GA023 Los puntos centrales de la cuestión social- Observaciones preliminares

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RUDOLF STEINER

OBSERVACIONES PRELIMINARES SOBRE LA INTENCION DE ESTE ESCRITO


La vida social contemporánea plantea serias y amplias tareas. Las exigencias de reorganización de esta vida surgen y muestran que hay que buscar formas de resolver estas tareas en las que no se ha pensado hasta ahora. Apoyándose en los hechos del presente, ya hoy se puede oír a quienes, basándose en las experiencias de la vida, deben confesar la opinión de que esta falta de pensamiento en los caminos que se han hecho necesarios ha conducido a la confusión social. Las afirmaciones de este documento se basan en tal opinión. Se quiere hablar de lo que debería ocurrir para encaminar las demandas que actualmente plantea una gran parte de la humanidad hacia una voluntad social decidida. - El hecho de que a uno u otro le gusten o le disgusten estas reivindicaciones debería tener poca influencia en la formación de tal voluntad. Están ahí y hay que contar con ellas como hechos de la vida social. Esto puede ser tenido en cuenta por aquellos que, basándose en su situación personal en la vida, encuentran que el autor de este documento habla de las reivindicaciones proletarias de una manera que no les gusta porque, en su opinión, se refiere demasiado unilateralmente a estas reivindicaciones como algo con lo que la voluntad social debe contar. El autor, sin embargo, quiere hablar desde la plena realidad de la vida contemporánea, en la medida en que le es posible según su conocimiento de esta vida. Es consciente de las consecuencias desastrosas que deben surgir si no se quieren ver los hechos que han surgido de la vida de la humanidad reciente; si no se quiere saber nada de una voluntad social que cuente con estos hechos.

Las personas que se consideran practicantes de la vida en el sentido en que se toma hoy la idea de práctica de la vida bajo la influencia de algunos hábitos apreciados, tampoco encontrarán mucha satisfacción en las observaciones del autor. Verán que en este escrito no habla ningún practicante de la vida. El autor cree que son precisamente estas personalidades las que tendrán que reaprender a fondo. Porque para él, su "práctica de la vida" parece ser la que ha sido absolutamente probada como un error por los hechos que la humanidad de hoy ha tenido que experimentar. Como ese error que ha conducido a un número ilimitado de catástrofes. Tendrán que darse cuenta de que es necesario reconocer como prácticas algunas cosas que les han parecido un idealismo obstinado. Podrán pensar que el punto de partida de este escrito es erróneo porque las primeras partes del mismo hablan menos de la vida económica y más de la vida espiritual de la humanidad moderna. El autor debe creer, por su conocimiento de la vida, que otros innumerables errores se añadirán a los ya cometidos si no se decide prestar la debida atención a la vida espiritual de la humanidad moderna. - Incluso aquellos que, de las formas más diversas, sólo producen las 25 frases de que la humanidad debe salir de su devoción a los intereses puramente materiales y volverse "hacia el espíritu", "hacia el idealismo", no encontrarán ningún favor real en lo que el autor dice en este escrito. Pues no le parece bien la mera referencia al "espíritu", el hablar de un nebuloso mundo espiritual. Él sólo puede reconocer la espiritualidad que se convierte en el propio propósito del hombre en la vida. Esto resulta tan eficaz para dominar las tareas prácticas de la vida como para formarse una visión del mundo y de la vida que satisfaga las necesidades del alma. Lo importante no es que uno conozca o crea conocer una espiritualidad, sino que se trate de una espiritualidad que también sale a la luz al captar las realidades prácticas de la vida. Tal realidad no acompaña a esta realidad de la vida como una corriente lateral reservada únicamente al interior del alma. - Por ello, las observaciones de esta obra parecerán probablemente demasiado poco espirituales a los "espirituales" y demasiado ajenas a los "prácticos". El autor opina que podrá servir a la vida del presente a su manera precisamente porque no se inclina por el alejamiento de la vida de muchas personas que hoy se consideran "prácticos", y porque no puede atribuir ninguna justificación a hablar del "espíritu" que crea ilusiones de vida a partir de las palabras.

