GA117 Munich, 4 de diciembre de 1909 Alma grupal e individualidad Alma grupal y yoes

RUDOLF STEINER



Conferencia I
Munich, 4 de diciembre de 1909


Mis queridos amigos,
Hoy nos ocuparemos de un tema general, y en concreto sobre la importancia de las tareas de la ciencia espiritual orientada antroposóficamente en el presente, y mas adelante, con un tema más individual sobre el ser individual y el destino.
En efecto, a menudo hemos insistido en que la Antroposofía tiene una tarea especial y un significado para la humanidad en la era actual. Quien se dedique a la antroposofía como ser humano pensante debe plantearse esta pregunta una y otra vez: ¿Qué objetivos persigue este movimiento espiritual y cómo se relacionan con las otras tareas de nuestra época? Estas tareas se pueden iluminar desde los puntos de vista más diversos, como lo hemos hecho a menudo. Hoy trataremos de comprender el camino evolutivo de la humanidad en el punto en el que nos encontramos, para mirar un poco hacia el futuro, y luego preguntarnos: ¿Qué tarea tiene la antroposofía con especial referencia a la etapa evolutiva de la humanidad en la que nos encontramos en el presente?
Sabemos que desde la gran catástrofe de la atlántida, que transformó por completo la tierra como morada del hombre, hasta nuestros días, hay que diferenciar cinco grandes épocas de civilización. A menudo hemos designado estas cinco épocas culturales, como la antigua india, antigua persia, la caldeo-egipcia, la greco-latina, y luego la época en la que nosotros mismos nos encontramos, la quinta, que se preparó en, digamos, los siglos octavo, noveno y décimo, y en medio de la cual estamos ahora. Debemos tener claro que tales divisiones naturalmente, no se han de entender como si una época de evolución terminara bruscamente, y luego diese comienzo una nueva, sino que de una se pasa gradual y lentamente a la otra, y mucho antes de que una de esas épocas ha recorrido su curso, ya se va preparando la nueva dentro de ella.
Por tanto, de nuestra propia época cultural, de la quinta época post-atlante podemos decir que: ya se está preparando, y de hecho de una manera muy significativa, lo que constituirá la característica real de la sexta época cultural. Y en general, los seres humanos de nuestra actual época se separarán en dos corrientes: aquellos que hoy no tienen idea de todo esto, que no saben nada de la preparación de la sexta época, que durante el día viven a ciegas, y aquellos otros que por sí mismos asumen la idea de que algo nuevo se está preparando, y que también saben que lo que se está preparando ha de ser fundamentalmente algo que los propios seres humanos deben lograr por si mismos, debe ser preparado por la humanidad. A este respecto, podemos situarnos en el tiempo como seres humanos y decir que estamos haciendo lo que generalmente es costumbre, lo que hacen los demás, porque así nos han educado nuestros padres, o bien, podemos situarnos de tal manera que sepamos conscientemente lo siguiente: “Si conscientemente han de ser un eslabón mas en la cadena de la humanidad, entonces deberán hacer algo, ya sea consigo mismos o en su entorno, que contribuya a preparar lo que ha de venir, es decir, el sexto período cultural, en la medida de sus posibilidades. ”La posibilidad de hacer preparativos para el sexto período cultural solo puede entenderse entrando un poco en el carácter de nuestra propia época. Para esto, el método comparativo es el más idóneo.
Sabemos que estos períodos de tiempo son esencialmente diferentes entre sí, y a lo largo de los años, en nuestro movimiento antroposófico, hemos presentado varias características que los distinguen. Hemos señalado el período de civilización de la antigua india, y hemos demostrado que las cualidades del alma humana eran diferentes de como llegaron a ser más adelante, que el hombre todavía estaba dotado en un alto grado de conciencia clarividente. Y hemos demostrado que la evolución a través de las siguientes épocas, (períodos culturales), consistió en que el hombre fuese perdiendo cada vez más esta clarividencia, y que tuviese que limitar su poder de percepción y comprensión cada vez más al mundo físico. Hemos visto cómo se fue preparando lentamente la cuarta época de civilización, en la que el hombre, por así decirlo, completó su aparición en el mundo físico, de modo que ese Ser a quien llamamos Cristo Jesús pudiese encarnar en el mundo físico como un ser, como un ser humano del mundo físico. Hemos visto cómo desde aquél momento, a través de cierta corriente, apareció lo siguiente: que todas las habilidades humanas aumentaron aún más en el mundo físico, que de hecho la tendencia materialista de nuestra época, todo el impulso del hombre para dar solo como válido lo que ofrece el mundo físico circundante, está relacionado con un mayor descenso del hombre al mundo físico. Pero de ninguna manera las cosas deben permanecer evolucionando así. La humanidad debe ascender nuevamente al mundo espiritual, ascender con todos los logros que los hombres han adquirido, con todos los frutos del mundo físico. Y la antroposofía debería ser justo la que puede brindar a las personas la posibilidad de ascender nuevamente al mundo espiritual.
