GA346 14ª conf. el ser humano triformado y la humanidad triformada

Rudolf Steiner

El ser humano triformado y la humanidad triformada: gente de las nubes, gente del arco iris y gente de pies ardientes. La humanidad dividida en razas y naciones. Ejemplos: Rusia (Bolchevismo), los Checos y los Eslovacos.

Dornach, 18 de septiembre de 1924

Décimo cuarta conferencia

Procuraré responder a las preguntas que me han sido entregadas junto con los demás asuntos que tengo que decir. Sin embargo, hay algunas preguntas entre ellas que me gustaría responder dentro del Círculo de los Oberlenkers, incluso si son planteadas por alguien desde fuera de ese círculo. Esto puede hacerse en los próximos dos días, y las respuestas podrán entonces ser transmitidas.

Hoy quiero llamar vuestra atención a una imagen del Libro del Apocalipsis, una Imaginación del escritor del Apocalipsis que se ha representado en muchos cuadros representando al Libro. No todas las representaciones pictóricas del Libro del Apocalipsis son correctas, pero con esta imagen –cuya comprensión cae exactamente en nuestro tiempo, como se señaló ayer- era apenas posible malinterpretar las diferentes partes porque la manera en que están descritas para nosotros en el Libro recoge sus características con exactitud. Para poder entender esta imagen completamente, necesitamos mencionar un asunto paralelo que es importante para nuestro tiempo y que ya ha sido tratado en relación con la Antroposofía, el punto al que hemos llegado en nuestra discusión actual del Libro del Apocalipsis lo iluminará de manera especial.

Cuando los seres humanos hacen la transición conscientemente desde el mundo físico, perceptible sensorialmente, para ver el mundo espiritual, se convierte, de alguna manera, en un ser triformado, en la forma que he descrito en los capítulos sobre el Guardián del Umbral en mi Libro Cómo conocer los Mundos Superiores1. En su naturaleza físi

ca el ser humano posee una combinación de una trinidad y una unidad, y esta combinación se ve perfectamente. Esto se aclara al seguir la descripción basada en la Antroposofía de cómo está estructurado. En espíritu, alma y cuerpo. La manera en que esta estructura se corresponde con la otra dada por la Antroposofía es bastante clara.

En el espíritu que posee el ser humano hoy, viven pensamientos, pensamientos como los que he descrito, por ejemplo, en mi libro La Filosofía de la Libertad, pensamientos no impregnados de las percepciones sensuales sino creados libremente, pensamientos puros dentro de la conciencia humana2. En cualidad, estos pensamientos son sólo una apariencia, su realidad es tan pequeña que no tienen fuerza interior. Podemos compararlos parcial, aunque no totalmente, con imágenes reflejadas en un espejo. Una imagen reflejada por un espejo no tiene fuerza en la dirección que siguen sus líneas; es completamente pasiva. Los pensamientos humanos tienen fuerza cuando se desarrollan, de manera que, tal y como describí ayer en la lección esotérica, podemos apropiarnos de ello e impregnarlo de voluntad3. Pero para el cosmos, en todo el pleno contenido de su existencia, estos pensamientos que los seres humanos tienen durante su vida son como imágenes de espejos; así que aunque llevamos un espíritu en nuestro ser humano es un espíritu en una imagen de un espejo.

Queridos amigos, lo que portamos dentro de nosotros de esta forma, proviene del mundo que yo llamo el mundo espiritual en mi libro Teosofía4, y cuando pensamos sobre la tierra hacemos bajar a la tierra los ingredientes del mundo espiritual como una apariencia, un reflejo. Cuando pensamos, traemos lo que la teosofía llama el Devacán hacia el reino de la tierra, aunque sólo en un débil reflejo. Sobre la tierra llevamos estos contenidos en nosotros; una apariencia del cielo en un débil reflejo.

