GA055-9 Berlín 14 de febrero de 1907 -Sabiduría y Salud -Conocimiento suprasensible-

GA055 Rudolf Steiner



Sabiduría y Salud

Berlín 14 de febrero de 1907

Conferencia IX


La ciencia espiritual tiene como objetivo ser una influencia en la vida práctica, para ser una fuente de fortaleza y confianza. Está orientada hacia las personas que desean ser efectivas en la vida, no para los meramente curiosos. El conocimiento del espíritu siempre ha existido. Ya se fomentaba en círculos donde se reconocía que los seres humanos son capaces de desarrollar fuerzas espirituales de mayor capacidad que la del intelecto ordinario. En estos círculos se tenía conciencia del hecho de que la curación estaba relacionada con la santidad; se sintía que el Espíritu Santo era el espíritu completamente sano que se unía con el alma de la humanidad para traer la salud al mundo.
Este aspecto es el menos entendido. El conocimiento espiritual guía al alma humana lejos de las actitudes estrechas y de objetivos egoístas; señala problemas universales que unen al individuo con el cosmos. Sin embargo, las elevadas fuerzas que otorga, a menudo se utilizan como un incentivo para el esfuerzo egoísta. A menudo se hacen servir para el egoísmo a pesar de que su propia naturaleza es alejar a los seres humanos de lo personal; la gente exige que a través de la ciencia espiritual se cumplan los deseos egoístas de un día para el otro.
Una vez existió en África una fraternidad: Los Terapeutas, que fomentaban el conocimiento espiritual. En la región donde surgió el cristianismo, esa misma secta era conocida como los Esenios. La narración indica que la fraternidad estaba relacionada con la curación, la cual practicaban combinando su percepción espiritual con el conocimiento de la materia. Cuando es absorbido el conocimiento espiritual, también se absorben las fuerzas de curación. La ciencia espiritual es un elixir de vida; aunque no puede probarse mediante un argumento, cuando se asimile se tendrá la prueba, luego se aplica a la vida, y la salud sigue.
Sin embargo, una persona tampoco podría saber nada sobre la ciencia espiritual si todo lo que se dedica a hacer es a hablar con ligereza sobre la reencarnación y el karma. Si se quiere experimentar su efecto, el ser interno de una persona debe estar inmerso en la ciencia espiritual; uno debe vivirlo cada hora del día, y saber esperar con calma. A este respecto, es muy apropiado el dicho de Goethe: "Has de considerar el qué, pero aún más, has de considerar el cómo". La ciencia espiritual se entiende correctamente si se asimila como un alimento espiritual, y se le permite crecer y madurar dentro de una persona. Se entiende correctamente si, en momentos de dolor o felicidad, de devoción y exaltación, o cuando la vida amenaza con derrumbarse, una persona experimenta la esperanza, la fuerza y el incentivo para la acción que trae consigo.
La ciencia espiritual debe convertirse en una búsqueda personal. El esforzado ser humano, mirando las estrellas, reconocerá las leyes eternas que le guían a través del espacio cósmico. Cuando las nubes pasan a través de la bóveda del cielo, cuando el sol se alza en esplendor, o la luna en majestad silenciosa, una persona verá todos estos fenómenos como la expresión de la vida espiritual del alma universal. Así como reconocemos la mirada y el movimiento de una mano como la expresión del alma y el espíritu en los seres humanos, cuando miramos el pasado miramos al mismo tiempo al espíritu cuya huella en el mundo físico es evidente por todas partes.
¡Absorbe el espíritu y absorberás las fuerzas sanadoras! Sin embargo, no desde la comodidad indolente; hay personas que se entretienen con las nociones más triviales al tiempo que declaran que todo lo que uno necesita es estar en sintonía con el infinito. Eso no tiene nada que ver con el conocimiento del espíritu. El conocimiento espiritual debe penetrar en el ser más interno del ser humano. No se descubre el mundo espiritual, a través de ninguna fórmula mágica. Lo que se requiere es que nos introduzcamos con paciencia y amor en cada ser, en cada evento. El mundo espiritual está ahí y no debe buscarse como si no tuviera relación con lo físico. Dondequiera que nos encontremos situados en la vida, allí debemos buscarlo; por consiguiente el conocimiento espiritual se convierte en una búsqueda personal.
