GA238 Dornach, 28 de septiembre de 1924 - Relaciones Kármicas Vol. IV - Discurso - Alocución

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Relaciones kármicas:
GA238 - Volumen IV


Discurso / Alocución (último)

Pensamientos preparatorios para un futuro tiempo de celebración de Micael de la humanidad. La reencarnación de Elías en Lázaro-Juan, Rafael y Novalis. El paso de Rafael por las esferas de la Luna, Mercurio, Venus y el Sol. Su conexión en la esfera de Júpiter con Goethe. Eliphas Levi, Swedenborg. Biografía de Rafael escrita por Herman Grimm. Ecos de la vida de Rafael en el idealismo mágico de Novalis. idealismo mágico de Novalis. Revelación del poder de Micael en el alma, es necesaria para lograr la victoria sobre el demonio-dragón. 


Dornach, 28 de septiembre de 1924

Me fue imposible hablarles ayer y anteayer. Pero no quería dejar pasar el clima de consagración de Micael para hoy, que debe irradiar en nuestros corazones y almas para mañana, sin hablarles al menos brevemente, queridos amigos.

Que pueda hacerlo sólo es posible gracias a los abnegados cuidados de mi amiga médica, la Sra. Ita Wegman. Así pues, espero poder decirles hoy lo que me gustaría decirles en este momento o con ocasión de este ambiente festivo.

En los últimos tiempos, mis queridos amigos, hemos tenido mucho que decir sobre la afluencia de la fuerza de Micael en los acontecimientos, los acontecimientos espirituales de la gente en la tierra. Y probablemente será uno de los logros más hermosos, me gustaría decir, de la interpretación antroposófica de los signos del tiempo, cuando un día seamos capaces de añadir la festividad de Micael correctamente coordinada a las otras festividades anuales. Pero esto sólo será posible cuando se perciba la fuerza del pensamiento de Micael, que sólo hoy se hace sentir, cuando la fuerza de este pensamiento de Micael haya pasado a un número de almas que entonces podrán formar el punto de partida humano adecuado para tal ambiente festivo.

En la actualidad podemos, por así decirlo, evocar estados de ánimo Micaélicos en torno a la época de Micael, dedicándonos a pensamientos preparatorios para una futura época de festividad de Micael para la humanidad. Y tales pensamientos preparatorios se hacen particularmente vivos en nosotros cuando volvemos nuestra mirada a lo que hemos visto trabajar durante tan largos períodos de tiempo, en parte en la tierra, en parte en mundos suprasensibles, a fin de preparar lo que puede ser logrado en el curso de este siglo por aquellas almas que en realidad, en el estado de ánimo correcto, se sienten atraídas por la corriente Micaélica, lo que puede ser logrado por esas almas para el desarrollo de la humanidad.

Y que ustedes, mis queridos amigos, en la medida en que se inclinan honestamente hacia el movimiento antroposófico, pertenecen a estas almas, hacer esto comprensible, fue precisamente mi empeño en las últimas semanas y en aquellas discusiones en particular, en las que hablé de parte del karma de la propia Sociedad Antroposófica.

Todavía podemos señalar algo, y queremos hacerlo hoy en particular, que pone ante nuestras almas a seres que están y estarán cada vez más estrechamente relacionados con lo que aquí se ha descrito como la corriente de Micael, dirigiendo nuestra atención a seres que causan una gran impresión en gran parte de la humanidad, - al menos en dos encarnaciones sucesivas: Entidades que, sin embargo, sólo se unen en un todo unificado para nosotros cuando las reconocemos como la encarnación sucesiva de una entidad.

Cuando dirigimos nuestra mirada espiritual hacia la antigüedad, vemos surgir ante nosotros la naturaleza profética de Elías dentro de la tradición judía. Conocemos el significado intencional que este poder intencional del profeta Elías tenía para el pueblo del Antiguo Testamento y, por lo tanto, para la humanidad en general. Y hemos señalado cómo, en el transcurso del tiempo, en los puntos más importantes del desarrollo terrenal de la humanidad, la entidad que estaba allí en Elías reapareció, lo hizo de tal manera que el propio Cristo Jesús pudo darle la iniciación que debía tener para el desarrollo de la humanidad, del mismo modo que la entidad de Elías reapareció en Lázaro-Juan, que es una y la misma figura, como ya pueden ver en mi "Cristianismo como hecho místico"

Hemos visto también cómo esta esencia reaparece en el pintor del mundo que fue capaz de dejar que su desarrollo artístico se cerniera de forma tan tremendamente impresionante sobre el Misterio del Gólgota. Y hemos visto entonces cómo aquello que, en un impulso profundamente cristiano, como la esencia misma del cristianismo, se expresa en el color y en la forma, vivió en Rafael, cómo surgió de nuevo en el poeta Novalis, cómo a partir del poeta Novalis aquello que en Rafael se puso ante la humanidad en los más bellos colores y formas se reveló en bellas palabras. Vemos la sucesión de entidades que se unen para formar una unidad a través de la idea de encarnación.

Sabemos, pues a menudo he llamado la atención sobre estas cosas aquí, que el hombre, cuando ha atravesado la puerta de la muerte, entra en los mundos estelares, que lo que exteriormente designamos como estrellas en el sentido físico es, en realidad, sólo el signo exterior en cada caso de mundos espirituales que nos miran desde arriba, pero que ciertamente cooperan en todas partes en los actos de la evolución humana.

Desde este punto de vista, echemos un vistazo a Rafael cuando ha atravesado la puerta de la muerte, cuando entra en el reino de los mundos estelares, el reino de la evolución espiritual, con su arte estelar, resplandeciente, iluminado por las estrellas, ya en la tierra, y nos daremos cuenta de lo siguiente, mis queridos amigos: Nos damos cuenta de cómo Rafael se adentra en la esfera lunar, entra en relación con aquellos espíritus que viven en la esfera lunar y que son, al fin y al cabo, las individualidades espirituales de los antiguos grandes maestros primigenios de la humanidad, por cuya sabiduría Rafael seguía profundamente inspirado como Elías; vemos cómo él, en común con estos seres lunares y con todas las almas con las que ha vivido a través de etapas terrenales anteriores, vemos cómo se une espiritualmente con todo lo que son orígenes espirituales terrenales, con todo el ser que ha hecho posible en primer lugar la humanidad y una saturación divina de lo terrenal; Vemos a Rafael, por así decirlo, tan genuinamente entre los suyos, conectado con aquellos con los que fue más favorecido en la existencia de Elías, porque fueron los que, al final de la existencia terrenal, fijaron la meta para esta vida terrenal.

