GA159 Bremen 21 de febrero de 1915 Las interrelaciones más profundas de la historia europea

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 RUDOLF STEINER


Conferencia nº 3 de una serie de quince conferencias, celebradas en 1915, en varias ciudades.

La ciencia espiritual y el misterio de la muerte

Las interrelaciones más profundas de la historia europea

Bremen 21 de febrero de 1915


En nuestros tiempos, nos enfrentamos de manera muy significativa a lo que la ciencia espiritual llama el misterio de la muerte. Todo está en estrecha o alejada interrelación con ella. A través de la ciencia espiritual recibimos, sobre todo, no sólo la convicción básica, sino el conocimiento básico del mundo en el cuerpo físico y de aquel en el que entramos por la puerta de la muerte. Sin embargo, este mundo está siempre vivo también en la vida sensorial y nos rodea. Sólo que no es reconocible para el ser humano ocupado en la vida sensorial, porque no tiene la atención necesaria para ello. Cuando fluyen a través del tiempo acontecimientos tan drásticos que exigen tan múltiples sacrificios de los seres humanos como los que ahora nos rodean, debemos entretejernos con toda nuestra alma en ello. De ahí que sea obvio presentarles algunos asuntos por medio de la ciencia espiritual.

Queremos dirigir nuestra mirada a campos de la vida que nos muestran cómo la humanidad ha llegado a algo fatalmente ilógico en relación con su entorno a causa del modo de pensar materialista. Oímos, por ejemplo, de la manera habitual hoy en día a las distintas naciones acusarse mutuamente: Yo no he querido la guerra; eres tú quien la ha incitado. - La pregunta es legítima y ya se puede responder -pues los hechos hablan claramente- dónde están las causas externas. Pero para la visión científico-espiritual es diferente. En esta cuestión tiene que darse cuenta de que la guerra es básicamente la última fase en el curso de los acontecimientos, o al menos una fase posterior de asuntos que ya estaban ahí antes. Tambien con los procesos de enfermedad se comete un error de juicio, ya que a menudo se habla de ellos, cuando ya son procesos de salud, que deben tener lugar para lograr la recuperación. Los procesos externos, que tienen lugar para paralizar la enfermedad y recuperarse, han ocurrido antes y no han sido observados. La guerra también es un proceso de enfermedad aparente. Es un esfuerzo de la humanidad por superar ciertos procesos que ya existían. La enfermedad estaba ya anteriormente en las relaciones realmente malsanas entre los pueblos. Cuando alguien investiga racionalmente las causas externas, ignora las internas. En la zona en la que estamos apiñados como en una fortaleza y rodeados con un anillo, debe parecer razonable plantear especialmente la cuestión de cuáles son las causas internas, o de qué tipo es la causa única por la que se produjo este cerco. Se habla de tal cerco para los últimos años, para las últimas décadas, pero si se observan las grandes conexiones, comienza mucho antes. Suena peculiar, pero se puede dar el año 860 d.C. - no 1860, sino 860. Durante largo tiempo, el proceso está en marcha,  encontrando su expresión ahora en una forma que podemos llamar la más espantosa guerra de la humanidad, desde que habita la tierra.

En la interrelación más profunda de la historia europea se encuentra el hecho extremadamente extraño de que en Europa Central se aglutinó algo de sustancia espiritual. Si alguien investiga esta interrelación más profundamente, verá que allí se aglomeró con un propósito particular. No se trata de las disposiciones externas de la sangre o la raza, sino del hecho de que algo parecido a una sustancia espiritual impregna el mundo. Algo así como un anillo en forma de serpiente se contrae en Europa Central bajando desde el lejano norte. Dos corrientes del este y del oeste van hacia el sur y se encuentran formando un anillo. En el siglo IX, se mueven desde un centro las tribus normandas que están relacionadas por la sangre con tantas cosas que luego existen en Europa Central. Pero se abren paso hacia el elemento romano, que viene del sur de Europa, y confluyen con él. En el año 860, se sitúan frente a París; allí los normandos fueron dominados por los romanos. De ahí surgió la Francia occidental. Los normandos aportaron a las islas británicas desde Francia, más de lo que los anglos y los sajones pudieron traer. En el este, los normandos bajaron, llegaron desde el norte al Volga y al Mar Negro a las regiones eslavas. Más tarde se incorpora la corriente tártara. El elemento eslavo se impone a los normandos y les proporciona la religión cristiana en su forma oriental. Se convierten en eslavos como "Ros" - en Finlandia se les llama así - no ha quedado nada más que el nombre de Rusia. Este nombre es de origen germánico. El nombre Rurik tiene el mismo origen.

Sobre estas relaciones se tienen opiniones bastante dudosas. En el oeste de Europa mucha gente habla de que los franceses son designados para resucitar el antiguo elemento celta en una especie de Renacimiento. Se tiene la idea de que en Europa Central son principalmente teutones y que en el oeste predomina el elemento celta. Sin embargo, es al revés, en la población francesa hay mucha más sangre teutona, en Europa Central hay más sangre celta, esto es cierto. Por lo tanto lo ilusorio (maya) se opone a la verdad. Sólo los habitantes del oeste están completamente dominados por el elemento romano. En el este los normandos y con ellos los elementos teutónicos son dominados por el elemento de la raza extranjera. Todavía hoy prevalece allí una religión que es ajena al alma del pueblo ruso [ en Del síntoma a la realidad, tercera de nueve conferencias (Berlín, 1918), volumen 185 de las Obras Completas de Steiner ]. Así pues, los pueblos de Europa Central están rodeados por así decirlo. El elemento romano llega hasta Constantinopla, y por el otro lado los normandos eslavos llegan también hasta Constantinopla. Ahí tenemos la serpiente, el anillo.

Si consideramos lo que allí se aglutina espiritualmente, obtenemos la visión de que tiene una tarea especialmente importante. Ayer, apenas lo indiqué, pero, sin embargo, hablé del hecho de que aquí debería tener lugar un cierto contacto familiar del alma del pueblo con el alma individual y justo así se producen los brotes más bonitos con los mejores parientes. El ego debe ser captado directamente, los miembros individuales del alma no deben vivir directamente en el ego como en Occidente. De ahí surge -esto ya tendría que estar claro para la consideración exotérica- que en Europa Central nunca pudo prevalecer una hostilidad básicamente completa contra el idealismo que siempre tuvo una cierta tendencia en un alto grado hacia el mundo espiritual. Cuando comenzamos nuestro movimiento espiritual, el karma ordenó que tuviéramos que actuar al principio en asociación con el movimiento británico. Pero externamente todo no era más que un síntoma de lo que tenía que suceder internamente con una cierta necesidad. Si consideramos lo que representa el movimiento teosófico, del cual tuvimos que separarnos, notaréis que allí la vida cultural se ha dividido en dos partes. La vida externa toma un camino puramente materialista, y el elemento espiritual se acopla a ella. Siempre se separan.

Comparad con lo que debe ser nuestra vida espiritual para nosotros. Así como en el organismo no se puede concebir la cabeza sin el cuerpo, nuestra vida espiritual crece a partir de la vida cultural general. Basta con empezar con Tauler, Eckhart, Angelus Silesius, luego con Herder, Lessing, en todas partes tenemos que desarrollar lo que debe ser la cultura espiritual superior. No podemos acoplar nuestra visión espiritual a nada, debemos tenerla como un organismo, debemos elevarla. Tenemos que descubrir internamente que el retorno de Cristo es un asunto espiritual. De ahí que no podamos hacer la más mínima concesión. Sólo podemos mirar a Cristo como figura con el ojo espiritual, acercarnos a Él con la experiencia interna. En Occidente eso tenía que ser dogmatizado y materializado. La gente no podía imaginarlo de otra manera, salvo viniendo en cuerpo físico. De ahí la absurda idea de presentar a Cristo en el cuerpo [el niño indio Krishnamurti fue proclamado como el Cristo reencarnado por Annie Besant, la presidenta de la Sociedad Teosófica (Adyar)]. Esto ocurrió en relación con lo que allí se pretendía.

Por tanto, es necesario plantearse objetivamente la siguiente pregunta: ¿cómo ha de relacionarse la civilización centroeuropea con la cultura futura? - La verdad es algo general, pero otra cosa es cómo surge. En la civilización centroeuropea están los resortes de toda la cultura espiritual del futuro. Tenemos que encontrar el camino desde el idealismo alemán hacia la cultura espiritual. Para ello es necesario que aquí en el centro sea fundada una cultura del ego. Eso se puede ver fácilmente en el campo esotérico. El ego humano tiene que encenderse en el mundo exterior, sólo allí está despierto y se realiza internamente. Así, la cultura del ego de Europa Central se despierta desde fuera. Sólo hay que mirar los últimos acontecimientos, la estandarización del ser alemán. Es típico que el imperio alemán se haya fundado en 1871 sobre un terreno extranjero. Se podrían dar muchos ejemplos que también muestran en los acontecimientos externos que hay una cultura del ego en Europa Central.

