Los destinos individuales y nacionales
Nacionalidad
y nacionalismo
a la luz de la ciencia espiritual.
Segunda
conferencia
31
de octubre de 1914
Más que en otras ocasiones, durante
estos días y semanas de tan graves acontecimientos, debe reafirmarse
en nuestras almas, el firme propósito de nuestros esfuerzos
espirituales, una gravedad que nos permite concienciarnos, de cómo
la razón de ser en nuestro movimiento espiritual, tiene que ver con
todo lo que es verdaderamente humano. Nuestra aspiración se dirige
no tan solo a la existencia humana, por cuanto una existencia
limitada al cuerpo físico humano, es transitoria. Estamos hablando
de leyes, de fuerzas en el alma y en el espíritu, que se dirigen
directamente al yo superior en el hombre, un yo superior que es mayor
que el yo que puede marchitarse con el cuerpo y su existencia. Con
frecuencia hemos hablado de "maya" cuando nos referimos a
las apariencias externas, y a menudo se ha puesto énfasis en que las
apariencias externas, los procesos de la vida física, se convierten
en maya porque el hombre no los penetra adecuadamente con su mente,
con sus facultades perceptivas. Por lo tanto, no siente, no percibe,
lo que es realmente significativo; La verdadera esencia de las cosas
perceptibles a los sentidos externos. El hombre usa sus facultades
perceptivas para trazar un velo, un tejido ilusorio, sobre los
acontecimientos del mundo físico. Esto los convierte en maya.
Hay una gran verdad en particular que debemos tener presente, en estos días de búsqueda de amor y de comprensión, una comprensión amorosa de lo que está sucediendo a nuestro alrededor: una visión que, fundamentalmente hablando, está en el centro de todo lo que buscamos en la ciencia espiritual. En nuestros días, esto debe tenerse presente en nuestras almas con toda la gravedad y el peso moral que le son propias. Es la constatación, y esto se ha convertido en el hecho más simple y más elemental de nuestra vida espiritual, de las vidas repetidas en la tierra. El hecho de que en el transcurso del tiempo nuestras almas progresan de un cuerpo a otro. Por un lado, la parte del hombre que es eterna prosigue en cada nuevo cuerpo, a través de las sucesivas encarnaciones del hombre en la tierra. Por otro lado, está la parte que tiene que ver con la existencia humana en un cuerpo físico, la parte presente en el plano físico que proporciona la configuración. La formación, el sello particular de la existencia humana en un cuerpo físico externo.
El hecho concreto que proporciona el sello exterior, determinando, como si dijéramos, el carácter de una persona en cuanto que vive en un cuerpo físico en el plano físico, es lo que colectivamente puede denominarse nacionalidad. Esto es algo que nunca debemos olvidar, especialmente hoy día. Si dirigimos la mirada del alma hacia el yo superior del hombre, el concepto de nacionalidad pierde importancia. Porque cuando pasamos por la puerta de la muerte, todo lo que abarca el término "nacionalidad" está entre las cosas que dejamos. Y si lo hacemos con la seriedad que requiere, como creemos que deberían ser las personas con fines espirituales, es apropiado recordar que al pasar por sucesivas encarnaciones, el ser humano no pertenece a una sino a varias nacionalidades diferentes. La parte de él que lo vincula con una nacionalidad particular se encuentra entre las cosas que se dejan en la tierra, en el momento en que pasamos por la puerta de la muerte.
Las verdades que pertenecen al reino de lo eterno no tienen que ser fácilmente entendidas. De hecho, pueden ser verdades que a veces van en contra de nuestros sentimientos, verdades que alcanzamos con dificultad, y mas particularmente en tiempos difíciles, y también nos resulta difícil de alcanzar y retener con toda su fuerza y claridad en tiempos difíciles como estos. Un verdadero antropósofo debe hacer esto, y de esta manera exactamente, será cómo llegará a una verdadera comprensión del mundo físico que le rodea. Los elementos básicos para tal comprensión ya se han presentado en nuestro trabajo antroposófico. Encontrarán que el ciclo de conferencias sobre las almas nacionales en cierto sentido contiene todo lo necesario para comprender la forma en que los seres humanos, por el hecho de estar en el reino eterno, están conectados con sus nacionalidades. Esas conferencias se dieron, por supuesto, en tiempos de paz cuando las almas están más dispuesta y preparadas para aceptar verdades objetivas y sin adornos. Tal vez hoy sea difícil tomar estas verdades tan objetivamente como se tomaron en aquellos días. Sin embargo, esta es la manera en que podemos preparar nuestras almas para desarrollar la fuerza que necesitan hoy, si hoy somos capaces de tomar estas verdades objetivamente.
Representémonos la imagen de un combatiente atravesando la puerta de la muerte en el campo de batalla. Necesitamos entender que pasar por la puerta de la muerte de esta manera, es algo muy especial. Necesitamos entender que está entrando en un mundo, al que la ciencia espiritual, busca con cada fibra de su ser para que pueda aportar claridad incluso a la vida física. Recordemos que la muerte significa la entrada a ese mundo espiritual y que no es posible llevar otros impulsos de la vida directamente a ese mundo, ya que no darían fruto. Los únicos impulsos de vida que podemos llevar son aquellos que animan los esfuerzos de nuestros corazones y mentes, y que en definitiva, persiguen unir a todos los pueblos de la tierra en la fraternidad. A la luz de la antroposofía, por lo tanto, puede verse de una manera nueva un simple dicho popular que dice "La muerte es el gran nivelador". Nos hace a todos iguales - franceses. Ingleses, alemanes y rusos. En el fondo eso es cierto. Teniendo esto en cuenta en relación con lo que está sucediendo a nuestro alrededor en el plano físico de hoy, realmente nos daremos cuenta de la base sólida que nos permite superar a Maya en este campo y observar los eventos en su significado esencial.
Esto
hay que verlo en relación con los sentimientos de antipatía y odio,
que llenan los corazones de los pueblos de Europa en la actualidad.
Considerándolo en relación con todas las cosas que los pueblos de
las diferentes regiones del suelo europeo sienten sobre los demás,
expresándolo en palabras habladas y escritas. Y recapacitemos
también mentalmente toda la antipatía que llega a su plena
realización en nuestro tiempo.
