GA190 Dornach, 12 de abril de 1919 - La etapa de los nibelungos es sustituida por la etapa civil centroeuropea, que se halla al final de su desarrollo

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RUDOLF STEINER

Impulsos pasados y futuros en la historia humana


Dornach, 12 de abril de 1919

DÉCIMA CONFERENCIA : 

La etapa de los nibelungos es sustituida por la etapa civil centroeuropea, que se halla al final de su desarrollo. Los príncipes territoriales centroeuropeos y sus partidarios viven el carácter del alma de los nibelungos en la etapa civil en estado de decadencia. Federico el Grande y Goethe. Enrique IV y Walther von der Vogelweide.(poeta austríaco 1170-1228) La interacción del elemento ahrimánico del industrialismo moderno en forma de tecnología y capitalismo, con los partidarios de los nibelungos, que habían caído en la decadencia, llevaron Europa Central a su caída. El cruce del umbral como paso por la puerta de la muerte.

Recordemos brevemente lo que intentamos aclarar ayer. Dijimos que la humanidad actual, en la medida en que puede considerarse como humanidad civilizada, está pasando por algo similar, que en el desarrollo individual del ser humano puede describirse como el cruce del umbral hacia el mundo suprasensible. Cuando se habla del desarrollo del ser humano individual, como lo he hecho en el libro "Cómo alcanzar el conocimiento de los mundos superiores" y en el escrito "El umbral del mundo espiritual", se suele referir al ascenso consciente a la vida suprasensible. Entonces, por cruzar el umbral, se entiende también un proceso completamente consciente, como acabamos de describir varias veces. Ayer decía que no hay que presionar los conceptos cuando uno se ve obligado a trasladarlos de un ámbito a otro. Por eso tengo que decir que lo que la humanidad en su conjunto está viviendo ahora es algo parecido a cruzar el umbral. Pues ya he indicado que podría ocurrir, sería muy posible, que la humanidad rechazara la ciencia espiritual. Entonces no tendría medios para saber que toda la humanidad estaba pasando por un proceso como el de cruzar el umbral. En general, en lo que debe considerarse como el cruce del umbral para toda la humanidad, tienen lugar procesos muy diferentes a los que tienen lugar en el ser humano individual cuando realiza conscientemente el paso al mundo suprasensible. Y ya indiqué ayer que lo esencial para toda la humanidad al cruzar el umbral, como debe suceder en el curso del quinto período postatlante, el período del desarrollo de la conciencia, consiste en esta división en las tres facultades del alma en una cierta independencia, que les es familiar en su esencia. El pensar, el sentir y la voluntad se mantienen para el conjunto de la humanidad -es decir, no hablo ahora para el ser humano individual, sino para la humanidad, en la medida en que esta humanidad se interrelaciona entre sí-, el pensar, el sentir y la voluntad no se mantienen para el conjunto de la humanidad tan caóticamente fusionados como lo están ahora. La vida espiritual de toda esta humanidad está estructurada de tal manera que siente su pensar, su sentir, su voluntad de manera más independiente que antes. Y por eso esta humanidad necesitará en el futuro la división en las tres áreas del organismo social, que hasta ahora no ha necesitado de esta manera. Así pues, cuando hablamos de esta triple división del organismo social en la actualidad, lo hacemos desde la conciencia de algo que, según las leyes espirituales del universo, está ocurriendo necesariamente con toda la humanidad.

Ahora bien, no debemos cometer el error de encontrar en los sucesos individuales que ocurren aquí o allá, lo omniabarcante, lo grandioso. Desde mediados del siglo XV sólo hemos vivido una pequeña parte de la etapa del desarrollo del alma consciente. Este período dura más de dos mil años. Esta etapa de desarrollo del alma-consciente durará, pues, mucho tiempo aún, y se manifestará en diversas etapas, a través de diversos acontecimientos, que, sin embargo, deben entenderse ya como este paso del umbral hacia lo suprasensible. Por ello, les pido que no cometan el error en su pensamiento de identificar la actual catástrofe mundial, (I guerra mundial), únicamente con aquello que comprende de lo que yo hablaba ayer. Sería un error si lo hicieran. Pero no es un error que traten de comprender los acontecimientos en los que viven, lo que ocurre a su alrededor, a partir de los grandes procesos que abarcan largas épocas. Porque sólo entonces se puede encontrar el camino en relación con los acontecimientos individuales, si se entienden de esta manera. Por lo tanto, discutamos hoy algo que pertenece, por así decirlo, a la sintomatología, a la identificación de los síntomas de este desarrollo del quinto período postatlante tras el cruce del Umbral.

