GA346 9ª conf. diferencia entre cristianismo y otras creencias

Rudolf Steiner

El Libro del Apocalipsis como una imagen profética que muestra el desarrollo del Cristianismo después del Misterio del Gólgota. La diferencia esencial entre el Cristianismo y otras creencias religiosas. La construcción de la Antigua y la Nueva Jerusalén.

Novena conferencia

Dornach, 13 de septiembre de 1924

Ahora que hemos reunido varios elementos para ahondar en la esencia del Libro del Apocalipsis, dirijamos nuestra atención al Libro en sí. Comenzaremos por dirigir algunas preguntas relativas al final, la meta de lo que el escritor del Apocalipsis ve en su visión y quiere impartir a la humanidad. Veréis después por qué he elegido estructurar nuestras consideraciones de esta manera particular.

Lo que el escritor del Apocalipsis nos da es lo que se podría llamar una comunicación a la humanidad, una revelación a los seres humanos, pero una revelación que es muy diferente en su esencia de otras comunicaciones que no surgen de la clarividencia. Así el escritor del Apocalipsis señala que el suceso que le permitió hacer su comunicación a la humanidad fue un suceso especial, una poderosa iluminación. El Libro del Apocalipsis es así mostrado como un suceso, un hecho que pertenece al desarrollo adicional del Cristianismo.

El gran punto de partida del desarrollo Cristiano sobre la tierra, que antes de que sucediera sólo podía ser previsto y esperado, es por supuesto el Misterio del Gólgota mismo. Tras este vienen los diversos hechos que deben surgir si el Cristianismo ha de seguir desarrollándose, desde el Misterio del Gólgota en adelante, a través de todo el tiempo y la eternidad. El Libro del Apocalipsis contiene uno de tales hechos. El escritor del Apocalipsis es plenamente consciente de que no sólo está diciendo a otros algo que él mismo ha experimentado y que contribuirá al desarrollo de su tiempo; él sabe que la recepción y transmisión misma del contenido del Libro del Apocalipsis es un hecho en sí mismo.

El aspecto importante que distingue al Cristianismo de otras creencias religiosas es que las religiones antiguas eran enseñanzas, mientras que el aspecto esencial del Cristianismo es el hecho del Gólgota, y este esencial aspecto debe ser seguido por más hechos. Por tanto no es una prioridad fundamental y primordial que se le explique a la gente el contenido de los Evangelios. Lo esencial es que el Cristianismo debería buscar una conexión real y genuina con el Misterio del Gólgota. Bajo la influencia del intelectualismo en los tiempos recientes, el Cristianismo ha adoptado formas intelectuales propias. Esto ha conducido incluso a la famosa afirmación de que Jesús no tiene lugar en los Evangelios1. Esto significaría más o menos que el contenido de los Evangelios puede ser aceptado como enseñanza mientras no se necesite tener en cuenta al maestro del que proviene. Sólo Dios Padre tiene un lugar en los Evangelios, se dice. Esto es equivalente a postular que lo importante del Misterio del Gólgota fue que Jesucristo apareció y dió enseñanzas sobre el Padre. Pero éste no es el aspecto esencial en absoluto. El aspecto esencial es que el Hecho sucedió en el Gólgota, que Jesucristo vivió sobre la tierra y realizó el Hecho sobre el Gólgota. Las enseñanzas son accesorias, son secundarias y no esenciales. El Cristianismo debe luchar por volver a reconocer esto, y también para llevarlo realmente a cabo.

