GA174 Dornach 20 de enero de 1917 El poder destructor de la deshonestidad en las relaciones entre vivos y muertos

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RUDOLF STEINER


 EL KARMA DE LA FALSEDAD

Dornach 20 de enero de 1917

XXI conferencia

Los impulsos relacionados con el mundo espiritual, cualquiera que sea su dirección, sólo pueden comprenderse desde el punto de vista de la ciencia espiritual. Como hemos visto, en los acontecimientos actuales hay impulsos que hemos rastreado hasta los seres humanos, pero sólo hasta aquellos que saben manejar los impulsos espirituales de una forma u otra.

Debemos preguntarnos: ¿Por qué ciertas personas hacen el tipo de cosas de las que hemos estado hablando? Lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué vivimos en una época en la que la mentira -la falsedad- funciona como una fuerza dominante en el mundo, una fuerza que impulsa a los seres humanos con una verdadera pasión que podría, si en su lugar se volviera hacia la verdad, aportar infinitamente mucho en el camino de la curación?

Estas cosas están, en efecto, relacionadas con lo que en este momento constituyen los impulsos más profundos de la humanidad. Podemos llegar a comprenderlos más de cerca, de una manera apropiada para nuestro tiempo, incluyendo en nuestras consideraciones la tarea más urgente de esa visión científico-espiritual del mundo que hemos hecho nuestra. Recordemos que nuestra ciencia espiritual antroposófica trata de comprender ciertos aspectos espirituales que existen en el mundo, ciertas fuerzas que actúan en el mundo de los seres humanos en la medida en que se desarrollan no sólo entre el nacimiento y la muerte, sino también entre la muerte y un nuevo nacimiento. Para la gente de hoy en día es difícil pensar en estas cosas de la manera correcta, porque han perdido ciertas facultades que una vez estuvieron presentes en la evolución humana; durante un tiempo estas facultades tuvieron que pasar a la clandestinidad, pero ahora deben iluminarse de nuevo a través de la ciencia espiritual.

Sabemos muy bien que en la antigüedad el alma humana estaba vinculada con el mundo espiritual de un modo más elemental, más natural; tales vínculos no tenían que ser provocados por un trabajo espiritual activo, sino que existían por sí mismos. Los llamábamos atávicos. También sabemos que en aquella época era imposible que los seres humanos dudaran de la existencia de la vida después de la muerte. La posibilidad de tal duda sólo surgió durante un período intermedio que ahora será sucedido por una era en la que todos conocerán la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento.

En aquellos tiempos, algo más, -una tercera condición-, era tan natural para el alma humana como lo son hoy la vigilia y el sueño. En el estado actual de vigilia, el ser humano está limitado por completo al mundo físico que puede percibir con sus sentidos; vive entre el nacimiento y la muerte en un mundo que puede experimentar a través de sus sentidos y de su entendimiento, circunscrito por el cerebro. Y durante el dormir están inconscientes. Las entidades del yo y del cuerpo astral en las que viven entre el dormir y el despertar aún no son lo suficientemente fuertes como para proporcionarles una conciencia comparable. Sabemos que el cuerpo astral sólo se ha estado desarrollando desde la época de la antigua Luna y el yo sólo desde el comienzo de la evolución terrestre. Ambos son jóvenes en comparación con la evolución cósmica y aún no son lo suficientemente fuertes como para alcanzar la consciencia cuando se les deja solos entre el momento de dormirse y el de despertarse.

Sin embargo, los sueños, con sus múltiples imágenes, surgen del dormir. Estos sueños pueden contener muchas cosas que pertenecen al mundo espiritual. Hay mucho en los sueños que pertenece al mundo espiritual, pero el alma humana, tal como es hoy, no es capaz de ver más allá de los sueños para descubrir qué es lo que vive en ellos. Los sueños son imágenes engañosas tejidas con un velo de maya. Cuando se interpretan correctamente, revelan experiencias de tiempos pasados o indicaciones proféticas para el futuro. También revelan la interacción que tiene lugar entre los vivos y los muertos mientras dormimos. Todo puede llegarnos a través de los sueños. Pero, en la fase actual de su evolución, los seres humanos no comprenden el extraño lenguaje de los sueños. Las imágenes de los sueños siguen siendo incomprensibles, y esto es muy natural. Al igual que los europeos no pueden interpretar los sonidos hablados por los chinos, los hombres de hoy no pueden interpretar el lenguaje de las imágenes de los sueños.