El advenimiento de la época del desarrollo del alma consciente puede verse con especial claridad en la cultura centroeuropea. Este surgimiento de la cultura centroeuropea se prepara claramente desde los siglos X, XI, XII y XIII, y luego conduce a ciertos acontecimientos que discutiremos en un momento, y en Europa Central se ha desarrollado de tal manera que ha conducido, especialmente en el momento actual del desarrollo humano, a la catástrofe centroeuropea, y sencillamente ha de continuar haciéndolo.

Es cierto que esta Europa Central está realmente condenada a experimentar ciertas cosas, en primer lugar, más rápidamente y, en segundo lugar, también más enérgicamente, más característicamente que el resto de Europa. Se puede ver claramente cómo, hacia el siglo XV, la era del desarrollo del alma-consciente está amaneciendo en Europa Central. Y ahora podemos ver, a partir de los acontecimientos catastróficos de Europa Central en particular, qué camino tan difícil tiene que recorrer la humanidad en esta era del desarrollo del alma consciente, qué luchas tan difíciles, qué choques tan terribles hay que atravesar, para que la era del desarrollo del alma consciente pueda elevar los impulsos que yacen en ella a la superficie del desarrollo histórico.

Puede ser importante tener en cuenta el tiempo en torno al año 1200 para Europa Central. A partir de este tiempo se suele suponer, aproximadamente por supuesto, que la poesía nibelunga ha llegado a su fin, es decir, aquella poesía que muy a menudo se compara en relación con la población centroeuropea con lo que Homero fue para la vida griega. En la poesía de los Nibelungos, los destinos de los pueblos se expresan de forma pictórica e imaginativa, en una época muy anterior a la de la poesía de los Nibelungos. Y cualquiera que mire hoy la poesía nibelunga con una actitud honesta e interior, incluso lo que varios escritores posteriores, Wilhelm Jordan, Richard Wagner y otros, han hecho de la poesía nibelunga, debe decirse a sí mismo: la humanidad, el ser humano, que brilla en la poesía nibelunga, es básicamente apenas comprensible para la gente de hoy.  

La poesía de los Nibelungos se remonta a una época en la que Europa Central tenía, obviamente, un aspecto muy, muy diferente del que tenía después de principios del siglo XII. La poesía de los nibelungos remite a una época en la que el paisaje de Europa Central debía de tener un aspecto muy diferente y en la que, a partir del paisaje, se desarrollaron personajes humanos muy distintos a los posteriores. Si uno tiene un vívido sentido de la percepción, no puede evitar, me gustaría decir, "oler" en la poesía de los Nibelungos cómo el pueblo del que habla esta poesía vivía en extensiones de tierra estériles que estaban muy, muy cubiertas por densos bosques. En los poemas de los Nibelungos se expresa el carácter forestal y todo lo que se imprime a los pueblos por haber vivido en las tierras cubiertas de bosques. No podemos imaginar que el pueblo de los Nibelungos tuviera este aspecto, ni siquiera en las figuras del Cantar de los Nibelungos, donde el pueblo está muy humanizado, como el pueblo de la Alemania posterior, por ejemplo, tenía después del año 1200. Debemos imaginar que estas personas estaban dotadas interiormente de una vida anímica diferente a la de aquellas personas posteriores. Debemos imaginar que tenían un sentimiento mucho más instintivo, más elemental que la gente de tiempos posteriores. El rayo del cristianismo aún no había llegado a este pueblo de los nibelungos.  Pero queremos mirar menos el contenido de esta vida anímica que lo que es formal en la vida anímica de estas personas, cuál es la naturaleza de esta vida anímica. Es un más instintivo, si no se malinterpreta la palabra: un más salvaje, un más elemental, que brota del alma humana con una fuerza más primaria que la de después.

