Rudolf Steiner
Dornach, 9 de septiembre de 1924
Nuestra principal preocupación debería ser leer el Libro del Apocalipsis en la forma que es apropiada hoy en día. Hoy la espiritualidad del ser humano ha de desarrollarse bajo el signo del alma consciente; sólo por esta razón, por tanto, es adecuado que la dirección de la vida espiritual deba hacerse plenamente consciente, y en su consecuencia es tarea nuestra adoptar con plena consciencia la orientación apropiada sobre lo que nos dice el escritor del Apocalipsis.
En épocas anteriores las revelaciones del escritor del Apocalipsis sin duda significaban algo sólo para los más altos iniciados, de los cuales había cada vez menos según transcurría el tiempo, y no significaban nada para los sacerdotes ordinarios. Hoy lo que el Libro del Apocalipsis contiene debe entrar completamente en la consciencia de los sacerdotes.
Ayer hablamos de siete congregaciones, y desde un punto de vista señalamos la congregación de Éfeso. El mundo está ciertamente muy lleno de puntos de vista y muchos de estos pueden jugar un papel en el mismo asunto. Podemos describir la congregación de Éfeso como lo hicimos ayer, y encontrar cómo en esta congregación particular el cristianismo se desarrolló a partir de condiciones paganas previas. Otra manera de considerarla sería mostrar cómo estos impulsos contenían una gran parte de la estructura básica de la primera época cultural post-Atlante, incluso más de lo que hubo en India en tiempos posteriores. Así uno puede en cierto sentido contemplar el cristianismo que se desarrolló en Éfeso como una continuación cristiana de la visión del mundo y de la vida de la primera época cultural post-Atlante. La segunda congregación mencionada en el Libro del Apocalipsis es la de Esmirna donde prosperaba la antigua cultura persa antes de la transición al cristianismo.
Después viene Pérgamo, que es presentada como la congregación que vivió durante la tercera cultura post-Atlante. Específicamente en la carta a la congregación de Pérgamo podemos descubrir referencias, más o menos desveladas, al Misterio de Hermes que estaba vivo en esta cultura.
En la carta a la congregación de Thyatira somos remitidos a la cuarta cultura post-Atlante, la época en que tuvo lugar el Misterio del Gólgota. Cuando dejamos que el efecto de esta importante carta actúe sobre nosotros se nos recuerda en todas partes el mensaje directo que el Misterio del Gólgota tenía que impartir.