Parece razonable preguntar: ¿qué significado tienen las muertes para el mundo espiritual? - Innumerables seres humanos pasan en la flor de la vida por la puerta de la muerte. Al principio se separa la conexión del ego, el cuerpo astral y el cuerpo etérico con el cuerpo físico. El cuerpo físico es entregado aparentemente a la tierra, el cuerpo etérico al mundo etérico; el cuerpo astral y el ego continúan. Sin embargo, esto debe llamar nuestra atención: ¿los cuerpos etéricos de los seres humanos que atraviesan la puerta de la muerte a una edad normal son diferentes a los de los jóvenes? En cuanto al cuerpo físico se entiende esto, en cuanto al etérico se entenderá ahora. El cuerpo etérico podría haber asistido al cuerpo físico durante décadas, y podría haber elaborado un trabajo en él. Se va con estas fuerzas no utilizadas a través de la puerta de la muerte, se une allí con el alma del pueblo, y el trabajo del alma del pueblo se impregnará en el futuro con las fuerzas no utilizadas de estos cuerpos etéricos. Nuestra tarea es comprenderlo. Habrá seres humanos que sabrán: el alma del pueblo es un elemento activo. Sólo cuando se sabe que los cuerpos etéricos no utilizados trabajarán como fuerza espiritual de manera concreta en el mundo espiritual, entonces se puede comprender lo que entra en acción realmente. La conciencia de esta relación concreta con el mundo espiritual será importante. De este modo, es decir, mediante la creación de tal conciencia del mundo espiritual, la ciencia espiritual se convierte cada vez más en algo vivo en las almas y no se queda en mera doctrina. El ser humano sabe que está en un aura espiritual lo mismo que sabe aquí que el aire está en su entorno. Lo mismo que distingue aquí el aire limpio y sucio, sentirá los espíritus buenos y malos, experimentando y sintiendo el aura espiritual.

Únicamente éste es el fruto correcto de la ciencia espiritual. Se puede ver si consideramos los acontecimientos que están cerca de nosotros y que pueden enseñarnos. Uno de ellos acaba de ocurrir en el lugar de nuestra construcción. En este caso se trataba de un niño que al morir dejó su cuerpo etérico sin ser utilizado. Las fuerzas están ahí; cualquiera que las contemple, que sepa contemplarlas, ve que han pasado al aura de nuestra construcción de Dornach y viven en ella. Este es un ejemplo del cual yo respondo. El cuerpo etérico que está colaborando realmente, pertenece con sus fuerzas más a la comunidad. Desde entonces trata de hacer algo por medio de inspiraciones cerca de la construcción. Estas son fuerzas de apoyo.

Tales asuntos son obvios para nosotros, podemos aprender a través de ellos cuán misteriosas son las conexiones en el mundo espiritual. Justo en el último tiempo hemos experimentado en el karma de nuestra sociedad que han muerto amigos muy queridos. Lo que dije en el ciclo de Viena [ Naturaleza interior del hombre y la vida entre la muerte y el renacimiento, ocho conferencias (Viena, 1914), Obras Completas de Steiner volumen 153] sobre la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento se hizo completamente claro sólo en algunas de estas almas. Una de estas almas ha encontrado con tanta seguridad el camino hacia nuestro movimiento cuando el cuerpo físico ya estaba desgastado. Desde que estaba en nuestro movimiento, era un ser cuya alma se me presentaba como a través de un cuerpo que se había vuelto brillante y transparente como el cristal. Después de la muerte la imagen de esta alma, como ya era antes, creció junto con la que presentó después. No pude evitar dar la nota necrológica que muestra que estaba tan seguramente junto a esta alma. Las siguientes palabras se hicieron audibles durante unos tres días, después de la muerte:

Has venido a nosotros.

La dulzura de tu ser

Hablaba de la fuerza tranquila de tus ojos -

La calma de tu alma

Fluía en las olas

Con que tus miradas

Llevaban tu tejido interno

A las cosas y a los seres humanos

Y el alma penetraba en tu voz

Que revelaba - más por el tipo de palabra

En su manera elocuente -

Lo que funcionaba como un secreto

En tu alma encantadora

Que lo que contenía la palabra;

Sin embargo, sin decir una palabra

Se revelaba a sí mismo

Al amor compasivo de los seres humanos -

Este ser que contaba con la noble y tranquila belleza

De la creación del alma del mundo

Al sentimiento receptivo.

Después de la muerte la conciencia se amortigua, precisamente porque hay una conciencia desbordante. Esto sucede por la retrospectiva que se tiene sobre la muerte primero - no en el caso del suicidio, - como si fuera un punto solar. Eso pertenece a las experiencias más bellas, más elevadas. Sientes un vínculo allí, te dices a ti mismo: allí has vivido, - y así te orientas en el mundo espiritual.

Nuestra amiga estaba fuera de la etapa de la visión retrospectiva etérica, por lo que yo le hablé al ser presente, pero aún no consciente. Entonces se produjo un momento de conciencia como resultado del calor, y ella vio la cremación. El tiempo allí se convierte en espacio.

Los acontecimientos en el mundo físico y espiritual se corresponden entre sí. En tal caso, la llamada no vuelve como un eco del mundo espiritual, sino que se convierte en una respuesta, dando lo esencial, del alma aún no consciente. Con tales ejemplos reconocemos el sentimiento y sentimos el reconocimiento del mundo espiritual. El resultado debe ser experimentar la realidad del mundo espiritual. Es especialmente importante conseguir este sentimiento definitivo en nuestro tiempo, para que el bienestar físico y el bienestar mental surjan para toda la humanidad a partir de la seriedad del presente. Porque siempre los grandes y significativos acontecimientos mundiales fueron, también para un conocimiento superficial, la clara expresión del hecho de que no sólo hay seres sensoriales, sino que los seres espirituales están trabajando en el mundo sensorial.

Es difícil atravesar el velo que separa el mundo físico del espiritual. Esto hace que el autoconocimiento sea difícil en la mayor medida posible; uno se lo imagina como algo demasiado fácil. A veces es difícil ya en el sentido físico externo. El significativo filósofo Ernst Mach [Ernst Mach (1838-1916), físico y filósofo austríaco] -no Ferdinand Maack, si no, no habría hablado de un filósofo significativo- dio un ejemplo grotesco de ello. Mach describe en una de sus obras que cuando era joven le llamó la atención un rostro desagradable en el espejo de un escaparate, que tuvo que reconocer inmediatamente como el suyo propio para su consternación. Más tarde volvió a experimentar algo similar. Al subir a un autobús vio a un hombre con un rostro feo que se le cruzó desde el otro lado, y sólo después reconoció que se había visto a sí mismo en el espejo. El ser humano tiene aún más dudas sobre el ser o la forma del alma. La gente no sueña con lo que hay que hacer para conseguir el autoconocimiento. En el sustrato del alma, la maya (imagen ilusoria) tiene a menudo grandes dimensiones. Un ser humano tiene el impulso de la crueldad; convive con personas a las que atormenta de vez en cuando, etc. Busca una causa externa para ello; a menudo utiliza un ingenioso don de invención para velar la estructura de su alma. Yo mismo conocí a alguien que hablaba repetidamente de los grandes sacrificios que exigía su actividad. Pero tenía que decir que sólo era un deseo de su alma, que él satisfacía. Cuando hablaba de sacrificios de esa manera, sólo el egoísmo estaba detrás de eso. El verdadero autoconocimiento sólo es accesible si uno avanza en la ciencia espiritual gradualmente, en la medida en que experimenta por sí mismo lo que hay en el mundo.

Hay personas que organizan horas de tertulia en el mundo. Al parecer, eso sucede incluso entre los hombres que acuden a sus veladas al atardecer. Cuando se les pregunta por qué parlotean, la gente da todo tipo de razones importantes para ello. Pero existe otra explicación: cuando deslizamos la mano sobre el terciopelo o la seda, sentimos una sensación muy placentera. Pues bien, cuando alguien está charlando, su cuerpo etérico golpea perpetuamente contra el aire puesto en movimiento, y al hacerlo es acariciado. Esto no es nada malo. Solo que es bueno saber lo que pasa cuando se parlotea, si se sabe que el ser humano tiene un cuerpo etérico.

La humanidad va hacia una época en la que debe enfrentarse cada vez más a estos asuntos. La ciencia espiritual debe despertar la conciencia para ello cada vez más. Entonces las personas que hoy afirman en su mente materialista que todo lo espiritual es una ensoñación, parecerán como si alguien dijese que donde está el aire, no hay nada. Lo mismo que uno descubre que el aire es real, la humanidad descubrirá que el espíritu es algo real. Si consideráis el mayor misterio, la Muerte y Resurrección de Cristo, podéis creer que Cristo, después de haber pasado por el Misterio del Gólgota, él actuaría sobre la humanidad particularmente por medio de la enseñanza. Sin embargo, lo que la gente sabía de Cristo era lo mínimo.

