GA346 5ª conf. desarrollo creciente de una conciencia de la muerte en la 5ª época

Rudolf Steiner

Quinta conferencia

Dornach, 9 de septiembre de 1924

Nuestra principal preocupación debería ser leer el Libro del Apocalipsis en la forma que es apropiada hoy en día. Hoy la espiritualidad del ser humano ha de desarrollarse bajo el signo del alma consciente; sólo por esta razón, por tanto, es adecuado que la dirección de la vida espiritual deba hacerse plenamente consciente, y en su consecuencia es tarea nuestra adoptar con plena consciencia la orientación apropiada sobre lo que nos dice el escritor del Apocalipsis.

En épocas anteriores las revelaciones del escritor del Apocalipsis sin duda significaban algo sólo para los más altos iniciados, de los cuales había cada vez menos según transcurría el tiempo, y no significaban nada para los sacerdotes ordinarios. Hoy lo que el Libro del Apocalipsis contiene debe entrar completamente en la consciencia de los sacerdotes.

Ayer hablamos de siete congregaciones, y desde un punto de vista señalamos la congregación de Éfeso. El mundo está ciertamente muy lleno de puntos de vista y muchos de estos pueden jugar un papel en el mismo asunto. Podemos describir la congregación de Éfeso como lo hicimos ayer, y encontrar cómo en esta congregación particular el cristianismo se desarrolló a partir de condiciones paganas previas. Otra manera de considerarla sería mostrar cómo estos impulsos contenían una gran parte de la estructura básica de la primera época cultural post-Atlante, incluso más de lo que hubo en India en tiempos posteriores. Así uno puede en cierto sentido contemplar el cristianismo que se desarrolló en Éfeso como una continuación cristiana de la visión del mundo y de la vida de la primera época cultural post-Atlante. La segunda congregación mencionada en el Libro del Apocalipsis es la de Esmirna donde prosperaba la antigua cultura persa antes de la transición al cristianismo.

Después viene Pérgamo, que es presentada como la congregación que vivió durante la tercera cultura post-Atlante. Específicamente en la carta a la congregación de Pérgamo podemos descubrir referencias, más o menos desveladas, al Misterio de Hermes que estaba vivo en esta cultura.

En la carta a la congregación de Thyatira somos remitidos a la cuarta cultura post-Atlante, la época en que tuvo lugar el Misterio del Gólgota. Cuando dejamos que el efecto de esta importante carta actúe sobre nosotros se nos recuerda en todas partes el mensaje directo que el Misterio del Gólgota tenía que impartir.

Después viene la congregación de Sardis, sobre la cual hablamos ayer cuando os mostré cómo esta congregación tenía una orientación específicamente astrológica, y cómo estaba orientada hacia una religión estelar. Por necesidad, esta congregación de Sardis tendría que tener una gran cantidad de historia pasada, pero por encima de toda esta congregación en particular lleva cosas futuras dentro de ella. Así que tratemos ahora de llevar esto a nuestra visión espiritual de hoy. Estamos viviendo en la quinta época cultural post-Atlante. Cuando miráis Sardis podéis ver que hay elementos que ya eran del pasado en aquel momento; pero también podéis ver algo germinando como una semilla, algo que no estaba aún completo en la época en que Juan estaba escribiendo el Libro del Apocalipsis. El tono entero de esta quinta carta es diferente del de los cuatro precedentes. En su carta a la congregación de Sardis Juan apunta al futuro. El futuro al que apuntaba, que estaba allí como una semilla en Sardis, es nuestro tiempo actual, es el tiempo en que estamos viviendo ahora.

La secuencia de las épocas culturales post-Atlantes, y al mismo tiempo el desarrollo interno del cristianismo, se insinúa de otra forma en los siete sellos, y esta carta lleva oculta dentro de ella el desarrollo de las épocas post-Atlantes entremezclado con el desarrollo del cristianismo. En los siete sellos, también, se insinúan las siete congregaciones. Se nos muestra –y consideraremos el otro significado de los siete sellos después– cómo cuando se abre el cuarto sello, el correspondiente a la cuarta época post-Atlante, aparece un caballo blanco, y se habla de la muerte entrando al mundo (Apocalipsis 6,8). Con esto estamos tocando uno de los secretos más importantes del Libro del Apocalipsis en la medida en que concierne a nuestra propia época. En la cuarta época post-Atlante la muerte entra realmente en cierto sentido en la humanidad. Se debe tener esto muy claro. Se llega a conocer muy bien la naturaleza humana cuando se considera la muerte.

