GA348 -Dornach 10 de febrero de 1923 -ciclo salud y enfermedad - los metales y los planetas

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RUDOLF STEINER

SALUD Y ENFERMEDAD VOL. II

Dornach 10 de febrero de 1923

novena conferencia

los metales y los planetas

19 de octubre de 1922

Se plantean preguntas sobre cómo era el mundo en tiempos primitivos. y de si las diversas sustancias metálicas, provienen de los planetas Venus, Mercurio, etc.

Si se considera esto simplemente tal como se menciona con frecuencia en los libros antiguos, (en los nuevos no se dice nada al respecto, excepto en los libros antroposóficos), respecto a que el planeta Venus, por ejemplo, tiene algo que ver con el cobre depositado en la tierra, tal cosa es simplemente una cuestión de creencia. La gente no tiene una idea de eso, salvo lo que han oído decir de que ya era conocido por los hombres de la antigüedad, hoy en día no se sabe nada al respecto. Cuando se debate algo como eso, realmente hay que entrar en mayores detalles. Me gustaría llamar su atención sobre el hecho de que la medicina moderna ya no sabe mucho sobre estas cosas. Hace solo unos siglos, cuando aparecían síntomas de enfermedad en las personas, la gran mayoría de los remedios se basaban en el uso de un metal o de alguna sustancia vegetal.

De tales conocimientos no queda ya nada, salvo que para ciertos síntomas que aparecen, deben emplearse como remedio mercurio o azogue, concretamente para la sífilis. Por consiguiente, se hace uso del mercurio. Tengan en cuenta que hoy nadie en la medicina, puede explicar realmente por qué el mercurio es efectivo; simplemente se usa porque se ha visto que es efectivo. Con respecto a este efecto del mercurio en las enfermedades sifilíticas, también hay que mencionar que en los últimos tiempos una serie de otros medicamentos han reemplazado al mercurio. La efectividad no del todo irreprochable de los famosos remedios nuevos que han reemplazado al mercurio hoy ya ha sido reconocida, y la medicina pronto volverá al uso del mercurio como remedio.

Pueden tener la absoluta certeza de que, en el caso del mercurio, el instinto de curación, no la ciencia de hoy, sino el instinto de curación, funciona de forma poderosa. Hay ciertas regiones en las que personas sin ser doctores, sino que actuaban por instinto de curación trataban una enfermedad sifilítica de la siguiente manera (hoy [1923] esto rara vez ocurre, pero hace tres o cuatro décadas todavía ocurría). Tomaban animales que suelen vivir parcialmente bajo tierra y que, por lo tanto, absorben algo de tierra junto con su comida, animales como salamandras, sapos y criaturas similares. Las personas tomaban estos animales, los deshidrataban y pulverizaban, y luego les daban esta preparación a pacientes con sífilis. Este fue un tipo de remedio.

Sé que a primera vista, esto puede parecer absolutamente incomprensible. Solo se vuelve comprensible cuando se sabe que en algunas regiones estos remedios son muy efectivos contra la sífilis, mientras que en otras regiones no sirven de ayuda. Cuando se investigan estas regiones donde es efectivo, se encuentran minas de mercurio en ellas. Es curioso que en las regiones donde hay mercurio, los animales lo absorben con sus alimentos, y es el mercurio el que proporciona la cura. No es el sapo sino el mercurio que el sapo ha consumido y asimilado en su cuerpo el que tiene el efecto curativo.

A partir de eso,se darán cuenta de dos cosas. La primera es que hay personas que todavía no están malcriadas por la ciencia ordinaria y que están dotadas de un instinto notable para la curación; segunda, que si una criatura viva absorbe algo, como es el caso del sapo, esa sustancia impregna todo su cuerpo, extendiéndose por todo su cuerpo. Esto en el caso de los humanos, es aún en mayor medida.

Puesto que utilizamos como ejemplo los remedios a base de mercurio, me gustaría mencionar lo siguiente.

Solo en las últimas décadas estos asuntos han disminuido terriblemente en la medicina hasta llegar a como están ahora. Era mejor cuando yo era un muchacho. En Viena, vivía un espléndido profesor de anatomía, Joseph Hyrtl, que todavía conocía algo, no mucho, pero sí un poco, de aquélla medicina más antigua. Cuando, en su clínica, disponía de los cadáveres de personas que alguna vez se habían sometido a tratamientos de mercurio, les rompía los huesos y les mostraba a sus alumnos cómo se depositaban pequeñas gotas de mercurio en ellos. Así es como una sustancia que una persona absorbe se extiende por todo su cuerpo. Esto se extiende también a las demás criaturas vivientes, motivo por el cual, los sapos que habían asimilado mercurio en todo su cuerpo podrían pulverizarse y usarse como remedio contra la sífilis.