Desde aproximadamente el final de la época a la que apunta la poesía de los Nibelungos llega lo que podríamos llamar la era burguesa centroeuropea, la vida burguesa centroeuropea. ¿Cómo se ha desarrollado esto?  Se desarrolló de tal manera que los bosques fueron eliminados gradualmente en una amplia zona, y los prados y campos de maíz crecieron en vastas extensiones de Europa Central en zonas que antes estaban cubiertas de bosques casi impenetrables. Esto hizo surgir una humanidad diferente a la del último bosque. De ahí surgió básicamente la burguesía centroeuropea del primer período de desarrollo del alma consciente. Y en ningún lugar se pueden estudiar los rasgos característicos de esta burguesía europea con tanta fuerza como en esta Europa Central, por la razón de que en esta Europa Central hasta el momento -quiero decir de forma trágica- los destinos de esta burguesía ya se han completado, porque en nuestros días están llegando a una cierta conclusión, porque en la Europa Central de hoy esta burguesía está básicamente al final de su desarrollo, porque esta burguesía precisamente en Europa Central, según sus propias disposiciones características, ha pasado por algo debido a su naturaleza. A través de la catástrofe mundial y de lo que ahora sigue, seguirá pasando por algo muy diferente al resto de la burguesía europea. Esta pasará primero por ciertas fases de desarrollo que, en el caso de la burguesía centroeuropea, apuntan ya claramente a la catástrofe final. Así, en esta burguesía centroeuropea tenemos ya una especie de destino cumplido: el surgimiento en la época en que vastas extensiones de bosque en la Alemania posterior se transforman de zonas forestales en praderas y campos, y luego el desarrollo desde el siglo XIII hasta el XX y el terrible y trágico choque en el siglo XX.

Este fenómeno, que tiene una cierta unidad en Europa Central, no puede ser estudiado en su sintomatología en ningún otro lugar que no sea precisamente en esta Europa Central. Y quien desee seriamente captar los grandes impulsos del desarrollo humano no debe ser demasiado cobarde para dirigir su atención a la característica, a los síntomas significativos que se expresan de tal manera. Pues todo lo demás en Europa sólo puede entenderse si esta serie circular de destinos se contempla desde el punto de vista superior de la ciencia espiritual.

Pero al principio sólo se habla sesgadamente de una corriente cultural cuando se dice: Con el siglo XIII, la posterior burguesía centroeuropea surge del hombre nibelungo y se convierte en la portadora de esta cultura centroeuropea,. Se habla de forma sesgada. Es cierto, sin embargo, y dentro de este límite es correcto, pero sólo porque dentro de este límite, unilateralmente se extiende, especialmente sobre las ciudades centroeuropeas, el estado de ánimo que puede significar esta burguesía centroeuropea, que la cultura centroeuropea se desarrolla a partir de esta burguesía. Eso es completamente cierto desde un punto de vista. Pero no es toda la verdad, es sólo una parte, un eslabón de los fenómenos que se han desarrollado en esta Europa Central, que en muchas cosas que se han desarrollado con ella, ahora se está marchitando. La otra parte es que ha quedado algo del antiguo bosque y de los nibelungos, de esos personajes que han vivido en sus almas la vejez de la que informan los nibelungos. El pueblo que, si se me permite decirlo, se convirtió en la burguesía centroeuropea bajo el sol de los campos de maíz y los prados, no fue el único que se desarrolló desde el año 1200 hasta el siglo XX. Había otras poblaciones que habían conservado algo de la antigua naturaleza interior del alma y de la primitividad del alma de los nibelungos.

Pero cuando se considera tal fenómeno, no hay que olvidar que el avance del tiempo significa algo para el desarrollo de la humanidad, que es una realidad dentro del desarrollo de la humanidad, y que alguien que conserva lo que en realidad pertenece a una época anterior de la cultura del alma no permanece en el mismo estado de ánimo que tenía esta antigua cultura del alma, sino que entra en la decadencia, desciende, entra en una dirección de decadencia, se vuelve ajeno a lo que corresponde a la época. Desarrolla en un tiempo posterior lo que debería haber desarrollado en un tiempo anterior, y por tanto no desarrolla lo que desarrolla en un tiempo posterior como lo habría desarrollado en un tiempo anterior, sino que lo desarrolla patológicamente en un tiempo posterior. Lo desarrolla con los signos característicos de la decadencia, de la desintegración. Por lo tanto, por un lado vemos el desarrollo de la moderna burguesía centroeuropea, me gustaría decir el producto más alto de los campos de maíz y los prados que han surgido de los bosques, y por otro lado vemos, en medio de estos burgueses de Europa Central, a personas que han conservado la vieja vida anímica del período nibelungo, que sólo han absorbido exteriormente la nueva era, incluso el cristianismo, y que por lo tanto presentan este viejo carácter anímico interno nibelungo en un estado decadente del ser. 