Volvamos inicialmente a la primera, segunda y tercera épocas post-Atlantes. La estructura del alma humana, de hecho, la estructura del ser humano entero, lo que el ser humano sentía ser, era muy diferente en las épocas anteriores de lo que vino posteriormente. Hace mucho había un sentimiento interno definido de crecer en la estancia sobre la Tierra. En su consciencia ordinaria los seres humanos tenían una memoria clara de haber vivido en el mundo espiritual antes de la vida en la Tierra. Esta consciencia se había ido atenuando considerablemente en la época en que se acercaba el Misterio del Gólgota, pero en la primera, segunda y tercera épocas post-Atlantes estaba tan significativamente presente algo que todo ser humano sabía: que era un ser espiritual antes de ser un niño. No se puede encontrar mucho sobre este estado anímico en los documentos externos, pero era así. Se consideraba no solo el tiempo pasado en la Tierra, pues había también una continuación del tiempo terrenal del ser humano hacia atrás, hacia el mundo espiritual que también había que considerar. Lo que entró en juego en la época que coincidió con el Misterio del Gólgota era que la vida terrenal comenzó a ser vista como limitada por dos puertas, la puerta del nacimiento o concepción y además la puerta de la muerte.

Esta consciencia, este tipo de estructura anímica, se estableció ciertamente sólo durante la cuarta época post-Atlante. Desde alrededor del siglo VIII antes de Cristo hasta el siglo XV después del Misterio del Gólgota se desarrolló una consciencia que ve al ser humano estrictamente enclaustrado dentro de los límites de la vida terrenal. Desde entonces ha estado en preparación otra nueva consciencia, de la que estamos sólo al principio. Se debe tener en cuenta que sólo han pasado cuatro o cinco siglos desde que esto comenzó a desarrollarse, así que estamos cerca de la etapa que la cuarta época post-Atlante había alcanzado en el siglo III a.C., cuando la consciencia era aún bastante diferente comparada con la consciencia de la cuarta epoca completamente evolucionada que se desarrolló posteriormente La gente hoy en general no está revestida con los ropajes de la nueva consciencia; para la mayoría su consciencia es aún la de la cuarta época post-Atlante. La causa de esto es nuestra civilización como un todo.

Pensad en cuánto que es de la cuarta época post-Atlante está aún con nosotros, cuánta gente o está viviendo habitualmente en la cuarta época post-Atlante o al menos está aún flirteando con ella. Toda nuestra educación escolar gramatical aún tiene actuando en ella la cuarta época post-Atlante. Se podría decir que para la quinta época post-Atlante aún no hemos alcanzado siquiera la etapa en que la humanidad necesita estar para que el alma consciente comience a desarrollarse. Por eso la gente hoy aún ve su vida en la Tierra como si estuviese limitada por la puerta del nacimiento y por la de la muerte.

Hay por supuesto algún desarrollo transcurriendo en la nueva consciencia, sólo que en la mayoría de la gente no está teniendo mucho efecto aún; está solo mostrándose en algunos individuos que están particularmente dotados en esa dirección. He conocido a un gran número de estos durante mi vida, pero en general se les presta poca atención. La consciencia a desarrollar por los seres humanos en la quinta época post-Atlante es tal que el tiempo entre el nacimiento y la muerte no es suficiente para ello, así que la muerte constantemente juega en la vida de uno sobre la Tierra. La gente se hará consciente de que mueren un poco cada día, de tal forma que la muerte está constantemente presente en el ser humano. Hay algunos individuos que viven con gran miedo a la muerte, sintiendo que está constantemente devorando su humanidad terrenal. Pero también he conocido gente que ama la muerte porque es su firme compañera a la que desean continuamente.