¿Cómo
debemos ver estas cosas verdaderamente? ¿Dónde encontraremos
(dentro de este ámbito), algo que nos lleve más allá de la Maya,
de la gran ilusión? Debido al enfoque que considera como algo
abstracto, todo lo que generalmente es humano, en la tierra, no
llegaremos a conocernos. Nos conoceremos mejor adoptando una postura,
en la que podamos entender realmente las cualidades peculiares de los
pueblos que se extienden por toda la Tierra, entenderlos en términos
concretos, por lo que son en particular. En esta vida no conocemos a
una persona, simplemente diciendo: Es un ser humano como yo y debe
tener las mismas cualidades que yo. Al contrario, debemos olvidarnos
de nosotros mismos y considerar realmente las cualidades de la otra
persona.
En
el ciclo de conferencias sobre las almas de los pueblos, mostré cómo
se distribuyen entre las naciones de Europa, los diferentes aspectos
del alma dentro de nosotros, el alma sensible, el alma intelectual o
racional, el alma espiritual, el ego y el yo espiritual, y Cómo cada
nación representa fundamentalmente un aspecto unilateral. También
dije que las diferentes nacionalidades tendrán que trabajar
conjuntamente, para convertirse en el alma de Europa en su conjunto,
de la misma manera que en nuestra propia alma, necesita que trabajen
juntos los diferentes aspectos de que está compuesta. Al observar
las penínsulas italiana e ibérica, encontramos que el elemento
nacional se expresa en el alma sensible. En Francia, llega a
expresarse como alma racional. Respecto a las Islas Británicas,
vemos que se expresa como un alma espiritual. En Europa central el
elemento nacional se expresa como yo. Cuando finalmente miramos hacia
el este de Europa, esa es la región en la que emerge completamente
como yo espiritual, aunque como veremos más adelante, no es la forma
correcta de expresarlo. Lo que allí se expresa es algo que reside en
el carácter nacional. Pero lo que es eterno en el hombre, va más
allá de lo que es nacional y esto es lo que los seres humanos tratan
de buscar al adentrarse más profundamente en el espíritu. Comparado
con esto, el elemento nacional es una mera prenda, una envoltura
exterior, y cuanta más información pueda obtener una persona sobre
esto, más alto se elevará. Puesto que el hombre vive en el mundo
físico, vive a su vez revestido del ropaje nacional y esto le da a
su cuerpo su configuración y, fundamentalmente, también proporciona
la configuración para ciertas cualidades, ciertos rasgos
característicos.
Hoy
vemos a los miembros de las diferentes nacionalidades, enfrentándose
unos a otros con disgusto y hasta con odio. No estoy hablando en este
momento sobre lo que está sucediendo en el frente de combate. Me
refiero a lo que está pasando con los sentimientos, las pasiones, de
las almas humanas. Se trata de almas que necesitan prepararse para
ser recibidas en un mundo espiritual, a través del cual tendrán
ahora que pasar entre la muerte y su próximo nacimiento, un mundo
que las guiará hacia una encarnación, donde pertenecerá a una
nacionalidad muy diferente de la que está abandonando. Este es un
hecho que muestra a las claras, de la mejor y más poderosa manera,
cómo el hombre ofrece resistencia al yo superior que está dentro de
él. Pongamos que hoy, algún verdadero "nacionalista"
alguien con sentimientos nacionales que dirija su antipatía muy
particularmente contra miembros de otra nación y, de hecho, puede
despotricar contra esa otra nación desde su propio país. ¿Cuál es
el significado de tal rabia y de tal antipatía? Es el significado de
una premonición: ¡Mi próxima encarnación será en esa
nacionalidad! El yo superior ya ha establecido a nivel subconsciente
vínculos con la otra nacionalidad. Esa parte de nosotros que está
en el plano físico, opone resistencia a este yo superior. Es el
hombre quien se enfurece contra su propio yo superior. Allá donde
con mas rabia se despotrique, donde el odio que se sienta contra
otras nacionalidades sea mayor y donde se digan las mayores mentiras,
pero, para alguien que ve las cosas no como Maya, sino que
verdaderamente puede percibir la verdadera razón, según la cual,
muchos miembros de la nación que más se enoje, que más cruel sea
en sus actitudes y la que más mienta, tendrá que adoptar en su
próxima encarnación esa otra nacionalidad.
Esa
es la plena gravedad de lo que enseñamos, la grandeza moral que
subyace detrás. Hay mucho en el hombre, que se resiste antes que
reconocer a su yo superior, la parte de su ser que es eterna. Esto es
lo que hace que sea tan tremendamente difícil hablar objetivamente
en el tiempo presente. Ciertamente es un fenómeno extraño el hecho
de que antes que comenzara esta guerra (primera guerra mundial
1914-1918), nos llegaban comentarios infinitamente positivos desde
Inglaterra, que apreciaban el carácter alemán, la competencia
alemana y, en particular, la vida intelectual en Alemania. Intenté
dar ejemplos de esto en mi última conferencia pública. Es posible
dar muchos más ejemplos, y los daremos. ¿Qué estaba pasando allí?
Desde
el punto de vista oculto, allí había un sentimiento instintivo, de
que se estaba luchando por un elemento en Europa Central, que tenía
que ver con rejuvenecer la búsqueda de lo espiritual, preparándose
para lo espiritual, algo hacia lo que toda Europa se volcará un día.
Esto es algo de lo que en tiempos pasados las personas eran
conscientes instintivamente. Se tenía el deseo de entender lo que
estaba pasando en Europa Central. Sin embargo, puesto que estamos tan
ligados al elemento nacional, solo podremos establecer una relación
plenamente comprensible con esto, en la vida entre la muerte y el
nuevo nacimiento. Entonces se hará posible hallar la conexión con
esto y comprenderlo, encontrando así el camino hacia los maestros de
Europa Central. Es embarazoso hablar de esto ahora, ya que puede
parecer pretencioso en alguien que viene de Europa Central. Sin
embargo, las verdades objetivas deben decirse. Así pues, existe un
sentimiento instintivo de algo que ha de buscarse en la vida entre la
muerte y el nuevo nacimiento: unificarse con las almas que luchan por
lo que es plenamente humano: el alma de Goethe, el alma de Schiller,
el alma de Fichte. Existía cierta conciencia del hecho que, habiendo
pasado por la puerta de la muerte, buscaremos sobre todo el alma de
Goethe, el alma de Fichte, el alma de Schiller y de otras almas cuya
última encarnación tuvo lugar en Europa Central. Este hecho antes
se expresaba de manera instintiva, y ahora se está levantando contra
él, una vez más, un sentimiento nacionalista infinitamente
apasionado. Cuando nos demos cuenta de que las palabras que tan a
menudo escuchamos provenientes del oeste y del noroeste son solo para
ocultar este sentimiento de resistencia al yo superior, habremos
llegado a entender la verdad, a reemplazar la Maya, la falsa idea.