Así mientras está recibiendo la revelación, el escritor del Apocalipsis es consciente de que este hecho ha sucedido y de que está desarrollándose a través de él. Esto es lo importante para él. ¿Qué está continuamente teniendo lugar con esto? Mirando la estructura del ser humano tal y como es hoy, sabemos que durante el día lleva sus cuatro ‘vestiduras’, cuerpo físico, etérico, astral y el ‘Yo’ de una manera bastante normal. Cuando duerme, por otra parte, el cuerpo astral y el ‘Yo’ están fuera del cuerpo físico y etérico, están en los alrededores espirituales de la tierra, que están detrás de los fenómenos que percibimos con nuestros sentidos físicos. Aún no son perceptibles para el ser humano, pues esto sólo es posible a través de la iniciación. Durante el sueño el ser humano dirige una tenue existencia de la que sólo queda una sensación generalizada al despertar, o ve sueños que surgen al dormir, de la manera que he descrito a menudo. El cuerpo astral y el ‘Yo’ están en el mundo espiritual de tal forma que no pueden tener ninguna impresión, ninguna impresión directa de Cristo y de Su ser completo. Si no hubiera nada más que lo que acabo de describir, el ‘Yo’ y el cuerpo astral entrarían en el mundo espiritual cada noche pero no tendrían ningún contacto directo con Cristo. Pero gracias a que el Misterio del Gólgota ha tenido lugar durante el curso de la evolución terrestre, cuando el ‘Yo’ y el cuerpo astral regresaran al reino físico terrestre cada mañana tendrían inmediatamente una impresión de Cristo, pues Cristo está presente en el aura de la tierra. Pero esta impresión sería tenue. Igual que las impresiones nocturnas son tenues durante el día, del mismo modo esta impresión de Cristo, existente dentro del cuerpo físico y etérico mientras duermen, sólo sería perceptible de la forma en que el estado de sueño es perceptible para alguien que se está despertando, y no habría una experiencia clara de Cristo.

Hemos de imaginarnos que inmediatamente después del cumplimiento del Misterio del Gólgota sobre la tierra, hubo individuos que lo habían experimentado y que eran capaces de trasmitir a otros las experiencias inmediatas que habían tenido de ello. Cristo mismo impartió también a sus discípulos una enseñanza esotérica después de su resurrección, proporcionándoles entonces muy profundas enseñanzas. Todo esto continuó extendiéndose durante las primeras décadas después del Misterio del Gólgota. Tendría que haber llegado a su fin en algún punto, y de hecho vemos cómo gradualmente se acabó en ciertos círculos. En las conocidas escrituras de los Gnósticos y en otras explicaciones más antiguas de los primeros padres de la iglesia que eran discípulos de los apóstoles, o discípulos de los discípulos de los apóstoles, había inmensas enseñanzas esotéricas sobre el Cristianismo. Estas fueron extirpadas porque la iglesia quería librarse de algo que siempre fue parte de esas enseñanzas, es decir: todo lo cósmico, de manera que cosas enormemente significativas fueron destruidas por la iglesia. Fueron aniquiladas, pero al leer las Crónicas Akáshicas serán restauradas hasta el último punto sobre la i cuando el tiempo esté maduro.

Así, para la historia exterior, estas grandes impresiones habrían acabado, pero justo cuando esto empezaba a amenazar con suceder, vino a la existencia el Libro del Apocalipsis. Y cuando se asume correctamente esta Revelación –y ciertamente un número de individuos proporcionaron ejemplos de esto durante la segunda etapa después del Misterio del Gólgota- cuando esta gran visión profética de la evolución es asumida correctamente, lo que significa que ha sido asumida en el cuerpo astral y especialmente en la organización del ‘Yo’, entonces el ‘Yo’ y el cuerpo astral portarán esta Revelación – que, como os dije en la primera conferencia, viene directamente desde el mundo espiritual y es realmente una especie de carta, una Revelación verbal directa que incluye visiones- entonces el ‘Yo’ y el cuerpo astral lo llevarán al reino del aura de la tierra cuando estén en el estado de sueño. Esto significa, queridos amigos, que todos aquellos que han asumido el Libro del Apocalipsis en su comprensión interna han estado consagrándolo gradualmente en el éter del aura de la tierra, de tal forma que ahora la presencia de Cristo, activa en el aura de la tierra, proporciona su tónica fundamental a este aura de la tierra.

Cada noche, cuando el cuerpo astral y el ‘Yo’ están fuera del cuerpo físico y etérico, este Impulso de Cristo influye inicialmente al cuerpo etérico del ser humano de una manera profunda. Pero al regresar con su ‘Yo’ y cuerpo astral al cuerpo físico por la mañana, el ser humano normalmente no es capaz de encontrar lo que hay de Impulso Crístico en su cuerpo etérico.