Ahora explicaré cómo, en los primeros tiempos, cuando la ciencia tenía un carácter totalmente diferente, tuvieron los hombres la idea de usar mercurio para tales enfermedades. Cuando ustedes observan el sistema planetario tal como nos lo enseñan en la escuela, el sol está aquí en el centro; cerca del sol, está el planeta Mercurio, un planeta algo pequeño que gira a su alrededor. Un poco más lejos, está Venus también girando alrededor del sol. Mercurio es un planeta pequeño, y su órbita alrededor del sol tiene lugar en poco tiempo, unos noventa días. Luego viene Venus que va más lentamente. El siguiente planeta que gira alrededor del sol es la tierra. Más allá de la tierra está Marte. Luego vienen una gran cantidad de pequeños planetas en miniatura en órbita más allá de Marte. Hay cientos y cientos de estos pequeños planetas pequeños; Están en órbita. Tendría que dibujar muchos planetas, pero no son tan importantes y carecen del gran significado de los planetas más grandes. Después de estos planetas están Júpiter, dando vueltas alrededor del sol, y aún más lejos, Saturno. Luego vienen Urano y Neptuno, pero estos dos planetas fueron descubiertos más recientemente. No necesito esbozarlos, ya que circulan mucho más lejos y sus órbitas exhiben tales irregularidades que en realidad no se pueden contar entre los planetas ni siquiera hoy. Así es como los planetas rodean al sol, tal como nuestra luna rodea la tierra, dando vueltas alrededor de ella, así también los otros planetas rodean al sol.


Hoy en día, la astronomía observa el sistema planetario sin prestar mucha atención a las influencias que estos planetas puedan tener sobre los seres que habitan la Tierra. Se hacen cálculos sobre la posición de un planeta durante un tiempo determinado, para luego dirigir hacia él un telescopio. Esto se puede calcular. También se puede determinar con qué rapidez se mueve un planeta. Todo eso se puede calcular. En la realización de estos cálculos es en lo que la gente emplea hoy el tiempo.

Sin embargo, como ven, unos pocos milenios no son mucho tiempo si se compara con la evolución de todo un sistema universal, y tan solo hace entre 2500 a 3500 años, la gente veía los planetas de una manera científica completamente diferente. En aquél tiempo se hacía lo siguiente. Aparecieron enfermedades, por ejemplo, en las que, debido al espesamiento de la sangre, (mas adelante les diré por qué), las personas se veían afectadas de problemas intestinales. No puedo entrar ahora en detalles respecto a tales enfermedades críticas, porque cuando se hicieron estas observaciones en la antigüedad, no estaban tan extendidas como lo están hoy. En una enfermedad de la cual se hicieron observaciones en Babilonia, Asiria, Nínive, etc., incluso en Egipto, las personas se veían afectadas por un trastorno intestinal que era debido al espesamiento de la sangre, a un proceso anormal en la sangre. La sangre estaba presente en las heces; Después de todo, las enfermedades de tipo tifoidea eran mucho más comunes en la antigüedad de lo que son hoy en día. Supongamos que los antiguos médicos, que también eran filósofos, tuviesen que estudiar tales enfermedades. Ellos no esperaban hasta que el paciente estuviera muerto, porque sabían que una vez que la persona había muerto, la cura no era aplicable. De manera que, no examinaban a quienes habían muerto de tifoidea, sino que procedían de manera diferente. Se dieron cuenta de que los pacientes que padecían cólera, fiebre tifoidea, disentería o similares, se sentían mejor en unos momentos que en otros, en los que su estado general empeoraba. Entonces llegaron a la conclusión de que la fiebre tifoidea a veces sigue un buen curso y otras veces el desenlace es fatal. Hay algunas personas que, cuando se enferman de tifoidea o cólera, ocasionalmente sufren terribles ataques de mareos casi hasta el punto de perder el conocimiento; entonces los eventos tomaban un cariz muy crítico. Sin embargo, algunos pacientes conservaban la conciencia y sus cabezas permanecían despejadas. En ese caso dichos pacientes podían ser ayudados.

