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RUDOLF STEINER
SALUD Y ENFERMEDAD VOL. I
Dornach 23 de diciembre de 1922
octava conferencia
el proceso respiratorio en relación con el alma
Señores,
según dije la última vez, aún tenemos varios asuntos por debatir.
Me gustaría considerarlos hoy.
El
ser humano tiene sus sentidos para percibir el mundo. Hemos
examinado el ojo y el oído, hemos considerado el sentido del tacto,
que se extiende por todo el organismo, y hemos discutido los sentidos
del gusto y el olfato. Todos estos sentidos son significativos
solo para que el hombre se familiarice con su entorno y, como ya he
explicado, para permitirle moldear su cuerpo. Pero el hombre no
vive en virtud de los sentidos; él vive a través del proceso
de respirar. Si preguntan por qué es un ser erguido, o por
ejemplo, por qué su nariz está en mitad de su cara, deben responder
que es debido a sus sentidos. Pero si buscan la razón por la
que está vivo, deben considerar su respiración, porque la
respiración está relacionada con todos los aspectos de la vida. En
ciertos aspectos, los seres humanos respiran tal como lo hacen los
animales superiores, aunque muchos animales respiran de manera
diferente. Un pez, por ejemplo, respira mientras vive y nada
bajo el agua.
Si
ponemos atención en la respiración humana, primero tenemos que
considerar el proceso de inhalación. El proceso de respiración
es inicialmente de inhalación. Del aire que nos rodea inhalamos
el oxígeno que se requiere para nuestra existencia. Este impregna
todo nuestro cuerpo, sobre el cual se deposita carbono en partículas
diminutas; o más bien, nada o flota sobre el. El carbono que
tenemos en nuestros cuerpos también se halla en otras partes de la
naturaleza. De hecho, el carbono existe en muchas formas. Por
ejemplo, el carbono se encuentra en el carbón y en cada planta,
consistente en carbono, mezclado con agua, etc., pero el carbono es
el componente principal de la planta. El grafito en un lápiz
contiene carbono, y el diamante, que es una gema valiosa, también es
carbono. El diamante es carbono transparente; El carbón
duro es carbono opaco. Es bastante interesante que exista algo
como el carbón en la naturaleza. Ciertamente no es elegante ni
atractivo, pero es de la misma sustancia que una gema valiosa, que,
por ejemplo, dependiendo de su tamaño, es adecuada para adornar una
corona. El carbón y los diamantes tienen la misma sustancia en
diferentes formas. Nosotros también tenemos en nosotros carbono
de diversas formas.
Cuando
respiramos oxígeno, éste se extiende por todas partes en nuestro
cuerpo y se combina con el carbono. Cuando el oxígeno se
combina con el carbón sólido, surge un nuevo gas, dióxido de
carbono. Esta es una combinación de oxígeno y carbono, y es
este gas el que luego exhalamos. Nuestra vida implica incorporar
nuestro cuerpo al resto del mundo al inhalar oxígeno y exhalar
dióxido de carbono.
Sin
embargo, si inhalásemos solo oxígeno puro, tendríamos que contener
una inmensa cantidad de carbono, y por consiguiente el dióxido de
carbono permanecería dentro de nosotros. Ciertamente, estaríamos
expandiéndonos por siempre, hasta volvernos gigantescos, tan grandes
como la tierra misma. Estaríamos entonces siempre inhalando. Pero no
contenemos tanto carbono; Debemos renovarlo constantemente. No
podríamos sobrevivir si únicamente inhalásemos. Tenemos que
exhalar para adquirir carbono nuevamente, y porque el dióxido de
carbono que producimos es letal. De hecho, si el oxígeno es
vida para nosotros, el dióxido de carbono es muerte. Si esta
sala estuviera llena de dióxido de carbono, todos
pereceríamos. Nuestra vida oscila entre el aire vivificante que
inhalamos y el aire mortal que exhalamos. La vida y la muerte
están constantemente dentro de nosotros, y es interesante ver cómo
entran inicialmente en el ser humano.
