GA346 Dornach, 21 de septiembre de 1924 el libro del apocalipsis como libro iniciático

Rudolf Steiner

El Libro del Apocalipsis como un libro iniciático. Las letras, sellos, trompetas, el amor y la cólera divinas en relación con el mundo físico, el anímico y el espiritual. La percepción de las jerarquías y cómo actúan. Religión y conocimiento.

Décimo séptima conferencia
Dornach, 21 de septiembre de 1924


En adición al contenido sobre el que hemos estado hablando, el Libro del Apocalipsis también tiene un aspecto que hace de él un libro iniciático. Esta es la forma en la que describe la evolución en el tiempo, la secuencia de etapas que hará posible que aquéllos que tienen oídos y oyen, y tienen ojos y ven, puedan experimentarlo, mientras que por supuesto pasará de largo ante quienes no tienen oídos ni ojos. Estas diversas etapas se nos presentan a través de la naturaleza interna del contenido, que nos muestra que el Libro del Apocalipsis es ciertamente un libro iniciático.

Debemos darnos cuenta de que a medida que nos aproximamos conscientemente al mundo –según nuestra visión se expande cada vez más- aquellas cosas que en la actualidad son el contenido de nuestra vida anímica, y que son realmente una especie de imagen especular de la naturaleza externa, desaparecerán. El mundo físico, perceptible por los sentidos desaparece según avanzamos con la visión interna, y entonces gradualmente, como emergiendo del fondo, el mundo espiritual aparece ante la vista desde el otro lado. El escritor del Apocalipsis muestra con bastante claridad que él tiene una comprensión muy intensa y correcta de cómo entrar en relación con el mundo espiritual, y esto es lo que le ha permitido descubrir de un modo tan apropiado lo que ha sido capaz de descubrir en sus visiones imaginativas. Hay, queridos amigos, dos formas de ver el aspecto espiritual del mundo. Uno es simplemente ocuparse en los aspectos físicos perceptibles por los sentidos, llegando a conocerlos desde todos los ángulos con una especie de amorosa devoción. A través de esto aprendéis a reconocerlo como la obra de los dioses. Tenéis ante vosotros lo que queremos decir con “naturaleza” en el más amplio sentido,