Los teólogos han discutido, pero muy pocos han entendido algo bien. Sólo una parte de los acontecimientos históricos pasan a la conciencia. Un ejemplo de ello es la batalla entre Majencio y Constantino en el Puente Milvio el 28 de octubre de 312 d.C., que se decidió no por ninguna circunstancia externa, sino por efectos de tipo no físico. Con un ejército mucho más fuerte que el de Constantino, Majencio tuvo que defender Roma. Consultando los Libros Sibilinos obtuvo el consejo de conducir sus tropas fuera de Roma y así destruiría a los enemigos de Roma. Un sueño le animó a ello. También Constantino tuvo un sueño en el que sus soldados debían llevar estandartes con el monograma de Cristo en lugar de los antiguos signos de campo. Así sucedió, y el ejército de Majencio, que había sido conducido fuera de Roma en contra de la razón, fue derrotado por las fuerzas armadas más débiles de Constantino, y el propio Majencio encontró la muerte en la huida. El impulso crístico había actuado aquí en el subconsciente del pueblo.

El impulso vive en el subconsciente, como si los acontecimientos, al igual que los barcos, fueran por el mar, pero los asuntos importantes tuvieran lugar en los submarinos. Un punto importante en el tiempo es de nuevo el siglo XV. En esa época, la Doncella de Orleans intervino en el curso de la historia de tal manera que todo lo que ocurrió después fue determinado por medio de ella. Todo el mapa de Europa sería diferente, también la vida espiritual si los ingleses hubieran ganado. La Doncella era una sierva de San Miguel. Schiller estaba profundamente conmovido por la figura de la Doncella de Orleans: "al mundo le gusta ennegrecer el resplandor". Mientras que Voltaire descargaba su rabia contra ella, incluso Shakespeare no podía entenderla, Anatole France la hundía en la visión materialista, todos los occidentales de intelecto no la entendían, y Schiller encarnó esta figura sublime en su drama.

Fue necesario que la Doncella de Orleans pasara por una especie de iniciación inconsciente para cumplir su misión histórica. Se trataba de una iniciación como la que nos describe la leyenda de Olaf Åsteson. Tales iniciaciones, para las que eran necesarias ciertas condiciones kármicas, podían tener lugar en el tiempo de las trece noches entre el 25 de diciembre y el 6 de enero. Si la luz exterior tiene la más mínima fuerza, es posible una iluminación interior. Así, Olaf Åsteson tuvo verdaderas experiencias espirituales en el estado de sueño durante trece noches, que luego relata ante el portal de una iglesia, como se muestra en la Canción del Sueño. También la Doncella de Orleans pasó trece noches como en el estado de sueño, es decir en el cuerpo de su madre. En el último tiempo antes del nacimiento el ser humano es especialmente accesible a las influencias inconscientes del mundo espiritual. El 6 de enero nació la Doncella de Orleans. Durante este día todos los habitantes de su lugar de nacimiento se reunieron porque algo bastante inusual se sentía en el aura del pueblo. Era el nacimiento de la Doncella de Orleans, a la cual se le implantó el Impulso Crístico justo antes de que viera la luz física del sol.

El objetivo real de todos nuestros esfuerzos y lo que mas nos importa es conseguir una conexión viva entre el mundo físico y el espiritual. La gente reconocerá que el período del ocaso de esta guerra significa el cambio de una era. Los seres humanos deben saber que las almas de los que se han sacrificado siguen actuando y que esta guerra tiene la tarea de concluir la era materialista.

Es necesario que haya almas que envíen pensamientos al mundo espiritual como si se tratara de unos brazos extendidos y que hagan descender la conciencia del mundo espiritual, para ello se requieren almas conscientes del espíritu. Cuantas más almas conscientes del espíritu envíen sus pensamientos hacia arriba - depende mucho del hecho de que nuestra atmósfera espiritual esté penetrada por tales pensamientos, - más podrán madurar los frutos que provienen de las muertes sacrificiales. Así resumimos nuestra consideración en las palabras:

Del valor de los combatientes,

De la sangre de las batallas,

Del dolor de los afligidos,

De los sacrificios de la nación

Crecerán los frutos del espíritu

Si las almas conscientes del espíritu vuelven

Sus sentidos a la tierra del espíritu.


GA159 Hannover 19 de febrero de 1915 El camino del ser humano a través de la puerta de la muerte - Una transformación de la vida

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 RUDOLF STEINER


Conferencia nº 2 de una serie de quince conferencias, celebradas en 1915, en varias ciudades.


Hannover 19 de febrero de 1915

El camino del ser humano a través de la puerta de la muerte. Una transformación de la vida 

Este es un tiempo, en el que en rápida sucesión como resultado de muchas muertes se acerca la conexión del ser humano con el mundo espiritual. Es el mundo en el que el ser humano entra cuando atraviesa la puerta de la muerte. En circunstancias muy especiales nos encontramos con estas muertes rápidas y sucesivas, casi simultáneas. Estas circunstancias especiales se dan porque pasan por la puerta de la muerte numerosas personas terrestres que podrían haber vivido todavía durante décadas en la tierra en las circunstancias que se pueden suponer para las personas terrestres. Y siempre que el ser humano atraviesa la puerta de la muerte prematuramente por así decirlo, se dan también condiciones extraordinarias.

Sabemos que el ser humano al atravesar la puerta de la muerte deja atrás, entrega al elemento tierra lo que se desprende de él como cuerpo físico. Sabemos que entonces el llamado cuerpo etérico es considerado como el segundo que, sin embargo, también se separa de la individualidad. Entonces la individualidad, que consiste en el cuerpo astral y el ego, pasa las regiones espirituales entre la muerte y el nuevo nacimiento. El cuerpo etérico, sin embargo, sigue trabajando, desligado del ego y del cuerpo astral. Este cuerpo etérico, que ahora entra en el mundo espiritual contiguo, el mundo etérico, es diferente en cada ser humano. Podéis imaginar que el cuerpo etérico de alguien que pasa la puerta de la muerte prematuramente tiene un aspecto diferente al de alguien que ha vivido su vida hasta la vejez. Porque el cuerpo etérico que tiene que ir con un ser humano fallecido prematuramente a través de la puerta de la muerte, tendría el poder de suministrar vida al cuerpo físico en condiciones normales todavía durante muchos años, décadas. Ahora bien, tanto en el mundo espiritual como en el mundo físico no se pierde una fuerza. Esta fuerza que dota, por otra parte, de vida al cuerpo físico sigue existiendo. De modo que podemos decir: si ahora miles atraviesan la puerta de la muerte, sin embargo, casi todos los días, entran en el mundo elemental cuerpos etéricos que todavía son capaces de sobrevivir, que tienen otras fuerzas en sí mismos que los cuerpos etéricos más viejos. ¿Qué sucede ahora con estos cuerpos etéricos todavía capaces de sobrevivir?

Ayer en la conferencia pública hablé de la verdadera alma del pueblo. Esta alma del pueblo es un ser real. Requiere de fuerzas muy particulares justo en nuestra época. Por supuesto, también necesita esas fuerzas en otros tiempos, pero particularmente en el nuestro. Esta alma del pueblo toma estos cuerpos etéricos aún viables. El propio ser humano con su ego y su cuerpo astral va por otros caminos - esos caminos que lo han de preparar despues para su próxima vida en la tierra. Pero estos cuerpos etéricos que se han separado de las individualidades humanas, pasan al ser, a la sustancia de las almas de los pueblos. Después de un tiempo tan cargado de destino como el que ahora experimentamos, vamos hacia un tiempo en el que el alma del pueblo contiene los cuerpos etéricos en sí misma -como fuerzas que viven en ella- que han sido entregados por aquellos que durante las batallas han atravesado la puerta de la muerte. Se acerca un tiempo en el que el científico espiritual puede saber que no se ha perdido aquello que se sacrificó en el altar de los grandes acontecimientos. Se acerca un tiempo en el que desde el alma del pueblo se emite una fuerza efectiva hacia las almas individuales, que simultáneamente sale de lo que en la primera, segunda, tercera década de la juventud numerosas personas han tomado aquí en la tierra, que aún podrían haber conservado durante muchas décadas, y que sin embargo han entregado al alma del pueblo. Esto está en las fuerzas que en el futuro el alma del pueblo vierte en las almas individuales; eso no se pierde.

Tomemoslo realmente en serio. Imaginemos cómo puede avivarse nuestra conciencia de la relación con lo espiritual si albergamos esto en nuestro sentimiento, para poder hablar en el futuro del alma del pueblo, de que los frutos de las muertes por sacrificio están en ella como fuerzas efectivas. Esto es particularmente importante en el futuro próximo. En otros tiempos esto sería diferente, para el futuro próximo; sin embargo, será significativo por una razón bastante especial.