Para
comprender esto, deben darse cuenta de que las bacterias y los
bacilos, seres vivos de tamaño microscópico, están en todas partes
de la naturaleza. Adonde quiera que nos movamos, multitudes de
estas pequeñas bacterias vuelan sobre nosotros en el
aire. Incontables pequeños seres vivos están dentro de los
músculos de los animales. Como ya he mencionado, pueden
aumentar rápidamente en número. Tan pronto como aparece uno,
particularmente uno del tipo más pequeño, en el siguiente momento
hay millones. Las enfermedades infecciosas se basan en su
tremenda capacidad de multiplicarse. Estos diminutos seres en
realidad no son los causantes de la enfermedad, pero cuando nos vemos
afectados, se genera en ellos una sensación de bienestar. Cuando
algún órgano de nuestro cuerpo está afectado, estos pequeños
seres se sienten bien, lo mismo que la planta en el estiércol, y les
gusta permanecer allí. Cualquiera que afirme que son ellos quienes
causan la enfermedad, demuestra ser tan inteligente como quien afirma
que la lluvia proviene de las ranas que croan. Las ranas croan
cuando llega una lluvia porque sienten y permanecen en el agua que es
estimulada por lo que está activo en la lluvia, pero ciertamente no
causan la lluvia. Del mismo modo, los bacilos no provocan una
enfermedad como la gripe; solo aparecen cada vez que aparece la
gripe, así como las ranas emergen misteriosamente cada vez que
llueve.
Sin
embargo, no por ello hay que decir que la investigación con bacilos
no tenga utilidad. Es útil saber que el hombre está expuesto a una
determinada enfermedad, tal como se sabe que las ranas croan cuando
llueve. No se puede derramar sobre el bebé el agua del baño
diciendo que no es necesario examinarla por si contiene bacilos, no
obstante, hay que darse cuenta de que no causan la enfermedad. No se
está dando una explicación adecuada por el simple hecho de afirmar
que para el cólera existen tales bacilos, para la gripe tales estos
otros, etcétera. Esa es solo una salida perezosa para las
personas que no quieren examinar las causas reales de las
enfermedades.
Ahora
bien, si sacan a estas criaturas vivientes infinitamente pequeñas de
su hábitat, no pueden continuar viviendo. Por ejemplo, los
bacilos del cólera extraídos del intestino humano mueren. Este
bacilo solo puede sobrevivir en el intestino de los hombres o de
animales como las ratas. Todas estas criaturas microscópicas
solo pueden vivir en entornos específicos. ¿Por qué? Que
estos pequeños seres necesiten un entorno específico es un factor
importante. Veamos, si consideran el bacilo del cólera en el
momento en que se encuentra dentro del intestino humano, la fuerza de
gravedad no tiene un efecto tan fuerte como en el exterior. La
fuerza de gravedad lo arruina inmediatamente cuando está fuera de su
elemento. El hombre también fue inicialmente un pequeño ser
vivo como estas innumerables criaturas. Como un huevo, un óvulo,
el ser humano también era un ser vivo tan microscópico,una criatura
viviente en miniatura. Con esto, caballeros, llegamos a un
capítulo importante.
Comparen
ustedes un bacilo del cólera, que solo puede existir en el intestino
humano, con el propio ser humano. Todos estos bacilos necesitan
vivir en un lugar donde estén protegidos de la tierra. ¿Qué
implica esto? Significa que están bajo la influencia de un
efecto diferente al de la tierra. La luz de la luna que unas veces
brilla de una manera, a veces de otra, tiene sus efectos en la
tierra, y de hecho es la luna quién influya en todas estas criaturas
vivientes. Se puede ver que estas criaturas deben protegerse de
la tierra para poder entregarse al cosmos, especialmente a la
influencia de la luna. Ahora bien, en su etapa más temprana, el
huevo humano también se abandona a la influencia de la luna. Y
lo hace justo antes de la fecundación. Así como el bacilo del
cólera existe en los intestinos, también este pequeño huevo
humano existe en la hembra, e inicialmente allí está protegido. Sin
embargo, el organismo femenino está constituido de tal manera, que
el huevo humano está protegido solo al principio. En el momento
en que se aleja demasiado del cuerpo, se vuelve vulnerable; entonces
la tierra comienza a afectarlo.
