GA055 Rudolf Steiner
La
locura a la luz de la ciencia espiritual
Berlín
31 de enero de 1907
Conferencia VIII
La ciencia espiritual más que
cualquier otra ciencia está en condiciones de decir algo acerca de
la llamada enfermedad espiritual o mental. El nombre es realmente
engañoso; no se puede hablar de que el espíritu esté enfermo.
Además, existe una confusión generalizada entre los laicos y los
profesionales, principalmente debido a la forma en que tales
enfermedades se presentan en la literatura popular. Las descripciones
son consideradas como la realidad. Se habla de megalomanía, manía
persecutoria, manía religiosa, pero estos términos solo indican
síntomas. Nadie puede volverse loco estando ocupado con ideas
religiosas. Sin embargo, se presentan las afirmaciones más curiosas,
por ejemplo, que la discordancia entre las concepciones del mundo
antiguo y moderno fue la causa de la enfermedad de Friedrich
Hölderlin [Friedrich Hölderlin (1770-1843) fue uno de los más
grandes poetas líricos alemanes. Sus imágenes generalmente se
derivan de temas griegos clásicos. ] La enfermedad que sufrió aún
habría superado a Hölderlin, incluso si no hubiera sido poeta;
aunque en ese caso se habría expresado de manera diferente.
Cuando una persona profundamente
religiosa se enferma mentalmente, sus ideas religiosas se
distorsionan. Si hubiera estado inmerso en ideas materialistas,
entonces se habrían distorsionado. La causa de la enfermedad mental
está profundamente enraizada en la naturaleza humana, allí es donde
debe buscarse. Todo lo que las profesiones médicas pueden ofrecer en
este campo son hipótesis, dudas y conjeturas. De hecho, es difícil
desde un punto de vista materialista llegar a ideas concluyentes en
este ámbito. Muchas enfermedades que de hecho pertenecen a esta
categoría no son consideradas como tales, por la profesión médica,
por ejemplo, el quejumbroso, el sectarismo religioso y el fanatismo.
Las personas del último tipo están poseídas por ciertas ideas
alucinatorias que, debido a que tienen un gran poder sugestivo sobre
las personalidades más débiles, pueden dar lugar a verdaderas
epidemias de fanatismo.
La pregunta que puede hacerse es:
¿Cómo es posible que la locura se establezca en la naturaleza
humana? Para responder a esta pregunta debemos dirigir nuestra
atención a los cuatro miembros inferiores del ser de una persona:
los cuerpos físico, etérico y astral, y el "yo". El "yo"
trabaja en los otros tres miembros, especialmente en el cuerpo
astral, ennobleciéndolo y purificándolo y obligándolo a no seguir
ciegamente impulsos y deseos. El "yo" también trabaja en
el cuerpo etérico, particularmente a través de impulsos superiores,
especialmente de naturaleza artística. Bajo esta influencia, el
cuerpo astral se divide en dos partes, una que se purifica y otra que
no. Esto ocurre también en el cuerpo etérico, y gradualmente las
partes purificadas se vuelven cada vez más grandes. El "yo"
también trabaja en el cuerpo físico, pero inconscientemente. Solo
cuando se alcanza un alto nivel de iniciación se puede trabajar en
lo físico de forma consciente.
Para responder a nuestra pregunta,
también debemos tener en cuenta el hecho de tener vidas repetidas.
Cuando vamos a dormir ocurre algo similar a lo que ocurre al morir.
Cuando vamos a dormir, el cuerpo astral y el "yo" se
separan del cuerpo físico, y todos los anhelos y sensaciones se
hunden en el oscuro olvido. Solo los cuerpos físico y etérico
permanecen en la cama. En la muerte, el cuerpo etérico o cuerpo de
vida también se separa del cuerpo físico, y en las horas
siguientes, mientras el ser humano todavía está conectado con el
cuerpo etérico, pasa ante el alma, en poderosas imágenes, el
panorama de toda la vida pasada de una persona. Esto dura hasta que
el cuerpo etérico también se separa de ese individuo y se dispersa
en el éter cósmico.
Sin embargo, solo la sustancia del
cuerpo etérico se separa de la persona. A través de los tiempos
futuros, una esencia, como una imagen de la memoria, permanece con el
cuerpo astral y el "yo". Estos a su vez, en primer lugar,
pasan a la condición llamada "kamaloca" o región del
deseo, donde todo el contenido del cuerpo astral que todavía se
aferra a la vida terrenal, se separa de él. Lo que aún no está
ennoblecido se separa; el resto continúa acompañando al alma en el
futuro. Esto también se aplica al cuerpo físico, pero solo en una
medida muy leve, y solo en el caso de individuos altamente
evolucionados. Cuando se va acercando la encarnación siguiente, el
ser humano se vuelve a reunir con lo que dejó atrás para que
pudiera continuar su purificación. Cuanto más frecuentemente
encarna un ser humano, más fuerte se vuelve su carácter y su
sentido moral, y tanto más numerosos y más grandes son los talentos
y habilidades.