Ahora bien, los antiguos médicos sostenían que el hombre no solo vive y depende de la tierra, sino que también depende del universo entero. Por lo tanto, hicieron las siguientes observaciones. Podemos hacer uso aquí del sistema planetario que se nos enseñaba en la escuela. Aquí está la tierra con los rayos del sol brillando sobre ella. Los rayos del sol inciden sobre la tierra. Como saben, el hombre depende mucho de la luz solar, y siempre lo hemos usado como base de nuestros estudios aquí. Sin embargo, estos antiguos doctores no ponían tanto énfasis en el sol, porque sentían que sus efectos eran bastante obvios, sino que observaron, por ejemplo, a personas que tenían diarrea severa y notaron que algunos de ellos sufrían ataques de mareos. Algunas veces perdían la conciencia. En cambio otros que sufrían de diarrea severa permanecían claramente conscientes y solo se mareaban un poco. Estos médicos se dieron cuenta de que esta diferencia estaba relacionada con el momento en que se producía la enfermedad. En ciertos momentos, no podía hacerse realmente nada por estos pacientes; definitivamente, sufrían un desvanecimiento y después morían. En otras ocasiones, la diarrea tomaba un curso más liviano.

Estos médicos comenzaron a observar las estrellas y descubrieron que en los momentos en que estas enfermedades similares a la fiebre tifoidea tomaban un buen curso, era porque el planeta Venus siempre estaba en una posición tal que quedaba bloqueado por la tierra. Si la tierra está aquí (ver dibujo), Venus puede situarse allí. Si una persona se encuentra allí al otro lado de la tierra, no le llegan los rayos de Venus. Como la luz de Venus no puede atravesar la tierra, la tierra protege al hombre de su influencia. Los antiguos, por supuesto, sabían esto, ya que no podían ver a Venus, cuando la tierra impedía su visión. Pues bien, continuaron sus observaciones y descubrieron que cuando sucedía esto, el pronóstico era bueno para una persona enferma de fiebre tifoidea. Sin embargo, cuando Venus no estaba bloqueado, el paciente con fiebre tifoidea estaba expuesto a la luz de Venus además de a la luz solar. Entonces el pronóstico era malo; sufría desvanecimientos y la fiebre tifoidea no podía curarse.

Habiendo aprendido esto, estos doctores dijeron que dado que los rayos brillantes de Venus atraviesan la tierra, la tierra debe esconder en su interior algo que altera los rayos de Venus. Entonces comenzaron a experimentar, no con personas muertas sino con pacientes que aún estaban vivos. Cuando a los enfermos de tifoidea se les administraba plomo, no sucedió nada. Los remedios compuestos de hierro tampoco causaron ninguna diferencia, independientemente de la posición de Venus. Sin embargo, cuando se le administró cobre a un paciente con fiebre tifoidea, produjo un efecto notable. Compensó el mareo, y el paciente comenzó a recuperarse. Ajá, dijeron estos antiguos médicos, el cobre debe estar contenido dentro de la tierra de alguna manera. Este cobre dentro de la tierra actúa e influye en el curso de la fiebre tifoidea de una manera opuesta a la de la influencia perjudicial de los rayos de Venus. Cuando estos rayos golpean directamente a un paciente con fiebre tifoidea, se agravan los efectos de la enfermedad, pero cuando se les administra cobre, se detiene el progreso de la fiebre tifoidea. Así pues, llegaron a la conclusión de que Venus, en cierta manera, está relacionado con el cobre. Llegaron a esa conclusión, no porque celebraran sesiones espiritistas y un médium les hubiera dicho que usaran cobre en casos de fiebre tifoidea, sino porque habían estudiado las influencias de las estrellas sobre el enfermo, hicieron observaciones de un tipo que ya no se hacen hoy, que se basaban en un antiguo instinto y las ponían en práctica científicamente. Sacando la conclusión de que en la tierra hay cobre. Este cobre está relacionado con la fuerza que emana de Venus. Esto se ve por el efecto especial que tiene sobre esta enfermedad.

Hicieron además otras observaciones. Tomemos el caso, por ejemplo, de un paciente con problemas en la vista, una alteración en los ojos. Las personas pueden sufrir dolencias oculares en las que la vista puede volverse borrosa; las pupilas pueden contraerse. Se pueden, tener múltiples dolencias oculares. Bien, los antiguos experimentaron nuevamente y descubrieron que cuando la tierra bloquea a Júpiter, los problemas oculares mejoran más que si Júpiter brilla directamente sobre la tierra. Exploraron más y se preguntaron qué es lo que hay en la tierra que contrarresta a Júpiter, y descubrieron que era el estaño, concretamente el estaño que se extrae de las plantas.