Cuando los discípulos de Juan acogieron gradualmente el contenido del Libro del Apocalipsis, el significado de las palabras se consagró en el éter del aura de la tierra. De tal forma que lo que es consagrado así en el aura de la tierra, de hecho lo que ya fue consagrado allí a través de las grandes y significativas impresiones recibidas a partir de los seres espirituales y divinos por el autor mismo del Libro del Apocalipsis, o quizás se debería decir por el que recibió el Libro del Apocalipsis, todo ello actúa sobre el cuerpo etérico del ser humano entre el estado de sueño y el de vigilia. Esto significa que aquellos que tienen una inclinación hacia el Misterio del Gólgota pueden exponer su cuerpo etérico al contenido del Libro del Apocalipsis mientras están durmiendo. Esto es un hecho. A través de una correcta actitud hacia Cristo uno puede generar una especie de estado de sueño que permite que lo que el contenido del Libro del Apocalipsis ha producido en el éter de la tierra, y lo que subyace en la evolución terrestre a través de la venida de Cristo en el éter de la Tierra, sea consagrado en el cuerpo etérico de uno. Este es el proceso real, es la actividad en marcha en del Libro del Apocalipsis.

En el trabajo del sacerdote, puede ser bastante posible explicar esa capacidad a aquél que requiera su ayuda, así: Cristo entró en la evolución terrestre a través del Misterio del Gólgota, para preparar a los seres humanos primero llevó a cabo lo que se narra en los Evangelios, de tal forma que su cuerpo astral y en su ‘Yo’ –y aquí habréis de usar la clase de terminología que comprenda vuestra congregación- pueden absorber el contenido de los Evangelios; esto les prepara para recibir el impulso de Cristo en su cuerpo etérico al despertar. El escritor mismo del Apocalipsis, sin embargo, al estar situado dentro del Cristianismo según se va desarrollando, puede incorporar al cuerpo etérico humano lo que describe tan concretamente, aquello que está en la evolución del Cristianismo a través de las diversas épocas hasta el futuro.

Esto fundamentalmente trae un nuevo elemento a la evolución terrestre, en contraste con las enseñanzas de los antiguos Misterios. ¿Qué era lo que los antiguos Misterios impartían al iniciado? Impartían aquello que puede verse cuando uno analiza la esencia espiritual de lo que ha estado presente en el mundo por toda la eternidad, aquello que puede verse cuando uno encuentra lo divino actuando eternamente en las fuerzas físicas externas. El iniciado de los antiguos Misterios no hacía demandas para recibir nada más en su cuerpo etérico, excepto lo que venía de todos modos como el resultado de la iniciación.

El iniciado Cristiano va más allá de esto. Él quiere acoger en su cuerpo etérico lo que sólo gradualmente ha venido a la existencia durante el curso de la evolución terrestre, todo lo relacionado con el Misterio del Gólgota y con Cristo. La revelación del Libro del Apocalipsis contiene así el comienzo de una iniciación para la Cristiandad. Esta revelación es una especie de etapa temprana de iniciación, no para los individuos sino para toda la Cristiandad; y los individuos pueden prepararse para participar en esto.

Esto abre un camino a lo largo del cual el principio de la Naturaleza, del Padre, puede ser trascendido. Básicamente todas las antiguas iniciaciones tomaban la forma de iniciaciones del Padre. Se buscaba la naturaleza y el espíritu en la naturaleza y se estaba satisfecho con eso, pues los seres humanos mismos eran parte de aquel mundo de la naturaleza. Pero ahora Cristo ha estado aquí en la tierra, y aquí permanecerá. Él ha realizado su Acto en el Gólgota y permanecerá aquí. No se puede acoger lo que sucedió a través del Misterio del Gólgota simplemente tomando parte en la iniciación antigua. Uno se debe elevar, antes que nada, al mundo del espíritu que es diferente del que fluía a través de los antiguos Misterios. Lo que fluía a través de los antiguos Misterios era simplemente la esperanza de que el Misterio del Gólgota fluiría un día a través de los nuevos Misterios. Ahora, sin embargo, el ser humano hace contacto con el espíritu no a través de la naturaleza, sino directamente a través de Cristo.