Lo que debemos tener en cuenta sobre
todo, si queremos entender cómo surge la locura, es el axioma
hermético: como arriba, abajo; como abajo, arriba. Una cara
sonriente transmite inmediatamente alegría y lágrimas de tristeza
interna. Alegría y tristeza debemos ver en este caso como lo "de
arriba", y la risa y las lágrimas, es decir, la expresión
material de alegría y tristeza, como la representación del "abajo".
Cuando alguien ha sido correctamente instruido y educado, ve la vida
con ojos diferentes. Para él, una flor es vista como la expresión
de la tristeza o la alegría del Espíritu de la Tierra. Para él,
esto no es solo una noción poética, en cualquier caso, no más de
lo que lo pueda ser el alma. El espíritu de la tierra es le base de
toda la existencia de la tierra y está relacionado con ella tanto
como lo dicho arriba. Todo lo material es espíritu condensado así
como el hielo es agua condensada; tal como el hielo puede derretirse
para convertirse en agua, la materia puede transformarse en espíritu.
Distinguimos en los seres humanos los
siguientes componentes físicos que corresponden a sus miembros
superiores, es decir, sus miembros por encima: primero lo puramente
físico, lo que se construye según las leyes puramente físicas,
especialmente los órganos de los sentidos. Lo que construye un
cristal también podría construir el cuerpo humano, aunque sería un
organismo sin vida. En segundo lugar, tenemos todo lo relacionado con
la digestión, el crecimiento y la procreación construidos por el
cuerpo del etérico; tercero, el sistema nervioso (cerebro y médula
espinal) construido por el cuerpo astral; cuarto, la circulación
sanguínea, de la cual el "yo", que vive en la sangre, es
el arquitecto. Por lo tanto, tenemos:
Circulación
sanguinea
|
YO
|
Sistema
Nervioso
|
Cuerpo
Astral
|
Sistema
metabólico, motor, sexual
|
Cuerpo
Etérico
|
Huesos,
Musculos, Articulaciones, etc.
|
Cuerpo
Físico
|
Todo lo físico está sujeto a las
leyes de la herencia física, pero también lo son los órganos de
procreación, el sistema nervioso y la circulación sanguínea. La
individualidad de un ser humano debe unirse con un cuerpo físico que
está sujeto a estas leyes. Esto significa que el "yo",
junto con las partes ennoblecidas del cuerpo astral y del cuerpo
etérico, y tal vez parte del cuerpo físico, debe establecer la
armonía entre él y lo que ha heredado. Esto generalmente ocurre a
través del hecho de que lo espiritual, al transformarse a sí mismo,
se adapta a lo físico. Pero, ¿Qué sucede cuando eso no es posible,
cuando, por ejemplo, un cuerpo astral se encuentra con un sistema
nervioso al que no puede adaptarse, y por lo tanto no puede usar?
La ilusión causada por un defecto
visual no se considera una enfermedad mental. Un libro de Moritz
Benedict, [Moritz Benedict (1835-1920) fue criminólogo. ] el
criminólogo y antropólogo, aunque no está escrito desde un punto
de vista científico espiritual, tiene mucho de interés que decir
sobre este tema. Sufría de una catarata parcial en el ojo izquierdo
que le impedía ver. Él describe sus propias experiencias: cuando en
la oscuridad miraba en cierta dirección y veía espectros de un tipo
peculiar; una vez estaba tan asustado que agarró un arma.
La explicación para este tipo de
fenómeno es la siguiente: una persona sana no es consciente de los
componentes internos de su ojo, pero, si hay irregularidades, se da
cuenta de ellas de tal manera que aparecen como formas reflejadas,
acercándose desde el exterior . Sin embargo, esto es algo que
también es válido para el resto del organismo de una persona.
