GA216 Dornach 22 de septiembre de 1922 Vinculación de la vida histórica de la humanidad con los mundos espirituales (I)

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RUDOLF STEINER

Impulsos básicos de la historial mundial de la humanidad

Conferencia nº 3 de una serie de ocho conferencias, celebradas del 16 de septiembre al 1 de octubre 1922, en Dornach.


GA216 TERCERA CONFERENCIA

período comprendido entre la antigua india hasta Grecia


Dornach 22 de septiembre de 1922

En las últimas conferencias traté de describir con cierto detalle la conexión del hombre, como ser de cuerpo y alma, con los Poderes espirituales del universo. Quisiera ahora ampliar el cuadro describiendo, de manera similar, ciertos acontecimientos históricos y sus conexiones con los mundos espirituales. En nuestra época materialista, el estudio de la historia de la raza humana se limita a su aspecto externo; se intenta describir lo que ocurre en el mundo físico de los sentidos, pero no se tiene en cuenta en qué forma interviene el mundo espiritual en las actividades y acciones de los hombres. En nuestra época, las acciones humanas en el curso de la historia nunca se estudian desde el punto de vista de su conexión con los Seres y Poderes que están detrás de la existencia humana.
Prestemos atención a los tiempos más antiguos de la evolución de la humanidad, para empezar, a las épocas descritas en mi Esbozo de la Ciencia Oculta, tales como los períodos de cultura de la Antigua India y de la Antigua Persia. Naturalmente, muchas cosas que fueron hechas por los hombres en aquellos tiempos forman el contenido de la historia. Pero hay que tener en cuenta que los acontecimientos que entonces constituían la historia externa no eran en absoluto el resultado de una deliberación plenamente consciente por parte de los hombres, pues la conciencia humana estaba impregnada de una especie de clarividencia onírica. Las imágenes surgían en la conciencia de los hombres, imágenes entrelazadas con las actividades de los Seres Espirituales que entonces incitaban a los hombres a realizar actos de un tipo u otro.

En la época de la que estoy hablando ahora, el proceso de inhalación era extremadamente importante. El hecho de que, mediante los ejercicios de Yoga, la respiración se convirtiera en un proceso consciente, un proceso de percepción, indica la importancia del papel que desempeñaba la respiración en aquellos tiempos antiguos. Pero el proceso de inhalación era entonces más importante que el de exhalación.
Hoy en día no nos damos cuenta de que, además de, digamos, lo grueso que se inhala con el aire, están presentes toda clase de sustancias, pero en un estado de distribución extremadamente delicado y finísimo. Esas sustancias, también, que en la actual existencia terrestre están en la condición sólida, mineral, están contenidas en el aire en una distribución fina y delicada, y el ser humano las respira. Ahora bien, la peculiaridad de estas sustancias en su estado de fina distribución por el aire, es que tienen la tendencia a asumir formas y figuras. También las sustancias terrestres, por supuesto, asumen las formas que conocemos como cristales minerales. No me refiero aquí a los cristales, sino a las sustancias finamente distribuidas en el aire, o también se podría decir, en el aire-éter, en la medida en que éste discurre por el aire. También estas sustancias construyen formas, formas que no se parecen a las de los minerales, sino a las de los órganos del hombre. Esta es una peculiaridad del éter, que impregna el aire. Cuando podemos observar este éter con el Conocimiento Imaginativo, vemos dentro de él formas flotantes, delicadas formas etéricas con forma de pulmón, o de hígado, o de estómago - en todo caso, formas de los órganos internos del hombre. Con la visión etérica entrenada se pueden observar todas estas formas en el éter cósmico. Sin embargo, en comparación con nuestros órganos físicos, estas formas cósmicas suelen ser de dimensiones gigantescas. Vemos gigantescas formas etéricas, con formas de hígado, pulmón, etc., interpenetrando el espacio cósmico que nos rodea. Estas formas, que flotan como en el espacio, son respiradas por el hombre, y es bueno que así sea. Porque cuando el hombre respira estas formas que entran en él con el aire, actúan beneficiosamente y con efecto curativo sobre sus órganos. Los órganos, después de todo, se deterioran a medida que avanza la vida y, para hablar coloquialmente, son remendados de nuevo por lo que se inhala de esta manera. Sabemos muy bien lo difícil que es para la terapia restaurar los órganos físicos, pero este otro tipo de terapia trabaja de manera efectiva y continua sobre el ser humano.
En aquellas épocas tan tempranas de la historia era posible para los hombres, sin una formación especial y simplemente a través de su clarividencia onírica, ver estas formas etéricas y, sobre todo, darse cuenta de lo que significa cuando, junto con las sustancias finamente disueltas y parecidas a la pepsina en el éter, la forma del estómago, digamos, es respirada y recibida por el órgano correspondiente en el cuerpo humano. En la antigüedad se sabía mucho sobre esta conexión con la delicada organización del mundo circundante, y cuanto más retrocedemos en el tiempo, mayor era el conocimiento.

