GA091 Haubinda, 7 de agosto de 1905 - Los Reinos Elementales

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 RUDOLF STEINER. 

EL SER HUMANO, LA NATURALEZA Y EL COSMOS   

LOS REINOS ELEMENTALES
Haubinda, 7 de agosto de 1905

Hemos conocido el reino elemental superior como un reino de colores radiantes. Si contemplamos el maravilloso mundo resplandeciente en relación con un estado de conciencia, obtenemos una idea correcta del mismo. Es una conciencia que se expresa directamente a sí misma. La conciencia humana es muy subordinada, solo percibe el objeto desde fuera, como en un espejo. La conciencia divina irradia luz desde sí misma. Se llama emanación, en contraposición a la evolución, que es desarrollo.

Si algo irradia desde sí mismo, se puede pensar que cuanto más lejos llegan los rayos, menor es su conciencia, la cantidad de luz que antes estaba en el punto ahora se distribuye en el perímetro. A medida que la luz se vuelve cada vez más tenue, la conciencia se vuelve cada vez más débil, y así el primer reino elemental pasa al segundo. Esto da lugar a lo material: una conciencia cada vez más débil. En el tercer reino elemental tenemos una conciencia aún más debilitada, es decir, una materia cada vez más fuerte.

Cuando el círculo se expande hasta formar una línea recta, surge el reino mineral. En el reino mineral, la radiación ha perdido su fuerza. Pero ahora tenemos cuatro reinos: el primer, segundo y tercer reino elemental y el reino mineral. La conciencia está donde es inmediatamente radiante, luminosa, con la radiación en un mismo plano. Si pasamos al segundo reino elemental, la conciencia se encuentra un plano por encima de la materia. Y si pasamos al tercer reino elemental, la conciencia se encuentra dos planos por encima de la materia; y en el reino mineral, la conciencia se encuentra tres planos por encima de la materia que dirige. La curvatura de la materia se convierte en un equilibrio. Si seguimos avanzando, la conciencia no se eleva más, sino que comienza a captar la materia desde el otro lado. Se produce gravedad en lugar de emanación. La materia se aglomera de nuevo.

En el quinto nivel tenemos el reino vegetal. Todavía experimentamos la gravedad. Cuando una piedra cae al suelo, la tierra la atrae. Es la misma fuerza que realmente solo se manifiesta en el reino vegetal. Cuando la gravedad avanza, surge la contraimagen del segundo reino elemental: el reino animal. Cuando lo material se une de nuevo con la conciencia, nos encontramos ante el reino humano.

En el ser humano, el centro de gravedad es su yo, al que todo se refiere. Aquí, el centro de la conciencia vuelve a coincidir con la materia. Contemplemos desde aquí el desarrollo del ser humano:

Saturno: el desarrollo del cuerpo físico en el primer reino elemental. Una radiante onda de luz. Cuando el desarrollo pasa de Saturno al Sol, el ser humano experimenta esta radiación y el cuerpo físico entra en el segundo reino elemental; en la Luna, en el tercer reino elemental. En la Tierra, el cuerpo físico se encuentra en el reino mineral.

En Saturno, el ser humano aún no tiene cuerpo etérico; este se desarrolla primero en el Sol, donde se encuentra en el primer reino elemental, y es la misma estructura radiante. En la Luna, el cuerpo etérico se encuentra en el segundo reino elemental, y en la Tierra, en el tercero.

En Saturno aún no existe el cuerpo astral, ni tampoco en el Sol. Se desarrolla en el primer reino elemental en la Luna; en la Tierra se desarrolla en el segundo reino elemental. Después del cuerpo astral llegamos al yo. Este aparece por primera vez en la Tierra en el primer reino elemental.

Si ascendemos ahora, llegamos al desarrollo en Júpiter. Allí, el cuerpo físico del ser humano pasa del reino mineral al reino vegetal. Para ello, el cuerpo etérico asciende al reino mineral. El cuerpo astral asciende del segundo al tercer reino elemental, y el yo del primero al segundo reino elemental.

En Venus, el cuerpo físico avanza hacia el reino animal, es decir, es dueño del placer y el dolor. El cuerpo etérico se encuentra entonces en el reino vegetal, el cuerpo astral en el reino mineral y el yo en el tercer reino elemental.

Ahora avancemos hacia vulcano. Allí está [el cuerpo físico], en el reino humano propiamente dicho, el cuerpo etérico está entonces en el reino animal, el cuerpo astral en el reino vegetal y el yo en el reino mineral. Estar en el reino mineral significa producir materia, como por ejemplo esta mesa.

Produce materia física a su alrededor. Luego deja que crezcan plantas sobre él; deja que los animales caminen sobre él. Y finalmente da origen al ser humano. El yo se ha convertido entonces en espíritu planetario.

Todos los planetas son yos mineralizados.

[Lo que es materia planetaria radiante son yos mineralizados].

Traducido por J.Luelmo nov, 2025

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