Luego le vemos vagar por la esfera de Mercurio, donde, junto con los grandes sanadores cósmicos, plasma para su espiritualidad todo aquello que le ha permitido crear algo tan sano, tan infinitamente sano en color y línea. Todo lo que pintaba en el lienzo o en la pared para el gran consuelo, para el infinito entusiasmo de la gente comprensiva, todo lo que era tan resplandeciente de luz, que irradiaba luz, se le mostraba en todo el contexto cósmico en el que puede estar a través del paso por los seres de la esfera de Mercurio.

Y así, él, que había desarrollado tal amor por el arte en la tierra, que estaba completamente absorbido por el amor al color y a la línea, fue trasladado entonces a la esfera de Venus, que también lo llevó amorosamente a esa existencia solar que había vivido en sus encarnaciones conocidas hasta ahora por nosotros, a esa existencia solar a través de la cual él, como el profeta Elías, enseñó a la humanidad a través de su pueblo las grandes, las verdades que persiguen el objetivo.

Vemos cómo es capaz de volver a vivir íntimamente en la esfera solar, ahora de forma diferente a cuando era camarada de Cristo Jesús en la tierra, aquello por lo que había pasado cuando se convirtió de Lázaro en Juan por la iniciación de Cristo Jesús.

Y vemos cómo en su reflejo cósmico del corazón humano ve brillar en el resplandor luminoso del mundo aquello que ha pintado con una luz tan radiante para los creyentes de Cristo Jesús.

Y entonces vemos cómo penetra sabiamente en la esfera de Júpiter lo que tenía en el fondo de su vida; vemos cómo es capaz de resumir en sabiduría, tanto junto a tales espíritus como Goethe, el Goethe posterior, como junto a tales espíritus que iban más o menos por mal camino, pero que sin embargo condujeron lo que es el ser del mundo, el pensar del mundo, hacia lo mágico, ya que allí tiene el fundamento de su idealismo mágico en la co-experiencia de la evolución del Eliphas Levi posterior. Vemos cómo participa de todo lo que vivió allá en Swedenborg.

Y una cosa es extraña, mis queridos amigos, profundamente significativa: una personalidad completamente devota de Rafael, Herman Grimm, se puso a escribir la vida de Rafael cuatro veces. Nunca, -aunque redondeó la vida de Miguel Ángel tan bellamente-, nunca llegó a perfilar realmente la vida terrenal de Rafael de tal manera que hubiera quedado satisfecho. Con respecto a la vida de Rafael, Herman Grimm, siempre logró algo imperfecto en su propia opinión.

Y así se publicó su primer libro de Rafael, que debería haber sido una biografía de Rafael. ¿De qué se trata? Es una reedición de las viejas anécdotas de Vasari sobre Rafael. Y no aporta nada a la biografía de Rafael, sino algo muy diferente: aporta una descripción de lo que Rafael sólo llegó a ser aquí en la tierra después de su muerte en la veneración, en el reconocimiento, en la comprensión de la gente. Herman Grimm cuenta cómo la gente pensaba en Rafael, cómo los italianos, los franceses y los alemanes han pensado en Rafael a lo largo de los siglos. Cuenta una biografía del pensamiento rafaelesco que vivió aquí en la tierra después de la muerte de Rafael. Accede a lo que ha quedado de Rafael en la memoria de la gente, en la veneración de la gente, en la comprensión de la gente; no encuentra la posibilidad de describir la vida terrenal de Rafael.

Y después de haber empezado cuatro veces, dice: "Lo que uno puede hacer por Rafael personalmente es en realidad sólo esto, que uno escribe cómo un cuadro se funde con el otro como si hubiera sido pintado por un ser sobrenatural que no hubiera tocado realmente la tierra con su vida terrenal. Los cuadros están ahí, y se puede prescindir completamente de Rafael, que pintó los cuadros, reproduciendo la secuencia de lo que se expresa en el contenido interior de los cuadros.

Y así Herman Grimm, cuando volvió a hablar de Rafael poco antes de su muerte, cuando intentó una vez más poner la pluma sobre el papel, en realidad sólo habló de los cuadros de Rafael, no de la personalidad terrenal de Rafael.

Esta personalidad terrenal de Rafael, también fue completamente aceptada y sólo allí, mis queridos amigos, a través de lo que Lázaro-Juan había dado a esta alma, para que pudiera fluir en color y línea para la humanidad.

Y luego este ser vivió, vivió de tal manera que pudo, por así decirlo, completar esta vida de Rafael, de nuevo sólo con una vida de treinta años, una vez más en Novalis. Y así vemos a Rafael muriendo joven, a Novalis muriendo joven, un ser que surgió de Elías-Johannes, presentándose a la humanidad en dos formas diferentes, preparando así el estado de ánimo de Micael de una manera artística, poética, enviado como mensajero de la corriente de Micael a la gente de la tierra.

Y entonces vemos emerger el gran arte de Rafael en la encantadora poesía de Novalis, que habla tan profundamente al corazón. Todo lo que los ojos humanos vieron a través de Rafael fue capaz de penetrar en los corazones humanos cuando resucitó en Novalis.

Y cuando observamos este Novalis: ¡Cómo resuena en este Novalis la vida de Rafael, tan finamente percibida por Herman Grimm! Su amante (de Novalis), muere joven. Él mismo es todavía joven. ¿Qué tipo de vida terrenal quiere llevar ahora que ella ha muerto? Él mismo lo expresa diciendo que su vida terrenal debe ser morir después de ella. Ya quiere pasar a lo suprasensible, ya quiere volver a llevar la vida de Rafael, no para tocar la tierra, sino para vivir su idealismo mágico en la poesía al no querer ser tocado por la vida terrenal.

¿Y cómo vemos lo que ha vertido en sus fragmentos, cómo lo vemos cuando dejamos que nos afecte? Tiene un efecto tan profundo porque todo lo que tenemos ante nosotros en la realidad sensual inmediata, porque todo lo que los ojos pueden ver y que los ojos de la tierra pueden percibir como bello, aparece en la poesía de Novalis a través de lo que vive en su alma como idealismo mágico, en un esplendor poético casi celestial. Sabe resucitar las cosas materiales más insignificantes en su esplendor espiritual de luz a través de su idealismo poético-mágico.

