Rudolf Steiner
El desarrollo del alma consciente. Intelectualidad y Satán. El peligro de formar nuevas almas grupales: Gog y Magog. Impulsos del Libro del Apocalipsis en el trabajo del sacerdote.
Hemos venido considerando el espíritu interno del Libro del Apocalipsis, y también hemos considerado el Libro del Apocalipsis en relación con vuestro trabajo como sacerdotes. Por supuesto sería aún posible decir toda otra serie de cosas en relación con ello, como por ejemplo se podría entrar con mayor profundidad en la forma en que está estructurado. Pero me parece que esta reunión aquí en Dornach tendrá el mejor resultado de todos si lo que se ha dicho hasta ahora continúa apareciendo de maneras auténticamente prácticas en vuestro trabajo como sacerdotes.
Hay un asunto más que debemos tratar. Debemos considerar que estamos viviendo en la época del alma consciente, aquella etapa de la evolución global humana en la que el ser humano ha de apropiarse de la intelectualidad e integrarla en su propia individualidad. Esto es, por supuesto, lo que se podría llamar la primera etapa, la etapa limitada aún al espíritu del ser humano, la etapa en la que la integración de la intelectualidad tendrá lugar en la contemplación y pensamiento humanos. Vendrá otra etapa en la que lo que está teniendo lugar en el presente en el reino de los pensamientos y aspiraciones se apoderará también de las fuerzas más profundas del alma humana.
En realidad los seres humanos pueden tener ideas sobre cómo podrían hacer uso de la intelectualidad que está entrando en su propia individualidad. Pero esta era del desarrollo del alma consciente no pasará ante las almas, también será presa de la intelectualidad en sus emociones más profundas, en sus sentimientos y pasiones. Cuando esto haya sucedido, lo que en la Edad Media se buscaba en las estrellas y se denominaban las Inteligencias angélicas de las estrellas, habrá entrado incluso más profunda y completamente en los seres humanos. Todo ello será depositado en el ser humano. Más tarde, cuando llegue el estado planetario Júpiter, incluso el cuerpo será presa de la intelectualidad. En nuestro tiempo presente, mientras la situación es aún tal que los seres humanos pueden poner en pensamientos y palabras todo lo que es esto, mientras el alma aún no ha sido apresada en su ser más íntimo por la intelectualidad, aún es posible, especialmente para los sacerdotes, dirigir así su trabajo de tal forma que los propósitos cósmicos, las metas cósmicas puedan alcanzarse realmente.
Aunque es parte de la sabiduría cósmica que el ser humano debería aprovechar la intelectualidad del cosmos para sí mismo, sin embargo queda la posibilidad de que mientras está haciendo eso podría –en esos momentos descuidados que siempre hay- permitir a aquellos poderes ahrimánicos, conocidos como Satán en la tradición Cristiana, que le roben esta intelectualidad. Satán no debería ser confundido con el demonio ordinario que carece de las características de Satán y es simplemente un poder más modesto. Satán tiene el rango de Archai, y fue él el que se apropió de esta intelectualidad durante el curso de la evolución cósmica, mucho antes de acercarse al ser humano de la manera descrita. En el presente Satán es lo que se podría llamar el propietario de la intelectualidad, y se está esforzando por atar la intelectualidad humana firmemente a la suya, un suceso que provocaría que el ser humano se descolgara de su evolución adecuada. En otras palabras, el poder Ahrimánico está esforzándose en hacer ineficaz el Misterio del Gólgota.
Este poder Ahrimánico conocido como Satán en la tradición Cristiana no es lo bastante fuerte como para tener ningún efecto en los diversos niveles del cosmos que están por encima del ser humano. Es inconcebible, por ejemplo, que la inteligencia, de digamos de un Ángel, pueda ser arrebatada directamente por este poder satánico. Tal cosa sólo podría suceder en ciertos casos excepcionales. El conocimiento de la posibilidad de que, en el futuro, puedan surgir momentos en los que el poder satánico sea lo bastante fuerte para trabarse asímismo, no sólo sobre los seres humanos a través de su intelectualidad, sino también sobre seres del reino de los Ángeles, particularmente Arcángeles, tal conocimiento pertenece aún en el presente a los secretos más elevados del ocultismo, sobre los que por ahora no se debe hablar, y que sólo pueden ser revelados en ciertas circunstancias. Y así, justo ahora, sólo podemos insinuar el hecho de que, en el futuro, la tentación y la seducción, incluso de seres de la jerarquía de los Ángeles y especialmente de los Arcángeles, podría ser posible. Lo que hemos de tener en cuenta hoy, es que el poder llamado Satán en la tradición Cristiana, tiene la habilidad de ceñirse en el ser humano a algo, que existe en él tan independientemente, como es el intelecto. Una vez que el poder Ahrimánico se haya apoderado de la intelectualidad del ser humano, entonces el ser humano podría ser apartado de su evolución y llevado por caminos bastante diferentes, simplemente por tener su ser llevado por su intelecto, con el cual Satán tiene el poder de atarse. Esto no sería posible en el caso de cualquier otra fuerza anímica o espiritual, ni en el caso de cualquier fuerza corporal del ser humano. Es posible sólo en el caso del intelecto, pues el intelecto está situado en el ser humano de tal forma que hace que sea el más independiente de todos los aspectos. Cualquier otro aspecto está vinculado de una forma u otra a ciertos poderes divinos. Así si Satán quisiera apoderarse del sentimiento, por ejemplo, o de los deseos del ser humanos, se encontraría enfrentado a las fuerzas supra-humanas ocultas en estas facultades anímicas. La intelectualidad es el primer aspecto con el que el ser humano puede separarse de los seres responsables de su evolución personal. Es el primer aspecto en el que el ser humano debe vincularse con total libertad a aquellos poderes que desde el principio han estado presentes en su evolución.