Este proceso de respiración en la forma de éter no era como si el aire fuera bombeado automáticamente en un espacio vacío de aire. Piensen en una forma de éter que pasaba al ser humano a través de su inhalación. Los Seres Espirituales estaban activos mientras las formas cósmicas se hundían en él. En recientes conferencias, algunas públicas y otras dadas aquí, hemos oído hablar de ciertos Seres Espirituales y de su importancia para el hombre. Me refiero a esos Seres Espirituales que tienen su reflejo físico en la Luna y su luz: los Seres Lunares espirituales. Fueron estos Seres Lunares los que, en los tiempos de los que estoy hablando ahora, pudieron por medio de estas formas cósmicas pasar del cosmos al ser humano. Así, en aquellas antiguas épocas de evolución histórica en la tierra, los hombres atraían el cosmos lunar espiritual hacia ellos en el proceso de inhalación, estimulando a los seres lunares espirituales a la actividad dentro de ellos.
Lo que ahora os digo era el contenido de una ciencia y era un cuerpo de sabiduría al que se dedicaba mucho estudio en los Misterios más antiguos. Porque los iniciados de estos Misterios sabían que los seres humanos atraían el cosmos lunar espiritual hacia ellos de esta manera. Los iniciados sabían también que esto ocurría principalmente durante la noche, durante el sueño. Pero como en aquellos tiempos los hombres estaban dotados de una clarividencia onírica, y vivían en un estado de conciencia a medio camino entre la vigilia y el sueño, era posible contar con el hecho de que estos Seres Lunares espirituales entraban en los seres humanos durante ciertos períodos de la conciencia diurna. Y el liderazgo proporcionado a la humanidad por los Iniciados de los antiguos Misterios tenía como objetivo obtener el control de lo que pasaba dentro del ser humano de esta manera a través de la inhalación, para que los hombres pudieran ser capaces de utilizar las fuerzas de estos Seres Lunares en sus propios actos.
Hay que saber que en aquella época no existía la instrucción intelectual actual. Sin embargo, los Iniciados de los Misterios disponían de medios mucho más potentes para guiar y conducir a los pueblos de lo que se hizo más tarde y, sobre todo, de lo que se hace hoy. En el período más antiguo de la evolución humana, los Iniciados habían desarrollado el arte de conversar con los Seres Lunares que el hombre respiraba durante la noche y durante los períodos clarividentes de su conciencia despierta, y de hacer que estos Seres Lunares inculcaran algo muy definido a la humanidad. En la medida en que los Seres Lunares, a través de la inhalación, se convirtieron en sus ayudantes, los Iniciados de los antiguos Misterios pudieron, de esta manera, proporcionar una maravillosa dirección a la humanidad.

Hoy en día sólo existen las concepciones más inadecuadas de estos procesos profundamente misteriosos que tenían su imagen exterior en toda clase de ritos ceremoniales - procesos que se utilizaban en la antigüedad para, desde los centros de los Misterios, conducir y guiar a la humanidad.