La consciencia de estar acompañado por la muerte es algo que se hará cada vez más prevalente en la quinta época post-Atlante. Dejadme describir esto más concretamente. Los seres humanos percibirán en ellos mismos el íntimo proceso ígneo que está vinculado con el desarrollo del alma consciente. Especialmente en el momento de salir de la consciencia del sueño y entrar en la consciencia de vigilia experimentarán la consciencia de vigilia como una especie de proceso ígneo dentro de ellos que les está consumiendo. Para el alma consciente es algo sumamente espiritual, y el espíritu siempre consume lo que es material. La forma en que el alma consciente consume lo que es material y lo que es etérico en el ser humano es una especie de proceso ígneo íntimo, un proceso de transformación. Esto es lo que los seres humanos percibirán en su interior cada vez más según avance la quinta época post-Atlante. Sin embargo, no se debe imaginar que este fuego arda como la llama de una vela; esta sería una imagen demasiado física. La gente sentirá de una manera moral este estar acompañado por la muerte como algo que va tomando forma en sus almas.

Cuando la gente nota una buena intención, o un firme propósito que puedan tener, que se evapora de nuevo enseguida, o en una hora o en un día o en un mes, la mayoría de ellos según nuestra actual visión materialista del mundo, encuentran esto aceptable como parte de la forma en que son las cosas. Pero es algo sobre lo que cada vez más aprenderemos a sentirnos de una manera diferente. Aprenderemos a sentir cómo una buena intención que hemos sido demasiado débiles para llevar a cabo comienza a consumir nuestra vida, comienza a disminuir nuestro peso moral. Aprenderemos a sentir cómo tales cosas nos hacen más ligeros moralmente, más insignificantes para el universo. Hoy en día vemos tales cosas como nada más que una debilidad del alma, no como algo que actúa en el cosmos, en el futuro, sin embargo, ciertamente lo sentiremos así. De una manera similar la gente comenzará a sentir cómo ciertas actividades intelectuales les consumen, como un fuego en el alma que les consume. Tales cosas de hecho están sucediendo ya incluso a gran escala, pero hasta la fecha no han sido aún percibidas como son realmente.

Se puede encontrar el camino al mundo espiritual paso a paso, por ejemplo teniendo en cuenta las sugerencias del libro Cómo se alcanza el conocimiento de los Mundos Superiores. Por este medio es posible alcanzar la armonía entre espíritu, alma y cuerpo. Pero la manera en que la mayoría de la gente vive hoy su vida interna, sin estos ejercicios, y ciertamente incluso la manera en que se vive la vida religiosa en las diferentes denominaciones, provoca que la vida religiosa actúe en el ser humano de tal forma que su peso moral está disminuido y se hace más ligero.

Estas cosas se perciben conscientemente cada vez más, y los seres humanos experimentarán grandes cambios durante esta quinta época post-Atlante. Es un cambio muy grande cuando uno se siente fortalecido o debilitado en su humanidad completa a través de lo que uno es en la vida anímica, cuando uno siente que el destino no es simplemente un asunto de circunstancias externas ejerciendo su influencia sobre uno, sino cuando uno siente que el destino es algo que le hace a uno más pesado o más ligero moralmente.

Esta es la consciencia que hay en el proceso de surgimiento de los seres humanos, y se puede ver sucediendo bastante externa y empíricamente. Estamos entrando en un momento en que los sacerdotes tendrán que tener en cuenta tales cosas cuando tengan a su congregación ante ellos. Será necesario tratar lo que está surgiendo en la consciencia de la gente –algo de lo que no son plenamente conscientes, pero que se muestra en todo tipo de agitación, nerviosismo y sentimientos inarmoniosos– de tal manera que los individuos reciban consuelo y fortaleza.

Será cada vez más inapropiado que los sacerdotes traten a los seres humanos individuales según algunas ideas generales preconcebidas sobre cómo debería hacerse esto. Por favor no os ofendáis cuando digo que de alguna forma los estereotipos han sido y siguen siendo la norma. Cuando habláis a una persona que está quizás sufriendo por alguna clase de engaño y ha buscado refugio con un sacerdote, podéis oír exactamente lo que ese sacerdote le ha dicho a él o a ella. Podéis oír cómo el sacerdote ha buscado despertar en esa persona el sentido de ser pecaminoso. O en otro caso también podéis oír cómo un sacerdote ha buscado despertar el sentido de que una persona es culpable. Esta clase de estereotipos se encuentran por doquier.