Entonces entenderemos cómo el hombre de la tierra, portador del
hombre eterno en sus adentros, se opone a lo que quiere el hombre
eterno; de cómo el amor que debe sentir en la eternidad se
transforma en odio en el mundo temporal.
Descubriremos
que la mejor manera de lograr el amor en la comprensión y la
comprensión en el amor, será aprendiendo a conocer las
características de los pueblos europeos utilizando los medios que la
ciencia espiritual pueda proporcionarnos. Esto nos será concedido en
la medida en que siempre nos dirijamos al yo superior en el hombre. Y
todos cuantos quieran compartir nuestro modo de pensar o sentir
reconocerán este yo superior y, por lo tanto, podrán escuchar todo
lo que se debe decir con respecto al ropaje exterior, sabiendo que
estamos hablando solo del ropaje exterior.
En
cierto sentido, cada nación tiene su misión específica. - A su
debido tiempo, podremos entrar en el edificio en Dornach y encontrar
que la secuencia de columnas, sus capiteles y sobre ellos los
arquitrabes, expresan en sus formas lo que se expresa en los impulsos
que distinguimos en Europa. Pero no voy a hablar de esto ahora,
porque es mejor hablar de eso cuando tengamos el edificio delante de
nuestros ojos. Eso es lo que hice allí hace unos días. Si
consideramos la impresión que causa en nuestra alma incluso sin ver
el edificio, notaremos sobre todo que los habitantes de las
penínsulas del sur, Italia y España, están, de alguna manera,
aportando a su misión actual, los elementos que en el pasado habían
aparecido en la tercera época post-Atlante, en la civilización
egipcio-caldea. Tan pronto como comprendemos esto, obtendremos una
verdadera percepción del alma del pueblo italiano o del español.
Esto se puede rastrear hasta detalles específicos. Se puede decir
que en realidad encontramos lo que previamente hemos percibido en
espíritu. ¿Cuáles eran los rasgos característicos de la
civilización egipcio-caldea? Esto es algo de lo que hemos hablado
muchas veces. Tenían un sentimiento por la gran astrología cósmica.
No veían las estrellas y las constelaciones como las vemos hoy. En
su lugar, percibían entidades espirituales y las constelaciones solo
eran su apariencia física. Por todas partes se extendía lo
espiritual. Cuando en el tiempo posterior al Misterio de Gólgota,
todo se recapitula como parte de la misión de una nación, se
produce de tal manera que esto ahora forma parte interna del alma, es
decir, el gran cuadro cósmico que veían los egipcios y caldeos,
ahora se presenta como si surgiera de nuevo desde la propia alma.
Esto en ninguna parte se hace tan evidente como en la Divina Comedia
de Dante, una obra que representa el punto más alto de la cultura en
la península italiana. [Dante Alighieri, 1265-1321.] Incluso en
detalles, los elementos de la antigua cultura egipcio-caldea emergen
nuevamente como si hubieran nacido del alma, resucitada en la vida
interior.
La
esencia de la cultura griega se encuentra hoy en día en la nación
francesa, hasta en el carácter de sus personalidades principales.
Por ejemplo, Voltaire [1694–1778], solo puede entenderse si uno lo
compara con un griego real. Y si se fijan en la forma que Corneille
[1606–16841] y Racine [1639–1699] daban a sus obras, pueden ver
cómo pugnaba en ellas la forma griega. Esto es de gran importancia
en la historia de la civilización. La pugna con la forma externa,
que sostuvo Aristóteles [384–322 aC], con respecto a la forma,
están vivas en Racine y Corneille. Si buscamos encontrar de nuevo en
la cultura francesa, lo que marcó el tono en la cuarta época
post-Atlante, deberíamos encontrar lo mejor de aquélla cultura, la
cultura del alma intelectual o mental. Con el alma intelectual o
mental que se enfrenta al mundo, deberíamos encontrar exactamente
con qué está relacionada. El mayor poeta, por lo tanto, más allá
de cualquier comparación, tendría que ser alguien cuyo trabajo
creativo surgiese del alma intelectual o mental. Una nación alcanza
la grandeza cuando son puestas en primer plano sus inigualables
individualidades. Y el poeta francés que es insuperable es Molière
[1622-1673]. Con él, el alma francesa alcanzó su verdadera y
característica dimensión, ahí es insuperable. En Voltaire aún
vivía un eco de esto.
Un
elemento que no es una recapitulación del pasado, sino que se añade
propiamente a la quinta época post-Atlante, que ha surgido en esta
época como algo nuevo, es el alma británica. El objetivo principal
de la quinta época post-Atlante es desarrollar el alma espiritual,
para llevarla a cabo. El alma espiritual es particularmente evidente
en la naturaleza esencial del alma nacional británica. Es
característico del alma británica enfrentarse a los
acontecimientos. Hace catorce, quince años, cuando escribía la
primera edición de Mis Enigmas de la Filosofía, me esforcé por
encontrar un término que describiera a los filósofos británicos y
luego me di cuenta, de que eran observadores de la vida. Se enfrentan
a las cosas de la misma manera, a cómo se enfrenta a la vida el alma
espiritual es decir, como un observador. Y el espíritu mas creativo
del alma británica, el hombre que se erigió en el ilustrador de los
rasgos del carácter británico, que los expresaba a todos, hasta lo
mas profundo del alma, fue Shakespeare. Ahí el alma británica es
incomparable, en el modo de observar.
Al
pasar a Europa Central, encontramos "algo que siempre está
evolucionando, perpetuamente" como ya lo describí en otra
conferencia. Ese elemento es el "yo", a los efectos, la
parte más interna del hombre. ¿Cómo se relaciona éste "yo"
con los demás elementos del alma del hombre? Se relaciona uno por
uno con el alma sensible, el alma intelectual o mental y el alma
espiritual, desarrollando vínculos con todos ellos.Vamos a
considerar esto en el caso de Goethe. Sabemos cómo anhelaba ir a
Italia. Y tal como sucedió con él, las mejores mentes de Europa
Central siempre han anhelado Italia, para lograr la fertilización
del ego, dejando que fuera concebido a partir del alma sensible. El
ego ademas, también intercambia fuerzas con el alma intelectual o
mental. Tratemos de observar cómo ese estrecho vínculo entre el ego
y el alma intelectual o mental, en realidad siempre ha estado ahí
con el paso de los siglos. Observen cómo Federico el Grande
[1712–1786], el más alemán de los príncipes, en realidad solo
hablaba y escribía en francés, tenía como una apreciación
especial por la cultura francesa. Esto se desprende, por ejemplo, de
su relación con Voltaire. También podemos observar que el filósofo
alemán Leibniz [1646–1716] escribió sus obras en francés.