Vivimos en una mala época de materialismo. Las almas, que no podían acercarse a la ciencia espiritual, estaban inmersas en una fuerte aura de materialismo. Luchar contra esta aura es la tarea del alma del pueblo en el futuro próximo. Hacia esta alma del pueblo fluirán fuerzas para la lucha contra el materialismo por el hecho de que los cuerpos etéricos de los primeros muertos permanecen en esta alma del pueblo, permanecen solo como fuerzas. Estos cuerpos etéricos - sacrificados en el altar de la evolución humana - serán los más fuertes luchadores contra el materialismo.

Así pues, hay que distinguir entre lo que se mueve como ser humano individual a través de las regiones del mundo espiritual y permanece unido a la individualidad humana, de aquello que a través de los cuerpos etéricos se trasmite a la comunidad general; que sigue actuando en la comunidad general espiritual en el sentido aquí citado, en la sustancia de las almas de los pueblos.

Esto puede quedar grabado especialmente en nuestras almas si ponemos ante ellas dos tipos humanos relativos a esta diferencia espiritual: el soldado muerto en el campo de batalla que, completamente entregado a la tarea de su pueblo, atraviesa la puerta de la muerte - el cual, por así decirlo, nada mas que entra en el campo de batalla, cuando apenas se lo a propuesto, debe decidir también enfrentarse a la muerte. 

Comparad este tipo humano con el asceta. Sólo cuando se tiene en cuenta lo que significan las fuerzas del cuerpo etérico en la vida humana, se hace uno una idea de la diferencia entre el soldado muerto en el campo de batalla y el asceta. El asceta trabaja sobre sí mismo. Trata de trabajar en sí mismo de tal manera que supere completamente lo físico en sí mismo, que se libere de este físico durante su vida. Debido a que el asceta trabaja de esa manera, también se produce una transformación significativa en su cuerpo etérico. Utiliza, por así decirlo, las fuerzas de este cuerpo etérico más fuertes para incorporarlas a su ego y a su cuerpo astral. 

Lo que hace que el asceta se libere de lo físico, va en beneficio de su individualidad por completo, y esto sirve para la transformación de su individualidad. De modo que ese ser humano que se convierte en asceta sólo puede servir a la humanidad indirectamente por lo que transforma de sí mismo. En cambio, el que se libera del cuerpo físico en la primera juventud, porque tiene que entregarse a las peticiones de la guerra, entrega las fuerzas de su cuerpo etérico a la comunidad general; las incorpora a la tarea general. 

Hay que sentir esta diferencia, es una diferencia significativa. Nos señala de nuevo un poco lo que prevalece como realidad en la vida humana. También es significativo mirar justo el camino a través de la puerta de la muerte en lo que respecta al cuerpo etérico.

En el momento en que el ser humano atraviesa la puerta de la muerte, todavía está unido a su cuerpo etérico. Hemos descrito a menudo lo que ocurre con esto. Esta conexión con el cuerpo etérico da al ser humano la posibilidad de vivir en todas las ideas que la última vida suscitó en él para fundirse completamente como en un poderoso retablo en todo lo que la última vida le ha dado. Pero esta es una especie de visión que dura relativamente poco tiempo; se desvanece cuando este cuerpo etérico se libera del ego y del cuerpo astral. 

Sí, se puede decir que comienza a desvanecerse inmediatamente después del momento de la muerte. Las impresiones se vuelven cada vez más débiles, las cuales se deben todavía a la posesión del cuerpo etérico. Luego se reafirma lo que es decisivo después de la muerte física. Allí lo decisivo sólo puede ser imaginado adecuadamente, solo en un grado insuficiente, por aquellas personas que quieren hacerse una idea de la vida después de la muerte. Es incluso difícil acuñar palabras para esas condiciones tan diferentes, comparadas con las condiciones que experimentamos en nuestros cuerpos físicos. Se piensa simplemente que el ser humano, después de haber atravesado la puerta de la muerte, sólo tiene que volver a tomar conciencia de sí mismo. En realidad no es así. El ser humano no experimenta ninguna falta de conciencia cuando pasa la puerta de la muerte. 

Al contrario, su alma experimenta una superabundancia de conciencia. Se vive y se entreteje completamente en la conciencia, y así como la fuerte luz del sol deslumbra los ojos, al principio él queda aturdido por la conciencia, tiene demasiada conciencia. Primeramente, esta conciencia debe ser amortiguada, para que él pueda orientarse en la vida, en la cual ha entrado después de la muerte. Esto dura un largo tiempo; cada vez se producen más momentos en los que la conciencia hace posible tal orientación. El alma se vuelve consciente durante un tiempo más o menos corto y luego entra de nuevo en una condición, como se podría decir, similar al sueño. Entonces tales momentos se vuelven gradualmente más y más largos, el alma entra más y más en tales condiciones, hasta que es capaz de orientarse completamente en el mundo espiritual.

Esto también dificulta la obtención de ideas claras sobre la forma en que el alma percibe su entorno después de haber atravesado la puerta de la muerte. La semana pasada enterramos a una querida amiga antropósofa, y por deseo de la difunta tuve la tarea de hacer una celebración fúnebre para sus amigos en el lugar donde murió. Mientras hablaba y dirigía mis palabras a la persona muerta, ésta estaba como dormida. Entonces el calor surtió efecto, las llamas se apoderaron del cuerpo, y en ese instante un atisbo de conciencia se apoderó del alma, como un momento de orientación. La muerta tenía ante sí toda la imagen de la celebración del funeral y el discurso fúnebre, como quien tiene ante sí algo espacial al mismo tiempo. Allí el tiempo se convierte realmente en espacio. No se ve el pasado tal y como se ve durante la vida corriendo en el tiempo, sino que se ve el pasado como algo espacial ante uno mismo. Por lo tanto, aquello que ya había pasado, que había sucedido un cuarto de hora antes, entonces estaba ante el alma de la difunta como el primer destello de la conciencia. Luego vino de nuevo un estado de aturdimiento en la luz de inundación de la conciencia para acercarse a esos otros estados en los que el alma aprende poco a poco a orientarse en el mundo espiritual.

Es importante, si queremos realmente tener buenas ideas sobre la vida después de la muerte, que entendamos estas concepciones tan diferentes del tiempo, que veamos cómo allí el tiempo no es algo de lo que se pueda decir, ha pasado, y uno recuerda los asuntos que sucedieron en el tiempo, sino que el pasado permanece allí. Al igual que el escritorio está ahí y este escritorio no se va conmigo cuando voy hacia allá y me vuelvo hacia atrás para mirarlo, de la misma manera lo que queda después de la muerte, que sólo puede ser recordado, está ahí; y el muerto mira hacia atrás como cuando uno mira hacia atrás en el cuerpo a los objetos espaciales. Esto es muy importante de entender. Además, es de especial importancia comprender que realmente permanecemos en conexión, que nuestra vida en la tierra permanece en conexión con aquello que experimentamos entre la muerte y un nuevo nacimiento; al menos permanece en estrecha conexión hasta el punto en el tiempo que llamé hora de medianoche en mi último drama de misterio [El despertar del alma en cuatro dramas de misterio, volumen GA14 de las Obras Completas de Steiner].

Sin embargo, no quisiera dejar de dar a nuestros amigos ideas sobre estas condiciones que difícilmente se pueden describir poco a poco. El alma, después de la muerte, mira hacia atrás en aquello que nosotros, como personas terrenales, hemos experimentado entre el nacimiento y la muerte, pero no, como si lo que se ha experimentado en vida sólo estuviera allí, sino que algunas condiciones de la vida de los muertos tienen un papel peculiar. La condición de vida de los muertos no es la misma que la condición de vida entre el nacimiento y la muerte de las personas vivas. Aquí la condición es tal que el ser humano se siente encerrado por su piel y mira al mundo por medio de sus sentidos. Tan pronto como se entra como difunto en el mundo espiritual, él / ella fluye por todo el mundo espiritual. El alma siente como si poco a poco llenara todo el mundo espiritual. Lo que el ser humano ha experimentado durante su existencia física terrestre, lo siente como un remanente - no como cuerpo físico, por supuesto, sino como aquello que constituye la forma, las fuerzas del cuerpo físico. Esto permanece después de la muerte, pero el alma lo tiene como quien tiene el ojo humano en el cuerpo físico. Lo mismo que tienes el ojo para ver, entonces tienes tú mismo, la vida en la tierra, que has experimentado, como un órgano sensorial cósmico para percibir el mundo con él. Lo que nuestro ojo es ahora para nuestro cuerpo, lo es nuestra vida en la tierra para nuestra vida espiritual después de la muerte.