Se podría decir que: “Inmediatamente después de la gran catástrofe atlante, había numerosos seres humanos que gracias a sus poderes de percepción directa se decían: a nuestro alrededor hay un mundo espiritual y nosotros vivimos en el”. Cada vez se fue reduciendo mas el número de seres humanos que podían percibirlo; aquellas capacidades del hombre fueron gradualmente limitándose a lo que podían percibir con sus sentidos. Pero mientras hoy por un lado, la capacidad de percibir el mundo espiritual es impensable, sin embargo, por el otro, en nuestra época se está preparando algo que es tan significativo, que para un gran número de personas, ya poseerán facultades bastante diferentes en su próxima encarnación. Así como han ido cambiando las facultades del hombre a lo largo de las cinco épocas culturales, también cambiarán en la sexta, y una gran cantidad de personas a través del estado de ánimo de sus almas, demostrarán claramente en su próxima encarnación que sus facultades han cambiado esencialmente. Hoy, queremos dejar en claro cuán diferentes serán las almas de los seres humanos en el futuro, para un gran número ya en la próxima encarnación, para otros, lo serán en la sucesiva encarnación.
También podríamos volver la mirada hacia épocas pasadas de la evolución humana, haciéndolo de otra manera. Así veríamos que cuanto más retrocedemos a aquella época de la antigua clarividencia, a la vez, más unida estaba el alma humana, con lo que podemos llamar el carácter de alma grupal [Gruppenseelenhaftigkeit]. A menudo se les ha indicado que el antiguo pueblo hebreo, tenía en gran medida, conciencia de alma grupal. Lo que sentía realmente, (pues él, se sentía conscientemente como miembro del antiguo pueblo hebreo), se decía: "Como hombre individual soy un fenómeno transitorio, (hay que prestar atención especial a eso), pero en mí vive algo que tiene un relación inmediata con todo la corriente anímica que fluye desde el progenitor Abraham ”. Estos eran los sentimientos, relativos al antiguo pueblo hebreo. De hecho, podemos admitir esotéricamente como un fenómeno espiritual, lo que sentían los antiguos hebreos. Entenderemos mejor lo que sucedía si tenemos en cuenta lo siguiente.
Consideremos un antiguo iniciado hebreo. Aunque la iniciación entre los antiguos hebreos no era tan frecuente como entre otros pueblos, no podríamos caracterizar a un auténtico iniciado de ningún otro modo, (iniciado no simplemente en teorías y Leyes, sino un iniciado que realmente ve en los mundos espirituales), si no es teniendo en cuenta toda la peculiaridad racial. Hoy es habitual en la ciencia externa, que se ocupa sin reparos de documentos, llevar a todas partes lo que está en el Antiguo Testamento, verificarlo con todo tipo de registros externos para después no hallarles fundamento. Tendremos ocasión de señalar que el Antiguo Testamento proporciona los hechos con más fidelidad que los registros históricos externos. En cualquier caso, la ciencia espiritual evidencia que los lazos de sangre del pueblo hebreo realmente se pueden atribuir al padre racial Abraham, y que la aceptación de Abraham como padre racial está totalmente justificada. Esto era algo especialmente sabido en las antiguas escuelas secretas hebreas: un ser anímico, una individualidad como la de Abraham, no se reduce simplemente a su encarnación como Abraham, sino que es un ser eterno, que siguió existiendo en el mundo espiritual. Y en verdad, un auténtico iniciado se inspiraba en el mismo espíritu, que inspiró a Abraham, y podía atestiguar por sí mismo, que estaba impregnado de la misma naturaleza anímica que Abraham. Había una conexión real entre cada iniciado y el padre racial Abraham. Debemos reafirmar eso: que se expresaba en el sentimiento de pertenencia al antiguo pueblo hebreo. Esa era una especie de alma grupal. Lo que se expresaba en Abraham era sentido como el alma grupal del pueblo. Almas grupales que, de manera similar, se sentían en el resto de la humanidad. En general la humanidad se remonta a dichas almas grupales. Cuanto más retrocedamos en la evolución humana, menos acentuada encontramos la personalidad individual. Lo que hoy todavía se encuentra en el reino animal, (su pertenencia a un alma grupal), eso mismo existía entre la humanidad y , cuanto más retrocedemos a la antigüedad, más claro aparece cada vez. Los grupos de seres humanos formaban un conjunto, y el alma grupal era esencialmente más fuerte que lo que constituía el alma individual en el ser humano individual.
Ahora bien, se podría decir: que en nuestro tiempo, aún no se ha superado el alma grupal de las personas, y quien crea que se ha superado por completo, no tiene en cuenta ciertos fenómenos más sutiles de la vida. Cualquiera que reflexione sobre ello verá muy rápidamente que ciertos seres humanos no solo se parecen en su fisonomía, sino que también las cualidades anímicas dentro de los grupos de seres humanos, son tan similares, que pueden, por así decirlo, dividirse en categorías. Cada persona puede incluso hoy día, ser considerada en una categoría determinada; con referencia a una u otra cualidad, pertenecerá quizás a diferentes categorías, pero una cierta alma grupal está vigente no solo porque las razas existen, sino también por otras conexiones. Los límites trazados entre las naciones desaparecen cada vez más; pero en otros grupos humanos aún son perceptibles. Ciertas características básicas están tan conectadas en algunas personas, que con solo mirarlas, todavía pueden percibirse las últimas reliquias del alma grupal del hombre.