Y así vemos en Novalis en particular un brillante precursor de esa corriente de Micael, mis queridos amigos, que ha de guiarnos a todos ahora, mientras estemos vivos, y que luego, cuando hayamos atravesado la puerta de la muerte, encontraremos a todos aquellos, -incluido el ser del que he hablado hoy-, en el mundo espiritual-suprasensible, encontraremos a todos aquellos con los que hemos de preparar la obra que ha de tener lugar a finales de este siglo y que ha de conducir a la humanidad más allá de la gran crisis en la que se ha visto sumida.

Sólo entonces, cuando este trabajo, la gran, poderosa penetración con la fuerza de Micael, con la voluntad de Micael, -que no es otra cosa que lo que precede a la voluntad de Cristo, la fuerza de Cristo, con el fin de implantar esta fuerza de Cristo de la manera correcta en la vida terrenal-, sólo entonces, cuando esta fuerza de Micael pueda realmente triunfar sobre el demonio-dragón, que también ustedes conocen bien, y cuando todos ustedes, que a la luz de la sabiduría antroposófica han absorbido el pensamiento de Micael dentro de sí mismos, si han recibido y conservado este pensamiento de Micael con un corazón fiel y con amor sincero, si intentan tomar este estado de ánimo de consagración a Micael de este año como el punto de partida de aquello que no sólo puede revelar este pensamiento de Micael en su alma con toda la fuerza, con todo el poder, sino que puede hacerlo vivo en todos sus actos, -entonces serán fieles servidores de este pensamiento de Micael, entonces podrán convertirse en nobles coayudantes de aquello que debe afirmarse en el sentido de Micael a través de la antroposofía en la evolución de la tierra.

Si en cuatro veces doce personas el pensamiento de Micael se hace plenamente vivo al menos en un futuro próximo, en cuatro veces doce personas que pueden ser reconocidas como tales no a través de ellas mismas sino a través de la guía del Goetheanum en Dornach, si en tales cuatro veces doce personas surgen líderes para el estado de ánimo de la festividad de Micael, entonces podemos mirar hacia la luz que se extenderá sobre la humanidad en el futuro a través de la corriente de Micael y de los hechos de Micael.

Que esto es así, queridos amigos, he intentado recomponerme para decírselo hoy, al menos en estas breves palabras. Mis fuerzas no alcanzarían para más hoy. Pero esto es lo que puede hablar a sus almas de las palabras de hoy: Que adopten este pensamiento de Micael en el sentido de lo que un corazón leal a Micael puede sentir cuando, vestido con la vestidura de rayos de luz del sol, aparece Micael, que primero señala e indica lo que ha de suceder, para que esta vestidura de Micael, esta vestidura de luz, pueda convertirse en las ondas de las palabras, que son las palabras de Cristo, que son las palabras del mundo, que pueden transformar el logos del mundo en logos de la humanidad.

Por lo tanto, mis palabras para ustedes hoy son estas:

Brotando de los poderes del sol, 

Luminoso, de gracia universal 

Poderes espirituales: al vestido de rayos de Micael

Estás predestinado por el pensamiento de los dioses.


Él, el mensajero de Cristo, os muestra

La voluntad universal, portadora de humanidad y salvación;

Vosotros, los brillantes seres etéricos

Traéis la palabra de Cristo al hombre.


Así aparece el heraldo de Cristo

A las almas hambrientas y sedientas;

A ellas resplandece su palabra luminosa

En el tiempo del espíritu humano universal.


Vosotros, estudiantes del conocimiento del espíritu,

Acoged la sabia llamada de Micael,

Recibid la palabra de amor de la voluntad universal

En las elevadas metas del alma eficazmente.

Sonnenmächten Entsprossene,
Leuchtende, Welten begnadende
Geistesmächte: zu Michaels Strahlenkleid
Seid ihr vorbestimmt vom Götterdenken.

Er, der Christusbote, weist in euch
Menschentragenden, heil'gen Welten-Willen;
Ihr, die hellen Ätherwelten-Wesen,
Trägt das Christuswort Zum Menschen.

So erscheint der Christus-Künder,
Den erharrenden, durstenden Seelen;
Ihnen strahlet euer Leuchte-Wort
In des Geistesmenschen Weltenzeit.

Ihr, der Geist-Erkenntnis Schüler,
Nehmt des Michaels weises Winken,
Nehmt des Welten-Willens Liebes-Wort
In der Seelen Höhenziele wirksam auf.

Traducido por J.Luelmo dic,2023

Observaciones complementarias a la última intervención

Hay que tener en cuenta que Rudolf Steiner no pudo completar la presentación el 28 de septiembre de 1924. Marie Steiner conmemoró esto en su ensayo "En la víspera del Día de San Miguel" en el boletín de la Sociedad Antroposófica en septiembre de 1925:

"No llegó a la conferencia tan lejos como había querido originalmente. Nos dio la primera parte del misterio de Lázaro; en ese momento no sólo me lo dijo, sino que más tarde escribió en la portada de la primera posdata: No me lo pases hasta que haya añadido la segunda parte. - Se lo arrebataron de todos modos, como tantas cosas. - Ahora ya no nos dará esta segunda parte. Quedará a nuestra facultad de conocimiento distinguir lo correcto entre los misterios de la encarnación y la incorporación, los cruces de las líneas de la individualidad. Terminó con lo que había corrido como un hilo rojo a través de sus revelaciones de sabiduría: el Misterio de Novalis, Rafael, Juan... Hemos sido conducidos de vuelta a él una y otra vez, desde varios aspectos. La última, la más difícil, porque fue cruzada por otra línea de individualidad, nos la dio en la víspera de ese día de San Miguel, y se rompió. . »

Lo que Marie Steiner solo insinuó como la explicación oral de Rudolf Steiner fue transmitido por el Dr. Ludwig Noll, médico tratante de Rudolf Steiner junto con la Dra. Ita Wegman:

En la resurrección de Lázaro, el ser espiritual Juan el Bautista, que había sido el espíritu que cubría la sombra de los discípulos desde su muerte, había penetrado en el Lázaro anterior desde arriba hasta el alma consciente, y en el ser de Lázaro desde abajo, de modo que los dos se penetraron el uno al otro. Después de la resurrección de Lázaro, este es Juan, el "discípulo a quien el Señor amaba". (Compárese también con la 6ª lectura de "El Evangelio de Marcos", donde se describe a Elías como el alma grupal de los apóstoles.)