Así, durante este período intermedio, el ser humano está totalmente restringido en conciencia a todo lo que pueda descubrir a través de esos instrumentos más antiguos, el cuerpo físico y también el cuerpo etérico, que se han estado desarrollando desde la época del antiguo Sol y del antiguo Saturno y que, por lo tanto, están constituidos de tal manera que pueden ofrecerle conciencia mientras se encuentre en ellos, es decir, entre la vigilia y el momento de dormirse.

Ahora bien, la ciencia espiritual por la que estamos esforzándonos nos da conceptos del mundo suprasensible que actúa dentro y detrás del mundo perceptible por los sentidos. Los conceptos e ideas que nos da la ciencia espiritual y que hacemos nuestros no están relacionados con nada que pueda ser percibido por los sentidos. Se relacionan con lo que hay entre la muerte y un nuevo nacimiento, o con el mundo suprasensible que está más allá del mundo de los sentidos. Su comprensión no es, o no debería ser, una mera comprensión de ciertas teorías. No se trata de saber una cosa u otra, sino de alcanzar un cierto estado de ánimo interior cuando comprendemos las verdades relativas al mundo suprasensible.

Es difícil describir estas cosas con palabras porque nuestro lenguaje ha sido acuñado para el plano externo, físico, por lo que tenemos que esforzarnos al aplicarlo a las condiciones suprasensibles. Se podría decir que todo aquello a lo que aplicamos ordinariamente nuestro entendimiento vive groseramente, densamente en nuestra alma, porque nuestro cerebro está siempre a nuestra disposición y está entrenado para tratar con ideas y conceptos relativos al plano físico. Pero para explicar cosas que no se relacionan con el plano físico tenemos que esforzar nuestra alma hasta tal punto que, cuando estudiamos la ciencia espiritual, nuestro cerebro desempeña un papel cada vez menor. Cuando experimentamos dificultades para comprender lo que nos da la ciencia espiritual, es sólo porque nuestro cerebro impide nuestra comprensión. Nuestro cerebro está ajustado y adaptado a los conceptos groseros del plano físico y tenemos que esforzarnos para adquirir los conceptos más sutiles, -sutiles sólo en lo que se refiere a la comprensión humana-, del mundo espiritual. Este esfuerzo es enteramente saludable, es ciertamente bueno, porque con la ciencia espiritual vivimos entonces en nuestra alma de una manera nueva, muy diferente de la que requieren el conocimiento físico y la comprensión y las ideas. Nos transportamos a un mundo de imágenes e ideas móviles y sutiles, y eso es significativo.

Todos ustedes pueden, -utilizando el cerebro solo en débiles vibraciones-, ser conscientes del punto en el que se encuentran suficientemente dentro de la esfera en la que el cuerpo etérico vive más o menos por sí mismo. Ese es el punto en el que empiezan a sentir que ya no tienen que esforzarse para pensar los pensamientos dados por la ciencia espiritual, del modo en que tienen que esforzarse para pensar los pensamientos cotidianos. Saben muy bien que ustedes mismos elaboran los pensamientos que piensan sobre los asuntos cotidianos en el plano físico; desarrollan los conceptos de acuerdo con las exigencias y condiciones cotidianas de la vida, de acuerdo con las simpatías y antipatías y con todo lo que sus sentidos y su entendimiento cerebral condicionan. Con la ciencia espiritual, sin embargo, una vez que entren realmente en ella, comenzarán a sentir: Yo no he pensado todo esto por mí mismo; ya ha sido pensado antes de que yo lo pensase; está flotando allí como un pensamiento y simplemente entra en mí. Cuando empiecen a sentir: Esto está flotando en el pensamiento objetivo del universo y simplemente entra en mí, entonces ya habrán ganado mucho. Habrán experimentado una relación con ese delicado mundo etérico, flotante y entretejido en el que vive su alma. Después de eso, en realidad es sólo cuestión de tiempo, aunque podría ser bastante largo, antes de que gradualmente entren en esa esfera que compartimos con aquellos entre los muertos con los que estamos kármicamente vinculados.

