exterior en el éter luminoso, que sale hacia afuera desde dentro, fluyendo a través del ojo en dirección opuesta. Si este fuera el caso, el ser iluminaría a los demás a su alrededor. Esto fue así en cierto momento cuando los seres humanos poseían ojos como el Cíclope. La iluminación se produjo mediante la afluencia de luz; Esta luz fluyó de dentro hacia fuera. Entonces el hombre iluminaba, como muchas criaturas del mar todavía lo hacen hoy, los objetos alrededor de él y su propio cuerpo. En ese tiempo no tenía conciencia propia, sino que era un simple instrumento para el ser divino correspondiente, con el que poder iluminar el mundo para él. El ser divino no tenía medios para ver los objetos circundantes aparte de los ojos humanos.

Cuando todavía el hombre no tenía ningún intelecto era posible que la luz activa de la Deidad pasara a través de él e iluminara objetos. El ser humano fue el mediador de la Deidad. Este último deseaba por medio de la luz hacer visibles los objetos sólidos. Debido a que la luz pasó a través de él, el hombre mismo se formó. Antes de que la luz hubiera pasado por el ser humano, la Divinidad no tenía necesidad de luz, porque los objetos no eran todavía sólidos, sino fluidos, de modo que no se podía hacer uso de la luz. Esa es la condición descrita en la Biblia: "Y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se asomaba en la faz de las aguas". En aquel tiempo el mundo era simplemente agua, incluso el oro y la plata, y los metales corrían, eran fluidos. Cuando en el agua, como bloques de hielo, surgen objetos sólidos, el hombre cambió su forma y aparecieron sus miembros y la luz se hizo necesaria. Dios dijo: 'Sea la luz y la luz se hizo'. Entonces fue cuando también el hombre recibió su forma por primera vez. Ese es el momento en que se introdujo el Éter de Luz y se separó el elemento sólido. Dios dijo: "Que aparezca la tierra seca." Antes todo era de naturaleza acuosa. De la misma manera que el Éter de Luz fue incorporado en el elemento sólido, también fue incorporado el Éter Químico en el agua. Las relaciones químicas se trabajaron en el hombre cuando todavía estaba fluido. Las relaciones químicas según las cuales hoy se combinan las diferentes sustancias, se imprimieron en el individuo. Entonces volvemos a una condición en que el hombre y también toda la Tierra seguían siendo aeriformes; La vida o el éter atomístico fluían hacia él. El éter de vida fue entonces introducido en el mundo a través del hombre. Volvamos una vez más a la condición que existía cuando Dios dijo: "Sea la Luz." La Tierra comenzó a densificarse. La luz brillaba sobre ella. Este fue también el momento en que el hombre comenzó a densificarse. Sin embargo, las fuerzas anteriores debían ser retenidas. Ahora hemos llegado a la condición en la que el hombre dejaba pasar la luz a través de sí mismo. Luego se produjo una inversión total. El hombre comenzó a percibir la luz como algo exterior.

Originalmente a través de él había sido introducido en este mundo:

1.El éter atomístico o de la vida.

2.El éter químico.

3.El éter luminoso. En orden inverso:

3.Percepción del éter de vida.

2.Percepción del éter químico.

1.Percepción del éter luminoso.

Ahora el hombre recibe de vuelta la luz del mundo. (Inversión de la espiral.) Antes era una fuente de luz, ahora la luz fluía en su interior. Se había encerrado en sí mismo; Adquirió de este modo la conciencia. La luz brilló en su interior; El hombre comenzó a dejar que el mundo circundante se reflejara en él. La siguiente etapa es en la que aprendió a reconocer los objetos con respecto a su constitución química. Desarrolló simpatía o antipatía por las sustancias, una relación con el mundo del exterior. Finalmente, también adquirió una percepción interior del éter atomístico o de vida.

A través de la introducción de la luz en el mundo el hombre adquirió su forma sólida. A través de la introducción del éter químico adquirió una relación con el mundo. A través de la introducción del éter atomístico adquirió vida. Así a través de los ojos adquirió forma; A través del sentido del gusto, la relación con el mundo; A través del sentido del olfato, la nariz, la vida. Jahvé insufló en su nariz el aliento de vida.