Según el Dr. M. Kirchner-Bockholt, Rudolf Steiner, probablemente a la Sra. Ita Wegman, dio la siguiente explicación adicional: "Lázaro sólo pudo desarrollarse plenamente fuera de las fuerzas terrenales durante este tiempo hasta el alma de la mente y el intelecto; El Misterio del Gólgota tiene lugar en la cuarta época post-atlante, y fue durante este tiempo que se desarrolló el alma intelectual. Por lo tanto, Manas, Budhi y Atman tuvieron que ser otorgados a él por otra entidad cósmica desde el Alma Consciente hacia arriba. Así se presentó ante Cristo un hombre que se extendió desde las profundidades de la tierra hasta las alturas más altas del cielo, que en perfección transformó el cuerpo físico a través de todos sus miembros en los miembros espirituales de Maná.

Budhi, Atman, que sólo puede ser desarrollado por todos los seres humanos en un futuro distante". (Boletín de Noticias 40º año, Nº 48, de 1º de diciembre de 1963).

En octubre de 1924, Ita Wegman escribió a Helene Finckh: "Querida Sra. Finckh. El Dr. Steiner ha hecho saber que está de acuerdo en que se debe dar la sentencia de Michael a aquellos que la pidan. También está de acuerdo en que se debe leer el discurso a los miembros, pero luego se debe esperar hasta que el Dr. agregue algunas cosas al discurso de Miguel para aclarar el misterio de lo que existe acerca de Juan el Bautista y Juan el Evangelista.

Véase también: Hella Wiesberger "Zur Hiram -Johannes-Forschung Rudolf Steiner" en el apéndice del volumen "Sobre la historia y el contenido del Departamento Epistemológico de la Escuela Esotérica 1904-1914", página 423 y ss.





GA238 Dornach, 23 de septiembre de 1924 Relaciones Kármicas Vol. IV. Los cuerpos humanos de hoy en día, al estar totalmente sintonizados con el intelectualismo, hacen que la espiritualidad que viene de tiempos pasados se repliegue en el subconsciente.

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Relaciones kármicas:
GA238 - Volumen IV



X conferencia 


Los cuerpos humanos de hoy en día, al estar totalmente sintonizados con el intelectualismo, hacen que la espiritualidad que viene de tiempos pasados se repliegue en el subconsciente. Transformar en espiritualidad el intelectualismo de la época actual es la tarea de la Antroposofía, que debe contar con el racionalismo de la época para que el hombre pueda encontrar el camino de las ideas hacia arriba, hacia el Espíritu, no menos que hacia abajo, hacia la naturaleza.


Dornach, 23 de septiembre de 1924

A partir de nuestra última conferencia habrán podido ver que el hombre de hoy, tal como está constituido en su naturaleza corporal y por su educación, no puede fácilmente traer a su actual encarnación los contenidos espirituales que están tratando de entrar desde encarnaciones anteriores. Ni siquiera puede hacerlo cuando esta encarnación actual es tan extraña e inusual como aquella de la que hablé el domingo pasado. En efecto, vivimos en la era de la evolución del alma consciente. Se trata de una evolución del alma que desarrolla sobre todo el intelecto, es decir, esa facultad del alma que rige hoy toda la vida, por más que se clame a gritos por el corazón, el sentimiento y la emoción. Esta facultad del alma es la más capaz de emanciparse de las cualidades elementalmente humanas, emanciparse de aquello que el hombre lleva en sí como su ser más profundo del alma.

En todas estas cosas las personas expresan un sentimiento de cómo se emancipa en el ser humano el elemento intelectual y racional de lo que es verdaderamente humano. Y si uno puede ver hasta qué punto las almas de hoy en día están intelectualizadas, comprenderá también en cada caso cómo el karma debe trasladar a las almas de hoy en día la elevada espiritualidad por la que estas almas han pasado en épocas anteriores. Les pido que consideren lo siguiente. - Tomemos un caso bastante general. La última vez les mostré un ejemplo especial, pero tomemos ahora el caso general de un alma que vivió en los siglos anteriores al Misterio del Gólgota o incluso después del Misterio del Gólgota de tal manera que tomó el mundo espiritual absolutamente como algo natural. Pensemos en un ser humano que en una vida así pudiera hablar del mundo espiritual a partir de su propia experiencia como de un mundo no menos real y presente que el multicolor mundo cálido y frío de los sentidos.

Todas estas cosas están allí dentro del alma. Y en el intervalo entre la muerte y un nuevo nacimiento, o en repetidos intervalos de este tipo, todas estas cosas han entrado en relación con los mundos espirituales de las Jerarquías superiores. Muchas y múltiples cosas han sido elaboradas en tal alma.

Pero ahora, digamos que debido a circunstancias kármicas, tal alma tiene que encarnar en un cuerpo que está totalmente en sintonía con el intelectualismo, un cuerpo que puede recibir de la civilización de hoy sólo las concepciones habituales que se refieren, después de todo, sólo a las cosas externas. En tal caso, sólo esto será posible para la encarnación actual: la espiritualidad que viene de tiempos pasados se retirará al subconsciente. Y en el intelecto que tal personalidad desarrolla, se pondrá de manifiesto tal vez un cierto idealismo, una tendencia a toda clase de ideales buenos, bellos y verdaderos. Pero sin llegar a elevar del subconsciente a la conciencia ordinaria las cosas que están allí latentes en su alma. Hay muchas almas así hoy en día. Y para aquel que es verdaderamente capaz de observar con una visión entrenada para las cosas espirituales, muchos comportamientos hoy en día contradicen lo que abiertamente surge en aquel que los lleva. Porque el comportamiento dice: en los fundamentos del alma hay mucha espiritualidad, pero tan pronto como el ser humano habla, no habla de espiritualidad en absoluto. En ninguna época se ha dado el caso en tan alto grado como hoy en día, que los comportamientos de las personas contradicen lo que ellas mismas dicen y declaran.

Debemos comprender que la para transformar el intelectualismo en espiritualidad, que a fin de cuentas es propio de la época actual, son necesarias la fuerza y la energía, la perseverancia y un santo entusiasmo. Estas cosas son necesarias para que los pensamientos y las ideas de los hombres de hoy puedan elevarse hacia el mundo espiritual y para que el hombre pueda encontrar el camino de las ideas hacia arriba, hacia el Espíritu, tanto como hacia abajo, hacia la Naturaleza. Y si queremos comprender esto, entonces debemos darnos cuenta plenamente de que el intelectualismo, para empezar, ofrece el mayor obstáculo imaginable para la revelación de cualquier contenido espiritual que esté presente en el alma. Sólo cuando seamos realmente conscientes de ello encontraremos, como antropósofos, el verdadero entusiasmo interior. Entonces recibiremos, por un lado, las ideas de la Antroposofía, que sí deben contar con el intelectualismo de la época, que debe seguir siendo, por así decirlo, el ropaje del intelectualismo contemporáneo. Entonces también nos impregnaremos de la conciencia de que con las ideas de la Antroposofía, que no se relacionan con el mero mundo exterior de los sentidos, estamos destinados realmente a apoderarnos de aquello con lo que sí se relacionan, es decir, lo espiritual. Adentrarse profunda y perseverantemente en las ideas de la Antroposofía es, en última instancia, lo que con mayor seguridad guiará al hombre de hoy hacia la espiritualidad, con tal de que esté dispuesto a ello.