Cuando una vez tuve que asistir a tres funerales en el mismo día noté cómo el sacerdote comenzaba cada servicio con la misma frase: ‘No importa lo altos que estén los cielos sobre la Tierra, así de altos son mis pensamientos sobre tus pensamientos’. Tres veces el mismo estereotipo hubiera tenido, sin embargo, mayor o menor justificación durante la cuarta época post-Atlante. Esta es la clase de cosa, como he mencionado, que está alargándose en la quinta época de tal forma que está sucediendo aún ahora, mientras que en esta época debería haber una forma mucho más sutil de observación, debería haber una transformación en la forma en que se hacen las cosas.

Los sacerdotes deben comenzar a hacer esto ahora. Deben comenzar a aprender cómo dirigir la mirada de su alma justo sobre el corazón de la otra persona. Apenas nadie es capaz de hacer esto ahora. Los seres humanos siguen siendo terriblemente desconocidos entre ellos en estos días. Si leéis el Libro del Apocalipsis con un grado de reverencia –de hecho no se puede leer sin reverencia– si leéis con reverencia el pasaje sobre las vestiduras blancas (Apocalipsis 3, 4-5) con que tendrán que ser vestidos aquellos que hayan cumplido la tarea de la quinta época cultural, tenéis la impresión: es un asunto de mirar más profundamente con el ojo del sacerdote en este tipo especial de consciencia humana; es un asunto de llegar a conocer al ser humano como aparece ante vosotros en la quinta época post-Atlante. Esta es la admonición: Llegad a reconoced al ser humano no por las ropas que lleva, ni por lo que él presenta al mundo exterior, sino por las vestiduras de su alma. En la carta a la congregación de Sardis el escritor del Apocalipsis pronuncia esta admonición al momento presente en que estamos ahora viviendo.

Un sacerdote de nuestro tiempo debe penetrar en el alma de una persona a través de todas las circunstancias externas en que los seres humanos se encuentran. En cierto sentido un sacerdote debe mirar a una persona de la manera que describí anteayer en referencia a querer encontrar el karma de esa persona. Dije que para alcanzar el karma de una persona uno debe ignorar su profesión, su status social, su habilidad y su incompetencia y en vez de ello debe entrar profundamente en su alma, en aquellas características y capacidades que pueden encontrar expresión en cualquier profesión que una persona pueda tener. Esto es porque tenéis que mirar lo que el individuo fue en su vida anterior sobre la Tierra. Bien, no hay necesidad de que el sacerdote llegue tan lejos, pero debe comenzar a ver a través de todo lo externo y encontrar el ser interno del individuo, aquello que es puramente humano en él, aquello que hace internamente humana a la persona, un ser humano individual.

Definitivamente sucede, cuando hemos leído en el Libro del Apocalipsis hasta la carta a la congregación de Sardis, que podemos sentir que lo que está escrito allí es un llamamiento directo a nuestra época presente. Según seguimos leyendo podemos entonces obtener incluso una impresión más profunda.

Pensemos ahora en la época en que la quinta época post-Atlante haya pasado. Durante el curso de esta época los seres humanos habrán cambiado sus consciencias de una manera que les permitirá ver cómo la muerte actúa en ellos. Aprenderán a comprender esto, pero no hasta el grado que les haga conscientes todo el tiempo de la edad exacta que van a alcanzar. Verán cómo la muerte actúa en ellos. Tendrán a la muerte como su constante compañera. La muerte estará con ellos de una manera natural. El nuevo elemento que debe entrar en todos los diferentes campos de la vida será que el contenido del alma del ser humano deberá permitirle contemplar este tener-a-la-muerte-al-lado como algo natural. Haber despertado en uno mismo los poderes de la vigilancia anímica eterna significa: tener a la muerte como a una buena amiga y constante compañera siempre a nuestro lado.

Cuando miráis a vuestro alrededor, aún estáis viendo las cosas enteramente a la luz de la cuarta época post-Atlante. En general estáis viendo la vida que tiene a la muerte en su interior, en cada planta y en cada piedra, pero no veis la muerte porque no veis aún la muerte en vosotros mismos. Pero los seres humanos comenzarán a ver la muerte todo el tiempo. Uno tendrá que hablar cada vez más a la gente de esta manera, pues según la persona percibe cada vez más la muerte toda su forma de mirar cambia.