A medida que la evolución avanzaba, nació una era diferente. Las tinieblas se cernieron sobre la antigua clarividencia, con el resultado de que los procesos especiales, que los Iniciados habían podido hacer electivos en los días de la antigua India y de la antigua Persia, presentaban dificultades cada vez mayores. Hasta la época del Misterio del Gólgota, por supuesto, y durante algunos siglos después, persistieron restos de la antigua clarividencia, particularmente en ciertas regiones. Pero ya era tenue y hacia el siglo II o III a.C. el procedimiento del que he hablado ya no podía ser tan eficaz como lo había sido en los primeros tiempos de la evolución humana después de la época atlante. Los Iniciados de los Misterios estaban cada vez más perdidos cuando deseaban utilizar el poder de los Seres Lunares para guiar a la humanidad. Si he de describir lo que ocurrió entonces entre los iniciados y los seres lunares, diré lo siguiente: Cuando un Iniciado de la época egipcio-caldea se acercaba a uno de estos Seres de la Luna con el objeto de encargar a este Ser, cuando había entrado en un hombre a través de la inspiración, que infundiera esto o aquello en el alma, el Ser de la Luna respondía a menudo al Iniciado: Durante las horas de la conciencia diurna ya no tenemos ninguna morada en la tierra; sólo encontramos una morada durante las horas de la noche.
Pero los Iniciados habrían considerado ilícito influir así en los hombres de la tierra durante las horas de la conciencia nocturna por medio de los Seres Lunares, pues esto habría significado manejarlos como autómatas. Tal procedimiento habría dado lugar a lo que se describe en cierta terminología como un arte de magia negra, y con esto los buenos Iniciados, naturalmente, no tendrían nada que hacer. Por lo tanto, fue muy significativo para ellos que los Seres de la Luna, que iban a ser sus ayudantes en la guía de la humanidad, respondieran: Durante las horas de la conciencia diurna no tenemos morada en la tierra. Los Iniciados de estos Misterios se enfrentaron así al peligro de quedarse sin ayudantes en los métodos que habían utilizado para guiar a la humanidad. Por otra parte, lo que vino al mundo con el Misterio de Cristo no existía todavía. Hubo un período intermedio entre el de la antigua clarividencia, cuando los procedimientos que he descrito eran posibles, y la época que cambió todo el carácter de los trabajos de lo Espiritual en la tierra - la época inaugurada por el Misterio del Gólgota.
La época egipcio-caldea, que sigue a la de la antigua Persia, proporciona la mejor ilustración para el estudio de este período intermedio. Los iniciados de los pueblos caldeos apenas sabían cómo abordar el dilema del que ahora hablo. En cierto sentido estaban extraordinariamente desamparados y buscaban lo que necesitaban para guiar a los hombres a través de medios un tanto externos, es decir, a través de su tradición estelar, su arte de la astrología. Pues lo que los iniciados caldeos aprendían a través de su astrología podía experimentarse de manera muy diferente a través de los Seres Lunares que pasaban a los cuerpos de los hombres a través de la inhalación. Ahora, sin embargo, los seres lunares decían: No hay morada para nosotros en la tierra. Así pues, los iniciados caldeos sustituyeron el poder de observación exterior por el poder interior, que antiguamente habían impartido estos Seres.