Exactamente de esa manera, es cómo el ego se relaciona con el alma
intelectual o mental. Y cuando en las profundidades del alma, el ego
está buscando aquello por lo que se esfuerza, algo empuja hacia
arriba desde las profundidades del ego, desde las profundidades
insondables del ego: el alma consciente trata de captarlo. Esto se
puede ver en el caso de Goethe. A menudo he mostrado cómo trataba de
comprender la forma en que los organismos evolucionan unos a partir
de otros. Estableció todo un sistema para los organismos. Eso había
surgido de las profundidades del ego. Pero no era comprensible de
inmediato. Las personas necesitan algo que sea más fácil de
entender, necesitan que las cosas se presenten, en la manera que
surgen del alma consciente. Así que desecharon lo que Goethe tenía
que ofrecerles, pero acogieron a Darwin [1809–1882]. Aún hoy no
hemos llegado hasta el punto en el que podemos reconocer la Teoría
de los Colores de Goethe. Pero el traslado de los mismos al alma
consciente en la obra de Newton [1642–1727], se convirtió en lo
que actualmente se aceptan como ciencias físicas.
Estas
cosas indican la forma en que los caracteres individuales, en este
caso nacionales, se contraponen entre sí. Cuando aprendemos a mirar
las cosas a la luz de la ciencia espiritual, nos alzamos por encima
del maya externo que mantienen cautivos a los hombres y llegamos a la
verdad. Llegamos a una verdad que nos mostrará que, así como las
fuerzas individuales del alma pugnan entre sí en un ser humano, las
fuerzas del alma de las que están compuestas las almas nacionales,
disputan entre sí. No es casualidad pues, que ahora en nuestros
días, justo cuando acaban de surgir las enseñanzas que acabo de
presentarles, aparece la guerra como el gran maestro, diciéndole a
la humanidad de una manera tan sangrienta y terrible, lo mismo
precisamente que les estamos diciendo en términos espirituales. No
es por casualidad que, (si bien podemos discutirlo), se está
librando ahí fuera, lo que probablemente sea una de las luchas más
sangrientas de la historia. Que básicamente hablando, representan
las mismas verdades, pero que antes hemos de penetrarlas en su Maya
para entenderlas como son realmente.
Al
hablar de estas cosas, debemos eliminar del vocabulario de una vez
por todas, todo matiz de sentimiento, de simpatía o antipatía, y
usar las palabras simplemente para pormenorizar. Entonces
entenderemos las cosas correctamente. Porque estas cosas están
contenidas dentro del yo del hombre, en la medida que éste se ve
envuelto en el elemento nacional. Podemos seguir esto en detalle.
Para empezar, preparémonos para lo que debemos llegar a entender,
permítanme decir lo siguiente.
Tomemos
los estados miembros de Europa central que viven en la cultura del
ego. En mis conferencias públicas dije que el habitante de Europa
Central busca a su dios de tal manera que aspira a unirse a él.
Quiere estar unido a su dios. En cuanto al proceso de pensar, podemos
expresarlo en la frase que generalmente digo: "El hombre
piensa". Sin embargo, la afirmación "El hombre piensa"
realmente dice muy poco en verdad. Necesitamos aprender a mirar más
cuidadosamente con la ayuda de la ciencia espiritual. Debemos
aprender gradualmente a no hablar sin pensar, sino a situar las cosas
de manera correcta. Para las personas que realmente no se preocupan
por la realidad de las cosas, por supuesto, todo está bien de la
manera que se dice, pero es correcto decir: 'el pensamiento del
Centro europeo o Escandinavo' - con 'pensar' aquí nos referimos una
actividad, porque lo que importa es la evolución del pensamiento.
"El ser anímico piensa", eso es lo que importa en Europa
Central y en los países nórdicos. El hombre está tan ligado al
pensamiento que este pensamiento es el producto de la propia
actividad del alma, que la actividad del alma no consiste en otra
cosa que verse atrapada en el pensamiento.
No
se puede decir lo mismo con respecto a los franceses. En ese caso
hemos de decir: "Él tiene pensamientos". Porque "pensar"
y "tener pensamientos" no es lo mismo, hay una sutil
diferencia. Mi libro 'Enigmas de la Filosofía' puede servir para
aclarar esto. En Europa occidental la gente tiene pensamientos. Los
pensamientos son algo que viene; se dan igual que se dan las
percepciones sensoriales. Así es como son los pensamientos. Entran
en el alma, viven plenamente en ella, la gente los tiene, incluso se
intoxican con ellos, están encantados de tenerlos. A los alemanes se
les acusa de que muestran cierta frialdad en sus pensamientos. Bien
podría ser. Un alemán tiene que formarlos primero en su alma
individual. Necesitan ser calentados por ella y solo se mantienen
calientes mientras forman parte de la actividad inmediata.
No
es sino un preparativo. Porque, en el fondo, siempre se encontrará
que la expresión de las características nacionales individuales
muestran algo que cobra vida y que ya ha sido expuesto en los
principios de la ciencia espiritual, algo que encontrarán en mis
conferencias sobre las almas nacionales. Considérenlo como la
expresión individual de las características nacionales.
El
carácter italiano y español está determinado por el alma sensible.
Esto podemos observarlo en la vida hasta el más mínimo detalle. En
todas partes nos encontramos con el alma sensible. (Esto, por
supuesto, no se refiere a la vida en el yo superior). Desde el
momento en que un hombre de esos países se encuentra totalmente en
su elemento nacional, se adentra en el alma sensible. Esto está
particularmente vinculado con todo lo que tiene que ver con la patria
y es sensible a todo lo que no es la patria sino, más bien, "un
país extranjero". Si intentan, por ejemplo, entender todo lo
que forma parte del elemento nacional en Italia, encontrarán que un
italiano ve a cualquier persona que no sea italiana, como un
extranjero que vive en el extranjero. Todas los conflictos que
tuvieron lugar en Italia durante el siglo XIX tuvieron que ver
específicamente con el territorio patrio. Aquí tenemos una
recapitulación de la cultura egipcio-caldea.