Cuando nos acercamos a los escritos religiosos con tales ideas, encontramos que las verdades más profundas están colocadas en ellos. Veremos si originalmente estas verdades fueron colocadas en los escritos religiosos tal como las tenemos ahora. Tomemos, por ejemplo, el constructor del Túnel del Gotardo y luego un hombre que lo describe. El constructor, que en realidad construyó el Túnel del Gotardo, no necesitaba tal vez poseer un grado tan alto de ciencia de la ingeniería en su yo consciente, pero en realidad llevó un pensamiento a la realidad. Tal es la relación entre los sabios de la antigüedad y los de hoy. En aquel tiempo poseían una sabiduría creativa. Ahora tenemos una sabiduría basada en la observación. La sabiduría creativa es esa sabiduría que una vez hizo al hombre, construyendo una tras otra las partes que hoy el anatomista extrae y describe. La sabiduría creativa es exactamente la misma que la sabiduría que se puede descubrir hoy; Ha sido colocada en el mundo. En la sabiduría primitiva el hombre estaba implicado por el plan del mundo. Ahora se puede entender por qué el místico tiene que encerrarse en sí mismo. El verdadero místico debe ser un investigador del interior. Intenta buscar aquellos estadios de evolución a través de los cuales ha sido creado. Si fuéramos capaces de apagar completamente toda luz de los ojos y luego crear luz dentro de nosotros, hasta que el mundo apareciera iluminado desde dentro hacia fuera, entonces deberíamos ser capaces de sumergirnos interiormente en la sabiduría creativa y penetrar en todo con visión interior . Esto tiene un valor práctico, porque uno puede recordar cómo en realidad el hombre ha sido construido gracias ha que a superado los reinos mineral, vegetal y animal: todo esto también está dentro de él. Lo que está fuera en el mundo son los restos de lo que el hombre mismo fue en otro tiempo.

El corazón humano, tal como nació, era similar a lo que había acontecido fuera. En el momento en que uno se sumerge en el corazón, se crea para sí el entorno tal como era cuando en la Edad Lemúrica el corazón entró en existencia. Si uno se concentra en la actividad del corazón, se puede evocar todo el entorno de la Edad Lemúrica cuando se formó el corazón. El paisaje Lemúrico se eleva dentro de nosotros. Quien se concentra en el corazón ve la génesis de la especie humana.

Mediante la concentración en el interior del cerebro, que se desarrolló gradualmente durante la Era Atlante, se ve el paisaje atlante. Si uno se concentra en el plexo solar es llevado hasta la edad Hiperbórea. De este modo uno recorre en retrospectiva a los mundos tal como una vez fueron. Esto no es una reflexión en sí mismo, sino una percepción real de los diversos órganos en su interrelación con el mundo. Esta es la manera en que Paracelso encontró sus remedios y logró sus curaciones. Él sabía que la digitalis purpurea surgió al mismo tiempo que el corazón humano. Mediante la concentración en un órgano particular, se revelan los remedios correspondientes. Por consiguiente, los miembros del macrocosmos y la naturaleza microcósmica del hombre están en relación mutua.

Ahora es fácil de entender lo siguiente. El ser humano recibe la cálida sangre roja como también lo hacen los animales superiores. Es decir, a partir de entonces el hombre puede separarse de su entorno, haciéndose independiente, encerrado por completo en sí mismo. Esto no es así con los peces. Los peces tienen internamente la misma temperatura que su entorno. Con la cálida sangre roja se hizo posible que el hombre desarrollara calor dentro de sí mismo. Entonces fue capaz de separarse de su entorno. Anteriormente era de la misma temperatura que su entorno. ¿Qué es lo que realmente ocurrió?

Consideremos el organismo humano indiferenciado antes de la Edad Lemúrica. Había una temperatura uniforme sobre toda la Tierra. El estado de calor en el hombre era el mismo que el estado de calor exterior.