Moviéndonos ahora hacia el reino del alma, encontramos que lo que vive allí fundamentalmente es el sentimiento. Cuando estamos despiertos es el sentimiento, y cuando dormimos es la naturaleza pictórica de los sueños. La única diferencia entre los sueños y los sentimientos es que los sentimientos son el contenido de nuestra alma cuando estamos despiertos, mientras que los sueños son el contenido de nuestra alma cuando dormimos. Lo que portamos en nuestros sentimientos como seres humanos terrenales entre el nacimiento y la muerte proviene de un mundo diferente, del mundo anímico que describí en aquel libro, Teosofía, el mundo anímico del que vivimos en su verdadera apariencia después de la muerte. Nuestro mundo de sentimientos, que sólo soñamos, pues sólo soñamos este mundo anímico en nuestros sentimientos, se relaciona con aquella apariencia real del mundo anímico que se nos confronta entonces no como la imagen de un espejo sino como una imagen mantenida en nuestra alma por los poderes elementales creadores, he descrito esto desde un ángulo particular en Teosofía. La realidad aún no esta en ello.

Lo que nuestro cuerpo desarrolla a través de nuestra existencia como seres humanos terrenales no es una consciencia de imágenes arquetípicas; nuestro cuerpo lleva en él las realidades más fuertes de la existencia. Estamos realmente activos en nuestro cuerpo, pero sólo en el mundo físico, terrenal.

Así las tres partes del ser humano pertenecen a diferentes mundos. Y vosotros, queridos amigos, como pretendéis actuar sobre el ser del hombre, tendréis que tener en vuestro sentimiento alguna indicación de lo que reside en el ser del hombre. Debéis desarrollar una visión correcta de estas cosas.

Personas que son filósofos bastante buenos, me han presentado un malentendido detrás de otro, mostrando cuán difícil es hoy en día, incluso para personas bastante capaces de pensar claramente, encontrar el camino correcto hacia la Antroposofía. En una discusión sobre el ser humano triformado, uno de estos filósofos interpretó que esto significaba una división elaborada intelectualmente del ser humano y que significaba una aproximación meramente formal. Por supuesto podéis observar una mesa consistente en la parte de arriba, las patas, etc., pero toda la mesa está hecha de madera; o podéis considerarla como estructurada de derecha a izquierda. La estructuración arbitraria de este tipo no es lo que se pretende en relación con el ser triformado del hombre. Otra manera de expresarlo sería decir que el hidrógeno es algo que existe en el mundo real y el oxígeno también existe en el mundo real. Juntos forman el agua; son cosas reales, no construcciones artificiales. Del mismo modo las partes del ser del hombre no son diferenciadas arbitrariamente. Se han fusionado tan profundamente para formar la naturaleza real del ser humano que se puede decir: El espíritu proviene del mundo espiritual, el alma del mundo anímico y el cuerpo físico del mundo físico; estos componentes del ser humano provienen de tres mundos diferentes aunque están unidos en el hombre.

Y cuando el ser humano se lleva su consciencia con él fuera del mundo físico, su ser interior se divide; del uno deviene en tres.

A través del desarrollo de sus diversas razas y pueblos, lo que sucede con los seres humanos individuales está sucediendo también con la humanidad como un todo, sin que el ser humano como individuo tenga que desempeñar un papel en ello. La humanidad evolutiva vive en el subconsciente de cada ser humano individual pero esto no asciende hasta la consciencia ordinaria; la humanidad en evolución está atravesando etapas de desarrollo que son similares a aquellas atravesadas por cada ser humano individual. Justo ahora en nuestro tiempo la humanidad está atravesando una fase de su evolución que implica una especie de cruce del umbral con la consiguiente división en tres. Si el ser humano individual ha de franquear al Guardián del Umbral en esta época del alma consciente, él debe trabajar sobre esto si quiere lograrlo. La humanidad como un todo, sin embargo, está franqueando al Guardián del Umbral sin que los individuos en nuestro tiempo se den cuenta de que esto está sucediendo. La humanidad como un todo está atravesando el umbral. Hasta finales del siglo XVIII la naturaleza física, corporal, era aún capaz de dar al ser humano algo sobre la tierra por medio de los seres elementales que moraban en ella. En el futuro, sin embargo, el ser humano tendrá que derivar todo lo que en él mismo es internamente productivo, incluyendo sus virtudes, del mundo espiritual, no como un individuo sino como humanidad. El traspaso del umbral ha de suceder en la evolución de la humanidad como un todo, y esto se le aparece al escritor del Apocalipsis antes de la visión de la mujer vestida con el sol y con el dragón bajo sus pies, porque en el tiempo también sucede antes de eso. Esta visión anterior está claramente representada en lo que el escritor del Apocalipsis dice: Está llegando el tiempo en que toda la humanidad civilizada tendrá que cruzar el umbral, en que aparecerá un umbral como la Imaginación cósmica de lo que la humanidad está experimentando. Junto al sentimiento que puede surgir cuando algo sano limita con algo patológico, cada vez más individuos tendrán también otro sentimiento: Mis pensamientos están tratando de alejarse de mí, la gravedad tira de mis pies hacia abajo. Hay muchos seres humanos hoy que sienten con mucha fuerza que sus pensamientos se alejan de ellos volando mientras que sus pies están excesivamente pegados a la tierra. Pero un nuestra civilización la gente está persuadida para no tomar estas cosas en serio, igual que los niños que experimentan visiones de cosas que tienen una base real están persuadidos de que tales cosas no tienen significado.