Percibir la muerte significa percibir muchas cosas que están aún hoy completamente ocultas detrás de las apariencias externas. En cierto sentido contemplamos la naturaleza como algo que es muy estable porque no podemos ver en sus reinos más sutiles, más íntimos. Podríais dar un paseo por el campo y ver un letrero que dijera: Área de Enfermedades de los Pies y la Boca. En realidad, algo más íntimo ha estado teniendo lugar sobre toda el área, algo que podría compararse con un mar tormentoso o una erupción volcánica. Esta es la clase de cosa que los seres humanos encararán en la sexta época post-Atlante.

Como los seres humanos aún no ven la muerte, sólo notan una erupción del Vesubio, digamos, o un fuerte terremoto medido por un sismógrafo. Pero no notan la tensión en la esfera etérica que surge por ejemplo cuando vive o nace un importante genio en un determinado lugar. Igualmente, no ven aquel poderoso actuar y entretejer de espíritus de los que las estrellas y sus constelaciones son simplemente un signo externo.

Ver estas cosas de algún modo es lo que los seres humanos pueden esperar en la sexta época post-Atlante. El sol tal como es hoy habrá caído de los cielos y las estrellas habrán caído también. Donde ahora brillan las estrellas, como abstracciones materiales, uno verá un poderoso actuar y entretejer del espíritu. En el curso de la quinta época post-Atlante, por tanto, habrá un gran cambio en la forma en que los seres humanos se ven a sí mismos, y en el curso de la sexta época post-Atlante el mundo entero que les rodea cambiará. No imaginéis que el iniciado, por ejemplo, ve el mundo de la misma forma que uno que no está iniciado. Y lo mismo se aplica a la secuencia de etapas en la consciencia. Los seres humanos en diferentes etapas de consciencia no ven el mundo de la misma forma.

Que nosotros como seres humanos estamos viviendo un proceso de transformación, un proceso de transformación del ser humano y de nuestra imagen del mundo, está indicado en el Libro del Apocalipsis, entre otras cosas, por la forma en que hay una semejanza relativa en las primeras cuatro cartas. El primer sello se abre y aparece un caballo blanco, un caballo. Se abre el segundo sello y aparece un caballo rojo, otro caballo. El tercer sello es abierto y aparece un caballo negro, aún otro caballo. El cuarto sello se abre y aparece un caballo blanco, de nuevo es un caballo. (Apocalipsis 6).

Cuando el quinto sello se abre ya no se dice nada sobre un caballo. La importancia de esta carta se indica de una manera bastante distinta. Así según continuamos en nuestra lectura de las cartas encontramos una indicación de una transformación fundamentalmente significativa que tendrá lugar en nuestra propia época.

Sólo queda por decir una cosa, que es que debemos prepararnos para convertirnos en la nueva y transformada congregación de Sardes. Esta nueva y transformada congregación de Sardes tendrá que comprender que hay poco valor en conocer las plantas, los animales y los minerales a menos que uno pueda encontrar las estrellas que actúan en cada uno de ellos. En el sentido espiritual las estrellas deben caer de los cielos, y esto ya puede percibirse.

Permitidme daros un ejemplo específico de esto. La gente normalmente nota la configuración externa de estas cosas sin tener muy en cuenta la manera en que encajan en la evolución espiritual completa de la humanidad. Cada uno de nosotros sólo puede hacer algo en el lugar en que nos encontramos, y lo que voy a contar me sucedió aquí justo antes de mi último viaje a Inglaterra. Sabéis quizás que cuando estoy en Dornach dedico una o dos horas a la semana a los hombres que trabajan aquí en el edificio, les hablo sobre la ciencia y la ciencia espiritual durante sus horas de trabajo. A los hombres les gusta mucho si me acerco a ellos para que me sugieran un tema. Les gusta mucho escoger el tema y entre otras cosas quieren saber de la vida y cultura espirituales de hoy en día. Esto es algo que también vosotros como sacerdotes tendréis seguramente que comprender.

Antes de partir para Inglaterra tuve una de estas sesiones con los trabajadores, y uno de ellos había preparado la pregunta: ¿cuál es la razón de que algunas plantas tengan fragancia y otras no? ¿De dónde viene la fragancia de las flores? Bien, estas conferencias se han estado celebrando durante años y los trabajadores están ahora lo suficientemente bien preparados como para no aguantar las explicaciones químicas usuales sobre que alguna sustancia u otro ser son los que exudan este o aquel perfume, pues ya sabéis a lo que equivalen usualmente las explicaciones científicas: pobreza viene de la pauvreté. No, estos trabajadores quieren explicaciones reales.