Como les decía, en la antigüedad no se discutía si la inmortalidad existía o no. La gente tenía entonces una tercera condición aparte de estar despierto y dormido, una condición intermedia que no era meramente un estado de sueño. Era una condición elemental y natural, en la que los seres humanos veían a sus muertos espiritualmente cara a cara. Estaban allí y convivían con ellos. En aquellos tiempos, cuando las personas hacían algo, o cuando les sucedía algo fuera de lo común, -y esto, por supuesto, sucedía y sigue sucediendo todo el tiempo, pues no somos sólo criaturas de costumbres-, entonces sentían a su lado a uno u otro de los que habían pasado por la muerte antes que ellos, hacía mucho o no tanto tiempo. Sentían como si la persona muerta actuara con ellos, o se uniera a sus consejos. Así, cuando el alma de una persona que vivía en la Tierra decidía hacer algo, o cuando a esa persona le ocurría algo, esta alma sentía que había alguien que había muerto y que se unía a la acción o al sufrimiento. Los muertos estaban presentes. Así que no había discusión sobre la inmortalidad o la falta de ella. Habría sido tan inútil como cuestionar si alguien con quien estamos hablando está realmente allí o no. Lo que experimentamos es una realidad, y antiguamente la gente experimentaba que los muertos compartían todo lo que ocurría.

Conocemos las razones por las que aquellos tiempos tuvieron que pasar al olvido de la existencia. Pero volverán, aunque de forma diferente. La forma de su regreso será provocada por los seres humanos que alcancen el estado anímico que se puede lograr a través de la ciencia espiritual, a través de vivir activamente en las imágenes del mundo espiritual dadas por la ciencia espiritual. Esto permitirá al alma alcanzar una delicada sintonía, y entonces en esta delicada sintonía entrarán las almas de los llamados muertos. Por supuesto que siempre están presentes, pero lo que importa ahora es que seamos conscientes de cómo entran en nuestra esfera anímica. Por supuesto, los muertos siempre rodean a aquellos de nosotros con los que estuvieron kármicamente vinculados durante la vida. Pero para que puedan entrar en nuestra conciencia debemos ir a su encuentro con la fina sintonización que acabo de describir. Porque, como ven, siempre es posible que los muertos entren en las almas humanas si éstas llevan su vida en un estado de ánimo como el que acabo de describir, en el que los conceptos e ideas formados por estas almas viven, de alguna manera, en una esfera suprasensible. Del aspecto corporal, físico, del hombre tienen que huir los muertos, pues por el momento no pueden entrar allí. Tampoco pueden entrar en esos pensamientos que sólo surgen del cerebro a la manera del mundo físico. Y como hoy en día los seres humanos sólo tienen pensamientos que surgen del cerebro, es muy difícil que los muertos entren en contacto con los vivos.

Pero si los vivos se encuentran con los muertos desarrollando el estado de ánimo que está ahí precisamente porque uno está muy dedicado a las ideas suprasensibles, entonces los muertos pueden entrar en este flotar y tejer del alma, que se retira de lo físico, que no se ocupa de lo físico. Todo en nuestro tiempo depende hoy de que las almas humanas encuentren la oportunidad de recorrer el camino hacia los muertos, por así decirlo. Entonces los muertos vienen a su encuentro. Hay que encontrarse en una esfera común.