Las
mujeres eliminan tales óvulos humanos cada cuatro semanas. Al
principio, se entregan a la influencia de la luna por un corto tiempo
y están protegidos. Pero cuando el organismo femenino elimina
el óvulo humano durante el transcurso del período mensual, queda a
merced de la influencia de la tierra y es destruido.
El
organismo humano está tan maravillosamente organizado que contrasta
con los bacilos. Los bacilos del cólera, por ejemplo, permanecen en
los intestinos y tienen cuidado de no aventurarse demasiado lejos.
Abandondos a su suerte, permanecen donde pueden protegerse de la
influencia de la tierra. El huevo humano también está
inicialmente protegido de la influencia de la tierra en el cuerpo de
la madre, pero luego se mueve hacia afuera debido a la circulación
sanguínea de la madre y queda bajo la influencia de la gravedad de
la tierra. Con la presencia del período mensual, que está
conectado con el curso y la influencia de la luna, se destruye un
óvulo; El óvulo humano es realmente destruido. Sin embargo,
todavía no es un huevo humano real, ya que no ha sido protegido de
la destrucción mediante la fecundación.
¿Qué
sucede realmente a través de la fecundación? Si se le deja
solo a la influencia de la tierra, este huevo humano perecería. A
través de la fecundación se envuelve en una delicada sustancia
etérica y se protege de la tierra. De esa manera es capaz de madurar
en el cuerpo de la madre. La fecundación significa la
protección del huevo humano de la destrucción por las fuerzas de la
tierra. Lo que se destruye en el huevo sin fecundar pasa al
medio ambiente; no solo desaparece. Se disuelve en la
totalidad del medio ambiente de la tierra. Los huevos que no
pueden ser utilizados para la tierra se diseminan en su
atmósfera. Este es un proceso continuo.
Ahora
podemos ver algo que la gente rara vez considera. Pongamos nuestra
atención en los arenques del océano. Ponen millones y millones de
huevos, pero solo unos pocos son fecundados. Los que son fecundados
se protegen de la influencia de la tierra. Es un poco diferente en el
caso del hombre, porque no es un arenque, al menos no siempre [Juego
de palabras. En alemán, "Hering (arenque)" es una persona
muy delgada.] sino que todos estos huevos de arenque que no son
fecundados y descartados en el océano se liberan de la influencia de
la tierra por evaporación. Si consideran los arenques y todos los
demás peces, todos los demás animales y también los seres humanos,
pueden decirse a sí mismos: "Me doy cuenta de que hay algo que
surge continuamente desde la tierra hacia el espacio cósmico".
Señores, no solo se evapora el agua, sino que también esos huevos
no fecundados siempre se volatilizan desde la tierra hacia arriba.
Sucede mucho más en el espacio cósmico de lo que supone la ciencia
materialista.
Si
alguien estuviera mirándonos desde Venus, por ejemplo, los vapores
que surgen y después se condensan en forma de lluvia tendrían poco
interés para él, pero lo que acabo de describirles, que
constantemente se eleva hacia el espacio cósmico, allí se
percibiría como un luz amarillo verdosa. De manera que en
conclusión, la luz emerge de la vida de cualquier cuerpo cósmico.
También nos llevaría a darnos cuenta de que el sol tampoco es el
cuerpo físico que la ciencia materialista presenta, sino que es el
portador de una vida aún más grande y poderosa. Es como explicaba
anteriormente; algo que irradia luz debe ser fertilizado, así como
el sol debe ser fertilizado para irradiar luz a través de la vida.
Tenemos pues esta diferencia: cuando un óvulo humano no es
fecundado, se apaga, evaporándose en el espacio cósmico; cuando es
fecundado permanece por un tiempo en la tierra.