Normalmente, solo somos conscientes de lo que nos llega desde el
exterior, no de lo que sucede dentro. Cuando el "arriba"
está en armonía con el "abajo", uno no es consciente de
los procesos internos en absoluto. Pero, si por ejemplo, el cerebro
es torpe y lento de modo que el cuerpo astral no puede usarlo,
entonces el cuerpo astral sufre una perturbación. Se proyecta hacia
afuera como lo hace cuando el ojo está dañado. Se vuelve consciente
de sí mismo, y sentimientos tales como las esperanzas, deseos y
anhelos, es decir, los atributos del cuerpo astral, se proyectan y
aparecen como formas que se aproximan desde el exterior. Locura,
quejumbridad, histeria, -todas las condiciones en las que una persona
no puede hacer que sus sentimientos estén de acuerdo con lo que
sucede a su alrededor-, pertenecen a esta categoría. El cuerpo
etérico también puede sufrir perturbaciones por causa de
anormalidades internas. Contiene nuestras imágenes mentales del
mundo exterior. Mientras no es consciente de sí mismo, recibe estas
imágenes en su verdadera forma, pero si debido a una alteración del
cuerpo etérico son proyectadas hacia afuera, el resultado son
delirios y paranoia. Cuando ese aspecto del cuerpo físico que debe
provocar la concordancia con el entorno físico se altera, se vuelve
consciente de sí mismo, conduce a la idiotez. Un ser humano puede
convertirse en lo que se llama "demente" cuando el cuerpo
físico es demasiado pesado, demasiado ingobernable, por lo que el
cuerpo astral es incapaz de dominarlo. Si, por otra parte, los
órganos físicos son demasiado móviles como para no expresar las
intenciones del alma, el resultado es la parálisis.
Existe una multitud de casos iguales.
Pueden deberse a muy diversas causas. Esto es especialmente cierto en
los delirios; pueden surgir de proyecciones o repugnancias del cuerpo
astral. El efecto puede ser tan fuerte que se instala el delirio;
tales ataques se imprimen en el cuerpo etérico y dan lugar a los
delirios. Estas huellas son como cicatrices de las heridas en el
cuerpo astral, y son mucho más difíciles de sanar que el delirio en
sí mismo. El glaucoma a menudo es un precursor de la locura.
Ahora debemos recordarnos que los
seres humanos pasan por un triple nacimiento, primero el del cuerpo
físico, luego, en el momento del cambio de dientes, nace el cuerpo
etérico y, en la pubertad, el cuerpo astral. Puede suceder que la
falta de armonía entre "arriba" y "abajo" solo
se note en el momento en que nace el cuerpo astral, porque hasta ese
momento la envoltura astral que lo protegía mantenía la armonía.
Una vez que nace, el cuerpo astral se abandonado a sí mismo, y la
discordia con el cuerpo físico se manifiesta. La forma de enfermedad
mental resultante se expresa, en que el joven sufre de alucinaciones
y, a menudo, dará una única y siempre la misma respuesta a una
variedad de preguntas. Esto se llama "debilidad o imbecilidad".
No se produce de repente, sino que se prepara gradualmente a partir
de los doce años. Los signos preliminares son depresión, cansancio,
argumentación, dolores de cabeza, problemas con la digestión y con
el sueño. La condición es extremadamente difícil de curar; y es
triste que la mayoría de los padres castiguen a sus hijos por dicha
enfermedad, confundiéndola con la malicia.
El espíritu en sí mismo siempre está
sano; no puede estar enfermo, pero cuando no puede encontrar armonía
con lo de "abajo", se distorsiona. Una cara reflejada en un
espejo convexo está distorsionada, pero nadie asume que la cara real
también debe estar distorsionada. Las diversas formas de locura son
los reflejos distorsionados del espíritu en lo físico. En
consecuencia, es bastante inútil intentar una cura por medio de un
razonamiento lógico abstracto; tales métodos no tienen ningún
efecto. Nada está más alejado del espíritu concentrado que la
oscura lógica abstracta, y nuestros órganos corporales son espíritu
concentrado, aunque no nuestro espíritu, mientras que las ideas e
imágenes apasionadas, imaginativas y pictóricas son más afines al
espíritu y son capaces de expulsar las imágenes distorsionadas
causantes de tal condición Tales contra-imágenes deben ser
provistas por la fuerza y el poder de otra personalidad. Un individuo
no puede, mediante explicaciones, convencer a la persona enferma de
que es ilógica, en cambio las contraimágenes vívidas y fuertes
serán efectivas. Por ejemplo, el poder de la personalidad del otro
debe demostrarle a la persona enferma que él puede, después de
todo, hacer lo que él pensaba que estaba fuera de su alcance.
En el ámbito de las llamadas
enfermedades espirituales o mentales, la ciencia natural y la ciencia
espiritual deben trabajar juntas. Lo que se necesita es una
investigación detallada para que las contraimágenes aplicables en
casos específicos estén siempre disponibles.
La ciencia espiritual no está alejada
de la vida ni es pasiva; tiene como objetivo contribuir a la vida
práctica. Para ser eficaz en el mundo, uno necesariamente debe
aprender a comprender las fuerzas espirituales que constituyen su
fundamento. Si queremos comprender la naturaleza de lo que es físico,
debemos reconocer que el mundo material es una huella del mundo
espiritual. Para Hellenbach, que dice: "¿En qué nos concierne
todo este tumulto espiritual?", Debemos responder: "Bueno,
como la "tumultuosidad" humana nos concierne, y como los seres humanos están
relacionados con el mundo espiritual, deseamos encontrar el puente
entre los dos.