A
continuación, consideremos a la gente de Europa occidental, aquellos
que viven en suelo francés. (Recuerden, que debemos evitar todo lo
que tenga que ver con simpatías y antipatías). Ellos son la
recapitulación de la civilización griega. Su actitud para con
alguien de otro país será, como la de los griegos: lo llamarán
bárbaro. La civilización griega se recapitula aquí. Podemos
entender esto, aunque alberguemos los más furiosos sentimientos de
antipatía. Siempre está presente un leve matiz, sobre la forma en
que la gente de la antigua Grecia consideraban a los no griegos.
La
nación inglesa tiene encomendada la misión específica de sustentar
el alma espiritual, y esto llega a la máxima expresión en el
materialismo. Especialmente aquí, necesitamos deshacernos de
cualquier atisbo de antipatía. El sustento del materialismo pone de
manifiesto que los hombres estén simplemente situados uno al lado
del otro en el espacio. Esto es algo que en el pasado no se
experimentaba: esa es la conciencia del rival. El alma espiritual se
hace consciente de la otra persona como su rival en la vida física.
¿Cuál
es la situación por lo que respecta a los centro europeos, incluidos
los escandinavos? Sería de lo más interesante entrar en detalle en
sucesivas ocasiones. ¿Qué siente un alemán cuando se encuentra
frente a frente con otra nacionalidad, cómo cuando el italiano ve al
extranjero, el francés al bárbaro y el inglés a su rival? Para
estas cosas, siempre se tiene que encontrar la frase embarazosa. Un
alemán se enfrenta a su oponente (esto bien puede deberse a una
disputa, o puede que no tenga nada que ver con ningún sentimiento de
antipatía), es simplemente una cuestión de luchar por la existencia
o por algo relacionado con la propia existencia. El enemigo no
necesita ser denigrado en lo más mínimo. Una vez más, es posible
observar esto incluso con gran detalle. Esta guerra en particular
muestra cómo el ciudadano alemán se enfrenta a su enemigo como si
estuviera en un duelo.
Volvamos
ahora al este. Hemos hablado de que el alma sensible es la
característica de las dos penínsulas del sur, el alma intelectual
es el rasgo entre los franceses, el alma espiritual entre los
Británicos. En Europa central y en Escandinavia, el elemento
nacional que prevalece es el yo, el ego. Esto muestra una
diferenciación entre las distintas regiones, pero en conjunto es
experimentado por lo que llamamos el alma del ego. Como he dicho,
vive como un yo espiritual en el Este. ¿Cómo caracterizamos este yo
espiritual? Se aproxima al hombre, descendiendo sobre él. En el caso
del ego, se requiere un esfuerzo por parte del hombre. En los tres
aspectos del alma, el hombre también se requiere esfuerzo. El yo
espiritual, en cambio, desciende. Un día descenderá sobre el Este
como un verdadero yo espiritual. Estas cosas son ciertas, como hemos
dicho a menudo. Pero se necesita preparación, preparación al efecto
de que en el alma sea concebido, para que esté bien adecuada para su
concepción.
Seguramente
la nación rusa no ha hecho nada más hasta ahora, salvo haber
concebido. Hemos tenido las obras de Soloviev, el más grande
filósofo ruso, traducidas dentro de nuestro movimiento. Si
consideramos sus obras en profundidad, encontramos que está repleta
de la cultura y la filosofía de Europa occidental. Es ligeramente
diferente porque ha nacido desde el alma nacional rusa. ¿Qué es lo
que se está aproximando en el alma rusa en contraste con la cultura
de Europa occidental? Italianos y Españoles son la recapitulación
de la tercera época post-Atlante, los franceses la recapitulación
de la cultura de la antigua Grecia. Los británicos muestran el nuevo
elemento que ha llegado, algo que definitivamente adquirimos en el
plano físico. En Europa Central es el ego lo que tiene que emerger
claramente. En Rusia tenemos receptividad, la concepción. Primero
fue el cristianismo bizantino lo que se recibió, descendiendo como
una nube y luego extendiéndose. Y la cultura de Europa occidental
continuó recibiéndose incluso durante el reinado de Pedro el Grande
[1672–1725]. En la actualidad, se diría, que solo queda la base
material para la concepción. Lo que sí tenemos allí es un reflejo
de la cultura europea occidental, y el trabajo del alma consiste en
prepararse para la concepción, hacerse receptiva. El alma nacional
rusa solo estará en su elemento correcto cuando se dé cuenta de que
los elementos de Europa Occidental deben recibirse de la misma manera
que los antiguos alemanes, por ejemplo, recibieron la fe cristiana, o
la forma en que el pueblo germánico adoptó la cultura griega a
través de Goethe. Se requerirá un tiempo todavía. El elemento
físico en las naciones del Este está reaccionando contra las cosas
que deben adoptar, y por lo tanto, el Este todavía está
resistiéndose a lo que ha de venir hacia él. El descenso del yo
espiritual.
El
elemento que le llega de Occidente no es el yo espiritual, sino que
el alma lo ha de usar, en cierto modo, para preparar, para practicar,
la receptividad. ¿Y cómo ve un ruso a los otros? Como alguien
contrapuesto, alguien que choca con su conciencia. Y así, la persona
que es un extranjero para el italiano, un bárbaro para el francés,
un rival para el británico y un oponente para el alemán es un
hereje para un Ruso. Es por eso que, fundamentalmente hablando, los
rusos solo han tenido guerras religiosas hasta ahora (1914), todas
sus guerras han sido guerras religiosas, con el objetivo de liberar a
todas las naciones o llevarlas a la fe cristiana, a los países de
los Balcanes, etc. E incluso ahora, los campesinos rusos sienten que
la otra persona es la encarnación de la "maldad". Ven a la
otra persona como un hereje y siempre se creen estar luchando por la
fe, ¡incluso hoy! Estas cosas son pormenorizadamente ciertas y
llegamos a entenderlas si realmente estamos dispuestos a estudiarlas.
Solo así, después, también podemos preguntarnos qué es lo que
vemos frente a nosotros en el este de Europa.
En
cierto sentido, el hombre tal como está en la vida física, es
injusto con su yo superior. El que vive en una nación donde
prevalece el alma intelectual o racional, que es donde concretamente
se forma la imaginación, tendrá pensamientos. Según la
nacionalidad particular que es, ha de afrontar el concepto que debe
aparecer ante su yo superior. Pongamos que siente que es su gloria;
entonces, se le interpone un tercer yo, por así decirlo, un yo
nacional entre él como yo superior y a la vez, como individuo
perteneciente a una nación. En base a esto lucha. Después de la
muerte, ante todo, debe superar eso, a menos que ya lo haya superado
previamente a través de la ciencia espiritual. Debe pasar por algo
que se presenta de inmediato ante su alma, como la Inspiración de la
propia imagen de sí mismo.