Lo que
sucede es como la inhalación y la exhalación. Si solo exhalara,
estaría dando mi ser al espacio cósmico como lo hace el huevo
humano no fecundado. Consideren cuan interesante es que exhalen, y
que el aire que hayan exhalado contenga su propio carbono. Es un
proceso delicado. Imaginen que hoy tienen un poco de carbono en el
dedo gordo del pie. Inhalan y el oxígeno se extiende. La pequeña
cantidad de carbono que hoy está en el dedo gordo del pie se combina
con el oxígeno, y mañana esta pequeña partícula de carbono estará
en algún lugar de la atmósfera como dióxido de carbono. Eso es
realmente lo que pasa. Durante su vida, el hombre tiene
constantemente en sí mismo la misma sustancia que contiene el óvulo
humano cuando es fecundado. Si solo exhalamos y nunca inhalamos,
siempre estaríamos muriendo; nos disolveríamos continuamente en la
atmósfera. Al inhalar nos protegemos de la muerte. Cada vez que
inhalamos nos protegemos de la muerte.
El niño
que aún se está desarrollando en el útero materno es fruto del
óvulo humano fecundado y está protegido contra la desintegración.
El niño toma su primer aliento solo en el momento del nacimiento
cuando llega al mundo. Antes de eso debe ser el cuerpo de la madre
quién le suministre el oxígeno. Pero luego con el nacimiento sucede
algo bastante significativo. Al nacer, el hombre por recibe primera
vez del mundo exterior la capacidad de vivir. Después de todo, el
hombre no puede vivir sin oxígeno. Aunque en el útero de la madre
existe sin oxígeno del aire exterior, lo obtiene del cuerpo de la
madre.
Por lo
tanto, se puede decir que cuando el ser humano emerge del cuerpo de
su madre y llega al mundo, en realidad todo el proceso de su vida
cambia. Le sucede algo radicalmente diferente. Ahora ya recibe el
oxígeno del exterior, mientras que antes lo asimilaba del cuerpo de
su madre. Háganse la pregunta de si hay una máquina en cualquier
parte del mundo que pueda proporcionarles calor primero de una manera
y luego de otra. Durante nueve o diez meses, el hombre vive en
el cuerpo de su madre antes de aparecer en el mundo externo. En
el útero se le suministra lo que la vida le da de una manera
completamente diferente de cómo lo hace después de haber inhalado
su primer aliento.
Examinemos
algo más que guarda relación con esto. Imaginen que su sueño se ve
perturbado por algo. Un sueño bastante aterrador les despierta de un
sueño inquietante en el que tal vez experimenten que llegan a una
casa cerrada con llave y no pueden entrar. Alguien en la casa les
está esperando, por lo que se esfuerzan por abrir la puerta. Es
posible que hayan experimentado algo como esto. En los sueños, de
hecho, experimentamos tales condiciones de ansiedad.
Ahora,
si examinan lo que realmente sucede cuando el ser humano tiene tales
pesadillas, siempre se descubre que algo va mal con la
respiración. Incluso pueden provocar experimentalmente tales
pesadillas. Si toman un pañuelo y se tapan la boca o se tapan
la nariz, tendrán las mejores pesadillas, si es que una pesadilla
puede ser buena, porque no puede inhalar correctamente.
Es
bastante extraño que tener tales condiciones de ansiedad dependan
simplemente de la inhalación y la exhalación, en otras palabras,
del oxígeno y el carbono. De ello se deduce que con nuestro
elemento anímico vivimos en el aire. No vivimos en nuestros
músculos o en nuestros huesos con nuestro elemento anímico, sino en
el aire. Realmente es así, nuestra alma fluye junto con el
movimiento del aire durante la inhalación y la exhalación. Por
lo tanto, podemos decir que el elemento anímico busca el aire en el
que flota después de que el niño respira por primera vez.
Anteriormente, absorbía el oxígeno de una manera completamente
diferente.
¿De
dónde obtenía el ser humano el oxígeno antes de nacer? En el
estado prenatal todavía no existe un proceso de respiración
real. No hay respiración mientras el ser humano está en el
útero de la madre; todo tiene lugar a través de la
circulación. Varios vasos, pasan al embrión desde el cuerpo de la
madre, y mezclado con la sangre y los líquidos, el oxígeno también
pasa al embrión, (dichos vasos se rasgan al nacer). Con el
nacimiento, el hombre traslada su principio básico de vida del
elemento acuoso al aire. Cuando nace, traslada el principio de
vida del elemento fluido en el que existía antes de nacer en el
aire.