Entonces se elevó la condición de calor interno. Esta condición de calor significaba calor individual, calor que fue usado para la individualización; Y en el mundo exterior ocurrió lo contrario: el calor, el fuego fue distribuido. Previamente no había habido todavía fuego exterior. Encender el fuego en la naturaleza se hizo posible solo cuando el fuego apareció en el hombre. Desde ese tiempo hubo el fuego benéfico distribuido fuera, y dentro del hombre el fuego egoísta.

Y así llegamos al punto en el tiempo en que el fuego fue retirado de los seres espirituales para beneficio del hombre. Los seres humanos atraían su calor de un tipo particular de ser espiritual - los Agni. Debido a ello, lo que antes estaba allí como Espíritu del Fuego en el mundo tuvo que retirarse y desde entonces sólo podía aparecer de vez en cuando en forma de fuego. El mito de Prometeo se basa en este hecho. El dios había perdido su cuerpo anterior y se creó uno nuevo en el fuego externo. Aquí tenemos un ejemplo remarcable de cómo en cierto modo el hombre obra destructivamente sobre las fuerzas elementales de la Naturaleza. El propio hombre había suscitado el elemento del fuego por medio del cual se había convertido en un ser individualizado. Esto subyace al dicho oculto de que, fundamentalmente hablando, el hombre obra destructivamente cuando se trata de seres elementales. Esto es de gran alcance y nos deja claro cómo el hombre todavía hoy crea continuamente nuevas condiciones, nuevas fuerzas de la Naturaleza en el mundo que le rodea, mientras va progresando en su desarrollo. Él moldea la estructura de la Tierra. El Fuego surgió en la Edad Lemúrica; Debido a esto Lemuria sufriría su destrucción a través del fuego que el hombre mismo había creado.

El continente Atlante pereció sumergido por las aguas. El hundimiento del Quinto Continente se producirá debido a la maldad. Podemos observar una especie de retroceso de la siguiente manera:

La siguiente etapa - durante la Era Atlante - fue la labor creadora del ser humano en su propio cuerpo etérico. Allí había sacado el aire de su entorno introduciéndolo en sí mismo. De esta manera había cambiado tanto su cuerpo etérico que las condiciones de la Atlántida se habían vuelto muy diferentes. Durante la Atlántida la superficie de la Tierra era a su vez sólo bruma, una atmósfera de tal clase que un arco iris habría sido imposible. En aquel tiempo el hombre trabajaba sobre el agua. En la Edad Lemúrica trabajaba sobre la tierra sólida, esto produjo fuego; En la Era Atlante trabajó sobre el agua; Esto produjo luz. (Correspondiente a la luz de nuestro intelecto.) Después trabajó sobre el aire. 