Poco a poco, y basándose en los efectos sobre el ser humano, descubrieron la correspondencia entre los planetas y los metales contenidos en la tierra. Descubrieron que Venus está relacionado con el cobre, Júpiter con el estaño y Saturno con el plomo. Descubrieron que en los casos de enfermedades óseas, (que también pueden aparecer en la intoxicación por plomo), tienen algo que ver con los rayos de Saturno; por eso, para Saturno, descubrieron los efectos del plomo.

Para Marte, que tiene algo que ver con dolencias de la sangre, fue más fácil encontrar el metal correspondiente, el hierro. Por lo tanto, Marte = hierro. Para la luna, que se encuentra en una relación completamente diferente, ya que orbita la tierra, descubrieron algo que se le asemeja, osea, la plata: luna = plata.

No obstante, esta forma de ver las cosas fue completamente abandonada más tarde. Sin embargo, no crean que tales observaciones fueron abandonadas hace mucho tiempo; Fue hace tan solo trescientos o cuatrocientos años cuando se dejaron de hacer. En los siglos XIII y XIV estas observaciones todavía se hacían. ¿A qué conclusión nos lleva esto? La gente se decía a sí misma que todo lo que ahora está separado en los diferentes planetas estuvo alguna vez contenido dentro de un puré primordial [Urbrei], una nebulosa universal. Este concepto es bastante exacto; Solo que es erróneo imaginar que todo pueda haberse desarrollado a partir de una niebla universal sin intervención espiritual. De lo contrario, creeríamos en el gran maestro de escuela universal que hizo girar todo, como les decía recientemente. No, sino que una vez que se tuvo conocimiento de que todo estaba disuelto en una especie de puré primordial. No había ni sol, ni luna ni tierra; todos estaban disueltos en aquél puré primordial y que solo más tarde se fueron separando.

Venus aún ejerce una influencia, gracias al cobre contenido dentro de la tierra. Cuando Venus todavía estaba disuelto en el puré primordial, tenía una afinidad especial con el cobre. Fue en aquél tiempo cuando surgió ese vínculo entre ellos. Cuando la luna todavía estaba disuelta en el todo, la plata tenía una relación especial con la luna. Sin embargo, ese conocimiento no fue una revelación divina, ni está basado en un dictado arbitrario y autoritario. Más bien, está basado en observaciones antiguas.

Las enfermedades sifilíticas surgieron debido a circunstancias especiales; En los siglos modernos, los llamados pueblos civilizados entraron en contacto con los pueblos primitivos, y hubo un mestizaje, un mestizaje sexual entre los pueblos civilizados con los primitivos. Cuando los pueblos de la tierra estaban más segregados en razas, estas enfermedades sifilíticas eran menos frecuentes. La forma en que han surgido dichas enfermedades, como en el caso de las enfermedades sifilíticas, es que primero son causadas por algo, pero luego se propagan. Se vuelven contagiosas. Por lo tanto, originariamente debe haber habido algo que las ha hecho surgir. Las enfermedades sifilíticas surgieron a través del cruzamiento sexual entre individuos de diferentes razas. Una infección sifilítica no es algo que pueda ocurrir salvo, por ejemplo, a través de una pequeña lesión oculta o tejido desgastado mediante el cual la sustancia contagiosa puede entrar en el torrente sanguíneo. La sustancia sifilítica contagiosa se puede adherir a la piel, pero si la piel está completamente impermeabilizada, no se produce la infección. La infección solo puede surgir, si la piel está tan desgastada o rota en algún lugar que la sustancia infecciosa puede entrar a través de ella. Se sobreentiende que la sustancia infecciosa de la sífilis debe haberse originado previamente, por la mezcla de sangres contrapuestas. A continuación, el veneno se reproduce de forma natural, pero originalmente surgió cuando se produjo un gran cruzamiento entre diferentes pueblos. Probablemente sería interesante explorar las estadísticas de historias de casos de esta enfermedad en cierta parte de Europa donde concurre una mezcla de varios pueblos exóticos, ya que no siempre se puede prevenir la aparición de excesos sexuales con ellos.