Pero esto que he dicho en esta última frase, queridos amigos, sólo se puede decir de verdad desde hace unas dos o tres décadas. Antes no se podía haber dicho. Pues aunque la regencia de Micael comenzó ya a finales de los años setenta del siglo pasado (XIX), antes las ideas que la época proporcionaba estaban tan fuerte y exclusivamente dirigidas al mundo de los sentidos, que incluso para el idealista elevarse del intelectualismo a la espiritualidad sólo era posible en casos raros y excepcionales en los años setenta, ochenta y noventa del siglo XIX

Hoy les daré un ejemplo para revelar el resultado de este hecho. Les mostraré con un ejemplo cuán fuerte e inevitable es la fuerza que actúa en esta época para hacer retroceder y represar los contenidos espirituales que surgen desde tiempos pasados en las almas humanas. Es más, a finales del siglo pasado, tales contenidos espirituales tuvieron que retirarse y ceder el paso al intelectualismo si querían revelarse de alguna manera.

Por favor, entiéndanme bien. Supongamos que alguna personalidad que viviese en la segunda mitad del siglo XIX llevase en su interior una fuerte espiritualidad de encarnaciones anteriores. Tal personalidad vive y encuentra su camino en la cultura y educación de este tiempo presente (o de aquel tiempo) que es intelectualista, completamente intelectualista. En la personalidad a la que ahora me refiero, el trabajo posterior de la espiritualidad anterior es todavía tan fuerte que está realmente decidido a salir, pero el intelectualismo no lo permitirá. El hombre está educado intelectualmente. En el trato social en el que entra, en su vocación o profesión, en todas partes experimenta el intelectualismo. En este intelectualismo no puede entrar lo que lleva dentro de su alma. De un ser humano así podríamos decir que la Antroposofía habría sido realmente su vocación. Pero no puede llegar a ser Antroposófico, aunque lo que lleva dentro de sí de una encarnación anterior, si pudiera entrar en el intelecto, se habría convertido en Antroposofía. No puede llegar a ser Antroposofía; se detiene en seco; retrocede, por así decirlo, ante el intelectualismo. ¿Qué otra cosa puede hacer una personalidad así? A lo sumo tratará una y otra vez al intelectualismo como algo en lo que realmente no quiere entrar, para que en una u otra encarnación pueda surgir lo que lleva dentro de su alma. Por supuesto que no saldrá del todo, porque no es acorde con la época. Muy probablemente será una especie de balbuceo; pero será visible en tal hombre cómo retrocede y se encoge una y otra vez para no ir demasiado lejos, para no dejarse tocar demasiado de cerca por el intelectualismo de la época.

Hoy quiero darles un ejemplo de esto. Para empezar, les recordaré a una personalidad de la antigüedad que hemos mencionado aquí una y otra vez en todo tipo de conexiones, me refiero a Platón. En Platón, el filósofo de los siglos V y IV a.C., vive un alma que se adelanta a muchas de las cosas sobre las que la humanidad reflexionará en los siglos venideros. Ustedes recordarán cuando llamé su atención sobre el gran contenido espiritual de la Escuela de Chartres, cómo me referí al espíritu platónico que había estado viviendo durante mucho tiempo en el desarrollo del cristianismo. Y en cierto sentido fue en los grandes maestros de Chartres donde este espíritu platónico encontró su verdadero desarrollo según las posibilidades de aquel tiempo.

Debemos darnos cuenta de que el espíritu de Platón está consagrado en primer lugar al mundo de las Ideas. Sin embargo, no debemos concebir que aquellas "Ideas" de las obras de Platón sean el monstruo abstracto que son las ideas para nosotros hoy en día, si nos abandonamos a la conciencia ordinaria. Para Platón, las "Ideas" eran hasta cierto punto casi lo que habían sido los dioses persas, los Amschaspands que como genios activos asistían a Ahura Mazdao. Genios activos alcanzables sólo en la visión imaginativa, así eran en realidad las Ideas en Platón. Tenían una cualidad de ser, sólo que él ya no las describía con la viveza con la que tales cosas habían sido descritas en tiempos pasados. Las describía como las sombras de los seres. De hecho, así es como evolucionaron en adelante los pensamientos abstractos: las Ideas fueron tomadas por los seres humanos de un modo cada vez más parecido a las sombras. Pero Platón, a medida que vivía, fue profundizando en cierto modo, de modo que se podría decir: casi toda la sabiduría de la época se vertió en su mundo de Ideas. Basta con tomar sus últimos Diálogos, y encontraremos cuestiones astronómicas, astrológicas, cosmológicas, psicológicas, estas últimas expresadas de la manera más maravillosa, y cuestiones relativas a la historia de las naciones. Todas estas cosas se encontraban en Platón en una especie de espiritualidad que, si se me permite describirla así, refina y sombrea lo espiritual hasta la forma de la Idea.

Pero en Platón todo está vivo, y sobre todo está viva la siguiente percepción: que las Ideas son el fundamento de todas las cosas presentes en el mundo de los sentidos. Dondequiera que dirijamos nuestra mirada en el mundo de los sentidos, todo lo que contemplamos es la expresión y manifestación externa de las Ideas.

Además, en el mundo de la concepción de Platón entra otro elemento que ha llegado a ser bien conocido por todo el mundo en un lema muy mal entendido y muy mal utilizado, -me refiero al lema del amor platónico. El amor que es espiritual hasta la médula, que ha dejado de lado en la medida de lo posible ese egoísmo que tan a menudo se mezcla con el amor, esta devoción espiritualizada al mundo, a la vida, al hombre, a Dios, a la Idea, es algo que impregna la concepción platónica de la vida hasta la médula. Es algo que después retrocede en ciertas épocas sólo para volver a encenderse repetidamente. Porque el platonismo es absorbido por los seres humanos una y otra vez. Una y otra vez, en un lugar u otro, se convierte en el bastón con el que los hombres se impulsan hacia arriba. Y el platonismo, como sabemos, entró muy significativamente en todo lo que se enseñaba en la Escuela de Chartres.