Alguien
en cuya característica nacional, predomina el alma consciente se
inclinará ante todo por las cosas que el alma consciente ha hecho
suyas en el mundo físico. Esto será como un recuerdo doloroso en el
mundo que se encuentra entre la muerte y el nuevo nacimiento.
El
centroeuropeo es un buscador. Esto es evidente incluso a partir de
comentarios despectivos vertidos por sus enemigos que llegan a decir
que solo sirven para labrar los campos y buscar entre las nubes. Por
muy lejos que haya avanzado, está, incluso aquí, buscando el yo
espiritual. En los esfuerzos que realiza durante su progreso en la
tierra, por lo tanto, en cierto sentido, ya intentará deshacerse de
todo lo que deba deshacerse cuando pase por la puerta de la muerte y
entre en el mundo espiritual.
Alguien
que ha estado en un cuerpo ruso durante su última encarnación debe,
ante todo, al pasar por la puerta de la muerte, asumir la conciencia
de un ángel, fusionarse con el ser interior de un ángel, (salvo que
haya pasado por una preparación diferente mediante la ciencia
espiritual) y compartir todo lo que viene de las jerarquías que
están por encima de él.
Todas
estas son razones por las que podemos decir que si miramos hacia la
Europa Occidental, parece natural que surjan conflictos a partir de
la propia naturaleza de los hombres según la nacionalidad a que
pertenezcan, ya que el elemento nacional está relacionado con algo
que es la envoltura externa. Es muy natural que surjan conflictos. En
el mundo espiritual, todo lo que legítimamente pertenece allí puede
propagarse sin obstáculos. Pero deben utilizarse medios externos
para afirmar la imagen que uno tiene de sí mismo. Necesita poder
propagarse para emerger. Cualquier cosa que busque competir debe, por
supuesto, ser capaz de propagarse. Es perfectamente comprensible que
la lucha provenga de los pueblos que representan el alma consciente.
Si realmente estamos buscando el yo, el ego, en Europa Central,
veamos si las cualidades del ego ya pueden ponerse en práctica.
Ya
he hecho énfasis, por ejemplo, en que el ego necesita ser reavivado
cada mañana. Cuando nos adentramos en la esfera del sueño con él,
se encuentra en un estado sin sobresaltos y es necesario reavivarlo
cada mañana al despertamos. Si puedo referirme a Austria, cuando era
joven incluso llegué a oír, que el día menos pensado Austria se
desmoronaría. Nosotros conocíamos la diferencia; podría estar
viéndose sometida a una fuerza centrífuga dentro de ella, pero se
mantenía unida desde el exterior, no podía desmoronarse.
Consideremos Alemania. ¿Muestra el carácter del ego en su aspecto
externo, en su forma? Es un hecho relevante que durante mas de un
siglo los alemanes han presionado por la unificación. Esto, no lo
lograron desde el interior. Fue necesario un impulso externo, no
desde el interior de Alemania, sino desde el exterior, desde el
centro de Francia, para que la Alemania de hoy cambiase en
conformidad con el carácter del ego. Solo podemos entender el mundo
si lo consideramos a la luz de la ciencia espiritual.
Fundamentalmente hablando, el ego no tiene la inclinación a golpear;
pues las fuerzas sobrantes del plano físico luego se trasladarían a
la esfera espiritual. Esto es algo que podríamos demostrar una y
otra vez en la historia alemana, en la historia de Austria y en la
historia de los pueblos escandinavos. por lo tanto es correcta la
sensación, de que un alemán, o un centro europeo, tiene que ser
empujado a la guerra. Básicamente hablando, no pueden iniciar una
guerra por su propia voluntad. Si van a la guerra por su propia
iniciativa, lo hacen de la misma manera que lo hace la iniciativa en
el ego, y tales guerras se han interiorizado lo suficientemente. Eso
es lo que debemos sentir como la actitud de Europa Central hacia la
guerra.
¿Y
qué surge en el Este para alguien capaz de sentir el carácter
nacional? Para los rusos es la cosa más antinatural del mundo haber
de librar la guerra. Si se reconociera a sí mismo, emprender la
guerra para él lo sentiría como algo muy antinatural. Nosotros, los
occidentales, no podemos convertirnos en Tolstoi, por bien que
entendamos todas las cosas rusas. Pero para los rusos es antinatural
hacer la guerra. Les debe venir impuesta la guerra, porque va
totalmente en contra del carácter nacional. Un ruso siente la guerra
como un cuestión de guerra religiosa: es algo que viene de fuera. La
guerra no puede hacerse plausible para él, ya que prefiere orar por
lo que ha de venir. Por lo tanto, es bastante natural buscar los
motivos que hacen que los rusos vayan a la guerra no en el carácter
nacional sino en los motivos que se les imponen desde afuera. En este
caso, más que en ningún otro lugar, tenemos que decir que no es el
pueblo quien hace la guerra, (lo es solo en un sentido externo y
aparente), sino más bien, y mayormente a aquello a lo que tienen que
enfrentarse. En Rusia, la guerra siempre es un 'maya', una ilusión,
en el peor sentido. Esta es la razón por la que podemos expresar de
manera clara y precisa lo que planteé como una pregunta en mi
conferencia: ¿Quién podría haber evitado la guerra? (Si realmente
queremos hablar de la posibilidad de que se evite.) Para los
franceses, la guerra ha sido algo natural desde 1871 y no sería
natural hablar de su capacidad para prevenirla. Cualquier persona
obligada a luchar contra sus rivales, naturalmente, no tiene derecho
a estar indignada cuando se ha violado la neutralidad en un lugar u
otro, y en este caso la indignación debe atribuirse al elemento
nacional. Pero es natural que él vaya a la guerra. Y de eso no se le
puede culpar. En ese caso, la guerra no puede descartarse, más que,
como resultado de la interpretación la naturaleza de las criaturas
vivientes, se tiene que encontrar una frase diferente a partir del
elemento del alma consciente, que desde el punto de vista del ego y,
por lo tanto, habla de la "lucha por la supervivencia".
Goethe no acuñó esa frase, porque desde el punto de vista del ego
no es aplicable. Pero cuando se trata de una guerra como una
falsedad, donde incluso se debe reinterpretar primero en una guerra
religiosa, hay que decir que se ha elevado externamente y, por lo
tanto, también se pudo haber prevenido externamente. Al analizar
todas las profundidades que uno puede ver, tenemos que decir: es
cierto que Rusia podría haber permanecido como un observador y la
guerra podría haberse evitado. Si Rusia hubiera permanecido como un
espectador, la guerra podría haberse evitado. Porque aquí se ha
injertado una guerra en un carácter nacional cuando básicamente es
algo bastante antinatural.