En nuestra era actual, estamos viviendo en el sentido más eminente, en una transición. Todas las almas grupo tienen que ir desapareciendo gradualmente. Así como desaparecerán gradualmente las brechas entre las naciones, a medida que las partes diferenciadas de las distintas naciones se entiendan mejor, también se eliminarán otras cualidades del alma grupal, y la naturaleza individual de cada persona pasará a primer plano cada vez más.
Con ello hemos caracterizado algo bastante esencial en la evolución. Si queremos entenderlo desde otra vertiente, podemos decir: la idea sobre la cual se sustenta principalmente el alma grupal, pierde cada vez más sentido en la evolución de la humanidad, es decir, la idea de la raza. Si retrocedemos más allá de la gran catástrofe atlante, veríamos cómo se preparaban las razas humanas. En la antigua época atlante, los seres humanos estaban agrupados de acuerdo con las características externas de su estructura corporal, mucho más fuertemente que en la actualidad. Lo que hoy llamamos razas son solo los vestigios de aquellas importantes diferencias entre los seres humanos, como era habitual en la antigua Atlántida. La idea de raza solo es realmente aplicable a la antigua Atlántida. Dado que tratamos con una evolución real de la humanidad, nunca hemos empleado la idea de raza en el sentido más eminente para la época post-atlante. No hablamos de una raza india, una raza persa, etc., porque eso ya no es correcto. Hablamos de un antiguo período de civilización de la India, de un antiguo período de civilización persa, etc. Y carecería de sentido completamente que en nuestro tiempo hablásemos de estar preparando una sexta raza. Si aún existen en nuestro tiempo, los vestigios de las antiguas diferencias atlantes, de sus almas grupales, de modo que aún se puede decir que la división racial se continúa usando, -lo que se está preparando para el sexto período de tiempo consiste justamente en la desposesión del carácter de raza. Eso es lo esencial. Por lo tanto, es necesario que este movimiento llamado movimiento antroposófico, que debe preparar el sexto período de tiempo, adopte en su carácter básico esta desposesión del carácter de la raza, que especialmente busca unir a las personas de todas las "razas", de todas las naciones, y de esta manera tender puentes sobre esas diferencias, esas distinciones, esas brechas, que existen entre los diversos grupos de seres humanos. Porque el antiguo punto de vista racial tenía en cierto sentido un carácter físico, mientras que en el futuro tendrá un carácter mucho más espiritual. Por eso, es tan urgentemente necesario comprender que nuestro movimiento antroposófico es espiritual, que mira al espíritu y supera justamente lo que surge de las diferenciaciones físicas, a través de la fuerza de un movimiento espiritual. Es, por supuesto, plenamente comprensible que cualquier movimiento tiene, por así decirlo, sus enfermedades infantiles, y que al comienzo del movimiento teosófico, las cosas eran representadas así como si la Tierra se cortara en siete períodos de tiempo, que se llamaban Razas Raíces, y cada una de estas Razas Raíces en siete subrazas, y que eso siempre se iría repitiendo, de modo que siempre se podría hablar de siete razas, y siete sub-razas, etc. Pero hay que ir más allá de las enfermedades de la infancia, y tener claro que la idea de raza deja de tener sentido, especialmente en nuestra época.
Además, se está preparando algo más, algo relacionado con la individualidad del hombre de una manera bastante especial, para que el hombre se vuelva cada vez más individual. Solo es cuestión de que esto ocurra en el sentido correcto, y el movimiento antroposófico debería servir con el fin de que los seres humanos se conviertan en individualidades, o también podríamos decir personalidades, en el sentido correcto. ¿Cómo puede hacer esto?
Aquí debemos observar la nueva cualidad anímica, más característica del hombre que se está preparando. A menudo se plantea la pregunta: Bien, si existe la reencarnación, ¿Cómo es qué una persona no recuerda las encarnaciones anteriores? Esa es una pregunta que a menudo he respondido. Esa pregunta es como decir, que puesto que un niño de cuatro años no puede contar, a pesar de que es un ser humano, dijésemos: el ser humano no puede contar. Pero si dejan que el niño llegue a los diez años, entonces sabrá calcular. Así es también con el alma humana. Si hoy no puede recordar, sin embargo, llegará el momento en que lo pueda hacer, un momento en que tendrá los mismos poderes que posee hoy quien es iniciado. Pues justo esa transición está sucediendo hoy. Hoy dia existen ya varias almas que han llegado tan lejos, que están cerca del momento en que recordarán sus encarnaciones anteriores, o al menos la última. Una gran cantidad de seres humanos hoy en día están, por así decirlo, ante la auto apertura de la puerta de esa memoria abarcante, que comprende no solo la vida entre el nacimiento y la muerte, sino las encarnaciones anteriores, o al menos la última en principio. Y cuando, después de la encarnación actual, varios seres humanos se reencarnen, recordarán esta encarnación actual. Es simplemente una cuestión de cómo hacerlo. El desarrollo antroposófico debe brindar ayuda y dirección para que se haga correctamente.
Para caracterizar desde este punto de vista el movimiento antroposófico, hay que decir que: su talante es el de servir de guía al hombre para que reconozca de forma correcta lo que denominamos el "yo" humano, el miembro más intimo del ser humano. A menudo he señalado que Fichte decía con razón, la mayoría de los seres humanos preferirían considerarse un trozo de roca en la luna, que un "yo". Y si ustedes reflexionan sobre cuántas personas hay en nuestro tiempo que tengan alguna idea de lo que es un "yo", es decir, de lo que propiamente son, entonces, en general, obtendrían un resultado muy triste.