Las personas que revivieron este carácter nibelungo en su forma decadente, eran los príncipes territoriales medievales y sus seguidores, decenas de los cuales han caído ahora de sus tronos. A esta descendencia medieval pertenece en primer lugar todo lo que era el contenido humano de la Casa de Habsburgo, pero también los otros príncipes territoriales de Europa Central. Nadie que no sepa captar también este trasfondo de los acontecimientos, entiende lo que está ocurriendo trágicamente ahora, y que durante siglos la parte más avanzada de la población centroeuropea ha sido gobernada y administrada por aquella parte que, en su forma decadente, conservaba el carácter anímico del antiguo pueblo indómito de los nibelungos.

En efecto, existía un tremendo contraste entre la propia estructura anímica de las personas que podrían llamarse los rezagados de la burguesía centroeuropea y los que se sentaban en los tronos reales o principescos, y todos los que, apegados a estos tronos, rodeaban a las personas de estos tronos. El alma de un rey de Baviera o de un duque de Brunswick y la de un hombre alemán medio que ha recibido una educación alemana media, son dos potencias espirituales muy diferentes entre sí. Han vivido codo con codo en siglos como dos razas alienígenas, quizás incluso con mayores diferenciaciones que dos razas extranjeras. 

Hay que tener el valor de enfrentarse a un hecho histórico tan soterrado. Porque lo que más afecta al destino y al desarrollo humano no se basa en los acontecimientos externos registrados en la historia convencional. Ahora bien, hemos de tener en cuenta que el resto de la burguesía europea no se vio afectada por esta suerte de situarse entre un número de personas que han conservado en su vida anímica una época anterior, sino precisamente la burguesía centroeuropea. Tomemos, por ejemplo, para entender aún mejor lo que se quiere decir, a las personas que salieron de esta burguesía centroeuropea, pero que habían emigrado antes, y que después constituirían la población anglófona. Ellos no se involucraron, si se me permite decirlo, en el desarrollo que había tenido lugar en Europa Central, se llevaron lo que había ocurrido en los antiguos tiempos dentro de la burguesía europea centroeuropea, no tuvieron que desgastarse en la lucha con los nibelungos que se habían quedado atrás.

De ahí viene lo que ya he dicho en otra conexión, que en la población de habla inglesa, por ejemplo, hay ciertos instintos para el desarrollo del alma consciente que no existen en absoluto en Europa Central, ciertos instintos sobre todo para la vida política, mientras que la humanidad de Europa Central tenía que permanecer apolítica, apoltronada, no tenía ninguna disposición a participar en una vida política de ninguna manera, porque estaban dominados por personas que habían conservado en su disposición anímica una etapa anterior.

Qué magníficamente vívido resulta lo que acabo de describir cuando miramos retrospectivamente a finales del siglo XVIII, a la segunda mitad del siglo XVIII, y observamos el florecimiento de la burguesía centroeuropea, su florecimiento intelectual. Basta con mencionar a Klopstock, Lessing, Herder, Schiller, Goethe y muchos otros, y tendríamos este florecimiento de lo que germinó de la antigua época de los nibelungos alrededor del año 1200. Y en la misma época, en contraste con estas personas que representan este florecimiento, cuya más alta culminación se encuentra en Goethe y el goetheanismo, se encuentra la peor conservación de la naturaleza salvaje de los nibelungos en plena decadencia bajo Federico el Grande. Busquen ustedes los contrastes de la humanidad donde quieran: en perspectiva, ¡no hay por otra parte contrastes tan trágicos como Goethe al lado de Federico el Grande!  Todo lo que puede decirse de la historia posterior es que la irreflexión más extrema, la indiferencia más terrible hacia los intereses espirituales se produjo en el siglo XIX y tuvo que continuar en el siglo XX para que no se notara prácticamente nada del goetheanismo, de esta mayor pulsación espiritual que impactó en la humanidad durante su siglo. 

Porque la cultura general apenas ha tenido en cuenta nada del goetheanismo. Esto incluye toda la irreflexión, toda la falsedad interior de esta cultura del siglo XIX y principios del XX, para encontrar los impulsos de Federico el Grande característicos de la época más reciente, la época de Federico el Grande. No se puede decir nada más inexacto sobre Federico el Grande que lo que se ha dicho de él en los relatos históricos más comunes. Sobre esta base hay que ver los acontecimientos más recientes, pero no sólo los de carácter local, sino los que tienen un impacto profundo, en la vida internacional, acontecimientos, sin embargo, que han sido completamente ignorados por la humanidad hasta el día de hoy. ¿Hay algo más tragicómico que el hecho de que personas alejadas de todo lo que se desarrolló en Weimar se unan ahora en Weimar en la farsa de la actual Asamblea Nacional? No se puede concebir nada más disparatado que la composición de esta asamblea en Weimar, ¡no se puede!. 