Tales
cosas, cuando hablamos de ellas, provienen del mundo espiritual.
Surgen de el. Pero siempre es posible verificarlas, confirmarlas, en
el mundo exterior. Cualquier cosa a la que lleguemos a partir del
mundo espiritual, encuentra confirmación en el mundo exterior.
Podríamos decir que sería un gesto natural para el carácter
nacional ruso rezar y esperar a lo que haya de venir. Es muy extraño;
incluso los intelectuales rusos esperan expectantes, y sienten que
algo que pertenece al futuro tiene que venir hacia ellos. Lo que haya
de venir para ellos aún está muy por venir en el futuro y hemos
visto cómo se niegan a aceptar lo que se tiene que abordar ahora.
Tal vez sea más que un simple símbolo externo, que justo cuando se
están librando batallas en el Mar Negro, el ruso siga mirando en esa
dirección (para ver una encarnación, por así decirlo, de lo que
puede esperar en el espíritu) que señala La Santa Sofía.
Merezhkovsky [1865–1941] describe dos visitas que hizo a Santa
Sofía. Sintió que la Santa Sofía era el símbolo externo, por así
decir, de algo que no sabía cómo interpretar pero que esperaba, y
lo llamó el cristianismo que vendrá para los rusos. Lo habría
visto correctamente si se hubiera dado cuenta de que es una fe
cristiana que ha pasado por la naturaleza de Fausto la que tendrá
que ser acogida por del pueblo ruso. Pero eso es algo que aún no
sabe. Él cree que representa la Santa Sofía. ¿Cuál es su actitud
ante la fe cristiana? Si consideramos lo que Soloviev tiene que decir
sobre esto, entonces puedo decir que muestra cierta comprensión de
ella. Porque cuando una vez más, San Petersburgo y el Santo Sínodo
le crearon problemas, dijo: "Ah, así es como te sientes cuando
tienes problemas para que entiendan lo que quieres decir. Por un
lado, me llaman un ateo liberal de Europa occidental, por el otro, un
creyente ortodoxo y otros incluso me consideran un jesuita. "Concluyó
diciendo: 'Es asombroso en lo que puede uno convertirse visto a
través de los ojos de los canallas de Petersburgo'. Estas no son mis
palabras, sino las de un buen ciudadano ruso, un ruso que nos muestra
que no es fácil deshacerse de los sentimientos de simpatía o
antipatía. Pero supongamos que el intelectual ruso se queda solo.
Como dije, es un mundo a la expectativa, de lo que está por venir,
un estado de ánimo natural por buscar algo que no se puede lograr
con espadas ni cañones. Es por eso que el movimiento pan-eslavo es
una hipocresía. Quedándose solo, Merezhkovsky se rindió a sus
sentimientos cuando se encontró cara a cara con la Hagia Sophia. Sin
embargo, lo confundió con la fe cristiana de los europeos
occidentales, que han pasado por las vicisitudes de Fausto. ¿Y cómo
habla él de ello?
He
tratado de encontrar una formulación concisa sobre lo que las
diferentes naciones pueden sentir hacia la guerra, diciendo que un
ruso cree que va a la guerra por el bien de la religión, un inglés
como un tema de competitividad, un francés por la gloria, un
italiano o español por su patria y un alemán como una lucha por la
existencia. Y, por lo tanto, podemos decir que Italia quiere
preservar la patria; Francia concibe su propia idea de gloria como el
ideal nacional; el inglés emprende acciones para negociar; el alemán
para dar cumplimiento a sus aspiraciones; El ruso reza y eso viene
naturalmente, porque es una expresión del estado de ánimo del
corazón. ¿Qué decía Merezhkovsky al final de su libro, que
mencioné anteayer?
La
Santa Sofía, brillante, triste e inundada por la luz de color ámbar
del misterio supremo, levantó mi alma caída y asustada. Miré hacia
arriba a la cúpula que asemeja la bóveda del cielo, y pensé: allí
está, hecha por la mano del hombre, y en ella los hombres se están
acercando al dios trino en la tierra. Este acercamiento se ha
cumplido y más se seguirá acercando. ¿Cómo pueden, aquellos que
creen en el Hijo, no venir al Padre que es el mundo. Y Cómo no
habrían de venir al Hijo aquellos que aman al mundo, como lo amó el
Padre tanto, que hasta entregó a su Hijo por el. Puesto que entregan
sus almas por él y por sus amigos; Ellos tienen al Hijo porque
tienen Amor, solo que no saben su nombre.
No
ven la conexión. Y concluyó:
Y
me sentí impulsado a rezar por todos ellos, en el templo que a esta
hora pertenece a los paganos, pero es el único templo para el
futuro, a rezar para que mi pueblo tenga esa verdadera y
conquistadora fuerza: rece por la creencia consciente en el Dios
Trino.
He
ahí la plegaria. Ahí tienen la antinatural lucha que recorre Europa
de este a oeste.
Al
tratar de obtener una comprensión interna de lo que nos encontramos
aquí, intentando escapar del Maya y adentrándonos en la verdad,
podemos decir que no estamos pretendiendo una antroposofía abstracta
temerosa de ver. Porque si evitáramos ver los caracteres nacionales
en sus verdaderos fundamentos, sería, según nuestro 'Primer
Principio', tener miedo a ver la verdad. Cuando nos acercamos al
hombre tal como él es y nos esforzamos mirando realmente dentro de
su alma, estamos siguiendo exactamente ese Principio. Por lo tanto,
estamos abordando, sobre todo, el aspecto inmortal del hombre y
además entonces encontraremos la parte de él que va más allá de
lo nacional, que va hacia lo eterno, y los sentimientos y sensaciones
que se vuelven hacia lo eterno en el hombre. Y así encontraremos la
manera de lograr lo que, después de todo, tiene que ser realizado.