Cuando surge esta cuestión, siempre me acuerdo de un amigo que tuve hace más de treinta años y que como estudiante, dada su juventud, estaba en aquél momento totalmente influenciado por el entusiasmo materialista: hoy es más moderno decir estado anímico "monista". A pesar de su juventud, ya lo tenía inyectado. Siempre reía cuando me oía decir que en el interior del hombre habita algo que podría calificarse como ser espiritual; porque opinaba que lo que manifestamos en forma de pensamientos, era producido por procesos mecánicos o químicos en el cerebro. Yo a menudo respondía: "Mira, si crees sinceramente que eso es el contenido de la vida, ¿por qué continuamente te estas contradiciendo?" Realmente lo hacía continuamente, porque nunca decía: "Mi cerebro siente, mi cerebro piensa, sino: Yo Creo, yo siento, yo sé esto o aquello”. De modo que, desarrollaba una teoría que con cada palabra se contradecía, (como suele hacer la gente), porque es imposible mantener lo que uno imagina como una teoría materialista. No se puede ser sincero pensando de manera materialista. Si uno dijera: Mi cerebro te ama, en consecuencia, no se debería decir "tú", sino mi cerebro ama tu cerebro. La gente no tiene clara esta incongruencia. Esto no es algo simplemente en tono humorístico, sino algo que muestra la profunda base de falsedad inconsciente presente en la base de nuestra educación actual.
La mayoría de la gente realmente preferirían considerarse a sí mismas como un trozo de roca en la luna, es decir, como un trozo de materia compacta, antes que admitir ser llamados "yo". Y hoy en día naturalmente, menos aún se puede captar el "yo" a través de la ciencia, que como tal, conforme a sus métodos, en el fondo debe pensar de manera materialista. ¿Cómo se puede alcanzar esta comprensión del "yo"? ¿Cómo puede el hombre gradualmente obtener una idea, un concepto de lo que siente instintivamente, cuando dice: Yo creo? Únicamente, mediante la visión antroposófica del mundo, se puede conocer cómo está constituido este ser humano, la relación que guarda el cuerpo físico con la condición de Saturno, el cuerpo etérico con la condición del sol, el cuerpo astral con la condición de la Luna y el Yo con la condición de la tierra. Cuando partiendo del conjunto del cosmos, captamos mentalmente así los conceptos e ideas, entonces entendemos al "yo", como el verdadero maestro y artífice que actúa en todos los demás miembros. Y así llegamos gradualmente a la noción [Begriff] de lo que representamos con la palabra "yo". Gradualmente luchamos por alcanzar el concepto más elevado de este "yo", cuando aprendemos a comprender [verstehen] esa palabra. No nos sentimos como un ser espiritual, únicamente porque nos sintamos dentro de un "yo", sino cuando podemos decir: En nuestra individualidad vive algo que estaba allí antes que el padre Abraham. No cuando simplemente decimos: yo y el padre Abraham somos uno, sino: yo y el PADRE, es decir, la sustancia espiritual que teje y vive en el mundo. Lo que vive en el "Yo" es la misma sustancia espiritual. Por lo tanto, gradualmente nos abrimos camino para comprender este "yo", es decir, el portador de la individualidad humana que va de encarnación a encarnación. ¿De qué manera, sin embargo, captamos el "yo"? ¿Captamos el mundo a través de la visión antroposófica?
Esta visión antroposófica del mundo surge de la manera más individual, y es, al mismo tiempo, lo menos individual que se puede concebir. Solo puede surgir de manera tan individual, porque es en un alma humana donde se revelan los secretos del cosmos, es en ella donde fluyen los grandes seres espirituales del mundo. Por eso, el contenido del mundo debe ser experimentado en la entidad humana de forma individual, pero al mismo tiempo, debe ser experimentado con un carácter de completa impersonalidad. Quien experimente el verdadero carácter de los misterios cósmicos, debe centrarse enteramente en una posición desde la cual diga: Quienes sigan prestando atención a su propia opinión, no pueden llegar a la Verdad. De hecho, esa es la naturaleza peculiar [eigenartige] de la verdad antroposófica, que el observador no puede tener opinión propia, ni tener preferencia por esta u otra teoría, ni puede amar esta u otra visión más que cualquier otra, porque posea cualidades individuales especiales. Mientras se mantenga en este punto de vista, es imposible que los verdaderos secretos del mundo se le revelen. Debe buscar el conocimiento de forma bastante individual, pero su individualidad debe desarrollarse hasta el punto de que ya no tenga nada de personal, es decir, nada de sus propias simpatías y antipatías peculiares. Esto debe tomarse estrictamente y con seriedad. Quien todavía tenga alguna preferencia por estas u otras ideas y puntos de vista, quien pueda inclinarse por esta u otra debido a su educación o temperamento, nunca reconocerá la verdad objetiva.