A esto me refería antes cuando hablaba de un desarrollo más rápido y enérgico. Hoy me vienen a la mente varias conversaciones que mantuve con todo tipo de personas que se entusiasmaron con el germanismo en los años ochenta del siglo XIX, por ejemplo con el hombre que más tarde escribió la historia de la Austria moderna, con Heinrich Friedjungt, a quien mencioné hace poco en otro contexto en la conferencia en el Bernoullianum, y cuya extraña acción encontrarán mencionada en una de mis conferencias, que también están impresas en los ciclos. En aquella época se decía que Europa Central había alcanzado un punto álgido en el desarrollo espiritual de la humanidad en la época de Lessing, Herder, Goethe, Schiller y los que pertenecen a ellos. Friedjungt y otros que estaban en la sociedad en ese momento dijeron algo así como: "Ahora debe continuar, debe ir más arriba.  - Hoy recuerdo muy bien cómo dije: No, esto es el clímax, a partir de ahora va hacia abajo; con esta época el ser centroeuropeo ha hecho aflorar a la superficie del desarrollo humano la subjetividad que tenía en sí mismo. Este es el fenómeno característico de Europa Central. - Por supuesto, en aquella época esto estaba muy, muy resentido, quizás incluso se consideraba un sinsentido. Puedo entender que mucho de lo que yo tengo que decir y he tenido que decir toda mi vida, sea considerado como una tontería por mis contemporáneos. Pero es un fenómeno característico que lo que comenzó alrededor del año 1200 haya seguido su curso en la enorme cultura de culminación de Herder, Lessing, Goethe y Schiller, que esta cultura de culminación está ahí, pero no puede ser entendida dentro de la vida nacional de Europa Central, sino que sólo será entendida por una vida cientifico-espiritual que ya no quiere ser nacional -como siempre he subrayado- sino hipernacional, internacional, como debería ser cultivada honestamente en nuestras ciencias espirituales frente a todo el chovinismo nacional de la época actual. Este será el fenómeno característico, que sólo a partir de esta vida cultural cientifico-espiritual se puede percibir y vivir la verdadera sustancia de lo que surgió en el cambio del siglo XVIII al XIX. 

Podemos mirar un poco retrospectivamente si queremos considerar un cierto matiz de esta vida cultural centroeuropea. Para los que saben tomar la historia sintomáticamente, sintomatológicamente, sigue siendo un hecho muy extraño, que apunta profundamente a los secretos históricos, que en 1077, es decir, relativamente mucho antes del comienzo de la nueva era de la conciencia, un representante del viejo salvajismo del alma de los nibelungos, como lo fueron los emperadores salios, o también los emperadores sajones, aquel Enrique IV entonces en Canossa en 1077 tuvo que hacer su terrible penitencia ante el monje de Cluny que se había convertido en el gran Papa, o al menos en un seguidor del monacato de Cluny. Para el gran Papa Gregorio, que puso a Enrique IV bajo prohibición eclesiástica y lo obligó a ir a Canossa, estaba completamente bajo la influencia de los cluniacenses, esa corriente eclesiástica de la época que pretendía elevar a la Iglesia a un poder superior, a un imperio superior en Europa. Y todo el salvajismo del antiguo carácter Nibelungo se expresó en Enrique IV, el Salio, en toda su relación con el Papa Gregorio.

Y de nuevo, surgió algo más, algo que luego experimentó una cierta continuación. Se hizo evidente que Europa Central simplemente no podía evitar entrar en conflicto con lo que se había convertido en pseudocristianismo en las desviaciones a través del romanismo, lo que se había convertido en un imperio cristiano a partir del impulso cristiano original. El viejo salvajismo nibelungo aún había saldado cuentas con el Imperium Romanum, pero había sido derrotado en cierto modo. Luego fue sustituida por esa corriente que ya les he descrito, que entonces se elevó por encima de los bosques de Europa Central que se habían transformado en campos de maíz y praderas. Básicamente, esta continuación, aunque transformada, del antiguo nibelunguismo no estaba en absoluto predispuesta a asumir directamente los impulsos del Imperium Romanum. De hecho, estaba en una lucha continua contra el cristianismo politizado, contra el cristianismo politizado desde Roma.  Y mientras, por un lado, aportaba lo que había en su propio ser para desarrollarse, por otro lado se veía agazapado, dominado, administrado por aquellos que, de la manera descrita anteriormente, habían conservado y llevado a la decadencia el antiguo salvajismo del alma nibelunga.