De ello
se puede llegar a la conclusión de que antes de la concepción, el
ser humano es primero una entidad que, como los bacilos, no es apto
para la tierra. Inicialmente es un ser extraño a la tierra. Más
tarde, está protegido de las fuerzas de la tierra y puede
desarrollarse en el cuerpo de la madre, pero cuando realmente nace y
emerge de los alrededores del útero materno, está expuesto a las
fuerzas de la tierra. Luego se vuelve capaz de vivir solo al
acostumbrarse a una actividad que le permite vivir en el aire. A
lo largo de su vida terrenal, el hombre se protege contra las fuerzas
de la tierra al no vivir con la tierra sino en el aire.
¡Imagínense
lo difícil que sería si tuvieran que vivir con la tierra! Un hombre
al pesarse en una báscula descubre que tiene un peso determinado,
uno mas delgado pesará menos, y otro mas gordo pesará más.
Imaginen no obstante, que tuvieran que agarrarse del cabello para
llevar todo el tiempo su cuerpo entero, cargar su propio peso
constantemente. ¡No sería una tarea agotadora! Sin embargo,
aunque realmente lo llevan consigo, no sienten ese peso en absoluto,
ni son conscientes de ello. ¿Por qué? Su respiración les
protege de la pesadez de la tierra. De hecho, con sus almas no
viven en el cuerpo, sino en el proceso de respiración.
Ahora
podrá comprender fácilmente por qué la ciencia materialista no
encuentra el alma. La ciencia materialista busca el alma en el
cuerpo, que es pesado. En su investigación, disecciona un
cadáver que ya no respira. Bueno, la ciencia no puede descubrir
el alma allí, porque el alma no se encuentra en ese cuerpo. La
ciencia materialista podría encontrar el alma solo si nuestra
constitución fuera tal que al caminar por todas partes tuviéramos
que cargar con nuestros propios cuerpos, sudando profusamente del
esfuerzo. Entonces tendría sentido buscar el alma con medios
materialistas. Pero, tal como se presentan las cosas, no tiene ningún
sentido. Sudamos por otros motivos. Cuando salimos del útero
materno, no vivimos dentro de las sustancias sólidas que componen
nuestro cuerpo. Tan solo somos solo un diez por ciento de sustancia
sólida. Ni tampoco vivimos en nuestro elemento fluido, al cual
vivificamos. Con nuestra alma realmente vivimos en nuestra
respiración.
Señores,
síganme ahora en una línea argumental que tiene relación con los
asuntos más importantes del presente. Imaginémonos un embrión
humano (ver imagen).
Las
líneas rojas indican su parte solida, e indicaré su parte líquida
con este amarillo. A través del nacimiento, emerge al mundo exterior
y se convierte en un ser humano pleno que ahora inhala aire con los
pulmones y lo exhala nuevamente por la nariz. Debería ser bastante
evidente para ustedes que cuando una persona nace, en realidad vive
con su alma en el proceso de respiración. Mientras transcurre su
existencia en el útero de la madre, vive en un elemento acuoso. En
cierto sentido, surge del agua y pasa al aire cuando nace. Como
hombre terrenal, solo se puede vivir en el aire, no en el agua. Pero
antes de nacer vivían en el agua, y hasta la tercera semana incluso
tenían ustedes forma de pececito para poder vivir allí. Vivieron en
el agua hasta el momento de nacer, pero una vez fuera, la tierra no
les permite vivir en ese elemento. ¿Qué significa que antes del
nacimiento viviesen en el agua? Significa que su vida no puede
derivarse de la tierra en absoluto, que debe originarse más allá de
la tierra porque la tierra no les permite vivir. Debemos elevarnos de
la tierra hacia el aire para vivir.
Debido
a que hemos vivido en el agua hasta el momento del nacimiento,
podemos concluir que nuestra vida no es un don de la tierra. Nuestra
vida de alma no nos la proporciona la tierra. Es imposible que la
tierra sea quien proporcione esta vida del alma. Por lo tanto,
podemos entender que proviene de más allá de la tierra. Cuando
comprendemos cómo la vida está realmente contenida en el proceso de
respiración, y cómo la vida ya existe en el embrión pero en un
elemento fluido, inmediatamente caemos en la cuenta de que esta vida
ha descendido de un mundo espiritual hacia el óvulo de la madre.
