Las cartas a las siete Iglesias
RUDOLF STEINER
Nuremberg
20 de junio de 1908
Tercera conferencia
Al
final de nuestra última conferencia pudimos señalar lo que la
iniciación específicamente Cristiana y la posterior
Cristiano-Rosacruz nos da por primera vez en un gran y significativo
símbolo. Hemos indicado el significado de este símbolo, esta imagen
de la iniciación que también se describe como el Hijo del Hombre
que tiene las siete estrellas en su mano derecha y la afilada espada
de dos filos en su boca. Vimos que esta iniciación permite a una
persona tener un alto grado de visión dentro de su "yo" y
cuerpo astral y fuera de los cuerpos físico y etérico. Ahora
consideraremos todo esto aún más de cerca.
La iniciación
permite a una persona alcanzar lo que sólo puede ser observado con
la visión espiritual, con ojos espirituales, que sólo es clara para
la percepción suprasensible, y sólo de esta manera puede ser
realmente visto y conocido. Ahora bien, una de las primeras y más
importantes cosas que un candidato a la iniciación cristiana tiene
que saber es el desarrollo de la humanidad en nuestro período, para
que pueda comprender las tareas del hombre en un grado mayor. Todo lo
que el conocimiento superior y la perfección superior da al hombre
está conectado con la cuestión: ¿Qué soy y cuál es mi tarea en
esta época? La respuesta a esta pregunta es de gran
importancia.
Cada etapa de iniciación conduce a un punto de
vista más elevado de la observación humana. Ya en la primera
conferencia pudimos señalar que el hombre progresa paso a paso,
primero a lo que llamamos el mundo imaginativo, donde en el sentido
cristiano llega a conocer los siete sellos, luego a lo que llamamos
conocimiento inspirado, cuando escucha las "trompetas", y
finalmente a una etapa aún más alta donde es capaz de comprender el
verdadero significado y naturaleza de los seres espirituales, la
etapa de los llamados viales (copas?) de la ira. Pero volvamos ahora
nuestra atención a una etapa particular de la iniciación.
Imaginemos que el alumno ha alcanzado la etapa de la iniciación
donde experimenta lo que se describió al final de nuestra última
conferencia. Lo imaginaremos justo en la frontera entre los seres más
etéreos de nuestro mundo físico y el que está por encima de él,
el mundo astral, donde se le permite situarse como en un pico alto y
mirar hacia abajo. ¿Qué puede ver el alumno desde este primer
pináculo de la iniciación?
En espíritu ve todo lo que ha
sucedido desde que el diluvio atlante destruyó la antigua Atlántida
y el hombre post-atlante llegó a existir. Ve cómo los períodos
culturales se suceden hasta el momento en que nuestra época también
llegará a su fin y dará lugar a una nueva. La antigua Atlántida
llegó a su fin a través de las aguas del diluvio atlante. Nuestra
época llegará a su fin a través de lo que llamamos la Guerra de
Todos contra Todos, por terribles y devastadores conflictos morales.
Dividimos
esta quinta época, desde el diluvio atlante hasta la poderosa guerra
de Todos contra Todos, en siete edades consecutivas de civilización,
como se muestra en el siguiente diagrama.

En
un extremo imaginamos la gran inundación atlante, en el otro la gran
guerra mundial, y la dividimos en siete sub-edades, siete períodos
de civilización. Toda la época que contiene estas siete sub-edades
es a su vez la séptima parte de un período más largo; de modo que
hay que imaginar siete partes como nuestra época entre el Diluvio y
la Guerra, dos después de la gran guerra y cuatro antes del diluvio.
Nuestra época, la post-Atlante, es entonces la quinta gran
época.
Cuando el alumno se eleva a una cima aún más alta de
la iniciación, observa estas siete épocas, cada una con sus siete
subdivisiones; él las ve cuando llega al límite del mundo astral y
del mundo espiritual o devachánico. Y así va paso a paso; veremos
más tarde cuáles son las etapas aún más altas.
Ahora
debemos tener en cuenta que el alumno es capaz de subir primero a una
cima en la que la amplia llanura de las siete edades de la
civilización de la época post-Atlante se hizo visible como desde la
cima de una montaña. Todos conocemos estas siete edades culturales.
Sabemos que cuando el diluvio atlante arrasó con la Atlántida, la
antigua civilización india fue la primera, y que fue sucedida por la
antigua civilización persa. A ésta le siguió la civilización
asiria-babilonia-caldaica-egipcia-hebrea, ésta la cuarta edad de la
civilización, la greco-latina, a la que siguió la quinta, en la que
vivimos ahora. La sexta, que seguirá a la nuestra, será en cierto
sentido el fruto de lo que tenemos que desarrollar en el camino de la
civilización espiritual. La séptima edad de la civilización
seguirá su curso antes de la Guerra de Todos contra Todos. Aquí
vemos que se aproxima esta terrible devastación de la civilización,
vemos también el pequeño grupo de personas que han logrado tomar el
principio espiritual en sí mismos, y son rescatados de la
destrucción general que viene a través del egoísmo.
Como
hemos dicho, ahora estamos viviendo en la quinta de las sub-épocas.
Así como desde la cima de una montaña aparecen ciudades, pueblos y
bosques, también los resultados de estas edades de la civilización
aparecen desde el pináculo de la iniciación descrito. Percibimos su
significado. Representan lo que ha ocurrido en nuestro mundo físico
como civilización humana. Por esta razón hablamos de épocas de
civilización, en contraste con las razas. Todo lo que está
conectado con la idea de raza son los restos de la época que
precedió a la nuestra, es decir, la Atlante. Ahora estamos viviendo
en la era de las épocas culturales. La Atlántida fue la época en
la que siete grandes razas se desarrollaron una tras otra. Por
supuesto que los frutos de este desarrollo de la raza se extienden
hasta nuestra época, y por esta razón se sigue hablando de las
razas hoy en día, pero en realidad son mezclas y son muy diferentes
de las distintas razas de la época atlante. Hoy en día la idea de
la civilización ya ha superado la idea de la raza. Por lo tanto,
hablamos de la antigua civilización india, de la que la civilización
que se nos anuncia en los Vedas es sólo un eco. La antigua y sagrada
civilización india fue el primer amanecer de la civilización post
atlante; siguió inmediatamente a la época atlante.