A menudo se ha considerado a Platón como una especie de precursor del cristianismo. Pero imaginar a Platón como precursor del cristianismo es malinterpretar a este último, pues el cristianismo no es una doctrina, sino una corriente de vida que tiene su punto de partida en el Misterio del Gólgota. Sólo a partir del Misterio del Gólgota podemos hablar de un verdadero cristianismo. Sin embargo, podemos decir que había cristianos antes del Misterio del Gólgota en este sentido, que veneraban como al Ser Sol y reconocían en el Ser Sol a la Figura sublime que posteriormente fue reconocida como el Cristo dentro de la vida terrenal de la humanidad. Sin embargo, si hablamos de precursores del cristianismo en este sentido, debemos aplicar el término a muchos alumnos de los antiguos Misterios, entre los que podemos incluir a Platón. Sólo entonces debemos entender la cosa correctamente.

Ya hablé en este lugar hace algún tiempo de un joven artista que creció mientras Platón aún vivía, no exactamente en la Escuela de los Filósofos de Platón, pero sí bajo la influencia de Platón. De hecho, ya mencioné este asunto hace muchos años. Habiendo pasado entretanto por otras encarnaciones, esta individualidad renació, no de la filosofía platónica, sino del espíritu platónico. Renació como Goethe, habiendo transformado kármicamente en la región de Júpiter lo que le llegó de encarnaciones anteriores, y especialmente de aquella en la que participó de la corriente platónica, de modo que se convirtió en esa clase de sabiduría que impregna todo el contenido de la obra de Goethe. Así pues, podemos dirigir nuestra mirada hacia una relación noble y pura entre Platón y este, -no diré "discípulo"-, sino seguidor de Platón. Pues, como ya he dicho, no era filósofo, sino artista en esa encarnación griega. Sin embargo, el ojo de Platón se posó en él y percibió la promesa infinita que yacía en este joven.

Ahora bien, para Platón fue verdaderamente difícil llevar a través de las épocas siguientes, a través del mundo suprasensible, lo que había llevado dentro de su alma en su encarnación de Platón. Fue muy difícil para él. Pues aunque el platonismo se iluminaba aquí y allá, cuando el propio Platón contemplaba el platonismo que se desarrollaba aquí en la tierra, era para él con demasiada frecuencia una terrible perturbación en su vida suprasensible de alma y espíritu.

No quiero decir con esto que lo que vivió como platonismo haya de ser condenado o duramente criticado. Ni que decir tiene que el alma de Platón trasladó vivamente a las épocas siguientes, pieza a pieza y cada vez más, lo que había en él. Pero Platón sobre todo, Platón que todavía estaba unido a los Misterios de la antigüedad, de quien dije que su Doctrina de las Ideas contenía un cierto impulso persa antiguo - Platón encontró la mayor dificultad para entrar en una nueva encarnación. Cuando hubo absuelto el tiempo entre la muerte y un nuevo nacimiento, -y en su caso fue un tiempo bastante largo-, encontró verdaderas dificultades para entrar en la época cristiana en la que, después de todo, tenía que entrar. Así, aunque en el sentido que acabo de explicar podemos describir a Platón como un precursor del cristianismo, sin embargo toda la orientación de su alma era tal que le hacía extraordinariamente difícil, cuando estaba listo para descender de nuevo a la tierra, encontrar un organismo corporal en el que pudiera llevar sus antiguos impulsos de manera que ahora pudieran surgir de nuevo con un colorido cristiano.

Además, Platón era griego. Era griego hasta la médula, con todos esos impulsos orientales que los griegos aún tenían y que los romanos no tenían en absoluto. Platón fue, en cierto sentido, un alma que llevó la filosofía al terreno poético superior. Los Diálogos de Platón son obras de arte. En todas partes está el alma viva, en todas partes el amor platónico que sólo debemos entender en el verdadero sentido y que también da testimonio de su origen oriental.

Platón era griego, pero la civilización en la que sólo él podía encarnarse, ahora que estaba maduro para la encarnación, ahora que había envejecido para el mundo suprasensible, esta civilización era romana y cristiana.

Sin embargo, si se me permite decirlo así, debía dar el paso. Y para reprimir los factores internos de oposición, debe reunir todas sus fuerzas. Porque Platón rechazaba el elemento romano prosaico, práctico y legalista, es más, rechazaba todo lo romano.

Y también había cierta dificultad para que su naturaleza recibiera el cristianismo, pues él mismo representaba en cierto sentido el punto más alto de la concepción precristiana del mundo. Además, incluso los hechos externos revelaban que la verdadera naturaleza de Platón no podía sumergirse fácilmente en el elemento cristiano. Pues, ¿Qué fue lo que se zambulló en el cristianismo aquí, en el mundo de los sentidos? Fue el neoplatonismo, pero éste era algo totalmente diferente del verdadero platonismo. Recordemos cómo evolucionó una especie de gnosis platónica y cosas por el estilo, pero no había ninguna posibilidad real de trasladar al cristianismo la esencia inmediata de Platón. Así, al propio Platón le resultaba difícil, -de toda la actividad que llevaba en sí mismo como naturaleza platónica y cuyos resultados debía llevar ahora consigo al mundo-, sumergirse de algún modo. Tenía como que reducir toda esta actividad.

Y así fue como él se reencarnó en el siglo X en la Edad Media como la monja Hroswitha, esa olvidada pero gran personalidad del siglo X, que en efecto recibió el cristianismo en un sentido verdaderamente platónico y que llevó a la naturaleza centroeuropea mucho, mucho de Platón.

Perteneció al convento de Gandersheim en Brunswick y llevó infinitamente mucho del platonismo a la naturaleza centroeuropea. Esto, en verdad, sólo era posible que lo hiciera una mujer en aquella época. Si el ser de Platón no hubiera aparecido con un carácter y colorido femenino, no podría haber recibido el Cristianismo en sí mismo en esa época. Pero el elemento romano también era fuerte en toda la cultura de aquel tiempo que tenía que ser recibida. Por fuerza, si puedo decirlo así, tenía que ser recibido. Y así vemos a la monja Hroswitha convertirse en la notable personalidad que era, escribiendo dramas en latín al estilo del poeta romano Terencio, dramas que son de extraordinaria importancia.