El antiguo iniciado siempre escogía un rodeo a través de la naturaleza. Lo que el nuevo iniciado hacía –esta fue la visión de muchos individuos medio iniciados o parcialmente iniciados, no en el primer siglo, sino especialmente en siglos posteriores después del Misterio del Gólgota- era buscar el contacto con el Ser Espiritual del mundo a través de lo que había fluido al mundo a través de Cristo y a través de lo que se construyó sobre Cristo.

Así era cómo un nuevo iniciado veía el Libro del Apocalipsis. Lo que veía en él le hacía decir: La naturaleza es una forma de entrar en el mundo espiritual; la inmensa sabiduría revelada en el Libro del Apocalipsis es el otro camino. Es una maravillosa sorpresa y deleite en la búsqueda espiritual cuando uno se encuentra con individuos –no en el primer siglo Cristiano, sino en posteriores, desde el segundo al sexto- que dice: la naturaleza es estupenda –se refieren a lo que el mundo antiguo veía como la naturaleza- pero aquello que es revelado del reino suprasensible por el escritor del Apocalipsis, o por los apocalípticos, es igualmente estupendo o incluso mejor; pues la naturaleza conduce al Padre, pero lo que se revela a través del escritor del Apocalipsis conduce a través del Hijo hasta el Espíritu. Aquellos fueron tiempos en que se buscaba un sendero inmediato hacia el espíritu puro a través del Libro del Apocalipsis.

Esto fue al mismo tiempo una indicación que apunta hacia el cambio real que debe surgir y surgirá durante el curso de la evolución humana una vez que los seres humanos se hayan hecho merecedores de ello. En tiempos remotos había un fuerte sentimiento de que el ser humano provenía del mundo espiritual, pero que tenía que seguir un desarrollo que le ataría a lo que venía hacia él del mundo físico sensorial. Este vínculo con el mundo físico sensorial se sentía con fuerza, y el punto de vista era que los seres humanos se habían convertido en seres pecaminosos y pecadores a través de sus vínculos con la naturaleza material de la tierra.

Se iba a preparar una época diferente, en contraste con ésta, y el escritor del Apocalipsis lo profetizó y lo proclamó. Él buscaba la imagen, la Imaginación correcta en la que situar este secreto ante las almas humanas, en imágenes de su imaginación. Así él realzó y resumió una imagen que era bastante habitual en las enseñanzas secretas de los Hebreos. Esto es lo que se mostraba mediante estas enseñanzas secretas:

Las almas provienen del mundo espiritual; estas almas provenientes del mundo espiritual se revisten con lo que proviene de la tierra; cuando construyen casas para las tareas más externas del espíritu, el resultado son las ciudades; pero cuando construyen hogares para las tareas internas del alma humana el resultado es el cuerpo humano, construido con ladrillos proporcionados por la tierra.

El concepto de construcción de moradas entremezclado con el concepto de construirse el cuerpo de uno mismo. Esta era una imagen hermosa, maravillosamente hermosa, pues es también muy práctica. El cuerpo con el que se actuaba externamente y donde los procesos y funciones anímicas tenían lugar era una casa, y la casa externa proporcionaba protección para todo esto. Había esta hermosa imagen: si yo construyo una casa para mis actividades externas a partir de materiales terrestres, entonces las paredes de la casa, la casa como un todo, proporciona protección para lo que hago. Esta es simplemente una continuación expandida, o se podría decir endurecida, más esclerotizada, de la primera casa que el ser humano se construía –la primera casa, la que contenía los procesos internos de su alma- y que es su cuerpo. Habiendo construido su cuerpo, que es una casa, él entonces construía una segunda casa, que utiliza ingredientes de la tierra como materiales de construcción. Se consideraba un asunto perfectamente cotidiano contemplar el cuerpo como una casa, y esta casa como la vestidura protectora llevada por el ser humano aquí en el mundo físico terrenal. Lo que se forma a partir del alma de esta manera era contemplado como la construcción de la casa por parte del ser humano.