Hay personas que no tienen sentido para la música o la pintura; Del mismo modo, hay personas sin sentido para lo espiritual. El siguiente incidente ilustra una noción común de lo que es espiritual: Una noche en un pueblo pequeño, vieron pasar una luz extraña por la pared de la iglesia. Pronto fue el tema de conversación en todo el pueblo. Como no se halló ninguna explicación natural, se determinó que era un fenómeno espiritual. En realidad, el hecho de que fuera visto por muchos ya lo hizo altamente improbable. Para que una persona sea capaz de percibir un evento espiritual genuino, primero deben desarrollarse ciertos órganos y capacidades espirituales. En nuestro tiempo, este es un evento raro; así que el hecho de que la extraña luz fuese vista por muchas personas es una prueba segura de que no fue una manifestación espiritual. Y, de hecho, pronto se halló una explicación: una anciana con una linterna solía pasear a su perro por la noche. En una noche en particular, sucedió que la luz fue vista. La investigación de tales suposiciones sin fundamento, no tenía sentido. Las manifestaciones espirituales más importantes se encuentran en los objetos y eventos que nos rodean todos los días.
La sabiduría es ciencia, pero también algo más que ciencia. Es ciencia que está unida con la realidad, no apartada de ella. En cualquier momento puede convertirse en decisión y acción. Alguien que conoce las leyes científicas es un científico; alguien que de inmediato sabe cómo aplicar el conocimiento para que se convierta en realidad, es sabio. La sabiduría es ciencia volviéndose creativa. Debemos contemplarlo así, fusionarnos con las leyes de la naturaleza para que se conviertan en una fuerza interna. A través de la contemplación y observación exacta de plantas individuales, Goethe llegó a la percepción interna de la planta arquetípica. La idea de la planta arquetípica es resultado de la intuición espiritual; es una imagen de la planta que puede cobrar vida dentro de nosotros; de ella pueden derivarse innumerables plantas que aún no existen, pero que podrían existir. En alguien que se ha convertido en un sabio, las leyes no están ligadas a lo concreto, son entidades vivientes eternas. Este es el reino de la Imaginación; de ideas que no son abstractas sino imágenes creativas. Los conceptos e ideas abstractos pueden llevarnos a la ciencia, pero no a la sabiduría. Si Goethe se hubiera estancado en la etapa conceptual, nunca habría descubierto la planta arquetípica. Debe ser vista tan vívidamente y con tanta exactitud que uno pueda dibujarla, incluida la raíz, el tallo, las hojas y la fruta, sin que se parezca a ninguna planta en particular. Tal imagen no es un producto de la fantasía. La fantasía está relacionada con la imaginación como la sombra lo está con la realidad; sin embargo, puede transformarse y elevarse para convertirse en imaginación.
Es posible que todavía no tengamos acceso al mundo de la imaginación, pero es un mundo que es alcanzable.
Debemos desarrollar fuerzas del alma que sean objetivas, comparables a las fuerzas activas en nuestros ojos. Estaríamos rodeados por la oscuridad perpetua si los ojos no transformasen la luz que incide sobre ellos en imágenes de colores e imágenes mentales. Cualquiera que crea que debemos esperar a que aparezca una nebulosa manifestación del Espíritu no comprende el trabajo interno que se requiere de los seres humanos. El alma debe volverse activa, igual que los ojos están activos transformando la luz. A menos que el alma cree visiones e imágenes dentro de sí misma, el mundo espiritual no puede fluir. Las imágenes así creadas mantendrán la objetividad siempre que no sean motivadas por deseos egoístas; cuando su contenido es espiritual, entonces, las fuerzas sanadoras fluyen al alma de una persona. Cuando se alcanza la capacidad de transformar los conceptos de la ciencia espiritual en vívidas imágenes llenas de color, sonido y vida; cuando el mundo entero se convierte en una imagen semejante, entonces esta sabiduría se convierte en todas las esferas de la vida en una fuerza sanadora, no solo para nosotros mismos, sino para otros, para todo el mundo. Incluso aunque las imágenes que creemos en el alma no sean precisas, no importará; son corregidas por aquellos que nos guían. Paracelso era un sabio de este tipo. Se sumergió en todos los aspectos de la naturaleza y transformó su conocimiento en vigorosas fuerzas internas. Cada planta le habló, revelando la sabiduría inherente a la naturaleza.