Y, como he subrayado a menudo, los conceptos e ideas que desarrollamos a partir de la ciencia espiritual en relación con el mundo suprasensible son naturales para los vivos y para los muertos. Por eso he recomendado leer a los muertos en el pensamiento, es decir, desarrollar con respecto a ellos pensamientos que se relacionen con el mundo suprasensible. Pues esto tiende inmediatamente un puente hacia ellos, un puente no sólo hacia los que han muerto recientemente, sino hacia los muertos en general, incluidos los que murieron hace mucho, mucho tiempo. 

De este modo, los vivos tienen la oportunidad de acercarse a los muertos. 

Pero el muerto también tiene la oportunidad de influir así en los pensamientos de los vivos. Y si han absorbido el espíritu de la ciencia espiritual, entonces podrán formarse una idea justa a partir de tales disputas de que en la era materialista en la que nosotros como seres humanos hemos vivido ahora durante tanto tiempo, los muertos han ganado cada vez menos influencia sobre el curso de los acontecimientos aquí en el mundo físico, ya que la gente se ha entregado a ideas más materialistas, es decir, ideas relacionadas con el plano físico, a las que los muertos no tienen acceso. Por lo tanto, los acontecimientos que suceden aquí en el mundo físico tienen lugar sin la influencia o con menos influencia de los que han fallecido. Pero esto debe cambiar de nuevo, debe haber una comunicación viva entre los vivos y los muertos. Los que han fallecido deben poder trabajar en el mundo físico para que lo que suceda en el mundo físico no suceda meramente bajo la influencia de las ideas que surgen en el propio mundo físico.

Así, la búsqueda de la ciencia espiritual está realmente íntimamente relacionada con dar a los muertos la oportunidad de trabajar aquí en el mundo físico. Y hay que decir que es un alto, un serio objetivo del quehacer científico espiritual crear un vínculo entre el mundo espiritual, en el que están los muertos, y el mundo físico, para que los muertos no se encuentren en la situación de tener que decir que estamos, por así decirlo, exiliados del mundo físico, porque los vivos abajo en el mundo físico no desarrollan pensamientos a través de los cuales podríamos intervenir en este mundo físico.

Ciertamente, algunos dirán: me estoy esforzando por empaparme de ideas científico-espirituales, pero todavía no he notado nada sobre la influencia de los muertos. -Sí, mis queridos amigos, estas cosas requieren cierta paciencia. Han de considerar realmente hasta qué punto la vida humana en el plano físico se ha esforzado durante siglos hacia el materialismo, es decir, se ha esforzado contra todo lo que hace posible que los muertos influyan de una manera justa. Entre todo lo que ha sucedido, lo que realmente ha estado sucediendo durante siglos, se han desarrollado ciertos sentimientos, ciertas sensaciones que la gente de hoy tiene de forma bastante inconsciente hacia el mundo espiritual.  

Y en contra de estos sentimientos y sensaciones, lo que viene de la ciencia espiritual hoy en día a menudo se queda en una teoría abstracta. Se está convencido de que lo que dice la ciencia espiritual sobre los mundos suprasensibles es cierto. Ciertamente, pero todavía no ha pasado a toda la vida del alma de tal manera que uno sea capaz de desarrollar esas sensaciones y sentimientos que no interfieren con la sutil e íntima interacción de lo que emana de los muertos. No es fácil ver estas cosas en su justa medida. El hombre de hoy es un hijo o un nieto o un bisnieto o un tataranieto de aquellas personas que han vivido en el transcurso de los últimos siglos y que, bajo la influencia del materialismo emergente, han dado ciertas direcciones a sus sentimientos y emociones. Estas direcciones de sentimientos y emociones se expresan en cada detalle. Podemos tener la mejor voluntad para encontrarnos con un muerto de la manera adecuada, para recordar a un muerto de la manera adecuada, pero toda nuestra disposición emocional y sensorial, tal como está activa, diría yo, a través de nuestra sangre, que desciende de nuestros antepasados, no es adecuada, para poner realmente ante el alma las manifestaciones y revelaciones sutiles e íntimas que emanan de los muertos, de tal manera que nuestras sensaciones no sean luces parpadeantes, luces parpadeantes excitadas.