Sí, como ven, se podría decir que es casi terriblemente obvio juzgar mal a Platón cuando de alguna manera se acerca. He mencionado a menudo cómo Friedrich Hebbel hizo un apunte de un drama, -el plan sólo existe como apunte-, en el que quería tratar humorísticamente cómo el reencarnado Platón se sienta en una clase de gramática. Se trata de una fantasía poética, por supuesto, pero Hebbel quería representar esto: cómo si el reencarnado Platón se sentase en una clase de gramática y los diálogos platónicos son estudiados por el profesor, el maestro de gramática, y el reencarnado Platón obtiene las peores notas en cuanto a las interpretaciones de los diálogos platónicos. Hebbel tomó nota de esto como material dramático. Luego no lo elaboró. Pero es, por así decirlo, una idea de lo fácil que es juzgar mal a Platón. Él puede ser fácilmente juzgado mal. Quisiera decir que éste es un rasgo que me ha interesado especialmente al seguir la corriente de Platón, porque este juicio erróneo es en realidad extraordinariamente instructivo para encontrar los caminos adecuados para el desarrollo ulterior de la individualidad platónica.

Es muy interesante. Hubo un filósofo alemán (no recuerdo su nombre, era algún Schmidt, o Müller), que con toda su erudición "demostró" hasta la saciedad que la monja Hroswitha no escribió ni una sola obra, que no se le debía nada, que todo era una falsificación de algún consejero del emperador Maximiliano. Todas estas pruebas son, por supuesto, un disparate, pero ahí lo tienen. Platón no puede escapar a la incomprensión.

Y así vemos surgir en la individualidad de la monja Hroswitha del siglo X, una sustancialidad espiritual cristiana y platónica verdaderamente intensa unida al espíritu medio-europeo-germánico. En esta mujer vivía, por así decirlo, toda la cultura de la época. Era, en efecto, una personalidad asombrosa. Y ella, entre otros, participó en esos desarrollos supersensibles de los que les hablé. Me refiero al paso de los maestros de Chartres al mundo espiritual, al descenso de los que entonces eran los aristotélicos y al discipulado de Micael. Pero ella tomó parte en todas estas cosas de una manera muy peculiar. Se puede decir: aquí estaban el espíritu masculino de Platón y el espíritu femenino de la monja Hroswitha luchando entre sí, en la medida en que ambos tenían sus resultados para la individualidad espiritual. Si la encarnación no hubiera tenido importancia, como suele ser el caso, tal lucha interior no habría podido tener lugar después. Pero en esta individualidad tuvo lugar y, de hecho, se prolongó durante todo el tiempo subsiguiente.

Y por fin vemos a la individualidad madura volver a la tierra una vez más en el siglo XIX. Se convirtió en una individualidad del mismo tipo que he descrito anteriormente como un caso hipotético. Pues toda la espiritualidad de Platón se frena, retrocede y se encoge ante la intelectualidad del siglo XIX a la que no se acercará.

Y para facilitar este proceso se ha inculcado en la misma alma la capacidad femenina de la monja Hroswitha. Así, cuando el alma aparece en escena, todo lo que había recibido de su encarnación como mujer, grande y radiante como era, hace que sea tanto más fácil repeler el intelectualismo moderno allí donde no gusta.

Así, la individualidad vuelve a pisar la tierra en el siglo XIX. Crece en la intelectualidad del siglo XIX, pero sólo deja que se le acerque hasta cierto punto, externamente, mientras que interiormente se aleja perpetuamente de ella. El platonismo aparece en su conciencia no de un modo intelectualista, pues una y otra vez, siempre que puede, habla de cómo las Ideas viven en todas las cosas.

La vida en las Ideas se convirtió en algo absolutamente natural para esta personalidad. Sin embargo, su cuerpo era tal que uno tenía continuamente la siguiente impresión: la cabeza simplemente no puede dar expresión a todo el platonismo que está tratando de surgir en él. Pero, por otra parte, podía brotar en él de un modo hermoso, más aún, de un modo glorioso, lo que se oculta tras la palabra "Amor platónico".

Es más, en su juventud esta personalidad tuvo algo parecido a una intuición onírica de cómo la Europa Central no puede y no debería ser después de todo verdaderamente romana. De hecho, él mismo había vivido como la monja Hroswitha. Así, en su juventud representó la Europa Central como una Grecia moderna. Aquí vemos su platonismo. Y representó la región más áspera que se había enfrentado a la antigua Grecia, es decir, Macedonia, como el actual Este de Europa. En esta personalidad vivían sueños extraños, sueños desde los que se podía ver, y esto era muy interesante, cómo quería concebir el mundo moderno en el que él mismo vivía, como Grecia y Macedonia. Una y otra vez, especialmente en su juventud, surgió el impulso de concebir el mundo moderno -Europa a gran escala- como Grecia y Macedonia magnificadas.

La personalidad de la que hablo no es otra que Karl Julius Schröer. Con la ayuda de todo lo que ahora he reunido, basta tomar los escritos de Karl Julius Schröer. Desde el principio habla de un modo totalmente platónico. Pero esto es tan extraño: con una especie de timidez femenina, podría decir, se cuida muy bien de no entrar en el intelectualismo allí donde no le es útil.

Cuando hablaba de Novalis, Schröer solía decir: Novalis es un espíritu que no se puede comprender con este intelectualismo moderno que sólo sabe que dos mas dos son cuatro.

Karl Julius Schröer escribió una historia de la poesía alemana del siglo XIX. En esta historia, dondequiera que uno pueda acercarse a una cosa con sentimiento platónico, es muy bueno, pero dondequiera que uno requiera intelectualismo es de repente como si las líneas se hundieran en la nada. No se parece en nada a un profesor. Escribe muchas páginas sobre algunos que son pasados por alto en silencio por las historias ordinarias de la literatura, mientras que sobre los famosos a veces sólo escribe unas pocas líneas.

Cuando se publicó por primera vez esta historia de la literatura, ¡cómo se retorcían las manos los expertos literarios! Uno de los más eminentes en aquella época fue Emil Kuh, quien declaró: esta historia de la literatura no está escrita por una cabeza en absoluto; simplemente fluyó de una muñeca.

También Karl Julius Schröer publicó una edición de Fausto. Un catedrático de Graz, -por lo demás, muy buen tipo-, escribió una crítica tan espantosa de la obra que creo que se produjeron no menos de diez duelos entre los estudiantes de Graz a favor y en contra de Schröer.