Esto que está tan fuertemente vivo en nuestro tiempo apareció ante los ojos clarividentes del escritor del Apocalipsis como la figura que se materializa a partir de una nube, tiene un rostro como el sol que se funde en un arco-iris, y pies ardientes, uno de los cuales está plantado sobre el mar y el otro sobre la tierra. (Apo. 10, 1-2) Se podría llamar a esto la aparición más significativa que la humanidad de la actualidad debería contemplar. En el rostro en lo alto, nacido de las nubes, residen los pensamientos que pertenecen al mundo espiritual; en el arco iris reside el mundo de sentimientos del alma humana, que pertenece al mundo anímico; en las piernas ardientes que han recibido su fuerza de la tierra cubierta por el océano reside lo que está contenido en el cuerpo del ser humano que pertenece al mundo físico.

Esto apunta al secreto fundamental de la cultura actual. No es que los seres humanos aparezcan inmediatamente como divididos en tres partes. Lo que vemos –y esto es realmente tangible en nuestro tiempo- son gente nube que sólo puede pensar mientras las otras dos partes, el arco iris y las piernas ardientes, se han atrofiado. Después tenemos a la gente arco iris en las que los sentimientos están más desarrollados que cualquier otra cosa, como son aquellos, por ejemplo, que sólo pueden comprender la Antroposofía con sus sentimientos y no con su entendimiento. Tales personas existen en el mundo exterior así como en la Sociedad Antroposófica, por supuesto. Sólo pueden comprender el mundo con sus sentimientos, mientras que su pensamiento y su voluntad se han atrofiado, sus pensamientos están fuertemente desarrollados. Finalmente están aquellos cuya voluntad se ha hipertrofiado. En ellos el pensamiento y el sentimiento se han atrofiado; se comportan como toros, simplemente reaccionan a los estímulos del exterior. Esta es la gente de piernas ardientes.

La visión de Juan representa estos tres tipos de ser humano a los que conocemos en la vida real. Debemos familiarizarnos con este secreto de nuestra civilización actual de tal forma que podamos aconsejar a los seres humanos adecuadamente. Y, por cierto, esto también se muestra cuando consideramos los sucesos mundiales.