Nuestra vida en la tierra se nos implanta por así decirlo como un ojo, como un órgano sensorial. Comprenderás gradualmente sólo después de una meditación más larga lo significativo que es, en realidad, declarar que nuestra vida en la tierra se convierte en un órgano sensorial para nuestra vida entre la muerte y un nuevo nacimiento. Eso se asemeja al proceso en que el ser humano se duerme y deja los cuerpos físico y etérico con su ego y cuerpo astral. Cuando llega la iniciación y el ser humano comienza a contemplar en el mundo espiritual fuera de sus cuerpos físico y etérico, entonces él sabe: en el mundo espiritual percibes como mediante un sentido con la parte espiritual de tu cuerpo físico, y piensas con tu cuerpo etérico. Tu cuerpo etérico es realmente como tu cerebro en el mundo espiritual y tu antiguo cuerpo físico es un órgano de los sentidos. Sin embargo, tú mismo estás derramado con todas tus fuerzas vitales sobre los mundos espirituales. Te has extendido, no te sientes amontonado en un solo lugar a causa de tu piel, y te sientes derramado, extendido sobre el mundo espiritual.

Esta es una existencia muy diferente. Y esto está relacionado con el hecho de que cualquier persona que entra en el mundo espiritual, ya sea por muerte o por iniciación, vive unida a los demás seres del mundo espiritual, a los seres de jerarquías superiores o a las almas humanas que viven entre la muerte y un nuevo nacimiento. Sin embargo, vive unido a ellos de tal manera que los experimenta no desde fuera como se conoce a los hombres, donde se está separado espacialmente de ellos. Sino que los experimenta como si estuvieran contenidos en un espacio espiritual común, compenetrados entre sí. Lo que otra alma experimenta uno lo experimenta no por el hecho de que diga algo, como en el caso de las personas terrenales, sino que uno se instala en la otra alma y es testigo de sus pensamientos. De ahí también que sólo se puede estar seguro de experimentar en uno mismo realmente lo que experimenta, por ejemplo, un muerto cuando sabes: que estás como en el muerto, tu no sólo informas de algo que oyes según el modelo de algo que se experimenta en la tierra, sino que lo oyes: el propio muerto habla a través de tu ser.

También me gustaría explicárselo con un ejemplo [Lina Grosheintz-Rohrer].

Uno de nuestros miembros murió recientemente. Todavía antes de la cremación sentí la necesidad de escuchar lo que esta personalidad tiene que decir tras su muerte. Porque ella todavía estaba unida con su cuerpo etérico y podía - por así decirlo - expresarse mediante su cuerpo etérico en forma terrenal, sin embargo, ella absorbió todo lo que había presenciado intensamente de la cosmovisión antroposófica y lo había tejido en su alma. Se trata, pues, de una personalidad de edad avanzada, que en el último tiempo de su vida se había asentado de forma realmente intensa y con todas las fuerzas de su corazón en nuestra cosmovisión científico-espiritual. Luego pasó por la puerta de la muerte. Ella estaba todavía en posesión de su cuerpo etérico. Aún lo tenía antes de la cremación como un medio para expresarse. Esto dio la posibilidad de expresarse todavía con palabras terrenales porque el cuerpo etérico podía experimentarlas. Y la liberación del cuerpo, de la existencia terrestre, hizo posible al mismo tiempo resumir todo el ser, que había sido grabado en el alma por el corazón. 

 Y cuando se me mostró cómo esta personalidad que ha atravesado la puerta de la muerte quiso manifestar su ser - posiblemente durante el segundo día, después de que la muerte tuviese lugar, - formó las palabras de las que os puedo informar, palabras, que deben ser consideradas como palabras que la muerta había experimentado. De modo que hay que imaginarse que aquí, durante el segundo día después de la muerte, este ser anímico, que había atravesado la puerta de la muerte, estaba colmado por la fuerza de estas palabras, se expresaba en la fuerza de estas palabras. 

Y si uno se transportaba a esta alma, este ser anímico, este ser de la difunta se expresaba a través de él en estas palabras. Por lo tanto, no podía hacer nada mejor que dirigir estas palabras a la difunta entonces justo en el funeral, porque estas fueron las palabras que ella misma dijo por así decirlo a los amigos, que rodearon sus restos terrenales. Puedo asegurarlo: No he añadido nada a estas palabras, sino que he tratado de entenderlas desde el ser de la difunta. En efecto, luego sucede eso que he llamado el aturdimiento de la conciencia lo que se podría llamar una especie de estado de sueño. 

Ahora la difunta no habría podido expresar su ser porque ahora le faltan los medios del cuerpo etérico. Ella será capaz de hacerlo de nuevo después de algún tiempo, pero eso sería imposible inmediatamente después de la muerte. Las palabras dicen:

A las distancias cósmicas llevaré

Mi corazón que siente, para que se caliente

En el fuego de la acción de las fuerzas santas;

En los pensamientos cósmicos entretejeré

Mi propio pensamiento, para que crezca claro

En la luz de la vida eterna;

En las profundidades del alma hundiré

la contemplación devota, para que crezca fuerte

Por los verdaderos objetivos de la actividad humana;

En la paz de Dios me esfuerzo pues

En medio de las batallas y preocupaciones de la vida

Para prepararme para el Ser superior;

Aspirando a trabajar en una paz llena de alegría,

Sintiendo el ser cósmico en mi propio ser,

Busco cumplir con mi deber humano;

Que pueda vivir en la anticipación,

Orientado hacia la estrella de mi alma

Que me proporcione mi lugar en los reinos espirituales.

 Quisiera poner esto ante vuestras almas como un claro ejemplo del misterioso curso que toma el alma humana justo a través del punto en el tiempo que separa la vida entre el nacimiento y la muerte, de la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, donde todo lo que todavía era experiencia externa para nosotros en la vida en la tierra se convierte en riqueza interna del alma y vive en nosotros de esa manera. Aquí se asume la ciencia espiritual todavía como algo externo. Inmediatamente después de la muerte, sin embargo, aparece como vivencia en el alma, sí, decimos, así como la fuerza muscular ahora vive en nuestros cuerpos físicos. Tienes que sentir eso una vez si quieres captar el sentido interno, el significado interno de lo que la ciencia espiritual puede ser para el alma humana. Luego, poco a poco, se obtiene una concepción -hay que tener paciencia- de las relaciones muy diferentes en el mundo espiritual. Si formamos palabras y conceptos de las relaciones en el mundo sensorial, a lo sumo podemos dar símbolos de lo que hay en el mundo espiritual. Debéis trabajar con paciencia hacia conceptos y sensaciones y sentimientos que expresen de forma bastante correcta y verdadera lo que son las relaciones del mundo espiritual.

La lógica de la vida en la tierra -sí, hay una única lógica de la vida en la tierra- es ya a veces bastante frágil para la vida en la tierra. Ya he dicho cómo se pueden superar los hechos reales utilizando la lógica de la vida en la tierra. A menudo he puesto el ejemplo: supongamos que una persona camina junto a un arroyo. Lo vemos caer en el arroyo. Nos precipitamos y descubrimos que ya está muerto. Vemos una piedra en el lugar donde la persona ha caído al arroyo, y a partir de ahí podemos formarnos un juicio bastante lógico, pero superficial. Podemos decir: la persona ha tropezado con la piedra, ha caído al arroyo y se ha ahogado. Ha muerto ahogado. - Pero esto puede ser bastante erróneo. Si se examina el asunto desde el punto de vista anatómico, puede resultar evidente que la persona ha sufrido un fallo cardíaco y que por ello ha caído al agua. El fallo cardíaco es la causa de su muerte. Con la lógica correcta de todos los días llegamos a una conclusión errónea. Tales conclusiones - esto se notaría, sólo de paso - se hacen constantemente en la vida humana y en particular en la ciencia. La ciencia está llena de tales conclusiones en las que la causa y el efecto se confunden.

Pero el asunto adquiere importancia cuando se consideran cuestiones de destino humano. En Dornach, en otoño, hemos vivido un golpe de suerte de este tipo, que es instructivo en el sentido más importante. Una noche se denunció la desaparición del pequeño hijo de nuestro socio Theo Faiss de siete años, que era un niño excepcionalmente querido y brillante. Fue durante una conferencia nocturna. La madre buscó al niño, pero no lo encontró. Cuando terminó la conferencia, sólo se oyó decir que la madre echaba en falta a su hijo, y no se podía imaginar otra cosa que la muerte del niño estuviera relacionada con una furgoneta de mudanzas, que había volcado. Un miembro de nuestra sociedad había encargado enviar sus muebles en un furgón de mudanzas, y este furgón de mudanzas había volcado por la noche donde estaba el niño. Eran las diez y cuarto de la noche y pusimos todo nuestro empeño en levantar el furgón. Los militares movilizados se reunieron con nosotros para ayudar a levantar este furgón de mudanzas. Al levantar el furgón de mudanzas se encontró al niño aplastado debajo del furgón. Pensad que en esta zona nunca había pasado un furgón de mudanzas en general hasta entonces, ni después. Allí estaba el niño, se podría afirmar esto más tarde por todas las cosas posibles que uno llama incidentes y casualidades, justo en el momento - fue solo cosa de minutos, alrededor de un momento - donde el furgón de mudanza se volcó. Sin embargo, era extraño que, en primer lugar, los que estaban aquí, donde el furgón había volcado, sólo se preocupaban de poner a salvo a los caballos. No se sabía que el furgón de mudanzas había caído sobre el niño.