El hecho de que esto sea así no tiene por qué desanimarles, sino que deben atenerse siempre a lo positivo. Lo positivo es que uno se esfuerza realmente por alcanzar ese estado que en determinados momentos de la vida, como fruto de los estudios científico-espirituales, da esa paz de espíritu, -pues depende de la paz de espíritu, depende de la calma de espíritu-, que hace posible que nos lleguen esas manifestaciones sutiles, íntimas, revelaciones, desde el reino de los muertos. 

También es necesaria otra cosa, y es la buena voluntad para resistir toda esa falsedad de la que hemos estado hablando en estas conferencias. Todas esas falsedades que zumban en el mundo entran en lo que podría llamarse el aura espiritual y generan allí una espesa niebla que a los muertos les resulta imposible penetrar. Esta espesa niebla contiene toda esa basura negra que proviene, por ejemplo, -por citar sólo una fuente-, del periodismo actual, en forma de falsedades que se imprimen y se repiten, creando un aura de falsedad que se extiende por toda la tierra. No es exagerado decir que es sumamente difícil para los muertos penetrar en esta niebla negra. Por lo tanto, con la ayuda de ideas como las que hemos venido desarrollando acerca de la falsedad absolutamente concreta que bulle en el mundo, es necesario esforzarse por alcanzar la claridad, hacer realmente el esfuerzo en este campo de reconocer la verdad puramente externa del plano físico en la medida en que ésta pueda llegar a sernos accesible, a fin de no cubrir nuestra alma con una densa niebla a través de la cual el mundo espiritual simplemente no puede penetrar. Ustedes comprenderán cuán necesario es esto.

En relación con los conceptos que acabamos de discutir, abordemos ahora la cuestión: ¿Cuál es el objetivo de esas sociedades secretas que envían al mundo impulsos del tipo que hemos estado describiendo, impulsos que luego viven en la vida de la falsedad y que han conducido, a partir de esta falsedad, a los dolorosos acontecimientos de hoy? ¿Qué quieren estas sociedades secretas? Entre otras, -no podemos entrar en todo-, hay una cosa en particular que quieren: Quieren materializar aún más el materialismo; quieren crear aún más materialismo en el mundo del que se produciría como parte de la evolución natural de la humanidad en el quinto período post-atlante. Quieren aún más materialismo. Este es sólo un aspecto de lo que pretenden, pero es el aspecto que queremos al menos tocar aquí. Con este aspecto en mente se fundan tales sociedades y con este aspecto en mente se persuade a las personas para que se unan a ellas, personas a las que se acude durante su vida porque se las considera adecuadas.

Existen los más variados tipos de sociedades de este tipo. Un tipo, muy extendido en Occidente y que adopta todo tipo de formas, incluye las organizaciones que practican la magia ceremonial. La magia ceremonial puede, por supuesto, ser magia buena, pero ahora estamos hablando de aquellas sociedades que no practican la magia ceremonial para el bien de la humanidad en general, sino para el bien de ciertos grupos de personas, o ciertos objetivos específicos que no son objetivos humanos generales.

Veamos primero las sociedades que practican la magia ceremonial desde este punto de vista. Como hemos dicho, puede ser buena, pero en estas sociedades no lo es. Ciertos tipos de magia ceremonial tienen efectos definidos sobre el cuerpo físico humano. Todo lo físico es, después de todo, una manifestación del espíritu. Ciertos aspectos espirituales que surgen bajo la influencia de la magia ceremonial pueden tener efectos sobre el cuerpo físico humano, concretamente sobre el sistema de ganglios, tal como lo describí el otro día, y también sobre el sistema de la médula espinal. El sistema cerebral es el más difícil de influenciar por medio de la magia ceremonial. Todo esto tiene que hacerse a través del desvío del elemento espiritual, pero puede hacerse y puede llegar a ser eficaz.