Para entender estas cosas, vuelvo a decir, hay que tener claro en la ciencia espiritual que si algo que fue grande para un tiempo anterior se conserva, luego está enfermo en un tiempo posterior y cae en la decadencia. Esta es la característica del contraste que existe entre todo lo que surgió a principios del siglo XIII tras la tala de los antiguos bosques, que empezó a resonar desde la tierra hasta el cielo con los cantos de Walther von der Vogelweide, y lo que entró en el goetheanismo. Esta es la parte que es apolítica, que pasa por un ciclo de su propio desarrollo y que, a través de su propia estructura, sin reconocer toda la extensión de este hecho, tiene a su lado a los carácteres nibelungos decadentes en el trono y con los sombreros principescos.

En estas condiciones y circunstancias, llegó a Europa Central el siglo XIX, especialmente en su segunda mitad, y el siglo XX.  Y con este siglo XIX, con este siglo XX, esta Europa Central se encontró de una manera diferente con lo que ahora debe ser descrito tan a menudo como el presente de Europa, aparte de Rusia en esta forma de ver las cosas. Precisamente en lo que ahora debe discutirse con tanta frecuencia, hay que hablar del desarrollo industrial moderno, de la era de las máquinas, de la llegada del capitalismo. Se trata de fenómenos internacionales. Cuando se habla de la técnica emergente, de la era de las máquinas, de la era industrial, del capitalismo, se habla de impulsos internacionales. Pero estos impulsos internacionales, no afectaron de la misma manera a todas las partes.

A uno le gustaría tanto ver una descripción imparcial, sin los espantosos prejuicios escolares que se han abierto paso en la historia convencional en todos los campos, de lo que se ha desarrollado en Europa Central desde el día en que Walther von der Vogelweide cantó hasta esos días en que Goethe hablaba de las cosas más altas de la humanidad, que ya no entendía nada de las palabras de Goethe. A uno le gustaría ver una descripción imparcial de lo que hay en estos años de desarrollo. Uno quisiera que esto se describiera completamente de acuerdo con la verdad. Porque entonces la falsedad tendrá que ser erradicada incluso allí donde se ha introducido de forma tan tremendamente elemental en los corazones y en las almas de los hombres, tanto que incluso lo más verdadero debe convertirse en falso. Lo que habrá que erradicar de la historia verdadera es la falsedad a la que se vio obligado incluso Goethe cuando habló de Federico el Grande, simplemente porque el poder de lo que prevalecía como prejuicio general era tan fuerte que el hombre más verdadero no pudo evitar unirse a la conversación con los demás.

La verdad exige algo muy diferente a ninguna fe ciega en la autoridad o similar. Por eso la verdad es una individualidad tan rechazada en el desarrollo de la humanidad, una entidad tan rechazada.  De ahí que la falsedad sea la causante de tanta tragedia en la evolución humana. Si se describiera con veracidad, sin prejuicios, lo que hay en el desarrollo desde aquella época en la que Walther von der Vogelweide cantaba sus canciones hasta el tesoro aún no realizado de la vida espiritual del que habló Goethe al mundo que no lo entiende, habría que hablar y se podría hablar de una revelación muy especial de los tiempos modernos. Pero se vería uno impulsado a llamar la atención sobre el hecho de que, hasta cierto punto, algo se estaba desarrollando anónimamente para la humanidad general de la tierra, algo estaba sucediendo. Y lo que no era anónimo, lo que se consideraba historia del mundo, era el desarrollo luciférico del antiguo salvajismo nibelungo.