El niño estaba muerto. El punto de vista materialista puede decir: bueno, el furgón de mudanzas se volcó por casualidad allí a esta hora; el niño estaba debajo y fue aplastado. El punto de vista materialista dirá eso, por supuesto. Ante el punto de vista espiritual eso es una completa tontería. Porque allí lo que hay es el karma del niño, y este karma del niño dirigió todas las circunstancias individuales. También dirigió la furgoneta de mudanza justo en el momento en que el niño necesitaba la muerte porque el karma del niño lo requería. El karma del niño había expirado. Tratamos aquí con la necesidad de invertir la causa y el efecto.

Por medio de tales relaciones y la visión de ellas uno es capaz de ascender poco a poco a la visión real de la vida que nos persuade de invertir lo que la apariencia externa presenta a los sentidos. A menudo hay que darle la vuelta a eso. Pero el asunto se vuelve bastante significativo cuando se experimenta después lo que se produce a raíz de tal hecho. El alma de un ser humano atraviesa la puerta de la muerte. Esta alma estuvo encarnada durante siete años en un cuerpo físico. ¿Por qué el pequeño Theo no podría haber llegado a tener también setenta, ochenta, noventa años, externamente considerado si el karma no lo hubiera hecho imposible? Hay un cuerpo etérico que podría haber proporcionado vitalidad todavía durante décadas; un cuerpo etérico que estaba realmente lleno de fuerzas de lo eterno, de lo bueno. Era un niño excelente.

Sabéis que a continuación la individualidad real, el ego y el cuerpo astral, siguen su camino. Pero el cuerpo etérico se libera, este cuerpo etérico, en el que están entretejidas todas las fuerzas tiernas y agradables que se han desarrollado en la infancia, en el cual, no obstante, también viven todas las fuerzas que provienen de encarnaciones anteriores. Ahora imaginaos lo que tenéis ante vosotros frente a tal cuerpo etérico. La individualidad viene de las encarnaciones anteriores. Se encarna de nuevo en esta encarnación; ello implica lo que viene de las encarnaciones anteriores. La vida de esta encarnación es como el fruto, por así decirlo, la consecución de lo que fue causa en una vida en encarnaciones anteriores. A través de toda la vida estos frutos podrían haber disfrutado de la vida al máximo. En ese caso, todo aquello que proviene de los frutos de encarnaciones anteriores habría entrado en este cuerpo etérico. Eso no ha ocurrido. En cambio todo lo que proviene de causas en las encarnaciones anteriores está en este cuerpo etérico. Y ahora lo más extraño es: cualquiera que intente explorar el aura de nuestra construcción de Dornach encuentra este cuerpo etérico del pequeño Theo en el aura de la construcción de Dornach. Allí está él, allí flota, vive alrededor de la construcción Dornach. Quien tiene que tratar con la construcción Dornach o lo hará después de aquella tarde de otoño en la que el pequeño Theo atravesó la puerta de la muerte, sabe lo que ha cambiado en el aura espiritual de la construcción Dornach por el hecho de que ese cuerpo etérico se incorporó a esta aura. Este cuerpo etérico contiene las fuerzas que de otro modo se habrían utilizado durante décadas para el suministro de un cuerpo humano físico, y este cuerpo etérico se acaba de verter en esta aura de la construcción.

Así de misteriosos son los caminos que la sabiduría que inunda el mundo tiene que experimentar con sus criaturas. Sólo se puede tener una idea correcta de cómo transcurre toda la vida humana -a la que en el sentido más notable pertenece la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento- si se entra en los detalles de estas cuestiones. Porque nuestro movimiento antroposófico no debe ser realmente nada abstracto, sino algo en lo que nos volcamos con todo nuestro ser, en el cual también están aquellos seres desencarnados que justamente nos pertenecen, también se nos permite hablar de tales asuntos. Nos unimos no sólo como otras sociedades con un determinado programa, sino que queremos estar con toda nuestra alma en nuestro movimiento científico-espiritual. Queremos concebir este movimiento científico-espiritual como una corriente concreta a la que pertenecen todos los que realmente dan testimonio de ella de forma sentida. Podemos decir: allí hablamos como quien habla en una familia ampliada sobre los parientes de aquí o de allá. Pues lo que nos toca, por así decirlo, de una manera informalmente familiar nos da al mismo tiempo las explicaciones más altas, más significativas, más importantes del mundo espiritual.

Partiendo de esta actitud, me gustaría mencionar la muerte de uno de nuestros amigos, a los que las muertes afectan a menudo en el último tiempo. Nuestro infinitamente querido amigo Fritz Mitscher ha atravesado recientemente la puerta de la muerte. Me surgió la necesidad de plasmar en palabras lo que su propia alma sentía, mientras se apoyaba en el alma que acaba de atravesar la puerta de la muerte. Fijaos en la diferencia entre las palabras anteriores que os he leído y las que quiero leeros ahora. Las palabras que acabo de leer aquí salen del alma de los muertos. Las palabras que voy a leer en voz alta ahora son estimuladas en mi propia alma viendo al difunto Fritz Mitscher, el cual todavía estaba en posesión de su cuerpo etérico. Es la impresión que causó el muerto la que se relata ahora en estas palabras. Tal vez, ustedes saben que Fritz Mitscher fue ya desde joven profesor en los más diversos lugares, especialmente en Berlín, activo para nuestra Sociedad Antroposófica. Y muchos de nosotros sabemos también que se inclinaba de manera tan agradable a combinar todo lo que podía adquirir de la ciencia terrenal y del saber con la más noble y agradable conciencia antroposófica. Esto también se expresa después de su muerte cuando en todo su ser se combinó lo que él era, y lo que brilla ahora de nuevo después de su muerte del alma liberada del cuerpo que todavía tenía consigo su cuerpo etérico. Y me parece que esto tenía que ser expresado lo que Fritz Mitscher era después de la muerte con las palabras, que tenía que enviar a él en la cremación.

Una esperanza que nos llena de felicidad:

Has entrado en el campo

Donde, a través del poder del ser anímico,

las flores del espíritu de la Tierra

Se revelan a la investigación.


Tu anhelo estuvo ligado desde el principio

Al ser puro que ama la verdad;

Crear a partir de la luz del espíritu

Fue la meta de la vida sincera

Por el que te esforzaste sin descanso.


Cultivaste tus hermosos dones

Para andar con pasos firmes

Los caminos brillantes del conocimiento del espíritu

Como verdadero servidor de la verdad

Sin que te perturbe la contradicción mundana


Entrenaste tus órganos espirituales

Que, con valor y persistencia

A ambos lados del camino

Repelieron el error por ti

Y abrieron un espacio a la verdad para ti.


Para ti, para formar tu Ser

Para la revelación de la luz pura

Para que el poder del sol anímico

Brillara poderosamente dentro de ti

Fue la preocupación y la alegría de tu vida.


Otras preocupaciones, otras alegrías

Apenas tocaban tu alma,

Porque el conocimiento te parecía

La luz que da sentido a la existencia,

Te parecía el verdadero valor de tu vida.


Una esperanza, que nos llena de felicidad:

Entraste en el campo

Donde, por el poder del ser anímico,

Florece el espíritu de la Tierra

Revelándose a la investigación.


Una pérdida que nos duele profundamente,

Desapareciste del campo

Donde los granos terrestres del Espíritu

En el vientre del ser del alma

Maduraron tus sentidos para las esferas.


Siente cómo miramos con amor

En las alturas que ahora

Te llaman a otras obras.

Da a los amigos que quedan atrás

Tu poder de los reinos espirituales,


Escucha las súplicas de nuestra alma

enviadas a ti con confianza:

Para nuestro trabajo terrenal aquí necesitamos

Fuerzas fuertes de las tierras de los espíritus,

Por lo que agradecemos a los amigos muertos.


Una esperanza que nos llene de felicidad,

Una pérdida que nos duele profundamente:

Permítenos esperar, que tú, lejano,

sin perderte, ilumines nuestra vida

Como una estrella del alma en el reino del espíritu.

 Estas son las palabras que fueron destinadas al difunto desde el ser del difunto. Y después de que estas palabras fueran pronunciadas en la cremación, luego pasó algún tiempo, y a partir del ser del difunto, todavía no de la conciencia bien organizada, sino como sonando desde el ser, allí sonaron las siguientes palabras ahora desde el difunto en la noche después de la cremación.

