GA346 Dornach, 12 de septiembre de 1924 El genio y el demonio del sol
GA346 Dornach, 13 de septiembre de 1924 diferencia entre cristianismo y otras creencias
Rudolf Steiner
El Libro del Apocalipsis como una imagen profética que muestra el desarrollo del Cristianismo después del Misterio del Gólgota. La diferencia esencial entre el Cristianismo y otras creencias religiosas. La construcción de la Antigua y la Nueva Jerusalén.
Novena conferencia
Ahora que hemos reunido varios elementos para ahondar en la esencia del Libro del Apocalipsis, dirijamos nuestra atención al Libro en sí. Comenzaremos por dirigir algunas preguntas relativas al final, la meta de lo que el escritor del Apocalipsis ve en su visión y quiere impartir a la humanidad. Veréis después por qué he elegido estructurar nuestras consideraciones de esta manera particular.
Lo que el escritor del Apocalipsis nos da es lo que se podría llamar una comunicación a la humanidad, una revelación a los seres humanos, pero una revelación que es muy diferente en su esencia de otras comunicaciones que no surgen de la clarividencia. Así el escritor del Apocalipsis señala que el suceso que le permitió hacer su comunicación a la humanidad fue un suceso especial, una poderosa iluminación. El Libro del Apocalipsis es así mostrado como un suceso, un hecho que pertenece al desarrollo adicional del Cristianismo.
El gran punto de partida del desarrollo Cristiano sobre la tierra, que antes de que sucediera sólo podía ser previsto y esperado, es por supuesto el Misterio del Gólgota mismo. Tras este vienen los diversos hechos que deben surgir si el Cristianismo ha de seguir desarrollándose, desde el Misterio del Gólgota en adelante, a través de todo el tiempo y la eternidad. El Libro del Apocalipsis contiene uno de tales hechos. El escritor del Apocalipsis es plenamente consciente de que no sólo está diciendo a otros algo que él mismo ha experimentado y que contribuirá al desarrollo de su tiempo; él sabe que la recepción y transmisión misma del contenido del Libro del Apocalipsis es un hecho en sí mismo.
El aspecto importante que distingue al Cristianismo de otras creencias religiosas es que las religiones antiguas eran enseñanzas, mientras que el aspecto esencial del Cristianismo es el hecho del Gólgota, y este esencial aspecto debe ser seguido por más hechos. Por tanto no es una prioridad fundamental y primordial que se le explique a la gente el contenido de los Evangelios. Lo esencial es que el Cristianismo debería buscar una conexión real y genuina con el Misterio del Gólgota. Bajo la influencia del intelectualismo en los tiempos recientes, el Cristianismo ha adoptado formas intelectuales propias. Esto ha conducido incluso a la famosa afirmación de que Jesús no tiene lugar en los Evangelios1. Esto significaría más o menos que el contenido de los Evangelios puede ser aceptado como enseñanza mientras no se necesite tener en cuenta al maestro del que proviene. Sólo Dios Padre tiene un lugar en los Evangelios, se dice. Esto es equivalente a postular que lo importante del Misterio del Gólgota fue que Jesucristo apareció y dió enseñanzas sobre el Padre. Pero éste no es el aspecto esencial en absoluto. El aspecto esencial es que el Hecho sucedió en el Gólgota, que Jesucristo vivió sobre la tierra y realizó el Hecho sobre el Gólgota. Las enseñanzas son accesorias, son secundarias y no esenciales. El Cristianismo debe luchar por volver a reconocer esto, y también para llevarlo realmente a cabo.