Los animales tienen sabiduría de un cierto tipo; sus instintos son sabios. Sin embargo, no poseen individualmente un alma. Los animales comparten un alma grupal que junto con la sabiduría espiritual los influye desde el exterior. Todos los animales cuya sangre se puede mezclar sin efectos nocivos, tienen un alma común, es decir, un alma grupal. La sabiduría actuando así desde fuera se ha individualizado en los humanos. Cada ser humano tiene su propia alma individual que les influye desde adentro. El precio que pagan los seres humanos es la pérdida de certeza. La incertidumbre es característica del conocimiento humano y de la búsqueda científica. Los seres humanos están obligados a caminar a tientas; deben buscar, seleccionar y experimentar. Sin embargo, por esa razón, tienen la posibilidad de evolucionar, de alcanzar etapas superiores; el conocimiento que están obligados a alcanzar a través del esfuerzo, a través del ensayo y error, puede transformarse para que se convierta en sabiduría una vez más. Lo que ya existe debe, por así decirlo, refundirse en los seres humanos, debe convertirse en una imaginación llena de color, llena de luz y llena de sonido; y así obtener la sabiduría.
Paracelso había alcanzado tal sabiduría; se acercaba a cada planta, a cada sustancia química y reconocía al instante sus propiedades curativas. Un animal sabe inmediatamente, a través de sus instintos inconscientes, lo qué es beneficioso para él. Paracelso sabía mediante su sabiduría consciente, que la enfermedad se podría beneficiar de una sustancia particular.
Los terapeutas y los esenios [Los Esenios (200 aC a 100 d. C.) fueron una secta que floreció en Palestina. En su comunidad monástica, observaban estrictamente la ley de Moisés. ] tenían el mismo tipo de sabiduría. Consistía en una percepción que no se puede lograr a través de experimentos; el conocimiento se transforma en sabiduría imaginativa. La planta entonces reconoce su propia imagen en el alma humana y la cambia; en ese instante, el ser humano no solo siente, sino que también sabe qué propiedades curativas posee la planta. La ciencia espiritual no pone objeciones a las ciencias naturales; de hecho, nadie que sea serio en su esfuerzo científico espiritual descuidará familiarizarse con los logros de la ciencia ordinaria; sin embargo, él irá más allá; transformará tal conocimiento en sabiduría creativa. Sabemos que el ser humano consiste en cuerpo físico, cuerpo etérico, cuerpo astral y el "yo". El conocimiento ordinario penetra solo hasta el cuerpo astral del cual pasa a formar parte, mientras que el conocimiento imaginativo alcanza el cuerpo etérico o de vida, llenándolo con el Espíritu de Vida, haciendo a los seres humanos poderosos sanadores.
La inmensa diferencia entre el efecto de los conceptos abstractos y el del conocimiento imaginativo es más fácil de ver en un incidente donde el efecto fue doloroso por naturaleza: Un hombre que estuvo presente cuando a su hermano le amputaban una pierna. Cuando le cortaron el hueso, en ese momento, emitió un sonido extraño; el hombre sintió un fuerte dolor en la pierna en la misma parte donde se estaba llevando a cabo la Operación de su hermano. Durante mucho tiempo no pudo librarse del dolor, incluso cuando su hermano ya no sentía nada. El sonido emitido por el hueso, a través del Poder de la imaginación, se había fijado profundamente en el cuerpo etérico del hombre produciéndole dolor.