La
gente con frecuencia calificará tales declaraciones de no
científicas. Sin embargo, podemos estudiar mucha ciencia y
llegaremos a la conclusión de que lo que hacen los científicos
ilustres en su ciencia es mucho menos lógico que lo que les acabo de
decir. Lo que les he dicho ahora es absolutamente
lógico. Desgraciadamente, en estos tiempos las cosas se han
degradado tanto, que los niños ya están entrenados en la escuela
para hacer oídos sordos a algo como esto; o si lo escuchan,
dirán a lo sumo: “Está loco. Hemos aprendido que todo surge
del huevo humano ”. Bueno, es tan ridículo como aprender que la
cabeza humana crece de una cabeza de repollo. Decir que una cabeza
humana puede crecer de una col, es tan absurdo como decir que el
elemento humano, toda la actividad humana durante la vida, pueden
derivarse del huevo humano. Pero a los niños ya se les enseñan
estas cosas completamente absurdas en la escuela.
Ya les
di un ejemplo de esto. Incluso a los niños más pequeños se les
dice que la Tierra junto con todo el sistema planetario, una vez
formaban parte de una gran nebulosa primitiva. Por supuesto, la
nebulosa no hace nada cuando está quieta, sino que está hecha para
girar. Comienza a girar rápidamente y, a medida que va girando, se
va volviendo más y más delgada. Finalmente, varios cuerpos
individuales se van separando, y uno permanece en el medio. A los
niños se les hace una demostración de cómo se puede imitar. El
maestro toma un trozo de cartón, mete una aguja y coloca una pequeña
gota de aceite en un vaso de agua. Hace girar el trozo de cartón y
la gota de aceite, que flota sobre el agua, comienza a moverse.
Comienza a girar, y se van separando pequeñas gotas de aceite.
Quedando una gran gota de aceite en el medio. Verán niños, les
dice, este es un pequeño sistema planetario con su sol hecho a
pequeña escala. Por lo tanto, es bastante plausible que alguna vez
haya existido una nebulosa que giraba, y a partir de esa nebulosa,
los cuerpos celestes se fuesen separando gradualmente, dejando a la
gran estrella en el centro.
Pero
¿cuál es el factor más importante en este experimento? ¿Por qué
gira la gota de aceite en el vaso de agua? Porque el profesor da
vueltas al trozo de cartón. ¡Pues entonces, del mismo modo, tuvo
que sentarse en algún lugar del universo, un gran maestro cósmico
que hiciera girar la nebulosa, separando cuerpos celestes de ella!
Señores, cuando desde el principio alguien les enseña tales cosas a
los niños, se vuelven "inteligentes" como adultos. Cuando
alguien quiere ser lógico y expresa dudas, ¡lo llaman soñador
porque ellos saben cómo comenzó el mundo!
Verán
que, tales pensamientos no contienen absolutamente ninguna realidad.
Esta nebulosa giratoria y primitiva pensada por Kant
y
Laplace
no
tiene realidad en absoluto; Es realmente bastante tonto. Postular
tales nebulosas giratorias es realmente bastante estúpido. Los
únicos motivos para ello son las supuestas nebulosas espirales
observadas a través de telescopios. Afuera, en los amplios
espacios cósmicos, existen tales nebulosas espirales; eso es
correcto. Pero si al mirarlas con un telescopio y ver estas
nebulosas espirales, un hombre dijese: "Es cierto, todo nuestro
sistema solar también fue una nebulosa", entonces sería tan
inteligente como si alguien tomase un enjambre de insectos en la
distancia por una nube de polvo. Esto puede suceder, pero el
enjambre de mosquitos está vivo mientras que la nube de polvo no
tiene vida. La nebulosa espiral en el espacio está viva; tiene
vida dentro de ella. Del mismo modo, todo el sistema solar tuvo
su propia vida y espiritualidad en épocas anteriores, y esta
espiritualidad continúa funcionando hoy.