Imaginemos que ciertas sociedades secretas llevan a cabo una forma de magia ceremonial dirigida hacia sus aspectos grises o negros. Imaginemos que influyen en sus miembros de un modo que afecta incluso a su cuerpo físico, incluso a las delicadas vibraciones y tejidos de su cuerpo físico, de modo que algo espiritual fluye hacia este cuerpo físico.

¿Cuál es la consecuencia? La consecuencia es que ahora se produce algo que era adecuado en períodos anteriores de la evolución humana, pero que hoy ya no es permisible. Tales procedimientos hacen posible que el mundo espiritual influya en los seres humanos que participan, aunque no se dirijan hacia él por el camino que he descrito. Esto significa que es posible que los muertos, así como otros espíritus, influyan en los miembros de un círculo creado por magia ceremonial. De este modo, el materialismo actual puede convertirse en hipermaterialista.

Imaginemos a un ser humano, -y hay innumerables en Occidente-, que es totalmente materialista, no sólo en su visión del mundo, sino también en todos sus sentimientos y sensaciones. Y luego imaginen que esta disposición materialista aumenta hasta alcanzar un alto grado. Tal persona debe necesariamente desarrollar un impulso para ejercer una influencia sobre el mundo material, no sólo mientras vive en su cuerpo físico, sino también después de haber muerto. Se empeña en lo siguiente: Cuando muera quiero tener alguna morada a través de la cual pueda afectar a las personas que he dejado en la tierra, o que están formadas de tal manera en relación conmigo. De hecho, hay ciertas personas hoy en día cuyo impulso materialista es tan grande que se esfuerzan por encontrar medios a través de los cuales puedan cultivar conexiones con el mundo físico incluso más allá de la muerte. Y tales medios, a través de los cuales una persona se asegura la posibilidad de afectar al mundo material desde más allá de la muerte, son moradas de ciertos tipos de prácticas mágicas ceremoniales.

Esto es algo que puede tener inmensas consecuencias. Imagínense a una serie de personas reunidas para formar una determinada hermandad. Estas personas lo saben: Otros nos han precedido; su impulso de ejercer su poder era tan grande que su vida en la tierra no fue suficiente para su gratificación, por lo que quieren seguir gratificándolo incluso después de la muerte. Para ellos estamos creando una morada, y a través de los actos de magia ceremonial que practicamos, trabajan en nuestros cuerpos. Gracias a ello obtenemos un poder mayor del que tenemos; gracias a ello estamos capacitados para ejercer cierto grado de poder mágico sobre otras personas más débiles que se encuentran fuera de tales hermandades. Cuando pronunciamos palabras, cuando damos un discurso, estas almas muertas trabajan en nosotros porque hemos sido preparados compartiendo estos actos de magia ceremonial.

Una cosa es que alguien que simplemente participa honestamente en los procesos culturales de nuestro tiempo pronuncie un discurso en el parlamento o escriba un artículo en un periódico. Pero otra cosa muy distinta es que una persona que pertenece a un círculo de magia ceremonial, y que por ello se ve reforzada por los impulsos de poder de algunos que han muerto, pronuncie un discurso en el parlamento o escriba un artículo para un periódico. Este último ejerce un grado de influencia en la dirección de sus deseos inmensamente mayor que el que tendría si no contara con este respaldo. Este es un aspecto de la cuestión.

Por otro lado, quienes entran en el círculo de ciertas sociedades que practican la magia ceremonial se aseguran un poder que va más allá de la muerte, una especie de inmortalidad ahrimánica. Para estas personas esta es su principal preocupación. Para ellos, la sociedad en la que entran les proporciona una especie de garantía de que ciertas fuerzas, -que por derecho sólo deberían vivir en ellos hasta el momento de la muerte-, seguirán viviendo, incluso más allá de la muerte. Más personas de lo que se podría pensar están hoy en día llenas de esta idea de garantizarse una inmortalidad ahrimánica, que consiste en ejercer influencia no sólo como ser humano individual, sino también a través del instrumento de una sociedad de este tipo. Tales sociedades existen en las formas más variadas, y los individuos que han alcanzado ciertos grados de adelanto en estas sociedades lo saben: Como miembro de esta sociedad llegaré a ser hasta cierto punto inmortal, porque las fuerzas que de otro modo llegarían a su fin con mi muerte, continuarán actuando más allá de la muerte.