Los Iniciados de Egipto se pusieron a trabajar de manera muy diferente. Buscaron los medios para proporcionar a los Seres de la Luna una morada en la tierra. Para los seres que, según las leyes eternas de la evolución del mundo, ya no tenían sus moradas designadas en la tierra, los Iniciados de los Misterios egipcios trataron de proporcionarles refugio. Y los sacerdotes de los Misterios egipcios, los Iniciados egipcios, lograron efectivamente proporcionar moradas en la tierra a los Seres Lunares luciféricos. Al poblar los lugares de enterramiento con momias, los sacerdotes egipcios encontraron la solución al secreto de atraer a los Espíritus de la Luna para que bajaran a la tierra, aunque según las leyes de la evolución del mundo esto ya no era su papel asignado. Los seres humanos momificados, los cadáveres momificados, se convirtieron en morada de los seres lunares luciféricos. En conferencias anteriores he hablado desde otro punto de vista de lo que significaba el cadáver momificado, y ahora me refiero a él desde el aspecto de la historia cosmológica. Rodeados de sus hileras de momias, los iniciados egipcios podían hacer observaciones que ya no eran posibles de forma natural. En tiempos anteriores se trataba simplemente de estar junto a los hombres y observar clarividentemente su respiración. En sustitución de esto se encontró un método para realizar lo que antes ocurría en el proceso natural de la inhalación. Se establecieron lugares a los que estos Espíritus podían descender - los Espíritus que ahora no tenían morada dentro de la humanidad durante las horas del día y que, de otro modo, se habrían visto obligados a vagar sin hogar por la tierra. En tales condiciones, no habrían podido participar en los asuntos de la tierra, por lo que se establecieron lugares en los que, por así decirlo, se les podía dar cobijo. Estos lugares eran las momias, los cadáveres momificados de los hombres. Las momias se convirtieron en las moradas de los Seres de la Luna. De pie, con plena comprensión, ante las momias, el iniciado egipcio estudiaba lo que los iniciados de épocas anteriores habían estudiado de la vida en su estado fresco y natural. El Iniciado egipcio observaba las actividades de los Seres de la Luna en las moradas que les habían sido proporcionadas, y por este medio se daba cuenta de lo que estos Seres de la Luna eran capaces de inculcar, de múltiples maneras, en el desarrollo histórico de la humanidad.
Por paradójico que parezca para el intelecto materialista de hoy, es cierto que si queremos comprender el desarrollo histórico durante la época de la cultura egipcia, debemos estudiar no sólo los monumentos externos, sino esa Crónica eterna de los mundos que puede leerse con la visión de la Imaginación y la Inspiración, y en la que están registradas las hazañas de aquellos Seres Lunares espirituales a los que no se erigieron monumentos externos y que no dejaron escrituras. Pero los logros de los hombres a los que se erigieron los monumentos - estos logros fueron inspirados a través del trabajo de los Iniciados con los Seres Lunares en las momias, inspirados por los Seres Lunares espirituales para los que, durante las horas de conciencia diurna, se habían proporcionado moradas en la tierra en las momias. En verdad, sólo podemos comprender el origen de lo que está registrado en las antiguas escrituras cuando somos capaces de comprobar, en la vida del cosmos, esos Seres que nos dicen: "Durante el tercer, segundo y primer milenio antes de Cristo pudimos bajar a la tierra sólo porque los Sacerdotes-Iniciados de Egipto nos proporcionaron moradas en las momias". De estos Seres Lunares podemos aprender las intenciones que hay detrás de los hechos que forman la historia de esa época.
Para comprender al hombre en su verdadero ser, debemos dirigirnos a las estrellas y a las Jerarquías, como dije en las dos últimas conferencias pronunciadas aquí. Pero para comprender el desarrollo histórico de la humanidad debemos ser capaces de estudiar, también, los Poderes Espirituales que intervienen en este desarrollo. Debemos estudiar el significado de un fenómeno tan sorprendente como el de la momificación del cadáver humano en el antiguo Egipto. El propósito interno de las cosas, a menudo consideradas por el materialismo moderno como meras costumbres curiosas, puede ser comprendido cuando somos capaces de investigarlas por medio de la ciencia espiritual.
Antaño las momias eran los hogares de los Dioses, moradas de los Seres Lunares que ahora eran Seres Luciféricos. En la época grecorromana, la cuarta época postatlante, las condiciones eran algo diferentes. El proceso de inhalación dejó de desempeñar el papel predominante. La inhalación conservaba su importancia, pero ya no era tan importante como antes. Tanto la inspiración como la espiración tenían ahora la misma importancia para el ser humano. Los iniciados griegos eran muy conscientes de este hecho y el maravilloso equilibrio entre la inhalación y la exhalación, característico de los griegos, permitió que su arte se convirtiera en el modelo al que siempre apunta la historia. No habría estado en consonancia con la naturaleza de los griegos recibir a los Seres de la Luna específicamente por medio de la inhalación. A través del trabajo de sus Iniciados, el pueblo griego pudo hacer efectivos aquellos Seres que rondaban - medio volando, medio flotando en el aire, y que gustaban más de ser acunados en la condición de equilibrio entre la inhalación y la exhalación. Si nos remontamos a los antiguos tiempos del desarrollo griego, en los que se dio la verdadera inspiración para lo que se manifestó, más tarde, en una forma más externa, si nos remontamos a los tiempos en los que las formas de la grandeza primitiva fueron la fuente y el manantial del arte plástico, del arte griego de la tragedia y de la filosofía, encontramos que los Sacerdotes-Iniciados de los Misterios, en su guía de la humanidad, pudieron hacer uso principalmente de aquellos Seres que se acunaban en la condición de equilibrio entre la inhalación y la exhalación del hombre. No podemos tener un conocimiento real del arte apolíneo, o de la sabiduría órfica, a menos que nos demos cuenta de que su inspiración provenía de Seres daimónicos elementales que se movían dentro de esta condición de equilibrio entre la inhalación y la exhalación. Las cuerdas de la lira de Apolo estaban afinadas de acuerdo con lo que se podía observar de aquellos Seres que vivían entre la esfera lunar y la esfera terrestre, a los que les gustaba más revolotear, bailar, por así decirlo, en las cuerdas del cosmos que se habían tejido en el equilibrio entre la inhalación y la exhalación. La danza de los demonios del aire se reflejaba en la afinación de las cuerdas de la lira de Apolo.
Por lo tanto, debemos mirar en el mundo espiritual si queremos obtener conocimiento de lo que ha sucedido en la historia externa. Piensen en lo que dije hace algún tiempo, a saber, que la escansión, el desarrollo del arte del recitado antiguo, del hexámetro, se basa en la relación entre los ritmos de la respiración y la circulación de la sangre en el hombre. Recuerden lo que dije una vez en una serie de conferencias sobre el desarrollo del hexámetro. El estudio que condujo a la creación del hexámetro estaba, para los iniciados griegos, lleno de realidades concretas. Al inspirar, recibimos en nosotros las ondas móviles de la vida cósmica y las ajustamos a nuestro ser interior. Al exhalar, impartimos al ritmo de la respiración algo de la vibración del pulso en la sangre circulante. Así podemos decir: El mundo exterior pulsa en nuestra inspiración. En nuestra espiración pulsa nuestra propia sangre. Y así, un iniciado griego instruido en estas cosas podía observar cómo en y alrededor del ser humano, en su cuerpo etérico y en su cuerpo astral, el ritmo cósmico y el ritmo de la sangre se reunían y entremezclaban y cómo los habitantes del aire se movían y danzaban en estos ritmos.