Cuando
el óvulo humano está protegido en el cuerpo de la madre mediante la
fecundación, puede unirse con el espíritu humano. Cuando
envejecemos gradualmente, la pesadez se hace sentir lentamente por el
hecho de que la gravedad de la tierra se apodera de nuestras
sustancias. Supongan que la digestión de una persona está mal
y, como resultado, las fuerzas de la vida no la atraviesan
adecuadamente. Por tanto, se forman todo tipo de pequeñas partículas
sólidas en los músculos. Llenándose de estos pequeños cuerpos
sólidos, que son pequeños cálculos de ácido úrico, y entonces
padecemos de gota. Comenzamos a ser conscientes de la pesadez,
de la gravedad.
Cuando
estamos sanos y el oxígeno nos vigoriza a través de nuestra
respiración, dichos depósitos de ácido úrico no se forman y no
nos afecta la gota. La gota ocurre solo si el oxígeno no pasa a
través de nuestro cuerpo de una manera realmente estimulante y no
asimila el carbono correctamente. Si el oxígeno no pasa a
través de nuestro organismo de la manera correcta, el carbono
causará todo tipo de problemas; entonces diminutas partículas
estarán presentes por todas partes en nuestros vasos sanguíneos. Lo
sentimos como un efecto de la tierra al moverse. De hecho,
tenemos que estar protegidos de la tierra. Seguimos vivos solo
porque estamos constantemente protegidos de la tierra y sus
influencias gracias al proceso de respiración. La tierra no es
dañina para nosotros únicamente porque constantemente estamos
siendo protegidos de ella. Siempre estaríamos enfermos si
siempre estuviéramos expuestos a la tierra.
Verán,
a mediados del siglo XIX, cuando la ciencia natural tuvo sus mayores
éxitos materialistas, la gente se quedaba completamente atónita por
sus logros y los científicos querían explicar todo mediante lo que
sucede en la tierra. Estos científicos eran extremadamente
inteligentes, y liberaron al hombre de mucho de lo que lo tenía
preocupado. No se puede decir nada contra ellos; incluso hay que
elogiarlos, pues estaban completamente estupefactos por el progreso
científico y trataban de explicar a todo el ser humano de manera que
solo la tierra tuviera influencia sobre él. No se daban cuenta
de que cuando las influencias de la tierra comienzan a surtir efecto
en el hombre, lo primero que hace es ponerse nervioso y después se
enferma de alguna manera. Solo está bien en virtud de estar
constantemente protegido de las influencias terrenales.
Eventualmente,
sin embargo, el hombre es vencido por estas influencias
terrenales.¿Cómo se hacen presentes? Las influencias
terrenales se afianzan porque el hombre pierde gradualmente el arte
de respirar. Cuando ya no puede respirar correctamente, regresa
a la condición que tenía antes de ser concebido. Se disuelve en el
éter cósmico y regresa al mundo del que vino. Con su último
aliento, el hombre se hunde en el mundo del que salió. Cuando
entendemos correctamente la respiración, también comprendemos el
nacimiento y la muerte. Pero en ninguna parte de la ciencia
moderna encontramos la comprensión correcta de la respiración.
En
resumen, el hombre primero aprende a vivir con el mundo a través del
óvulo femenino, luego aprende a existir independientemente en la
tierra durante un cierto período de tiempo en virtud de la
fecundación masculina, y finalmente regresa a la condición en la
que nuevamente puede vivir por su propia cuenta fuera de la tierra.
Gradualmente, se aprende a comprender el nacimiento y la muerte, y
solo entonces puede comenzar a tener el concepto correcto de lo que
es el hombre con respecto a su alma, la cual ni nace ni muere sino
que viene de afuera, se une con el óvulo en la madre, y finalmente
regresa al mundo espiritual.
La
situación actual es tal que debemos comprender el elemento del alma
inmortal, que no está sujeta al nacer ni al morir. Esto se aplica
especialmente a aquellos que están activos en la ciencia. Esto
es necesario, para la humanidad hoy. Durante cientos y miles de años,
los hombres han tenido una fe en la inmortalidad que hoy no pueden
retener porque se les dice todo tipo de cosas que en realidad no son
nada y se desmoronan ante la ciencia. Todo lo que se le pide a
un hombre que crea hoy también debe ser una cuestión de
conocimiento. Debemos aprender a comprender lo espiritual a
partir de la ciencia misma, como lo hemos hecho aquí en estas
conferencias. Esa es la tarea del Goetheanum y
de la antroposofía en general: comprender correctamente lo
espiritual de la ciencia natural.