Este verano, hemos intentado captar aquí la sabiduría oriental, desde el punto de vista del aprendizaje occidental. Hemos tratado de ser justos con la sabiduría oriental, y realmente la presentamos de tal manera que recibió todos sus derechos. Hay que poner énfasis en que en nuestro tiempo, para el conocimiento espiritual independiente, es imposible decidir mediante alguna preferencia especial, por la Visión Oriental u Occidental del mundo. Cualquiera que diga, (de acuerdo con su temperamento), que prefiere la naturaleza, las leyes del mundo tal como existen en la visión oriental o según corresponda en la occidental, aún no tiene una plena comprensión de qué es lo esencial aquí. No se debería decidir, por ejemplo, el gran significado del Cristo, en comparación con lo que reconoce la enseñanza oriental, porque mediante la educación occidental o el propio temperamento, uno se inclina hacia el Cristo. Únicamente se está preparado para responder la pregunta "¿Cómo se relaciona el Cristo con Oriente?" cuando desde un punto de vista personal, el cristiano nos es tan indiferente como el oriental. Mientras mas preferencia se tenga por esto o por aquello, menos apto se es para tomar una decisión. Se comienza primero por ser objetivo, cuando deja que solo hablen los hechos, cuando no presta atención a las razones derivadas de la opinión personal, sino que deja que en esta esfera solo hablen los hechos.
Por lo tanto, si hoy la cosmovisión antroposófica, viene a nuestro encuentro en su verdadera forma, en ella hallaremos algo que está entretejido internamente con la individualidad humana, porque debe surgir de la fuerza del "yo" de la individualidad, y por otro lado, debe ser independiente, para que esta individualidad sea a la vez bastante indiferente. Esa persona en la que aparece la sabiduría antroposófica no debe verse condicionada por ella, debe ser independiente de ella. Esto es esencial, que se haya ensanchado tanto, que no imponga ningún matiz propio en estos asuntos. De ese modo serán efectivamente individuales, porque lo espiritual no puede aparecer a la luz de la luna o de las estrellas, sino solo en la individualidad, en el alma humana; pero luego, por otro lado, tal individualidad debe extenderse tanto que pueda excluirse de lo que constituye la sabiduría del mundo. Por consiguiente, lo que le aparece a la humanidad a través del movimiento antroposófico será algo que concierne a cada ser humano, sin importar a qué raza, nación, etc., pertenezca, porque se aplica únicamente a la nueva humanidad, al hombre como tal, no a un hombre abstracto y general, sino a cada ser humano. Esto es lo esencial. Por consiguiente, a medida que sale de la individualidad, del núcleo del ser del hombre, se dirige a su vez también al núcleo más profundo del ser del hombre, de modo que es así captado este núcleo del hombre. Tal como solemos hablar de persona a persona, básicamente solo es hablar superficialmente, algo en lo que el núcleo más interno de nuestro ser no toma parte. La comprensión entre personas, la plena comprensión, es casi imposible hoy en cualquier otra esfera, salvo cuando se origina desde el centro del ser del hombre y, si es entendida correctamente por el otro, le habla a su vez a su centro. Por lo tanto, en cierto sentido, es un nuevo lenguaje el que utiliza la Antroposofía. Y aunque hoy todavía estamos obligados a hablar en los distintos idiomas nacionales, para difundir lo que debe anunciarse, el contenido hablado por la antroposofía, es un nuevo lenguaje.
Lo que se habla hoy por el mundo es un lenguaje que en realidad solo se aplica a una área muy limitada. En la antigüedad, cuando la gente todavía veía el mundo espiritual a través de su antigua clarividencia, sus palabras significaban algo que existía en el mundo espiritual. La palabra significaba algo que existía en el mundo espiritual. Incluso en Grecia, las cosas eran aún muy diferentes de lo que son hoy. La palabra "idea" utilizada por Platón significaba algo diferente de la palabra "Idea", conforme al uso que le dan nuestros filósofos modernos. Estos filósofos modernos ya no pueden entender a Platón, porque no tienen una percepción de lo que él llamaba "Idea", y lo confunden con conceptos abstractos. Platón todavía tenía algo espiritual ante sí, aunque ya estaba enrarecido; seguía siendo algo bastante real. Entonces también, las palabras todavía contenían la savia de lo espiritual, si se puede expresar así. Puedes ustedes encontrar trazas de eso en las palabras. Si alguien hoy usa la palabra "viento", "aire", se refiere a algo externo, físico. La palabra viento ahora corresponde a algo externo, físico. Cuando, por ejemplo, en hebreo antiguo, se empleaba la palabra viento, "Ruach", no significaba simplemente algo externo, físico, sino espiritual, que barría el espacio. Cuando hoy el hombre respira, la ciencia materialista dice que simplemente inhala aire material; En la antigüedad, no creían que se inhalara aire material, sino que tenían claro que inspiraban algo espiritual, o al menos, anímico. Así pues, entonces las palabras eran deferentes maneras de designar lo anímico-espiritual. Eso hoy ha cesado; hoy el habla se limita a clasificar y definir el mundo externo, o al menos, aquellos que buscan mantenerse en sintonía con los tiempos ocupados en ver solo un significado materialista, incluso detrás de aquellas cosas en las que todavía es obvio que se derivan del alma y el espíritu. La física habla de un "impacto, shock" de los cuerpos. Se ha olvidado que la palabra "stößt" (choque, conmoción)se deriva de lo que un ser vivo realiza a partir de su naturaleza viva interior, cuando empuja a otro ser. En estas cosas simples se olvida el significado original de las palabras.