En tiempos antiguos el ser humano crecía ciertamente muy vinculado incluso externamente a lo que sentía como su hogar. Aquí hay un dibujo de ello (Pizarra 3, abajo a la derecha): Este es el cuerpo del ser humano con su piel. Si él tuviera que hacer crecer otra piel para las actividades externas de su alma, sería como una tienda, sólo que esta tienda no crece de motu propio, sino que el ser humano la construye él mismo.

En las enseñanzas hebreas secretas esta confluencia de tener dominio sobre el reino terrestre, y el de acoger ingredientes terrenales para el desarrollo humano, se consideraba de una manera particular. En tanto en cuanto concierne a la tierra física, habéis de admitir que hay un Polo Norte y que allí hay concentrado un grado de frialdad. Este Polo Norte puede describirse muy físicamente como parte de la geografía de la tierra, algo que pertenece a la tierra y es una parte esencial de ella. Las enseñanzas secretas hebreas también hacían esto en relación con la actividad del alma en las fuerzas de la tierra. Como el Polo Norte geográfico, ellos veían otro polo en la tierra donde se concentraba toda la cultura, en otras palabras donde se reunían las casas más perfectas, y ellos contemplaban Jerusalén, toda la ciudad física de Jerusalén como este lugar. Este era el polo donde se concentraba la cultura externa alrededor del alma humana, y la gloria culminante de esta ciudad era el Templo de Salomón.

Se llegó a sentir entonces que este aspecto de la evolución de la tierra había llegado a su fin. Aquellos que comprendieron algo de las enseñanzas secretas hebreas, no contemplaron lo que sucedió tras el Misterio del Gólgota, la destrucción de Jerusalén, como un suceso externo provocado por los romanos. Los romanos fueron simplemente los cómplices de los poderes espirituales, desempeñando en su nombre lo que era completamente un plan de aquellos poderes espirituales. La idea que tenían era que la antigua forma de reunir ingredientes de la tierra para construir el cuerpo humano como una casa, había llegado a su fin. Con el logro de plena grandeza de Jerusalén la sustancia, el material de la tierra, que podía utilizarse en la construcción del cuerpo humano como una casa, se agotó.

Traducida en la forma Cristiana de pensamiento, esta enseñanza secreta hebrea significaba: la destrucción de Jerusalén hubiera sucedido incluso aunque el Misterio del Gólgota no hubiera tenido lugar, pero aquello que puede convertirse en una nueva creación, no se hubiera sembrado en esta destrucción del ser del hombre, que crea con la ayuda de la tierra. Se plantó la semilla para una creación completamente nueva en la Jerusalén que estaba condenada a perecer. La Madre Tierra muere en Jerusalén. La Hija Tierra vive en espera de otra semilla. Ya no son los ingredientes de la tierra los que se utilizan para construir cuerpos y casas de la Antigua Jerusalén, que había sido la gloria culminante de todo lo que tiene lugar en la tierra, pues ahora la tierra se eleva como un polo espiritual de la Antigua

Jerusalén. Ya no será posible construir algo como la Antigua Jerusalén a partir de ingredientes terrestres. En vez de ello comienza una nueva era, para la que se sembró la semilla con el Misterio del Gólgota. Ahora los seres humanos reciben de lo alto aquello que envolverá a su ser interno (Pizarra 3) desde el exterior. La Nueva Ciudad desciende de lo alto y se vierte a través de la tierra, la Nueva Jerusalén. Así como la Antigua Jerusalén estaba hecha a partir de la tierra y sus sustancias, la Nueva Jerusalén proviene del cielo y sus ingredientes son espirituales.

Probablemente encontraréis tal imagen bastante extraña en comparación con todas las cosas que se piensan en estos días y lo que habéis aprendido de éstas. ¿A qué se imagina la gente que se parece el ser humano anatómico y fisiológico? Él come, toma las sustancias de su comida en su estómago, las digiere, descarta algunas de ellas y reemplaza lo que necesita sustituirse con las sustancias que ingiere.