Que
difícil es lograr que la gente de alguna manera comprenda algo
nuevo. Ahora es Navidad, y la gente podría decirse a sí misma:
"Bueno, debemos encontrar una nueva forma de entender cómo vive
el espíritu en la raza humana". Si la gente se detuviera a
pensar cómo vive el espíritu en la humanidad, y si quisieran
intentar llegar a este entendimiento a través del conocimiento real,
encontraríamos todo renovado. Incluso podríamos celebrar la Navidad
de nuevo, porque observaríamos esta fiesta de una manera apropiada
para la época moderna. En cambio, por un lado, las personas
continúan observando solo lo que está muerto en la ciencia y, por
otro, perpetúan las viejas tradiciones a las que ya no pueden
atribuir ningún significado. Me gustaría saber qué significado
pueden ver las personas que intercambian regalos en Navidad. ¡Ninguno
en absoluto! Lo hacen simplemente por una vieja costumbre. Al lado de
esto, se enseña una ciencia que está llena de contradicciones en
todas partes. En ninguna parte alguien desea considerar el hecho de
que la ciencia presenta algo que puede conducir a la realización de
lo espiritual.
Hoy, se
puede decir que si el cristianismo tiene algún significado, uno debe
embarcarse nuevamente en alcanzar un verdadero conocimiento del
espíritu. Esto es lo único posible; no basta con
perpetuar lo viejo. ¿Para qué leer la Biblia a las personas en
ocasiones festivas, o incluso a los niños en la escuela, si a la vez
le dicen al niño que una vez hubo una nebulosa primitiva que
giraba? La cabeza y el corazón están en completa
oposición. Entonces el hombre olvida cómo comportarse como ser
humano en la tierra porque ya no se conoce a sí mismo.
Cualquiera
que piense que, como seres humanos en la tierra, estamos compuestos
solo de lo que tiene un peso mesurable en un báscula, es un tonto.
Esta parte no la necesitamos en absoluto. No tiene sentido pensar que
estamos compuestos de estas sustancias materiales que pueden ser
medibles. En realidad, no nos damos cuenta del cuerpo en absoluto,
porque nos protegemos de él para mantenernos bien. La cura de la
enfermedad consiste en expulsar las influencias terrenales que
afectan a la persona enferma. Toda curación se basa realmente en
apartar al ser humano de la influencia de la tierra. Si no podemos
apartar al hombre de la tierra y sus influencias, no podremos
curarlo. Luego se tumba en la cama, se deja sostener por ella y
sucumbe a su peso. Cuando uno se tumba deja de llevarse por sí
mismo.
Así
pues, tenemos las viejas costumbres, por un lado, y, por otro, una
ciencia que no ilumina al hombre sobre lo que realmente es como ser
humano. Nada positivo puede salir de todo esto. Es cierto
que los conflictos, con todas las consecuencias que todavía nos
aquejan hoy, no ocurrirían si los seres humanos supieran algo de la
inhumanidad de antemano. Incluso ahora, no quieren
saberlo. Incluso ahora, todavía quieren reunirse en los
congresos sin ningún pensamiento nuevo y simplemente repetir las
mismas cosas de siempre. En ninguna parte son capaces de
concebir nuevos pensamientos. Lo que al principio existía en la
humanidad como ideas confusas se han convertido en un hábito y luego
se convirtió en nuestro orden social hoy. No vamos a llegar a
ninguna parte del mundo otra vez hasta que desde dentro realmente
sintamos lo que, en efecto, es el ser humano.
Esto es
realmente lo que los que entienden los objetivos de la antroposofía
conciben como Navidad. La Navidad debería recordarnos que una
vez más debe nacer una ciencia del espíritu. La antroposofía
es el mejor ser espiritual que puede nacer. La humanidad
necesita mucho una festividad navideña. De lo contrario,
elimina al Cristo vivo y retiene solo la cruz de Cristo. La
ciencia ordinaria es solo la cruz, pero una vez más debemos llegar a
lo que está viviendo. Debemos luchar por eso.
Traducido por Julio Luelmo septiembre 2019