Por eso hoy nuestro lenguaje es así, y sobre todo el lenguaje científico, que se ha convertido en un lenguaje que solo expresa lo que es material. Debido a ello, lo que hay en nuestra alma mientras hablamos solo es comprensible para aquellas facultades de nuestra alma vinculadas al cerebro físico como su instrumento. Por eso cuando el alma está incorpórea, ya no comprende nada de cuanto se designa con estas palabras. Cuando el alma ha atravesado la puerta de la muerte y deja de emplear el cerebro, todas las consideraciones científicas de hoy son formas bastante incomprensibles para el alma incorpórea. Ni siquiera oye ni percibe lo que se expresa con el lenguaje de la época. Dejan de tener significado para un alma incorpórea, porque solo tienen significado para lo que es el mundo físico. Esto nuevamente, es algo que es aún más importante considerar en lo referente al modo de pensar, al método de representación. Incluso es más importante considerarlo en el interior que en la teoría, porque es una cuestión de vida, no de teoría, y es característico que pueda verse, cómo se ha deslizado el materialismo en el propio movimiento teosófico. Porque es la moda de estos tiempos, a menudo se ha deslizado en la visión teosófica, de modo que el materialismo real predomina incluso en la teosofía misma, por ejemplo, cuando se describe el cuerpo etérico o cuerpo vital. Mientras que uno debe esforzarse por comprender lo espiritual, se lo describe principalmente como si fuera una materia más sutil; y el cuerpo astral también. Se comienza por regla general desde el cuerpo físico, prosiguiendo con el cuerpo etérico o vital, y dice: este se construye siguiendo el patrón del cuerpo físico, solo que más sutil, después se progresa hacia el Nirvana. Aquí se encuentran descripciones que toman sus imágenes únicamente de lo físico. Yo ya he experimentado eso, cuando alguien quería expresar el buen clima entre los presentes de una habitación, no lo hacía directamente, sino que decía: En esta habitación existen vibraciones sutiles. Si uno se cree que el espacio puede haberse llenado de una especie de nube delgada, impregnada de vibraciones, es que no se ha dado cuenta de que así materializa lo que existe espiritualmente en un estado de ánimo. Yo diría que esa es la forma de pensar más materialista posible. El materialismo incluso tiene cogido por el cuello a quienes pretenden pensar espiritualmente. Esa es solo una característica de nuestro tiempo, pero es importante que seamos conscientes de ello. Por lo tanto, debemos prestar especial atención a lo que se dice: pues nuestro lenguaje, que siempre es una especie de tirano para el pensar humano, ha implantado en el alma una tendencia al materialismo. Y muchos, que hoy se las dan de idealistas, se expresan totalmente en un sentido materialista, engañados por la tiranía del lenguaje. Un lenguaje que el alma deja de entender tan pronto como se interrumpe el vínculo que tiene con el cerebro físico.
De hecho, hay algo más aunque parezca increíble. El método de presentación que a menudo se emplea hoy en los escritos teosóficos y científicos, representa, para alguien que conozca las dotes de la percepción oculta, de la percepción espiritual real, un dolor real, (porque le parece irracional, si comienza a pensar, no ya con el cerebro físico, sino con el alma, que ya no está ligada al cerebro físico, es decir, que realmente vive en el mundo espiritual). Mientras uno piense con el cerebro físico, podrá seguir caracterizando al mundo así. Sin embargo, tan pronto como uno comienza a desarrollar la percepción espiritual, deja de tener sentido hablar de las cosas de esa manera. Entonces, en efecto, incluso causa dolor cuando uno ha de escuchar el enunciado: hay buenas vibraciones en esta sala, en lugar de: aquí predomina un buen ambiente. Eso a la vez causa le dolor a cualquiera que realmente pueda ver las cosas espiritualmente, porque los pensamientos son realidades. El propio espacio se llena entonces con una nube oscura, cuando se formula el pensamiento: hay buenas vibraciones en este espacio, en lugar de: predomina un buen ambiente.