Así que resumiendo esto es lo que les dije durante una hora o así: Algo que tiene fragancia atrae la atención de nuestros órganos sensoriales, percibimos la fragancia a través de nuestro órgano del olfato. Deberíamos entonces preguntarnos si nuestro sentido del olfato es lo suficientemente sutil como para permitirnos trabajar como un perro rastreador de la policía. Por supuesto estaréis de acuerdo conmigo en que no. Por el contrario, tendréis que admitir que nosotros los seres humanos tenemos un sentido del olfato bastante embotado, y no uno sutil, y que según bajáis la escalera de la naturaleza llegáis a órganos olfativos más sensibles.

Considerad al perro con un órgano olfativo tan delicado que puede ser entrenado como un perro rastreador. Mirad la forma en que su frente se inclina hacia atrás siguiendo la continuación de sus nervios olfativos, los cuales llevan el aroma hasta el ser mismo del perro. Nosotros los seres humanos tenemos una frente que está hinchada. Nuestro aparato de inteligencia es un órgano olfativo transformado, especialmente en su capacidad de apercibimiento. Esto solo hace obvio que según bajamos en la escala hacia animales más inferiores llegamos a órganos olfativos más sensitivos.

La ciencia espiritual nos enseña que lo que hay en las flores y en la manera en que desarrollan fragancias muchas plantas no es otra cosa que órganos olfativos, verdaderos órganos olfativos vegetales de inmensa sensibilidad. ¿Y qué huelen? Huelen la fragancia cósmica que siempre está presente. Y la fragancia cósmica que emana de Venus es distinta de la que emana de Marte o Saturno. Por ejemplo, la fragancia de la violeta es un eco olfativo de lo que la violeta percibe de la fragancia cósmica. Las plantas que huelen bien perciben las fragancias cósmicas que vienen de Venus, Mercurio o Marte. La Ferula fétida percibe el olor de Saturno y lo trasmite sobre la asafétida derivada de ella.

Esto es algo que estas personas quieren saber, pues en cierto sentido quieren saber cómo caen las estrellas a la Tierra. ¿Qué son, después de todo, los seres en el mundo sino lo que las estrellas enviaron abajo? Si se quiere hablar realmente sobre estas cosas, hay que decir: las estrellas están cayendo realmente, pues están en las plantas. No es sólo la fragancia que hay en ellas, sino que las plantas mismas son verdaderos órganos olfativos.

Mi primera conferencia hoy fue una vez más para los trabajadores, y les pedí que enunciaran las preguntas que querían se les contestase. Una pregunta fue como sigue: si lo que usted dijo la última vez sobre las fragancias es correcto, de tal forma que las plantas son órganos sensitivos del olfato, ¿de dónde vienen los colores de las plantas?

Así que tuve que explicar que las fragancias de las plantas provienen de los planetas, mientras que los colores provienen del poder del sol. Me extendí sobre esto, dando ejemplos que demuestran que esto es cierto. Un miembro de la audiencia no estaba satisfecho, preguntando por qué no había mencionado a los minerales, y por qué ellos también tenían colores. Puedo comprender por qué las plantas tienen colores, dijo, y que una planta creciendo en el sótano sin la luz del sol tendría la forma correcta y la fragancia, pero no el color, por qué se quedaría pálida o incluso sin color por la falta de la luz del sol. ¿Pero qué pasa con los minerales?

Así que tuve que seguir explicando. El sol tiene un curso diario que surge de una revolución de la tierra en 24 horas. También tiene un curso anual que produce las estaciones durante las cuales alcanza el cénit y entonces cae de nuevo. Pero hay otro ciclo también, y seguí explicando el año cósmico Platónico. Expliqué cómo el sol sale ahora en Piscis en el equinoccio invernal, pero que en tiempos anteriores salía en Aries, y antes de eso en Tauro, y antes aún en Géminis, etc., empleando 25.920 años en completar un ciclo alrededor del zodíaco. De esta manera el sol tiene un curso que dura un día, otro curso que dura un año, y otro curso más que dura un año cósmico entero. Mientras que da a las plantas sus colores durante el curso que dura un año, los minerales necesitan un año cósmico del sol para obtener sus colores. En los colores de los minerales, en el verde de la esmeralda, el amarillo-vino del topacio, el rojo del corindón, vive una fuerza que se desarrolla durante el ciclo solar a través del año cósmico Platónico.