Lo que estas personas entonces experimentan a través de esta magia ceremonial los hace bastante ajenos a un pensamiento que preocuparía a alguien que toma tales cosas verdaderamente en serio y de una manera genuinamente digna. Esto es que cuanto más gana una persona por medio de la inmortalidad materialista, o más bien de la inmortalidad ahrimánica, más pierde de la conciencia de la verdadera, genuina inmortalidad. Sin embargo, el materialismo se ha apoderado tanto de muchas almas hoy en día que permanecen despreocupadas al respecto y son engañadas para que luchen por la inmortalidad ahrimánica. En efecto, ¡podría decirse que hoy existen sociedades que, desde un punto de vista espiritual u oculto, podrían llamarse "compañías de seguros para la inmortalidad ahrimánica"!

En cada caso, sólo un pequeño número de personas comprende todas estas cosas. Porque, por regla general, estas sociedades están organizadas de tal manera que la magia ceremonial que practican influye sólo en aquellos que no son conscientes de las implicaciones, simplemente desean entrar en contacto con el mundo espiritual por medio de ceremonias simbólicas. Hay muchas personas así. Y los que tienen este deseo no son necesariamente los peores. Son aceptados como miembros del círculo de la magia ceremonial, entre los cuales hay unos pocos que simplemente utilizan al resto de los miembros como instrumentos. Por lo tanto, hay que tener cuidado con todas las sociedades secretas administradas por los llamados grados superiores, cuyos objetivos se mantienen ocultos a los grados inferiores. Estos grados administrativos normalmente comprenden a aquellos que han sido iniciados en una etapa en la que sólo tienen una vaga idea de lo que acabo de explicarles. Comprenden a aquellos que deben trabajar positivamente en conexión con ciertas metas y objetivos que luego son realizados por el grupo más amplio de aquellos que han sido simplemente introducidos en el círculo de la magia ceremonial. Todo lo que hacen estas personas se hace de tal manera que conduce en la dirección requerida por los grados superiores, pero se ve reforzada por las fuerzas que provienen de la magia ceremonial.

Aquellos que conocen el enorme número de sociedades de este tipo que existen en Occidente pueden empezar a hacerse una idea de lo inmensamente eficaces que pueden ser estas sociedades de magia ceremonial para ciertos planes de largo alcance para el mundo. Como se ha visto, el objetivo principal es prolongar hasta nuestros días una forma de proceder en la que el mundo espiritual trabaja en el mundo físico perceptible por los sentidos de una manera que era correcta en épocas anteriores. Para nuestra época, sin embargo, el procedimiento correcto es que los seres humanos vayan hacia los muertos y se encuentren con ellos a mitad de camino. Sin embargo, en el estado de ánimo que acabamos de discutir, se busca un camino que era apropiado en épocas anteriores, atávicas, pero que hoy en día se lleva a cabo a través de la magia ceremonial.

Esto debería daros una idea de los extremos desproporcionados a los que el materialismo exagerado, el materialismo hipermaterialista, está dispuesto a llegar para cruzar la frontera con el mundo espiritual, una frontera que hoy en día sólo debería cruzarse mediante la sintonización del alma con ese estado de ánimo que puede lograrse mediante la contemplación de conceptos suprasensibles. Una actitud apropiada para hoy es aquella que nunca acepta cosas que son dadas por muchas sociedades secretas, y que no son entendidas, porque de hecho mucho de lo que no ha sido entendido es hoy tanto dado como aceptado. Hoy en día es apropiado tratar lo que estas sociedades dan como algo que es a lo sumo un fracaso para dar a la palabra hablada su verdadero valor, es decir, algo que utiliza las palabras como meros conceptos.