Ahora la tarea de la forma de pensar antroposófica, (y el método de pensamiento es más importante que las teorías), es que aprendamos a usar un lenguaje, que en realidad no sea entendido por el alma humana, únicamente cuando está dentro de un cuerpo físico, sino también cuando dicha alma ya no está unida al instrumento del cerebro físico; por ejemplo, ya sea por un alma que aún estando en el cuerpo, sea capaz de percibir lo espiritual, o bien, por un alma que haya atravesado la puerta de la muerte. ¡Y eso es lo esencial! Cuando aplicamos los términos que explican el mundo, que explican al ser humano, es decir, en un lenguaje que no sea entendido únicamente aquí en el mundo físico, sino también por aquellos que ya no están encarnados en cuerpos físicos, sino que viven entre la muerte y un nuevo nacimiento. Sí utilizamos un lenguaje basado en nuestra enseñanza antroposófica, este será escuchado y entendido por los llamados muertos. Allí estarán en total unión con nosotros sobre una base donde se habla el mismo lenguaje. Estaremos pues, hablándole a todos los seres humanos. Porque en cierto sentido, es circunstancial que un alma humana esté encarnada en un cuerpo, o en la condición entre la muerte y un nuevo nacimiento. Aprenderemos a través de la antroposofía un lenguaje comprensible para todos los seres humanos, ya sea que se encuentren en una u otra condición. Por consiguiente dentro de la esfera antroposófíca hablamos un lenguaje que también se dirige a los llamados muertos. Realmente entramos en contacto en un sentido real, con el núcleo más interno del hombre, con el ser más interno del hombre, a través de las reflexiones antroposóficas que cultivamos, aunque parezcan aparentemente abstractas. Penetramos en el alma del hombre. Y debido a que penetramos en el alma del hombre, liberamos al hombre de toda alma grupal, es decir, el hombre se vuelve así más y más capaz de aferrarse realmente a su ego, su "yo". Y esa es lo que caracteriza a quienes llegan hoy a la antroposofía, en comparación con aquellos que permanecen lejos de ella, quienes realmente adoptan la antroposofía, aparecen como si mediante los pensamientos antroposóficos, su yo se cristalizara como un ser espiritual, que después han de llevar consigo a través de la puerta de la muerte. En los demás, en ese lugar donde está el yo, que sigue allí en el cuerpo, (y que permanece después de la muerte), hay un espacio vacío, la nada. Todo lo que hoy se pueda captar conceptualmente, carecerá de importancia para el núcleo real del alma del ser humano. El núcleo central del ser humano es captado mediante los pensamientos antroposóficos que asumimos. Eso hace cristalizar una sustancia espiritual en el hombre; que lleva consigo después de la muerte, y con el cual percibe en el mundo espiritual. Con él ve y oye en el mundo espiritual, con él penetra esa oscuridad, mientras que sin él, el mundo espiritual permanecería velado para el hombre. A través de estos pensamientos antroposóficos y de esta forma de pensar, es como el hombre desarrolla este "yo" en él hoy, de manera que ahora está en conexión con toda la sabiduría mundial que podamos adquirir, que también transfiere (si la desarrolla), a su próxima encarnación. Por consiguiente nacerá con un "yo" ahora desarrollado y se recordará a sí mismo en este "yo" desarrollado. Esa es la tarea más profunda del movimiento antroposófico actual, enviar a su próxima encarnación a una serie de seres humanos con un yo en el que se recuerdan a sí mismos como un yo individual. Ellos serán los seres humanos que formarán el núcleo del próximo período de civilización. Estas personas que a través del movimiento espiritual antroposófico, hayan sido bien preparadas para recordar su "yo" individual, se extenderán por toda la tierra. En el próximo período cultural, lo esencial será que estas personas no estarán limitadas por una localidad particular, sino que se extenderán por toda la tierra. Personas individuales se dispersarán por toda la tierra, y dentro del conjunto de la esfera terrestre serán el núcleo de la humanidad, que constituirá la esencia para el sexto período de civilización. Y entre estas personas se dará el caso que se conocerán a sí mismos como aquellos que en su encarnación anterior se esforzaron conjuntamente por el "yo" individual.
Este es el modo correcto de desarrollar esa facultad anímica de la que hemos hablado. Esa facultad anímica se desarrollará tanto que no solo tendrán este recuerdo las personas que acabamos de describir. Sino que cada vez más seres humanos tendrán este recuerdo de su antigua encarnación, a pesar de no haber desarrollado el "yo". Pero no recordarán un "yo" individual porque no lo habrán desarrollado, tan solo recordarán al ego grupal, en el que han permanecido. Por lo tanto, habrá personas que, al haberse preocupado por el desarrollo de su "yo" individual en esta encarnación, se recordarán a sí mismos como individualidades independientes, mirarán hacia atrás y dirán: ustedes fueron esto o lo otro. Aquellos que no hayan desarrollado la individualidad serán incapaces, (aunque tengan la facultad), de recordar esa individualidad, (solo recordarán su ego grupal).
No crean que a través de la mera visión clarividente, se adquiere la facultad de recordar el yo anterior. La humanidad una vez fue clarividente. Si la simple clarividencia fuera suficiente, entonces todos ustedes recordarían, porque todos ustedes han sido clarividentes. No se trata simplemente de ser clarividente, (la humanidad ya será clarividente en el futuro), sino de haber desarrollado el yo en esta encarnación, o no. Si no se ha desarrollado, no habrá cristalizado como núcleo interno del ser humano. Por lo que, si miran hacia atrás solo recordarán lo que tenían en común como ego grupal. De modo que esas personas dirán: Sí, estuve allí, pero no me liberé. Esas personas experimentarán eso como su CAÍDA, como una nueva Caída de la humanidad, como un retroceso hacia la conexión consciente con el alma grupal. Eso será algo terrible para el sexto período de tiempo; ser incapaz de mirar hacia atrás como una individualidad, estar encerrado sin poder trascender el alma grupal [Gruppenseelenhaftigkeit]. Si se expresa sin rodeos, podría decir: a quienes ahora cultivan su individualidad, toda la tierra con todo lo que produce les pertenecerá, (al menos en sentido figurado), sin embargo, aquellos que no hayan desarrollado su "yo" individual se verán obligados a unirse a un determinado grupo, desde el cual se les indicará cómo deben pensar, sentir, querer y actuar. Eso en la futura humanidad, se sentirá como una caída, como un retroceso.