Así, desde el año 1200 hasta el siglo XX, lo que surgió como el desarrollo natural de Europa Central se opuso a un luciferismo que era el salvajismo rezagado de los nibelungos, desplegado como una vida anímica en los tiempos modernos. Si consideramos esto, cuyo punto de partida podemos buscar alrededor del año 1200, y si lo contrastamos con el elemento luciférico de los príncipes territoriales, entonces entenderemos qué interacción especial resultó cuando el elemento ahrimánico del industrialismo moderno surgió con la tecnología y el capitalismo, y en la última fase de Europa Central, que ahora se acercaba a su declive, se produjo la terrible conexión ahrimánico-luciférica; especialmente en la última década del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX. En particular, en la última década del siglo XIX y en las primeras del siglo XX, se produjo esa interacción entre el industrialismo y el viejo principado territorial, el antiguo junkerismo y los antiguos seguidores del salvajismo nibelungo que habían caído en decadencia. <Esto es lo que llevó a Europa Central a su perdición: el matrimonio entre el industrialismo y el principado territorial, los administradores políticos de Europa Central. Esto es lo que impidió el desarrollo de una verdadera misión centroeuropea y alemana, como se pedía en mi "Llamada": El matrimonio ahrimánico-luciférico entre el industrialismo emergente, que se ha apoderado de otras zonas del mundo de forma diferente a la zona en la que dominaba el antiguo salvajismo nibelungo en el principado territorial de Europa Central. Y si algún día se quiere describir con franqueza y libertad qué terribles síntomas de una decadencia trágica e histórica mundial estuvieron presentes de 1914 a 1919, y lo estarán más adelante, especialmente en Europa Central, entonces habrá que describir la interacción cruelmente espantosa de la antigua nobleza degenerada de los nibelungos con la humanidad industrial emergente de Europa Central, que justifica su posición histórico-mundial sin pretensiones espirituales internas. Los tipos que surgieron en Europa Central en estos años desde estos dos círculos fueron las personas que, con infinita arrogancia y por una práctica imaginaria, pisotearon durante años todo lo que de alguna manera quería trabajar por un renacimiento de aquello que empezó a cantar con Walther von der Vogelweide y que encontró su conclusión con el goetheanismo. Que el mundo exterior haya inventado el latiguillo "militarismo" para describir este fenómeno mucho más profundo de forma inexacta, precisa, exacta, no es sorprendente, ya que el mundo fuera de Europa Central no es mucho más profundo que el mundo centroeuropeo, realmente no. La comprensión del ser centroeuropeo no se encuentra en ningún otro lugar, aunque hay que decir que lo que se ha desarrollado en esta Europa central hasta el goetheanismo, después de la época de Goethe, ha retrocedido a pasos agigantados. 

Cuando se habla de cruzar el umbral hacia lo suprasensible, hay que recordar siempre lo que se sabía en la antigüedad, cuando se sabía mucho por la clarividencia atávica, sobre lo que le ocurre al alma humana cuando cruza el umbral hacia lo suprasensible, a saber: el paso por la puerta de la muerte. En toda la humanidad están ocurriendo muchas cosas que ya se anuncian en lo anímico-espiritual hoy como un paso por la puerta de la muerte. Y muchas cosas, vuelvo a decir, no deben ser consideradas de tal manera que uno identifique inmediatamente los fenómenos individuales con los grandes impulsos revolucionarios del desarrollo de la historia mundial. Pero hay que ser capaz de sacar a la luz lo que sucede en el entorno individual, que nos pueda dar iluminación científico-espiritual para los grandes impulsos cambiantes de la época. En efecto, en Europa Central han sucedido cosas extrañas. ¡Fenómenos característicos! Lo que a menudo les he descrito como la expresión de la realidad de la vida anímica a través del lenguaje también puede rastrearse en esta vida intelectual centroeuropea de finales del siglo XIX y del XX. El matiz industrial-técnico-capitalista que poco a poco se apoderó de la cultura dominante de Europa Central, que intervino en todas partes, hizo olvidar por completo la prehistoria hasta el siglo XII. Los alemanes de finales del siglo XIX y principios del XX no sabían realmente cómo y por qué eran alemanes. No lo sabían, de hecho no tenían ni idea. Los acontecimientos del pasado fueron absorbidos en un verdadero sueño anímico. Pues nada había penetrado en la conciencia de las llamadas clases cultas, que poco a poco rompían con lo que había encontrado su conclusión en el goetheanismo, de la verdadera sustancia espiritual que había surgido allí. Y así podía ocurrir -y tales fenómenos podían multiplicarse por cien, por mil- que la gente elemental, por ejemplo, tuviera tendencia a aceptar la glorificación de la prehistoria heroica alemana por parte de un susurrador de palabras como Ernst von Wildenbruch como un drama serio o una poesía seria. Ni siquiera se sabe lo que Ernst von Wildenbruch puso en los dramas sobre cualquier emperador, rey y demás, príncipes del pasado. Siempre los acontecimientos familiares más insignificantes, ¡nunca los impulsos histórico-mundiales! En sus dramas, uno tiene la sensación: Las palabras suenan a chapa, más fuerte que la chapa. Pero hemos llegado tan lejos en la era del industrialismo, que debió tener un efecto devastador en un pueblo tan originalmente inclinado a la espiritualidad como el alemán, que el sonido de las campanas de Ernst von Wildenbruch se percibía como verdadera poesía. ¡Sí, más! Hemos llegado tan lejos que las personas que han surgido del sentimiento clásico, del sentimiento que adquirieron en los tiempos clásicos, que han pasado por una captación espiritual realmente fina del sentimiento artístico más reciente, que han logrado una captación espiritual fina de su fase en el desarrollo de la humanidad, como Herman Grimm - como ustedes saben, una personalidad a la que más admiro entre las personalidades más recientes - que tal personalidad, como Herman Grimm, se para con admiración, con profunda admiración ante la verborrea sin alma de Ernst von Wildenbruch, y la compara con los logros de los más grandes poetas de la historia del mundo. Así de lejos se ha alejado la humanidad moderna de lo que es la captación interior de la verdadera realidad.