Como ustedes saben, en el pasado también han ocurrido casos aislados de sífilis, pero los incidentes más numerosos son de fecha reciente. Sin embargo, también ocurrían en aquélla época en la que todavía se conocía algo de la antigua ciencia. Las observaciones mostraban que los pacientes sifilíticos mejoraban cuando Mercurio era bloqueado por la tierra. Entonces se descubrió que el metal de mercurio, está relacionado con el planeta Mercurio. De esta manera, los metales fueron asignados gradualmente a los planetas:


La gente se decía que cuando todo aún estaba disuelto en aquél puré primordial, la sustancia Venus fue la que hizo que el cobre se depositara en la tierra, y la luna fue la que hizo que la plata se depositara en la tierra.

Mas aún, tales observaciones pueden ampliarse. Es notable cómo, en cierto tiempo, se puso de moda en ciertos círculos mantener en secreto esta antigua ciencia. A día de hoy se conservan libros, que si son leídos por una persona sin conocimientos de antroposofía, realmente no podría extraer nada de ellos. En ellos están escritos todo tipo de cosas, pero la gente ya no sabe hoy cómo interpretarlas. Un científico sueco, por ejemplo, obtuvo un libro de Basilius Valentinus, que es bastante antiguo, y, al escribir sobre él desde el punto de vista de la química de hoy, dijo que lo que Valentinus afirmaba era el más puro sinsentido. Tiene razón al decir esto, por supuesto, porque los químicos de hoy usan los términos mercurio, hierro, etc., de tal manera que no hacen ninguna referencia en absoluto al ser humano. Un químico, por lo tanto, aunque puede ser un genio, no puede hacer nada con el contenido de libros como los de Basilio Valentino. No pueden evitar pensar que tiene toda la razón al decir que no tiene sentido.

Sin embargo, esto no es realmente así, porque Valentinus todavía escribió en una época en la que, por ejemplo, se sabía que el período de una mujer tiene lugar cada veintiocho días, igual que la luna llena. Los antiguos eran ciertamente lo suficientemente listos como para no atribuir el flujo menstrual de la mujer a la influencia de la luna. Sin embargo, admitían que su ritmo era el mismo, por lo que intuían que en épocas anteriores debió haber una relación de alguna manera. Ahora el hombre se ha liberado de esta relación. Esto es algo que ellos sabían, pero se daban cuenta de que la mujer tenía un ritmo similar al que tiene el universo a las fases de la luna.

También sabían que cuando una mujer que está teniendo dificultades para dar a luz y el proceso del parto se prolonga mucho, recibe un medicamento que contiene plata, los dolores del parto se vuelven menos severos. Esto era sabido. También se sabía que si la luna no fuera visible, por estar bloqueada por la tierra, digámoslo así, una mujer con dificultades para dar a luz no tendría un parto tan doloroso. Por lo tanto, se evidenciaba que la influencia de la plata estaba relacionada con la luna.

En los libros de Basilius Valentinus, la palabra "luna" a menudo se escribe en lugar de "plata" y "plata" en lugar de "luna". Cuando este científico sueco leía eso, obviamente no podía hacer nada, independientemente de sus conocimientos sobre la plata y de cómo actúa en un proceso químico. Es una materia complicada. Verán, quién escribió las obras de Basilio Valentino fue un monje benedictino. En tiempos pasados, cosas como esta ciencia eran cultivadas en gran medida en los monasterios benedictinos y para tales cosas los monjes benedictinos eran extraordinariamente inteligentes.

Un tal Padre Mager, que también es un monje benedictino, viaja de una ciudad alemana a otra dando en todas partes la misma conferencia contra la antroposofía. En todas partes en las ciudades alemanas este Padre Mager arenga contra la antroposofía. Recientemente estuvo en Colonia. Los enemigos de la antroposofía difieren mucho unos de otros. Cuando los jesuitas hablan en contra de la antroposofía, difieren de lo que dicen los monjes benedictinos en contra de la antroposofía.

En efecto, esta es la situación. La Iglesia suprime una ciencia que trasciende el límite de la tierra. En un momento concreto, las autoridades de la Iglesia comenzaron a ocultar y suprimir gradualmente aquélla ciencia que había florecido en los monasterios. Dicha ciencia requiere de mucho tiempo, pero los monjes disponían de ese tiempo; cultivaban esa ciencia y, por lo tanto, fueron bastante útiles para la humanidad en el pasado. Sin embargo, gradualmente, eso fue suprimido. Esta supresión de la ciencia espiritual a menudo se produjo de esa manera.