En efecto, hubo muchos malentendidos graves, falta de reconocimiento. Esta mala estimación de Schröer llegó tan lejos que en una ocasión, en una reunión social en Weimar en la que yo estaba presente, ocurrió lo siguiente. En aquel círculo Erik Schmidt era una personalidad muy respetada y lo dominaba todo cuando estaba presente. La conversación giraba en torno a la cuestión de cuáles de las princesas y príncipes de la Corte de Weimar eran sabios y cuáles estúpidos. Esto se discutía seriamente y Erik Schmidt declaró: la princesa Reuss, (era una de las hijas de la Gran Duquesa Reuss), la princesa Reuss no es una mujer inteligente porque considera a Schröer un gran hombre. - ¡Esta era su razón!

Pero hay que recorrer todas sus obras, hasta ese hermosísimo librito Goethe und die Liebe, pues allí se encuentra realmente lo que se puede decir sin intelectualismos sobre el Amor platónico en la vida inmediata y real. En el estilo y el tono de este librito Goethe und die Liebe se nos regala algo extraordinario. Se me ocurrió maravillosamente en una ocasión en que discutía el libro con la hermana de Schröer. Ella llamó al estilo "völlig süss vor Reife", totalmente dulce hasta la madurez, -una bonita expresión. Y así es. Todo es, -no puedo decir en este sentido tan concentrado-, pero todo es tan fino, tan delicado en su forma. El refinamiento era una cualidad peculiar de Schröer.

Y, sin embargo, esta espiritualidad platónica, que rechazaba el intelectualismo, esta espiritualidad platónica que no quería entrar en este cuerpo, causó al mismo tiempo una impresión bastante peculiar y fuerte, pues al ver a Schröer uno tenía la clara percepción: esta alma no está del todo dentro del cuerpo. Y luego, cuando se hizo mayor, uno podía ver cómo el alma, al no estar realmente dispuesta a entrar en el cuerpo de entonces, se retiraba poco a poco de ese cuerpo. Al principio los dedos se hincharon y engrosaron. Luego el alma se retiró cada vez más, y como sabemos, Schröer terminó en la debilidad mental de la vejez. Ciertos rasgos de Schröer, no toda su individualidad, pero sí ciertos rasgos, fueron incorporados a mi personaje de Capesius, el Profesor Capesius, en los Dramas Misterio.

Aquí tenemos un ejemplo notable de que las corrientes espirituales de la antigüedad sólo pueden trasladarse al presente bajo ciertas condiciones. Y bien puede decirse que en Schröer el retroceso ante la intelectualidad se manifestó de forma característica. Si hubiera alcanzado la intelectualidad, si hubiera sido capaz de unirla con la espiritualidad de Platón, la Antroposofía misma habría estado allí.

Y así vemos en su karma cómo se transforma su amor paternal por su seguidor Goethe, si así puedo describirlo. Había surgido de la manera que les dije, pues en aquel tiempo antiguo Platón lo había amado en verdad de un modo paternal. Vemos cómo este amor se transmuta kármicamente; Schröer se convierte en un cálido admirador de Goethe. Así surge una vez más.

Había algo extraordinariamente personal en la veneración de Schröer por Goethe. En su vejez quiso escribir una biografía de Goethe. Antes de que yo dejara Viena a finales de los ochenta me habló de ello y después me escribió al respecto. Pero de esta biografía de Goethe que le hubiera gustado escribir nunca escribió nada distinto de esto. - Dijo: Goethe visita continuamente mi alma. Siempre tuvo este carácter personal que, en efecto, estaba kármicamente predestinado, como ahora he indicado.

La biografía de Goethe nunca llegó a escribirse, pues Schröer cayó en la debilidad mental de la vejez. Pero sí podemos encontrar una interpretación luminosa de todo el carácter de sus escritos si conocemos el antecedente que acabo de explicar.

Así, en el carácter casi olvidado de Schröer, vemos cómo el goetheanismo se estancó ante el umbral del intelectualismo transformado en espiritualidad. Y si se me permite decirlo así, realmente no se podía hacer otra cosa, una vez estimulado por Schröer, que llevar adelante el Goetheanismo hacia la Antroposofía. No había otro camino. Y una y otra vez esta imagen profundamente conmovedora, (porque así era para mí), se presentaba ante los ojos de mi alma: Schröer portando la antigua espiritualidad de Goethe, avanzando en ella hasta la intelectualidad. Y comprendí cómo Goethe debe ser captado de nuevo con el intelectualismo moderno, elevado al dominio espiritual. Sólo así podremos comprenderlo plenamente. Esta imagen no me facilitó en absoluto las cosas. Puesto que lo que era Schröer no podía ser recibido directamente y en su totalidad, una y otra vez se mezclaba en el esfuerzo de mi alma un cierto elemento de oposición contra Schröer.

Así, por ejemplo, cuando en la Universidad Técnica de Viena Schröer impartía clases prácticas de cátedra y redacción de ensayos, una vez di una interpretación bastante distorsionada de Mefisto simplemente para refutar a mi instructor Schröer, con quien por aquel entonces todavía no mantenía una relación tan íntima y amistosa. Efectivamente, en mi interior se agitaba una cierta oposición.

Pero, como ya he dicho, ¡qué otra cosa se podía hacer que soltar la congestión que se había producido y llevar el Goetheanismo realmente adelante en la Antroposofía!

Así se ve cómo sigue realmente su curso la historia del mundo. Pues sigue su curso de tal manera que podemos reconocer: todo lo que poseemos en la actualidad surge con grandes obstáculos y dificultades. Pero, por otra parte, está bien preparado.

Lean las maravillosas descripciones de la feminidad que parecen himnos en los escritos de Karl Julius Schröer. Lean el hermoso ensayo que escribió como apéndice a su Historia de la literatura, su Historia de la poesía alemana del siglo XIX. Lean su ensayo sobre Goethe y su relación con las mujeres. Si toman todas estas cosas juntas, se dirán a sí mismos: verdaderamente aquí está viviendo algo de un sentimiento del valor y el carácter de la feminidad que es un eco de lo que la monja Hroswitha había vivido como su propio ser. Estas dos encarnaciones precedentes armonizan y vibran juntas maravillosamente en la vida de Schröer, hasta el punto de que la ruptura del hilo se convirtió de hecho en una tragedia profundamente conmovedora. Y sin embargo, en Schröer, de entre todas las personas, entra a finales del siglo XIX un mundo de hechos espirituales, inmensamente iluminadores hacia una respuesta a esta pregunta: ¿Cómo podemos introducir la espiritualidad en la vida actual?

Con esto quería cerrar este ciclo de conferencias.

Traducido por J.Luelmo dic,2023