Esto debe ser anotado si queremos describir la época en la que vivimos, y no debe quedar sin énfasis ni definición si queremos entender lo que significa que nuestro tiempo está pasando, en cierto sentido, por una muerte espiritual para llegar a una etapa superior de desarrollo humano.

Traducido por J.Luelmo Jul.2022


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El objetivo de este blog es publicar en Internet todo el material fuente existente para las transcripciones de las conferencias de Rudolf Steiner de la forma más completa posible, para que este gran tesoro esté disponible para toda la humanidad. Se trata de notas de oyentes, transcripciones de conferencias y, en su mayor parte, transcripciones en texto plano de conferencias estenografiadas, también conocidas como transcripciones en texto plano. De este modo, cualquiera puede comprobar por sí mismo, mediante comparaciones, qué dijo realmente Rudolf Steiner y cómo fue editado (y, por tanto, modificado) en las distintas ediciones. Y por último, pero no menos importante, también encontrarán mucho material inédito. La obra de Rudolf Steiner es de dominio público desde 1996 y, por tanto, pertenece legalmente a toda la humanidad. Él mismo habría elegido una fecha mucho más temprana para la publicación de su obra, como se desprende de los pasajes sobre propiedad intelectual que citamos a continuación; Incluso el período de protección de 30 años que se aplicaba entonces le parecía demasiado largo. ¿Y qué habría dicho sobre el hecho de que 85 años después de su muerte, parte de su obra docente siga inédita y acumulando polvo en los archivos? Él mismo encontró una expresión adecuada para esto: Fue puesto en un ataúd. Este sitio web está destinado a ayudar a liberarlo de este ataúd. "Lo que el hombre puede crear a partir de sus capacidades intelectuales se lo debe a la sociedad humana, al orden social humano. En realidad, no le pertenece. ¿Por qué gestionamos nuestra propiedad intelectual? Simplemente porque la produces; al producirla, demuestras que tienes la capacidad de hacerlo mejor que los demás. Mientras tengas esa capacidad mejor que los demás, gestionarás mejor esa propiedad intelectual al servicio del conjunto. Ahora la gente se ha dado cuenta al menos de que esta propiedad intelectual no se perpetúa sin fin. Treinta años después de la muerte, la propiedad intelectual pertenece a toda la humanidad. Cualquiera puede imprimir lo que yo he producido treinta años después de mi muerte. Puede utilizarlo como quiera; y eso está bien. Incluso estaría de acuerdo si hubiera más derechos en este ámbito. No hay otra justificación para la gestión de la propiedad intelectual que el hecho de que, porque se puede producir, también se tienen las mejores capacidades [...] Será una forma sana de socializar el capital si hacemos fluir en el organismo social lo que hoy se acumula como capital en el derecho de sucesiones, en el surgimiento de las pensiones, del derecho de las manos ociosas, de los derechos humanos superfluos, lo que así se acumula en capital; eso es lo que importa. Ni siquiera hace falta decir que la propiedad privada debe convertirse en propiedad social. El concepto de propiedad no tendrá ningún significado". Rudolf Steiner el 25 de abril de 1919