Un médico en Berna hizo una vez un experimento interesante. Tomó una herradura ordinaria y le conectó dos alambres del tipo usado en maquinaria eléctrica. Todos pensaban que el artilugio debía estar electrificado, y quienes lo tocaban estaban seguros de sentir una corriente eléctrica; incluso hubo algunos que estaban convencidos de haber experimentaron una violenta descarga. Todos estos efectos se produjeron simplemente por la auto-sugestión que sufrieron las personas interesadas; ninguna argumento les convenció de lo contrario. Hubo gente que se habían hecho rica fabricando pastillas de pan ordinario. Se suponía que las píldoras curaban todo tipo de enfermedades, pero eran especialmente populares para curar el insomnio. Una señora, una paciente en un sanatorio, tomaba esa pastilla regularmente todas las noches y disfrutaba de un sueño profundo. Una noche, ella decidió quitarse la vida y se tragó tantas píldoras como pudo. Se descubrió, y los doctores se sintieron muy alarmados; ya que mostraba todos los signos de alguien muriendo. Solo un médico mantuvo la calma, el que había fabricado las pastillas.
Los seres humanos tienen una capacidad natural para convertir lo que es meramente sabido, en imágenes vívidas. El hipnotismo se basa en este hecho. El hipnotizador excluye el cuerpo astral e introduce un contenido pictórico directamente en el cuerpo etérico, pero este es un proceso anormal. Las imágenes que nosotros mismos producimos están imprimidas en el cuerpo etérico. Si se derivan del mundo espiritual, tienen el poder de erradicar las condiciones de falta de salud, lo que significa que la armonía es provocada por las corrientes espirituales universales. Estas traen consigo la curación porque las condiciones de falta de salud siempre tienen origen en el egoísmo, y ahora estamos levantados por encima de nuestra vida mental ordinaria, que está atenuada. Este proceso debe ocurrir cada cierto tiempo, por ejemplo durante el sueño; entonces el cuerpo astral, junto con el "yo", se separa de los cuerpos físico y etérico y se une con el espíritu de la tierra. Desde esta región espiritual, el cuerpo astral imprime imágenes que promueven la salud en el cuerpo etérico. Este proceso es inconsciente, excepto en seres humanos altamente evolucionados.
Fue Platón quien dijo que detrás de todo lo que existe, están las ideas eternas. El clarividente ve lo espiritual en cada planta, cuya forma misma se construye a partir de tales imágenes espirituales. Estas ideas eternas, estas imágenes espirituales, los seres humanos son capaces de absorberlas y así, volverse creativos. Su efecto saludable actúa en toda la naturaleza. Estrictamente hablando, es solo un ser humano que se enferma; solo las personas llevan el espíritu a su ser interior y deben darle vida de nuevo. La sabiduría imaginativa traerá salud a la persona. Cuando el conocimiento es transformado en sabiduría, el espíritu crea la imaginación. La ciencia espiritual es tal sabiduría, y tiene la capacidad más que cualquier otra cosa de ser una fuerza curativa, especialmente en el sentido de prevenir enfermedades. Esto, ciertamente, no es fácil de probar. Sin embargo, a través de la ciencia espiritual, las fuerzas que dan vida fluyen en los seres humanos manteniéndolos jóvenes y fuertes.
La sabiduría hace que una persona sea abierta y receptiva porque es la base desde la cual crece el amor por todas las cosas. Predicar el amor es inútil. (Los terapeutas y los esenios eran sabios, también eran muy compasivos y afectuosos.) Cuando la sabiduría calienta el alma, fluye el amor; así podemos entender que haya personas que pueden sanar mediante la imposición de manos. La sabiduría vierte fuerzas de amor a través de sus miembros. Cristo fue el más sabio y, por lo tanto, también el mayor sanador.
A menos que el amor y la compasión se unan con la sabiduría, no puede obtenerse ayuda genuina. Si alguien que se encuentra en la calle con una pierna fracturada está rodeado de personas llenas de compasión, pero sin conocimiento, no pueden ayudar. El médico que viene con el conocimiento de cómo tratar con una pierna rota puede ayudar, ya que su sabiduría transforma su compasión en acción. Para toda la ayuda proporcionada por los seres humanos es básico el conocimiento, la comprensión y la capacidad.
Siempre estamos rodeados de sabiduría porque los seres sabios crearon el mundo. Cuando esta sabiduría haya alcanzado su clímax, se habrá convertido en un amor que lo abarcará todo. El amor fluirá hacia nosotros desde el mundo del futuro. El amor nace de la sabiduría, y el Ser Espiritual más sabio es el mayor sanador. De Cristo nació el Espíritu Santo, es decir, el Espíritu sanador.
El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919