Pero esto no es en absoluto como son las cosas. El ser humano es triformado y tiene en él un ser humano de nervios y sentidos, un ser humano rítmico y un ser humano metabólico y de los miembros. Ninguna de las sustancias ingeridas a través del alimento entra en el sistema de los miembros y el metabolismo, pues todo ello va al sistema de los nervios y los sentidos. El sistema de los nervios y los sentidos absorbe las sales y otras sustancias necesarias que están siempre delicadamente distribuidas en el aire y la luz, y dirige éstas hacia el sistema del metabolismo y los miembros. El sistema del metabolismo y los miembros es alimentado enteramente de arriba a abajo. Es completamente falso que esta parte del ser humano reciba las sustancias que necesita directamente de la comida. Si las sustancias terrenales entran en el sistema del metabolismo y los miembros, entonces el ser humano enferma. Todas las sustancias ingeridas y digeridas de la comida proporcionan alimento únicamente a los órganos pertenecientes al sistema de los nervios y los sentidos. La cabeza en particular se construye a partir de sustancias terrestres. Los órganos del metabolismo y los miembros, por otra parte, se construyen a partir del cielo. Y el ser humano rítmico produce un equilibrio entre ambas direcciones. El ser humano no come el oxígeno del aire, lo inhala. La forma en que ingiere sustancias a través de su sistema de nervios y sentidos es más basta que la manera en que lo hace a través de su sistema del metabolismo y los miembros. Lo que el ser humano necesita para su sistema metabólico y sus miembros se absorbe a través de un proceso respiratorio inmensamente delicado. La respiración ordinaria es bastante basta en comparación. Y lo que el ser humano hace con el oxígeno –es decir, producir dióxido de carbono- es una vez más algo más delicado que lo que sucede realmente, de tal forma que los alimentos que pasan por el estómago pueden alimentar la cabeza. La transición tiene lugar en el ser humano rítmico.

Esta es la verdad sobre la estructura del organismo humano y sus procesos. Lo que la anatomía y la fisiología enseñan hoy son tonterías a la luz de la verdad, y surgen como resultado de la visión materialista. Tan pronto como sepáis algo de esto, os dais cuenta de que lo que constituye el cuerpo humano no viene solo de abajo, de los reinos mineral, vegetal y animal de la tierra, sino que lo que nutre los órganos que son contemplados a menudo como los más zafios proviene de arriba.

Sabiendo esto, uno será capaz de ver con bastante claridad que hasta el tiempo en que pereció Jerusalén hubo una especie de exceso de nutrición desde abajo. Entonces, con el Misterio del Gólgota, lo que viene de lo alto comienza a asumir importancia gradualmente.

Aunque la gente ha invertido estos hechos de la manera descrita, lo que sucede hoy es que el desarrollo surge de muchas maneras como el resultado de la sustitución de la antigua nutrición desde abajo por la nutrición desde arriba, que es ahora más importante. Esto provoca que la forma humana cambie. Nuestra cabeza ya no es como las cabezas de tiempos antiguos. La cabeza humana en los tiempos antiguos tenía una frente que se inclinaba hacia atrás más. (Pizarra 3) La frente hoy es más cupular; la parte exterior del cerebro se ha hecho más importante. Este es el cambio real, pues la parte del cerebro que está haciéndose más importante es más semejante a los órganos digestivos que la parte que está por debajo. La parte periférica del cerebro está haciéndose más similar a los órganos digestivos que los tejidos más delicados de la parte media del cerebro, esto es, la continuación de los nervios sensoriales hacia el centro de la cabeza. Los órganos del metabolismo, en particular, son nutridos desde arriba.

Uno puede realmente mirar estas cosas hasta el más mínimo detalle, y, si está deseando decir sobre ciertas cosas lo que el escritor del Apocalipsis, dice: Aquí está la sabiduría. En el conocimiento ordinario que vive entre la gente no hay sabiduría, sino oscuridad. Lo que la gente llama hoy los resultados de la ciencia es, de hecho, el resultado del Kali Yuga, el máximo oscurecimiento de la mentalidad humana. Esto debería ser observado como un secreto y no hablar sobre ello en cualquier esquina, pues las cosas esotéricas son cuestiones que debben permanecer dentro de un círculo particular.