La Quinta Raza Raíz arrastrará al hombre a su caída mediante lo que podemos llamar el mal. Luego viene la Sexta Raza-Raíz. La Quinta Raza Raíz es aquella en la que Manas se desarrolla en el plano físico. En la Antigua civilización india el hombre vivía en una condición correspondiente a Manas en una especie de profundo estado de trance. Allí la sabiduría primitiva le fue revelada a los antiguos indios, por los Rishis. La segunda revelación tuvo lugar con los persas en una condición similar a nuestro sueño profundo. En esta condición el hombre oyó la Palabra. La condición del antiguo persa era de trance de sueño. "Honover" era la palabra usada por los persas. Tercera revelación: Los pueblos del Oriente Próximo, los babilonios y los egipcios, percibían a través de Manas con una conciencia en imágenes; Tenían visiones o visión de ensueño. Cuarta revelación: La conciencia clara de vigilia fue desarrollada por los semitas, los griegos y los romanos. En ese tiempo, Manas percibió con clara conciencia del día, como hombre encarnado, a Cristo Jesús.Así pues, con los antiguos indios encontramos el trance del cuerpo físico. Con los antiguos persas encontramos el sueño profundo del cuerpo etérico. Con los pueblos del Cercano Oriente encontramos la imagen consciente del cuerpo astral, con los semitas, los pueblos griegos y romanos la conciencia de vigilia del ego. Ahora bien, en la Quinta Sub-Raza, el hombre no percibe las etapas cambiantes de Manas, sino que esta Raza ve como etapa más elevada, la experiencia psíquica de los conceptos como tales. Nuestra Sub-Raza ha desarrollado el Manas psíquico, el conocimiento científico habitual. La Sexta Sub-Raza desarrollará un Manas Super-psíquico. Lo que en los seres humanos hoy en día es simplemente una especie de conocimiento se convertirá en realidad real, una fuerza social. La Sexta Sub-Raza tiene la tarea de impregnar la sociedad de una manera social con todo lo que ha sido producido por las etapas precedentes de la evolución. Entonces por primera vez el cristianismo vendrá como formador del orden social. La Sexta Sub-Raza será la que formará la base germinal para la Sexta Raza-Raíz. La Quinta Raza Raíz desciende de los Semitas originales, de la Quinta Subraza de la Cuarta Raza Raíz. Este pueblo desarrolló el ego individual que produce el egoísmo. El hombre debe su independencia a los semitas originales. El hombre primero debe encontrarse a sí mismo, pero también debe rendirse. Debe entregarse a lo que hace que el pensamiento sea una realidad. La Sexta Sub-Raza está destinada a reemplazar la relación de sangre con la relación de Manas, la relación en el espíritu. Un Pensar que es altruista desarrollará la predisposición para la superación del egoísmo.

La Séptima Sub-Raza será un nacimiento prematuro. Hará exteriormente real demasiado pronto y con demasiada fuerza lo que ha surgido de Manas.

En la Sexta Subraza se dará la predisposición para la superación del egoísmo, pero de tal manera que el equilibrio se mantenga entre la individualidad y el desinterés. El hombre de la Sexta Subraza, no se perderá en lo que está fuera, ni se encerrará en lo interior. Con la Séptima Sub-Raza se producirá una especie de hipertrofia. Entonces el hombre derramará lo que ahora tiene dentro de sí: su egoísmo. Por otro parte, los miembros de la Sexta Sub-Raza mantendrán el equilibrio. La Séptima Sub-Raza endurecerá el egoísmo.

Más adelante, el pueblo anglo-americano se proyectará como algo esclerotizado en la Sexta Raza-Raíz, así como hoy los Chinos son un residuo rígido de la Edad Atlante, la Cuarta Raza Raíz.

El egoísmo mundial proviene de la raza anglo-americana. Desde esa dirección toda la Tierra estará cubierta de egoísmo. Es de Inglaterra y América de donde vienen todos los descubrimientos que cubrirán la Tierra como una red de egoísmo. De ahí que toda la Tierra se cubrirá mediante una red de maldad egoísta. Pero de una pequeña colonia en el Este [los pueblos eslavos] se desarrollará, como si de una semilla se tratara, nueva vida para el futuro.

La civilización Anglo-americana consume la cultura europea. Las sectas en Inglaterra y

América no representan otra cosa que la conservación más increíble de lo que es viejo.

Pero sociedades tales como el Ejército de Salvación, la Sociedad Teosófica y así sucesivamente, hacen acto de presencia justo allí, con el fin de rescatar a las almas de la decadencia, porque la evolución de la raza no va en paralelo a la evolución del alma. Pues la raza misma va hacia su destrucción. Dentro de ella está la semilla de la raza malvada.

En la Cuarta Sub-Raza el trabajo se desempeñaba como tributo (Trabajo Esclavo).

En la Quinta Sub-Raza el trabajo se desempeña como una mercancía (compra/venta).

En la Sexta Sub-Raza el trabajo se desempeñará como una ofrenda (trabajo libre).

Las necesidades económicas de la existencia serán entonces separadas del trabajo: no habrá más posesión personal, todo será propiedad en común. Ya no se trabajará para la propia existencia personal, sino que se hará todo como ofrenda absoluta para la humanidad.


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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919