Mirad lo que está sucediendo en Rusia ahora mismo. Allí tenemos la influencia de la gente nube, de aquellos que principalmente piensan, mientras sus sentimientos y voluntad están atrofiados. Quieren entregar la voluntad a los mecanismos sociales; y los poderes ahrimánicos toman el poder de los sentimientos porque los seres humanos no se ocupan de ellos. Ellos son pensadores, pero como los seres humanos terrenales también tienen formas ahrimánicas y luciféricas tienen una clase específica de pensamiento. Permitidme utilizar una imagen que será obvia para aquellos que están familiarizados con la ciencia espiritual pero que sorprenderá a cualquiera que aún necesite encontrar su camino hacia estos asuntos. Si tomáis los pensamientos de Lenin y de los demás y los veis como una imagen, ¿a qué se parece la confluencia de pensamientos de Lenin, Trostsky, Lunacharsky y demás? Si imagináis un mundo que consiste en estos pensamientos llegaréis a lo que un físico llama un sistema de fuerzas. Si uno fuera un ser elemental gigantesco podría tomar estas fuerzas y formar nubes para cubrir una vasta área, generando truenos y relámpagos. A esto es a lo que se parecen estas fuerzas cuando se las considera como pertenecientes a la región de las nubes. No pertenecen a la tierra. Esta imagen podría sorprenderos, pero cualquiera que pueda mirar en el trasfondo oculto de la existencia tiene que decir esto. En las cabezas de los líderes rusos están en acción las mismas fuerzas que existen en el relámpago, fuerzas que se forman en las nubes por encima de nuestras cabezas y envían relámpagos a la tierra, y dejan caer los truenos. A esto pertenecen tales fuerzas; están fuera de lugar en la forma en que actúan en los líderes bolcheviques.

Y así mucho de lo que existe en nuestro tiempo está completamente claro en la visión profética de Juan. Él sabía que una época como ésta, un período que representa un tiempo específico, puede indicarse a través de los números. Yo mismo, queridos amigos, he indicado un número aproximado de años para el período durante el cual algo como el alma consciente, o el alma mental o intelectual, se desarrolla. He dicho que su duración es una doceava parte de 25.920 años.

Durante mucho tiempo estuve extremadamente intrigado por cómo se podría comprender el pasaje del Libro del Apocalipsis sobre el que estoy hablando ahora, pues en su profecía el escritor del Apocalipsis menciona 1260 días. A menudo se dicen días cuando se quieren decir años. ¿Pero qué quería decir el escritor del Apocalipsis con la cifra 1260? Tuve que hacer una considerable cantidad de investigaciones antes de descubrir que estos 1260 días (Apo. 12, 6) son realmente un “error de imprenta” que debió surgir en la transmisión del Libro del Apocalipsis (por favor excusad esta expresión común de andar por casa). “2160 días” es lo que el pasaje debería decir, y entonces se corresponde con lo que se puede ver hoy. Es bastante posible que esta falta de claridad haya surgido en alguna escuela cuando el texto se estaba copiando, especialmente en la visión profética muchos números se ven como imágenes especulares. Sin embargo, esto es menos importante según se mira con mayor profundidad el Libro del Apocalipsis.

Además de aquellos cuya forma de pertenencia a una raza es la de la gente nube, tenemos a la gente arco iris. Su pensamiento se ha atrofiado, así que prefieren pensamientos conservadores, y son bastante tímidos al aproximarse al mundo espiritual a través del pensamiento. Muchísima gente especialmente en Centro Europa se muestra como perteneciente a la gente nube.

Cuanto más al oeste nos movemos, más atrofiados están el pensamiento y el sentimiento, así llegamos a los desarrollos patológicos de la gente de pies llameantes. Hay mucha gente de pies llameantes en Europa Occidental y presumiblemente también en América. En este sentido podemos ahora estructurar la tierra como sigue: en el Este hay mucha gente nube, en el centro mucha gente arco iris, y en el Oeste mucha gente de pies llameantes. En lo que respecta a la venida al ser de las razas, se podría decir que mirando espiritualmente la tierra desde el exterior veríamos desplegado a través de ella algo así como una imagen con la forma exacta que nos presenta el escritor del Apocalipsis. Si nos eleváramos desde la tierra –espiritualmente, por supuesto, no en un globo o en un avión- si nos eleváramos espiritualmente desde un punto cualquiera, digamos, en Westfalia, y entonces miráramos abajo hacia la tierra, veríamos Asia tomando la forma de un rostro con forma de nube, de sol. Veríamos los colores del arco iris desplegarse sobre Europa, y más allá hacia el Oeste estarían los pies ardientes de los cuales uno estaría plantado en el Océano Pacífico y el otro sobre los Andes en Sudamérica. La tierra misma estaría bajo esta imagen.