Porque, ¿Creen ustedes que el progreso y el bien de la humanidad no
sufrirán, si persiste los temperamentos que prevalece ahora entre
las naciones? ¿Temperamentos que, en cualquier caso, simplemente
nacen del Maya? Desde el punto de vista de la necesidad de que los
hombres se entiendan de nuevo, que continué lo que, en cierto
sentido, ya se había iniciado, proveniente de Europa Central, es
esencial que esta atmósfera en la que vivimos, (Una atmósfera
espiritual que hoy está terriblemente tumultuosa), reciba también
otros elementos y no solo los tumultuosos. Si estamos dentro de la
vida espiritual, no podemos dejar de sentir, el tumulto que existe en
la atmósfera espiritual de hoy. Cuanto más profundamente hayamos
entrado, más sensible seremos a esto. De la vida espiritual pueden
surgir cosas profundamente perturbadoras. El ocultista ha podido
aprender mucho, pero nunca se había experimentado tanto, que fuera
tan perturbador ni tan impactante como en los últimos tres meses.
Muchas
son las veces que he subrayado la verdad oculta, de que las cosas que
se presentan de una manera en el mundo físico son, por naturaleza,
lo opuesto en el mundo espiritual. Algunos de nuestros amigos también
podrán recordar cuán a menudo he dicho, que la guerra suspendía de
la atmósfera espiritual y que en realidad solo estaba siendo
retenida por algo que también es un impulso espiritual en la vida
física, por el miedo. La fuerza del miedo la mantuvo retenida
mientras la naturaleza de ese miedo era astral. El miedo evitó que
estallara antes. Externamente hablando, la guerra comenzó, por
supuesto, con el asesinato en Sarajevo. Eso, también, tiene su
significado. Eso es lo que es tan perturbador en este asunto. La
personalidad individual que fue asesinada en ese atentado [el
archiduque Francis Ferdinand de Austria, asesinado el 28 de junio de
1914] y que pasó por la puerta de la muerte, (estamos entre nosotros
aquí, por lo que también debe ser posible decir estas cosas),
después presencié una aparición que nunca antes había visto ni
escuchado decir a otros. En varias ocasiones he descrito la aparición
de almas cuando pasan por la puerta de la muerte. Esta alma sin
embargo mostraba una característica peculiar. Era como un centro de
cristalización, donde todos los elementos del miedo se cristalizaban
a su alrededor, por así decirlo, hasta que estalló la guerra.
Después se mostró algo muy diferente. Lo que antes había sido una
gran fuerza cósmica que atraía todo el miedo, se convirtió después
en algo que era lo contrario. El miedo que había prevalecido aquí
en el plano físico había frenado a todos. Pero una vez que esta
alma ascendió al plano espiritual, actuó de manera opuesta,
trayendo la guerra.
Experimentar
tales cosas perturba profundamente al alma. Y hay muchas de esas
cosas que ahora existen dentro de los altibajos de los impulsos
astrales que se elevan hacia el mundo espiritual desde los corazones
y las mentes de los hombres. Y aquí entre nosotros, puedo decir que
nunca he experimentado nada como las cosas que experimenté en estos
últimos meses, algo que ha agitado las almas humanas en terribles y
tremendas oleadas. A partir de ahí, por supuesto, es evidente lo que
está sucediendo en la atmósfera espiritual. Y si en definitiva se
ha de producir lo que flota en la atmósfera espiritual, esa
atmósfera, por consiguiente, debe estar penetrada de pensamientos
que solo puedan surgir de las almas que hayan captado el mundo
espiritual. Por lo tanto, les suplico fervientemente a sus almas que
conciban ideas, ideas que tratemos de estimular con reflexiones como las
de hoy o de anteriores ocasiones. Estas son ideas que surgen de la
percepción espiritual y solo las almas que han pasado por la ciencia
espiritual pueden enviar tales pensamientos al mundo espiritual. Las
almas necesitarán tales pensamientos ahora mientras la guerra está
en progreso, y aún más después. ¡Porque los pensamientos son
realidades!
El
mayor deseo es dirigir al mundo espiritual la más ferviente oración,
para que todo lo que surja de esta guerra y después de ella, pueda
originarse no de las elucubraciones humanas sino de la verdad y de la
realidad espiritual. Cuanto más pensamientos de esos envíen al
mundo espiritual, más estarán favoreciendo lo que surja de estas
luchas mundiales, y más contribuirán por la verdadera necesidad de
toda la evolución de la humanidad.
Esta
plegaria, pues, será la culminación de todo lo que intenté
presentar ante sus almas con estos pensamientos. Si las cuestiones
que hemos considerado, realmente han entrado en nuestras almas, si
nuestras almas, como almas que ahora han vivido en la ciencia
espiritual, permiten que fluya hacia el mundo espiritual lo que
traiga paz al hombre, entonces nuestra ciencia espiritual habrá
superado la prueba en estos tiempos fatídicos. La habrá superado en
el sentido de que nuestros combatientes no habrán dado en vano
rienda suelta a todo su valor; Que la sangre de la batalla no se haya
vertido en vano. Entonces, el sufrimiento de los que lloran, los
sacrificios que se han hecho en el mundo, no habrá sido en vano.
Entonces, el fruto del espíritu crecerá a partir de estos días
fatídicos, y crecerá más en la medida en que los seres humanos
pueden enviar al mundo espiritual, pensamientos como los que he
indicado.
Quiero
dejar en claro que las palabras que estoy a punto de pronunciar
forman una estructura séptuple, formando una especie de mantram. Por
favor, tenga en cuenta que en la penúltima linea, las palabras
"Lenken Seelen" deben interpretarse como "wenn Seelen
lenken" (si las almas dirigen).
Esto
es lo que quería poner ante ustedes: que estos eventos, que hablan
tanto de la realidad, se nos presentan bajo la luz correcta si nos
elevamos por encima de Maya a la correcta realidad. Las almas
encontrarán que es posible ver nuestro tiempo presente de esa
manera. Almas que podrán encontrarse entre si, cuando a la vez se
encuentren en el sentido que Krishna enseñaba con respecto a las
almas combatientes. Y si se hace posible que las almas que han pasado
por la ciencia espiritual, envíen al mundo espiritual pensamientos
fecundos para el espíritu en estos días fatídicos y difíciles,
entonces se desarrollará el fruto correcto de todo lo que está
sucediendo en esas luchas difíciles y crueles sacrificios. Por lo
tanto, lo que deseaba decirle a sus almas hoy podría terminar en lo
que me gustaría ver como conciencia, como la conciencia más íntima
de aquellas almas que han pasado por la ciencia espiritual:
Por
el valor mostrado en la batalla,
Por
la sangre derramada en la guerra,
Por
el dolor de los que quedan,
Por
las obras de sacrificio del pueblo.
Los
frutos espirituales vendrán a crecer.
Si
las almas con conocimiento del espíritu.
Dirigen
su mente a los reinos espirituales.
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Traducido por Julio Luelmo abril 2019