La "cuestión social" se aborda en este documento como una cuestión económica, jurídica y espiritual. El autor cree reconocer cómo la "verdadera forma" de esta cuestión surge de las exigencias de la vida económica, jurídica y espiritual. Sin embargo, sólo de esta toma de conciencia pueden surgir los impulsos para una configuración saludable de estos tres ámbitos de la vida dentro del orden social. - En épocas anteriores del desarrollo humano, los instintos sociales garantizaban que estas tres áreas se organizaran dentro del orden social de un modo que correspondía a la naturaleza humana de aquel momento. En la época actual de este desarrollo, nos enfrentamos a la necesidad de esforzarnos por conseguir esta organización mediante una voluntad social decidida. Entre aquellos tiempos más antiguos y el presente, en los países que se consideran inicialmente para tal voluntad, hay una confusión de los viejos instintos y la conciencia más nueva que ya no está a la altura de las exigencias de la humanidad actual. Sin embargo, en muchas cosas que hoy se consideran pensamiento social intencionado, perviven los viejos instintos. Esto hace que este pensamiento sea débil ante los hechos exigentes. Más a fondo de lo que muchos imaginan, el hombre contemporáneo debe trabajar para salir de lo que ya no es viable. Cómo debe organizarse la vida económica, jurídica e intelectual en el sentido de la sana vida social que exige la propia edad moderna sólo puede ser determinado, -en opinión del autor-, por quienes desarrollen la buena voluntad de aceptar lo que se acaba de decir. Lo que el autor cree tener que decir sobre esa organización necesaria es lo que quiere presentar al juicio del presente con este libro. El autor desea sugerir un camino hacia metas sociales que se correspondan con la realidad y la necesidad actuales de la vida. Pues cree que sólo tal empeño puede llevarnos más allá del espíritu de colmena y de los utopismos en el campo de la voluntad social. 

A quienes encuentren algo utópico en este escrito, el autor quisiera pedirles que consideren hasta qué punto algunas de las ideas que tienen sobre un posible desarrollo de las condiciones sociales se alejan actualmente de la vida real y caen en la trampa del espíritu de colmena. Por esta razón, lo que se extrae de la verdadera realidad y de la experiencia vital de la forma en que este documento intenta retratarlo se considera utópico. Algunas personas verán algo "abstracto" en esta descripción, porque para ellos "concreto" es sólo lo que están acostumbrados a pensar y "abstracto" es también lo concreto cuando no están acostumbrados a pensarlo*.

Sabe que las personas firmemente aferradas a los programas de los partidos se sentirán inicialmente insatisfechas con las afirmaciones del autor. Pero cree que muchas personas del partido pronto llegarán a la conclusión de que los hechos del desarrollo ya han superado con creces los programas del partido, y que es sobre todo necesario un juicio sobre los próximos objetivos de la voluntad social, independiente de tales programas.

A principios de abril de 1919.

Rudolf Steiner.


* El autor ha evitado deliberadamente utilizar los términos habituales en la literatura económica. Conoce perfectamente los pasajes que un juicio "profesional" dirá que son diletantes. Sin embargo, no sólo le ha movido el hecho de querer hablar para las personas que no están familiarizadas con la literatura económica y de ciencias sociales, sino sobre todo la opinión de que una nueva era hará que la mayor parte de lo que se encuentra en esta literatura como "profesional" aparezca como unilateral e inadecuado incluso en la forma de expresión. A quienes piensen que el autor debería haberse referido también a las ideas sociales de otros, que de un modo u otro parecen hacerse eco de lo aquí expuesto, les ruego que consideren que los puntos de partida y los caminos de la visión aquí descrita, que el autor cree deber a décadas de experiencia vital, son los elementos esenciales en la realización práctica de los impulsos dados y no meros pensamientos de uno u otro tipo. Además, como se desprende de la Sección IV, el autor ya ha intentado trabajar para la realización práctica de estas ideas cuando aún no se había reparado en pensamientos aparentemente similares respecto a una u otra.

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