El crecimiento de la Nueva Jerusalén ha estado en marcha desde el Misterio del Gólgota. Cuando el ser humano haya cumplido completamente su tiempo en la tierra habrá alcanzado la etapa en la que no sólo entretejerá la sustancia celestial en su propio cuerpo a través de sus sentidos, sino que extenderá la sustancia terrenal, a través de lo que llamamos conocimiento y arte espiritual, hasta lo que será la ciudad externa, la extensión adicional de su cuerpo en el sentido que he expresado. La Antigua Jerusalén se construyó de abajo a arriba; la Nueva Jerusalén se construirá en toda realidad de arriba a abajo. Esta es la inmensa perspectiva que surge de una visión más que gigantesca experimentada por el escritor del Apocalipsis. La poderosa visión que vió le dijo: Todo lo que han construido los seres humanos ha surgido hacia arriba de la tierra, y esto se concentró en la Antigua Jerusalén; pero esto ha llegado ahora a su fin. Él vió el surgimiento y la caída de la Antigua Jerusalén, y vió la ciudad del hombre, la Nueva Jerusalén, descendiendo desde lo alto, desde los mundos espirituales.

Este es el objetivo, la meta final de la revelación del Libro del Apocalipsis. Contiene senderos y objetivos verdaderamente Cristianos para la humanidad. Al esforzarnos por comprenderlos llegamos a ciertas peculiaridades en el Libro del Apocalipsis sobre las que muchos individuos tienen presentimientos pero que no pueden comprender completamente. Alguien que haga serios esfuerzos para comprender el Libro del Apocalipsis no puede evitar decir: ¿Qué puedo hacer para entrar en la imagen de la Antigua y la Nueva Jerusalén? ¿Cómo puedo entrar en ella? No puedo simplemente seguir hablando sobre estas imágenes, que inicialmente no tienen un contenido comprensible para mí; debo de alguna manera entrar en el contenido. Para entrar en el contenido necesitamos una cosmología y una visión del ser humano que es dada solamente por una nueva visión del mundo, como hace la Antroposofía, mediante el verdadero entendimiento del mundo espiritual. Llegamos a la Antroposofía a través del Libro del Apocalipsis porque necesitamos los medios proporcionados por la Antroposofía para comprender el Libro del Apocalipsis, porque nos damos cuenta de que: Juan recibió el Libro del Apocalipsis de regiones en las que moraba la Antroposofía antes de descender a los seres humanos.

Si uno quiere comprender el Libro del Apocalipsis honesta y seriamente ha de comprenderlo antroposóficamente. Esto es de lo más obvio en conexión con la meta final, la Nueva Jerusalén. Debéis comprender los secretos de cómo está estructurado el ser humano desde arriba y desde abajo, pero no sólo como si esto fuera una ciencia externa. Entonces podréis expandir vuestra comprensión para incluir la actividad completa que los seres humanos desempeñan en la tierra, una actividad que es dirigida de abajo a arriba y después se muta en la que va de arriba a abajo. La gente debe abrirse camino hacia algo que es construido espiritualmente. Deben ver el Libro del Apocalipsis no como algo simplemente simbólico o teórico que habla en imágenes, que es la costumbre de los exégetas bíblicos. Deben verlo de forma tal que permita que el espíritu sea exactamente tan real como la tierra física lo ha sido durante miles de años.2

Debemos mantenernos firmes en lo siguiente: El Libro del Apocalipsis no contiene imágenes, contiene indicaciones de hechos completamente concretos de lo que sucederá realmente y no simplemente pistas pictóricas de lo que sucederá. Esto es lo más importante. Es así como debemos sentir y encontrar nuestro camino hacia el interior del Libro del Apocalipsis. Así que mañana hablaremos más de todo esto.

1 Esta afirmación de Adolf Harnack aparece en la 8ª conferencia de su libro ¿Qué es el Cristianismo?

2 En el registro interno de la Comunidad de Cristianos este pasaje también contiene las siguientes notas de otro participante: “En la medida en que seáis merecedores de ello, acogeréis la Nueva Jerusalén no simplemente como una imagen igual que la presentada por los exégetas modernos sino también como algo que cuelga hacia abajo desde arriba con la misma realidad con la que la Antigua Jerusalén se levantaba desde abajo hacia arriba.


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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919