Para mí, para formar mi Ser

Para la revelación de la luz pura

Para que el poder del sol del alma

pueda brillar poderosamente dentro de mí

Era la preocupación y la alegría de mi vida.


Otras preocupaciones, otras alegrías

Apenas tocaban mi alma,

Porque el conocimiento me parecía

La luz que da sentido a la existencia,

Me parecía el verdadero valor de mi vida.

Las palabras volvieron a sonar así. Sólo después descubrí que dos estrofas que están en medio pueden convertirse inmediatamente de "tú" a "yo" y de "a ti" a "a mí". Antes no lo sabía. Desde que escuché las estrofas como las leí primero. Y ahora volvieron del ser de los difuntos, dichas por él:

Eso muestra que así como durante el tiempo en que la conciencia no tiene aún la forma que luego nuevamente el alma posee después de este tiempo, a lo largo de todo el ámbito entre la muerte y el nuevo nacimiento, muestra como incluso en la transformación viva, en la transformación significativa las palabras vienen de los difuntos. Sólo hay que sentir que la visión del mundo científico-espiritual se hace realmente viva creando la conexión entre el mundo físico y el espiritual. Porque recorre como un escalofrío por nuestras almas cuando sentimos ante tal ejemplo cómo las palabras son enviadas a los difuntos - y él nos las devuelve cambiadas. Como sentimos por un lado que les llegaron a los difuntos porque resuenan desde él, no sólo como un eco, sino significativamente cambiadas por él.

Estos son asuntos que nos dan la certeza, la confianza también para nuestro presente de que las almas que viven aquí en cuerpos terrenales están conectadas con los poderes espirituales que tejen y prevalecen en el mundo. En esta corriente de poderes espirituales que prevalecen y tejen, los difuntos están entretejidos, están en ella, porque en ella experimentan sus posteriores destinos postmortem. 

Si permitimos que la conexión de los mundos físico y espiritual tenga un efecto en nuestras almas, podemos contemplar varias cosas. Ya señalé una vez también aquí el hecho de que con esta cooperación de los mundos físico y espiritual procediendo en el sentido concreto también el impulso del Misterio del Gólgota se acerca a nosotros. Sabemos que ahora justo empezamos a contemplar plenamente el sentido y el significado del Misterio del Gólgota y de la Entidad de Cristo mediante la ciencia espiritual. Hasta ahora los seres humanos lo hacían por medio de la razón. ¿Y qué resultó de esta razón? Si la eficacia de Cristo hubiera dependido en la vida terrestre humana de lo que los seres humanos han entendido de ella, la eficacia del Impulso de Cristo en la tierra habría sido poco relevante. Los seres humanos han comprendido en su mente las disputas teológicas, todo tipo de disputas, eso fue lo que entendieron del cristianismo. Pero el Cristo ha tenido un efecto de poder viviente.

Probablemente he expuesto también aquí el ejemplo de la batalla que Constantino libró contra Majencio, por medio de la cual se decidió el destino de Europa en aquella época. Únicamente así fue aceptado el cristianismo, de hecho, y a continuación se convirtió en el poder gobernante en Europa. Esta batalla no fue ganada por el arte de la estrategia ni por los ejércitos de Constantino. Majencio tuvo que defender a Roma. Buscando en los Libros Sibilinos y por un sueño que tuvo, se le metió en la cabeza que debía dirigir su ejército fuera de Roma. Entonces destruiría a los enemigos de Roma. Su ejército era cinco veces más fuerte que el de Constantino, que se acercó a Roma. Ahora realmente condujo su ejército fuera de Roma, estratégicamente lo más inepto que podía hacer. Ya que según la estrategia todo hablaba bien de dejar su ejército en Roma y dejar que los ejércitos hostiles se acercaran. Sin embargo, llevó a su ejército fuera de Roma. También en el lado de Constantino que dirigió sus ejércitos contra Roma no fueron razones bélicas-científicas las que le dieron la fuerza, sino que también tuvo un sueño. El sueño le decía: si permites llevar el monograma de Cristo al frente de tu ejército, derrotarás a Roma. - En aquel tiempo, y aún más tarde, todo el mapa de Europa se transformó gracias a la victoria de Constantino con su ejército más débil. También la vida espiritual de Europa se convirtió en algo diferente. Lo que la gente pudo haber captado en ese momento no habría sido suficiente para lograr la hazaña. El impulso de Cristo se abrió camino en el subconsciente de las personas, en lo que vivía en lo más profundo de sus almas, con lo que la gente solo podría haber soñado, que a lo sumo se les apareció en imágenes de sueños.

Tenemos un ejemplo posterior, bastante importante, de la eficacia del Impulso de Cristo con la Doncella de Orleans [Maid of Orleans (1412-1431)]. Quién estudia la historia realmente, no como se estudia a menudo la historia hoy, sino tratando de reconocer las conexiones reales, puede saber que de nuevo el destino de Europa fue absolutamente determinado para los siglos siguientes a través de lo que hizo la Doncella de Orleans. Ni la estrategia, ni la sabiduría de los políticos, sino que lo que hizo la pastora de Orleans fue vital para el destino de Europa, especialmente también para el destino de Francia. Ahora, no obstante, el Impulso de Cristo trabajó en la Doncella de Orleans, a través de su representante micaélico. Trabajó en el alma de la Doncella de Orleans. Su alma estaba completamente infiltrada, inspirada por el Impulso Crístico. Exactamente de la misma manera que en aquellos días, cuando se decidió la batalla entre Constantino y Majencio, el Impulso Crístico actuó, sin que la gente lo supiera en su conciencia superior. El Impulso Crístico también actuó allí, cuando la Doncella de Orleans envió a los ejércitos franceses contra los ejércitos ingleses. El continente entero habría cambiado, también Inglaterra si en aquel momento Francia no hubiera ganado. También Inglaterra no sería lo que ha llegado a ser si no hubiera sido derrotada. Sin embargo, las fuerzas subconscientes que surgieron en las imágenes del sueño causaron la victoria. Las habilidades de la Doncella de Orleans fueron inspiradas por ellas. De modo que se puede decir: lo que la Doncella de Orleans hizo fue influenciado a través de una iniciación más o menos inconsciente. Se trata, por supuesto, de una iniciación inconsciente, también se puede decir que atávica. Un vaso psíquico limpio tuvo que ser tomado sólo inconscientemente, como lo fue la Doncella de Orleans a través de la cual el Impulso Crístico pudo trabajar, por su representante Micaélico - un vaso limpio.

Veamos el asunto con más exactitud. Si alguien hoy en día pasa conscientemente por una iniciación - hay reglas para ello. Los pormenores están en mi libro "¿Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores?" Hay reglas por las cuales uno es capaz de desarrollarse gradualmente. En el caso de la Doncella de Orleans no se puede hablar de tal iniciación consciente. Pues un espíritu que, por lo demás, no está unido al alma humana, tuvo que ocupar su lugar en esta alma humana, para impregnar esta alma humana. Tuvieron que darse circunstancias especialmente favorables. Un espíritu de esferas superiores no siempre puede intervenir en las almas que están capacitadas para ello. Deben darse circunstancias especialmente favorables, para que un ser humano entre en conexión con los mundos superiores sin iniciación, sin trabajo consciente sobre sí mismo. Existen circunstancias especialmente favorables en la época en que, por así decirlo, el espíritu de la tierra está especialmente despierto: en el tiempo que va del 25 de diciembre al 6 de enero. Cuando en verano el sol está más alto, cuando el calor físico irradia sobre todo a la tierra, entonces las condiciones de la iniciación son las peores porque entonces el espíritu de la tierra está dormido. El espíritu de la tierra está más despierto en la oscuridad del invierno, en el solsticio de invierno.

Por lo tanto, no es sólo una leyenda, sino que corresponde a una verdad cuando se cuenta en las antiguas leyendas que durante las trece noches que preceden al 6 de enero se iniciaba a ciertas almas particularmente aptas, para que pudieran ir al mundo espiritual, para que pudieran experimentar allí lo que llamamos Kamaloka y devacán. Aquí en Hannover probablemente recordamos que la leyenda de Olaf Åsteson [ Año Nuevo Cósmico. La canción del sueño de Olaf Åsteson. Conferencia (Hannover, 1 de enero de 1912) en La conexión entre el ser humano y el mundo elemental ... volumen 158 de las Obras Completas de Steiner] se informó una vez que - durmiendo durante estas trece noches - recorrió todo el camino que puede ser el camino a través de Kamaloka y devacán. Olaf Åsteson cuenta entonces lo que experimentó durante estos trece días.