Los científicos seculares de hoy, condenan ahora aquélla antigua ciencia sin darse cuenta de que hay una línea recta que va desde tales monjes de la Iglesia, hasta ellos. Cuando los monistas se oponen a la antroposofía, naturalmente también se oponen a la Iglesia, pero no se dan cuenta de que son alumnos de ella. Los científicos de hoy son, en cierto sentido, alumnos verdaderamente benedictinos o jesuitas. Si bien, es verdad que nunca han tenido que asistir a seminarios jesuitas, porque el pensar jesuita realmente puede ser absorbido en el mundo exterior. Esto es naturalmente algo de lo que hay que darse cuenta.

Por lo dicho, se deduce que la tierra en la que vivimos y que nos da sus diversos metales, es la cristalización surgida de aquélla masa primordial. Lo que contemplamos exteriormente como planetas, sin embargo, en la tierra han permanecido como metales. Lo que una vez formaba parte de la tierra junto con Venus está presente en el metal de cobre. Sanar con el cobre, esto es lo que se logra específicamente gracias a Venus.

Hoy día son especialmente efectivos en la curación, los metales extraídos de las plantas. Un metal depositado en la tierra se ha endurecido y ha perdido parte de su potencia, aunque todavía es efectivo contra las dolencias de la cabeza. Pero el cobre de las hojas de una planta que se sabe que contiene bastante - las cantidades siempre son pequeñas, pero se puede decir “bastante” - es especialmente efectivo. Hay tales plantas en cuyas hojas se halla disuelto el cobre. Si a partir de tales plantas luego se hacen remedios, son particularmente útiles contra trastornos intestinales debidos a un espesamiento de la sangre y que conducen a la fiebre tifoidea, la disentería y otras.

Así es como se relaciona la curación con lo que se puede saber sobre las plantas. Pueden ver que hoy las cosas ya no están en orden cuando incluso el libro más grueso sobre botánica, aunque contiene todo tipo de información, carece de las instrucciones más importantes que los médicos deben tener; es decir, en estos libros no se hace ninguna mención a los metales que se hallan disueltos en sus flores o raíces. En todo caso, se observan solo de pasada. Sin embargo, este es un punto muy importante porque nos muestra que una planta que todavía contiene cobre hoy, por ejemplo, su proceso de crecimiento está relacionado en con el planeta Venus; en realidad se opone a la fuerza de Venus y desarrolla su propia fuerza de Venus al absorber cobre dentro de sí misma.

Por lo tanto, podemos decir que una vez hubo una conexión entre la tierra y todos los planetas que giran alrededor del sol hoy, y esta influencia ha permanecido resguardada en los metales. Esto es lo primero que se puede decir en referencia a esta pregunta.

Todo ello pone de relieve, lo importante que es volver a consultar las observaciones de este tipo que se hacían en el pasado. Sin embargo, ya no estamos en la misma posición en que estaban ellos, porque ya no poseemos los instintos de curación que ellos alguna vez tuvieron. Solo los bueyes, las vacas, las ovejas y otros animales, ya no los seres humanos, realmente han conservado un maravilloso instinto de curación, y evitan comer cosas dañinas y dejan pasar cualquier cosa que no sea buena para ellos. Esto ya no es posible para un ser humano, ya que carece del instinto curativo. Hoy, una vez más debemos aprender a reconocer, por la vía indirecta de una ciencia espiritual, el modo en que todo en el sistema planetario y en el universo están conectados con el plano terrenal. Aquí hay que comenzar desde el principio, verdaderamente comenzar desde el principio.

Hay que darse cuenta de lo siguiente, por ejemplo. Se debe comenzar por las enfermedades que afectan al abdomen humano. Si se tiene una enfermedad abdominal de este tipo, se llega a saber que las sustancias presentes en las flores o en las hojas más altas de las plantas son especialmente útiles. Se pueden producir buenos remedios para las enfermedades de los órganos abdominales extrayendo ciertas sustancias de las flores y las hojas de las plantas.