Así se puede ver: si tomáis del espíritu lo que tenéis que decir sobre el mundo, la gente comienza a hacer preguntas sobre cosas terrenales de una manera que demuestra que ya no están satisfechos con los intentos de explicar la Tierra por medio de las trivialidades que emanan de nuestros laboratorios y salas de disección. Quieren comprender de la manera correcta, y están muy satisfechos de que se les muestren las cosas de la manera de “Sardes” que involucra incluir a las estrellas y también sus efectos. Al hacer esto se está haciendo lo que el escritor del Apocalipsis hace; uno está trayendo Sardes a nuestra época actual.

Lo que he estado diciendo es simplemente un ejemplo. Debemos comenzar a traer este sentido sobre las estrellas, este sentido de los seres de las estrellas a nuestra época actual. Debemos comenzar a ayudar a la gente a comprender de nuevo que Cristo es un Ser Solar. Este es el hecho que encuentra mayor oposición de todos.

Cuando os digo estas cosas, y especialmente cuando os digo cómo nuestra moderna quinta edad post-Atlante debe convertirse, en cierto modo, en una Sardes revivida tal como la encontramos brevemente descrita, concisa y maravillosamente en la quinta congregación y el quinto sello que debe abrirse ahora, cuando os digo estas cosas sentiréis que es nuestra tarea hoy desarrollar esta manera especial de comprender el Libro del Apocalipsis, es decir que el Libro del Apocalipsis es una tarea que está llamando diariamente a la puerta de nuestro corazón. No hay ningún sentido en interpretar simplemente el Libro del Apocalipsis. Es necesario que nosotros hagamos el Libro del Apocalipsis en todas las cosas, de lo contrario deberíamos dejarlo. Interpretarlo simplemente no tiene casi ningún valor.

Por este medio os he dicho el segundo aspecto que debe estar involucrado cuando leemos el Libro del Apocalipsis. Ayer busqué explicar la forma, hoy estoy buscando mostraros que para leer el Libro del Apocalipsis uno debe estar presente con su voluntad. Esto es natural, pues las revelaciones han surgido siempre a través de Inspiraciones de la voluntad. Con esto estamos tratando un punto verdaderamente apocalíptico, un punto apocalíptico vivo.

Hay gente hoy en día que está de algún modo educada de una manera apocalíptica. Están educados apocalípticamente de una manera que les da una educación de la voluntad que está específicamente orientada hacia la iglesia Católica Romana. Estos son los Jesuitas. La educación Jesuita, los ejercicios de los Jesuitas, tienen un aspecto fuertemente apocalíptico. Los ejercicios de los Jesuitas involucran una educación de la voluntad tal y como está siempre en las bases de cualquier visión apocalíptica, reveladora.

Educar la voluntad es el aspecto más importante para cualquiera que se tome en serio un sacerdocio genuino en el sentido de una renovación cristiana. Una persona tal debe comprender el Libro del Apocalipsis si ha de ver en él el impulso correcto para la voluntad, mientras que Ignacio de Loyola dio un impulso muy parcial para la voluntad, un gran impulso sin duda, pero un impulso extremadamente parcial. Hoy esto se ha vuelto ahrimánicamente rígido, pero especialmente al mirar a Ignacio de Loyola vemos cuán erróneo es mirar el mundo de cualquier otra forma que no sea a través de la ciencia espiritual. La gente aún atribuye el desarrollo de los Jesuitas hoy a Ignacio de Loyola, pero eso es erróneo. Ignacio de Loyola ha estado desde hace mucho tiempo reencarnado y por supuesto se ha liberado completamente de esa corriente primitiva. Vivió de nuevo como Emanuel Swedenborg, y el desarrollo de los Jesuitas desde entonces se ha deslizado justo en el reino de Ahriman; ya no rememora a Ignacio de Loyola, sino que actúa ahora de acuerdo con los propósitos de Ahriman. Se podría decir que esta es la sombra, la contraimagen de lo que vosotros mismos debéis entrenar para poder, como he dicho, tomar el Libro del Apocalipsis en vuestro ‘Yo’ de tal forma que vuestro ‘Yo’ se convierta en la suma de los poderes que actúan de manera apocalíptica.

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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919