Cuando la oscuridad física externa de la tierra es la más fuerte, las condiciones son las más favorables para guiar a un alma en el mundo espiritual. Para almas como la Doncella de Orleans, iniciada para toda la humanidad para tal acción, no por ejercicio directamente consciente, sino por circunstancias especialmente favorables, habría sido lo más favorable si ella hubiera podido dormir durante las trece noches. Así podría haber entrado en conexión con el mundo espiritual; si hubiera podido lograrlo en estado de sueño. La Doncella de Orleans pasó realmente por tal estado de sueño. Porque la Doncella de Orleans pasó estos trece días hasta el 6 de enero en el cuerpo de su madre en una condición en la que el ser humano todavía duerme. Ya que el ser humano sólo se despierta para la vida física cuando nace y realiza el primer aliento. Con la Doncella de Orleans las últimas noches de sueño del embrión coinciden con el tiempo de las trece noches, porque ella nació el 6 de enero. He ahí una conexión histórica interna profundamente significativa. Ahí tenéis la base de la misión de la Doncella de Orleans, que fue elegida para recibir la iniciación como esta alma limpia antes de su primer aliento durante las últimas trece noches del embarazo de su madre, en este estado de sueño, justo bajo las circunstancias especialmente favorables de la vida terrestre. El calendario os lo muestra de forma sencilla. Abrid el calendario: el 6 de enero se celebra el cumpleaños de la Doncella de Orleans. El calendario os muestra cómo aquí existe una conexión profundamente íntima entre el mundo físico y los procesos en el mundo espiritual. Por supuesto, era necesario que el alma de la Doncella de Orleans estuviera preparada por sus encarnaciones anteriores. Durante las trece noches esta alma y lo que podía provenir de esta alma hizo posible justo en este punto del desarrollo humano que el mundo espiritual fuera capaz de influir en el mundo físico.

El mundo espiritual con sus ingredientes siempre está ahí. El mundo espiritual está siempre entre nosotros. Las formas de trabajar en el mundo físico son múltiples, las cuales elige el mundo espiritual. Y nuestra conciencia de la conexión con el mundo espiritual se hace cada vez más fuerte, cuanto más profundamente expresamos las conexiones entre los mundos físico y espiritual, mientras que tales conexiones se presentan vívidamente frente a nuestras almas.

Por otro lado, hay que decir: también que lo que sucede aquí en el mundo físico puede preparar una especie de conexión con el mundo espiritual y nuestro mundo físico. Y si alguien que ha tomado eso que fluye a través de nuestra ciencia espiritual, tan intensamente como Fritz Mitscher, y luego atravesó en el mundo espiritual en el trigésimo año de su vida - el 26 de febrero sería su trigésimo cumpleaños - y ha infiltrado su alma con eso que puede penetrar como una fuerza en el alma por nuestra ciencia espiritual, entonces tenemos una individualidad poderosa que permanecerá más adelante junto con nosotros en el mundo espiritual como un asistente del tipo más inmenso. Y si se imaginan lo difícil que es el esfuerzo por la ciencia espiritual justo en nuestro tiempo, en este tiempo que, no obstante, está completamente impregnado de materialismo. Entonces también se puede decir que quien está conectado con todas las fibras de su vida con el mundo espiritual tiene las mayores esperanzas para aquellos que pueden convertirse en asistentes espirituales que se convierten en asistentes espirituales después de haber dejado sus cuerpos físicos. No hace falta decir, por supuesto, que el paso por la puerta de la muerte no puede ser nunca una decisión personal, sino que debe ser causado sólo por el karma. Estos asistentes espirituales son los que nos dan consuelo y esperanza si vemos lo difícil que es, sólo en el presente, proveer a nuestro movimiento científico-espiritual a causa de las múltiples inhibiciones. Sin embargo, sabemos cómo las fuerzas espirituales superiores tienen un efecto en la tierra, de modo que la corriente de los mundos espirituales fluye hacia los propósitos de la tierra física. Así, las fuerzas no utilizadas de las almas humanas suben a los mundos espirituales para trabajar allí sólo con sus fuerzas, combinadas con otras fuerzas. De ahí que las palabras a nuestro Fritz Mitscher en mi obituario las dijera realmente de corazón:

Escucha las súplicas de nuestras almas

Enviadas a ti con confianza:

Para nuestro trabajo terrenal aquí necesitamos

Fuerzas fuertes de las tierras de los espíritus,

Por lo que agradecemos a los amigos difuntos.


Cuando tratamos de hacer avanzar nuestro movimiento espiritual hacia su propósito de manera honesta, entonces somos conscientes de que en las fuerzas que aplicamos aquí en la tierra también están actuando aquellas fuerzas que nuestros amigos ya llevaron a través de la puerta de la muerte al mundo espiritual.

Resumimos ahora todo eso también para la comprensión de la situación general del mundo. Por un lado, las almas humanas que pasan por la puerta de la muerte debido a los fatales acontecimientos del destino, llevan sus cuerpos etéricos a las almas de los pueblos. Por otro lado, llevan todo lo que han reunido en la devoción de sacrificio, al haber ido justamente por estos eventos a través de la puerta de la muerte con sus individualidades. Y todo eso será vertido como efectividad en la era venidera. Se trata de que los seres humanos que entonces experimentan la paz produzcan la conexión con lo que habrá en el mundo espiritual. Aquellos que hoy experimentan como madres y padres, como hermanos y hermanas u otros parientes la muerte en el campo de batalla de un ser humano querido para ellos, pueden tomar el hecho en su conciencia de que con el cuerpo etérico algo extremadamente significativo pasa a la efectividad general de la humanidad terrestre para el futuro. No sólo pueden saber que las individualidades vigorizadas por la muerte van a una vida posterior más fuerte en la tierra, sino que también pueden saber: que lo que el combatiente después de la muerte ha entregado al alma del pueblo teje y vive realmente. Padres y madres, hermanas y hermanos tienen pues en el alma del pueblo y también en la individualidad, por partida doble a aquellos que han atravesado jóvenes la puerta de la muerte. Esta idea sólo tendrá un gran valor cuando se haya convertido completamente en sentimiento, de modo que no se hable sólo de inmortalidad, sino que se sepa en el sentimiento: los muertos están ahí, están entre nosotros. Si este vínculo es tan fuerte que también para nuestro sentimiento la muerte será, en realidad, una falsedad. Ya que el muerto puede aparecer incluso más real que a menudo en la encarnación física si puede llevar juntos todo su ser y cuando ya su cuerpo físico no es un obstáculo. Inmensas corrientes de consuelo, corrientes de fuerza interna de autoconsolación salen de aquello que la ciencia espiritual puede dar a las almas en conciencia viva y sensaciones vivas. Cuando esto se siente así, entonces en particular los que dan testimonio de la ciencia espiritual pueden mirar llenos de consuelo hacia el futuro. Pueden sentir algo así como el crepúsculo en el cambio de una era durante estos acontecimientos actuales, cargados de destino, tras los cuales vendrá también un tiempo de soleada paz. Pero importante será en la eficacia espiritual de este tiempo de paz soleada lo que se gane a través de las muertes en sacrificio de tantas personas.

Eso se puede hacer fructificar aquí en la tierra particularmente creando un puente, una conexión entre los seres humanos vivos que están encarnados en cuerpos físicos aquí en la tierra y las almas que están arriba y quieren irradiar hacia abajo lo que han llevado consigo. Aquí es donde la verdadera comprensión de la ciencia espiritual hace un llamado a nuestros corazones y nos pide que hagamos lo que podemos hacer desde la conciencia que hemos ganado por la ciencia espiritual lo que podemos hacer sintiendo, para que los grandes, excitantes y dolorosos eventos del tiempo presente, en lo que a nosotros respecta, contribuyan a la fertilidad y bienestar de la humanidad. Los que saben algo de la ciencia espiritual pueden conocer el sentimiento y sentir el conocimiento por el cual se construye el puente hacia el mundo espiritual: porque las almas, que permanecieron en la tierra, envían los pensamientos y las sensaciones que pueden ser encendidas por la ciencia espiritual. El horizonte para ello será un horizonte de paz. Arriba estarán las almas que envíen rayos de luz espirituales. Abajo, deben estar los seres humanos que han aprendido a enviar desde abajo esos pensamientos y sensaciones que son estimulados por la ciencia espiritual. Si realmente hay almas que vuelvan sus sentidos conscientes del espíritu a la tierra del espíritu, entonces se construirá el puente, entonces habrá llegado el momento en que justo a través de tales acontecimientos dolorosos y cargados de destino, como suceden en nuestro tiempo, se debe tejer un vínculo íntimo entre los mundos físico y espiritual, por el que nos esforzamos mediante nuestra ciencia espiritual.


Así pues, resumimos lo que debe ser nuestro conocimiento y nuestra tarea y lo que debe despertar la confianza en las palabras:


Del valor de los combatientes,

De la sangre de las batallas,

Del dolor de los afligidos,

De los sacrificios de la nación

Crecerán los frutos del espíritu

Si las almas conscientes del espíritu vuelven

Sus sentidos a la tierra del espíritu.