Las sustancias tomadas de las raíces de las plantas, proporcionan no obstante, remedios especialmente beneficiosos para todo lo relacionado con la cabeza humana. Las cosas se invierten entre la planta y el ser humano. En las plantas, las raíces están en la parte inferior y las flores en la parte superior. El hombre, sin embargo, es una planta al revés. Lo que en la planta constituyen las raíces, en el ser humano forma realmente la cabeza, y su región abdominal equivaldría a las flores. Eso puede verse incluso en las formas externas. El hombre tiene la cabeza en la parte superior y sus órganos reproductores están abajo. La planta tiene sus raíces abajo, mientras que las flores, que contienen los órganos reproductores, están en la parte superior. Este dibujo les ayudará a entender esto. He aquí el ser humano; aquí en la cabeza dibujo la raíz de una planta proporcionalmente grande; Aquí están los tallos y las hojas. Luego, con las flores, llego a los órganos abdominales. Toda una planta está contenida dentro del hombre. La única diferencia es que crece de arriba hacia abajo en él. En cierto sentido, el hombre es también una planta. ¿No es esto aparente? Realmente es tan obvio que todos deben verlo. El animal, sin embargo, está entre los dos; en el la planta está en posición horizontal.

Esto realmente no es una imagen sin mas; La planta está verdaderamente contenida dentro del hombre. Por supuesto, se desarrolla de acuerdo con la forma humana. Pero imaginen que les dibujase esta planta en detalle, dibujando una raíz bulbosa real y las diversas ramas, en otras palabras, un árbol real. Sin embargo, estaría del revés. Aquí tendría sus ramas, y las puntas más externas se marchitarían un poco aquí y allá; ¡ahí tienes el sistema nervioso! El sistema nervioso es realmente una planta invertida dentro del hombre que está muriendo continuamente un poco.

Ahora bien, sabemos que las plantas crecen desde la tierra. Al principio es invierno, luego llegan la primavera y el verano que hacen salir las plantas de la tierra. La fuerza del invierno está encerrada en el interior de la tierra. A través de esa fuerza, la planta desarrolla su raíz bulbosa y de ella obtiene su fuerza para brotar. Luego viene la fuerza del verano, y la planta es empujada hacia arriba; a partir de salir a la superficie, la planta se va expandiendo. En su interior están contenidos los metales: digamos que el cobre. El sol no puede hacer nada salvo sacar la planta de la tierra. Luego, una vez que la planta ha emergido, se auto defiende contra las fuerzas de Venus. La fuerza del invierno de la tierra y la fuerza del verano del universo conjuntamente hacen que la planta crezca.

Sin embargo, el ser humano debe tener esta fuerza invernal dentro de su cabeza para que esta raíz del sistema nervioso crezca hacia abajo durante todo el año. Lo mismo que un bebé, por ejemplo, puede nacer en cualquier época del año, esta fuerza debe estar presente en la cabeza del hombre tanto en verano como en invierno. En nuestros días durante el verano, no puede recibir la fuerza invernal en su cabeza desde afuera. Esto realmente implica que en los primeros tiempos, cuando la Tierra todavía formaba parte, junto con los otros planetas, de aquélla mezcla primordial, el ser humano debe haber absorbido dicha fuerza invernal, que ha conservado hasta nuestros días. El hombre debe la fuerza invernal en su cabeza a aquellos tiempos lejanos. La cabeza del hombre realmente se formó en aquellos lejanos tiempos y hoy permanece igual. Por eso, nuevamente encontramos que la cabeza del hombre debe estar relacionada con lo que surgió en la tierra en la antigüedad y hoy se ha solidificado por completo.

Salgan a las montañas del centro de Suiza y encontrarán que el granito y el gneis son especialmente frecuentes. El elemento más activo en granito y el gneis es el ácido silícico, que está presente en el cuarzo en forma pura como ácido silícico o sílice. También es la sustancia más antigua de la tierra y debe estar relacionada con las fuerzas de la cabeza humana. Esta es la razón por la cual las enfermedades de la cabeza se pueden curar más fácilmente con remedios hechos de sílice; uno puede acercarse a la cabeza humana de ese modo. En la época en que la sílice todavía desempeñaba un papel particular en la tierra dentro del puré primordial y no era tan dura como lo son hoy en día el granito y el gneis, sino que fluía en forma líquida, se formó la fuerza presente en la cabeza humana, la fuerza invernal, y desde entonces se ha conservado.

Por lo tanto, cuando se exponga información sobre el ser humano, realmente debe hacerse teniendo en cuenta la historia natural de toda la tierra. Esto todavía está relacionado con la pregunta que hicieron, caballeros, y con lo que quería contarles al respecto. ¡Hasta la vista!


Traducida por Julio Luelmo mayo 2020

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