GA346 Dornach, 8 de septiembre de 1924 carta al ángel de la congregación de Éfeso

Rudolf Steiner

cuarta conferencia

Dornach, 8 de septiembre de 1924

Ayer pusimos ante nuestras almas la imagen que nos muestra el autor del Apocalipsis, la imagen de la Aparición de Jesucristo, ofrecida por el Dios Padre; y me permití comentar que la explicación diseñada para conducir a una comprensión de la imagen puede ser concebida como una carta enviada por Dios mismo a Juan.

Es parte integrante de los Misterios y de la manera en que uno habla de los Misterios y los presenta, que de ahora en adelante el autor del Libro del Apocalipsis sea asimismo contemplado como el autor de la carta. Subyace en la naturaleza de los Misterios que el redactor de un documento como éste no se sienta autor en el sentido en que consideramos el autor de una obra hoy en día. Él se sentía una herramienta del Autor espiritual. Él sentía que no quedaba nada personal en la escritura. Así Juan está perfectamente justificado al actuar como si estuviera escribiendo lo que tiene que escribir bajo el mandato de Dios, como un mensaje de Dios. En todo lo que sigue esto se hace obvio de una manera que ciertamente se adecua a los Misterios.

Es perfectamente cierto decir que en nuestro tiempo actual necesitamos una vez más comprender tales cosas como la transición desde la Aparición de Jesucristo en los primeros versos del Libro del Apocalipsis con lo que sigue después, es decir, las siete Cartas enviadas a las diferentes congregaciones (Comunidades). Nuestra época actual ha olvidado completamente cualquier comprensión de tales cosas, que una vez existieron como hechos de facto en los Misterios e incluso aún de la forma en que los cristianos primitivos pensaban.

GA346 Dornach, 15 de septiembre de 1924 caída de las fuerzas opositoras al impulso de Cristo

Rudolf Steiner

Las tres etapas de la caída de los poderes opuestos al Impulso de Cristo: la caída de Babilonia, la caída de la Bestia y el Falso Profeta, la caída de los adversarios divinos (Satán).

Décimo primera conferencia

Dornach, 15 de septiembre de 1924

Situémonos en el mundo en el que el escritor del Apocalipsis quiere situar a la humanidad por medio de su descripción de la próxima época de la tierra. Él describe sus visiones de los mundos espirituales entrando y adueñándose del ser humano terrenal. Describe tres etapas anteriores a ésta, y nosotros debemos llegar a conocerlas. Cada una de estas tres etapas representa algo que debe caer antes de que los seres humanos sean lo suficientemente dignos y capaces de asumir el mundo espiritual, en toda su pureza, en su actuar, pensar y sentir.

La primera etapa es la caída de Babilonia, por el momento utilizaremos la terminología del escritor del Apocalipsis. La segunda etapa es la caída de la Bestia y su compañero el Falso Profeta, que propaga las enseñanzas de la Bestia. La tercera etapa es la caída de los adversarios divinos, como se les llama normalmente, es decir, la caída de Satán. Cuando miramos a la evolución futura de la humanidad con los ojos espirituales vemos estas tres etapas con mucho realismo, con mucha concreción. En nuestro siglo en particular, durante el que se decidirá mucho de lo que concierne a la evolución de la humanidad, hay muchas razones para dirigir los ojos de nuestra alma hacia estas tres caídas. Vendrán a nosotros de una forma particular después del tiempo en que Cristo aparezca sobre la tierra por primera vez en el cuerpo etérico, en otras palabras, después de la segunda aparición de Cristo sobre la tierra. La humanidad debe prepararse para esto, de tal modo que los seres humanos sean lo suficientemente fuertes para sobrellevar esta caída triple de los adversarios del Impulso de Cristo sin poner en peligro el desarrollo de su alma.