Queridos amigos, estas profecías de tan largo alcance del escritor del Apocalipsis, son extremadamente importantes en nuestro tiempo para el trabajo del sacerdote, pues constituyen el gran enigma de nuestro tiempo y que ha surgido desde Napoleón. Fue la influencia de Napoleón, del primer Napoleón, la que trajo inicialmente esta tendencia de los seres humanos de luchar en razas, en naciones. En la influencia actual de Wilson esto está encontrando expresión de nuevo de una manera de lo más imprudente. Es verdaderamente terrible ver a seres humanos luchando por pertenecer a razas y pueblos y en el enterramiento completo de cualquier clase de cosmopolitanismo. Está sucediendo porque este paso a través del lugar del umbral está ocurriendo. Igual que el individuo se divide a través de su desarrollo hacia el reino espiritual, del mismo modo la humanidad como un todo se está dividiendo en regiones de las que los seres humanos individuales son inconscientes, la región de la gente nube, la región de la gente arco iris, y la región de la gente con los pies llameantes. La división del ser humano en tres, en la forma que describí para los individuos en El Conocimiento de los Mundos Superiores, ha tenido lugar ahora para la humanidad como un todo sobre la tierra; está sucediendo ahora. La tremenda imagen descrita por el escritor del Apocalipsis está sucediendo ahora en Asia, en Europa, en América. La gente aún no puede encontrar armonía entre las tres partes; en vez de la armonía de la unificación están buscando la fragmentación, y en situaciones individuales el resultado es de lo más peculiar.

En esta forma completamente superficial de pensar que la humanidad está asumiendo podéis ver, por ejemplo, que la gente no encuentra la fraternidad a través de una comprensión interna, sino que en vez de ello se unen por razones externas. Mirad la región entre el Bosque de Bohemia y el Fichtelgebirge, desde el Erzberg en las colinas de arenisca de Politz-Adersbach hasta el March y hasta lo que solía ser Pressburg. Podéis ver, si tomáis el Mannhartsberg como el límite sur, cómo los checos allí son eminentemente gente nube que han desarrollado sólo su pensamiento y cómo sin ninguna comprensión interior han sido unidos con los eslovacos, que son bastante diferentes y en los que el pensamiento apenas existe porque son gente arco iris en el sentido exacto de las palabras. Por otro lado vemos cómo una relación distinta que se había formado hace poco tiempo se está disolviendo de nuevo muy externamente. No existe ya espíritu en acción en tales cosas sino solo seres humanos terrestres actuando de una forma que quiere excluir el espíritu. Lo que vemos es la totalidad de Eslovaquia siendo separada de Bohemia, Moravia y Silesia, que es la región que acabo de mencionar. Vemos cómo la totalidad de Eslovaquia estuvo anteriormente unida con el país de los Magiares, los genuinos Magiares. (Tenéis que distinguir entre los Magiares genuinos y los Magiares inmigrantes a los que podéis reconocer por sus nombres. Los Magiares genuinos tienen nombres que nadie en Occidente puede pronunciar, especialmente si son realmente ancianos; pero se les llama Hirschfeld si son uno de esos agitadores chillones de hoy en día. Así debéis volver a los Magiares genuinos) Los Magiares genuinos son eminentemente gente de pies ardientes que estuvieron brevemente unidos a la gente arco iris de Eslovaquia. Este es el juego de azar al que está jugando la falta de espiritualidad en el mundo, de tal forma que los Eslovacos que estuvieron anteriormente unidos con los Magiares, están ahora agrupados junto con los checos. Tal es el juego de azar al que se está jugando hoy en día. También encuentra expresión en síntomas más profundos como que un hombre verdaderamente extraordinario como Masaryk que dirige la República de Checoslovaquia sea un eslovaco y no un checo5. Si conocéis a Masaryk sabréis que es una persona arco iris que es bastante incapaz de pensar. Leed sus libros y veréis: en sus libros es el tiempo el que piensa. Es una persona arco iris, un verdadero eslovaco.