Tal fue el estudio al que se aplicó Homero cuando desarrollaba el hexámetro, en particular, hasta su más alta perfección de forma, pues el hexámetro nace de la conexión entre el ser humano y el mundo.

Muchas cosas se aclaran por primera vez cuando estudiamos la historia con el ojo del conocimiento impregnado de arte, y con el ojo del arte impregnado de conocimiento. No quiero hablar de la mentalidad materialista de hoy, que en lugar de reflexionar profundamente sobre el origen de, digamos, los "Cantos de Homero", encuentra una salida diciendo que Homero nunca existió. Esa es la forma más sencilla de salir de la dificultad, desde el punto de vista del materialismo moderno. No es posible para la ciencia materialista entender a Homero, y de acuerdo con una mentalidad que se ha vuelto tan vana y gloriosa en nuestros tiempos, cualquier cosa que sea incomprensible no puede existir. Las cosas que no pueden ser explicadas por la mente académica no existen. Homero es incomprensible, por lo tanto nunca existió. No se puede explicar, así que no existe... pero después de todo, ¡seguro que hay una explicación más sensata que ésta!
En todos los museos se encuentran cabezas esculpidas de Homero. No digo que el parecido sea particularmente bueno, pero cuando miramos a este Homero ciego, cuyos ojos, a pesar de la ceguera, tienen una expresión tan misteriosa y cuya cabeza tiene una pose sorprendente, la representación es lo suficientemente buena como para hacernos sentir que tal vez se cegó voluntariamente -estoy, por supuesto, hablando metafóricamente-, tal vez se hizo ciego deliberadamente para que la vista no perturbara un cierto tipo de escucha; porque Homero escucha. Sin la distracción de la vista, experimenta el juego entre la pulsación del cosmos y la pulsación de la sangre humana, la pulsación del cuerpo etérico humano, donde los seres del aire llevan a cabo su danza de armonía y melodía. En una especie de zumbido... como cuando se escucha el zumbido de un enjambre de moscas... Homero escuchó el hexámetro y, sin ser molestado por la vista o por la clara luz ordinaria del día, es como si sus oídos estuvieran tocando al mismo tiempo que escuchando.