En mucho de lo que hoy bulle en el mundo por la vía de la falsedad y por la vía del egoísmo, en mucho de lo que ha llevado incluso a la canonización del egoísmo, -no por el Papa, claro-, en mucho de lo que ha llevado a acuñar la frase sacro egoísmo, que se ha convertido en un nuevo santo, aunque no canonizado por el Papa, en mucho de lo que hoy bulle en el mundo a modo de egoísmos y falsedades, actúan influencias e impulsos que cobran fuerza extra del mundo de los muertos, del modo descrito. Y al buscar estos impulsos, les llevarán a enlazar con otros impulsos sobre los que pueden encontrar información en mi libro La Guía Espiritual del Hombre. Las conferencias en las que se basa este libro fueron pronunciadas en 1911 en Copenhague, por los más diversos motivos. Allí encontrarán una descripción de cómo ciertos poderes angélicos permanecieron en el tercer período post atlante, para desplegar hoy una fuerza semejante a la desarrollada durante la antigua época egipcia. En esas conferencias dije:

"Cualquier cosa maravillosa puede convertirse en tentadora y seductora de la humanidad si la gente la sigue unilateralmente; y entonces, si esta unilateralidad empieza a arraigar, surge el gran peligro de que toda clase de buenos esfuerzos empiecen a manifestarse como fanatismo. Si bien es cierto que la humanidad progresa por medio de sus nobles impulsos, no es menos cierto que una búsqueda excesivamente entusiasta y fanática de estos nobilísimos impulsos puede conducir a todo lo que sería peor para su correcto desarrollo".

A continuación, la conferencia describe cómo ciertas fuerzas que tenían su lugar propio en el tercer período post-atlante comienzan a actuar en nuestra época. Se puede agregar ahora que, así como un individuo encuentra con toda razón una conexión con su ángel propio, también es posible que encuentre una conexión con esos espíritus retardados del período egipcio-caldeo, esos ángeles rezagados, si busca esas fuerzas e impulsos que, de hecho, son fuerzas ahrimánicas exageradas que vienen de la manera descrita del reino de los muertos. Estos ángeles rezagados desempeñan un papel importante en las sociedades secretas que les he estado describiendo. Allí son importantes ayudantes y espíritus dirigentes. Mucho de lo que sucede en tales sociedades secretas tiene por objeto traer elementos egipcio-caldeos de la manera antigua a la época actual. Cuando estos asuntos no son meras payasadas, sino que entran de lleno en la vida oculta, esto tiene lugar bajo la influencia de seres retardatarios de la jerarquía de los ángeles que se convierten allí en líderes. Estos son los seres de la jerarquía inmediatamente superior al hombre que son buscados por estas sociedades.

Esto nos indica algo sumamente importante. Cuando comprendemos cómo funcionan y se conservan los testamentos vivos de estas sociedades -no testamentos escritos que quedan para los que aún viven, sino testamentos que son fuerzas que van más allá de la muerte-, cuando comprendemos cómo funcionan y se conservan, algo que no debería ocurrir, entonces comprendemos algo del poder mágico que ejercen estas sociedades y que a menudo les permite imprimir el sello de veracidad a algo falso. Y, de hecho, una de sus importantes funciones mágicas es difundir la falsedad en el mundo de tal manera que dé el efecto de ser la verdad. Pues en este efecto de la "falsedad en lo verdadero" reside una de las poderosas fuerzas del mal. Esta fuerza del mal se utiliza de forma considerable en todo tipo de ámbitos.

Esto quería decirles hoy, para darles el trasfondo esotérico de los asuntos más exotéricos que he estado describiendo. Mañana continuaremos con ello y trataremos de profundizar aún más en ciertos aspectos.

Traducido por J.Luelmo nov.2023

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