Por eso, debemos considerar el movimiento antroposófico, la vida espiritual, no como una mera teoría, sino como algo que se nos da en el presente, porque prepara lo que es necesario para el futuro de la humanidad.
Si comprendemos bien la situación en la que estamos ahora, y del pasado del que venimos, y luego miramos un poco hacia el futuro, entonces debemos decir: Ahora es el momento en que el hombre debe empezar a desarrollar la facultad humana de recordar retrospectivamente. Es solo una cuestión de desarrollarnos correctamente, es decir, de que entrenemos en nosotros un "yo" individual, porque únicamente podemos recordar lo que hemos creado en nuestra propia alma. Si no lo hemos creado, solo nos queda el recuerdo restringido de un ego grupal, y lo sentimos como una especie de caída en un grupo de animalidad superior. Aunque las almas grupales humanas son más sutiles y superiores que las animales, no son más que almas grupales. La humanidad de los primeros tiempos no lo sintió como una caída, porque estaban destinados a desarrollarse a partir del alma grupal hasta el alma individual. Si ahora se quedan rezagados, caerán conscientemente en ella, y en el futuro ese será el sentimiento opresivo de aquellos que no den ese paso correctamente, ya sea ahora o en una encarnación posterior. Experimentarán la caída en el alma grupal.
La verdadera tarea de la antroposofía es proporcionar el impulso correcto. Por lo tanto, debemos comprenderlo dentro de la vida humana. Si tenemos en cuenta que el sexto período será por primera vez el de la superación plena del concepto de raza, entonces debemos ser conscientes, que sería fantástico creer que incluso la sexta "raza" también comenzó desde algún punto de la tierra, y se desarrollará como las razas anteriores. El progreso consiste en la aparición de métodos progresivos de evolución cada vez más nuevos. Por progreso no queremos decir que los conceptos que eran válidos para épocas anteriores también deban servir para el futuro. Si no somos capaces de verlo, no tendremos clara la idea de progreso. Caeremos (por así decir), una y otra vez en el error de decir: tantas y tantas rondas, globos, razas, etc., y todo seguirá girando una y otra vez de la misma manera. * No se puede entender por qué esta rueda de rondas, globos, razas, etc., deban seguir girando. De lo que se trata es, de ver que la palabra "raza" es un término que solo tiene validez por un tiempo determinado. Esta idea ya no tiene ningún significado para el sexto período. Las razas solo contienen los elementos que han permanecido desde la época atlante.
En el futuro, lo que el hombre haya adquirido en las profundidades del alma, es decir, el núcleo central del yo, se expresará cada vez más en su naturaleza externa; y lo que, por una parte, haya adquirido el hombre como ser individual y, por otra parte, experimentado de manera no individual, se expresará reflejándose incluso en el semblante humano; por eso el alma individual del hombre, -no el alma grupal-, se inscribirá en su semblante. Eso también constituirá la diversidad humana. Todo se adquirirá, no obstante, individualmente a través de la superación de la individualidad. Y no nos encontraremos entre aquellos grupos que subyugan el ego, sino que el individuo se expresará externamente. Eso permitirá poder distinguir entre los seres humanos. Habrá quienes hayan adquirido su yoidad; de hecho estarán repartidos por toda la tierra con los más diversos rostros, pero se les reconocerá, a pesar de esa diversidad, porque en el propio gesto se expresará un yo individual. Mientras que entre aquellos que no han desarrollado la individualidad, cuando reciban la impresión del alma grupal, incluso en su semblante se manifestará esa alma grupal, es decir, decaerán en categorías similares entre sí. Esa será la fisonomía externa de nuestra tierra: se dará la circunstancia de que la individualidad lleve consigo un signo externo, y para las almas grupales que lleven en sí su signo externo.
Ese es el significado de la evolución terrenal, que el hombre adquiera cada vez más el poder de expresar externamente su ser interior. Existe una escritura antigua en la cual el ideal más grande para la evolución del "yo", el Cristo Jesús, se caracteriza por el dicho: cuando ambos se vuelvan uno, cuando lo externo se vuelva como lo interno, entonces el hombre habrá alcanzado la naturaleza de Cristo en sí mismo Ese es el significado de cierto pasaje en el llamado Evangelio egipcio. Se comprenden tales pasajes, partiendo de la sabiduría antroposófica. **
Después de que hoy hayamos intentado comprender la tarea de la antroposofía desde lo más profundo de nuestro conocimiento, el próximo día consideraremos algo que como problema espiritual, como un asunto especialmente individual del hombre, puede llevarnos a su destino, a su ser.



* Esto se refiere a la descripciones expuestas en los libros de la "Sociedad Teosófica", 1909.)
**nota. Ver Evangelio de San Mateo del Dr. Steiner, conferencia 6,

2 comentarios:

Sydney Lafetá dijo...

Prezado Senhor
Há um problema com o capítulo 10 ( O Deus Interior e o Deus da Revelação) quando se clica nele
abre o capítulo 9 (Alma de Grupo e Individualidade).
Por favor daria para o senhor consertá-la. Este ciclo ainda não foi impresso aqui na Terra Brasilis.
obrigado
Sydney Lafetá

luxmundi dijo...

hola, ok resuelta, gracias.

El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919