Observen las cabezas de Homero desde este punto de vista. La forma del mármol o del yeso da la impresión de que el oído es también tacto, el tacto es también oído; la vida de un tipo muy especial está presente aquí. La naturaleza de la cabeza parece destellar desde dentro a través de los ojos cegados. Hay algo que parece no sólo oír, sino realmente tocar los sonidos, detenerlos, para llevar a la escansión por la voz humana lo que fue atraído desde el cosmos. Así era, en los días en que el factor predominante no era la inhalación o la exhalación, sino la interacción entre ellas. La contemplación de la cabeza de Homero debería dar lugar a la ansiosa pregunta: ¿Cómo respiraba? Esta cabeza no se ve perturbada por la luz exterior, está totalmente entregada a los misterios de la respiración. Tener esta sensación sobre las cabezas esculpidas que se pueden ver en muchos lugares sería más inteligente que argumentar la existencia de Homero. Las razones esgrimidas por los eruditos al argumentar la existencia de Homero fueron tan sutiles y engañosas que incluso Goethe se sintió un poco perturbado. El filólogo alemán Wolf fue el primero en argumentar la existencia de Homero y ni siquiera Goethe pudo dejar de lado sus sutiles y plausibles argumentos. Y aunque Goethe siempre tuvo un sentimiento de horror al pensar que Homero había sido demolido por Wolf, se sintió, sin embargo, un poco sacudido por los argumentos extremadamente astutos presentados. La inteligencia moderna es capaz de todo. Sobre este tema siempre he dicho: Los hombres modernos son inteligentes, extraordinariamente inteligentes y astutos; pero la inteligencia no significa necesariamente que conozcan realmente el mundo.

Hermann Grimm se puso a trabajar ... no para revivir a Homero, pues en realidad no había sido demolido por Wolf - todo lo que había sido demolido era una imagen que había crecido en el curso del tiempo ... Hermann Grimm se puso a trabajar de la siguiente manera. Dijo: No nos ocuparemos, para empezar, de Homero, ni de Wolf, que se supone que lo ha demolido, sino que nos ocuparemos de la Ilíada misma. Leamos esta epopeya de Homero, no como la lee un filólogo, sino como la lee un ser humano. Tomemos el primer Libro, el primer Canto, y tratemos de descubrir mediante qué tipo de arte se crearon la introducción, la continuación y el desarrollo posterior. Luego pasemos al segundo Canto; de nuevo encontraremos una notable unidad en la composición y nos daremos cuenta de la maravillosa sensación de arte con la que se construye cada Canción sobre la anterior. Hermann Grimm siguió este método de estudio a lo largo de toda la Ilíada y no falló. Entonces dijo: Sería extraño, en efecto, que Homero no hubiera existido nunca, que un hombre hubiera escrito una parte de la Ilíada, un segundo hombre otra parte, un tercer hombre otra, y así sucesivamente, y que luego esos fragmentos se hubieran limitado a unirse -como probablemente se dirá algún día de Fausto, porque se han encontrado contradicciones en él-. En efecto, sería extraño que una obra como la Ilíada, con su ininterrumpida uniformidad de composición, hubiera sido compilada a partir de toda clase de fragmentos descubiertos aquí o allá.

En verdad, es necesario, al estudiar la historia, imaginarse el tejido y el trabajo de los Seres Espirituales en los sucesos y procedimientos de la historia. La ciencia espiritual antroposófica también debe tener este objetivo, y hoy he tratado de perseguirlo con respecto a períodos muy tempranos y hasta la época de la cultura griega. En la conferencia de mañana veremos cómo en la época actual, desde el Misterio del Gólgota, los Seres Espirituales han actuado manifiestamente en los hechos humanos que se han vuelto cada vez más libres y aprenderemos lo que nosotros mismos tenemos que hacer para encontrar ayuda como lo hicieron los Iniciados egipcios cuando dieron refugio a ciertos Seres Lunares. Tal vez haya que hacer algo no muy distinto, pero a partir de una verdadera comprensión del Espíritu.
Traducido por J.Luelmo jun.2022





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