Tenéis que ser capaces de ver hoy a los seres humanos a la luz de estas categorías si queréis comprender el juego de azar que está transcurriendo en el momento, aunque por supuesto esto, también, tiene su origen en el karma mundial. Debemos mirar una época, nuestro propio tiempo, que está penetrando cada vez más en la consciencia humana, en el alma consciente. Anteriormente la gente veía el contenido de la tradición y sabiduría ancestrales escritas en el manuscrito estelar, lo veían todo fuera de ellos mismos. El ser humano, dividido en tres, porta ahora lo que está escrito en los antiguos libros como un recuerdo dentro de él. Mirando a los diversos centros vemos extenderse esta figura sobre Asia, Europa, América. Todo lo que se proclamó en los lugares ricos en Misterios de Macedonia, Grecia, Asia Menor, todo lo que se proclamó sobre el mundo en Éfeso, Samotracia, Delfos y en cualquier otro sitio, todo ello ha sido preservado por el Libro desde los tiempos antiguos; está en la mano de aquel ángel que forma su rostro a partir de las nubes, su pecho a partir del arco iris y sus pies del fuego y que permanece allí poderosamente plantado. Pero para el ser humano con la consciencia actual todo esto sólo puede mantenerse vívido y vivo si buscamos el origen dentro de nosotros mismos, a través de lo cual podemos aprender a ver el espíritu. Debemos “comernos” el libro que estaba disponible anteriormente en el exterior, debemos integrarlo en nosotros mismos. Al principio este libro contiene los secretos del universo, y para algunos es dulce en la boca. La gente es muy parcial hacia lo que la visión espiritual quiere darles; encuentran que sabe como la miel. Pero cuando llegan a los requisitos verdaderamente profundos de la vida, que son parte inherente de una comprensión espiritual del mundo, entonces, especialmente cuando esto sucede a seres humanos actuales de mente materialista, lo que el escritor del Apocalipsis describió como dulce en la boca se convierte en doloroso en las entrañas, pues es doloroso digerir el alimento espiritual del que tanta necesidad tienen los seres humanos.

Viendo todo esto tenemos que admitir: Con todos estos juegos de azar, con todo este confuso embrollo, será esencial recibir –del poder espiritual que nos muestra el ser humano triformado- la fuerza con la que medir todo de nuevo. Desde el cielo se nos da una vara, en realidad una caña de medir (Apo. 11,1). Mirad vuestro propio tiempo, queridos amigos. ¿No es necesario tomar nuevas medidas? ¿No debemos agregar a esa abstracta construcción del mapa mundial actual algo como Asia en la figura de una nube, a Europa coloreada como el arco iris, y a América con pies ardientes? ¿No debemos medir todo de nuevo desde el punto de vista espiritual? ¿No estamos en el centro mismo de visión puesto en marcha, y que es lo que el Libro del Apocalipsis nos muestra?

Si podemos comprender con toda nuestra consciencia aquello en lo que debemos penetrar, avanzaremos en aquel reino del pueblo llano que tiene que conseguir tanto en el subconsciente, y entraremos en una comprensión completamente no-racionalista de las tareas que necesitan hacerse hoy, a través de lo que se convertirá en un nuevo sacerdocio. Esto, queridos amigos, es lo que necesitaba decirse en referencia a los capítulos del Libro del Apocalipsis que hemos tratado hoy. Todo encaja, hasta el más mínimo detalle. Cuando de nuevo mañana entremos en estos asuntos será más fácil explicar lo que todavía hay que decir sobre el desarrollo de las razas y los individuos.

1 Rudolf Steiner, Cómo Conocer los Mundos Superiores, op. cit.

2 Rudolf Steiner, La Filosofía de la Libertad (GA 4), Editorial Rudolf Steiner.

3 En la sexta lección de recapitulación del 17 de septiembre de 1924 de Esoteric Lessons for the First Class of the School of Spiritual Science at the Goetheanum (GA 270 I-IV). Tr. G. Adams, rev. M. Wilson, ed. J. Collis. Londres: Sociedad Antroposófica de Gran Bretaña 1994, edición privada.

4 Rudolf Steiner, Teosofía (GA 9), Editorial Rudolf Steiner.

5 Thomas Garrigue Masaryk (1850-1937), profesor de filosofía y sociología de Praga. De 1918-1935 Presidente de Checoslovaquia.


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